Las empresas chilenas usufructuan gratuitamente las aguas de los bofedales del Quetena, bautizada por ellos río Silala.
Para ese usufructúo gratuito, personas de ese país ingresaron arbitrariamente a territorio boliviano y procedieron a excavar canales que puedan dirigir esas aguas hacia territorio chileno.
Esos canales son zanjas de tierra, en algunos tramos recubiertas de piedra, que tienen una longitud de tres kilómetros y un ancho que no pasa de un metro.
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En 1866 el minero chileno José Santos Ossa, asociado con Francisco Puelma, obtiene la concesión de las salitreras El Carmen por parte del tristemente famoso presidente boliviano Mariano Melgarejo. Esta concesión será posteriormente vendida a la Sociedad Salitrera Melbourme Clark y Cia., que luego pasará a poder de la Compañía de Salitres y Ferrocarril Antofagasta.
En 1884 se inicia la extensión de la línea del ferrocarril de Antofagasta hasta la frontera con Bolivia y en 1886 llega a Ollagüe. Para el funcionamiento de este ferrocarril era necesaria agua. Así, el Ingeniero chileno Josiah Harding ingresa a territorio boliviano en forma arbitraria y procede a construir zanjas de tierra con pala y pico para poder movilizar las aguas estancadas en los bofedales del Quetena, provincia Sur Lípez del Departamento de Potosí.
En 1904 el ferrocarril de la Compañía Huanchaca es vendido a la Compañía inglesa The Antofagasta (Chili) & Bolivia Railway, incluyendo todas las concesiones de agua en Antofagasta y las recolectadas en el Cantón Quetena. Ese mismo año Chile incluye en el Tratado de Límites el trazo de los canales de recolección de aguas bolivianas, con el nombre inventado de río Silala o río Silole, como aparece en varios documentos oficiales chilenos.
El gobierno de Chile concede mercedes de agua en su territorio a favor del Ferrocarril Antofagasta-Bolivia el año 1906. Dos años después la Prefectura de Potosí otorga concesión de las aguas del Silala a la empresa The Antofagasta (Chili) & Bolivia Railway.
En 1997, el potentado chileno Antonio Andrónico Lucsik, nuevo dueño del Ferrocarril Antofagasta-Bolivia, sin permiso de Bolivia y en forma arbitraria e ilegal, se adueña de las aguas recolectadas de los bofedales del Quetena. El 14 de mayo de 1997 la Prefectura de Potosí revoca y anula la concesión otorgada el año 1908. En 1977, las locomotoras a vapor son sustituidas por locomotoras a diesel.
En consecuencia, desde 1884 las empresas chilenas usufructuaron gratuitamente las aguas de los bofedales del Quetena, bautizada por ellos río Silala. Para ese usufructúo gratuito, personas de ese país ingresaron arbitrariamente a territorio boliviano y procedieron a excavar canales que puedan dirigir esas aguas hacia territorio chileno. Esos canales son zanjas de tierra, en algunos tramos recubiertas de piedra, que tienen una longitud de tres kilómetros y un ancho que no pasa de un metro.
¿RÍO O MANANTIAL?
Una vez cometida la agresión, es imperativo legalizarla. Ese es el procedimiento de todo usurpador, expediente en el cual sobresale la oligarquía chilena. De ahí que una vez canalizadas hacia Chile las aguas de Quenata, Chile se inventó un río. Esa invención era necesaria, pues el derecho internacional determina un tratamiento determinado para un río internacional de curso sucesivo: Cuando un río es así definido, los países por los que pasa ese río tienen derechos compartidos. Así, el gobierno chileno siempre se resistió a pagar por el uso de esas aguas porque insistía en que tenía el derecho al 50 por ciento de ellas, por considerar que se trata de un río internacional. Conscientes de que ese es argumento falso, ningún gobierno boliviano firmó tratado alguno con Chile que reconozca derechos de ese país sobre las aguas del Silala, algo a lo que parece atreverse el gobierno de Evo Morales Ayma.
Si las aguas corresponden a un manantial, es el país en el que afloran esas aguas las legítimas y únicas propietarias. Entonces, ¿las aguas del Quetena son de bofedales o de río internacional?
Los estudios de geología, hidrología e hidrogeología realizados por SERGEOMIN en 2000-2001, indican que, “Las Quebradas del Silala son un ejemplo típico de quebradas formadas por la acción de fallas dando lugar a una zona de debilidad y la acción erosiva combinadas de aguas fluvioglaciales y de meteorización mecánica en esta zona de debilidad. El flujo fluvio-glacial es derivado del deshielo ocurrido al final de la era glacial hace más de 10.000 años BP”, y que “En la actualidad no se manifiesta ninguna actividad fluvial activa natural.”.
Además, “…las quebradas no han recibido desde su formación, ningún flujo natural notorio de escurrimiento de agua superficial”. En consecuencia, lo que Chile llama “río internacional” es producto humano, arbitrario e intencional de canalización de aguas que de manera natural no pudo ocurrir, pues según los mismos estudios “solamente podrían escurrir en la superficie o en las quebradas, aguas originadas de un acuífero subterráneo y que ahora afloran como manantiales o vertientes, cuando el volumen del caudal de descarga fuese suficientemente alto para vencer la alta evaporación, el tipo de suelos sobre los cuales el agua escurriría, la elevada evaporación y la relativamente baja pendiente”.
EL PRE ACUERDO POR EL SILALA
El actual gobierno de Bolivia ha hecho público un pre acuerdo con Chile sobre las aguas del Silala. Existen indicios de que se trata ya de un acuerdo firmado y no «todavía en consulta», como afirma el gobierno boliviano. El periódico El Mercurio de Santiago de Chile, en su edición del 5 del presente mes reproduce la afirmación de Jorge Tarud, integrante chileno de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados de ese país, indicando de “lamentable” e “inaceptable” el que Bolivia pretenda buscar un nuevo acuerdo por el Silala.
Tarud declara textualmente: “Es lamentable que el gobierno boliviano, a través de su canciller, esté planteando un tema absolutamente diferente del preacuerdo”. Firmado ya o aún por firmarse, en Bolivia el gobierno de Evo Morales es defensor acérrimo de ese preacuerdo.
Según el documento “Exposición de argumentos” adjunto al “Ayuda Memoria Borrador del Acuerdo Inicial de las Aguas del Silala” que fue considerada en el Senado Nacional, el gobierno boliviano considera un triunfo que el Artículo 1º de ese pre acuerdo evite la mención “río internacional” o “manantial”. El Art. 1 indica textualmente: “Establecer un acuerdo bilateral para la preservación, sostenibilidad, uso y aprovechamiento del sistema hídrico (subrayado por nosotros) del Silala o Siloli para beneficio de ambos países.”
Un especialista en el tema del Silala, el ingeniero Antonio Bazoberry Quiroga, indica que se utiliza el nombre de sistema hídrico, pero se aceptan las consecuencias del beneficio para ambos países en el espíritu de que se trataría de un río internacional.
¡Graciosa “victoria” de la diplomacia boliviana! Por otro lado, como lo hace notar Pablo Villegas en un despacho de Petropress-CEDIB, ese pre acuerdo limita los derechos de Bolivia, más que si se tratara de un río, pues “hace referencia a las aguas de Silala como un caudal «que fluye superficialmente a través de la frontera desde el Estado Plurinacional de Bolivia hacia la República de Chile». “Así se introduce subrepticiamente el concepto de río y consecuentemente, se lleva la cuestión al campo del derecho internacional correspondiente a estos cuerpos de agua que, según ésta son recursos c o m p a r t i d o s.
Consiguientemente, el acuerdo dictamina que las aguas son de ambos países. Con esto se limitan los derechos de Bolivia porque según la Declaración de Montevideo LXXII, ningún Estado puede, sin el consentimiento del otro, introducir en los cursos de aguas de carácter internacional, alteración alguna que perjudique a la margen de aquel.”
BOLIVIA CONMINADA
Según el ingeniero Bazoberry, el Artículo 2 de ese preacuerdo es una conminatoria a Bolivia para que este país sólo utilice un porcentaje de esas aguas, lo cual significa “una total dependencia de Chile”.
En opinión del gobierno de Bolivia ese porcentaje será “incrementado en función de los estudios” a realizarse en los próximos cuatro años. Ese plazo más parece, sin embargo, una prórroga hasta que Chile se apropie «por la razón o la fuerza» del 100% de esas aguas.
Para el gobierno de Bolivia el Art. 3 de ese acuerdo sería otro triunfo, pues sentaría “el marco jurídico necesario para que las aguas del Silala puedan ser aprovechadas en Chile, y Bolivia ser compensada por ese uso.”
Empero, dicho Artículo indica textualmente: “Para el otorgamiento del uso de dichas aguas de libre disponibilidad, el titular público boliviano considerará el derecho preferente de las personas jurídicas de derecho público o privado que actualmente estuviesen haciendo uso de dichas aguas en Chile (subrayado por nosotros)”. De esta manera se obliga a Bolivia la preferencia a empresas chilenas, antes de conceder derechos a interesados públicos o privados de Bolivia. ¿No es una manera de asegurar para los intereses privados chilenos el uso del 100 % de las aguas del Silala?
El ingeniero Antonio Bazoberry indica que el Artículo 6 de dicho preacuerdo es uno de los más dramáticos, pues redundaría no sólo en el aprovechamiento de la totalidad de las aguas del Silala por Chile, sino que permitiría también a ese país posesionarse del terreno boliviano a través de la presencia de personal de la Dirección General de Aguas de Chile. En efecto, a la letra dicho Artículo indica: «Las partes establecen, de conformidad con el artículo 2, que del volumen total del Silala o Siloli, que fluye a través de la frontera (100%), el 50% corresponde inicialmente al Estado Plurinacional de Bolivia, es de su libre disponibilidad y lo podrá utilizar en su territorio o autorizar su captación para su uso por terceros, incluyendo su conducción a Chile. Este porcentaje podrá ser incrementado a favor de Bolivia, en función de los resultados de los estudios conjuntos que se lleven a cabo en el marco del presente acuerdo.
«Tan pronto sea suscrito el presente acuerdo las Partes se comprometen a instalar la estación hidrométrica mencionado en el artículo 8, b), la cual registrará los volúmenes de agua en el cruce de la frontera, que servirán para su implementación.»
¿INGENUIDAD O COMPLICIDAD?
Candorosamente nuestro gobierno presenta el Artículo 3 como un triunfo boliviano, pues la estrategia del gobierno sería “lograr que Chile pague el 100% de las aguas”, permitiendo a los técnicos chilenos labor activa en pleno terriorio boliviano para fundamentar esa exigencia. ¿Qué le permite asegurar a nuestros administradores que los funcionarios chilenos darán razón a Bolivia y no a su propio país?
Nuestro gobierno es ingenuo o cómplice de los intereses de la oligarquía chilena, como lamentablemente lo fueron otros gobiernos en el pasado. La esencia de ese preacuerdo es que esas aguas puedan ser aprovechadas por Chile y Bolivia solamente compensada por ese uso. Así, se cierra definitivamente cualquier planificación de desarrollo económico propio en esas zonas. Por otro lado, la «compensación» se refiere solamente al 50 % de aguas y sin carácter retroactivo, compromiso a ser asumido por las empresas chilenas y no por su gobierno. Contento de esa triste ganancia, el actual gobierno presentó ante los comuneros indígenas que habitan las zonas del Silala el argumento de que “por fin habría ingresos económicos”, logrando suscitar el entusiasmo de las paupérrimas poblaciones de ese sector.
Interesante argumento y curioso razonamiento en el supuesto momento “descolonizador” que propagandísticamente vivimos. ¿Teme el gobierno ofender a la oligarquía chilena exigiendo una revisión del preacuerdo? Según el ingeniero Antonio Bazoberry, “en caso que Chile se negara a modificar el acuerdo inicial, Bolivia debe posesionarse del terreno para demostrar que el 100% de las aguas del Quetena son bolivianas y que dispone para el desarrollo ganadero de la región del Quetena o para la creación de una industria turística, aprovechando la cercanía de los atractivos Laguna Colorada y Laguna Verde”.
En efecto, ¿a qué trasladar poblaciones hacia las zonas tropicales e insanas de la Amazonía boliviana con pretexto de lucha contra la pobreza, si con voluntad política se pueden crear polos de desarrollo en zonas como el Silala? Claro que para ello se necesitan políticas fuertes que defiendan nuestra soberanía y el uso — para nosotros y por nosotros — de nuestros recursos naturales. Los Andes de Perú (www.losandes.com.pe)
CHILE Y BOLIVIA POR "FORMULA SATISFACTORIA" DE SALIDA AL MAR
Ansa de Italia (www.ansa.it/ansalatina)
Mariano Fernández, ministro de Relaciones Exteriores chileno, afirmó hoy que junto a Bolivia se busca "una fórmula satisfactoria" para darle una salida al mar, y calificó al gobierno del presidente Evo Morales como "un interlocutor estable".
"Estamos avanzando nosotros... Bolivia siente que estamos avanzando y si encontramos alguna fórmula (de salida al mar) que sea satisfactoria para los dos la vamos a dar conocer. Seguimos trabajando", declaró el canciller chileno a la estatal red de televisión nacional.
"Vamos a tratar de avanzar lo más que podamos, todo lo que se pueda", agregó en referencia al próximo fin del mandato de la presidenta Michelle Bachelet, el 11 de marzo del 2010.
"Con Bolivia tenemos una diferencia esencial en nuestra opinión pública. El tema de la salida al mar de Bolivia fue mirado geopolíticamente siempre en Chile y hoy día está mucho más mirado como un tema de desarrollo", añadió.
"Tenemos una opinión pública internacional que dice que 'con lo que ha avanzado el desarrollo chileno ustedes deberían trabajar más de cerca con Bolivia' y lo estamos haciendo", explicó.
El canciller Fernández añadió que "el gobierno del presidente (Evo) Morales ha resultado un interlocutor mucho más estable que otros gobiernos anteriores".
Respecto a por qué no se alcanzó un acuerdo con Bolivia en torno a las aguas del Silala, el ministro dijo que "ellos tienen un problema, que no me corresponde calificarlo, que es un país con una división muy fuerte interna". "Se logró un pre-acuerdo (sobre el Silala). Lo que sucede es que cuando el gobierno que acordó este acuerdo lo presentó a su opinión pública se encontró con una opinión pública adversa", detalló.
"Estamos a la espera de que Bolivia termine de revisar el acuerdo del Silala", subrayó.
Fernández recordó que se trata de 180 litros de agua por segundo que van Cordillera abajo en dirección a Chile cuyo uso fue cedido en concesión por la región de Uyuni -en el siglo XIX- a favor de una compañía privada a la cual en el año 1998 se le caducó la concesión.
"Llevamos unos diez años en que esto sigue corriendo y que está sin regulación. Lo que estamos haciendo en este acuerdo es regular con el objeto de que quienes usan el agua le paguen la parte boliviana a Bolivia de manera seria", concluyó Fernández.
NACIÓN AYMARÁ Y MOVIMIENTOS INDÍGENAS EN LATINOAMÉRICA
Los Andes de Perú (www.losandes.com.pe)
En América Latina, países como Perú, Ecuador, Bolivia, Colombia, Argentina, México y Chile en donde existen diferencias culturales, diferentes etnias, diferentes grupos nativos de la selva, cada uno con sus idiomas, cosmovisiones e instituciones autónomas; han ido buscando su reconocimiento en sus respectivos países como pueblos indígenas y originarios; del mismo modo en la validez de la epistemología indígena como: espiritualidad, cosmovisión, cultura, instituciones ancestrales, derecho consuetudinario o colectivo y tierra y territorio. Por eso muchas organizaciones y movimientos indígenas ahora buscan su sitial ante cualquier Estado, amparándose en instrumentos jurídicos nacionales e internacionales como el convenio 169 sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes de la OIT y las declaraciones de la ONU sobre los derechos de las poblaciones indígenas.
Países como en Bolivia, Ecuador han avanzado los indígenas en sus formas de organización y en revalorar su cultura a esto varios de los académicos indígenas contribuyen a fortalecer y a profundizar su cultura local, para que, las poblaciones indígenas busquen su autonomía y la autodeterminación como pueblos originarios.
Por otro lado, casi la mayor parte de partidos políticos tradicionales en países con poblaciones indígenas no han tomado en cuenta el concepto de “culturas” en sus programas sociales, en los proyectos de gobierno. Entonces de ahí que, los teóricos post-modemos culturales han criticado las posturas de izquierda y la derecha y las formas de gobiernos y tradicionales y clásicos, que no incluían los particularismos culturales para construir una democracia inclusiva de los pueblos originarios. Por lo tanto desde la perspectiva postmoderna son discursos magistrales (meta teorías) es decir, fin de las posturas ideológicas (derecha e izquierda) tradicionales y la no apertura a discursos emergentes con planteamientos distintos desde la culturalidad y desde las poblaciones y culturas originarias, en maneras de pensar la democracia y la política de sectores excluidos y marginados, es decir, la nueva construcción de un nuevo paradigma cognitivo de la democracia y política originaria.
El concepto de nación aimara, en estos últimos acontecimientos ha tomado fuerza y relevancia en los análisis sociales, políticos y culturales a partir del linchamiento y muerte del alcalde Fernando Cirilo Robles Ccallomamani ocurrido en la Provincia de el Collao, una de las provincias aimaras de la Región Puno. Sin embargo no sólo éste linchamiento ha generado polémica del discurso de “nación aimara”, si no que han contribuido los programas de difusión escrita de diferentes letreros del actual presidente regional de Puno y de su Movimiento MARQA (movimiento de autonomía Regional quechua y aimara); diferentes letreros llevan consigna única “construyendo la nación quechua y aimara”, también los letreros de la municipalidad de Acora-Puno “trabajando por la gran nación aimara” y discursos de la nación aimara de varios líderes aimaras.
Pero ¿qué es nación aimara?, para acercamos al concepto de nación aimara recurriré a la tesis de Xavier Albo y al proceso histórico de los aimaras. “Nación” es fuente de tensión porque suele contraponer los proyectos sociales, económicos y políticos opuestos a cualquier gobierno y estado. En el lado Boliviano, los aimaras se han planteado un nuevo tipo de estado Boliviano cuya base sean las “naciones” que lo conforman y el respeto a las diversas formas de autogobierno, más aún la problemática de la identidad aimara ha venido profundizándose en diversos eventos, encuentros y congresos aimaras.
Aunque el concepto de “nación” sea una construcción colectiva, pero por definición “el concepto de nación tiene, por tanto, un importante elemento subjetivo más o menos inducido por otros inspiradores y líderes del grupo de abajo” (Albo X, 1987: 6). El término tiene su mismo origen etimológico (natus, nacido); ciertamente la ONU tiene su oficina especial dedicada a la problemática de naciones sin Estado.
Los aimaras a pesar divididos por fronteras, se puede afirmar que, han nacido como aimaras dentro de su territorio con su cultura e idioma. No obstante en encuentros y congresos y de líderes indígenas nación implica tener tierra y territorio, lengua, cosmovisión, sistemas de ayllus (jatha en aimara), sistema de suyos que posibilite la construcción de un estado autónomo.
En el mundo andino, investigadores, lingüistas, arqueólogos, etc. han documentado y sistematizado el proceso histórico primigenio de la civilización andina. Por consiguiente un rápido viaje por la historia aimara nos muestra que, al intentar de construir la historia aimara se nos presenta el problema del origen del hombre americano.
Los estudiosos (Loayza, O Bando, Posnanski) indican que el hombre hubo de ubicarse en el altiplano Collao desde 10,000 a 12,000 años a. c.
De acuerdo a Posnanski, citado por Domingo Llanque, en el territorio que ocupan hoy los aimaras aparecieron dos razas: la Qolla y la Aruwak. Los qollas habrían sido formados de varias tribus o sub tribus entre quienes hoy podemos identificar a Lupakas, Collaguas, Pakajes, etc. y entre los aruwakes a los Uros, Chipayas, etc. También aparecieron dos ciudades desarrolladas uno al norte del lago titicaca pukara y otro al sur tiwanaku (taypikala en aimara), ambos tuvieron dominio sobre comunidades rurales.
“El mejor exponente de la historia del pueblo Qolla es la cultura tiwanaku, el imperio del tiwanaku empezó como reino local y se extendió hasta Ecuador por el norte y por el sur hasta Tucumán (Argentina) y Uspallata en Chile” (Llanque D. 1990: 20)
Es así que, podemos encontrar toponimias de influencia aimara, tiwanaku, en casi todo el territorio antiguo de los incas; los mismos incas tenían su lengua secreta es posible sea el aimara. Hoy tiwanaku se ha convertido símbolo del mundo aimara a pesar quienes la construyeron.
Pero para las épocas más cercanas sí tenemos suficiente evidencia más allá de ayllu o jatha; las fuentes escritas de la visita hecha a la etnia lupaka en 1567 nos da una primera fuente muy temprana y etnohistorica, por otro lado, el señorío lupaka de habla aimara, se organizaba territorialmente, valle (yungas-selva) y valles occidentales (costa-pacífico) y el núcleo central, la puna. A esto ha denominado J. Murra sistema de “archipiélagos”.
Los reinos o señoríos de los andes centro-sur (c. a. 1100-1450 d. c.) se desarrollaron una serie de grupos políticamente independientes y podemos identificar, lupakas collas, omasuyos, pakajes, canas, canchis, collawas, killakas entre otros[3]. Cada una de estas unidades tenía sus claras características identificatorias como autoridades, territorios nucleares (cada uno con sus archipiélagos), indumentaria. “En efecto la mayoría de los señoríos se distribuían transversalmente en el espacio; puna mas valles en una o dos vertientes de la colina vertebral andina. Pero además estos señoríos quedaban articulados entre si a lo largo de esta columna de norte a sur (Albo op. cit: 12).
Desde la perspectiva qolla, esta franja transcordillera era a un nivel pluri étnico, es decir, la antigua sociedad qolla era multiétnico; seguramente las grandes divisiones dentro de la visión aimara adquieren un valor simbólico, es así que:
“Las tierras bajas del poniente, sede antigua de altas culturas y hasta hoy asociadas con los antepasados y la muerte, se conciben como “arriba” o “fuera”; por esta parte, las tierras fronterizas con los “salvajes” de la selva, sin agricultura sedentaria, consideran como del interior o “abajo”. Esta oposición inicial, que permite ordenar y dar sentido al paisaje, se refleja en otra oposición en la misma meseta alta: los pueblos al oeste del lago titicaca y de la parte superior del río desaguadero se designaron urqusuyo o (aimara: urdu, “duro sólido, áspero, masculino) y sus contrapartes al este se denominaron umasuyo (aimara: uma “tierno, liquido, suave femenino”)”. (Platt, T. 1987:67).
En este plano simbólico de pensamiento dualista y de complementariedad. El eje fluvial formado por el Titicaca-Desaguadero-Popó, precisamente al principio de este eje estaba Taypi kala (piedra central en aimara) identificado con Tiwanaku. En otras palabras fue éste en un plano simbólico el pensamiento político aimara.
Con el advenimiento de la colonia, esta tesis continuista de lo aimara fue ignorado, de modo que las políticas coloniales fue dándose en un esquema diferente y de clara diferenciación social étnica; por un lado república de españoles y por otro república de indios, éste esquema se mantuvo durante la colonia y buena parte de la república. Posteriormente con la reforma agraria peruana se bautizó como comunidades campesinas a todos los indígenas, los redujo en comunidades campesinas y nativas, con una autonomía propia, cada comunidad actualmente con sus directivas comunales, comités especiales.
Actualmente el discurso de nación aimara ha calado a muchos intelectuales, analistas políticos, sin embargo algunos interpretan la nación aimara como un discurso peligroso y separatista, que puede poner en peligro las democracias latinoamericanas. Cualquiera que fuera la interpretación en torno al tema de nación aimara y otros, existe en países latinoamericanas con poblaciones indígenas. Desde diferentes estados: una postura vertical y controlista para implantar políticas sociales y culturales, es decir, casi o nada han avanzado en temas de políticas sociales y culturales, para que las culturas tengan su peso.
Sin embargo, la autodeterminación y la autoafirmación de cualquier cultura es valido, porque el convenio Nº 169 de la OIT y otros instrumentos jurídicos internacionales los ampara, el Perú ha ratificado el 2 de febrero de 1994, es decir está obligado a implementar políticas culturales inclusivas, a valorar las otras lógicas culturales y epistemologías indígenas, esta es urgente.
Para entender la nación aimara hay dos formas de ver: nación aimara en si nación aimara para sí, Xavier Albó (2002) afirma que, nación aimara en sí es un nivel de alcanzabilidad de conciencia par sí, y los elementos comunes serian una cosmovisión aimara compartida, cultura simbólica, fuerte sentimiento a la Pachamama y la utilización de la wiphala (bandera aimara). Mientras tanto nación aimara para sí implica que todo los sectores que tengan conciencia y otros más; de ahí la pertenencia a un determinado esta nación, pero éste es un proceso largo.
Por otro lado en las comunidades aimaras de Chile, Perú, Bolivia, Argentina hay encuentros entre aimaras, congresos que ha generado una conciencia para sí, de tal modo que implica la generalización de la cosmovisión aimara de las autoridades tradicionales, el sistema de organización y entre otros. De ahí que la interpretación de la dualidad complementaria de lo comunitario y lo divisivo, “es algo tan interiorizado por el aimara, que hasta encuentra su clara expresión en la estructura de su organización social y de su esquema mental” (Albó 2002: 45).
Esta complementariedad del dualismo es muy frecuente en la vida cotidiana del poblador aimara, es como una huella impregnada en todo el simbolismo aimara, en algunas regiones con mayor intensidad y en otras con menos intensidad, entonces las estructuras mentales andinas no son exclusivas, sino complementarias, conciliativas y de mediación en la vida social andina.
Los movimientos indígenas y organizaciones indígenas en Latinoamérica están interiorizando su pasado histórico desde sus propias lógicas, al mismo tiempo agrupándose en una red local, nacional e internacional para tener mayor fuerza para plantear políticas indígenas.
Países como Ecuador, Bolivia, México, los movimientos indígenas han avanzado en fortalecimiento de sus organización, en valorar sus costumbres ancestrales; por otro lado en Perú y Chile, los pueblos originarios han ido por caminos diferentes debido a la experiencia colonizadora y colonial; campesino ha sido sinónimo de pobre, es decir, la experiencia de la reforma agraria en Perú no ha tenido lauros, sino ha generado desigualdades sociales entre campesinos; actualmente existe una tendencia de migración del campo a la ciudad, la pérdida gradual de la identidad y con ello la asimilación de patrones modernos. En cambio en Chile, los indígenas han sufrido una chilenización forzada, de ahí que, han ido hacia un holocausto al progreso de su identidad.
La emergencia de “discursos étnicos” hecha por muchos movimientos indígenas y organizaciones, está generando otra forma de voz, sentir, pensar y vivir la vida de muchas culturas de latinoamericana; estas posturas nuevas, son al mismo tiempo desafíos y propuestas para las políticas sociales, económicas y culturales de los actuales estados con poblaciones indígenas.
Pero el discurso de lo indígena no es reciente, sino empieza con la conquista española; primero por la defensa de la identidad, luego la lucha por la tierra y ahora parece ser la lucha por el poder y territorio. Entendida así, la lucha por el poder o acceso al poder, ahora es entendida como un mecanismo de llegar al palacio, al congreso y también a recuperar su territorio ancestral.
En el año de 1992 con ocasión de la celebración del V centenario del descubrimiento de América o encuentro de dos mundos, esto ha servido para los conquistados una toma de conciencia y reacción, es decir, otra dinámica nueva ligada al auto determinación como pueblos originarios. “Dentro del movimiento indígena continental se habló más bien de celebrar los 500 años de “resistencia” ( Ticona y Albó 1997: 226).
A partir de esta celebración surgen con mayor intensidad movimientos y organizaciones indígenas. En Bolivia se propuso la creación de la asamblea de las nacionalidades, organizaciones en la defensa del ayllu, marka. También los Kataristas con una perspectiva indianista, la organización PPQA (Parlamento del Pueblo Qullana Aimara), entra al escenario del discurso de movimientos indígenas afirman ellos que, el PPQA es el instrumento político, deliberante y representativo de la ayllus, markas del qullasuyo y otras formas de organizaciones indígenas, estas formas y posturas son espacios para consolidar las organizaciones indígenas.
También, muchas organizaciones en Bolivia han ido agrupándose, el caso del PPQA, la tesis planteada es: “Somos sostenedores de la milenaria cultura aimara en lo filosófico, cosmogónico, ideológico, (nuestra espiritualidad) con una estructura política propia de la naturaleza, por que somos la alternativa para la humanidad del planeta tierra” (PPQA 2002:7).
Bolivia actualmente es país con mayoría población indígena, es también país donde se ha desarrollado muchas organizaciones originarias entre ellos tenemos: CIDEB (Central indígena del oriente Bolivianos), MIP (Movimiento indígena Pachakuti), MITKA (Movimiento indio Tupak Katari), Confederación de pueblos indígenas de Bolivia, CONAMAQ (Confederación Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyo) y entre otros.
En Ecuador, existen movimientos y organizaciones, uno de los países donde se ha desarrollado los movimientos indígenas entre ellos son: CONAIE (Confederación de Nacionalidades del Ecuador), CONFENIAE (Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazona Ecuatoria), ECUARUNARI (Ecuador runakunapac rijcharimui- el despertar de los indios del Ecuador); etc.
En Perú, país con mayoría población indígena, existe poca organización indígena, pero actualmente la tendencia es organizarse alguno de ellos son: MIT (Movimiento Indio Tawantinsuyano), OBA (Organización de Bases Aimaras-Lima), OBAAQ (Organización de Bases Aimaras, Amazonenses y Quechua), INDEPA (Instituto Nacional de Desarrollo de Pueblos Amazónicos, Afro peruanos y andinos antes CONAPA), UNCA (Unión de Comunidades Aimaras), COPPIP Conferencia Permanente de Pueblos Indígenas del Perú) etc.
Los indígenas en Chile, aunque con menos intensidad, también se han organizado entre ellos tenemos: CNA (Consejo Nacional Aimara), organizaciones como Pacha Aru, Aymar Marka, etc.
La mayor parte de organizaciones y movimientos buscan la auto determinación y la autoafirmación, también buscan su reconocimiento como nacionalidades y sostenedores de la cultura milenaria, de ahí que esta postura sea nueva, es decir una variante dentro del campo ideológico y político esto es: política de pueblos indígenas originarios con visión indígena originaria.
En 1884 se inicia la extensión de la línea del ferrocarril de Antofagasta hasta la frontera con Bolivia y en 1886 llega a Ollagüe. Para el funcionamiento de este ferrocarril era necesaria agua. Así, el Ingeniero chileno Josiah Harding ingresa a territorio boliviano en forma arbitraria y procede a construir zanjas de tierra con pala y pico para poder movilizar las aguas estancadas en los bofedales del Quetena, provincia Sur Lípez del Departamento de Potosí.
En 1904 el ferrocarril de la Compañía Huanchaca es vendido a la Compañía inglesa The Antofagasta (Chili) & Bolivia Railway, incluyendo todas las concesiones de agua en Antofagasta y las recolectadas en el Cantón Quetena. Ese mismo año Chile incluye en el Tratado de Límites el trazo de los canales de recolección de aguas bolivianas, con el nombre inventado de río Silala o río Silole, como aparece en varios documentos oficiales chilenos.
El gobierno de Chile concede mercedes de agua en su territorio a favor del Ferrocarril Antofagasta-Bolivia el año 1906. Dos años después la Prefectura de Potosí otorga concesión de las aguas del Silala a la empresa The Antofagasta (Chili) & Bolivia Railway.
En 1997, el potentado chileno Antonio Andrónico Lucsik, nuevo dueño del Ferrocarril Antofagasta-Bolivia, sin permiso de Bolivia y en forma arbitraria e ilegal, se adueña de las aguas recolectadas de los bofedales del Quetena. El 14 de mayo de 1997 la Prefectura de Potosí revoca y anula la concesión otorgada el año 1908. En 1977, las locomotoras a vapor son sustituidas por locomotoras a diesel.
En consecuencia, desde 1884 las empresas chilenas usufructuaron gratuitamente las aguas de los bofedales del Quetena, bautizada por ellos río Silala. Para ese usufructúo gratuito, personas de ese país ingresaron arbitrariamente a territorio boliviano y procedieron a excavar canales que puedan dirigir esas aguas hacia territorio chileno. Esos canales son zanjas de tierra, en algunos tramos recubiertas de piedra, que tienen una longitud de tres kilómetros y un ancho que no pasa de un metro.
¿RÍO O MANANTIAL?
Una vez cometida la agresión, es imperativo legalizarla. Ese es el procedimiento de todo usurpador, expediente en el cual sobresale la oligarquía chilena. De ahí que una vez canalizadas hacia Chile las aguas de Quenata, Chile se inventó un río. Esa invención era necesaria, pues el derecho internacional determina un tratamiento determinado para un río internacional de curso sucesivo: Cuando un río es así definido, los países por los que pasa ese río tienen derechos compartidos. Así, el gobierno chileno siempre se resistió a pagar por el uso de esas aguas porque insistía en que tenía el derecho al 50 por ciento de ellas, por considerar que se trata de un río internacional. Conscientes de que ese es argumento falso, ningún gobierno boliviano firmó tratado alguno con Chile que reconozca derechos de ese país sobre las aguas del Silala, algo a lo que parece atreverse el gobierno de Evo Morales Ayma.
Si las aguas corresponden a un manantial, es el país en el que afloran esas aguas las legítimas y únicas propietarias. Entonces, ¿las aguas del Quetena son de bofedales o de río internacional?
Los estudios de geología, hidrología e hidrogeología realizados por SERGEOMIN en 2000-2001, indican que, “Las Quebradas del Silala son un ejemplo típico de quebradas formadas por la acción de fallas dando lugar a una zona de debilidad y la acción erosiva combinadas de aguas fluvioglaciales y de meteorización mecánica en esta zona de debilidad. El flujo fluvio-glacial es derivado del deshielo ocurrido al final de la era glacial hace más de 10.000 años BP”, y que “En la actualidad no se manifiesta ninguna actividad fluvial activa natural.”.
Además, “…las quebradas no han recibido desde su formación, ningún flujo natural notorio de escurrimiento de agua superficial”. En consecuencia, lo que Chile llama “río internacional” es producto humano, arbitrario e intencional de canalización de aguas que de manera natural no pudo ocurrir, pues según los mismos estudios “solamente podrían escurrir en la superficie o en las quebradas, aguas originadas de un acuífero subterráneo y que ahora afloran como manantiales o vertientes, cuando el volumen del caudal de descarga fuese suficientemente alto para vencer la alta evaporación, el tipo de suelos sobre los cuales el agua escurriría, la elevada evaporación y la relativamente baja pendiente”.
EL PRE ACUERDO POR EL SILALA
El actual gobierno de Bolivia ha hecho público un pre acuerdo con Chile sobre las aguas del Silala. Existen indicios de que se trata ya de un acuerdo firmado y no «todavía en consulta», como afirma el gobierno boliviano. El periódico El Mercurio de Santiago de Chile, en su edición del 5 del presente mes reproduce la afirmación de Jorge Tarud, integrante chileno de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados de ese país, indicando de “lamentable” e “inaceptable” el que Bolivia pretenda buscar un nuevo acuerdo por el Silala.
Tarud declara textualmente: “Es lamentable que el gobierno boliviano, a través de su canciller, esté planteando un tema absolutamente diferente del preacuerdo”. Firmado ya o aún por firmarse, en Bolivia el gobierno de Evo Morales es defensor acérrimo de ese preacuerdo.
Según el documento “Exposición de argumentos” adjunto al “Ayuda Memoria Borrador del Acuerdo Inicial de las Aguas del Silala” que fue considerada en el Senado Nacional, el gobierno boliviano considera un triunfo que el Artículo 1º de ese pre acuerdo evite la mención “río internacional” o “manantial”. El Art. 1 indica textualmente: “Establecer un acuerdo bilateral para la preservación, sostenibilidad, uso y aprovechamiento del sistema hídrico (subrayado por nosotros) del Silala o Siloli para beneficio de ambos países.”
Un especialista en el tema del Silala, el ingeniero Antonio Bazoberry Quiroga, indica que se utiliza el nombre de sistema hídrico, pero se aceptan las consecuencias del beneficio para ambos países en el espíritu de que se trataría de un río internacional.
¡Graciosa “victoria” de la diplomacia boliviana! Por otro lado, como lo hace notar Pablo Villegas en un despacho de Petropress-CEDIB, ese pre acuerdo limita los derechos de Bolivia, más que si se tratara de un río, pues “hace referencia a las aguas de Silala como un caudal «que fluye superficialmente a través de la frontera desde el Estado Plurinacional de Bolivia hacia la República de Chile». “Así se introduce subrepticiamente el concepto de río y consecuentemente, se lleva la cuestión al campo del derecho internacional correspondiente a estos cuerpos de agua que, según ésta son recursos c o m p a r t i d o s.
Consiguientemente, el acuerdo dictamina que las aguas son de ambos países. Con esto se limitan los derechos de Bolivia porque según la Declaración de Montevideo LXXII, ningún Estado puede, sin el consentimiento del otro, introducir en los cursos de aguas de carácter internacional, alteración alguna que perjudique a la margen de aquel.”
BOLIVIA CONMINADA
Según el ingeniero Bazoberry, el Artículo 2 de ese preacuerdo es una conminatoria a Bolivia para que este país sólo utilice un porcentaje de esas aguas, lo cual significa “una total dependencia de Chile”.
En opinión del gobierno de Bolivia ese porcentaje será “incrementado en función de los estudios” a realizarse en los próximos cuatro años. Ese plazo más parece, sin embargo, una prórroga hasta que Chile se apropie «por la razón o la fuerza» del 100% de esas aguas.
Para el gobierno de Bolivia el Art. 3 de ese acuerdo sería otro triunfo, pues sentaría “el marco jurídico necesario para que las aguas del Silala puedan ser aprovechadas en Chile, y Bolivia ser compensada por ese uso.”
Empero, dicho Artículo indica textualmente: “Para el otorgamiento del uso de dichas aguas de libre disponibilidad, el titular público boliviano considerará el derecho preferente de las personas jurídicas de derecho público o privado que actualmente estuviesen haciendo uso de dichas aguas en Chile (subrayado por nosotros)”. De esta manera se obliga a Bolivia la preferencia a empresas chilenas, antes de conceder derechos a interesados públicos o privados de Bolivia. ¿No es una manera de asegurar para los intereses privados chilenos el uso del 100 % de las aguas del Silala?
El ingeniero Antonio Bazoberry indica que el Artículo 6 de dicho preacuerdo es uno de los más dramáticos, pues redundaría no sólo en el aprovechamiento de la totalidad de las aguas del Silala por Chile, sino que permitiría también a ese país posesionarse del terreno boliviano a través de la presencia de personal de la Dirección General de Aguas de Chile. En efecto, a la letra dicho Artículo indica: «Las partes establecen, de conformidad con el artículo 2, que del volumen total del Silala o Siloli, que fluye a través de la frontera (100%), el 50% corresponde inicialmente al Estado Plurinacional de Bolivia, es de su libre disponibilidad y lo podrá utilizar en su territorio o autorizar su captación para su uso por terceros, incluyendo su conducción a Chile. Este porcentaje podrá ser incrementado a favor de Bolivia, en función de los resultados de los estudios conjuntos que se lleven a cabo en el marco del presente acuerdo.
«Tan pronto sea suscrito el presente acuerdo las Partes se comprometen a instalar la estación hidrométrica mencionado en el artículo 8, b), la cual registrará los volúmenes de agua en el cruce de la frontera, que servirán para su implementación.»
¿INGENUIDAD O COMPLICIDAD?
Candorosamente nuestro gobierno presenta el Artículo 3 como un triunfo boliviano, pues la estrategia del gobierno sería “lograr que Chile pague el 100% de las aguas”, permitiendo a los técnicos chilenos labor activa en pleno terriorio boliviano para fundamentar esa exigencia. ¿Qué le permite asegurar a nuestros administradores que los funcionarios chilenos darán razón a Bolivia y no a su propio país?
Nuestro gobierno es ingenuo o cómplice de los intereses de la oligarquía chilena, como lamentablemente lo fueron otros gobiernos en el pasado. La esencia de ese preacuerdo es que esas aguas puedan ser aprovechadas por Chile y Bolivia solamente compensada por ese uso. Así, se cierra definitivamente cualquier planificación de desarrollo económico propio en esas zonas. Por otro lado, la «compensación» se refiere solamente al 50 % de aguas y sin carácter retroactivo, compromiso a ser asumido por las empresas chilenas y no por su gobierno. Contento de esa triste ganancia, el actual gobierno presentó ante los comuneros indígenas que habitan las zonas del Silala el argumento de que “por fin habría ingresos económicos”, logrando suscitar el entusiasmo de las paupérrimas poblaciones de ese sector.
Interesante argumento y curioso razonamiento en el supuesto momento “descolonizador” que propagandísticamente vivimos. ¿Teme el gobierno ofender a la oligarquía chilena exigiendo una revisión del preacuerdo? Según el ingeniero Antonio Bazoberry, “en caso que Chile se negara a modificar el acuerdo inicial, Bolivia debe posesionarse del terreno para demostrar que el 100% de las aguas del Quetena son bolivianas y que dispone para el desarrollo ganadero de la región del Quetena o para la creación de una industria turística, aprovechando la cercanía de los atractivos Laguna Colorada y Laguna Verde”.
En efecto, ¿a qué trasladar poblaciones hacia las zonas tropicales e insanas de la Amazonía boliviana con pretexto de lucha contra la pobreza, si con voluntad política se pueden crear polos de desarrollo en zonas como el Silala? Claro que para ello se necesitan políticas fuertes que defiendan nuestra soberanía y el uso — para nosotros y por nosotros — de nuestros recursos naturales. Los Andes de Perú (www.losandes.com.pe)
CHILE Y BOLIVIA POR "FORMULA SATISFACTORIA" DE SALIDA AL MAR
Ansa de Italia (www.ansa.it/ansalatina)
Mariano Fernández, ministro de Relaciones Exteriores chileno, afirmó hoy que junto a Bolivia se busca "una fórmula satisfactoria" para darle una salida al mar, y calificó al gobierno del presidente Evo Morales como "un interlocutor estable".
"Estamos avanzando nosotros... Bolivia siente que estamos avanzando y si encontramos alguna fórmula (de salida al mar) que sea satisfactoria para los dos la vamos a dar conocer. Seguimos trabajando", declaró el canciller chileno a la estatal red de televisión nacional.
"Vamos a tratar de avanzar lo más que podamos, todo lo que se pueda", agregó en referencia al próximo fin del mandato de la presidenta Michelle Bachelet, el 11 de marzo del 2010.
"Con Bolivia tenemos una diferencia esencial en nuestra opinión pública. El tema de la salida al mar de Bolivia fue mirado geopolíticamente siempre en Chile y hoy día está mucho más mirado como un tema de desarrollo", añadió.
"Tenemos una opinión pública internacional que dice que 'con lo que ha avanzado el desarrollo chileno ustedes deberían trabajar más de cerca con Bolivia' y lo estamos haciendo", explicó.
El canciller Fernández añadió que "el gobierno del presidente (Evo) Morales ha resultado un interlocutor mucho más estable que otros gobiernos anteriores".
Respecto a por qué no se alcanzó un acuerdo con Bolivia en torno a las aguas del Silala, el ministro dijo que "ellos tienen un problema, que no me corresponde calificarlo, que es un país con una división muy fuerte interna". "Se logró un pre-acuerdo (sobre el Silala). Lo que sucede es que cuando el gobierno que acordó este acuerdo lo presentó a su opinión pública se encontró con una opinión pública adversa", detalló.
"Estamos a la espera de que Bolivia termine de revisar el acuerdo del Silala", subrayó.
Fernández recordó que se trata de 180 litros de agua por segundo que van Cordillera abajo en dirección a Chile cuyo uso fue cedido en concesión por la región de Uyuni -en el siglo XIX- a favor de una compañía privada a la cual en el año 1998 se le caducó la concesión.
"Llevamos unos diez años en que esto sigue corriendo y que está sin regulación. Lo que estamos haciendo en este acuerdo es regular con el objeto de que quienes usan el agua le paguen la parte boliviana a Bolivia de manera seria", concluyó Fernández.
NACIÓN AYMARÁ Y MOVIMIENTOS INDÍGENAS EN LATINOAMÉRICA
Los Andes de Perú (www.losandes.com.pe)
En América Latina, países como Perú, Ecuador, Bolivia, Colombia, Argentina, México y Chile en donde existen diferencias culturales, diferentes etnias, diferentes grupos nativos de la selva, cada uno con sus idiomas, cosmovisiones e instituciones autónomas; han ido buscando su reconocimiento en sus respectivos países como pueblos indígenas y originarios; del mismo modo en la validez de la epistemología indígena como: espiritualidad, cosmovisión, cultura, instituciones ancestrales, derecho consuetudinario o colectivo y tierra y territorio. Por eso muchas organizaciones y movimientos indígenas ahora buscan su sitial ante cualquier Estado, amparándose en instrumentos jurídicos nacionales e internacionales como el convenio 169 sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes de la OIT y las declaraciones de la ONU sobre los derechos de las poblaciones indígenas.
Países como en Bolivia, Ecuador han avanzado los indígenas en sus formas de organización y en revalorar su cultura a esto varios de los académicos indígenas contribuyen a fortalecer y a profundizar su cultura local, para que, las poblaciones indígenas busquen su autonomía y la autodeterminación como pueblos originarios.
Por otro lado, casi la mayor parte de partidos políticos tradicionales en países con poblaciones indígenas no han tomado en cuenta el concepto de “culturas” en sus programas sociales, en los proyectos de gobierno. Entonces de ahí que, los teóricos post-modemos culturales han criticado las posturas de izquierda y la derecha y las formas de gobiernos y tradicionales y clásicos, que no incluían los particularismos culturales para construir una democracia inclusiva de los pueblos originarios. Por lo tanto desde la perspectiva postmoderna son discursos magistrales (meta teorías) es decir, fin de las posturas ideológicas (derecha e izquierda) tradicionales y la no apertura a discursos emergentes con planteamientos distintos desde la culturalidad y desde las poblaciones y culturas originarias, en maneras de pensar la democracia y la política de sectores excluidos y marginados, es decir, la nueva construcción de un nuevo paradigma cognitivo de la democracia y política originaria.
El concepto de nación aimara, en estos últimos acontecimientos ha tomado fuerza y relevancia en los análisis sociales, políticos y culturales a partir del linchamiento y muerte del alcalde Fernando Cirilo Robles Ccallomamani ocurrido en la Provincia de el Collao, una de las provincias aimaras de la Región Puno. Sin embargo no sólo éste linchamiento ha generado polémica del discurso de “nación aimara”, si no que han contribuido los programas de difusión escrita de diferentes letreros del actual presidente regional de Puno y de su Movimiento MARQA (movimiento de autonomía Regional quechua y aimara); diferentes letreros llevan consigna única “construyendo la nación quechua y aimara”, también los letreros de la municipalidad de Acora-Puno “trabajando por la gran nación aimara” y discursos de la nación aimara de varios líderes aimaras.
Pero ¿qué es nación aimara?, para acercamos al concepto de nación aimara recurriré a la tesis de Xavier Albo y al proceso histórico de los aimaras. “Nación” es fuente de tensión porque suele contraponer los proyectos sociales, económicos y políticos opuestos a cualquier gobierno y estado. En el lado Boliviano, los aimaras se han planteado un nuevo tipo de estado Boliviano cuya base sean las “naciones” que lo conforman y el respeto a las diversas formas de autogobierno, más aún la problemática de la identidad aimara ha venido profundizándose en diversos eventos, encuentros y congresos aimaras.
Aunque el concepto de “nación” sea una construcción colectiva, pero por definición “el concepto de nación tiene, por tanto, un importante elemento subjetivo más o menos inducido por otros inspiradores y líderes del grupo de abajo” (Albo X, 1987: 6). El término tiene su mismo origen etimológico (natus, nacido); ciertamente la ONU tiene su oficina especial dedicada a la problemática de naciones sin Estado.
Los aimaras a pesar divididos por fronteras, se puede afirmar que, han nacido como aimaras dentro de su territorio con su cultura e idioma. No obstante en encuentros y congresos y de líderes indígenas nación implica tener tierra y territorio, lengua, cosmovisión, sistemas de ayllus (jatha en aimara), sistema de suyos que posibilite la construcción de un estado autónomo.
En el mundo andino, investigadores, lingüistas, arqueólogos, etc. han documentado y sistematizado el proceso histórico primigenio de la civilización andina. Por consiguiente un rápido viaje por la historia aimara nos muestra que, al intentar de construir la historia aimara se nos presenta el problema del origen del hombre americano.
Los estudiosos (Loayza, O Bando, Posnanski) indican que el hombre hubo de ubicarse en el altiplano Collao desde 10,000 a 12,000 años a. c.
De acuerdo a Posnanski, citado por Domingo Llanque, en el territorio que ocupan hoy los aimaras aparecieron dos razas: la Qolla y la Aruwak. Los qollas habrían sido formados de varias tribus o sub tribus entre quienes hoy podemos identificar a Lupakas, Collaguas, Pakajes, etc. y entre los aruwakes a los Uros, Chipayas, etc. También aparecieron dos ciudades desarrolladas uno al norte del lago titicaca pukara y otro al sur tiwanaku (taypikala en aimara), ambos tuvieron dominio sobre comunidades rurales.
“El mejor exponente de la historia del pueblo Qolla es la cultura tiwanaku, el imperio del tiwanaku empezó como reino local y se extendió hasta Ecuador por el norte y por el sur hasta Tucumán (Argentina) y Uspallata en Chile” (Llanque D. 1990: 20)
Es así que, podemos encontrar toponimias de influencia aimara, tiwanaku, en casi todo el territorio antiguo de los incas; los mismos incas tenían su lengua secreta es posible sea el aimara. Hoy tiwanaku se ha convertido símbolo del mundo aimara a pesar quienes la construyeron.
Pero para las épocas más cercanas sí tenemos suficiente evidencia más allá de ayllu o jatha; las fuentes escritas de la visita hecha a la etnia lupaka en 1567 nos da una primera fuente muy temprana y etnohistorica, por otro lado, el señorío lupaka de habla aimara, se organizaba territorialmente, valle (yungas-selva) y valles occidentales (costa-pacífico) y el núcleo central, la puna. A esto ha denominado J. Murra sistema de “archipiélagos”.
Los reinos o señoríos de los andes centro-sur (c. a. 1100-1450 d. c.) se desarrollaron una serie de grupos políticamente independientes y podemos identificar, lupakas collas, omasuyos, pakajes, canas, canchis, collawas, killakas entre otros[3]. Cada una de estas unidades tenía sus claras características identificatorias como autoridades, territorios nucleares (cada uno con sus archipiélagos), indumentaria. “En efecto la mayoría de los señoríos se distribuían transversalmente en el espacio; puna mas valles en una o dos vertientes de la colina vertebral andina. Pero además estos señoríos quedaban articulados entre si a lo largo de esta columna de norte a sur (Albo op. cit: 12).
Desde la perspectiva qolla, esta franja transcordillera era a un nivel pluri étnico, es decir, la antigua sociedad qolla era multiétnico; seguramente las grandes divisiones dentro de la visión aimara adquieren un valor simbólico, es así que:
“Las tierras bajas del poniente, sede antigua de altas culturas y hasta hoy asociadas con los antepasados y la muerte, se conciben como “arriba” o “fuera”; por esta parte, las tierras fronterizas con los “salvajes” de la selva, sin agricultura sedentaria, consideran como del interior o “abajo”. Esta oposición inicial, que permite ordenar y dar sentido al paisaje, se refleja en otra oposición en la misma meseta alta: los pueblos al oeste del lago titicaca y de la parte superior del río desaguadero se designaron urqusuyo o (aimara: urdu, “duro sólido, áspero, masculino) y sus contrapartes al este se denominaron umasuyo (aimara: uma “tierno, liquido, suave femenino”)”. (Platt, T. 1987:67).
En este plano simbólico de pensamiento dualista y de complementariedad. El eje fluvial formado por el Titicaca-Desaguadero-Popó, precisamente al principio de este eje estaba Taypi kala (piedra central en aimara) identificado con Tiwanaku. En otras palabras fue éste en un plano simbólico el pensamiento político aimara.
Con el advenimiento de la colonia, esta tesis continuista de lo aimara fue ignorado, de modo que las políticas coloniales fue dándose en un esquema diferente y de clara diferenciación social étnica; por un lado república de españoles y por otro república de indios, éste esquema se mantuvo durante la colonia y buena parte de la república. Posteriormente con la reforma agraria peruana se bautizó como comunidades campesinas a todos los indígenas, los redujo en comunidades campesinas y nativas, con una autonomía propia, cada comunidad actualmente con sus directivas comunales, comités especiales.
Actualmente el discurso de nación aimara ha calado a muchos intelectuales, analistas políticos, sin embargo algunos interpretan la nación aimara como un discurso peligroso y separatista, que puede poner en peligro las democracias latinoamericanas. Cualquiera que fuera la interpretación en torno al tema de nación aimara y otros, existe en países latinoamericanas con poblaciones indígenas. Desde diferentes estados: una postura vertical y controlista para implantar políticas sociales y culturales, es decir, casi o nada han avanzado en temas de políticas sociales y culturales, para que las culturas tengan su peso.
Sin embargo, la autodeterminación y la autoafirmación de cualquier cultura es valido, porque el convenio Nº 169 de la OIT y otros instrumentos jurídicos internacionales los ampara, el Perú ha ratificado el 2 de febrero de 1994, es decir está obligado a implementar políticas culturales inclusivas, a valorar las otras lógicas culturales y epistemologías indígenas, esta es urgente.
Para entender la nación aimara hay dos formas de ver: nación aimara en si nación aimara para sí, Xavier Albó (2002) afirma que, nación aimara en sí es un nivel de alcanzabilidad de conciencia par sí, y los elementos comunes serian una cosmovisión aimara compartida, cultura simbólica, fuerte sentimiento a la Pachamama y la utilización de la wiphala (bandera aimara). Mientras tanto nación aimara para sí implica que todo los sectores que tengan conciencia y otros más; de ahí la pertenencia a un determinado esta nación, pero éste es un proceso largo.
Por otro lado en las comunidades aimaras de Chile, Perú, Bolivia, Argentina hay encuentros entre aimaras, congresos que ha generado una conciencia para sí, de tal modo que implica la generalización de la cosmovisión aimara de las autoridades tradicionales, el sistema de organización y entre otros. De ahí que la interpretación de la dualidad complementaria de lo comunitario y lo divisivo, “es algo tan interiorizado por el aimara, que hasta encuentra su clara expresión en la estructura de su organización social y de su esquema mental” (Albó 2002: 45).
Esta complementariedad del dualismo es muy frecuente en la vida cotidiana del poblador aimara, es como una huella impregnada en todo el simbolismo aimara, en algunas regiones con mayor intensidad y en otras con menos intensidad, entonces las estructuras mentales andinas no son exclusivas, sino complementarias, conciliativas y de mediación en la vida social andina.
Los movimientos indígenas y organizaciones indígenas en Latinoamérica están interiorizando su pasado histórico desde sus propias lógicas, al mismo tiempo agrupándose en una red local, nacional e internacional para tener mayor fuerza para plantear políticas indígenas.
Países como Ecuador, Bolivia, México, los movimientos indígenas han avanzado en fortalecimiento de sus organización, en valorar sus costumbres ancestrales; por otro lado en Perú y Chile, los pueblos originarios han ido por caminos diferentes debido a la experiencia colonizadora y colonial; campesino ha sido sinónimo de pobre, es decir, la experiencia de la reforma agraria en Perú no ha tenido lauros, sino ha generado desigualdades sociales entre campesinos; actualmente existe una tendencia de migración del campo a la ciudad, la pérdida gradual de la identidad y con ello la asimilación de patrones modernos. En cambio en Chile, los indígenas han sufrido una chilenización forzada, de ahí que, han ido hacia un holocausto al progreso de su identidad.
La emergencia de “discursos étnicos” hecha por muchos movimientos indígenas y organizaciones, está generando otra forma de voz, sentir, pensar y vivir la vida de muchas culturas de latinoamericana; estas posturas nuevas, son al mismo tiempo desafíos y propuestas para las políticas sociales, económicas y culturales de los actuales estados con poblaciones indígenas.
Pero el discurso de lo indígena no es reciente, sino empieza con la conquista española; primero por la defensa de la identidad, luego la lucha por la tierra y ahora parece ser la lucha por el poder y territorio. Entendida así, la lucha por el poder o acceso al poder, ahora es entendida como un mecanismo de llegar al palacio, al congreso y también a recuperar su territorio ancestral.
En el año de 1992 con ocasión de la celebración del V centenario del descubrimiento de América o encuentro de dos mundos, esto ha servido para los conquistados una toma de conciencia y reacción, es decir, otra dinámica nueva ligada al auto determinación como pueblos originarios. “Dentro del movimiento indígena continental se habló más bien de celebrar los 500 años de “resistencia” ( Ticona y Albó 1997: 226).
A partir de esta celebración surgen con mayor intensidad movimientos y organizaciones indígenas. En Bolivia se propuso la creación de la asamblea de las nacionalidades, organizaciones en la defensa del ayllu, marka. También los Kataristas con una perspectiva indianista, la organización PPQA (Parlamento del Pueblo Qullana Aimara), entra al escenario del discurso de movimientos indígenas afirman ellos que, el PPQA es el instrumento político, deliberante y representativo de la ayllus, markas del qullasuyo y otras formas de organizaciones indígenas, estas formas y posturas son espacios para consolidar las organizaciones indígenas.
También, muchas organizaciones en Bolivia han ido agrupándose, el caso del PPQA, la tesis planteada es: “Somos sostenedores de la milenaria cultura aimara en lo filosófico, cosmogónico, ideológico, (nuestra espiritualidad) con una estructura política propia de la naturaleza, por que somos la alternativa para la humanidad del planeta tierra” (PPQA 2002:7).
Bolivia actualmente es país con mayoría población indígena, es también país donde se ha desarrollado muchas organizaciones originarias entre ellos tenemos: CIDEB (Central indígena del oriente Bolivianos), MIP (Movimiento indígena Pachakuti), MITKA (Movimiento indio Tupak Katari), Confederación de pueblos indígenas de Bolivia, CONAMAQ (Confederación Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyo) y entre otros.
En Ecuador, existen movimientos y organizaciones, uno de los países donde se ha desarrollado los movimientos indígenas entre ellos son: CONAIE (Confederación de Nacionalidades del Ecuador), CONFENIAE (Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazona Ecuatoria), ECUARUNARI (Ecuador runakunapac rijcharimui- el despertar de los indios del Ecuador); etc.
En Perú, país con mayoría población indígena, existe poca organización indígena, pero actualmente la tendencia es organizarse alguno de ellos son: MIT (Movimiento Indio Tawantinsuyano), OBA (Organización de Bases Aimaras-Lima), OBAAQ (Organización de Bases Aimaras, Amazonenses y Quechua), INDEPA (Instituto Nacional de Desarrollo de Pueblos Amazónicos, Afro peruanos y andinos antes CONAPA), UNCA (Unión de Comunidades Aimaras), COPPIP Conferencia Permanente de Pueblos Indígenas del Perú) etc.
Los indígenas en Chile, aunque con menos intensidad, también se han organizado entre ellos tenemos: CNA (Consejo Nacional Aimara), organizaciones como Pacha Aru, Aymar Marka, etc.
La mayor parte de organizaciones y movimientos buscan la auto determinación y la autoafirmación, también buscan su reconocimiento como nacionalidades y sostenedores de la cultura milenaria, de ahí que esta postura sea nueva, es decir una variante dentro del campo ideológico y político esto es: política de pueblos indígenas originarios con visión indígena originaria.
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