Tres años y tres días después de haber asumido la Presidencia, Evo Morales ha cumplido los dos principales mandatos de su administración: la nacionalización de los hidrocarburos (que extendió, entre otros, a la minería y a las telecomunicaciones) y la aprobación de una nueva Constitución que reclama un carácter refundacional para Bolivia. “Por estas dos conquistas tendré paz cuando descanse en el cementerio”, ha repetido desde que se aprobó la convocatoria al referéndum. Cuando se escribían estás líneas los resultados de boca de urna de las cadenas privadas (y opositoras) de televisión —60% de los votos para el Sí a nivel nacional— le auguraban ese sosiego post-mortem que nunca ha tenido en vida.
La agenda de nacionalización y nueva Constitución Política del Estado —popularizada en Bolivia como CPE— no pertenece a Morales. Fue impuesta en octubre de 2003 por las fuerzas sociales y políticas que forzaron la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada y contiene distintas formas de interpretación e implementación. Desde agosto de 2003 hasta que asumió la Presidencia, en enero de 2006, Morales se ha balanceado entre sus deseos de expropiación de las empresas transnacionales y las necesidades de un acuerdo; entre una Constitucional radical y otra más parecida a la que acaban de refrendar los bolivianos.
Morales creyó que podría llevar a referéndum la Constitución aprobada en Oruro sin la presencia de la oposición, como antes había intentado rechazar las autonomías (el principal reclamo de la oposición regional). Después negoció cediendo muy poco, y finalmente optó por introducir algunos cambios e incluir las autonomías.
Lo hizo en un contexto de radicalización que, para noviembre, parecía el prólogo de un conflicto entre el oriente y el occidente del país con derivaciones insospechadas y una certeza: cientos de muertos. El presidente vio por primera vez un abismo y consideró que no habría nueva CPE si no impulsaba ese acuerdo.
A pesar de las concesiones en el tema de las tierras y otros, la nueva Constitución —la primera sometida a referéndum— consolida un proyecto incluyente inédito en la historia del país, da reconocimiento a las distintas naciones originarias, profundiza el sesgo nacionalista y estatista, separa a la Iglesia del Estado e incorpora las autonomías departamentales.
Las críticas han llegado de izquierda y derecha. Por la izquierda, analistas de aquí y allá han machacado con el contraste entre masas puras y revolucionarias y un líder reformista que cede. Las organizaciones sociales y la base de apoyo de Morales no pidieron al gobierno masivamente armas, como sí había ocurrido con los sindicatos mineros y obreros en 1971 durante el gobierno de Juan José Torres. Los que lo hicieron fueron grupos minoritarios enojados (emputados es la expresión boliviana) con las concesiones.
Las críticas por la derecha —la Iglesia que ha puesto a Dios como votante del “no”, los partidos que participaron del acuerdo, el oriente y la gran mayoría de los medios privados— utilizaron argumentos técnicos, religiosos e invocaron el supuesto autoritarismo de Morales. Como el presidente fue ratificado en el cargo con 67.5% de los votos en agosto de 2007, argumentan que Adolfo Hitler también recibió el favor de las urnas. Todavía no han hecho comparaciones con el Tercer Reich para despreciar que el presidente haya acordado con la oposición cambios a la nueva CPE. Pero el argumento central blandido es que Morales polariza, como también polarizan la Constitución y el propio referéndum. Para ellos, Bolivia perdió su paz y armonía.
El presidente cumplió sus dos principales promesas de cambio, pero queda un camino largo de consolidación. Consolidar las nacionalizaciones implica mejorar el rendimiento de las flamantes empresas estatales (algunas existían antes, pero casi como astilleros fantasmas) para optimizar, por ejemplo, la producción de gas. La Constitución implicará un engorroso trámite para legalizarla y viabilizarla. Las regiones opositoras intentarán usar el resultado local del referéndum para negar su aplicación. El conflicto interno continuará, pero con nueva CPE. El Universal de México (www.eluniversal.com.mx)
Opinión
REELECCIONES BUENAS Y MALAS
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
El rotundo triunfo de Evo Morales, el tercero consecutivo desde el 2005, difícilmente servirá para acallar las críticas de quienes vieron en este referendo constitucional apenas una estratagema del líder boliviano para perpetuarse en el poder. Caso omiso se hace del denso articulado de la nueva Constitución boliviana que, en sus 411 artículos, establece un marco normativo protectivo de las grandes mayorías populares, por siglos oprimidas por los distintos gobiernos de Bolivia, al paso que reafirma los derechos de los pueblos indígenas, garantiza el control público de los principales recursos naturales y perfecciona la calidad de las instituciones republicanas. Pese a que unos 350 observadores internacionales de organismos como la OEA, la Unasur, la Unión Europea y el Centro Carter declararon que las elecciones se desenvolvieron de manera inobjetable, el líder de la derecha fascista de Santa Cruz, Branco Marinkovic, manifestó su impotencia lanzando una ridícula acusación de fraude, preparando el terreno para una nueva ofensiva sediciosa en contra de la nueva Constitución.
Una de las críticas más socorridas, escuchada también en estos días a propósito de la propuesta de enmienda de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela facultando la reelección indefinida del presidente Hugo Chávez, es que tal cláusula revela una vocación totalitaria que debe ser rechazada a cualquier precio. La secretaria de Estado de George W. Bush, Condoleezza Rice, no se cansó de predicar esta tesis, repetida luego ad nauseam por los principales medios de prensa, periodistas y analistas “independientes” de América latina. No se conocen todavía comentarios de su sucesora, Hillary Clinton, pero a juzgar por sus muy desafortunadas declaraciones en la audiencia confirmatoria sostenida ante el Senado de EE.UU. no sería de extrañar que en los próximos días apareciera un comunicado oficial deplorando lo que sería visto como una sinuosa maniobra de Evo Morales para eternizarse en el Palacio Quemado.
En vista de ello, conviene recordar que la reelección indefinida es una norma en la mayoría de los países europeos: fue por eso que Helmut Kohl pudo ser canciller primero de la República Federal Alemana y luego de la Alemania unificada durante dieciséis años, desde 1982 a 1998, sin que en ningún momento la opinión “bienpensante” y la prensa “independiente” (mucho menos el Departamento de Estado) pusieran el grito en el cielo ante tan prolongado monopolio del poder político. Podría haber seguido en el timón de la Cancillería; si no lo hizo fue por el estallido de un escándalo que lo obligó a renunciar. En España, el principal lobbista mundial de las transnacionales españolas y sedicente custodio de los valores democráticos, Felipe González, fue presidente del gobierno desde 1982 a 1996, un total de 14 años, sin despertar preocupación alguna en la Casa Blanca y los gobiernos “democráticos” del mundo desarrollado. En el Reino Unido, Margaret Thatcher fue primera ministra durante 11 años. Nada le impedía haber seguido en el poder, pero su coalición perdió peso electoral y tuvo que renunciar. Hay varios casos similares en Europa. Francia, sin ir más lejos, autoriza una reelección presidencial para un mandato de siete años cada uno. Todos los últimos presidentes de Francia duraron 14 años en el poder.
Más interesante todavía es el significativo (y cómplice) silencio de Washington ante la dilatada permanencia en el poder de una serie de mandatarios amigos, aliados incondicionales del imperio: en Egipto, el actual presidente Mohamed Hosni Mubarak ejerce el cargo desde octubre de 1981, lo que no obsta para que reciba toda clase de elogios por la “estabilidad política” lograda en ese país y generosos apoyos financieros y militares de parte de la Casa Blanca. Total: 28 años ininterrumpidos en el gobierno. En Camerún, el presidente Paul Biya gobierna con poderes omnímodos desde 1982: 27 años. En el pequeño enclave petrolero de Gabón, otro aliado de Estados Unidos, el presidente Omar Bongo Ondimba preserva el orden con mano de hierro desde 1967: 42 años. En Angola, el gobierno pro americano de José E. dos Santos se encuentra en el poder desde 1979: 30 años. Por último, uno de los aliados fundamentales de Estados Unidos, Arabia Saudita, es un país en el que impera el más primitivo y brutal despotismo: allí rige una monarquía hereditaria que jamás ha convocado a elecciones de ningún tipo, ni siquiera para el Legislativo, cuyos miembros son designados “a dedo” por el rey Abdallah entre su séquito de familiares y favoritos. Jamás el Departamento de Estado ha dicho una palabra acerca de las amenazas que la perpetuación de estos regímenes plantea para el futuro de la democracia en el mundo. El problema son casos como los de Fidel, Evo y Chávez, no estos otros. Si son útiles a los intereses de Washington podrán permanecer en el poder el tiempo que quieran y, además, ser respaldados por todos los medios imaginables. Si se rebelan contra el imperio se los denuncia como déspotas o tiranos. En fin, amigos son los amigos.
Opinión
ASEDIO COCALERO A LA UNIDAD BOLIVIANA
Expansión de España (www.expansion.com)
Sin resultados definitivos todavía, Evo Morales ha vencido en su referéndum constitucional con el que pretende la “refundación” de Bolivia. Lo poco abultado de la ventaja que ha podido obtener y la radicalidad de los cambios propuestos, aparte del procedimiento asambleario empleado para la elaboración del proyecto de ley fundamental –con votaciones a mano alzada– abundan en la previsión de que los resultados finalmente obtenidos, con documentación fehaciente, serán siembra de muy corta y difícil cosecha.
Aunque en el orden de los principios democráticos suponga una palmaria aberración el establecimiento de una asimetría estructural, por desigualdad ante la ley, consistente en otorgar doble voto a los indígenas para determinadas materias, en el plano de la práctica resulta un entero despropósito la pretensión de que la Bolivia rica y productiva –donde la propuesta Constitución ha sido rechazada por mayorías superiores al 60%– se avenga a la aceptación de un sistema político y económico que, literalmente, lamina su identidad en todos los órdenes por la vía de un planchado socialista encaminado a la construcción de la miseria colectiva. Lo resumía con toda elocuencia el presidente Morales, en un mitin desde el balcón presidencial: “Aquí se acabó el pasado colonial. Aquí se acabó el neoliberalismo. Aquí se acabó el latifundismo…”
Como no podía ser de otra manera, este es el talante con el que se esgrime una Constitución, aprobada poco menos que por los pelos en la parte del país teóricamente más favorecida por ella, y rechazada de plano en los cuatro ámbitos regionales de significancia económica y moderna estructura social.
Nada se vislumbra, por tanto, que quepa parangonar a los mínimos niveles de consenso exigibles para el sostén de una Constitución. En caso de que la nueva legalidad de base llegara a ponerse en marcha, de confirmarse los resultados, y validarse éstos por los observadores internacionales de la Organización de Estados Americanos y de la Unión Europea, es muy previsible que tenga un recorrido muy corto, porque una fractura de ese porte es muy difícil de soportar para cualquier nación.
EDITORIAL
'DIVISIÓN EN BOLIVIA'
El Periódico de España (www.elperiodico.com)
Aunque el presidente de Bolivia, Evo Morales, sostenga que "no hay ninguna media luna", la victoria del no a la nueva Constitución en los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, en el referendo celebrado el domingo, empaña la victoria del sí a escala nacional, consagra la división social entre indígenas y no indígenas y condiciona la aplicación de un texto pensado para refundar el Estado y rescatar de la postración a los más desfavorecidos. En un país en el cual el 60% de la población se considera indígena, este ha sido el porcentaje obtenido por el sí en el cómputo global, pero no es menos significativo que el grueso de los noes se haya registrado en las regiones autonomistas --la media luna--, ricas en recursos energéticos y donde más débil es la influencia del MAS, el partido de Morales.Solo un pacto puede evitar que rebroten las disensiones entre La Paz y los gobernadores díscolos, encabezados por el de Santa Cruz, que aspiran a alguna fórmula de descentralización que les permita participar en la gestión de los yacimientos de petróleo y gas. El país más pobre de Suramérica carece de capacidad de resistencia para sustanciar las tensiones entre el poder paceño y los políticos de ascendencia criolla, que se escudan en las reivindicaciones departamentales para combatir el programa indigenista de Morales. Como ha quedado demostrado en el pasado, la mera coordinación a la que ha aludido el presidente al proclamar el final del "pasado colonial, el neoliberalismo y el latifundismo" no parece suficiente para cohesionar al país y liberarlo del marasmo de la pobreza, que obliga a más de dos millones de ciudadanos a subsistir con una renta de dos euros al día.
Opinión
UN PAÍS DIVIDIDO
La Vanguardia de España (www.lavanguardia.es)
EL reciente referéndum en Bolivia sobre una nueva Constitución ha dejado un país dividido. Lejos de reforzarse el consenso y el liderazgo del presidente Evo Morales, de nuevo el riesgo de una fractura emerge con fuerza. Dos países convergen en uno: el este contra el oeste y las ciudades rurales frente al país urbano. El movimiento indígena avanza pero su suelo parece demasiado frágil para convocar a todo el país a una unidad nacional. Tanto es así que los analistas sitúan, detrás de la victoria aritmética de Morales, un cierto castigo político, ya que el 58,7% de los votos favorables a la nueva Constitución quedan muy lejos de los cálculos que se habían hecho. Además, la oposición, que se encontraba seriamente debilitada, ha conseguido aunar en torno a sus propuestas un muy respetable 41,3%, que no es poco dadas las condiciones en que se mueve dentro del país. Más allá del discurso, en muchas ocasiones, excesivamente populista de Morales y las palabras pronunciadas la misma noche del referéndum de la Carta Magna en las que hablaba de una nueva Bolivia, la dura crisis económica que vive el país - en la que está en riesgo garantizar necesidades tan básicas como la alimentación y erradicar la situación de extrema pobreza- debería hacerle abandonar la política frontista que ha caracterizado buena parte de sus iniciativas legislativas. España, que cuenta con una buena relación con Bolivia, haría bien en utilizar su influencia para enfriar la posible extensión de modelos como el de este país o el de Venezuela a toda Sudamérica. Países como Brasil han sabido con acierto superar situaciones difíciles y ser realmente un espejo para sus vecinos.
Editorial
BOLIVIA INDÍGENA
El triunfo en el referéndum constitucional de Evo Morales no garantiza la gobernabilidad del país
El País de España (www.elpais.com)
Los bolivianos han aprobado por una rotunda mayoría (más del 60%) la nueva Constitución en el referéndum que se celebró el domingo, según los datos ofrecidos hasta el momento. El largo y accidentado proceso que Evo Morales puso en marcha para refundar el país poco después de conquistar el poder ha llegado por fin a puerto, pero lo ha hecho de manera fallida. El país está dividido en dos grandes bloques -la zona andina, de menores recursos económicos y que respalda decididamente la línea oficial, y las provincias del oriente, donde se encuentran los yacimientos de petróleo y gas natural, que reclaman mayor autonomía del poder central- y el nuevo triunfo de Morales no garantiza la gobernabilidad del país, ni siquiera la aplicación de la nueva Constitución.
El presidente, de etnia aymará, daba por hecho que lograría como mínimo que el 67% de los votos fueran afirmativos, el mismo porcentaje que obtuvo en el referéndum en el que se preguntó en agosto de 2007 por su continuidad en el poder. El no se ha impuesto, también mayoritariamente, en las cuatro provincias rebeldes (Pando, Beni, Tarija y Santa Cruz), con lo que sus comités cívicos podrían sentirse autorizados para continuar su inagotable tarea de socavar el poder central y profundizar en la autonomía que reclaman.
El sentido profundo que impulsó la puesta en marcha de una Asamblea Constituyente en mayo de 2006 fue la voluntad, tantas veces frustrada, de incorporar a la mayoría indígena a la gobernabilidad del país. El reconocimiento de la autonomía de las 36 naciones indígenas, las más grandes de ellas (aymarás y quechuas) dispersas en todo el país, es uno de los puntos más llamativos de la nueva Constitución, que peca de extensa (411 artículos), y provoca la paradoja de reforzar el poder central, al que la Constitución da la llave para distribuir la mayoría de los recursos económicos. Y eso es justamente lo que discuten los departamentos rebeldes, que ven cómo sus proyectos de autonomía, reconocidos también en la nueva Carta Magna, podrían quedar así descapitalizados y convertidos en letra muerta.
Será muy difícil que esta Constitución inaugure una nueva época en Bolivia, y aún más en tiempos de crisis y con los precios de los hidrocarburos bajando cada vez más. Evo Morales saludó su triunfo declarando clausurados el pasado colonial, el neoliberalismo y el latifundismo; los votantes votaron también el domingo que las propiedades agrícolas no tengan más de 5.000 hectáreas como máximo. Sin los recursos de las zonas más ricas, y sin su empuje empresarial, la mayor amenaza que pesa sobre el país es que el Gobierno, incapaz de generar inversión, termine por redistribuir la pura miseria. Para que no pierdan todos, Morales debe abandonar su política de confrontación e incorporar las zonas rebeldes a ese proyecto en el que, tal como han votado los bolivianos en una votación avalada por los observadores internacionales, los indígenas tienen mucho que decir.
Opinión
BOLIVIA NO ES UNA SOLA
Ojalá que la nación sea una sola, única, unida y en donde el consenso pueda expandirse en todas sus esferas. Ojalá le vaya bien, porque probablemente le pueda ir bien a toda América latina.
La Voz de Bolivia (www2.lavoz.com.ar)
La victoria del Sí en la nueva Constitución política del Estado en Bolivia fue contundente, pero dado el proceso de división social, política y territorial previo, Bolivia ha dado un giro de 360 grados para llegar al mismo punto de partida desde donde se inició el proceso de discusión, es decir, la altísima e ineludible necesidad de consenso.
Ese consenso se hace necesario, se lo requiere en todos los ámbitos pero especialmente en la relación entre los poderes ejecutivos, y mucho más aún entre los miembros del legislativo que tendrán que sancionar no menos de 400 leyes concertadas para hacer que la Constitución se haga realidad.
Quizá la inestabilidad e incertidumbre de ese país, radica en que Bolivia es hoy muchas Bolivias.
Una Bolivia es el país que ha aumentado su peso relativo en la ecuación energética regional, con un posicionamiento geopolítico como proveedor clave de Argentina, Brasil y Chile especialmente, y que generó nuevos y redistribuidos ingresos nacionales.
Otra Bolivia es la que creció en términos de representación social y política. Un reposicionamiento ciudadano imposible de negar, ha significado que enormes masas desplazadas de pueblos originarios campesinos, hoy se sientan parte de una nación. Luego de décadas de “democracia pactada” (colegios electorales que revertían los resultados electorales), hoy la mayoría elige presidentes y gobernantes y no se ve torcida en absoluto la voluntad popular.
Hay también una Bolivia que se ubica internacionalmente como una contra-tendencia en un proceso de globalización, con un líder indigenista como Evo Morales que representa a muchos de los desplazados de un proceso internacional que nunca ha sido –menos en la actual coyuntura– equitativo y mucho menos inclusivo. Esta contra-tendencia no está exenta de potenciales sanciones ante el implacable discurso que Morales está teniendo frente a las diferentes potencias, en particular los Estados Unidos.
Pero aparece también una cuarta Bolivia que representa una encrucijada que abre interrogantes respecto a su futuro. No hace falta profundizar que el resultado del referéndum consolidó tendencias, pero que acrecientan la falta de certezas del futuro político del 2009-2010, a saber:
Evo Morales es indiscutiblemente el máximo líder boliviano, moviéndose en porcentajes electorales de mínima de 54 por ciento al momento de ganar la presidencia, 67 por ciento el referéndum por las revocatorias a los mandatos, y el 60 por ciento en el referéndum constitucional. El presidente que más votos había obtenido en los últimos tiempos fue Sánchez de Lozada cuando en la década del ‘90 obtuvo 33 por ciento de votos. Ello hace que la comparación del liderazgo actual no tenga equivalente.
La oposición se aglutina en torno a una posición anti-MAS (Movimiento al Socialismo), pero no en torno a una figura única ni desde un mismo partido. Se ubica regionalmente en la llamada “medialuna” de Beni, Tarija, Santa Cruz, Pando –hoy intervenido–, más Chuquisaca. Tiene como principal interés la definición exacta de las autonomías, que más allá de las 37 competencias establecidas en la Constitución, las diferencias persisten, y mucho más cuando también coexistirán con las nuevas autonomías indígenas.
Existirá una tensión entre los derechos individuales frente a los nuevos derechos colectivos de las comunidades organizadas en la polémica Constitución, que hará que la subjetividad interpretativa para la aplicación del nuevo texto genere fricciones de todo tipo. De modo explícito e implícito, existe una segregación y fuerte proceso de intolerancia entre los bolivianos que requiere una prudencia política de sus dirigentes, que, dicho sea de paso, hoy no existe en términos generalizados.
El pueblo boliviano se encuentra altamente politizado, susceptible frente a discursos radicales de las diferentes partes, y con fuerte capacidad de movilización por uno u otro bando, lo que hace pensar que no hay mucho margen para acciones y provocaciones extremas, sea desde el gobierno central, sea desde las posiciones autonómicas.
En fin, el país es un verdadero desafío para sus propios habitantes, pero también para todos los latinoamericanos que ven en ese nuevo modelo organizativo social y político, que convive y confronta con el pasado reciente, un modelo experimental tan atractivo como riesgoso, que tiene enormes similitudes con diferentes realidades nacionales en esta parte del continente.
Ojalá que Bolivia sea una sola, única, unida y en donde el consenso pueda expandirse en todas sus esferas. Ojalá le vaya bien a Bolivia, porque probablemente le pueda ir bien a toda América latina para empezar a solucionar sus viejas tensiones.
Opinión
UN PASO ATRÁS PARA BOLIVIA
ABC de España (www.abc.es)
Con un apoyo bastante menor del que esperaba, el caudillo indigenista boliviano Evo Morales ha logrado imponer una Constitución hecha a la medida de sus aspiraciones para mantenerse en el poder sobre un régimen político basado en criterios socialistas, en lo económico, y racistas, en lo social. Las posibilidades de que esta Constitución resuelva los problemas que aquejan a los bolivianos son inexistentes; en muchos casos, es más probable que las divisiones que han quebrado la cohesión de la sociedad boliviana se vean agravadas cuando Evo Morales intente aplicar un marco legal que rechaza una parte importante de la sociedad, mayoritariamente en las ciudades y en las regiones más industriales. Como era de esperar, su mentor, el venezolano Hugo Chávez, le ha felicitado efusivamente por la victoria en el referéndum, algo que Morales debería entender como un síntoma de mal agüero: Chávez también hizo su propia Constitución a la medida de sus necesidades y al gusto de sus excentricidades, pero tampoco le ha servido para resolver los desastres que aquejan a Venezuela. El líder bolivariano ya se ha embarcado en la segunda ofensiva para reformarla, después de que los ciudadanos le dijeran que no a la primera, y está llevando al país a una nueva prueba de confrontación que, por desgracia, corre el riesgo de caer en tintes violentos. La epidemia de caudillismo populista sigue siendo el principal obstáculo para la democracia en Iberoamérica.
Opinión
BOLIVIA, ENTRE EL ABISMO Y LA CONCERTACIÓN
ABC de España (www.abc.es)
La mitad de Bolivia condiciona el desarrollo de la Constitución indigenista a un diálogo con el presidente Evo Morales. El referendum del domingo le dio la victoria numérica al Gobierno –no alcanzaría el 60 por ciento- pero la división del voto, prácticamente en partes iguales en términos regionales, resucitó una oposición mortecina que se considera con derecho propio a sentarse a negociar el futuro de sus autonomías.
Los prefectos (gobernadores) autonomista recibieron un balón de oxígeno con los resultados del referendum en sus territorios. En Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando, -éste último pese a la militarización impuesta por el Gobierno-, triunfó el No, con un rechazo mínimo del 60 por ciento y un máximo superior al 65 por ciento. En Chuquisaca, la quinta región rebelde de las nueve que hay en Bolivia, se impuso un virtual empate que no quedara despejado hasta conocer el escrutinio oficial en su totalidad, previsto para el 20 de febrero.
Aunque los datos a nivel nacional arrojan casi un 60 a favor de la Constitución y un 40 en contra, las lecturales de uno y otro bloque les permitieron celebrar con el mismo entusiasmo. (Las cifras que se manejan corresponde al recuento rápido realizado por Ipsos, Apoyo Opinión y Mercado para la red ATB y el diario La Razón, según una selección estratégica de mesas electorales que contiene un margen de error simbólico).
Ruben Costas, prefecto de Santa Cruz (64 por ciento del NO), advirtió: “Queremos un cambio verdadero, de amplio consenso y no de imposición” y éste “no será posible si el Gobierno central y el MAS (partido de Evo Morales) se dejan llevar por un efímero triunfalismo”. En la misma línea se expresó Marío Cossio, al frente de Tarija (65 por ciento al No): “El Gobierno no tiene condiciones y peor aún, legitimidad para imponer a su gusto y sabor este texto constitucional. Está obligado a construir pactos”. Ernesto Suárez (Beni, 65 por ciento por el No) invocó a la calma: “No hay que actuar con las hormonas. Estamos dispuestos a escuchar. El presidente no puede taparse los oidos ante lo que la gente ha dicho con el voto”.
En este escenario, “al Gobierno sólo le queda negociar con las regiones” asegura la historiadora Jimena Costa. Para el analista y asesor de la Fundación Ebert, Carlos Toranzo, “Ahora más que nunca son necesarios los acuerdos políticos para legislar la aplicación de la nueva Constitución Política del Estado, de modo que las leyes incluyan a todos”. En caso contrario, Toranzo, como otros analistas, pronostica “violencia como la que nos acompañó estos últimos tres años”.
La noche del triunfo Evo Morales salió al balcón del Palacio Quemado, sede del Ejecutivo, desde donde convocó a “prefectos, alcaldes, constitucionalistas, dirigentes sociales y compañeros cívicos para trabajar juntos” en el desarrollo de la Constitución. “Aquí no hay ningún empate, hay un solo ganador, el pueblo boliviano y la Constitución”, dijo. Pero la mano tendida por el presidente del Gobierno vino acompañada de un golpe bajo: “Hemos vencido a los traidores (...), a los vende patrias, a los neoliberales… No hay ninguna media luna, hay una luna llena”.
En su intervención, arropado por un par de miles de seguidores, Morales agradeció el respaldo del 74 por ciento que obtuvo en La Paz. “Nunca olvidaré este apoyo”, garantizo. El comentario era oportuno porque “La Paz representa el 33 por ciento del padrón”, observa Jimena Costa. Sus votos equivalen a la suma de los de Sucre, Oruro, Potosí, Beni y Pando”.
Se necesitarán más de trescientas leyes para poder poner en práctica una Constitución, hoy por hoy, inviable. Lograrlas este año, con elecciones generales previstas para diciembre, a la luz de Bolivia, tampoco parece hoy una opción.
Opinión
LA DIVISIÓN SE AFIANZA EN BOLIVIA
Morales se impone en el referéndum constitucional, pero la oposición exhibe su fortaleza en las regiones ricas
La Rioja de España (www.larioja.com)
Los primeros resultados oficiales del referendo constitucional de Bolivia anticipan la necesidad de un acuerdo nacional que resuelva la polarización. Las urnas aprobaron la propuesta socialista e indigenista de Evo Morales pero ratificaron la fractura entre las dos Bolivias. Con el 38,75% de los sufragios escrutados, el 'sí' obtenía un 53,08% mientras que el 'no' se acercaba con un 46,92%. La alta participación, 90,74%, indica que en una cosa los bolivianos están de acuerdo: resolver sus diferencias por vías democráticas. De los diez millones de habitantes, 3,8 millones tienen derecho a voto. Además, un 75% de los electores decidió fijar en 5.000 hectáreas la máxima propiedad de tierra que puede tener un particular sin que se considere terrateniente.
Tanto el Gobierno como la oposición esperaban conocer ayer más datos oficiales antes de aventurarse a hacer nuevas declaraciones. Pero la víspera, ya entrada la noche del domingo, ambos bandos se declararon vencedores. El 'sí' ganaba en La Paz, Cochabamba, Potosí y Oruro, pero el 'no' revalidaba el triunfo en Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija. En Chuquisaca se daba un empate técnico.
El presidente Evo Morales, tomando como base los recuentos rápidos que daban un apoyo en torno al 60% a su propuesta de Carta Magna de corte socialista, que centraliza el poder del Estado y refuerza la posición de los indígenas, afirmó que empezaba «la nueva Bolivia, la igualdad y la dignificación de los bolivianos». También tendió una invitación a los gobernadores opositores «para trabajar juntos para la implementación de la nueva Constitución».
La ley valida el recuento general nacional, pero los gobernadores de la llamada Media Luna -Santa Cruz, Tarija, Beni, Pando y Chuquisaca- sostienen que ganaron porque sus respectivas regiones apoyaron el 'no'. Así que la disputa está servida. Tanto el prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas -considerado el líder de la oposición- y el de Tarija, Mario Cossio, pidieron del mandatario un acuerdo «para preservar la unidad». Advertían de que Morales «no va a poder aplicar la Constitución, por lo que reclamamos un pacto nacional que permita pensar en un nuevo proceso constituyente».
El meollo del asunto radica en que la aplicación de la Carta Magna requiere al menos cien leyes nuevas que sólo saldrán con el respaldo opositor. Salvo que se gobierne por decreto, opción poco recomendable porque añadiría más leña al fuego. Morales, al respecto, afirmó que sólo pactará la aplicación de la nueva ley fundamental sin tocar su contenido.
Ligero retroceso
El Parlamento actual, bicameral, pasará a tener una sola cámara, que se denominará Asamblea Plurinacional. El nuevo organigrama beneficiará al oficialismo que actualmente tiene mayoría en el Congreso pero no en el Senado, dominado por la oposición.
Un análisis preliminar de los datos da una visión de conjunto nada halagüeña. La oposición mantiene sus feudos; Morales ha perdido casi un 8% de apoyo respecto al 67% que obtuvo en la consulta revocatorio de agosto pasado; las zonas rurales y pobres están con el líder indígena pero ciudades y regiones ricas votan con la derecha. Es decir, se ahonda la brecha entre izquierda y derecha y ricos y pobres.
Lo positivo es que los prefectos parecen haberse convencido de que la violencia no lleva a ninguna parte. Probaron, sin demasiado éxito, con encontronazos a palos y piedras, cortes de caminos y tomas de instalaciones estatales durante los tres años de mandato de Evo. Eso sí, le forzaron a modificar más de un centenar de artículos del nuevo marco legal, entre ellos el de la reelección indefinida por sólo dos mandatos consecutivos. Además, lograron la eliminación del efecto retroactivo en la determinación de la extensión de los latifundios. Salvo que los resultados den porcentajes más abultados, el panorama boliviano continuará enmarañado.
Análisis
EL MAPA DEL PAÍS, MÁS DOBLADO QUE NUNCA
La victoria deja vía libre para la reelección del actual presidente
La Voz de Galicia, España (www.lavozdegalicia.es)
Desplegado, el mapa físico de Bolivia reproduce casi a la perfección el político. Bastaría con aplicar papel vegetal sobre el plano orográfico y delinear en él los estados departamentales para constatar la división casi milimétrica del país sudamericano. Doblándolo por la línea que marca la cordillera de los Andes, de un lado (el altiplano) está el territorio dominado por el Movimiento al Socialismo de Evo Morales y del otro (la Media Luna oriental), las regiones opositoras. En el medio (los valles) queda dividido al 50% el departamento de Chuquisaca, donde está Sucre, capital judicial del país. Ni un cartógrafo lo haría mejor.
Más que nunca, Bolivia está dividida. Y aunque esto ya no parezca noticia, sí lo es cuando se trata de hablar de una Constitución, la carta que ordena la sociedad.
Es evidente que la victoria de Morales, una más desde que asumió su cargo, consolida su estrategia y garantiza la puesta en marcha de la refundación de Bolivia. Así lo faculta el voto mayoritario, pero lo que no se podrá encontrar por ningún lado será la palabra consenso, lo que deja un regusto amargo.
Como en un juego infantil, oficialismo y oposición se lanzan acusaciones recíprocas. Contra el consabido racismo histórico contra los indígenas, uno de sus representantes, el primero en el poder tras casi 200 años de historia, ha logrado que se apruebe una ley de leyes que para los líderes de la oposición es también racista. A los autonomistas de la Media Luna el vicepresidente Álvaro García Linera los llama «lideres locales» y «secesionistas», a lo que el prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, responde que la nueva Constitución es «divisionista».
Más allá de lo que viene a partir de ahora, a saber, la aplicación de la Justicia originaria donde la tradición así lo manda, y del laicismo de un Estado hasta ahora católico, la oposición sabe que la nueva victoria de Evo también le da vía libre a su reelección. A finales de año, cuando se presume que habrá una nueva cita electoral, se sabrá si esto sucede, pero las bases del nuevo Estado boliviano están cimentadas.
Si no avanzan en la negociación, al nuevo orden tendrá que acostumbrarse la oposición, que, además, representa en gran medida a los grandes dueños de latifundios, los que desde el domingo tienen limitada su propiedad a cinco mil hectáreas de tierra. «Se acabó el colonialismo, interno y externo», sentencia Evo. Pero a tal estadio ha llegado sin consenso, apoyado por la mayor densidad demográfica del altiplano, pero perdiendo en la mitad de las regiones, las más ricas del país, el que aparece doblado en el mapa y también en la realidad
LA RESUCITADA OPOSICIÓN BOLIVIANA EXIGE CONSENSO PARA APLICAR LA CONSTITUCIÓN
ABC de España (www.abc.es)
La mitad de Bolivia condiciona el desarrollo de la Constitución indigenista a un diálogo con el presidente Evo Morales. El referéndum del domingo le dio la victoria numérica al Gobierno -58,7 por ciento- pero la división del voto, prácticamente en partes iguales en términos regionales, resucitó una oposición mortecina que se considera con derecho a sentarse a negociar el futuro de sus autonomías.
Los prefectos (gobernadores) autonomistas recibieron un balón de oxígeno con los resultados del referéndum en sus territorios. En Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando -éste último pese a la militarización impuesta por el Gobierno-, triunfó el «no», con un rechazo mínimo del 60 por ciento y un máximo superior al 65 por ciento. En Chuquisaca, la quinta región rebelde de las nueve que hay en Bolivia, se impuso un virtual empate que no quedará despejado hasta conocer el escrutinio oficial en su totalidad, previsto el 20 de febrero. Aunque los datos a nivel nacional arrojan casi un 60 a favor de la Constitución y un 40 en contra, las lecturas de uno y otro bloque les permitieron celebrar con el mismo entusiasmo. (Las cifras que se manejan corresponde al recuento rápido realizado por Ipsos, Apoyo Opinión y Mercado para la red ATB y el diario «La Razón», según una selección de mesas electorales que contiene un margen de error simbólico).
Sin legitimidad
Rubén Costas, prefecto de Santa Cruz (64 por ciento por el «no»), advirtió: «Queremos un cambio verdadero, de amplio consenso y no de imposición», y éste «no será posible si el Gobierno central y el MAS (partido de Evo Morales) se dejan llevar por un efímero triunfalismo». En la misma línea se expresó Marío Cossio, al frente de Tarija (65 por ciento «no»): «El Gobierno no tiene condiciones y peor aún, legitimidad para imponer a su gusto y sabor este texto constitucional. Está obligado a construir pactos». Ernesto Suárez (Beni, 65 por ciento por el «no») invocó a la calma: «No hay que actuar con las hormonas. Estamos dispuestos a escuchar. El presidente no puede taparse los oídos ante lo que la gente ha dicho con el voto».
En este escenario, «al Gobierno sólo le queda negociar con las regiones», asegura la historiadora Jimena Costa. Para el analista y asesor de la Fundación Ebert, Carlos Toranzo, «ahora más que nunca son necesarios los acuerdos políticos para legislar la aplicación de la nueva Constitución, de modo que las leyes incluyan a todos». En caso contrario, Toranzo, como otros analistas, pronostica «violencia como la que nos acompañó estos últimos tres años».
La noche del triunfo Evo Morales salió al balcón del Palacio Quemado, sede del Ejecutivo, desde donde convocó a «prefectos, alcaldes, constitucionalistas, dirigentes sociales y compañeros cívicos para trabajar juntos» en el desarrollo de la Constitución. «Aquí no hay ningún empate, hay un solo ganador, el pueblo y la Constitución», dijo. Pero la mano tendida por el presidente vino acompañada de un golpe bajo: «Hemos vencido a los traidores (...), a los vendepatrias, a los neoliberales... No hay ninguna media luna, hay una luna llena». En su intervención, arropado por un par de miles de seguidores, Morales agradeció el respaldo del 74 por ciento que obtuvo en La Paz.
PIDEN UN PACTO NACIONAL EN BOLIVIA PARA EVITAR LA FRACTURA DEL PAÍS
Evo Morales ganó el referéndum pero salió debilitado; la oposición perdió pero se ha fortalecido Evo Morales ganó el referéndum pero salió debilitado; la oposición perdió pero se ha fortalecido.
La Vanguardia de España (www.lavanguardia.es)
Sin pacto nacional, Bolivia no tiene salida; sin acuerdo, el país está trancado. La aprobación de la nueva Constitución con el 58"7% de votos favorables ahondó las fracturas políticas, sociales, geográficas y étnicas de un país ya muy polarizado. Conscientes de la gravedad de la situación, los líderes opositores de las provincias orientales que votaron por el No han pedido al presidente Evo Morales que no intente imponer la Carta Magna indigenista por la fuerza y que siga el camino de la concertación. Rubén Costa, gobernador de Santa Cruz, dijo que con más del 40 % en contra de la Constitución y dos tercios del territorio del país a favor del No, es necesaria "una agenda de negociación y un pacto social". Los medios piden concertación para aplicar el nuevo texto constitucional.
El referéndum ha resucitado a la oposición de las provincias del oriente que, tras las ocupaciones y choques de hace unos meses, había quedado maltrecha y sin credibilidad. Las cuatro regiones que constituyen la llamada media luna se consolidan como bloque opositor; por su lado, las provincias andinas del occidente, con buena parte de población indígena, se reafirman como bastiones del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS). La votación evidenció que la base del apoyo a Morales se concentra en el área rural; en las ciudades gana terreno la oposición. De hecho, Morales sólo triunfó en la tercera parte del territorio de Bolivia.
Alejandro Nató, representante permanente en Bolivia del Centro Carter, señala a "La Vanguardia" que el referéndum "oxigena a la oposición para poder posicionarse y le da posibilidad de tener un lugar en el espectro político que tiene que construirse". Según Nató, después de mucha puja el Gobierno pudo lograr que se aprobara la Constitución con un contenido que contempla sus convicciones políticas.
La política es algo más que aritmética. Lo sabe bien el analista Jorge Lazarte, quien comenta a "La Vanguardia" que si bien el Gobierno ganó al aprobar la Constitución, ahora está más debilitado; por el contrario, la oposición perdió pero ha salido más fuerte.
Lazarte es taxativo al afirmar que la Constitución no podrá implementarse sin un acuerdo. Al respecto, plantea dos escenarios: llegar a un pacto para aplicar las leyes orgánicas que atenúe el poder etnicista y discriminatorio de la Constitución. La segunda opción supone modificar el texto constitucional.
Sabiendo el sinuoso camino que resta para aplicar la Constitución, el diario "La Razón" exhorta a pactar un proyecto de nación que "sea capaz de reunir a los bolivianos y no ahonde la polarización actual hasta llevarla a un peligroso punto de no retorno". La votación del domingo mostró una vez más la existencia de dos Bolivias que están frente a frente con dos visiones de sociedad, dos formas de ver el país, dos maneras de producción; oriente contra occidente, país rural enfrentado al país urbano.
Aunque Evo Morales no ha demostrado mayor sentido de Estado, se le reconoce que es un dirigente con gran intuición política y con sentido del poder, de manera que cuando encuentra otra fuerza enfrente tiende a refrenarse. Por ello se espera que pueda iniciarse una negociación sin dobleces.
Evo Morales consiguió lo que buscaba, pero sin el margen esperado. Al conocer los resultados, desde el balcón del palacio presidencial lanzó una arenga triunfalista. Aunque convocó a "prefectos, alcaldes, dirigentes sociales y compañeros cívicos para trabajar juntos", volvió a insultar a los opositores: "Hemos vencido a los traidores, a los vende patrias, a los neoliberales". Morales proclamó "la refundación de Bolivia". Dijo que "aquí empieza la nueva Bolivia, la igualdad y la dignificación del boliviano". Quiso dejar claro que "no hay empate, hay claro ganador: la Constitución". En referencia a las regiones que gobierna la oposición dijo: "Desde hoy no hay media luna. Hay luna llena en unidad de todos los bolivianos".
La más radical de la oposición fue la gobernadora indígena de Chuquisaca, Savina Cuéllar, ex militante del MAS, quien rechazó la nueva Constitución. "¡Desacato!, ¡desacato!, ¡desacato!", gritó Cuéllar desde el balcón de la prefectura, en Sucre, un enclave opositor.
Pando rechaza la represión Evo Morales sufrió un fuerte golpe en Pando. Pese al control militar, al encarcelamiento del gobernador Leopoldo Fernández, a la persecución de líderes autonomistas y a la escasa campaña que pudo realizar la oposición, el No (60"7%) ganó con claridad en la provincia oriental.
Pando, que el 11 de septiembre de 2008 fue escenario de un sangriento choque entre opositores y oficialistas, que provocó 13 muertos y 27 heridos, acudió a las urnas para manifestar su oposición al Gobierno.Varios vecinos que para evitar ser detenidos están exiliados en la cercana ciudad brasileña de Brasilea, cruzaron la frontera a escondidas para votar.
Pando ha estado varios meses bajo estado de sitio. La votación supuso un rechazo a la represión y al gobernador militar. Leopoldo Fernández se ha convertido en el primer preso político de Evo Morales, ya que está en la cárcel desde el mes de septiembre, sin ser juzgado y sin que se hayan presentado pruebas sólidas sobre su implicación en las 13 muertes. Para exculpar al Gobierno, Unasur, un organismo internacional de América del Sur, hizo un informe en que se culpaba a Fernández. El tal informe ha quedado totalmente desvirtuado al aparecer cuatro personas que las daba por muertas. Uno de los falsos fallecidos votó el domingo.
Cuando Leopoldo Fernández fue detenido y encarcelado por los militares, el Gobierno puso como sucesor al militar Rafael Bandeira.
Tras la victoria del no en Pando, el senador opositor Roger Pinto comentó que "esperábamos esta respuesta contundente de la población; pese a la persecución política y a las intimidaciones que existieron en nuestro departamento, se votó en contra del presidente". Pinto dijo que Evo Morales "debe entender el mensaje de la gente que está cansada de que la traten como en la época de los militares. El pueblo pandino mostró nuevamente su valentía y le dijo no al avasallamiento que hemos sufrido".
EL AJUSTADO RESULTADO DEL REFERÉNDUM COMPLICA LA GOBERNABILIDAD DE BOLIVIA
La oposición a Evo Morales habla de "empate técnico" y pide un pacto nacional
El País de España (www.elpais.com)
La victoria del sí en el referéndum constitucional boliviano, celebrado el domingo, dibuja un escenario complejo porque aunque el presidente Evo Morales ha obtenido un respaldo suficiente, incluso amplio para los parámetros europeos (según los sondeos rondará el 60%, punto arriba, punto abajo, aunque con el 34,9% de los votos escrutados, la ventaja era del 52,9%), también es cierto que el no ha triunfado en la llamada media luna, la zona oriental del país, donde cuatro departamentos (de los nueve en que está dividida Bolivia) han dejado claro su rechazo. La media luna no ha quedado, ni mucho menos, aniquilada ni se ha visto obligada a presentar la capitulación, como esperaban los representantes del Gobierno.
Desde el punto de vista de Morales, la victoria es suficiente, pero complicada, no sólo por la clara victoria del no en la zona oriental, sino porque, en conjunto, ha perdido algunos puntos respecto a votaciones anteriores y, sobre todo, porque empieza a mostrarse un cierto rechazo en las zonas urbanas. Se podría decir que la nueva Constitución ha arrasado en las zonas rurales y campesinas (con un 82% a favor y un 18% en contra), pero que en las ciudades los apoyos han sido mucho más matizados (52% frente a 48%), quizás porque el nuevo proyecto ha despertado fuertes recelos en la pequeña clase media mestiza.
La victoria del no en la media luna dará, sin duda, fuerzas a la oposición, muy abatida por el pésimo resultado que obtuvo hace un año en el llamado referéndum revocatorio. En esta ocasión ha demostrado que no está derrotada y que ha reforzado su poder en el oriente, dejando claro que Evo Morales tiene mayoría, pero no hegemonía territorial.
La oposición no puede, sin embargo, echar las campanas al vuelo porque tiene también serios problemas: no es capaz de romper el techo del 40%, no tiene un líder a nivel nacional capaz de competir con éxito en la zona occidental del país y no tiene un proyecto de ámbito nacional capaz de hacerse hueco entre la población indígena, mayoritaria. Incluso en Chuquisaca, el único departamento con mayoría indígena que tiene una gobernadora, Savina Cuéllar, acérrima detractora de Evo Morales, se produjo prácticamente un empate, que quizás termine dando la victoria a uno u otro por unas pocas décimas. En estas condiciones, es muy probable que la nueva Constitución no mejore la gobernabilidad del país, sino que su aplicación dé origen a nuevos conflictos. "Con este resultado, el presidente Morales tiene que comprender que no puede construir el nuevo país que pretende crear", aseguró Branko Marinkovic, presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, el organismo autonomista que ha encabezado hasta ahora la "rebelión" de la media luna. La oposición se esforzó inmediatamente en construir una imagen de "empate técnico" (teniendo en cuenta el ámbito territorial), que obligue a Evo Morales y a su Gobierno a embarcarse en la negociación de un gran pacto nacional.
La idea es negociar la aplicación de los estatutos de autonomía ya aprobados en los departamentos rebeldes, en muchos aspectos radicalmente contradictorios con el contenido de la nueva Constitución. Óscar Ortiz Antelo, presidente del Senado, un órgano en el que Morales no tiene mayoría, pagó ayer un anuncio en la prensa para defender la idea de ese pacto nacional que, en realidad, quiere dejar sin efecto parte de la nueva Constitución.
Las primeras reacciones de Morales no indican, ni mucho menos, que esté considerando esa posibilidad. Poco después de conocerse el resultado de la consulta, Morales salió al balcón del Palacio Quemado, en La Paz, para felicitar a sus seguidores. "Aquí no hay ningún empate", dijo. "Aquí no hay ninguna media luna, sino una luna llena, con la unidad del pueblo boliviano". Apoyándose en ese 60% de voto favorable a la nueva Constitución (y en el 78% que ha respaldado que se limite la extensión máxima de las explotaciones agrarias a 5.000 hectáreas), el presidente anunció la refundación de una nueva Bolivia, en la que se acabó el colonialismo, el neoliberalismo y el latifundio.
El presidente, que se someterá en pocos días a una operación quirúrgica debido a un problema nasal, no ofreció ningún pacto, pero dejó abierta la puerta a la "coordinación" necesaria para poner en marcha la Constitución. La mayoría de los analistas considera que Morales, que puede presentarse a un segundo mandato presidencial, está analizando la posibilidad de adelantar las elecciones y no esperar hasta 2010 para someterse de nuevo a las urnas.
El Ejecutivo logró hacer aprobar su reforma constitucional y los prefectos díscolos testearon su fuerza en la media luna
BOLIVIA: OPOSICIÓN Y GOBIERNO SACAN CUENTAS ALEGRES DEL REFERÉNDUM
Los primeros datos oficiales de la consulta confirman el triunfo del proyecto de reforma de la Carta Magna. Pero los expertos llaman a evitar los triunfalismos y a, de una vez por todas, forjar un pacto social duradero.
La Nación de Chile (www.lanacion.cl)
Tras la realización del referendo constitucional en Bolivia, al parecer el único punto de consenso claro es, hasta el momento, que cerca del 78% de la población decidió que la extensión máxima de tendencia de tierra es de 5 hectáreas, según los sondeos a boca de urna. En todo lo demás se mantiene la nebulosa, pese a que la nueva Ley Fundamental del país habría obtenido más del 60% de aprobación ciudadana.
Aunque se deberá esperar varios días para que la Corte Nacional Electoral dé a conocer los resultados oficiales del plebiscito del domingo, ya parece claro que la aplicación del texto provocará más de un choque entre el Gobierno y la oposición. El fantasma de los consensos ha regresado para instalarse en gloria y majestad.
Si bien es cierto que el Gobierno salió fortalecido, también lo fue la oposición que logró doblarle la mano a las expectativas del Presidente Evo Morales, al convencer a la población de los departamentos de Pando, Beni, Tarija y Santa Cruz, que votaran por la opción No.
Es por ello que el analista boliviano César Romero afirma que para el oficialismo la aprobación de la Constitución "es una victoria con sabor a derrota. El Mandatario no contaba con que iba a perder en la media luna. Y si bien el resultado tiene alcance nacional, de ahí a que tenga una vigencia real requiere de acuerdos que permitan alcanzar un pacto social".
Por el lado de la oposición, el experto Carlos Cordero sostiene que los únicos que salieron airosos con el resultado en los cuatro departamentos -en la díscola Chuquisaca hay hasta el momento un empate técnico- son justamente los prefectos. "Quienes han salido debilitados son los liderazgos nacionales, figuras como el ex Presidente Carlos Mesa o el ex vicepresidente Víctor Hugo Cárdenas, quienes hicieron campañas por el No en el occidente boliviano, bastión electoral de Evo Morales".
Ello responde a que durante la campaña electoral, al igual que todo 2008, "no hubo un No homogéneo, sino que cada uno tenía sus propias razones" para oponerse al texto constitucional, comenta el analista César Romero. Éstas iban "desde el tema económico hasta el religioso", agrega.
DOS CAMINOS
Según los primeros cálculos, el Sí habría obtenido cerca de 61% de los sufragios, frente al 46% del No. Aunque es claro que el porcentaje aprobatorio es más que suficiente para que el Gobierno pueda celebrar, el abogado boliviano constitucionalista, José Luis Romero, aclara que si bien ello "fortalece a la democracia, (también) obliga a que el Ejecutivo sea prudente, pues también debe considerar esa opinión". "A veces, los triunfalismos no ayudan en nada", agrega.
Punto no menor, ya que justamente "el consentimiento de la oposición es necesario para la aplicación de la Constitución. Sin él, no habrá suficiente gobernabilidad, y seguiremos en un escenario de conflicto", sostiene en la misma línea Carlos Cordero.
A estas alturas es difícil saber cuál será el caballito de batalla de la oposición en el Senado, donde tiene mayoría, liderada por el senador Óscar Ortiz (ver nota inferior). Sin embargo, César Romero explica ambos bando tienen dos opciones para salir del embrollo: "Optan por una concertación para la aplicación de la Constitución -es decir, se aprueba la ley transitoria con algunos cambios-, o se opta por realizar un nuevo proceso constituyente para que se hagan modificaciones significativas que permitan incorporar al 40% que no está de acuerdo con el documento".
"Si no se llega por uno u otro camino a un pacto social, es probable que 2009 siga siendo un año bastante inestable y conflictivo", augura el analista.
Aún no hay resultados oficiales
RECHAZA EVO MORALES UN PACTO CON LA OPOSICIÓN Y CRECE LA TENSIÓN
Varios líderes regionales advirtieron que no reconocerán la nueva Constitución aprobada anteayer
La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)
Un día después de obtener un triunfo clave en un referéndum que le permitirá imponer una Constitución socialista en Bolivia, el presidente Evo Morales anunció ayer que no tiene intenciones de buscar un pacto político con la oposición, declaración que acentuó el proceso de creciente polarización que vive el país.
Al proclamar "la derrota de los vendepatrias", Morales prometió acelerar la aplicación de la Carta Magna a pesar de que varios líderes opositores exigieron un pacto tras el referéndum de anteayer, en el que el sí a la Constitución recibió cerca del 60 por ciento de los votos a nivel nacional, pero fue rechazada en por lo menos cuatro de los nueve departamentos bolivianos.
"Esta Constitución es para todos los bolivianos, no sólo para algún grupo. Oí decir que quieren un nuevo pacto, pero el pacto es la nueva Constitución aprobada por el pueblo boliviano", dijo Morales, ante una concentración de sus partidarios en la ciudad central de Cochabamba.
"Si quieren un pacto, va a ser para aplicar la nueva Constitución. Que lo sepan algunos prefectos y autoridades [regionales]", agregó en tono desafiante el mandatario, que, gracias a la reforma, podrá buscar la reelección en diciembre.
Morales anunció que se reunirá hoy con todos sus ministros, viceministros y directores para diseñar un plan general de aplicación de la nueva Constitución, que da más poder a los pueblos indígenas e impone un régimen económico estatista y centralizado.
Horas antes de la dura advertencia del mandatario, los líderes de los departamentos en los que se impuso el rechazo a la nueva Carta Magna advirtieron que se opondrían a la aplicación del cambio constitucional sin un acuerdo político previo.
"Ante los resultados de este referéndum, el gobierno no tiene las condiciones para imponer a su gusto y sabor el texto constitucional. Está obligado a construir pactos", advirtió el prefecto (gobernador) de Tarija, Mario Cossío.
Anteanoche, la prefecta de Chuquisaca, Savina Cuéllar, había llamado directamente a la desobediencia civil. El influyente dirigente cívico de Santa Cruz Branco Marinkovic llegó incluso a plantear como solución un "pacto confederal" entre las "dos visiones" de país que existen en Bolivia, porque, a su juicio, Morales no podrá "imponer" la Carta Magna en la llamada Media Luna que conforman los cuatro departamentos del oriente boliviano, la región más rica del país.
Y el prefecto cruceño, Rubén Costas, exigió también al gobierno que tomara en cuenta el voto de su distrito en contra del cambio constitucional y amenazó con aplicar su estatuto de autonomía, al margen de la nueva Carta Magna.
Las cuatro regiones donde triunfó con comodidad el no -Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando- exigen que el gobierno de Morales reconozca las autonomías departamentales que cada uno de ellos aprobó el año pasado, en referéndums que fueron declarados ilegales por el gobierno central.
El nuevo texto constitucional reconoce las autonomías, pero las divide en regionales, municipales e indígenas, por lo que les resta poder a los gobiernos autónomos concebidos por los líderes de la Media Luna. Además, una disposición transitoria de la nueva Carta Magna, pactada en el Congreso, obliga a los dirigentes regionales a compatibilizar los estatutos de autonomía con la Constitución.
El ministro de Defensa Legal, Héctor Arce, dijo ayer que el gobierno esperaba que los representantes regionales se sometieran a "la voluntad del pueblo" adaptando a la Constitución sus estatutos de autonomía.
"La aprobación de la Constitución se ha dado en circunscripción nacional, tiene efecto vinculante en los nueve departamentos y no corresponde ningún intento de separar legalmente la votación por regiones", advirtió Arce, uno de los principales consejeros legales de Morales.
Las encuestas en boca de urna pronosticaron la victoria del sí a la nueva Constitución por cerca del 60 por ciento de los votos válidos, algo que el lento cómputo oficial parecía ayer encaminado a confirmar.
La nueva Carta Magna, instrumento central de la "refundación" del empobrecido país, prometida por Morales, entraría en vigor en febrero, cuando se espera que la Corte Nacional Electoral publique el resultado oficial final del referéndum.
LOS OPOSITORES DE LA MEDIA LUNA DEL ORIENTE BOLIVIANO LE PIDIERON AL MANDATARIO UN PACTO SOCIAL TRAS EL REFERENDUM
PARA EVO, EL PACTO ES LA NUEVA CONSTITUCIÓN
Una vez más, la votación recordó las diferencias entre el occidente y el oriente bolivianos. El gobierno ganó la aprobación de la Carta Magna, pero el No se impuso en los departamentos del oriente. Morales llamó al diálogo para implementar el texto.
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
Con el 50 por ciento de las mesas escrutadas, el Sí a la nueva Constitución llega al 57 por ciento, mientras el No alcanza el 43 por ciento. El gobierno de Evo Morales espera que al final del conteo la aprobación del texto obtenga el 60 por ciento del Sí, como prometieron los primeros sondeos de boca de urna. La oposición, que festeja el triunfo del No en los departamentos de la Media Luna (Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija), exige a Morales un “pacto social” para implementar en los departamentos del oriente las 411 leyes refrendadas el domingo pasado. Ayer, el presidente avisó que “esta Constitución es para todos los bolivianos. Si quieren pacto va a ser para aplicar la nueva Constitución. Que lo sepan algunos prefectos y autoridades regionales”.
En el Palacio Quemado calculaban que el proyecto de Constitución conseguiría el 64 por ciento de aprobación del electorado, luego de que en octubre de 2008 un “Gran Acuerdo” entre los partidos opositores y el oficialismo permitiera mandar a referéndum el texto de la Asamblea Constituyente, previa modificación en el Congreso de la mitad de sus artículos. Pero el rechazo de cuatro departamentos con cifras superiores al 60 por ciento fue un electroshock para los alicaídos líderes de la Media Luna, acusados por el gobierno de ejecutar el “intento de golpe de Estado cívico-prefectural que en septiembre pasado dejó 20 muertos.
El domingo, en la plaza Murillo, el presidente anunció la llegada de “la nueva Bolivia”. Por su lado, las autoridades de los departamentos donde se impuso el No afirmaron que habían derrotado en las urnas al gobierno del MAS. Y pidieron un acuerdo con Morales para aplicar el estatuto autonómico tal como fue aprobado el 4 de mayo pasado (ilegalmente, según el presidente). “El pacto social que queremos todos los bolivianos no será posible si el gobierno central y el MAS se dejan llevar por un efímero triunfalismo. Negar la existencia de un No que se ha manifestado en todo el país, tratar de imponer a toda costa su proyecto de poder, encontrará nuestra firme e inclaudicable resistencia”, dijo el autoproclamado “gobernador” Rubén Costas en la cruceña plaza 24 de Septiembre.
El gobierno nacional también puso condiciones. “El diálogo tiene que darse en base a la implementación de la nueva Constitución aprobada por el pueblo, no por el Congreso, no por una asamblea. Y el gobierno tiene la responsabilidad de hacerla respetar. No podemos mover un centímetro de la Constitución aprobada por el voto popular”, dijo el ministro responsable de la Defensa Legal de las Recuperaciones Estatales, Héctor Arce.
“La aprobación de la Constitución se ha dado en circunscripción nacional, tiene efecto vinculante en los nueve departamentos y no corresponde ningún intento de separar legalmente la votación por regiones”, agregó el ministro.
Hasta ayer, el Sí tenía el 75 por ciento de votos en La Paz, departamento que reúne a 1,3 millón de los 3,8 millones de electores habilitados. La nueva Constitución también fue aprobada en Cochabamba (75% del Sí, 25% del No), Oruro (68% del Sí, 31% del No) y Potosí (60% del Sí, 39% del No), según datos de la Corte Nacional Electoral (CNE). El No tuvo el 70 por ciento en Santa Cruz –cuyos 868 mil votantes lo hacen segundo departamento en peso electoral–, Chuquisaca (70% del No), Beni (70% del No), Pando (59% del No) y Tarija (57% del No).
Una vez más, la votación recordó las diferencias entre el occidente y el oriente boliviano. “Hay un país con dos visiones, eso está muy claro. Los departamentos autónomos que dijeron No contundentemente a esta Constitución y aquellos departamentos que en su momento decidieron no ser autónomos. Esas son las dos visiones de Bolivia que hoy deben buscar un pacto nacional de cómo podemos convivir pacíficamente. De ninguna manera se podrá imponer sobre nuestros departamentos una Constitución que ha sido rechazada”, dijo al diario cruceño El Deber el presidente del Comité Pro Santa Cruz, Branco Marinkovic.
En lo inmediato, hace falta cumplir con la disposición transitoria primera de la nueva Constitución, donde dice que el actual Congreso deberá aprobar una Ley Electoral Transitoria de aquí a dos meses. Esa normativa viabilizará la elección, el 6 de diciembre próximo, de integrantes para la Asamblea Legislativa Plurinacional, como será rebautizado el Congreso. También se elegirá presidente y vicepresidente. Para este rubro ya se anotó Morales. “Tenemos 60 días y si hay obstaculización de la ultraderecha del Senado, el Ejecutivo tiene la misión de llevar adelante las elecciones de diciembre. Y tiene la obligación legítima de hacer aquello a través de un decreto supremo”, dijo Félix Rojas, senador del MAS.
La Asamblea Plurinacional prevé la inclusión de representantes de los pueblos indígenas, con los que se identifica el 65 por ciento de la población. Por medio de sus organizaciones, ya empezaron a elaborar propuestas de leyes para que las discuta el Congreso. Serán algunas de las cien leyes necesarias para implementar la nueva Constitución.
“Los indígenas vamos a trabajar leyes coherentes, en ejercicio de nuestros derechos aprobados con la nueva Constitución. Ahora tenemos que trabajar propuestas de ley para la elección de nuestros representantes. Evaluamos que serán debatidas por los legisladores para que se defina cuántos asientos nos corresponden en la Asamblea Legislativa Plurinacional”, dijo a este diario el presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia, el tacana Adolfo Chávez.
Es el objetivo de Evo Morales, señala senador Antonio Peredo y habla sobre clima que se vive en Bolivia y desmiente distorsiones.
RECONSTRUIR BOLIVIA
La Primera de Perú (www.diariolaprimeraperu.com)
“El gobierno de Evo Morales ha equilibrado una economía que estaba saqueada por los gobiernos neoliberales”, dice, entre otras cosas, el senador Antonio Peredo del Movimiento al Socialismo (MAS) en esta entrevista concedida a LA PRIMERA. Afirma también que la nueva Constitución, en Bolivia, va a reestructurar los poderes del Estado.
-¿Cuál es el significado de la victoria del SÍ?
-La reconstitución de Bolivia. Con esta nueva Constitución vamos a reestructurar los poderes del Estado. Vamos a reestablecer el principio comunitario que rige en las relaciones de la mayoría boliviana y a establecer las autonomías.
-¿El triunfo del SÍ divide a Bolivia?
-Esto no divide al país. La victoria del SÍ ha demostrado que el país se maneja con el voto democrático, independientemente de que éste sea a favor o en contra de la posición.
-Pero a pesar de esta nueva victoria del presidente Evo Morales y el Movimiento al Socialismo, sus detractores aseguran que Bolivia está igual que al principio.
-No sé cuál es el principio para los que dicen eso. El gobierno de Evo Morales ha equilibrado una economía que estaba saqueada por los gobiernos neoliberales, ha liberado al país del analfabetismo y ha llevado salud hasta los últimos rincones del país y también está modificando la estructura social y la política nacional.-Entonces, ¿considera poco serio decir que más del 60% es una victoria precaria y ajustada?
-Ajustada sería decir que nosotros ganemos con el 50% más un voto. Pero más de 60% es una diferencia sustancial. Es una diferencia de 20 puntos entre una y otra posición. Es cierto que el referendo revocatorio tuvo una votación mayor pero eso no significa que el 60% esté subvaluado.
-La oposición dice que existe el peligro de que su país se divida.
-No creo que eso sea una posición opositora. Es la posición incoherente de Sabina Cuéllar (gobernadora del departamento de Chuquisaca). El prefecto de Santa Cruz (Rubén Costas, mayor opositor al gobierno), por ejemplo, ha reconocido la vigencia de la nueva Constitución. Esta oposición fuerte está diciendo lo contrario que los medios de comunicación y ciertos analistas perversos que están pretendiendo mostrar a una Bolivia dividida.
-¿Y cuáles serían los intereses de estos medios y analistas “perversos”?
-Primero, derrocar a este gobierno y segundo, volver a la situación anterior a la toma de posición de Morales que privilegiaba y daba prebendas a un grupo de poder frente a la pobreza, la explotación y la exclusión de las grandes mayorías de Bolivia.
-¿Son fundadas las advertencias del ex presidente Carlos Mesa quien dice que habrá violencia?
-El ex presidente tendría que recordar que su ministro de la Presidencia, cuando asistía al Congreso, decía que ese gobierno debía atender y solucionar 20 conflictos por día. ¡Eso era violencia!
SENADORES FELICITAN A BOLIVIA POR ACTITUD DEMOCRÁTICA EJEMPLAR EN REFERENDO
Terra de España (www.actualidad.terra.es)
El grupo de senadores españoles que fue a Bolivia en misión de observadores del referendo sobre la nueva Constitución celebrado el domingo ha expresado hoy su felicitación al pueblo de Bolivia por 'su actitud democrática ejemplar en el curso de una jornada electoral que se desarrolló con normalidad'.
Los senadores Dionisio García (PP), Hilario Caballero (PSOE), Josep Maria Batlle (Entesa) y Jordi Vilajoana (CIU) actuaron como observadores de la jornada en la que los bolivianos aprobaron la nueva Constitución.
Estos senadores, en una declaración conjunta, felicitan al pueblo de Bolivia por 'su actitud democrática ejemplar en el curso de una jornada electoral que se ha desarrollado con normalidad'.
Afirman haber constatado la intensidad del debate político durante los días previos a la jornada electoral y subrayan que es evidente que Bolivia vive 'un momento crucial sobre su futuro, en el que emergen como retos insoslayables la reconciliación nacional, la descentralización y la lucha contra la pobreza y las desigualdades sociales'.
En este sentido, indican que 'los espacios para el entendimiento y el diálogo entre las principales fuerzas políticas son necesarios'.
Manifiestan su confianza en que la aprobación de la nueva Constitución propicie 'un clima de sosiego y sirva para continuar el esfuerzo colectivo en la búsqueda de soluciones a los problemas que enfrenta Bolivia en la hora actual'.
Asimismo expresan su 'ferviente deseo de que Bolivia consolide, con el necesario apoyo de una oposición leal y constructiva, su proceso de estabilización institucional, desarrollo socioeconómico y convivencia democrática que necesita y merece'. Durante su estancia en Bolivia, los senadores han realizado labores de observación en diversos centros de votación durante la jornada del referéndum, en zonas rurales, periurbanas y urbanas del Departamento de La Paz.
DICE PARLASUR QUE OPOSICIÓN EN BOLIVIA ES MUY PELIGROSA
China Org. (www.spanish.china.org.cn)
El jefe de la misión del Parlamento del Mercado Común del Sur (Parlasur), Florisvaldo Rosinha, quien participó como observador en el referendo constitucional del domingo, dijo que la oposición política en Bolivia es muy peligrosa, debido a que manipula y desinforma.
"Es una oposición peligrosa, por el tipo de comportamiento que tiene, por la manera como manipula y desinforma", dijo el presidente del Parlasur, al momento de hacer una evaluación de su observación en Bolivia en el referendo constitucional que aprobó la nueva Carta Magna con cerca de 60 por ciento de apoyo.
La Constitución reformada busca dar mayor fuerza política a los indígenas bolivianos, permite a Morales buscar una reelección y le otorga mayor control sobre la economía.
Según Rosinha, la oposición derechista en el Congreso boliviano, y los prefectos y cívicos de cuatro regiones (Beni, Tarija, Santa Cruz y Chuquisaca) han apelado a la mentira en su campaña por el No a la nueva Constitución, desvirtuando el texto original.
Los opositores utilizaron en anuncios propagandísticos y en sus discursos mensajes sobre la religión, las tierras, la propiedad privada, el aborto y la justicia comunitaria, entre otros.
Los derechistas dijeron que con la nueva Constitución Bolivia se convierte en atea, que se quitarán las tierras, se implantará la pena de muerte con la justicia comunitaria, se legalizará el aborto y el matrimonio homosexual.
En ningún momento hablaron ni reconocieron las virtudes y avances del texto aprobado en referendo, dijo el legislador del Parlasur.
El observador calificó el proceso electoral boliviano como transparente, democrático y muy bien organizado.
"No hay que cuestionar de ninguna parte. Ningún ente político o partido o cualquier persona puede cuestionar el proceso organizacional en sentido de la legalidad de la normalidad", agregó.
Negó enfáticamente que hubiera indicios de fraude en el referendo constitucional.
Para el representante del Parlasur, la única irregularidad considerada por los 350 observadores fue que encontraron alguna propaganda en las mesas electorales.
LA CONSTITUCIÓN DE EVO ENFRENTA DURA OPOSICIÓN
El Nuevo Herald de Estados Unidos (www.elnuevoherald.com)
El Presidente Evo Morales enarbola una copia de la nueva Carta Magna en un acto en La Paz la noche del domingo.
El presidente Evo Morales logró una victoria al imponer una Constitución que será la piedra angular para sus reformas políticas en Bolivia, pero la oposición, que apostó por el ''No'' y triunfó en la mitad del país, reclama también un papel en esa reestructuración de la nación.
Los resultados dejaron un país dividido ya que la nueva constitución fue aprobada en cuatro regiones, en otras cuatro perdió y en una el cómputo era parejo entre las dos opciones.
La Agencia France Presse indicó que el texto aprobado refuerza el rol del Estado, consolida la nacionalización de recursos, permite la reelección presidencial (que potencialmente permitirá a Morales quedarse en el cargo hasta el 2015), da un vuelco total a la justicia y refuerza los poderes de los indígenas, que componen el 47 por ciento de los 10 millones de bolivianos.
Los resultados preliminares, que dan al ''Sí'' entre 58 y 60% de los votos contra 40 a 42% del ''No'', obligan al gobierno y a la oposición regional a discutir espacios de consenso para aplicar la nueva Carta Magna, que requiere de unas cien leyes para implementarse, indicaron los analistas
Por su parte, el presidente Morales llamó ayer a su gabinete a planificar lo más pronto posible la aplicación de la nueva Constitución y dejó a un lado llamados de la oposición para negociaciones políticas porque ya la Carta Magna fue ''aprobada por el pueblo boliviano'', según reportes de la agencia Associated Press.
'Escuché que [los opositores] quieren hacer `nuevo pacto'. El pacto es la nueva Constitución aprobada por el pueblo boliviano'', dijo el mandatario, indicó la Agencia Boliviana de Información (ABI) gubernamental.
''Ahora la responsabilidad del gobierno es implementar la nueva Constitución y quiero que sepan: mañana [hoy] ministros, ministras, viceministros desde la 8 de las mañana estarán reunidos para planificar cómo se implementará [la Constitución], y como se hará una gestión plurinacional'', señaló el mandatario.
Las cuatro regiones donde es seguro el triunfo del ''No'' --Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando-- reclaman principalmente que el gobierno reconozca las autonomías departamentales que cada uno de ellos aprobó, en referendos que fueron declarados ilegales por el gobierno central.
El nuevo texto constitucional reconoce las autonomías, pero las divide en regionales, municipales e indígenas, restándole poder a los gobierno autónomos concebidos por los líderes de esas cuatro áreas del país.
Según el senador opositor, Carlos Borth el tema de la autonomía es el que finalmente deberá ser concertado entre oficialistas y opositores.
El referendo del domingo demostró que la oposición a Morales permanece intacta en esas regiones.
El secretario de Autonomías de las prefectura [gobernación] de Santa Cruz, Carlos Dabdoub, dijo ayer que será necesario ''un nuevo proceso constituyente'' porque en su criterio ''sería un error garrafal si el gobierno trata de imponer'' la Constitución en aquellas regiones donde el texto fue rechazado.
El prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas --considerado cabeza visible de la oposición-- pidió a Morales en una masiva concentración la noche del domingo un pacto ``para preservar la unidad y un pacto para todos''.
El prefecto de Tarija, Mario Cossío, a quien consideran el estratega de las regiones rebeldes, consideró que el gobierno ``no va a poder aplicar la Constitución, por lo que reclamamos un pacto nacional que permita pensar en un nuevo proceso constituyente''.
El presidente Evo Morales respondió a la oposición con ``un abierto llamado para trabajar juntos para la implementación de la nueva Constitución''.
En un comunicado desde Washington, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, abogó porque ``sea el diálogo el único mecanismo utilizado por los bolivianos para lograr un acercamiento de las distintas posiciones''.
Pero el analista y economista Fernando Untoja aseguró que ``así como están las cosas, el gobierno tiene que renegociar la agenda política, porque el país no sólo está polarizado, sino que hay dos maneras de pensar y mientras existan esas dos maneras el conflicto es cada vez más latente''.
Según los conteos preliminares, el ''Sí'' a la nueva Carta Magna fue mayoría en La Paz, Oruro, Cochabamba y Potosí y el ''No'' en Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, mientras que en Chuquisaca se produjo un empate técnico con 50.6% por el ''No'' y 49.4% por el ``Sí''.
EL TEMA SE DISCUTE EN DESPACHOS DEL PALACIO QUEMADO Y A NIVEL PARLAMENTARIO
EL GOBIERNO DE BOLIVIA ANALIZA SI ADELANTA LAS ELECCIONES GENERALES
Es tras el referendo constitucional del domingo que apoyó la reelección presidencial.
Clarín de Argentina (www.clarin.com)
El día después de la aprobación de la nueva Constitución, cuando los bolivianos aún tenían sus dedos manchados con la tinta indeleble usada para evitar la doble votación, el gobierno comenzó rápidamente a diseñar su estrategia para aplicar la nueva Carta Magna. La tarea, que no se presenta fácil, comenzará a ser discutida hoy por Evo Morales con su gabinete. Pero el gobierno ya analiza la posibilidad de adelantar el llamado a elecciones generales, previstas inicialmente para diciembre próximo.
Hay unos 100 artículos de la Constitución aprobada ayer que pueden comenzar a ser aplicados de inmediato. No ocurre lo mismo con los otros 300 que necesitan leyes del Congreso y que deberán ser aprobadas por la nueva Asamblea Legislativa Plurinacional que reemplazará al actual Parlamento. De ahí que la principal preocupación por estos días sea la redacción de una ley electoral para elegir Presidente y Congreso en diciembre de 2009, y gobernadores en 2010.
"El pueblo derrotó a todos los vendepatrias", declaró ayer el primer mandatario, cuya posibilidad de ser reelecto quedó aprobada ayer en el referendo constitucional cuando triunfó el "Sí" por el 62% de los votos. Morales respondió asimismo a los dirigentes autonomistas de Santa Cruz, que reclaman un "gran pacto nacional": "El verdadero pacto es la nueva Constitución, que no es para el Evo sino para la gente abandonada".
Ayer, un sector del bloque parlamentario oficialista adelantó que está dispuesto a acortar sus mandatos para que las elecciones se adelanten a mitad de 2009. "No hay nada seguro, pero hay algunos sectores del MAS que están con esa posición", le dijo a Clarín una fuente parlamentaria. Y aunque desde el Palacio Quemado se habla de "posiciones personales", el tema está en el aire. Aunque no resultará fácil, dado que debe ser el actual Congreso el que modifique la disposición transitoria de la nueva Carta Magna, el adelantamiento tiene al menos dos ventajas. No le daría margen a la oposición para encontrar un candidato, hoy inexistente. Y, además, posibilitaría la previsible reelección de Evo Morales antes de que pegue fuerte la crisis económica mundial, que ya comenzó a golpear a la minería y las exportaciones de gas, fuente de la caja que permite las políticas sociales estrellas de la "revolución democrática y cultural". También el dirigente cocalero Asterio Romero apoyó esta vía para una aplicación más rápida de la nueva Carta Magna.
Pero la materialización de la letra de la nueva Constitución tiene otros laberintos que aún deben sortearse. Para incluir a los nueve departamentos en el nuevo régimen autonómico que reemplazó al tradicional centralismo paceño, deben realizarse referendos en las regiones donde el "No" a la autonomía triunfó en la consulta de 2006. Es decir, La Paz, Oruro, Potosí, Chuquisaca y Cochabamba."El texto deja muchas ventanas abiertas, lo que va a traer muchos problemas al Parlamento para su aplicación", advirtió ayer el Colegio de Abogados.
"Si el Occidente (del país) ha decidido vivir con el socialismo chavista no vamos a criticarlo. Pero la otra mitad del país ha dicho 'No' a la Constitución y un presidente debe gobernar para todos", insistió el líder autonomista cruceño Branko Marinkovic. Los indígenas del oriente boliviano, que se sienten ganadores, anunciaron que comenzarán a aplicar sus autonomías, mientras analistas conservadores advertían sobre los efectos del masivo apoyo -con el 80% de los votos- a la moción que limita a 5.000 hectáreas las propiedades agrarias. Temen una ola de toma de tierras amparados en esta disposición que no es retroactiva.Como símbolo de los nuevos tiempos en el Norte, EE.UU. felicitó ayer a La Paz y se ofreció a trabajar con el presidente Morales. "Felicitamos al pueblo boliviano por el referéndum", dijo Robert Wood, un portavoz del Departamento de Estado. "Estamos deseando trabajar con el gobierno boliviano de forma que podamos promover la democracia y la prosperidad", afirmó. Preguntado si el referéndum ha reforzado la democracia, Wood respondió que un proceso democrático libre y justo ciertamente contribuye positivamente a ese fin.
BOLIVIA: NO MÁS DE 5.000 HECTÁREAS
La Constitución Política de Bolivia, aprobada en un referendo este domingo, prohíbe la tenencia de tierras por encima de las 5.000 hectáreas.
BBC de Londres (www.news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america)
Los bolivianos, además de responder si estaban o no de acuerdo con el proyecto de Constitución, escogieron cuál debería ser la cantidad máxima de tierras que puede acumular un ciudadano. Las opciones eran 5.000 y 10.000 hectáreas.
Según los resultados preliminares ofrecidos por los medios de comunicación locales, la opción de las 5.000 hectáreas ganó con más del 78%.
Sin embargo, la propia Constitución señala que estos resultados se aplicarán de ahora en adelante, es decir, las propiedades que exceden las 5.000 hectáreas y que fueron adquiridas antes de la aprobación de esta Carta Magna, no serán expropiadas por su extensión, aunque hay otras normas en la misma Carta Magna, que podrían derivar en una reversión de los predios.
Prohibido el latifundio
La nueva Constitución establece que "se prohíbe el latifundio y la doble titulación por ser contrarios al interés colectivo y al desarrollo del país.
Se entiende por latifundio la tenencia improductiva de la tierra, la tierra que no cumpla con la función económica social, la explotación de la tierra que aplica un sistema de servidumbre, semiesclavitud o esclavitud en la relación laboral o la propiedad que sobrepasa la superficie máxima zonificada establecida en la ley.
En ningún caso, la superficie máxima podrá exceder las cinco mil hectáreas".
El presidente Evo Morales, la noche del domingo durante el festejo del Sí, en alusión a este artículo dijo que "se acabó el latifundismo, se acabaron los terratenientes" porque con la nueva Carta Magna se da paso a "la refundación de Bolivia".
El presidente de los ganaderos de Bolivia, Guido Nayar, dijo a BBC Mundo que la pregunta de la tierra tenía un objetivo político y que no era otro que conseguir más votos por el Sí al texto constitucional, tanto de la gente que no tiene tierra como de aquella que tiene por debajo de las 5.000 hectáreas y que cree que su propiedad está asegurada.
Sin embargo, Nayar cree que más allá de la superficie límite, lo que le dará inseguridad jurídica al sector es la disposición de expropiar las tierras que no cumplan con la función económica social y las de aquellos propietarios que sometan a la servidumbre o esclavitud a sus trabajadores.
Según el empresario, existen 87 normas que cada propietario de tierras deben cumplir para no ser "un esclavista".
"Uno termina siendo esclavista por cualquier motivo. Si es padrino de un trabajador, uno es esclavista, si un trabajador no tiene carnet, uno es esclavista, si sus hijos no van a la escuela, uno es esclavista", dijo manera de protesta.
Económica y social
El director de la Fundación Tierra, Gonzalo Colque, dijo a BBC Mundo que la nueva superficie no afectará a la estructura de la propiedad de la tierra en Bolivia precisamente porque su aplicación será de aquí en adelante.
En cambio, sí tendrá un impacto la aplicación de la función económica social y la de la prohibición de la servidumbre. Sin embargo, Colque comenta que esas normas ya están siendo aplicadas y que la novedad ahora es que ingresaron al texto constitucional.
La función económica social tiene que ver con la productividad de una parcela y la de la servidumbre, con la relación que mantiene un hacendado con sus empleados.
Colque comenta que este tema quedó opacado por la pregunta referida al texto constitucional, ya que ni el gobierno ni la oposición lo incorporaron al debate.
"Por eso hay muchos votos en blanco", dice Colque.
En todo caso, considera que el nuevo texto es "un mandato ciudadano para llevar adelante una verdadera reforma agraria".
RESURGE EL INDIGENISMO ARGENTINO
Crece el orgullo indígena argentino.- El reconocimiento de sus derechos en la Constitución argentina y el auge social del movimiento en la vecina Bolivia han sido claves del desarrollo aborigen
El País de España (www.elpais.com)
La wiphala, la bandera multicolor del Tawantinsuyu (imperio inca), flamea en diversos sitios de la Quebrada de Humahuaca, en la provincia argentina de Jujuy (noroeste del país). Al entrar en Tilcara, uno de los principales pueblos de esta quebrada vecina de Bolivia, se lee en un paredón una pintada que se refiere al "orgullo" de la "nación" del Collasuyo, la provincia austral del imperio inca. Una y otra son imágenes que apenas se veían hace pocos años y que señalan que el indigenismo ha cobrado fuerza en Argentina, un país de mayorías blancas y mestizas, pero que aún cobija una minoría de los llamados "pueblos originarios".
"Sin ninguna duda, hay un resurgimiento de los movimientos indígenas", reconoce Héctor Nieva, dirigente de la Comunidad Kolla Tinkunaku, situada en la provincia de Salta, también en el noroeste argentino. "A partir de que se asentaron los derechos indígenas en la Constitución argentina (1994) y del impulso de los movimientos sociales en Bolivia, con Evo Morales a la cabeza. Todo esto produjo un contagio en el norte de Argentina y en los mapuches -de la sureña región de la Patagonia. Cada vez más indígenas, reprimidos y discriminados durante siglos, tratan de buscar su resurgimiento como comunidades organizadas", explica Nieva.
En cambio, Jorge Nahuel, miembro de la Confederación Mapuche Neuquina, opina que "no hay un resurgimiento de pueblos que son milenarios, sino mayor visibilidad; siempre ha habido denuncias y demandas en un país que se jacta de ser el más europeo de América, pero antes estaban más ocultas". Advierte que, desde la Constitución de 1994 y la declaración de la ONU sobre los pueblos indígenas (2007), existe un "reconocimiento simbólico de la pluriculturalidad, pero el sistema jurídico, la educación y las instituciones son monoculturales". Reconoce que la nueva Constitución de Bolivia, que se votó el domingo, sienta un precedente en América porque "más allá de consagrar la wiphala como símbolo nacional" crea un Estado plurinacional. "Pero en Bolivia el 80% es indígena, y en Argentina no hay que caer en el análisis cuantitativo, sino en que somos naciones preexistentes", aclara.
De los 39 millones de habitantes de Argentina, unos 383.000 (el 1%) pertenecen a una diversidad de 35 pueblos indígenas, según una encuesta oficial de 2005. Entre las etnias más numerosas figuran los mapuches, kollas, tobas (noreste del país y Buenos Aires), wichí (norte), guaraníes (norte y Buenos Aires) y diaguitas (noroeste).
Cada pueblo tiene su diferente identidad, su propia lengua (algunos la perdieron con el tiempo ante el avance del español), pero comparten reclamaciones. La principal de ellas es el reconocimiento de sus tierras mediante títulos formales. Todas piden un mejor acceso a la sanidad y a la seguridad social, una educación que integre su cultura y su lengua, participación en la definición de las políticas públicas, respeto a sus autoridades y formas de organización y defensa de los recursos naturales. Los mapuches y los diaguitas se definen como "naciones", y reclaman que se respete su derecho a la autodeterminación, aunque con matices.
Los kollas de la ciudad de Humahuaca se distinguen porque formaron un partido político local, el Movimiento de Participación Comunitaria (MPC), que logró en las elecciones de 2007 el tercer puesto y una de las tres concejalías que estaban en disputa. A diferencia de la mayor parte de Argentina, Humahuaca cuenta con un alto porcentaje de población autóctona, pero las autoridades electorales no le permitieron al MPC agregar a su nombre la palabra "indígena" ni imprimir la wiphala en sus papeletas. Este año, el MPC se presentará en toda Jujuy con candidatos a legisladores nacionales, provinciales y municipales.
Sixto Quispe, que pretende ser elegido diputado provincial, explica el origen del partido: "Yo hice campañas con el peronismo; pero después de ganar, siempre nos dejaron de lado. Hasta hoy se mantiene el desamparo de los pueblos indígenas, mientras se entrega la riqueza a las multinacionales y a los que dicen ser pequeños agricultores. En Jujuy hay un 90% de indígenas, aunque nos hacen creer que somos argentinos. Estamos gobernados por inmigrantes". Sin embargo, Quispe aclara que también se siente argentino y carece de vínculos e incluso de información sobre el movimiento de Morales, más allá de que comparten algunas de sus reivindicaciones. También se diferencia de Rosa Chiquichano, la primera indígena diputada nacional, una tehuelche que en 2007 accedió al Congreso por el peronismo de la provincia patagónica de Chubut.
Los kollas de otras regiones prefieren "por ahora" no formar un partido. Hace cuatro años se formó el movimiento Kollamarca, con la participación de todas las comunidades kollas de la región salteña de Yungas y la reclamación de 1,1 millones de hectáreas. La Comunidad Kolla Tinkunaku logró en 2007 que el Gobierno de Salta le reconociera 70.000 hectáreas, y está a punto de acceder al título de otras 19.000 que ocupa una tabacalera que en el pasado había sido denunciada por someter a los indígenas a condiciones de semiesclavitud.
En la mítica carretera 40, que une Argentina de norte a sur, los diaguitas han "recuperado" -como dicen ellos- las ruinas de Quilmes, último bastión de resistencia indígena en el noroeste de este país en tiempos de la conquista española. Considerada su "ciudad sagrada", la Unión de Pueblos de la Nación Diaguita ocupó estos terrenos, que las autoridades habían concedido para su explotación a un artista y empresario de origen indígena.
"Antes éramos comunidades aisladas, y en los últimos años encontramos puntos en común ante el desalojo de las tierras y la contaminación de los recursos naturales", explica Fernando Nieva, abogado e integrante de la unión diaguita. En la carretera 40, a la altura de la provincia de Tucumán, se leen pintadas en las paradas de autobuses contra la minería por su uso de agua en esa árida región.
Los diaguitas se reconocen argentinos, pero advierten que "hay una pluralidad de naciones" en este país suramericano. "El derecho a la libre determinación no significa sólo la independencia, sino también el control de tierras y recursos naturales", aduce Fernando Nieva.
Kollamarca reivindica la "autodeterminación, pero no la autonomía total porque hoy en día no se va a lograr", admite Héctor Nieva. El dirigente kolla aclara: "Nosotros nos consideramos argentinos, pero los límites geográficos fueron impuestos por el Estado".
Los mapuches son más radicales. "Argentina es un invento moderno, de hace 200 años, y las culturas originarias son milenarias, de 10.000 años de antigüedad, según la antropología", reivindica Nuahuel. "Queremos que se reconozca que hay un Estado que alberga una nación milenaria", pide el dirigente, que responde cuando le preguntan si se siente argentino: "Somos mapuches en el Estado argentino, al que respetamos porque vivimos aquí". Por eso, su primer reclamación es el reconocimiento jurídico a la "autonomía mapuche", que le permita tener su idioma, sus escuelas bilingües, su sistema administrativo y su justicia -que no busca aislar al delincuente, sino que repare el daño causado. La otra ambición mapuche es el ordenamiento territorial que permita controlar los recursos naturales en disputa -vía bloqueos y ocupaciones- con petroleras, mineras y complejos turísticos. Los mapuches tampoco quieren participar en política mediante un partido propio: "No creemos en este sistema de partidos. Un partido serviría para dispersarnos, no somos el 80% de la población".
FELICITAN A PRESIDENTE MORALES
La Primera de Perú (www.diariolaprimeraperu.com)
El triunfo de la democracia en Bolivia, con la aprobación de una nueva Constitución mediante un referendo, “renueva la esperanza de todas las fuerzas democráticas y progresistas de la región y las alienta a continuar en la construcción de sociedades más justas, solidarias y soberanas”.
Así lo afirmó en un mensaje de felicitación al presidente Evo Morales, enviado por el jefe del Partido Nacionalista Peruano, Ollanta Humala, como amigo y como titular de esta organización.
La carta destaca el respaldo popular alcanzado por Morales en “el último referendo que abre paso a la nueva Constitución que regirá la vida y el desarrollo del hermano pueblo boliviano”.
El inicio de esta refundación de la República de Bolivia, escogida por su pueblo, es una esperanza en el camino de superar la pobreza y la desigualdad aún imperantes, agrega la comunicación.Indígenas de Ecuador felicitan a Evo Morales por triunfo en el referendo
La confederación de indígenas de la etnia Kichwa de Ecuador (Ecuarunari) felicitó hoy al presidente boliviano, Evo Morales, y a su pueblo por el triunfo en el referendo del domingo, que aprobó la nueva Constitución de ese país.
"Unimos nuestras voces y corazones rebeldes para celebrar, de manera revolucionaria, el triunfo del pueblo boliviano en el referéndum constitucional celebrado el domingo 25 de enero en la Bolivia digna y soberana de Tupac Katari y Bartolina Sisa", héroes indígenas, señaló un comunicado de Ecuarunari.
En el escrito, la organización indígena más importante de la sierra andina ecuatoriana aseguró que, "las estrategias separatistas, aliadas a fuerzas cómplices y encubridoras de sectores religiosos, siempre aliados a los opresores, fueron una vez más derrotadas" en el referendo de Bolivia.
Además, recordaron unas frases del presidente boliviano, quien ha asegurado que con ese triunfo "se refunda el país con igualdad para los bolivianos y bolivianas y respeto para los indígenas humillados históricamente, finaliza el colonialismo interno y externo y se acaba la subasta de los recursos naturales".
Ecuarunari destacó el hecho de que el texto constitucional boliviano incluya la reforma sobre la propiedad de la tierra, "en un país en donde las mejores y la mayor parte de las tierras están concentradas en pocas manos". "Inicia con este triunfo una nueva batalla, la de encarnar en las leyes el mandato de la suprema ley constitucional. Para ello convocamos al pueblo boliviano a mantenerse unidos y siempre listos a enfrentar las renovadas estrategias que, sin duda, implementarán los sectores oligárquicos y el imperialismo", añadió el texto.
Además, sostuvo que los indígenas ecuatorianos acompañarán a los bolivianos en todo el proceso de cambio que "esté encaminado a sepultar para siempre el genocida y ecocida sistema neoliberal, que ha excluido a millones de seres de la posibilidad de vivir con dignidad".
CONSTRUCCIÓN DE CAMINO AMENAZA ÁREA NATURAL PROTEGIDA EN BOLIVIA
Agencia Reuters de Londres (www.lta.reuters.com/article)
El Parque Machía, un área protegida selvática en la región central de Cochabamba en Bolivia, está amenazado por la planeada construcción de un camino vecinal que lo cruzaría por la mitad, denunció la encargada de la reserva.
Para concretar el camino, que unirá a la comunidad de Copacabana con la capital del municipio de la alcaldía de Villa Tunari, serán talados árboles y los cerca de 1.000 animales que viven en ese refugio de 38 hectáreas tendrán que ser trasladados.
El año pasado, la alcaldía dio un ultimátum a los administradores del área natural protegida. "Nos mandaron una nota: teníamos dos semanas para desalojar", dijo a Reuters Nena Baltazar, encargada del Parque Machía desde su fundación, hace más de 13 años.
Aunque el proyecto está temporalmente paralizado, la amenaza sigue latente pues en el 2008 la alcaldía adjudicó la construcción del camino.
El alcalde de Villa Tunari, Feliciano Mamani, no estuvo disponible para declaraciones.
Según representantes de la reserva natural, con el proyecto la alcaldía violaría sus propias normas ya que el Parque Machía fue declarado como área protegida en 1993 a través de una Ordenanza Municipal.
A partir de esa fecha, Villa Tunari se convirtió en el principal centro turístico de Chapare y del departamento de Cochabamba y recibe anualmente la visita de más de 8.000 turistas.
RESISTENCIA
Esta reserva natural no es sólo una de las pocas que existen en Bolivia sino que es la única en su especie debido a que recupera animales en cautiverio y los reinserta a la naturaleza con el apoyo de voluntarios de todas partes del mundo.
Petter Carlsson es uno de ellos. Este joven sueco de 20 años es el mejor amigo de Quirqui, un puma viejo que fue maltratado durante toda su infancia y juventud, pero que felizmente fue rescatado y ahora convive junto a 40 voluntarios, principalmente europeos, y más de 1.000 animales en el calor del Parque Machía.
"Cerrar este parque no sólo sería un error, sino una inmensa tontería", dijo Carlsson.
Mientras que Mattheu, un joven inglés que conoció a su esposa en su segunda visita al Machía, expresó: "Me gusta (el Machía). He estado en todas partes de Sudamérica, pero Bolivia es mi país".
En esta reserva hay más de 400 monos, decenas de pumas, osos perezosos, cientos de loros, guacamayos, tejones y murciélagos que son todos libres y ayudados a recuperarse gracias al paciente trabajo de voluntarios.
Las recuperaciones de los animales pueden tardar, pero son siempre exitosas.
Popular es un mono araña que vivió cuatro años encadenado a un columpio. "Cuando lo rescatamos estaba pelado. Ahora ya está totalmente integrado a los otros monos. Verlo ahora es muy lindo", contó Luis Morales, uno de los veterinarios del parque.
A algunas personas también el parque les ha cambiado la vida.
"Hace poco me llamó un abogado italiano que pasó algunas semanas como voluntario. Me contó que había abandonado el Derecho e iba por el tercer año de veterinaria. 'Machía me cambió la vida', me dijo", dijo Baltazar, la encargada del parque.
La agenda de nacionalización y nueva Constitución Política del Estado —popularizada en Bolivia como CPE— no pertenece a Morales. Fue impuesta en octubre de 2003 por las fuerzas sociales y políticas que forzaron la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada y contiene distintas formas de interpretación e implementación. Desde agosto de 2003 hasta que asumió la Presidencia, en enero de 2006, Morales se ha balanceado entre sus deseos de expropiación de las empresas transnacionales y las necesidades de un acuerdo; entre una Constitucional radical y otra más parecida a la que acaban de refrendar los bolivianos.
Morales creyó que podría llevar a referéndum la Constitución aprobada en Oruro sin la presencia de la oposición, como antes había intentado rechazar las autonomías (el principal reclamo de la oposición regional). Después negoció cediendo muy poco, y finalmente optó por introducir algunos cambios e incluir las autonomías.
Lo hizo en un contexto de radicalización que, para noviembre, parecía el prólogo de un conflicto entre el oriente y el occidente del país con derivaciones insospechadas y una certeza: cientos de muertos. El presidente vio por primera vez un abismo y consideró que no habría nueva CPE si no impulsaba ese acuerdo.
A pesar de las concesiones en el tema de las tierras y otros, la nueva Constitución —la primera sometida a referéndum— consolida un proyecto incluyente inédito en la historia del país, da reconocimiento a las distintas naciones originarias, profundiza el sesgo nacionalista y estatista, separa a la Iglesia del Estado e incorpora las autonomías departamentales.
Las críticas han llegado de izquierda y derecha. Por la izquierda, analistas de aquí y allá han machacado con el contraste entre masas puras y revolucionarias y un líder reformista que cede. Las organizaciones sociales y la base de apoyo de Morales no pidieron al gobierno masivamente armas, como sí había ocurrido con los sindicatos mineros y obreros en 1971 durante el gobierno de Juan José Torres. Los que lo hicieron fueron grupos minoritarios enojados (emputados es la expresión boliviana) con las concesiones.
Las críticas por la derecha —la Iglesia que ha puesto a Dios como votante del “no”, los partidos que participaron del acuerdo, el oriente y la gran mayoría de los medios privados— utilizaron argumentos técnicos, religiosos e invocaron el supuesto autoritarismo de Morales. Como el presidente fue ratificado en el cargo con 67.5% de los votos en agosto de 2007, argumentan que Adolfo Hitler también recibió el favor de las urnas. Todavía no han hecho comparaciones con el Tercer Reich para despreciar que el presidente haya acordado con la oposición cambios a la nueva CPE. Pero el argumento central blandido es que Morales polariza, como también polarizan la Constitución y el propio referéndum. Para ellos, Bolivia perdió su paz y armonía.
El presidente cumplió sus dos principales promesas de cambio, pero queda un camino largo de consolidación. Consolidar las nacionalizaciones implica mejorar el rendimiento de las flamantes empresas estatales (algunas existían antes, pero casi como astilleros fantasmas) para optimizar, por ejemplo, la producción de gas. La Constitución implicará un engorroso trámite para legalizarla y viabilizarla. Las regiones opositoras intentarán usar el resultado local del referéndum para negar su aplicación. El conflicto interno continuará, pero con nueva CPE. El Universal de México (www.eluniversal.com.mx)
Opinión
REELECCIONES BUENAS Y MALAS
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
El rotundo triunfo de Evo Morales, el tercero consecutivo desde el 2005, difícilmente servirá para acallar las críticas de quienes vieron en este referendo constitucional apenas una estratagema del líder boliviano para perpetuarse en el poder. Caso omiso se hace del denso articulado de la nueva Constitución boliviana que, en sus 411 artículos, establece un marco normativo protectivo de las grandes mayorías populares, por siglos oprimidas por los distintos gobiernos de Bolivia, al paso que reafirma los derechos de los pueblos indígenas, garantiza el control público de los principales recursos naturales y perfecciona la calidad de las instituciones republicanas. Pese a que unos 350 observadores internacionales de organismos como la OEA, la Unasur, la Unión Europea y el Centro Carter declararon que las elecciones se desenvolvieron de manera inobjetable, el líder de la derecha fascista de Santa Cruz, Branco Marinkovic, manifestó su impotencia lanzando una ridícula acusación de fraude, preparando el terreno para una nueva ofensiva sediciosa en contra de la nueva Constitución.
Una de las críticas más socorridas, escuchada también en estos días a propósito de la propuesta de enmienda de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela facultando la reelección indefinida del presidente Hugo Chávez, es que tal cláusula revela una vocación totalitaria que debe ser rechazada a cualquier precio. La secretaria de Estado de George W. Bush, Condoleezza Rice, no se cansó de predicar esta tesis, repetida luego ad nauseam por los principales medios de prensa, periodistas y analistas “independientes” de América latina. No se conocen todavía comentarios de su sucesora, Hillary Clinton, pero a juzgar por sus muy desafortunadas declaraciones en la audiencia confirmatoria sostenida ante el Senado de EE.UU. no sería de extrañar que en los próximos días apareciera un comunicado oficial deplorando lo que sería visto como una sinuosa maniobra de Evo Morales para eternizarse en el Palacio Quemado.
En vista de ello, conviene recordar que la reelección indefinida es una norma en la mayoría de los países europeos: fue por eso que Helmut Kohl pudo ser canciller primero de la República Federal Alemana y luego de la Alemania unificada durante dieciséis años, desde 1982 a 1998, sin que en ningún momento la opinión “bienpensante” y la prensa “independiente” (mucho menos el Departamento de Estado) pusieran el grito en el cielo ante tan prolongado monopolio del poder político. Podría haber seguido en el timón de la Cancillería; si no lo hizo fue por el estallido de un escándalo que lo obligó a renunciar. En España, el principal lobbista mundial de las transnacionales españolas y sedicente custodio de los valores democráticos, Felipe González, fue presidente del gobierno desde 1982 a 1996, un total de 14 años, sin despertar preocupación alguna en la Casa Blanca y los gobiernos “democráticos” del mundo desarrollado. En el Reino Unido, Margaret Thatcher fue primera ministra durante 11 años. Nada le impedía haber seguido en el poder, pero su coalición perdió peso electoral y tuvo que renunciar. Hay varios casos similares en Europa. Francia, sin ir más lejos, autoriza una reelección presidencial para un mandato de siete años cada uno. Todos los últimos presidentes de Francia duraron 14 años en el poder.
Más interesante todavía es el significativo (y cómplice) silencio de Washington ante la dilatada permanencia en el poder de una serie de mandatarios amigos, aliados incondicionales del imperio: en Egipto, el actual presidente Mohamed Hosni Mubarak ejerce el cargo desde octubre de 1981, lo que no obsta para que reciba toda clase de elogios por la “estabilidad política” lograda en ese país y generosos apoyos financieros y militares de parte de la Casa Blanca. Total: 28 años ininterrumpidos en el gobierno. En Camerún, el presidente Paul Biya gobierna con poderes omnímodos desde 1982: 27 años. En el pequeño enclave petrolero de Gabón, otro aliado de Estados Unidos, el presidente Omar Bongo Ondimba preserva el orden con mano de hierro desde 1967: 42 años. En Angola, el gobierno pro americano de José E. dos Santos se encuentra en el poder desde 1979: 30 años. Por último, uno de los aliados fundamentales de Estados Unidos, Arabia Saudita, es un país en el que impera el más primitivo y brutal despotismo: allí rige una monarquía hereditaria que jamás ha convocado a elecciones de ningún tipo, ni siquiera para el Legislativo, cuyos miembros son designados “a dedo” por el rey Abdallah entre su séquito de familiares y favoritos. Jamás el Departamento de Estado ha dicho una palabra acerca de las amenazas que la perpetuación de estos regímenes plantea para el futuro de la democracia en el mundo. El problema son casos como los de Fidel, Evo y Chávez, no estos otros. Si son útiles a los intereses de Washington podrán permanecer en el poder el tiempo que quieran y, además, ser respaldados por todos los medios imaginables. Si se rebelan contra el imperio se los denuncia como déspotas o tiranos. En fin, amigos son los amigos.
Opinión
ASEDIO COCALERO A LA UNIDAD BOLIVIANA
Expansión de España (www.expansion.com)
Sin resultados definitivos todavía, Evo Morales ha vencido en su referéndum constitucional con el que pretende la “refundación” de Bolivia. Lo poco abultado de la ventaja que ha podido obtener y la radicalidad de los cambios propuestos, aparte del procedimiento asambleario empleado para la elaboración del proyecto de ley fundamental –con votaciones a mano alzada– abundan en la previsión de que los resultados finalmente obtenidos, con documentación fehaciente, serán siembra de muy corta y difícil cosecha.
Aunque en el orden de los principios democráticos suponga una palmaria aberración el establecimiento de una asimetría estructural, por desigualdad ante la ley, consistente en otorgar doble voto a los indígenas para determinadas materias, en el plano de la práctica resulta un entero despropósito la pretensión de que la Bolivia rica y productiva –donde la propuesta Constitución ha sido rechazada por mayorías superiores al 60%– se avenga a la aceptación de un sistema político y económico que, literalmente, lamina su identidad en todos los órdenes por la vía de un planchado socialista encaminado a la construcción de la miseria colectiva. Lo resumía con toda elocuencia el presidente Morales, en un mitin desde el balcón presidencial: “Aquí se acabó el pasado colonial. Aquí se acabó el neoliberalismo. Aquí se acabó el latifundismo…”
Como no podía ser de otra manera, este es el talante con el que se esgrime una Constitución, aprobada poco menos que por los pelos en la parte del país teóricamente más favorecida por ella, y rechazada de plano en los cuatro ámbitos regionales de significancia económica y moderna estructura social.
Nada se vislumbra, por tanto, que quepa parangonar a los mínimos niveles de consenso exigibles para el sostén de una Constitución. En caso de que la nueva legalidad de base llegara a ponerse en marcha, de confirmarse los resultados, y validarse éstos por los observadores internacionales de la Organización de Estados Americanos y de la Unión Europea, es muy previsible que tenga un recorrido muy corto, porque una fractura de ese porte es muy difícil de soportar para cualquier nación.
EDITORIAL
'DIVISIÓN EN BOLIVIA'
El Periódico de España (www.elperiodico.com)
Aunque el presidente de Bolivia, Evo Morales, sostenga que "no hay ninguna media luna", la victoria del no a la nueva Constitución en los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, en el referendo celebrado el domingo, empaña la victoria del sí a escala nacional, consagra la división social entre indígenas y no indígenas y condiciona la aplicación de un texto pensado para refundar el Estado y rescatar de la postración a los más desfavorecidos. En un país en el cual el 60% de la población se considera indígena, este ha sido el porcentaje obtenido por el sí en el cómputo global, pero no es menos significativo que el grueso de los noes se haya registrado en las regiones autonomistas --la media luna--, ricas en recursos energéticos y donde más débil es la influencia del MAS, el partido de Morales.Solo un pacto puede evitar que rebroten las disensiones entre La Paz y los gobernadores díscolos, encabezados por el de Santa Cruz, que aspiran a alguna fórmula de descentralización que les permita participar en la gestión de los yacimientos de petróleo y gas. El país más pobre de Suramérica carece de capacidad de resistencia para sustanciar las tensiones entre el poder paceño y los políticos de ascendencia criolla, que se escudan en las reivindicaciones departamentales para combatir el programa indigenista de Morales. Como ha quedado demostrado en el pasado, la mera coordinación a la que ha aludido el presidente al proclamar el final del "pasado colonial, el neoliberalismo y el latifundismo" no parece suficiente para cohesionar al país y liberarlo del marasmo de la pobreza, que obliga a más de dos millones de ciudadanos a subsistir con una renta de dos euros al día.
Opinión
UN PAÍS DIVIDIDO
La Vanguardia de España (www.lavanguardia.es)
EL reciente referéndum en Bolivia sobre una nueva Constitución ha dejado un país dividido. Lejos de reforzarse el consenso y el liderazgo del presidente Evo Morales, de nuevo el riesgo de una fractura emerge con fuerza. Dos países convergen en uno: el este contra el oeste y las ciudades rurales frente al país urbano. El movimiento indígena avanza pero su suelo parece demasiado frágil para convocar a todo el país a una unidad nacional. Tanto es así que los analistas sitúan, detrás de la victoria aritmética de Morales, un cierto castigo político, ya que el 58,7% de los votos favorables a la nueva Constitución quedan muy lejos de los cálculos que se habían hecho. Además, la oposición, que se encontraba seriamente debilitada, ha conseguido aunar en torno a sus propuestas un muy respetable 41,3%, que no es poco dadas las condiciones en que se mueve dentro del país. Más allá del discurso, en muchas ocasiones, excesivamente populista de Morales y las palabras pronunciadas la misma noche del referéndum de la Carta Magna en las que hablaba de una nueva Bolivia, la dura crisis económica que vive el país - en la que está en riesgo garantizar necesidades tan básicas como la alimentación y erradicar la situación de extrema pobreza- debería hacerle abandonar la política frontista que ha caracterizado buena parte de sus iniciativas legislativas. España, que cuenta con una buena relación con Bolivia, haría bien en utilizar su influencia para enfriar la posible extensión de modelos como el de este país o el de Venezuela a toda Sudamérica. Países como Brasil han sabido con acierto superar situaciones difíciles y ser realmente un espejo para sus vecinos.
Editorial
BOLIVIA INDÍGENA
El triunfo en el referéndum constitucional de Evo Morales no garantiza la gobernabilidad del país
El País de España (www.elpais.com)
Los bolivianos han aprobado por una rotunda mayoría (más del 60%) la nueva Constitución en el referéndum que se celebró el domingo, según los datos ofrecidos hasta el momento. El largo y accidentado proceso que Evo Morales puso en marcha para refundar el país poco después de conquistar el poder ha llegado por fin a puerto, pero lo ha hecho de manera fallida. El país está dividido en dos grandes bloques -la zona andina, de menores recursos económicos y que respalda decididamente la línea oficial, y las provincias del oriente, donde se encuentran los yacimientos de petróleo y gas natural, que reclaman mayor autonomía del poder central- y el nuevo triunfo de Morales no garantiza la gobernabilidad del país, ni siquiera la aplicación de la nueva Constitución.
El presidente, de etnia aymará, daba por hecho que lograría como mínimo que el 67% de los votos fueran afirmativos, el mismo porcentaje que obtuvo en el referéndum en el que se preguntó en agosto de 2007 por su continuidad en el poder. El no se ha impuesto, también mayoritariamente, en las cuatro provincias rebeldes (Pando, Beni, Tarija y Santa Cruz), con lo que sus comités cívicos podrían sentirse autorizados para continuar su inagotable tarea de socavar el poder central y profundizar en la autonomía que reclaman.
El sentido profundo que impulsó la puesta en marcha de una Asamblea Constituyente en mayo de 2006 fue la voluntad, tantas veces frustrada, de incorporar a la mayoría indígena a la gobernabilidad del país. El reconocimiento de la autonomía de las 36 naciones indígenas, las más grandes de ellas (aymarás y quechuas) dispersas en todo el país, es uno de los puntos más llamativos de la nueva Constitución, que peca de extensa (411 artículos), y provoca la paradoja de reforzar el poder central, al que la Constitución da la llave para distribuir la mayoría de los recursos económicos. Y eso es justamente lo que discuten los departamentos rebeldes, que ven cómo sus proyectos de autonomía, reconocidos también en la nueva Carta Magna, podrían quedar así descapitalizados y convertidos en letra muerta.
Será muy difícil que esta Constitución inaugure una nueva época en Bolivia, y aún más en tiempos de crisis y con los precios de los hidrocarburos bajando cada vez más. Evo Morales saludó su triunfo declarando clausurados el pasado colonial, el neoliberalismo y el latifundismo; los votantes votaron también el domingo que las propiedades agrícolas no tengan más de 5.000 hectáreas como máximo. Sin los recursos de las zonas más ricas, y sin su empuje empresarial, la mayor amenaza que pesa sobre el país es que el Gobierno, incapaz de generar inversión, termine por redistribuir la pura miseria. Para que no pierdan todos, Morales debe abandonar su política de confrontación e incorporar las zonas rebeldes a ese proyecto en el que, tal como han votado los bolivianos en una votación avalada por los observadores internacionales, los indígenas tienen mucho que decir.
Opinión
BOLIVIA NO ES UNA SOLA
Ojalá que la nación sea una sola, única, unida y en donde el consenso pueda expandirse en todas sus esferas. Ojalá le vaya bien, porque probablemente le pueda ir bien a toda América latina.
La Voz de Bolivia (www2.lavoz.com.ar)
La victoria del Sí en la nueva Constitución política del Estado en Bolivia fue contundente, pero dado el proceso de división social, política y territorial previo, Bolivia ha dado un giro de 360 grados para llegar al mismo punto de partida desde donde se inició el proceso de discusión, es decir, la altísima e ineludible necesidad de consenso.
Ese consenso se hace necesario, se lo requiere en todos los ámbitos pero especialmente en la relación entre los poderes ejecutivos, y mucho más aún entre los miembros del legislativo que tendrán que sancionar no menos de 400 leyes concertadas para hacer que la Constitución se haga realidad.
Quizá la inestabilidad e incertidumbre de ese país, radica en que Bolivia es hoy muchas Bolivias.
Una Bolivia es el país que ha aumentado su peso relativo en la ecuación energética regional, con un posicionamiento geopolítico como proveedor clave de Argentina, Brasil y Chile especialmente, y que generó nuevos y redistribuidos ingresos nacionales.
Otra Bolivia es la que creció en términos de representación social y política. Un reposicionamiento ciudadano imposible de negar, ha significado que enormes masas desplazadas de pueblos originarios campesinos, hoy se sientan parte de una nación. Luego de décadas de “democracia pactada” (colegios electorales que revertían los resultados electorales), hoy la mayoría elige presidentes y gobernantes y no se ve torcida en absoluto la voluntad popular.
Hay también una Bolivia que se ubica internacionalmente como una contra-tendencia en un proceso de globalización, con un líder indigenista como Evo Morales que representa a muchos de los desplazados de un proceso internacional que nunca ha sido –menos en la actual coyuntura– equitativo y mucho menos inclusivo. Esta contra-tendencia no está exenta de potenciales sanciones ante el implacable discurso que Morales está teniendo frente a las diferentes potencias, en particular los Estados Unidos.
Pero aparece también una cuarta Bolivia que representa una encrucijada que abre interrogantes respecto a su futuro. No hace falta profundizar que el resultado del referéndum consolidó tendencias, pero que acrecientan la falta de certezas del futuro político del 2009-2010, a saber:
Evo Morales es indiscutiblemente el máximo líder boliviano, moviéndose en porcentajes electorales de mínima de 54 por ciento al momento de ganar la presidencia, 67 por ciento el referéndum por las revocatorias a los mandatos, y el 60 por ciento en el referéndum constitucional. El presidente que más votos había obtenido en los últimos tiempos fue Sánchez de Lozada cuando en la década del ‘90 obtuvo 33 por ciento de votos. Ello hace que la comparación del liderazgo actual no tenga equivalente.
La oposición se aglutina en torno a una posición anti-MAS (Movimiento al Socialismo), pero no en torno a una figura única ni desde un mismo partido. Se ubica regionalmente en la llamada “medialuna” de Beni, Tarija, Santa Cruz, Pando –hoy intervenido–, más Chuquisaca. Tiene como principal interés la definición exacta de las autonomías, que más allá de las 37 competencias establecidas en la Constitución, las diferencias persisten, y mucho más cuando también coexistirán con las nuevas autonomías indígenas.
Existirá una tensión entre los derechos individuales frente a los nuevos derechos colectivos de las comunidades organizadas en la polémica Constitución, que hará que la subjetividad interpretativa para la aplicación del nuevo texto genere fricciones de todo tipo. De modo explícito e implícito, existe una segregación y fuerte proceso de intolerancia entre los bolivianos que requiere una prudencia política de sus dirigentes, que, dicho sea de paso, hoy no existe en términos generalizados.
El pueblo boliviano se encuentra altamente politizado, susceptible frente a discursos radicales de las diferentes partes, y con fuerte capacidad de movilización por uno u otro bando, lo que hace pensar que no hay mucho margen para acciones y provocaciones extremas, sea desde el gobierno central, sea desde las posiciones autonómicas.
En fin, el país es un verdadero desafío para sus propios habitantes, pero también para todos los latinoamericanos que ven en ese nuevo modelo organizativo social y político, que convive y confronta con el pasado reciente, un modelo experimental tan atractivo como riesgoso, que tiene enormes similitudes con diferentes realidades nacionales en esta parte del continente.
Ojalá que Bolivia sea una sola, única, unida y en donde el consenso pueda expandirse en todas sus esferas. Ojalá le vaya bien a Bolivia, porque probablemente le pueda ir bien a toda América latina para empezar a solucionar sus viejas tensiones.
Opinión
UN PASO ATRÁS PARA BOLIVIA
ABC de España (www.abc.es)
Con un apoyo bastante menor del que esperaba, el caudillo indigenista boliviano Evo Morales ha logrado imponer una Constitución hecha a la medida de sus aspiraciones para mantenerse en el poder sobre un régimen político basado en criterios socialistas, en lo económico, y racistas, en lo social. Las posibilidades de que esta Constitución resuelva los problemas que aquejan a los bolivianos son inexistentes; en muchos casos, es más probable que las divisiones que han quebrado la cohesión de la sociedad boliviana se vean agravadas cuando Evo Morales intente aplicar un marco legal que rechaza una parte importante de la sociedad, mayoritariamente en las ciudades y en las regiones más industriales. Como era de esperar, su mentor, el venezolano Hugo Chávez, le ha felicitado efusivamente por la victoria en el referéndum, algo que Morales debería entender como un síntoma de mal agüero: Chávez también hizo su propia Constitución a la medida de sus necesidades y al gusto de sus excentricidades, pero tampoco le ha servido para resolver los desastres que aquejan a Venezuela. El líder bolivariano ya se ha embarcado en la segunda ofensiva para reformarla, después de que los ciudadanos le dijeran que no a la primera, y está llevando al país a una nueva prueba de confrontación que, por desgracia, corre el riesgo de caer en tintes violentos. La epidemia de caudillismo populista sigue siendo el principal obstáculo para la democracia en Iberoamérica.
Opinión
BOLIVIA, ENTRE EL ABISMO Y LA CONCERTACIÓN
ABC de España (www.abc.es)
La mitad de Bolivia condiciona el desarrollo de la Constitución indigenista a un diálogo con el presidente Evo Morales. El referendum del domingo le dio la victoria numérica al Gobierno –no alcanzaría el 60 por ciento- pero la división del voto, prácticamente en partes iguales en términos regionales, resucitó una oposición mortecina que se considera con derecho propio a sentarse a negociar el futuro de sus autonomías.
Los prefectos (gobernadores) autonomista recibieron un balón de oxígeno con los resultados del referendum en sus territorios. En Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando, -éste último pese a la militarización impuesta por el Gobierno-, triunfó el No, con un rechazo mínimo del 60 por ciento y un máximo superior al 65 por ciento. En Chuquisaca, la quinta región rebelde de las nueve que hay en Bolivia, se impuso un virtual empate que no quedara despejado hasta conocer el escrutinio oficial en su totalidad, previsto para el 20 de febrero.
Aunque los datos a nivel nacional arrojan casi un 60 a favor de la Constitución y un 40 en contra, las lecturales de uno y otro bloque les permitieron celebrar con el mismo entusiasmo. (Las cifras que se manejan corresponde al recuento rápido realizado por Ipsos, Apoyo Opinión y Mercado para la red ATB y el diario La Razón, según una selección estratégica de mesas electorales que contiene un margen de error simbólico).
Ruben Costas, prefecto de Santa Cruz (64 por ciento del NO), advirtió: “Queremos un cambio verdadero, de amplio consenso y no de imposición” y éste “no será posible si el Gobierno central y el MAS (partido de Evo Morales) se dejan llevar por un efímero triunfalismo”. En la misma línea se expresó Marío Cossio, al frente de Tarija (65 por ciento al No): “El Gobierno no tiene condiciones y peor aún, legitimidad para imponer a su gusto y sabor este texto constitucional. Está obligado a construir pactos”. Ernesto Suárez (Beni, 65 por ciento por el No) invocó a la calma: “No hay que actuar con las hormonas. Estamos dispuestos a escuchar. El presidente no puede taparse los oidos ante lo que la gente ha dicho con el voto”.
En este escenario, “al Gobierno sólo le queda negociar con las regiones” asegura la historiadora Jimena Costa. Para el analista y asesor de la Fundación Ebert, Carlos Toranzo, “Ahora más que nunca son necesarios los acuerdos políticos para legislar la aplicación de la nueva Constitución Política del Estado, de modo que las leyes incluyan a todos”. En caso contrario, Toranzo, como otros analistas, pronostica “violencia como la que nos acompañó estos últimos tres años”.
La noche del triunfo Evo Morales salió al balcón del Palacio Quemado, sede del Ejecutivo, desde donde convocó a “prefectos, alcaldes, constitucionalistas, dirigentes sociales y compañeros cívicos para trabajar juntos” en el desarrollo de la Constitución. “Aquí no hay ningún empate, hay un solo ganador, el pueblo boliviano y la Constitución”, dijo. Pero la mano tendida por el presidente del Gobierno vino acompañada de un golpe bajo: “Hemos vencido a los traidores (...), a los vende patrias, a los neoliberales… No hay ninguna media luna, hay una luna llena”.
En su intervención, arropado por un par de miles de seguidores, Morales agradeció el respaldo del 74 por ciento que obtuvo en La Paz. “Nunca olvidaré este apoyo”, garantizo. El comentario era oportuno porque “La Paz representa el 33 por ciento del padrón”, observa Jimena Costa. Sus votos equivalen a la suma de los de Sucre, Oruro, Potosí, Beni y Pando”.
Se necesitarán más de trescientas leyes para poder poner en práctica una Constitución, hoy por hoy, inviable. Lograrlas este año, con elecciones generales previstas para diciembre, a la luz de Bolivia, tampoco parece hoy una opción.
Opinión
LA DIVISIÓN SE AFIANZA EN BOLIVIA
Morales se impone en el referéndum constitucional, pero la oposición exhibe su fortaleza en las regiones ricas
La Rioja de España (www.larioja.com)
Los primeros resultados oficiales del referendo constitucional de Bolivia anticipan la necesidad de un acuerdo nacional que resuelva la polarización. Las urnas aprobaron la propuesta socialista e indigenista de Evo Morales pero ratificaron la fractura entre las dos Bolivias. Con el 38,75% de los sufragios escrutados, el 'sí' obtenía un 53,08% mientras que el 'no' se acercaba con un 46,92%. La alta participación, 90,74%, indica que en una cosa los bolivianos están de acuerdo: resolver sus diferencias por vías democráticas. De los diez millones de habitantes, 3,8 millones tienen derecho a voto. Además, un 75% de los electores decidió fijar en 5.000 hectáreas la máxima propiedad de tierra que puede tener un particular sin que se considere terrateniente.
Tanto el Gobierno como la oposición esperaban conocer ayer más datos oficiales antes de aventurarse a hacer nuevas declaraciones. Pero la víspera, ya entrada la noche del domingo, ambos bandos se declararon vencedores. El 'sí' ganaba en La Paz, Cochabamba, Potosí y Oruro, pero el 'no' revalidaba el triunfo en Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija. En Chuquisaca se daba un empate técnico.
El presidente Evo Morales, tomando como base los recuentos rápidos que daban un apoyo en torno al 60% a su propuesta de Carta Magna de corte socialista, que centraliza el poder del Estado y refuerza la posición de los indígenas, afirmó que empezaba «la nueva Bolivia, la igualdad y la dignificación de los bolivianos». También tendió una invitación a los gobernadores opositores «para trabajar juntos para la implementación de la nueva Constitución».
La ley valida el recuento general nacional, pero los gobernadores de la llamada Media Luna -Santa Cruz, Tarija, Beni, Pando y Chuquisaca- sostienen que ganaron porque sus respectivas regiones apoyaron el 'no'. Así que la disputa está servida. Tanto el prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas -considerado el líder de la oposición- y el de Tarija, Mario Cossio, pidieron del mandatario un acuerdo «para preservar la unidad». Advertían de que Morales «no va a poder aplicar la Constitución, por lo que reclamamos un pacto nacional que permita pensar en un nuevo proceso constituyente».
El meollo del asunto radica en que la aplicación de la Carta Magna requiere al menos cien leyes nuevas que sólo saldrán con el respaldo opositor. Salvo que se gobierne por decreto, opción poco recomendable porque añadiría más leña al fuego. Morales, al respecto, afirmó que sólo pactará la aplicación de la nueva ley fundamental sin tocar su contenido.
Ligero retroceso
El Parlamento actual, bicameral, pasará a tener una sola cámara, que se denominará Asamblea Plurinacional. El nuevo organigrama beneficiará al oficialismo que actualmente tiene mayoría en el Congreso pero no en el Senado, dominado por la oposición.
Un análisis preliminar de los datos da una visión de conjunto nada halagüeña. La oposición mantiene sus feudos; Morales ha perdido casi un 8% de apoyo respecto al 67% que obtuvo en la consulta revocatorio de agosto pasado; las zonas rurales y pobres están con el líder indígena pero ciudades y regiones ricas votan con la derecha. Es decir, se ahonda la brecha entre izquierda y derecha y ricos y pobres.
Lo positivo es que los prefectos parecen haberse convencido de que la violencia no lleva a ninguna parte. Probaron, sin demasiado éxito, con encontronazos a palos y piedras, cortes de caminos y tomas de instalaciones estatales durante los tres años de mandato de Evo. Eso sí, le forzaron a modificar más de un centenar de artículos del nuevo marco legal, entre ellos el de la reelección indefinida por sólo dos mandatos consecutivos. Además, lograron la eliminación del efecto retroactivo en la determinación de la extensión de los latifundios. Salvo que los resultados den porcentajes más abultados, el panorama boliviano continuará enmarañado.
Análisis
EL MAPA DEL PAÍS, MÁS DOBLADO QUE NUNCA
La victoria deja vía libre para la reelección del actual presidente
La Voz de Galicia, España (www.lavozdegalicia.es)
Desplegado, el mapa físico de Bolivia reproduce casi a la perfección el político. Bastaría con aplicar papel vegetal sobre el plano orográfico y delinear en él los estados departamentales para constatar la división casi milimétrica del país sudamericano. Doblándolo por la línea que marca la cordillera de los Andes, de un lado (el altiplano) está el territorio dominado por el Movimiento al Socialismo de Evo Morales y del otro (la Media Luna oriental), las regiones opositoras. En el medio (los valles) queda dividido al 50% el departamento de Chuquisaca, donde está Sucre, capital judicial del país. Ni un cartógrafo lo haría mejor.
Más que nunca, Bolivia está dividida. Y aunque esto ya no parezca noticia, sí lo es cuando se trata de hablar de una Constitución, la carta que ordena la sociedad.
Es evidente que la victoria de Morales, una más desde que asumió su cargo, consolida su estrategia y garantiza la puesta en marcha de la refundación de Bolivia. Así lo faculta el voto mayoritario, pero lo que no se podrá encontrar por ningún lado será la palabra consenso, lo que deja un regusto amargo.
Como en un juego infantil, oficialismo y oposición se lanzan acusaciones recíprocas. Contra el consabido racismo histórico contra los indígenas, uno de sus representantes, el primero en el poder tras casi 200 años de historia, ha logrado que se apruebe una ley de leyes que para los líderes de la oposición es también racista. A los autonomistas de la Media Luna el vicepresidente Álvaro García Linera los llama «lideres locales» y «secesionistas», a lo que el prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas, responde que la nueva Constitución es «divisionista».
Más allá de lo que viene a partir de ahora, a saber, la aplicación de la Justicia originaria donde la tradición así lo manda, y del laicismo de un Estado hasta ahora católico, la oposición sabe que la nueva victoria de Evo también le da vía libre a su reelección. A finales de año, cuando se presume que habrá una nueva cita electoral, se sabrá si esto sucede, pero las bases del nuevo Estado boliviano están cimentadas.
Si no avanzan en la negociación, al nuevo orden tendrá que acostumbrarse la oposición, que, además, representa en gran medida a los grandes dueños de latifundios, los que desde el domingo tienen limitada su propiedad a cinco mil hectáreas de tierra. «Se acabó el colonialismo, interno y externo», sentencia Evo. Pero a tal estadio ha llegado sin consenso, apoyado por la mayor densidad demográfica del altiplano, pero perdiendo en la mitad de las regiones, las más ricas del país, el que aparece doblado en el mapa y también en la realidad
LA RESUCITADA OPOSICIÓN BOLIVIANA EXIGE CONSENSO PARA APLICAR LA CONSTITUCIÓN
ABC de España (www.abc.es)
La mitad de Bolivia condiciona el desarrollo de la Constitución indigenista a un diálogo con el presidente Evo Morales. El referéndum del domingo le dio la victoria numérica al Gobierno -58,7 por ciento- pero la división del voto, prácticamente en partes iguales en términos regionales, resucitó una oposición mortecina que se considera con derecho a sentarse a negociar el futuro de sus autonomías.
Los prefectos (gobernadores) autonomistas recibieron un balón de oxígeno con los resultados del referéndum en sus territorios. En Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando -éste último pese a la militarización impuesta por el Gobierno-, triunfó el «no», con un rechazo mínimo del 60 por ciento y un máximo superior al 65 por ciento. En Chuquisaca, la quinta región rebelde de las nueve que hay en Bolivia, se impuso un virtual empate que no quedará despejado hasta conocer el escrutinio oficial en su totalidad, previsto el 20 de febrero. Aunque los datos a nivel nacional arrojan casi un 60 a favor de la Constitución y un 40 en contra, las lecturas de uno y otro bloque les permitieron celebrar con el mismo entusiasmo. (Las cifras que se manejan corresponde al recuento rápido realizado por Ipsos, Apoyo Opinión y Mercado para la red ATB y el diario «La Razón», según una selección de mesas electorales que contiene un margen de error simbólico).
Sin legitimidad
Rubén Costas, prefecto de Santa Cruz (64 por ciento por el «no»), advirtió: «Queremos un cambio verdadero, de amplio consenso y no de imposición», y éste «no será posible si el Gobierno central y el MAS (partido de Evo Morales) se dejan llevar por un efímero triunfalismo». En la misma línea se expresó Marío Cossio, al frente de Tarija (65 por ciento «no»): «El Gobierno no tiene condiciones y peor aún, legitimidad para imponer a su gusto y sabor este texto constitucional. Está obligado a construir pactos». Ernesto Suárez (Beni, 65 por ciento por el «no») invocó a la calma: «No hay que actuar con las hormonas. Estamos dispuestos a escuchar. El presidente no puede taparse los oídos ante lo que la gente ha dicho con el voto».
En este escenario, «al Gobierno sólo le queda negociar con las regiones», asegura la historiadora Jimena Costa. Para el analista y asesor de la Fundación Ebert, Carlos Toranzo, «ahora más que nunca son necesarios los acuerdos políticos para legislar la aplicación de la nueva Constitución, de modo que las leyes incluyan a todos». En caso contrario, Toranzo, como otros analistas, pronostica «violencia como la que nos acompañó estos últimos tres años».
La noche del triunfo Evo Morales salió al balcón del Palacio Quemado, sede del Ejecutivo, desde donde convocó a «prefectos, alcaldes, constitucionalistas, dirigentes sociales y compañeros cívicos para trabajar juntos» en el desarrollo de la Constitución. «Aquí no hay ningún empate, hay un solo ganador, el pueblo y la Constitución», dijo. Pero la mano tendida por el presidente vino acompañada de un golpe bajo: «Hemos vencido a los traidores (...), a los vendepatrias, a los neoliberales... No hay ninguna media luna, hay una luna llena». En su intervención, arropado por un par de miles de seguidores, Morales agradeció el respaldo del 74 por ciento que obtuvo en La Paz.
PIDEN UN PACTO NACIONAL EN BOLIVIA PARA EVITAR LA FRACTURA DEL PAÍS
Evo Morales ganó el referéndum pero salió debilitado; la oposición perdió pero se ha fortalecido Evo Morales ganó el referéndum pero salió debilitado; la oposición perdió pero se ha fortalecido.
La Vanguardia de España (www.lavanguardia.es)
Sin pacto nacional, Bolivia no tiene salida; sin acuerdo, el país está trancado. La aprobación de la nueva Constitución con el 58"7% de votos favorables ahondó las fracturas políticas, sociales, geográficas y étnicas de un país ya muy polarizado. Conscientes de la gravedad de la situación, los líderes opositores de las provincias orientales que votaron por el No han pedido al presidente Evo Morales que no intente imponer la Carta Magna indigenista por la fuerza y que siga el camino de la concertación. Rubén Costa, gobernador de Santa Cruz, dijo que con más del 40 % en contra de la Constitución y dos tercios del territorio del país a favor del No, es necesaria "una agenda de negociación y un pacto social". Los medios piden concertación para aplicar el nuevo texto constitucional.
El referéndum ha resucitado a la oposición de las provincias del oriente que, tras las ocupaciones y choques de hace unos meses, había quedado maltrecha y sin credibilidad. Las cuatro regiones que constituyen la llamada media luna se consolidan como bloque opositor; por su lado, las provincias andinas del occidente, con buena parte de población indígena, se reafirman como bastiones del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS). La votación evidenció que la base del apoyo a Morales se concentra en el área rural; en las ciudades gana terreno la oposición. De hecho, Morales sólo triunfó en la tercera parte del territorio de Bolivia.
Alejandro Nató, representante permanente en Bolivia del Centro Carter, señala a "La Vanguardia" que el referéndum "oxigena a la oposición para poder posicionarse y le da posibilidad de tener un lugar en el espectro político que tiene que construirse". Según Nató, después de mucha puja el Gobierno pudo lograr que se aprobara la Constitución con un contenido que contempla sus convicciones políticas.
La política es algo más que aritmética. Lo sabe bien el analista Jorge Lazarte, quien comenta a "La Vanguardia" que si bien el Gobierno ganó al aprobar la Constitución, ahora está más debilitado; por el contrario, la oposición perdió pero ha salido más fuerte.
Lazarte es taxativo al afirmar que la Constitución no podrá implementarse sin un acuerdo. Al respecto, plantea dos escenarios: llegar a un pacto para aplicar las leyes orgánicas que atenúe el poder etnicista y discriminatorio de la Constitución. La segunda opción supone modificar el texto constitucional.
Sabiendo el sinuoso camino que resta para aplicar la Constitución, el diario "La Razón" exhorta a pactar un proyecto de nación que "sea capaz de reunir a los bolivianos y no ahonde la polarización actual hasta llevarla a un peligroso punto de no retorno". La votación del domingo mostró una vez más la existencia de dos Bolivias que están frente a frente con dos visiones de sociedad, dos formas de ver el país, dos maneras de producción; oriente contra occidente, país rural enfrentado al país urbano.
Aunque Evo Morales no ha demostrado mayor sentido de Estado, se le reconoce que es un dirigente con gran intuición política y con sentido del poder, de manera que cuando encuentra otra fuerza enfrente tiende a refrenarse. Por ello se espera que pueda iniciarse una negociación sin dobleces.
Evo Morales consiguió lo que buscaba, pero sin el margen esperado. Al conocer los resultados, desde el balcón del palacio presidencial lanzó una arenga triunfalista. Aunque convocó a "prefectos, alcaldes, dirigentes sociales y compañeros cívicos para trabajar juntos", volvió a insultar a los opositores: "Hemos vencido a los traidores, a los vende patrias, a los neoliberales". Morales proclamó "la refundación de Bolivia". Dijo que "aquí empieza la nueva Bolivia, la igualdad y la dignificación del boliviano". Quiso dejar claro que "no hay empate, hay claro ganador: la Constitución". En referencia a las regiones que gobierna la oposición dijo: "Desde hoy no hay media luna. Hay luna llena en unidad de todos los bolivianos".
La más radical de la oposición fue la gobernadora indígena de Chuquisaca, Savina Cuéllar, ex militante del MAS, quien rechazó la nueva Constitución. "¡Desacato!, ¡desacato!, ¡desacato!", gritó Cuéllar desde el balcón de la prefectura, en Sucre, un enclave opositor.
Pando rechaza la represión Evo Morales sufrió un fuerte golpe en Pando. Pese al control militar, al encarcelamiento del gobernador Leopoldo Fernández, a la persecución de líderes autonomistas y a la escasa campaña que pudo realizar la oposición, el No (60"7%) ganó con claridad en la provincia oriental.
Pando, que el 11 de septiembre de 2008 fue escenario de un sangriento choque entre opositores y oficialistas, que provocó 13 muertos y 27 heridos, acudió a las urnas para manifestar su oposición al Gobierno.Varios vecinos que para evitar ser detenidos están exiliados en la cercana ciudad brasileña de Brasilea, cruzaron la frontera a escondidas para votar.
Pando ha estado varios meses bajo estado de sitio. La votación supuso un rechazo a la represión y al gobernador militar. Leopoldo Fernández se ha convertido en el primer preso político de Evo Morales, ya que está en la cárcel desde el mes de septiembre, sin ser juzgado y sin que se hayan presentado pruebas sólidas sobre su implicación en las 13 muertes. Para exculpar al Gobierno, Unasur, un organismo internacional de América del Sur, hizo un informe en que se culpaba a Fernández. El tal informe ha quedado totalmente desvirtuado al aparecer cuatro personas que las daba por muertas. Uno de los falsos fallecidos votó el domingo.
Cuando Leopoldo Fernández fue detenido y encarcelado por los militares, el Gobierno puso como sucesor al militar Rafael Bandeira.
Tras la victoria del no en Pando, el senador opositor Roger Pinto comentó que "esperábamos esta respuesta contundente de la población; pese a la persecución política y a las intimidaciones que existieron en nuestro departamento, se votó en contra del presidente". Pinto dijo que Evo Morales "debe entender el mensaje de la gente que está cansada de que la traten como en la época de los militares. El pueblo pandino mostró nuevamente su valentía y le dijo no al avasallamiento que hemos sufrido".
EL AJUSTADO RESULTADO DEL REFERÉNDUM COMPLICA LA GOBERNABILIDAD DE BOLIVIA
La oposición a Evo Morales habla de "empate técnico" y pide un pacto nacional
El País de España (www.elpais.com)
La victoria del sí en el referéndum constitucional boliviano, celebrado el domingo, dibuja un escenario complejo porque aunque el presidente Evo Morales ha obtenido un respaldo suficiente, incluso amplio para los parámetros europeos (según los sondeos rondará el 60%, punto arriba, punto abajo, aunque con el 34,9% de los votos escrutados, la ventaja era del 52,9%), también es cierto que el no ha triunfado en la llamada media luna, la zona oriental del país, donde cuatro departamentos (de los nueve en que está dividida Bolivia) han dejado claro su rechazo. La media luna no ha quedado, ni mucho menos, aniquilada ni se ha visto obligada a presentar la capitulación, como esperaban los representantes del Gobierno.
Desde el punto de vista de Morales, la victoria es suficiente, pero complicada, no sólo por la clara victoria del no en la zona oriental, sino porque, en conjunto, ha perdido algunos puntos respecto a votaciones anteriores y, sobre todo, porque empieza a mostrarse un cierto rechazo en las zonas urbanas. Se podría decir que la nueva Constitución ha arrasado en las zonas rurales y campesinas (con un 82% a favor y un 18% en contra), pero que en las ciudades los apoyos han sido mucho más matizados (52% frente a 48%), quizás porque el nuevo proyecto ha despertado fuertes recelos en la pequeña clase media mestiza.
La victoria del no en la media luna dará, sin duda, fuerzas a la oposición, muy abatida por el pésimo resultado que obtuvo hace un año en el llamado referéndum revocatorio. En esta ocasión ha demostrado que no está derrotada y que ha reforzado su poder en el oriente, dejando claro que Evo Morales tiene mayoría, pero no hegemonía territorial.
La oposición no puede, sin embargo, echar las campanas al vuelo porque tiene también serios problemas: no es capaz de romper el techo del 40%, no tiene un líder a nivel nacional capaz de competir con éxito en la zona occidental del país y no tiene un proyecto de ámbito nacional capaz de hacerse hueco entre la población indígena, mayoritaria. Incluso en Chuquisaca, el único departamento con mayoría indígena que tiene una gobernadora, Savina Cuéllar, acérrima detractora de Evo Morales, se produjo prácticamente un empate, que quizás termine dando la victoria a uno u otro por unas pocas décimas. En estas condiciones, es muy probable que la nueva Constitución no mejore la gobernabilidad del país, sino que su aplicación dé origen a nuevos conflictos. "Con este resultado, el presidente Morales tiene que comprender que no puede construir el nuevo país que pretende crear", aseguró Branko Marinkovic, presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, el organismo autonomista que ha encabezado hasta ahora la "rebelión" de la media luna. La oposición se esforzó inmediatamente en construir una imagen de "empate técnico" (teniendo en cuenta el ámbito territorial), que obligue a Evo Morales y a su Gobierno a embarcarse en la negociación de un gran pacto nacional.
La idea es negociar la aplicación de los estatutos de autonomía ya aprobados en los departamentos rebeldes, en muchos aspectos radicalmente contradictorios con el contenido de la nueva Constitución. Óscar Ortiz Antelo, presidente del Senado, un órgano en el que Morales no tiene mayoría, pagó ayer un anuncio en la prensa para defender la idea de ese pacto nacional que, en realidad, quiere dejar sin efecto parte de la nueva Constitución.
Las primeras reacciones de Morales no indican, ni mucho menos, que esté considerando esa posibilidad. Poco después de conocerse el resultado de la consulta, Morales salió al balcón del Palacio Quemado, en La Paz, para felicitar a sus seguidores. "Aquí no hay ningún empate", dijo. "Aquí no hay ninguna media luna, sino una luna llena, con la unidad del pueblo boliviano". Apoyándose en ese 60% de voto favorable a la nueva Constitución (y en el 78% que ha respaldado que se limite la extensión máxima de las explotaciones agrarias a 5.000 hectáreas), el presidente anunció la refundación de una nueva Bolivia, en la que se acabó el colonialismo, el neoliberalismo y el latifundio.
El presidente, que se someterá en pocos días a una operación quirúrgica debido a un problema nasal, no ofreció ningún pacto, pero dejó abierta la puerta a la "coordinación" necesaria para poner en marcha la Constitución. La mayoría de los analistas considera que Morales, que puede presentarse a un segundo mandato presidencial, está analizando la posibilidad de adelantar las elecciones y no esperar hasta 2010 para someterse de nuevo a las urnas.
El Ejecutivo logró hacer aprobar su reforma constitucional y los prefectos díscolos testearon su fuerza en la media luna
BOLIVIA: OPOSICIÓN Y GOBIERNO SACAN CUENTAS ALEGRES DEL REFERÉNDUM
Los primeros datos oficiales de la consulta confirman el triunfo del proyecto de reforma de la Carta Magna. Pero los expertos llaman a evitar los triunfalismos y a, de una vez por todas, forjar un pacto social duradero.
La Nación de Chile (www.lanacion.cl)
Tras la realización del referendo constitucional en Bolivia, al parecer el único punto de consenso claro es, hasta el momento, que cerca del 78% de la población decidió que la extensión máxima de tendencia de tierra es de 5 hectáreas, según los sondeos a boca de urna. En todo lo demás se mantiene la nebulosa, pese a que la nueva Ley Fundamental del país habría obtenido más del 60% de aprobación ciudadana.
Aunque se deberá esperar varios días para que la Corte Nacional Electoral dé a conocer los resultados oficiales del plebiscito del domingo, ya parece claro que la aplicación del texto provocará más de un choque entre el Gobierno y la oposición. El fantasma de los consensos ha regresado para instalarse en gloria y majestad.
Si bien es cierto que el Gobierno salió fortalecido, también lo fue la oposición que logró doblarle la mano a las expectativas del Presidente Evo Morales, al convencer a la población de los departamentos de Pando, Beni, Tarija y Santa Cruz, que votaran por la opción No.
Es por ello que el analista boliviano César Romero afirma que para el oficialismo la aprobación de la Constitución "es una victoria con sabor a derrota. El Mandatario no contaba con que iba a perder en la media luna. Y si bien el resultado tiene alcance nacional, de ahí a que tenga una vigencia real requiere de acuerdos que permitan alcanzar un pacto social".
Por el lado de la oposición, el experto Carlos Cordero sostiene que los únicos que salieron airosos con el resultado en los cuatro departamentos -en la díscola Chuquisaca hay hasta el momento un empate técnico- son justamente los prefectos. "Quienes han salido debilitados son los liderazgos nacionales, figuras como el ex Presidente Carlos Mesa o el ex vicepresidente Víctor Hugo Cárdenas, quienes hicieron campañas por el No en el occidente boliviano, bastión electoral de Evo Morales".
Ello responde a que durante la campaña electoral, al igual que todo 2008, "no hubo un No homogéneo, sino que cada uno tenía sus propias razones" para oponerse al texto constitucional, comenta el analista César Romero. Éstas iban "desde el tema económico hasta el religioso", agrega.
DOS CAMINOS
Según los primeros cálculos, el Sí habría obtenido cerca de 61% de los sufragios, frente al 46% del No. Aunque es claro que el porcentaje aprobatorio es más que suficiente para que el Gobierno pueda celebrar, el abogado boliviano constitucionalista, José Luis Romero, aclara que si bien ello "fortalece a la democracia, (también) obliga a que el Ejecutivo sea prudente, pues también debe considerar esa opinión". "A veces, los triunfalismos no ayudan en nada", agrega.
Punto no menor, ya que justamente "el consentimiento de la oposición es necesario para la aplicación de la Constitución. Sin él, no habrá suficiente gobernabilidad, y seguiremos en un escenario de conflicto", sostiene en la misma línea Carlos Cordero.
A estas alturas es difícil saber cuál será el caballito de batalla de la oposición en el Senado, donde tiene mayoría, liderada por el senador Óscar Ortiz (ver nota inferior). Sin embargo, César Romero explica ambos bando tienen dos opciones para salir del embrollo: "Optan por una concertación para la aplicación de la Constitución -es decir, se aprueba la ley transitoria con algunos cambios-, o se opta por realizar un nuevo proceso constituyente para que se hagan modificaciones significativas que permitan incorporar al 40% que no está de acuerdo con el documento".
"Si no se llega por uno u otro camino a un pacto social, es probable que 2009 siga siendo un año bastante inestable y conflictivo", augura el analista.
Aún no hay resultados oficiales
RECHAZA EVO MORALES UN PACTO CON LA OPOSICIÓN Y CRECE LA TENSIÓN
Varios líderes regionales advirtieron que no reconocerán la nueva Constitución aprobada anteayer
La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)
Un día después de obtener un triunfo clave en un referéndum que le permitirá imponer una Constitución socialista en Bolivia, el presidente Evo Morales anunció ayer que no tiene intenciones de buscar un pacto político con la oposición, declaración que acentuó el proceso de creciente polarización que vive el país.
Al proclamar "la derrota de los vendepatrias", Morales prometió acelerar la aplicación de la Carta Magna a pesar de que varios líderes opositores exigieron un pacto tras el referéndum de anteayer, en el que el sí a la Constitución recibió cerca del 60 por ciento de los votos a nivel nacional, pero fue rechazada en por lo menos cuatro de los nueve departamentos bolivianos.
"Esta Constitución es para todos los bolivianos, no sólo para algún grupo. Oí decir que quieren un nuevo pacto, pero el pacto es la nueva Constitución aprobada por el pueblo boliviano", dijo Morales, ante una concentración de sus partidarios en la ciudad central de Cochabamba.
"Si quieren un pacto, va a ser para aplicar la nueva Constitución. Que lo sepan algunos prefectos y autoridades [regionales]", agregó en tono desafiante el mandatario, que, gracias a la reforma, podrá buscar la reelección en diciembre.
Morales anunció que se reunirá hoy con todos sus ministros, viceministros y directores para diseñar un plan general de aplicación de la nueva Constitución, que da más poder a los pueblos indígenas e impone un régimen económico estatista y centralizado.
Horas antes de la dura advertencia del mandatario, los líderes de los departamentos en los que se impuso el rechazo a la nueva Carta Magna advirtieron que se opondrían a la aplicación del cambio constitucional sin un acuerdo político previo.
"Ante los resultados de este referéndum, el gobierno no tiene las condiciones para imponer a su gusto y sabor el texto constitucional. Está obligado a construir pactos", advirtió el prefecto (gobernador) de Tarija, Mario Cossío.
Anteanoche, la prefecta de Chuquisaca, Savina Cuéllar, había llamado directamente a la desobediencia civil. El influyente dirigente cívico de Santa Cruz Branco Marinkovic llegó incluso a plantear como solución un "pacto confederal" entre las "dos visiones" de país que existen en Bolivia, porque, a su juicio, Morales no podrá "imponer" la Carta Magna en la llamada Media Luna que conforman los cuatro departamentos del oriente boliviano, la región más rica del país.
Y el prefecto cruceño, Rubén Costas, exigió también al gobierno que tomara en cuenta el voto de su distrito en contra del cambio constitucional y amenazó con aplicar su estatuto de autonomía, al margen de la nueva Carta Magna.
Las cuatro regiones donde triunfó con comodidad el no -Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando- exigen que el gobierno de Morales reconozca las autonomías departamentales que cada uno de ellos aprobó el año pasado, en referéndums que fueron declarados ilegales por el gobierno central.
El nuevo texto constitucional reconoce las autonomías, pero las divide en regionales, municipales e indígenas, por lo que les resta poder a los gobiernos autónomos concebidos por los líderes de la Media Luna. Además, una disposición transitoria de la nueva Carta Magna, pactada en el Congreso, obliga a los dirigentes regionales a compatibilizar los estatutos de autonomía con la Constitución.
El ministro de Defensa Legal, Héctor Arce, dijo ayer que el gobierno esperaba que los representantes regionales se sometieran a "la voluntad del pueblo" adaptando a la Constitución sus estatutos de autonomía.
"La aprobación de la Constitución se ha dado en circunscripción nacional, tiene efecto vinculante en los nueve departamentos y no corresponde ningún intento de separar legalmente la votación por regiones", advirtió Arce, uno de los principales consejeros legales de Morales.
Las encuestas en boca de urna pronosticaron la victoria del sí a la nueva Constitución por cerca del 60 por ciento de los votos válidos, algo que el lento cómputo oficial parecía ayer encaminado a confirmar.
La nueva Carta Magna, instrumento central de la "refundación" del empobrecido país, prometida por Morales, entraría en vigor en febrero, cuando se espera que la Corte Nacional Electoral publique el resultado oficial final del referéndum.
LOS OPOSITORES DE LA MEDIA LUNA DEL ORIENTE BOLIVIANO LE PIDIERON AL MANDATARIO UN PACTO SOCIAL TRAS EL REFERENDUM
PARA EVO, EL PACTO ES LA NUEVA CONSTITUCIÓN
Una vez más, la votación recordó las diferencias entre el occidente y el oriente bolivianos. El gobierno ganó la aprobación de la Carta Magna, pero el No se impuso en los departamentos del oriente. Morales llamó al diálogo para implementar el texto.
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
Con el 50 por ciento de las mesas escrutadas, el Sí a la nueva Constitución llega al 57 por ciento, mientras el No alcanza el 43 por ciento. El gobierno de Evo Morales espera que al final del conteo la aprobación del texto obtenga el 60 por ciento del Sí, como prometieron los primeros sondeos de boca de urna. La oposición, que festeja el triunfo del No en los departamentos de la Media Luna (Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija), exige a Morales un “pacto social” para implementar en los departamentos del oriente las 411 leyes refrendadas el domingo pasado. Ayer, el presidente avisó que “esta Constitución es para todos los bolivianos. Si quieren pacto va a ser para aplicar la nueva Constitución. Que lo sepan algunos prefectos y autoridades regionales”.
En el Palacio Quemado calculaban que el proyecto de Constitución conseguiría el 64 por ciento de aprobación del electorado, luego de que en octubre de 2008 un “Gran Acuerdo” entre los partidos opositores y el oficialismo permitiera mandar a referéndum el texto de la Asamblea Constituyente, previa modificación en el Congreso de la mitad de sus artículos. Pero el rechazo de cuatro departamentos con cifras superiores al 60 por ciento fue un electroshock para los alicaídos líderes de la Media Luna, acusados por el gobierno de ejecutar el “intento de golpe de Estado cívico-prefectural que en septiembre pasado dejó 20 muertos.
El domingo, en la plaza Murillo, el presidente anunció la llegada de “la nueva Bolivia”. Por su lado, las autoridades de los departamentos donde se impuso el No afirmaron que habían derrotado en las urnas al gobierno del MAS. Y pidieron un acuerdo con Morales para aplicar el estatuto autonómico tal como fue aprobado el 4 de mayo pasado (ilegalmente, según el presidente). “El pacto social que queremos todos los bolivianos no será posible si el gobierno central y el MAS se dejan llevar por un efímero triunfalismo. Negar la existencia de un No que se ha manifestado en todo el país, tratar de imponer a toda costa su proyecto de poder, encontrará nuestra firme e inclaudicable resistencia”, dijo el autoproclamado “gobernador” Rubén Costas en la cruceña plaza 24 de Septiembre.
El gobierno nacional también puso condiciones. “El diálogo tiene que darse en base a la implementación de la nueva Constitución aprobada por el pueblo, no por el Congreso, no por una asamblea. Y el gobierno tiene la responsabilidad de hacerla respetar. No podemos mover un centímetro de la Constitución aprobada por el voto popular”, dijo el ministro responsable de la Defensa Legal de las Recuperaciones Estatales, Héctor Arce.
“La aprobación de la Constitución se ha dado en circunscripción nacional, tiene efecto vinculante en los nueve departamentos y no corresponde ningún intento de separar legalmente la votación por regiones”, agregó el ministro.
Hasta ayer, el Sí tenía el 75 por ciento de votos en La Paz, departamento que reúne a 1,3 millón de los 3,8 millones de electores habilitados. La nueva Constitución también fue aprobada en Cochabamba (75% del Sí, 25% del No), Oruro (68% del Sí, 31% del No) y Potosí (60% del Sí, 39% del No), según datos de la Corte Nacional Electoral (CNE). El No tuvo el 70 por ciento en Santa Cruz –cuyos 868 mil votantes lo hacen segundo departamento en peso electoral–, Chuquisaca (70% del No), Beni (70% del No), Pando (59% del No) y Tarija (57% del No).
Una vez más, la votación recordó las diferencias entre el occidente y el oriente boliviano. “Hay un país con dos visiones, eso está muy claro. Los departamentos autónomos que dijeron No contundentemente a esta Constitución y aquellos departamentos que en su momento decidieron no ser autónomos. Esas son las dos visiones de Bolivia que hoy deben buscar un pacto nacional de cómo podemos convivir pacíficamente. De ninguna manera se podrá imponer sobre nuestros departamentos una Constitución que ha sido rechazada”, dijo al diario cruceño El Deber el presidente del Comité Pro Santa Cruz, Branco Marinkovic.
En lo inmediato, hace falta cumplir con la disposición transitoria primera de la nueva Constitución, donde dice que el actual Congreso deberá aprobar una Ley Electoral Transitoria de aquí a dos meses. Esa normativa viabilizará la elección, el 6 de diciembre próximo, de integrantes para la Asamblea Legislativa Plurinacional, como será rebautizado el Congreso. También se elegirá presidente y vicepresidente. Para este rubro ya se anotó Morales. “Tenemos 60 días y si hay obstaculización de la ultraderecha del Senado, el Ejecutivo tiene la misión de llevar adelante las elecciones de diciembre. Y tiene la obligación legítima de hacer aquello a través de un decreto supremo”, dijo Félix Rojas, senador del MAS.
La Asamblea Plurinacional prevé la inclusión de representantes de los pueblos indígenas, con los que se identifica el 65 por ciento de la población. Por medio de sus organizaciones, ya empezaron a elaborar propuestas de leyes para que las discuta el Congreso. Serán algunas de las cien leyes necesarias para implementar la nueva Constitución.
“Los indígenas vamos a trabajar leyes coherentes, en ejercicio de nuestros derechos aprobados con la nueva Constitución. Ahora tenemos que trabajar propuestas de ley para la elección de nuestros representantes. Evaluamos que serán debatidas por los legisladores para que se defina cuántos asientos nos corresponden en la Asamblea Legislativa Plurinacional”, dijo a este diario el presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia, el tacana Adolfo Chávez.
Es el objetivo de Evo Morales, señala senador Antonio Peredo y habla sobre clima que se vive en Bolivia y desmiente distorsiones.
RECONSTRUIR BOLIVIA
La Primera de Perú (www.diariolaprimeraperu.com)
“El gobierno de Evo Morales ha equilibrado una economía que estaba saqueada por los gobiernos neoliberales”, dice, entre otras cosas, el senador Antonio Peredo del Movimiento al Socialismo (MAS) en esta entrevista concedida a LA PRIMERA. Afirma también que la nueva Constitución, en Bolivia, va a reestructurar los poderes del Estado.
-¿Cuál es el significado de la victoria del SÍ?
-La reconstitución de Bolivia. Con esta nueva Constitución vamos a reestructurar los poderes del Estado. Vamos a reestablecer el principio comunitario que rige en las relaciones de la mayoría boliviana y a establecer las autonomías.
-¿El triunfo del SÍ divide a Bolivia?
-Esto no divide al país. La victoria del SÍ ha demostrado que el país se maneja con el voto democrático, independientemente de que éste sea a favor o en contra de la posición.
-Pero a pesar de esta nueva victoria del presidente Evo Morales y el Movimiento al Socialismo, sus detractores aseguran que Bolivia está igual que al principio.
-No sé cuál es el principio para los que dicen eso. El gobierno de Evo Morales ha equilibrado una economía que estaba saqueada por los gobiernos neoliberales, ha liberado al país del analfabetismo y ha llevado salud hasta los últimos rincones del país y también está modificando la estructura social y la política nacional.-Entonces, ¿considera poco serio decir que más del 60% es una victoria precaria y ajustada?
-Ajustada sería decir que nosotros ganemos con el 50% más un voto. Pero más de 60% es una diferencia sustancial. Es una diferencia de 20 puntos entre una y otra posición. Es cierto que el referendo revocatorio tuvo una votación mayor pero eso no significa que el 60% esté subvaluado.
-La oposición dice que existe el peligro de que su país se divida.
-No creo que eso sea una posición opositora. Es la posición incoherente de Sabina Cuéllar (gobernadora del departamento de Chuquisaca). El prefecto de Santa Cruz (Rubén Costas, mayor opositor al gobierno), por ejemplo, ha reconocido la vigencia de la nueva Constitución. Esta oposición fuerte está diciendo lo contrario que los medios de comunicación y ciertos analistas perversos que están pretendiendo mostrar a una Bolivia dividida.
-¿Y cuáles serían los intereses de estos medios y analistas “perversos”?
-Primero, derrocar a este gobierno y segundo, volver a la situación anterior a la toma de posición de Morales que privilegiaba y daba prebendas a un grupo de poder frente a la pobreza, la explotación y la exclusión de las grandes mayorías de Bolivia.
-¿Son fundadas las advertencias del ex presidente Carlos Mesa quien dice que habrá violencia?
-El ex presidente tendría que recordar que su ministro de la Presidencia, cuando asistía al Congreso, decía que ese gobierno debía atender y solucionar 20 conflictos por día. ¡Eso era violencia!
SENADORES FELICITAN A BOLIVIA POR ACTITUD DEMOCRÁTICA EJEMPLAR EN REFERENDO
Terra de España (www.actualidad.terra.es)
El grupo de senadores españoles que fue a Bolivia en misión de observadores del referendo sobre la nueva Constitución celebrado el domingo ha expresado hoy su felicitación al pueblo de Bolivia por 'su actitud democrática ejemplar en el curso de una jornada electoral que se desarrolló con normalidad'.
Los senadores Dionisio García (PP), Hilario Caballero (PSOE), Josep Maria Batlle (Entesa) y Jordi Vilajoana (CIU) actuaron como observadores de la jornada en la que los bolivianos aprobaron la nueva Constitución.
Estos senadores, en una declaración conjunta, felicitan al pueblo de Bolivia por 'su actitud democrática ejemplar en el curso de una jornada electoral que se ha desarrollado con normalidad'.
Afirman haber constatado la intensidad del debate político durante los días previos a la jornada electoral y subrayan que es evidente que Bolivia vive 'un momento crucial sobre su futuro, en el que emergen como retos insoslayables la reconciliación nacional, la descentralización y la lucha contra la pobreza y las desigualdades sociales'.
En este sentido, indican que 'los espacios para el entendimiento y el diálogo entre las principales fuerzas políticas son necesarios'.
Manifiestan su confianza en que la aprobación de la nueva Constitución propicie 'un clima de sosiego y sirva para continuar el esfuerzo colectivo en la búsqueda de soluciones a los problemas que enfrenta Bolivia en la hora actual'.
Asimismo expresan su 'ferviente deseo de que Bolivia consolide, con el necesario apoyo de una oposición leal y constructiva, su proceso de estabilización institucional, desarrollo socioeconómico y convivencia democrática que necesita y merece'. Durante su estancia en Bolivia, los senadores han realizado labores de observación en diversos centros de votación durante la jornada del referéndum, en zonas rurales, periurbanas y urbanas del Departamento de La Paz.
DICE PARLASUR QUE OPOSICIÓN EN BOLIVIA ES MUY PELIGROSA
China Org. (www.spanish.china.org.cn)
El jefe de la misión del Parlamento del Mercado Común del Sur (Parlasur), Florisvaldo Rosinha, quien participó como observador en el referendo constitucional del domingo, dijo que la oposición política en Bolivia es muy peligrosa, debido a que manipula y desinforma.
"Es una oposición peligrosa, por el tipo de comportamiento que tiene, por la manera como manipula y desinforma", dijo el presidente del Parlasur, al momento de hacer una evaluación de su observación en Bolivia en el referendo constitucional que aprobó la nueva Carta Magna con cerca de 60 por ciento de apoyo.
La Constitución reformada busca dar mayor fuerza política a los indígenas bolivianos, permite a Morales buscar una reelección y le otorga mayor control sobre la economía.
Según Rosinha, la oposición derechista en el Congreso boliviano, y los prefectos y cívicos de cuatro regiones (Beni, Tarija, Santa Cruz y Chuquisaca) han apelado a la mentira en su campaña por el No a la nueva Constitución, desvirtuando el texto original.
Los opositores utilizaron en anuncios propagandísticos y en sus discursos mensajes sobre la religión, las tierras, la propiedad privada, el aborto y la justicia comunitaria, entre otros.
Los derechistas dijeron que con la nueva Constitución Bolivia se convierte en atea, que se quitarán las tierras, se implantará la pena de muerte con la justicia comunitaria, se legalizará el aborto y el matrimonio homosexual.
En ningún momento hablaron ni reconocieron las virtudes y avances del texto aprobado en referendo, dijo el legislador del Parlasur.
El observador calificó el proceso electoral boliviano como transparente, democrático y muy bien organizado.
"No hay que cuestionar de ninguna parte. Ningún ente político o partido o cualquier persona puede cuestionar el proceso organizacional en sentido de la legalidad de la normalidad", agregó.
Negó enfáticamente que hubiera indicios de fraude en el referendo constitucional.
Para el representante del Parlasur, la única irregularidad considerada por los 350 observadores fue que encontraron alguna propaganda en las mesas electorales.
LA CONSTITUCIÓN DE EVO ENFRENTA DURA OPOSICIÓN
El Nuevo Herald de Estados Unidos (www.elnuevoherald.com)
El Presidente Evo Morales enarbola una copia de la nueva Carta Magna en un acto en La Paz la noche del domingo.
El presidente Evo Morales logró una victoria al imponer una Constitución que será la piedra angular para sus reformas políticas en Bolivia, pero la oposición, que apostó por el ''No'' y triunfó en la mitad del país, reclama también un papel en esa reestructuración de la nación.
Los resultados dejaron un país dividido ya que la nueva constitución fue aprobada en cuatro regiones, en otras cuatro perdió y en una el cómputo era parejo entre las dos opciones.
La Agencia France Presse indicó que el texto aprobado refuerza el rol del Estado, consolida la nacionalización de recursos, permite la reelección presidencial (que potencialmente permitirá a Morales quedarse en el cargo hasta el 2015), da un vuelco total a la justicia y refuerza los poderes de los indígenas, que componen el 47 por ciento de los 10 millones de bolivianos.
Los resultados preliminares, que dan al ''Sí'' entre 58 y 60% de los votos contra 40 a 42% del ''No'', obligan al gobierno y a la oposición regional a discutir espacios de consenso para aplicar la nueva Carta Magna, que requiere de unas cien leyes para implementarse, indicaron los analistas
Por su parte, el presidente Morales llamó ayer a su gabinete a planificar lo más pronto posible la aplicación de la nueva Constitución y dejó a un lado llamados de la oposición para negociaciones políticas porque ya la Carta Magna fue ''aprobada por el pueblo boliviano'', según reportes de la agencia Associated Press.
'Escuché que [los opositores] quieren hacer `nuevo pacto'. El pacto es la nueva Constitución aprobada por el pueblo boliviano'', dijo el mandatario, indicó la Agencia Boliviana de Información (ABI) gubernamental.
''Ahora la responsabilidad del gobierno es implementar la nueva Constitución y quiero que sepan: mañana [hoy] ministros, ministras, viceministros desde la 8 de las mañana estarán reunidos para planificar cómo se implementará [la Constitución], y como se hará una gestión plurinacional'', señaló el mandatario.
Las cuatro regiones donde es seguro el triunfo del ''No'' --Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando-- reclaman principalmente que el gobierno reconozca las autonomías departamentales que cada uno de ellos aprobó, en referendos que fueron declarados ilegales por el gobierno central.
El nuevo texto constitucional reconoce las autonomías, pero las divide en regionales, municipales e indígenas, restándole poder a los gobierno autónomos concebidos por los líderes de esas cuatro áreas del país.
Según el senador opositor, Carlos Borth el tema de la autonomía es el que finalmente deberá ser concertado entre oficialistas y opositores.
El referendo del domingo demostró que la oposición a Morales permanece intacta en esas regiones.
El secretario de Autonomías de las prefectura [gobernación] de Santa Cruz, Carlos Dabdoub, dijo ayer que será necesario ''un nuevo proceso constituyente'' porque en su criterio ''sería un error garrafal si el gobierno trata de imponer'' la Constitución en aquellas regiones donde el texto fue rechazado.
El prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas --considerado cabeza visible de la oposición-- pidió a Morales en una masiva concentración la noche del domingo un pacto ``para preservar la unidad y un pacto para todos''.
El prefecto de Tarija, Mario Cossío, a quien consideran el estratega de las regiones rebeldes, consideró que el gobierno ``no va a poder aplicar la Constitución, por lo que reclamamos un pacto nacional que permita pensar en un nuevo proceso constituyente''.
El presidente Evo Morales respondió a la oposición con ``un abierto llamado para trabajar juntos para la implementación de la nueva Constitución''.
En un comunicado desde Washington, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, abogó porque ``sea el diálogo el único mecanismo utilizado por los bolivianos para lograr un acercamiento de las distintas posiciones''.
Pero el analista y economista Fernando Untoja aseguró que ``así como están las cosas, el gobierno tiene que renegociar la agenda política, porque el país no sólo está polarizado, sino que hay dos maneras de pensar y mientras existan esas dos maneras el conflicto es cada vez más latente''.
Según los conteos preliminares, el ''Sí'' a la nueva Carta Magna fue mayoría en La Paz, Oruro, Cochabamba y Potosí y el ''No'' en Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, mientras que en Chuquisaca se produjo un empate técnico con 50.6% por el ''No'' y 49.4% por el ``Sí''.
EL TEMA SE DISCUTE EN DESPACHOS DEL PALACIO QUEMADO Y A NIVEL PARLAMENTARIO
EL GOBIERNO DE BOLIVIA ANALIZA SI ADELANTA LAS ELECCIONES GENERALES
Es tras el referendo constitucional del domingo que apoyó la reelección presidencial.
Clarín de Argentina (www.clarin.com)
El día después de la aprobación de la nueva Constitución, cuando los bolivianos aún tenían sus dedos manchados con la tinta indeleble usada para evitar la doble votación, el gobierno comenzó rápidamente a diseñar su estrategia para aplicar la nueva Carta Magna. La tarea, que no se presenta fácil, comenzará a ser discutida hoy por Evo Morales con su gabinete. Pero el gobierno ya analiza la posibilidad de adelantar el llamado a elecciones generales, previstas inicialmente para diciembre próximo.
Hay unos 100 artículos de la Constitución aprobada ayer que pueden comenzar a ser aplicados de inmediato. No ocurre lo mismo con los otros 300 que necesitan leyes del Congreso y que deberán ser aprobadas por la nueva Asamblea Legislativa Plurinacional que reemplazará al actual Parlamento. De ahí que la principal preocupación por estos días sea la redacción de una ley electoral para elegir Presidente y Congreso en diciembre de 2009, y gobernadores en 2010.
"El pueblo derrotó a todos los vendepatrias", declaró ayer el primer mandatario, cuya posibilidad de ser reelecto quedó aprobada ayer en el referendo constitucional cuando triunfó el "Sí" por el 62% de los votos. Morales respondió asimismo a los dirigentes autonomistas de Santa Cruz, que reclaman un "gran pacto nacional": "El verdadero pacto es la nueva Constitución, que no es para el Evo sino para la gente abandonada".
Ayer, un sector del bloque parlamentario oficialista adelantó que está dispuesto a acortar sus mandatos para que las elecciones se adelanten a mitad de 2009. "No hay nada seguro, pero hay algunos sectores del MAS que están con esa posición", le dijo a Clarín una fuente parlamentaria. Y aunque desde el Palacio Quemado se habla de "posiciones personales", el tema está en el aire. Aunque no resultará fácil, dado que debe ser el actual Congreso el que modifique la disposición transitoria de la nueva Carta Magna, el adelantamiento tiene al menos dos ventajas. No le daría margen a la oposición para encontrar un candidato, hoy inexistente. Y, además, posibilitaría la previsible reelección de Evo Morales antes de que pegue fuerte la crisis económica mundial, que ya comenzó a golpear a la minería y las exportaciones de gas, fuente de la caja que permite las políticas sociales estrellas de la "revolución democrática y cultural". También el dirigente cocalero Asterio Romero apoyó esta vía para una aplicación más rápida de la nueva Carta Magna.
Pero la materialización de la letra de la nueva Constitución tiene otros laberintos que aún deben sortearse. Para incluir a los nueve departamentos en el nuevo régimen autonómico que reemplazó al tradicional centralismo paceño, deben realizarse referendos en las regiones donde el "No" a la autonomía triunfó en la consulta de 2006. Es decir, La Paz, Oruro, Potosí, Chuquisaca y Cochabamba."El texto deja muchas ventanas abiertas, lo que va a traer muchos problemas al Parlamento para su aplicación", advirtió ayer el Colegio de Abogados.
"Si el Occidente (del país) ha decidido vivir con el socialismo chavista no vamos a criticarlo. Pero la otra mitad del país ha dicho 'No' a la Constitución y un presidente debe gobernar para todos", insistió el líder autonomista cruceño Branko Marinkovic. Los indígenas del oriente boliviano, que se sienten ganadores, anunciaron que comenzarán a aplicar sus autonomías, mientras analistas conservadores advertían sobre los efectos del masivo apoyo -con el 80% de los votos- a la moción que limita a 5.000 hectáreas las propiedades agrarias. Temen una ola de toma de tierras amparados en esta disposición que no es retroactiva.Como símbolo de los nuevos tiempos en el Norte, EE.UU. felicitó ayer a La Paz y se ofreció a trabajar con el presidente Morales. "Felicitamos al pueblo boliviano por el referéndum", dijo Robert Wood, un portavoz del Departamento de Estado. "Estamos deseando trabajar con el gobierno boliviano de forma que podamos promover la democracia y la prosperidad", afirmó. Preguntado si el referéndum ha reforzado la democracia, Wood respondió que un proceso democrático libre y justo ciertamente contribuye positivamente a ese fin.
BOLIVIA: NO MÁS DE 5.000 HECTÁREAS
La Constitución Política de Bolivia, aprobada en un referendo este domingo, prohíbe la tenencia de tierras por encima de las 5.000 hectáreas.
BBC de Londres (www.news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america)
Los bolivianos, además de responder si estaban o no de acuerdo con el proyecto de Constitución, escogieron cuál debería ser la cantidad máxima de tierras que puede acumular un ciudadano. Las opciones eran 5.000 y 10.000 hectáreas.
Según los resultados preliminares ofrecidos por los medios de comunicación locales, la opción de las 5.000 hectáreas ganó con más del 78%.
Sin embargo, la propia Constitución señala que estos resultados se aplicarán de ahora en adelante, es decir, las propiedades que exceden las 5.000 hectáreas y que fueron adquiridas antes de la aprobación de esta Carta Magna, no serán expropiadas por su extensión, aunque hay otras normas en la misma Carta Magna, que podrían derivar en una reversión de los predios.
Prohibido el latifundio
La nueva Constitución establece que "se prohíbe el latifundio y la doble titulación por ser contrarios al interés colectivo y al desarrollo del país.
Se entiende por latifundio la tenencia improductiva de la tierra, la tierra que no cumpla con la función económica social, la explotación de la tierra que aplica un sistema de servidumbre, semiesclavitud o esclavitud en la relación laboral o la propiedad que sobrepasa la superficie máxima zonificada establecida en la ley.
En ningún caso, la superficie máxima podrá exceder las cinco mil hectáreas".
El presidente Evo Morales, la noche del domingo durante el festejo del Sí, en alusión a este artículo dijo que "se acabó el latifundismo, se acabaron los terratenientes" porque con la nueva Carta Magna se da paso a "la refundación de Bolivia".
El presidente de los ganaderos de Bolivia, Guido Nayar, dijo a BBC Mundo que la pregunta de la tierra tenía un objetivo político y que no era otro que conseguir más votos por el Sí al texto constitucional, tanto de la gente que no tiene tierra como de aquella que tiene por debajo de las 5.000 hectáreas y que cree que su propiedad está asegurada.
Sin embargo, Nayar cree que más allá de la superficie límite, lo que le dará inseguridad jurídica al sector es la disposición de expropiar las tierras que no cumplan con la función económica social y las de aquellos propietarios que sometan a la servidumbre o esclavitud a sus trabajadores.
Según el empresario, existen 87 normas que cada propietario de tierras deben cumplir para no ser "un esclavista".
"Uno termina siendo esclavista por cualquier motivo. Si es padrino de un trabajador, uno es esclavista, si un trabajador no tiene carnet, uno es esclavista, si sus hijos no van a la escuela, uno es esclavista", dijo manera de protesta.
Económica y social
El director de la Fundación Tierra, Gonzalo Colque, dijo a BBC Mundo que la nueva superficie no afectará a la estructura de la propiedad de la tierra en Bolivia precisamente porque su aplicación será de aquí en adelante.
En cambio, sí tendrá un impacto la aplicación de la función económica social y la de la prohibición de la servidumbre. Sin embargo, Colque comenta que esas normas ya están siendo aplicadas y que la novedad ahora es que ingresaron al texto constitucional.
La función económica social tiene que ver con la productividad de una parcela y la de la servidumbre, con la relación que mantiene un hacendado con sus empleados.
Colque comenta que este tema quedó opacado por la pregunta referida al texto constitucional, ya que ni el gobierno ni la oposición lo incorporaron al debate.
"Por eso hay muchos votos en blanco", dice Colque.
En todo caso, considera que el nuevo texto es "un mandato ciudadano para llevar adelante una verdadera reforma agraria".
RESURGE EL INDIGENISMO ARGENTINO
Crece el orgullo indígena argentino.- El reconocimiento de sus derechos en la Constitución argentina y el auge social del movimiento en la vecina Bolivia han sido claves del desarrollo aborigen
El País de España (www.elpais.com)
La wiphala, la bandera multicolor del Tawantinsuyu (imperio inca), flamea en diversos sitios de la Quebrada de Humahuaca, en la provincia argentina de Jujuy (noroeste del país). Al entrar en Tilcara, uno de los principales pueblos de esta quebrada vecina de Bolivia, se lee en un paredón una pintada que se refiere al "orgullo" de la "nación" del Collasuyo, la provincia austral del imperio inca. Una y otra son imágenes que apenas se veían hace pocos años y que señalan que el indigenismo ha cobrado fuerza en Argentina, un país de mayorías blancas y mestizas, pero que aún cobija una minoría de los llamados "pueblos originarios".
"Sin ninguna duda, hay un resurgimiento de los movimientos indígenas", reconoce Héctor Nieva, dirigente de la Comunidad Kolla Tinkunaku, situada en la provincia de Salta, también en el noroeste argentino. "A partir de que se asentaron los derechos indígenas en la Constitución argentina (1994) y del impulso de los movimientos sociales en Bolivia, con Evo Morales a la cabeza. Todo esto produjo un contagio en el norte de Argentina y en los mapuches -de la sureña región de la Patagonia. Cada vez más indígenas, reprimidos y discriminados durante siglos, tratan de buscar su resurgimiento como comunidades organizadas", explica Nieva.
En cambio, Jorge Nahuel, miembro de la Confederación Mapuche Neuquina, opina que "no hay un resurgimiento de pueblos que son milenarios, sino mayor visibilidad; siempre ha habido denuncias y demandas en un país que se jacta de ser el más europeo de América, pero antes estaban más ocultas". Advierte que, desde la Constitución de 1994 y la declaración de la ONU sobre los pueblos indígenas (2007), existe un "reconocimiento simbólico de la pluriculturalidad, pero el sistema jurídico, la educación y las instituciones son monoculturales". Reconoce que la nueva Constitución de Bolivia, que se votó el domingo, sienta un precedente en América porque "más allá de consagrar la wiphala como símbolo nacional" crea un Estado plurinacional. "Pero en Bolivia el 80% es indígena, y en Argentina no hay que caer en el análisis cuantitativo, sino en que somos naciones preexistentes", aclara.
De los 39 millones de habitantes de Argentina, unos 383.000 (el 1%) pertenecen a una diversidad de 35 pueblos indígenas, según una encuesta oficial de 2005. Entre las etnias más numerosas figuran los mapuches, kollas, tobas (noreste del país y Buenos Aires), wichí (norte), guaraníes (norte y Buenos Aires) y diaguitas (noroeste).
Cada pueblo tiene su diferente identidad, su propia lengua (algunos la perdieron con el tiempo ante el avance del español), pero comparten reclamaciones. La principal de ellas es el reconocimiento de sus tierras mediante títulos formales. Todas piden un mejor acceso a la sanidad y a la seguridad social, una educación que integre su cultura y su lengua, participación en la definición de las políticas públicas, respeto a sus autoridades y formas de organización y defensa de los recursos naturales. Los mapuches y los diaguitas se definen como "naciones", y reclaman que se respete su derecho a la autodeterminación, aunque con matices.
Los kollas de la ciudad de Humahuaca se distinguen porque formaron un partido político local, el Movimiento de Participación Comunitaria (MPC), que logró en las elecciones de 2007 el tercer puesto y una de las tres concejalías que estaban en disputa. A diferencia de la mayor parte de Argentina, Humahuaca cuenta con un alto porcentaje de población autóctona, pero las autoridades electorales no le permitieron al MPC agregar a su nombre la palabra "indígena" ni imprimir la wiphala en sus papeletas. Este año, el MPC se presentará en toda Jujuy con candidatos a legisladores nacionales, provinciales y municipales.
Sixto Quispe, que pretende ser elegido diputado provincial, explica el origen del partido: "Yo hice campañas con el peronismo; pero después de ganar, siempre nos dejaron de lado. Hasta hoy se mantiene el desamparo de los pueblos indígenas, mientras se entrega la riqueza a las multinacionales y a los que dicen ser pequeños agricultores. En Jujuy hay un 90% de indígenas, aunque nos hacen creer que somos argentinos. Estamos gobernados por inmigrantes". Sin embargo, Quispe aclara que también se siente argentino y carece de vínculos e incluso de información sobre el movimiento de Morales, más allá de que comparten algunas de sus reivindicaciones. También se diferencia de Rosa Chiquichano, la primera indígena diputada nacional, una tehuelche que en 2007 accedió al Congreso por el peronismo de la provincia patagónica de Chubut.
Los kollas de otras regiones prefieren "por ahora" no formar un partido. Hace cuatro años se formó el movimiento Kollamarca, con la participación de todas las comunidades kollas de la región salteña de Yungas y la reclamación de 1,1 millones de hectáreas. La Comunidad Kolla Tinkunaku logró en 2007 que el Gobierno de Salta le reconociera 70.000 hectáreas, y está a punto de acceder al título de otras 19.000 que ocupa una tabacalera que en el pasado había sido denunciada por someter a los indígenas a condiciones de semiesclavitud.
En la mítica carretera 40, que une Argentina de norte a sur, los diaguitas han "recuperado" -como dicen ellos- las ruinas de Quilmes, último bastión de resistencia indígena en el noroeste de este país en tiempos de la conquista española. Considerada su "ciudad sagrada", la Unión de Pueblos de la Nación Diaguita ocupó estos terrenos, que las autoridades habían concedido para su explotación a un artista y empresario de origen indígena.
"Antes éramos comunidades aisladas, y en los últimos años encontramos puntos en común ante el desalojo de las tierras y la contaminación de los recursos naturales", explica Fernando Nieva, abogado e integrante de la unión diaguita. En la carretera 40, a la altura de la provincia de Tucumán, se leen pintadas en las paradas de autobuses contra la minería por su uso de agua en esa árida región.
Los diaguitas se reconocen argentinos, pero advierten que "hay una pluralidad de naciones" en este país suramericano. "El derecho a la libre determinación no significa sólo la independencia, sino también el control de tierras y recursos naturales", aduce Fernando Nieva.
Kollamarca reivindica la "autodeterminación, pero no la autonomía total porque hoy en día no se va a lograr", admite Héctor Nieva. El dirigente kolla aclara: "Nosotros nos consideramos argentinos, pero los límites geográficos fueron impuestos por el Estado".
Los mapuches son más radicales. "Argentina es un invento moderno, de hace 200 años, y las culturas originarias son milenarias, de 10.000 años de antigüedad, según la antropología", reivindica Nuahuel. "Queremos que se reconozca que hay un Estado que alberga una nación milenaria", pide el dirigente, que responde cuando le preguntan si se siente argentino: "Somos mapuches en el Estado argentino, al que respetamos porque vivimos aquí". Por eso, su primer reclamación es el reconocimiento jurídico a la "autonomía mapuche", que le permita tener su idioma, sus escuelas bilingües, su sistema administrativo y su justicia -que no busca aislar al delincuente, sino que repare el daño causado. La otra ambición mapuche es el ordenamiento territorial que permita controlar los recursos naturales en disputa -vía bloqueos y ocupaciones- con petroleras, mineras y complejos turísticos. Los mapuches tampoco quieren participar en política mediante un partido propio: "No creemos en este sistema de partidos. Un partido serviría para dispersarnos, no somos el 80% de la población".
FELICITAN A PRESIDENTE MORALES
La Primera de Perú (www.diariolaprimeraperu.com)
El triunfo de la democracia en Bolivia, con la aprobación de una nueva Constitución mediante un referendo, “renueva la esperanza de todas las fuerzas democráticas y progresistas de la región y las alienta a continuar en la construcción de sociedades más justas, solidarias y soberanas”.
Así lo afirmó en un mensaje de felicitación al presidente Evo Morales, enviado por el jefe del Partido Nacionalista Peruano, Ollanta Humala, como amigo y como titular de esta organización.
La carta destaca el respaldo popular alcanzado por Morales en “el último referendo que abre paso a la nueva Constitución que regirá la vida y el desarrollo del hermano pueblo boliviano”.
El inicio de esta refundación de la República de Bolivia, escogida por su pueblo, es una esperanza en el camino de superar la pobreza y la desigualdad aún imperantes, agrega la comunicación.Indígenas de Ecuador felicitan a Evo Morales por triunfo en el referendo
La confederación de indígenas de la etnia Kichwa de Ecuador (Ecuarunari) felicitó hoy al presidente boliviano, Evo Morales, y a su pueblo por el triunfo en el referendo del domingo, que aprobó la nueva Constitución de ese país.
"Unimos nuestras voces y corazones rebeldes para celebrar, de manera revolucionaria, el triunfo del pueblo boliviano en el referéndum constitucional celebrado el domingo 25 de enero en la Bolivia digna y soberana de Tupac Katari y Bartolina Sisa", héroes indígenas, señaló un comunicado de Ecuarunari.
En el escrito, la organización indígena más importante de la sierra andina ecuatoriana aseguró que, "las estrategias separatistas, aliadas a fuerzas cómplices y encubridoras de sectores religiosos, siempre aliados a los opresores, fueron una vez más derrotadas" en el referendo de Bolivia.
Además, recordaron unas frases del presidente boliviano, quien ha asegurado que con ese triunfo "se refunda el país con igualdad para los bolivianos y bolivianas y respeto para los indígenas humillados históricamente, finaliza el colonialismo interno y externo y se acaba la subasta de los recursos naturales".
Ecuarunari destacó el hecho de que el texto constitucional boliviano incluya la reforma sobre la propiedad de la tierra, "en un país en donde las mejores y la mayor parte de las tierras están concentradas en pocas manos". "Inicia con este triunfo una nueva batalla, la de encarnar en las leyes el mandato de la suprema ley constitucional. Para ello convocamos al pueblo boliviano a mantenerse unidos y siempre listos a enfrentar las renovadas estrategias que, sin duda, implementarán los sectores oligárquicos y el imperialismo", añadió el texto.
Además, sostuvo que los indígenas ecuatorianos acompañarán a los bolivianos en todo el proceso de cambio que "esté encaminado a sepultar para siempre el genocida y ecocida sistema neoliberal, que ha excluido a millones de seres de la posibilidad de vivir con dignidad".
CONSTRUCCIÓN DE CAMINO AMENAZA ÁREA NATURAL PROTEGIDA EN BOLIVIA
Agencia Reuters de Londres (www.lta.reuters.com/article)
El Parque Machía, un área protegida selvática en la región central de Cochabamba en Bolivia, está amenazado por la planeada construcción de un camino vecinal que lo cruzaría por la mitad, denunció la encargada de la reserva.
Para concretar el camino, que unirá a la comunidad de Copacabana con la capital del municipio de la alcaldía de Villa Tunari, serán talados árboles y los cerca de 1.000 animales que viven en ese refugio de 38 hectáreas tendrán que ser trasladados.
El año pasado, la alcaldía dio un ultimátum a los administradores del área natural protegida. "Nos mandaron una nota: teníamos dos semanas para desalojar", dijo a Reuters Nena Baltazar, encargada del Parque Machía desde su fundación, hace más de 13 años.
Aunque el proyecto está temporalmente paralizado, la amenaza sigue latente pues en el 2008 la alcaldía adjudicó la construcción del camino.
El alcalde de Villa Tunari, Feliciano Mamani, no estuvo disponible para declaraciones.
Según representantes de la reserva natural, con el proyecto la alcaldía violaría sus propias normas ya que el Parque Machía fue declarado como área protegida en 1993 a través de una Ordenanza Municipal.
A partir de esa fecha, Villa Tunari se convirtió en el principal centro turístico de Chapare y del departamento de Cochabamba y recibe anualmente la visita de más de 8.000 turistas.
RESISTENCIA
Esta reserva natural no es sólo una de las pocas que existen en Bolivia sino que es la única en su especie debido a que recupera animales en cautiverio y los reinserta a la naturaleza con el apoyo de voluntarios de todas partes del mundo.
Petter Carlsson es uno de ellos. Este joven sueco de 20 años es el mejor amigo de Quirqui, un puma viejo que fue maltratado durante toda su infancia y juventud, pero que felizmente fue rescatado y ahora convive junto a 40 voluntarios, principalmente europeos, y más de 1.000 animales en el calor del Parque Machía.
"Cerrar este parque no sólo sería un error, sino una inmensa tontería", dijo Carlsson.
Mientras que Mattheu, un joven inglés que conoció a su esposa en su segunda visita al Machía, expresó: "Me gusta (el Machía). He estado en todas partes de Sudamérica, pero Bolivia es mi país".
En esta reserva hay más de 400 monos, decenas de pumas, osos perezosos, cientos de loros, guacamayos, tejones y murciélagos que son todos libres y ayudados a recuperarse gracias al paciente trabajo de voluntarios.
Las recuperaciones de los animales pueden tardar, pero son siempre exitosas.
Popular es un mono araña que vivió cuatro años encadenado a un columpio. "Cuando lo rescatamos estaba pelado. Ahora ya está totalmente integrado a los otros monos. Verlo ahora es muy lindo", contó Luis Morales, uno de los veterinarios del parque.
A algunas personas también el parque les ha cambiado la vida.
"Hace poco me llamó un abogado italiano que pasó algunas semanas como voluntario. Me contó que había abandonado el Derecho e iba por el tercer año de veterinaria. 'Machía me cambió la vida', me dijo", dijo Baltazar, la encargada del parque.
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