Tuesday, October 09, 2012

¡¡¡EL SILALA ES BOLIVIANO…!!!



- El Silala no es un "río" con cause natural que desemboca en Chile. Es un manantial artificialmente  canalizado y conducido a través de obras de ingeniería hacia Chile. Por tanto, según el derecho internacional el Silala es de soberanía nacional, no chilena.

- Chile adeuda más de medio siglo por el consumo de estas aguas, que en principio fueron adjudicadas por la Prefectura Potosina a una empresa transnacional inglesa (Bolivian Railway) para que alimente el tren a vapor a Antofagasta. Desde el momento en que estas aguas dejaron de utilizarse con dicho fin, debieron volver a territorio boliviano, sin embargo, esta empresa viene cometiendo la ilegalidad de vender estas aguas a otras empresas chilenas, como a la mina de Chuquicamata.

- El Silala proviene de 94 ojos de agua que afloran en territorio boliviano. Antes de ser canalizado sus aguas se dispersaban o escurrían nuevamente en territorio boliviano. Tiene un caudal aproximado de 250 litros por segundo. The Bolivian Railway acumula aproximadamente 18000 metros cúbicos de agua al día, obteniendo ganancias millonarias sin pagar un solo centavo a Bolivia.









EVO MORALES APOYA DECISIÓN DE POTOSÍ DE UTILIZAR LAS AGUAS DEL MANANTIAL DEL SILALA

El Presidente Evo Morales afirmó que no es "agresión ni provocación, ni es ninguna ofensa a Chile" que Potosí defina proyectos para el aprovechamiento de las aguas del Silala.
“Si las vertientes del agua del Silala están en territorio boliviano, nosotros soberanamente debemos decidir sobre esas aguas", sostuvo Morales.
El Primer Mandatario también prometió respaldo al gobernador de Potosí, Félix González, que anunció la semana pasada que este mes pondrá en marcha el primero de varios proyectos para aprovechar las aguas del Silala, situadas en esa región.
El proyecto anunciado consiste en la construcción de cuatro represas en esa zona fronteriza con Chile para instalar criaderos de peces, para lo que la Gobernación potosina ha previsto una interrupción temporal del flujo de las aguas del Silala de 10 a 15 días para comenzar las obras.
Según las autoridades, los proyectos demostrarán la soberanía boliviana sobre las aguas de esos manantiales que fluyen al norte de Chile por canales construidos artificialmente en el siglo pasado.
 El Gobierno chileno ha solicitado a su consulado en La Paz que pida información a las autoridades bolivianas sobre éste y otros proyectos para evaluarlos "y prevenir cualquier daño a este recurso hídrico compartido, en especial aquellos de carácter medioambiental que pudieran producirse por la contaminación de las aguas".
Para el ejecutivo chileno, el Silala es un río de curso internacional.
Morales recordó ayer que logró avances importantes para resolver la controversia sobre el Silala cuando Michelle Bachelet era presidenta de Chile, pero lamentó que con el actual Gobierno de Sebastián Piñera se hayan paralizado las conversaciones.
También criticó a los líderes cívicos de Potosí, que se opusieron en su momento a la firma de un primer acuerdo negociado con el Gobierno de Bachelet, por el que Chile accedía a compensar a Bolivia por la mitad del flujo de las aguas hacia su territorio, mientras se definía la controversia sobre el resto de los caudales.
El presidente del Comité Cívico de Potosí (Comcipo), Celestino Condori, dijo ayer que los proyectos que anunció la Gobernación con el fin de aprovechar las aguas del Silala deben continuar porque se ejecutarán “dentro de nuestra soberanía territorial”, por lo tanto, no tendría que existir ningún cuestionamiento por parte de Chile.
“No tenemos por qué rendirle cuentas a nadie, si estamos haciendo algo en nuestro terreno nadie tendría que cuestionar”, dijo Condori al anticipar que impulsarán y de ser necesario harán respetar la soberanía del país.
Dijo que para que haya mayor legitimidad en la ejecución de proyectos es necesario la firma del documento en el que se ha estado trabajando entre ambos países, que establecerá el uso de las aguas del Silala, el pago de la “deuda histórica” por parte de Chile, por los años que utilizó el agua, y a cuánto se venderá cada metro cúbico en adelante.
“Nosotros queremos que la deuda histórica sea retroactiva, es lo que se tendría que pagar a todo lo que hasta al momento nos deben. La letra chica (en el documento) no está especificando cuánto va a pagar, desde cuándo va a pagar”, indicó.





PRIVADO, ESTATAL O MIXTO: CÓMO SE EXPLOTA EL LITIO EN EL MUNDO
                                                                                         
Economía y Negocios de Chile (www.economiaynegocios.cl)

Chile es hoy el mayor productor de litio del mundo, GRACIAS AL ROBO QUE HIZO A BOLIVIA, pero Australia va camino de sobrepasar al país en los próximos años. Además, Argentina está empezando a ser un actor importante de la industria y Bolivia sigue desarrollando su propio modelo productivo. En Chile, el litio es el único mineral no radiactivo que tiene una restricción constitucional para ser explotado por privados. A pesar de su baja producción, de su acotado peso en el PIB nacional y la escasa demanda interna por el mineral, su explotación dentro de las fronteras nacionales sólo puede llevarse a cabo por el Estado o sus empresas.
Chile es hoy el mayor productor de litio del mundo, pero Australia va camino de sobrepasar al país en los próximos años. Además, Argentina está empezando a ser un actor importante de la industria y Bolivia sigue desarrollando su propio modelo productivo.
Con esos datos a la vista, el gobierno impulsó una polémica y fallida licitación a privados, para que éstos exploten el mineral a cambio del pago de royalties y tributos, lo que también ha desatado críticas porque deja al Estado fuera de la operación.
Pero, ¿cuáles son los modelos de explotación que tienen los otros países productores? Aquí algunos ejemplos de los caminos seguidos por ellos.
China: mano de obra, inversión y beneficios estatales
En China no existe un modelo para la extracción del litio que sea distinto al del resto de los minerales. Aquí la explotación se realiza sólo por medio de la planificación impuesta por el gobierno.
El coordinador de la minería en el país es el Ministerio de Tierra y Recursos, que encauza las inversiones y producciones siguiendo con las pautas de los planes quinquenales, que rigen al país.
La gran ventaja es que ha desarrollado tecnología propia de extracción y procesamiento de litio y de producción de baterías, la que usa en la producción interna, pero que también ha exportado, por ejemplo, a Bolivia.
Hoy China está en proceso de modificar su legislación minera para facilitar el ingreso de capital extranjero. Se espera que reforme su sistema de aprobación de los derechos mineros y de la obtención del derecho de prospección.
Canadá: explotación privada pero con incentivos estatales en la exploración
En general, cuando la explotación minera se entrega a privados, lo que se da es un cupo de explotación máxima en un tiempo limitado. Así, las empresas sólo se enfocan en obtener el mineral concesionado en el tiempo autorizado, "pero no hacen exploración", dice Manuel Viera, gerente general de Metaproject.
Por eso es que en la década de 1980 Canadá estableció un sistema de promoción de la exploración minera a través de un sistema que se conoce como la Deducción Tributaria por Agotamiento Minero (Meda, por sus siglas en inglés), que permitía que las empresas descontaran cuatro dólares de impuestos por cada tres dólares que invirtieran en la exploración de nuevos yacimientos. El modelo canadiense ha sido varias veces modificado, pero aún conserva su vocación de incentivo de la exploración a través de la rebaja tributaria.
Argentina: buscando inversionistas y valor agregado
El yacimiento del Salar de Hombre Muerto -en la Provincia de Catamarca- está en operaciones bajo un modelo de privatización, pero también se están afinando los procesos de licitación para la extracción en Jujuy, Salta y La Rioja.
Daniel Taillant, director ejecutivo de la trasandina del Centro de Derechos Humanos y Ambiente, explica que Jujuy ya ha declarado como "estratégico" al litio, categoría que, como explica Daniela Desormeaux, gerente general de la consultora Signumbox, "significa que se formó una comisión evaluadora especial de los proyectos". Todo para que las extractoras le agreguen valor al mineral antes de exportarlo por la vía de aprobar sólo proyectos que impliquen la elaboración de productos finales, como baterías.
Además, el gobierno de Salta invitó a SQM a asociarse con la empresa estatal, en una unión que podría materializarse, en el primer semestre del próximo año.
Bolivia: la asociación mixta que aún no ha dado frutos
El gobierno de Evo Morales lleva unos años preparando un sistema para conseguir "socios y no patrones" en la explotación del litio, mineral del que este país alberga las mayores reservas estimadas del mundo.
La idea es que el Estado aporte la propiedad minera y los privados la inversión, para luego dividir entre ambos la utilidad del negocio, siempre fomentando la producción de productos terminados, como baterías.
"Pero aquí hay una política errónea. La idea del Gobierno es el desarrollo estatal de la explotación, con tecnología propia, porque no entienden el proceso de transferencia tecnológica. En vez de comprar tecnología, como la chilena, que ayudaría a explotar más rápido el carbonato de litio", dice el experto Rolando Jordán, desde La Paz.
Eso, junto con la inestabilidad, ha hecho que sean pocos los inversionistas que estén dispuestos a invertir, aunque en el gobierno cuentan que habría una propuesta coreana para destinar US$1.500 millones.
EE.UU. y Australia: modelo 100% privado
Como explica Daniela Desormeaux, "en EE.UU. el litio alguna vez fue considerado como estratégico -al igual que en Chile-, de hecho el Departamento de Defensa de dicho país tenía inventarios de este mineral (por su potencial uso en energía nuclear); sin embargo, después vendieron todos los inventarios". Hoy, el modelo de este país es 100% privado, y los ingresos estatales llegan a través de los impuestos y los royalties , los que pueden superar el 50% de las utilidades en algunos estados.
En Australia se sigue este mismo modelo y, aunque tiene un complejo sistema de royalties que, dicen los expertos, impide calcular una media general, ha permitido el surgimiento de grandes empresas mineras de alcance global.
Este modelo, además, mezcla una serie de incentivos para favorecer la investigación, la empleabilidad y la generación de políticas de mitigación social de los proyectos.





HUERTAS BOLIVIANAS, UNA ESCALERA AL PROGRESO EN ARGENTINA
                                                                
Agencia IPS de México (www.ipsnoticias.net)

Con 53 años, Alberto Ramírez conserva poco de aquel niño que, junto a su padre, se trasladaba cada zafra agrícola anual de Bolivia a Argentina para ocuparse como trabajador golondrina. Este otrora inmigrante temporal es ahora un próspero empresario establecido en las cercanías de esta ciudad.
Ramírez, quien hoy preside la Colectividad Boliviana de Escobar, recibe a IPS en una amplia oficina construida en un alto del mercado concentrador de frutas, verduras y hortalizas de esta localidad, donde solo se venden productos provistos por inmigrantes de ese origen.
Tal es la exclusividad que, si falta alguna variedad, inmediatamente salen camiones a buscarla a otras zonas del país donde haya agricultores bolivianos.
El predio de seis hectáreas de Escobar¸ una localidad de la oriental provincia de Buenos Aires ubicada a solo 50 kilómetros de la homónima capital argentina, fue inaugurado en 1990 y hoy ya provee a decenas de ciudades de la zona norte metropolitana.
El mercado, que funciona de noche, se transforma en una verdadera romería en torno a las 19:00 horas y sigue así hasta el amanecer del día siguiente. Los pasillos angostos, formados por las torres de cajones de verduras y frutas ubicados a ambos lados, resisten el paso veloz de carros empujados por afanosos operarios.
En ese marco, mujeres y hombres trabajan por igual en la producción, compra y venta. Pero ellas son las que más se resisten a ser entrevistadas cuando IPS intenta abordarlas. Parece que quisieran mimetizarse con los tomates, las fresas o las berenjenas ordenadas a la perfección en sus cajones.
A metros de este gran depósito se ve también un mercado, que está cerrado de noche, canchas de fútbol y un salón para actos culturales. En ese sitio fue donde recibieron el año pasado al presidente de Bolivia, Evo Morales, quien ahora sonríe desde una foto colgada en la pared, a un costado del escritorio de Ramírez.
"Regresen, los esperamos con los brazos abiertos", les dijo entonces Morales a sus compatriotas en Escobar, tras contarles los progresos de su país desde que asumió el gobierno en enero de 2006.
Pero muchos de aquellos interlocutores de Morales ya tienen una buena posición económica aquí y no se han planteado el regreso. Van de visita a Bolivia, una o dos veces por año, y en cada viaje vuelven con algún pariente que se incorpora al trabajo en las huertas. Aunque cada vez menos, aclara Ramírez, pues ahora tienen mejores oportunidades en su país.
"Mi familia y yo estamos enraizados acá. Con mi padre veníamos para la cosecha de tabaco. Yo tenía 12 años. A los 22 ya volví con mi esposa y nos quedamos en Escobar. Empezamos como peones y ahora cambié de rubro", narra Ramírez, orgulloso.
La pareja logró ascender en la escala social. Fueron peones y luego "medieros" (trabajadores a porcentaje), hasta que alquilaron una hectárea y se independizaron. "Si trabajábamos 14 horas al día no nos importaba porque era para nuestro beneficio", indica.
Ahora, ya con hijos y nietos nacidos en Argentina, Ramírez es propietario de su negocio y se dedica al comercio hortícola al por mayor.
Pero el caso de Ramírez y el mercado de Escobar, que cuenta con unos 900 socios, no es el único en Argentina. El progreso de los horticultores bolivianos se observa en el entorno de casi cada ciudad mediana y grande del país, de norte a sur.
"Hay al menos ocho mercados concentradores de bolivianos solo en la zona norte de Buenos Aires y este predominio se ve también en otros cinturones verdes urbanos del país", asegura a IPS el sociólogo e investigador Roberto Benencia.
Para el experto, este flujo de población "constituye un caso de migración exitosa". "A algunos les va muy bien, tienen un buen nivel de vida y ya no piensan en volver a su país, pues invierten y gastan su dinero acá", sostiene el autor de la investigación titulada "Los inmigrantes bolivianos en el mercado de trabajo de la horticultura en fresco en Argentina".
La colectividad boliviana en Argentina es hoy la segunda más numerosa, después de la paraguaya. Ciudadanos de ese origen comenzaron a llegar en los años 30 para desempeñarse en la construcción y la industria manufacturera, o en busca de empleos temporarios en las zafras agrícolas.
A partir de los años 80, un número mayor comenzó a involucrarse en la producción de verduras y hortalizas, dando origen a un "proceso de movilidad social ascendente que denominamos ‘escalera boliviana’", detalla Benencia, cuyo estudio fue publicado este año por la Organización Internacional para las Migraciones.
Los recién llegados empiezan como peones, igual que Ramírez y su mujer. Luego pasan a ser medieros y reciben 45 por ciento de lo que cosechan, lo cual los motiva a trabajar durante jornadas más largas para ahorrar y progresar.
Así, con un pequeño capital acumulado, se lanzan a hacerse de una o dos hectáreas y ya, con el dinero y el dominio de las labores, comienzan a producir por cuenta propia. Algunos arrendatarios pasan a ser también propietarios o se abocan al comercio.
En la central provincia de Córdoba, una de las más populosas del país, solo 10 por ciento de los productores hortícolas eran bolivianos antes de los años 80, según el estudio de Benencia. Pero 20 años después representan 50 por ciento y su presencia sigue aumentando.
Agricultores de pequeña escala llegados de Bolivia también se han asentado en la oriental Santa Fe, la occidental Mendoza y las norteñas Jujuy y Salta y en provincias mucho más alejadas de la frontera de ese país como las australes Chubut y Tierra del Fuego.
"Crearon territorios hortícolas donde no existían", destaca el experto. Lo hicieron introduciendo tecnología nueva, como el riego por aspersión o la producción bajo invernáculo que preserva los cultivos de las heladas y el granizo, detalla.
Con la lechuga, una hortaliza muy popular en Argentina, pasaron de tres a nueve cosechas por año gracias al invernáculo. En el trabajo de Benencia se refleja también el escepticismo de verduleros argentinos ante el empeño de los bolivianos.
Se recogen testimonios de los propios inmigrantes que recuerdan que los argentinos les decían que no iban a lograr que la tierra les dé tomates en Córdoba o algunos otros productos con los que fracasaron, efectivamente, varias veces, hasta lograrlo.
Lo cierto es que hoy producen una gama multicolor de verduras y frutas de calidad, en grandes cantidades y muy baratas, lo cual permite a las grandes urbes abastecerse de esos alimentos frescos a precios bajos.
Los proveedores de insumos consultados para la investigación aseguran que esta minoría está siempre buscando las semillas de mejor calidad y que se interesa por las innovaciones que permitan incrementar el rendimiento de las cosechas.
Según Benencia, el trabajo hortícola es rechazado por los argentinos. Antes de la llegada de los bolivianos, esta tarea estaba en manos de inmigrantes portugueses, italianos o japoneses, colectividades ya desplazadas casi por completo de las huertas.
Ramírez señala que el desinterés de los argentinos por estas tareas puede explicarse en que es una actividad riesgosa y con horarios prolongados.  "No siempre se gana. Hay heladas, granizo, y a veces se pierde", pondera.