Monday, August 18, 2008

BOLIVIA: ULTRADERECHA PONE A PRUEBA LA VICTORIA DEL SOBERANO

Con una virtual declaración de “guerra”, que hace retornar el riesgo del desencadenamiento de la violencia ininterrumpida, los prefectos y comités cívicos opositores de cinco departamentos se muestran decididos a continuar dando la espalda a la voluntad popular que el domingo 10 de agosto apoyó, en un 68 por ciento, a la propuesta de cambio que encabeza el presidente Evo Morales y que demanda la aprobación de una nueva Constitución y la incorporación de un régimen autonómico.
Reunidos en la ciudad de Santa Cruz, el epicentro de la reacción, a convocatoria del prefecto Rubén Costas, quien el domingo no escatimó adjetivos contra el presidente Morales y el gobierno, las primeras autoridades de Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca decidieron, sin mayor argumento que su lógica opositora, convocar a un paro cívico para el martes 19 y endurecer sus medidas de presión.
“La lucha recién se inicia, tengan por seguro que vamos a ganar”, afirmó el presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, Branko Marinkovic, al dar lectura a las resoluciones del denominado Consejo Nacional Democrático (Conalde) que horas antes había decidido levantar una huelga de hambre en la que sus protagonistas rotaban todos los días.
El gobierno, al que se lo crítica por haber convocado de manera prematura al diálogo, no tardó en responder: la derecha no ha realizado una correcta lectura del referéndum revocatorio.
Lo aparente
La contraofensiva de la oposición cívico-política-mediática, que con una serie de acciones de violencia física y simbólica ejercidas contra la investidura presidencial y sectores de la población perdió el espacio conquistado entre julio de 2007 y abril de 2008, cuando el gobierno estaba acorralado, se produce a escasos días de una de las fiestas democráticas más profundas que vivió Bolivia en los últimos 26 años, según se han encargado de reconocer sectores moderados de la oposición y observadores internacionales.Una primera intención de la maniobra se huele a kilómetros. Es un esfuerzo por disminuir el carácter del triunfo oficialista, que ha superado los límites de la militancia masista y de los movimientos sociales, para convertirse en una conquista de más de dos tercios de los bolivianos que miran hacia el pasado para saber qué y a quiénes no quieren de vuelta.
Y entonces, hay que darle a la intención de proteger privilegios un barniz de aparente realidad. Sin eso, sería difícil de movilizar. Para ello, como lo han señalado el jueves en la noche los prefectos contrarios a la línea de gobierno, la demanda de reconocimiento de los estatutos autonómicos y la reposición de recursos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) con los que se pagó la renta dignidad a más de 700 mil ancianos mayores de 60 años, constituyen los ejes de la protesta.
En el tema del IDH, el gobierno se ha manifestado favorable a lograr un entendimiento. De hecho, a pedido del presidente Morales se ha presentado a los prefectos del país la propuesta de lograr un acuerdo nacional en torno a un pacto constitucional, fiscal e institucional.
En cuanto a la autonomía, la exigencia cae por su propio peso. El presidente Evo Morales, a quien la población le dio su amplio respaldo, convocó en la noche del domingo, sin dubitaciones y con espíritu magnánimo, a unir la Constitución y los estatutos autonómicos, en el marco de la legalidad.
Y es el apego a lo legal que parece ahuyentar a las elites de la “Media Luna”, ya que la vigencia de sus estatutos no cuenta con la cobertura constitucional, según se han cansado de sostener los dirigentes del oficialismo y analistas, a los que no se los podría calificar de progubernamentales, como el constitucionalista Carlos Alarcón.
Para prueba un botón. La Constitución vigente no reconoce la condición de “gobernadores” que los prefectos quieren alcanzar ni cualidades legislativas que los opositores desean lograr. Salvo que se esté apostando al separatismo, del que han sido denunciados de conquistar el presidente cívico cruceño, Branko Marinkovic, y el embajador estadounidense, Philiph Golberg, las posibilidades de ejecución de las medidas autonómicas son mínimas.
Y nuevamente en el tema de los ingresos. Datos oficiales, no negados por la oposición, revelan que los departamentos han recibido en dos años del actual gobierno cerca de 32.000 millones de bolivianos, lo cual implica un aumento más que significativo frente a los 30.000 millones de bolivianos que recibieron en once años (1994-2005). La diferencia salta a la vista.
Por lo demás, el argumento de que el gobierno ha recortado ingresos a los departamentos no tiene asidero, ya que el decreto supremo que modifica la distribución de ingresos del IDH lo que hace, según ha explicado el ministro de Hacienda, Luís Arce, es incrementar el porcentaje del presupuesto de los municipios, y además porque este año los departamentos accederán a 12.719 millones de bolivianos, el doble de lo recibido hace dos años.
Lo real
La movida de la ultraderecha, entonces, apunta a objetivos políticos y económicos que, de presentarse como tal, difícilmente podrían tener la posibilidad de movilizar a la población.
En lo político, como se ha manifestado entre agosto de 2006 y diciembre de 2007, las clases dominantes en Bolivia apuntan a detener y luego revertir el proceso de cambio estructural con el que Evo Morales, el primer presidente indígena de este país, llegó a ganar las elecciones de diciembre de 2005 con un 54 por ciento, un porcentaje nunca visto en la historia democrática boliviana.
Para ser menos abstractos. el objetivo político es impedir la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado aprobada en Oruro que, tras un necesario ajuste, deberá ponerse a consideración del pueblo a través de un referéndum popular que ya cuenta con el marco legal, promulgado en febrero, y que solo está a la espera de la definición de su fecha de realización.
La oposición continúa cuestionando el texto constitucional que el MAS y diez fuerzas aprobaron en diciembre pasado, principalmente por los temas de la autonomía, la tierra y los recursos naturales, además de la reelección.
El gobierno, en franca oposición al centralismo departamental –defendido por las elites-, considera que una descentralización profunda pasa por el reconocimiento, con igualdad jerarquía, de las autonomías departamental, provincial, regional e indígena, además de la municipal que ya existe.
En cuanto al recurso tierra, el texto constitucional aprobado en Oruro parte de la premisa de acabar con el latifundio, del que todavía se benefician pocas familias en el oriente boliviano, y deja en manos de la población decidir, mediante referéndum, si la extensión máxima de la propiedad rural será 5 mil o 10 mil hectáreas.De acuerdo a datos oficiales de los últimos 10 años, la producción de la soja en Bolivia está en un 60 por ciento controlada por empresarios extranjeros, que le alquilan a los latifundistas, y un 40 por ciento en manos de pequeños productores, lo cual respalda la posición oficial que está decidida a terminar con una cruda realidad: 32 millones de hectáreas están en manos de unas pocas personas, mientras 4 millones de hectáreas están distribuidas entre más de dos millones de campesinos e indígenas.
A diferencia de lo que se piensa, el gobierno ha actuado con moderación en el tema de la tierra. En dos años se han repartido no más de 800 mil hectáreas a campesinos sin tierra y el drama del “surcofundio”, que sirve insuficientemente para cosechar algo para la sobrevivencia familiar, acompaña a miles de campesinos que se resignan a un beneficio radical más pronto a condición de consolidar el poder político simbolizado en Morales.
Y la posición frente a los recursos naturales es otro tema de debate. El texto constitucional señala que los recursos naturales no renovables es propiedad de todos los bolivianos y que es administrado por el gobierno central. La posición de la ultraderecha, con la que moviliza a la población, es que esos recursos deben ser administrados y beneficiar a los departamentos en los que se hallan ubicados.
Los límites de la protesta
A pesar de las declaraciones fuertes y la radicalidad que la protesta vaya a registrar los próximos días, el límite de los planes de la ultraderecha se encuentra en el resultado que el oficialismo ha logrado obtener en los departamentos de la “Media Luna”, a la se debe sumar Chuquisaca, y la legitimidad conquistada en todo el territorio nacional.
Del 67.43 por ciento de apoyo en todo el país, de un 99.90 por ciento de votos escrutados, el presidente alcanzó una victoria en Pando –controlado por el prefecto opositor Leopoldo Fernández- con un 52.50 por ciento; en Chuquisaca –hace poco asumida por Savina Cuellar-, con un 53.88 por ciento; en Tarija –con Mario Cossio al frente-, obtuvo un virtual “empate técnico”; en Beni – de Ernesto Suárez Sartori- superó la franja del 43.72 por ciento y en Santa Cruz, del radical Rubén Costas, pasó el 40 por ciento.
Los datos adquieren valor y sentido político cuando se considera que el MAS preservó su territorio cautivo del voto cruzado (La Paz, Potosí, Oruro y Cochabamba) y penetró y conquistó provincias y municipios de Santa Cruz, Pando, Beni y Tarija durante años controlados por la derecha.
Pero el respaldo al proceso de cambio, que pone límites a la movilización de la derecha, también se operó en Chuquisaca, donde después de los fatales saldos que dejaron los enfrentamientos por la aprobación en grande de la Constitución se pensó que demandaría años su reconquista. La realidad se mostró lejana de la angustia: El MAS alcanzó el 45 por ciento de la votación para prefecto en ese departamento, en mayo, y el domingo pasado se erigió en ganador.
Pero además, salvo la instrumentalización que se está haciendo de los discapacitados, los planes de la derecha para desestabilizar a Morales se han debilitado y es poco probable que la Central Obrera Boliviana (COB) vaya a radicalizarse contra el gobierno en un momento como los que vienen, según han afirmado dirigentes sociales.
El soberano ha tendido, con paz y democracia, un cerco, interno y externo, sobre la burguesía agroexportadora y las elites dominantes que solo será roto con violencia. Los próximos días serán cruciales.Y si de cerco se habla, la posición del gobierno en el concierto internacional es inmejorable. La OEA, el Grupo de Río, la Unión Europea y los gobiernos vecinos se han pronunciado por el diálogo y por el respeto a la voluntad del soberano expresada en las urnas.




Entrevista exclusiva con David Choquehuanca, ministro de relaciones exteriores de Bolivia

“ESTE PROCESO DE CAMBIO NO TIENE RETORNO”

El canciller boliviano afirma que la victoria del presidente Evo Morales en el referéndum del domingo pasado representa un voto a la unidad. Y subraya que priorizarán el diálogo con la oposición para resolver las diferencias.

Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)

Además de canciller boliviano, David Choquehuanca es uno de los principales intelectuales indígenas aymaras del gobierno de Evo Morales. Desde allí arma su constelación de verdades, teje estrategias geopolíticas y difunde al mundo la cosmovisión andina. Para un occidental, esa perspectiva distanciada del frío idioma de la diplomacia internacional suena chocante. Y él es consciente de eso. Y justamente por eso reincide: “El presidente varias veces ha planteado que lo que nosotros queremos es la salvación del planeta Tierra. Nuestra madre Tierra está herida de muerte. Si nosotros, sus hijos, no hacemos nada lo que le pasa a nuestra madre puede pasarles también a sus hijos”, explica. Pero Choquehuanca, inevitablemente inmerso en la delicada coyuntura política nacional, también se manifiesta en esta entrevista con voz calma y pausada sobre la nueva correlación de fuerzas producto de los resultados del referéndum revocatorio del 10 de agosto, en el que Morales salió ratificado con un apoyo del 67,41 por ciento de los votos. A su vez, habla de la injerencia estadounidense en la política interna y en lo que respecta a la potencial candidatura de Néstor Kirchner a la secretaría general de Unasur, mantiene sus reservas a la par que promete un apoyo en caso de que los rumores sean oficialmente confirmados.
–¿Cómo leen desde el gobierno los resultados del referéndum?
–El presidente obtuvo un apoyo de más de dos tercios, más que los prefectos. Y a pesar de que han tratado de evitar el referéndum, el pueblo se ha impuesto porque lo que se quiere es la unidad del país, resolver los problemas de manera pacífica y democrática. A pesar de una situación adversa éste es un apoyo total al proceso de cambio, al proceso de recuperación de los recursos naturales. Hay gobiernos en la región que no tienen más del 15 por ciento de aval, pero tienen de su lado al 95 por ciento de los medios de comunicación. Acá es exactamente al revés.
–El mismo domingo, al momento de los festejos, desde la Plaza Murillo se escucharon pedidos de mano dura al gobierno. ¿Se hicieron eco de esos reclamos?
–Nosotros pertenecemos a la cultura de la paz, de la vida. Siempre tenemos que dialogar, comunicarnos. Sólo así podremos garantizar el equilibrio que buscamos entre las personas, las comunidades y la naturaleza. Nuestro presidente Morales, en su mensaje del 10 de agosto, convoca al diálogo. Pero en caso de que esta vía no prospere tenemos otros instrumentos. La ley faculta a utilizar la fuerza pública y tenemos la obligación de garantizar la libre circulación y los derechos humanos. No puede ser que autoridades del gobierno central no puedan ir a Santa Cruz, a Sucre o a Tarija. Tampoco vamos a permitir eso.
–Una de las lecturas que se puede realizar de los resultados del domingo pasado es que ambos polos salieron fortalecidos. ¿Cuál es la estrategia para derrotar esta situación de paridad?
–No es tan así. Al haber obtenido más de dos tercios, el presidente descarta el empate catastrófico. Cada vez el pueblo va tomando conciencia de que este proceso de cambio tiene que seguir avanzando y es un mensaje para todos de que este proceso no tiene vuelta atrás.
–Ante un hipotético avance separatista de la llamada Media Luna, ¿cómo estima que reaccionarán los países del continente?
–En primer lugar, el pueblo boliviano no lo va a permitir ya que cuando se descubran las verdaderas intenciones de estos grupos de poder perderán todo el apoyo. Insisto en que en estas últimas elecciones se ha votado por la unidad; el pueblo no quiere la separación, la violencia. Entonces el pueblo será el que salga a defender la unidad. Este es un camino corto y cada día el pueblo analiza y se da cuenta de que son pocos los que tienen estas oscuras intenciones.
–Ya en el plano internacional, ¿cómo considera que influirá este nuevo escenario interno en los países de la región?
–Este proceso de cambio se está tomando como un ejemplo no sólo en Latinoamérica, sino también en Europa. Usted va a encontrar muchos textos que no están en castellano, de investigadores alemanes, estadounidenses, franceses, que buscan modelos de desarrollo, de sociedad. Somos uno de los países más estudiados del mundo. Es que nuestra propuesta va más allá de Bolivia, lo que queremos es una hermandad continental, mundial.
–Este tipo de planteos supone una ruptura con la lógica occidental imperante en la diplomacia internacional. ¿Cómo ve Bolivia al mundo?
–El mundo está en crisis. Estamos hablando de varias crisis de diferente tipo. Cuando los presidentes se encuentran hablan de crisis energética, crisis institucional, solicitan cambios en la ONU, en la OMC, hay crisis del cambio climático, alimentario, financiero. Y estos desequilibrios no sólo afectan a las personas, sino que este modelo de desarrollo occidental ha generado varios desequilibrios entre los hombres y la naturaleza. Lo que se está dando en Bolivia es algo nuevo. Nosotros no buscamos lo que busca el desarrollo, que pretende vivir mejor. Nuestro programa de gobierno busca el vivir bien, que no es lo mismo. Son cosas que vamos planteando no solamente a nivel interno, sino que van más allá de Bolivia. El presidente varias veces ha planteado que lo que queremos es la salvación del planeta Tierra. Nuestra madre Tierra está herida de muerte. Si nosotros, sus hijos, no hacemos nada, lo que le pasa a nuestra madre puede pasarles también a sus hijos.
–El viernes asumió Fernando Lugo en lo que se espera sea un proceso de cambio en Paraguay. ¿Cuáles son las expectativas y cómo serán las relaciones entre ambos gobiernos?
–En estos dos últimos años la relación ha sido bien activa. Sin embargo, el hecho de que un presidente como Lugo entre va a ayudar a que este proceso de integración se consolide. Este es un espacio de integración de nuestras empresas y de nuestros pueblos. Después de más de 60 años de manejo de una clase política muy cuestionada por su pueblo, sobreviene un gobierno de cambio. Así como en Bolivia hay terratenientes, en Paraguay también los hay y el presidente anunció que gobernará para los desposeídos, para los marginados. Estamos en tiempos de cambios, de movimientos sociales, de los pueblos.
–Respecto de la posible candidatura de Néstor Kirchner como secretario general de Unasur, ¿cuál es la postura del gobierno boliviano?
–Cuando se aprueba el estatuto constitutivo uno de los candidatos a ocupar la secretaría general era Kirchner, pero parece que en ese momento no se animó. Nosotros hemos presentado, con el apoyo de Chile, Brasil, de Uruguay y de Argentina, a un candidato que es el embajador Pablo Solón y seguimos con esta candidatura. Pero si es como lo han difundido por estos días algunos medios de comunicación y Kirchner acepta la secretaría general de Unasur, tiene nuestro total apoyo. Aún no es nada oficial.
–¿Cómo están las relaciones con EE.UU.?
–Nosotros queremos mantener buenas relaciones con todos los países del mundo, una relación con respeto a la soberanía, de no intromisión. Antes había una relación de sometimiento con EE.UU., pero ellos van entendiendo poco a poco que éste es un gobierno que no va a aceptar esas condiciones. Porque por más pequeños que seamos, somos dignos.
–En la última reunión con el subsecretario de Estado de Asuntos Hemisféricos de EE.UU., Thomas Shannon, trascendió que el presidente entregó algunas pruebas sobre la injerencia de EE.UU. en política interna...
–En esa conversación el presidente cuestionó el trabajo de la cooperación de EE.UU. Demostró cómo EE.UU. utiliza estos programas para desestabilizar y trabajar contra el proceso de cambio. Hay funcionarios de estas agencias que hacen un trabajo sucio contra Morales. Tenemos nombres y apellidos de algunos líderes de algunas regiones a los que les han ofrecido dinero. Entonces ellos se comprometieron a analizar estos puntos. Hoy estamos en eso mientras convocamos a esos dirigentes que son objeto de manipulaciones a que las denuncien para tomar las correspondientes medidas.
–¿Tienen entonces pruebas concretas?
–Es un asunto que estamos tratando por vía diplomática. Pero algunos casos son de conocimiento público, como fue el tema de un becario norteamericano al que le han propuesto que realice espionaje.
–En resumen, ¿cuál es el escenario del futuro cercano de Bolivia?
–Con los dos tercios podríamos implementar varias medidas. Pero no lo vamos a hacer. Vamos a priorizar el diálogo para resolver nuestras diferencias. En cuanto a las acciones ilegales que algunos sectores quieren implementar, no van a tener el apoyo de la población. Lo que ahora viene es esta demanda histórica que es la Asamblea Constituyente. Se tiene que aprobar, se tiene que someter a referéndum el texto que el 15 de diciembre 2007 ha sido entregado al presidente para que sea el soberano quien decida si este nuevo texto va adelante o no. Como ha habido una propuesta de estatutos autonómicos, el presidente está dispuesto a compatibilizar ambos textos. Esto sucede porque todos lo bolivianos queremos darnos la posibilidad de construir una Bolivia para todos. Estamos en ese proceso y ojalá estos espacios de diálogo que ha abierto Morales tengan una acogida entre los prefectos y que entiendan el mensaje que ha dado el pueblo. Si no, el pueblo es sabio y dicen que la voz del pueblo es la voz de Dios.





Las elites desconocen la voluntad del pueblo y buscan revertir el cambio

BOLIVIA: ULTRADERECHA PONE A PRUEBA LA VICTORIA DEL SOBERANO

Rebelión de España (www.rebelion.org)

Con una virtual declaración de “guerra”, que hace retornar el riesgo del desencadenamiento de la violencia ininterrumpida, los prefectos y comités cívicos opositores de cinco departamentos se muestran decididos a continuar dando la espalda a la voluntad popular que el domingo 10 de agosto apoyó, en un 68 por ciento, a la propuesta de cambio que encabeza el presidente Evo Morales y que demanda la aprobación de una nueva Constitución y la incorporación de un régimen autonómico.
Reunidos en la ciudad de Santa Cruz, el epicentro de la reacción, a convocatoria del prefecto Rubén Costas, quien el domingo no escatimó adjetivos contra el presidente Morales y el gobierno, las primeras autoridades de Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca decidieron, sin mayor argumento que su lógica opositora, convocar a un paro cívico para el martes 19 y endurecer sus medidas de presión.
“La lucha recién se inicia, tengan por seguro que vamos a ganar”, afirmó el presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, Branko Marinkovic, al dar lectura a las resoluciones del denominado Consejo Nacional Democrático (Conalde) que horas antes había decidido levantar una huelga de hambre en la que sus protagonistas rotaban todos los días.
El gobierno, al que se lo crítica por haber convocado de manera prematura al diálogo, no tardó en responder: la derecha no ha realizado una correcta lectura del referéndum revocatorio.
Lo aparente
La contraofensiva de la oposición cívico-política-mediática, que con una serie de acciones de violencia física y simbólica ejercidas contra la investidura presidencial y sectores de la población perdió el espacio conquistado entre julio de 2007 y abril de 2008, cuando el gobierno estaba acorralado, se produce a escasos días de una de las fiestas democráticas más profundas que vivió Bolivia en los últimos 26 años, según se han encargado de reconocer sectores moderados de la oposición y observadores internacionales.Una primera intención de la maniobra se huele a kilómetros. Es un esfuerzo por disminuir el carácter del triunfo oficialista, que ha superado los límites de la militancia masista y de los movimientos sociales, para convertirse en una conquista de más de dos tercios de los bolivianos que miran hacia el pasado para saber qué y a quiénes no quieren de vuelta.
Y entonces, hay que darle a la intención de proteger privilegios un barniz de aparente realidad. Sin eso, sería difícil de movilizar. Para ello, como lo han señalado el jueves en la noche los prefectos contrarios a la línea de gobierno, la demanda de reconocimiento de los estatutos autonómicos y la reposición de recursos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) con los que se pagó la renta dignidad a más de 700 mil ancianos mayores de 60 años, constituyen los ejes de la protesta.
En el tema del IDH, el gobierno se ha manifestado favorable a lograr un entendimiento. De hecho, a pedido del presidente Morales se ha presentado a los prefectos del país la propuesta de lograr un acuerdo nacional en torno a un pacto constitucional, fiscal e institucional.
En cuanto a la autonomía, la exigencia cae por su propio peso. El presidente Evo Morales, a quien la población le dio su amplio respaldo, convocó en la noche del domingo, sin dubitaciones y con espíritu magnánimo, a unir la Constitución y los estatutos autonómicos, en el marco de la legalidad.
Y es el apego a lo legal que parece ahuyentar a las elites de la “Media Luna”, ya que la vigencia de sus estatutos no cuenta con la cobertura constitucional, según se han cansado de sostener los dirigentes del oficialismo y analistas, a los que no se los podría calificar de progubernamentales, como el constitucionalista Carlos Alarcón.
Para prueba un botón. La Constitución vigente no reconoce la condición de “gobernadores” que los prefectos quieren alcanzar ni cualidades legislativas que los opositores desean lograr. Salvo que se esté apostando al separatismo, del que han sido denunciados de conquistar el presidente cívico cruceño, Branko Marinkovic, y el embajador estadounidense, Philiph Golberg, las posibilidades de ejecución de las medidas autonómicas son mínimas.
Y nuevamente en el tema de los ingresos. Datos oficiales, no negados por la oposición, revelan que los departamentos han recibido en dos años del actual gobierno cerca de 32.000 millones de bolivianos, lo cual implica un aumento más que significativo frente a los 30.000 millones de bolivianos que recibieron en once años (1994-2005). La diferencia salta a la vista.
Por lo demás, el argumento de que el gobierno ha recortado ingresos a los departamentos no tiene asidero, ya que el decreto supremo que modifica la distribución de ingresos del IDH lo que hace, según ha explicado el ministro de Hacienda, Luís Arce, es incrementar el porcentaje del presupuesto de los municipios, y además porque este año los departamentos accederán a 12.719 millones de bolivianos, el doble de lo recibido hace dos años.
Lo real
La movida de la ultraderecha, entonces, apunta a objetivos políticos y económicos que, de presentarse como tal, difícilmente podrían tener la posibilidad de movilizar a la población.
En lo político, como se ha manifestado entre agosto de 2006 y diciembre de 2007, las clases dominantes en Bolivia apuntan a detener y luego revertir el proceso de cambio estructural con el que Evo Morales, el primer presidente indígena de este país, llegó a ganar las elecciones de diciembre de 2005 con un 54 por ciento, un porcentaje nunca visto en la historia democrática boliviana.
Para ser menos abstractos. el objetivo político es impedir la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado aprobada en Oruro que, tras un necesario ajuste, deberá ponerse a consideración del pueblo a través de un referéndum popular que ya cuenta con el marco legal, promulgado en febrero, y que solo está a la espera de la definición de su fecha de realización.
La oposición continúa cuestionando el texto constitucional que el MAS y diez fuerzas aprobaron en diciembre pasado, principalmente por los temas de la autonomía, la tierra y los recursos naturales, además de la reelección.
El gobierno, en franca oposición al centralismo departamental –defendido por las elites-, considera que una descentralización profunda pasa por el reconocimiento, con igualdad jerarquía, de las autonomías departamental, provincial, regional e indígena, además de la municipal que ya existe.
En cuanto al recurso tierra, el texto constitucional aprobado en Oruro parte de la premisa de acabar con el latifundio, del que todavía se benefician pocas familias en el oriente boliviano, y deja en manos de la población decidir, mediante referéndum, si la extensión máxima de la propiedad rural será 5 mil o 10 mil hectáreas.De acuerdo a datos oficiales de los últimos 10 años, la producción de la soja en Bolivia está en un 60 por ciento controlada por empresarios extranjeros, que le alquilan a los latifundistas, y un 40 por ciento en manos de pequeños productores, lo cual respalda la posición oficial que está decidida a terminar con una cruda realidad: 32 millones de hectáreas están en manos de unas pocas personas, mientras 4 millones de hectáreas están distribuidas entre más de dos millones de campesinos e indígenas.
A diferencia de lo que se piensa, el gobierno ha actuado con moderación en el tema de la tierra. En dos años se han repartido no más de 800 mil hectáreas a campesinos sin tierra y el drama del “surcofundio”, que sirve insuficientemente para cosechar algo para la sobrevivencia familiar, acompaña a miles de campesinos que se resignan a un beneficio radical más pronto a condición de consolidar el poder político simbolizado en Morales.
Y la posición frente a los recursos naturales es otro tema de debate. El texto constitucional señala que los recursos naturales no renovables es propiedad de todos los bolivianos y que es administrado por el gobierno central. La posición de la ultraderecha, con la que moviliza a la población, es que esos recursos deben ser administrados y beneficiar a los departamentos en los que se hallan ubicados.
Los límites de la protesta
A pesar de las declaraciones fuertes y la radicalidad que la protesta vaya a registrar los próximos días, el límite de los planes de la ultraderecha se encuentra en el resultado que el oficialismo ha logrado obtener en los departamentos de la “Media Luna”, a la se debe sumar Chuquisaca, y la legitimidad conquistada en todo el territorio nacional.
Del 67.43 por ciento de apoyo en todo el país, de un 99.90 por ciento de votos escrutados, el presidente alcanzó una victoria en Pando –controlado por el prefecto opositor Leopoldo Fernández- con un 52.50 por ciento; en Chuquisaca –hace poco asumida por Savina Cuellar-, con un 53.88 por ciento; en Tarija –con Mario Cossio al frente-, obtuvo un virtual “empate técnico”; en Beni – de Ernesto Suárez Sartori- superó la franja del 43.72 por ciento y en Santa Cruz, del radical Rubén Costas, pasó el 40 por ciento.
Los datos adquieren valor y sentido político cuando se considera que el MAS preservó su territorio cautivo del voto cruzado (La Paz, Potosí, Oruro y Cochabamba) y penetró y conquistó provincias y municipios de Santa Cruz, Pando, Beni y Tarija durante años controlados por la derecha.
Pero el respaldo al proceso de cambio, que pone límites a la movilización de la derecha, también se operó en Chuquisaca, donde después de los fatales saldos que dejaron los enfrentamientos por la aprobación en grande de la Constitución se pensó que demandaría años su reconquista. La realidad se mostró lejana de la angustia: El MAS alcanzó el 45 por ciento de la votación para prefecto en ese departamento, en mayo, y el domingo pasado se erigió en ganador.
Pero además, salvo la instrumentalización que se está haciendo de los discapacitados, los planes de la derecha para desestabilizar a Morales se han debilitado y es poco probable que la Central Obrera Boliviana (COB) vaya a radicalizarse contra el gobierno en un momento como los que vienen, según han afirmado dirigentes sociales.
El soberano ha tendido, con paz y democracia, un cerco, interno y externo, sobre la burguesía agroexportadora y las elites dominantes que solo será roto con violencia. Los próximos días serán cruciales.
Y si de cerco se habla, la posición del gobierno en el concierto internacional es inmejorable. La OEA, el Grupo de Río, la Unión Europea y los gobiernos vecinos se han pronunciado por el diálogo y por el respeto a la voluntad del soberano expresada en las urnas.





Opinión

LOS INDIOS DEJARON DE SER INVISIBLES

El Tiempo de Venezuela (www.eltiempo.com.ve)

En la América toda, nuestros indios han sido por siglos marginados, explotados y exterminados, es apenas a finales del siglo pasado cuando sus derechos sobre sus culturas, sus lenguas y sus territorios toman especial relevancia, aunque su exterminio durante la colonia y la conquista de sus territorios los puso al borde de la extinción, hoy sin duda, como afirma el poeta Gustavo Pereira dejaron de ser invisibles.
La reciente victoria de Evo Morales en el referéndum revocatorio realizado la semana pasada en Bolivia, pone al descubierto a los millones de indios del altiplano que dejaron de ser invisibles y, hoy por hoy, defienden el mandato de un genuino representante de sus luchas, sufrimientos y de la resistencia de más de 500 años de opresión, y fue precisamente Evo Morales al asumir la Presidencia de Bolivia quien afirmó que, de ahora en adelante, no podían echarle la culpa a los 500 años de conquista colonial y le tocaba a su gobierno enfrentar la terrible pobreza y la desigualdad de una población indígena de más del 80% del total de la población.
Los resultados del referéndum revocatorio no pudieron ser más contundentes, Evo Morales ganó las elecciones presidenciales con un poco más del 52 % de los electores, hoy a la mitad de su periodo de gobierno obtiene 68% de aprobación, de respaldo popular, pese a la intensa campaña de descrédito y de desprestigio que adelanta la derecha continental, las trasnacionales petroleras y las numerosas maniobras desestabilizadoras llevadas adelantes por el poder económico de la derecha boliviana que incluye numerosos paros, los ilegales referéndum autonómicos y las recientes protestas que obligaron a suspender la visita de la presidenta de Argentina Cristina Fernández y de Hugo Chávez, a pocos días de realizarse el referéndum.Con solo realizar una breve recopilación de los editoriales y de las entrevistas realizadas por los medios de comunicación no solo de Bolivia, sino del continente e incluso los de Europa, todos daban por hecho que el desastre de la gestión de gobierno del primer indio que después de 500 años preside Bolivia, sería rotundamente derrotado, hacían especial énfasis en la locura de exigir precios justos para el gas boliviano, y en la nueva constitución que reivindica los derechos de los indios sobre sus tierras y la defensa de su cultura ancestral, todos los entrevistados por CNN dejaban por sentado que sería revocado y se impondría la tesis autonómica, que sólo busca evitar la distribución equitativa de los ingresos hacia los sectores más pobres y desposeídos históricamente en el país que creó Simón Bolívar.
La victoria de los indios de Bolivia es tan contundente, que los dos gobernadores afectos a Evo Morales fueron ratificados, los de Potosí y Oruro, pero los gobernadores de La Paz, la Capital y de Cochabamba, los más acérrimos opositores de Evo, José Luís Paredes y Manfred Reyes respectivamente fueron revocados, lo que cambia sustancialmente la correlación de fuerzas y deja en claro que son las provincias ricas las que se oponen a Evo Morales, Santa Cruz, Beni y Tarija, esta última apenas con un poco mas del 50% de los electores.Sectariamente, muchos asumían la derrota de Evo Morales, como una derrota para Hugo Chávez, poco les interesa las políticas económicas que adelante Evo Morales al servicio de las grandes masas indígenas desposeídos, las reformas para reivindicar a quienes cinco siglos después siguen siendo maltratados y pisoteados por quienes ostentan el poder económico. Los resultados hablan por si solos, los indios del altiplano dejaron de ser invisibles.





Opinión

BOLIVIA Y EL PROBLEMA DEL PODER: REVOLUCIÓN VS. BALCANIZACIÓN

Revista Bellacio de España (www.bellaciao.org/es)

Después de la contundente victoria obtenida por el pueblo boliviano y Evo Morales en el pasado referéndum del 10 de agosto, las expectativas por el desarrollo y profundización del proceso de transformación social del país andino se han incrementado sustancialmente. Es comprensible que una victoria de más de 65 % de respaldo popular, es un espaldarazo que el pueblo ha dado al gobierno del MAS. Ciertamente esta victoria crea condiciones para el avance, el próximo paso es llamar la consulta popular para la aprobación de la nueva constitución boliviana.
Sin embargo, en algunos medios se ha captado cierto triunfalismo dañino que perjudica la evaluación correcta de la situación política en Bolivia. Lo cierto es que así como el Gobierno nacional de ese país resultó sumamente fortalecido, también es cierto que los gobiernos provinciales de la oposición fueron mayoritariamente reafirmados, la derecha perdió Cochabamba y la Paz, pero el MAS perdió Oruro por torpezas políticas antipopulares, es decir, es poco lo que cambió la correlación de fuerzas, la amenaza secesionista se mantiene, aunque paradójicamente el gobierno haya ganado 10 puntos de apoyo porcentual.
Este fenómeno trae a colación uno de los temas más recurrentes en la Teoría Política, la cuestión del Poder, una vez más queda demostrado que tener el gobierno nacional no necesariamente es el Poder.
El Poder a diferencia de lo que creen algunos no es un objeto o una simple institución, Poder es ante todo una relación social de fuerza, donde unas clases o sectores sociales, ejercen sobre otros relaciones de dominación, explotación y subordinación. Es un fenómeno vinculado a otros tales como la Hegemonía, o el Estado en su sentido amplio, el cual no comprende solo las instituciones gubernamentales y parlamentarias, sino que también comprende otras instituciones como los aparatos coercitivos (Fuerzas Armadas, la Policía, el Sistema Judicial, etc.) y aparatos ideológicos como, el Sistema Educativo, los Medios de Comunicación entre otros.
La problemática del Poder es vital para la comprensión de los procesos revolucionarios. Revoluciones que no subviertan el Poder establecido están condenadas al fracaso, porque no tocan las médulas estructurales de la vieja sociedad.
Este fenómeno se observa de forma concreta en todos los procesos sociales de transformación que se registran en el continente. Son procesos en los cuales todavía el Poder está en disputa y en construcción, en el mejor de los casos, en otros de lo que se trata es de auténticos procesos reformistas que no amenazan los poderes constituidos.
En el caso boliviano es evidente que la oposición todavía conserva un gran Poder económico, político e ideológico, eso sin contar con el respaldo irrestricto del Imperialismo Norteamericano. Las Fuerzas Armadas están jugando un papel bastante gris y borroso. Frente a esto el gobierno del MAS ha recuperado la explotación de los hidrocarburos, cuenta con una gran legitimidad social, y con apoyo de diversos gobiernos de la región.
Lo cierto es que la resolución de este conflicto es bastante compleja, las fuerzas populares deben movilizarse y organizarse para ganar la iniciativa política, el gobierno de Evo Morales debe dejar de estar a la defensiva y avanzar de forma consecuente.
Hay que reiniciar la ofensiva de masas (tal como recomienda Boron en uno de sus últimas intervenciones: http://www.kaosenlared.net/noticia/entrevista-atilio-boron-latinoamerica-hay-movilizar-pueblo-pasar-ofens) que permitió derribar hace pocos años diversos gobiernos neoliberales; la guerra del agua y del gas, son ejemplos del espíritu de lucha que deben recuperar los sectores populares bolivianos en su enfrentamiento a las fuerzas reaccionarias.
El pueblo boliviano debe construir un nuevo Poder, el Poder Popular. Bolivia no puede perder esta oportunidad histórica. De no ser así la fragmentación del territorio boliviano es inminente, la secesión de la media luna no se hará esperar, dándose un duro golpe al proceso de integración suramericana, y a los procesos de Liberación Nacional y Social presentes en el continente.






Análisis

BOLIVIA: EVO Y LOS AUTONOMISTAS, “CONDENADOS A ENTENDERSE”

Revista Proceso de México (www.proceso.com.mx)

El referéndum revocatorio celebrado el pasado 10 de agosto en Bolivia rompió la tradicional lógica de una elección que deja ganadores y perdedores: Los dos actores enfrentados, el gobierno de Evo Morales y las regiones que reclaman autonomía, resultaron fortalecidos en sus áreas de influencia y, según coinciden los analistas, prolongaron el empate que deja una vez más pendiente la aprobación de una nueva Constitución.En el referéndum se preguntó a 4 millones de electores si, por una parte, apoyaban al presidente Evo Morales y, por otra, si respaldaban a los prefectos (gobernadores) de los nueve departamentos del país.
Morales obtuvo el 67% de apoyo para continuar su gobierno y los principales gobernadores que luchan por la autonomía regional recibieron un respaldo de entre 56 y 68 por ciento.
El carácter de ambas posiciones, irreconciliables hasta ahora, quedó expresado en el tono de sus celebraciones. Mientras Evo Morales gritaba la tradicional frase de la revolución cubana "patria o muerte" y una multitud reunida en la Plaza de Armas de la Paz le respondió “¡venceremos!”, a mil kilómetros de distancia, en la rebelde y autonomista Santa Cruz, el gobernador vencedor, Rubén Costas, exclamaba junto a sus seguidores: “¡autonomía!”.
Los resultados
Bolivia está conformada por nueve departamentos (La Paz, Santa Cruz, Cochabamba, Tarija, Chuquisaca, Oruro, Potosí, Beni y Pando). Para que Morales dejara la presidencia se requería que los votos por el “No” superaran el 53.7%, es decir, el mismo porcentaje con el que triunfó en las elecciones de diciembre de 2005 con su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS). En el caso de los gobernadores, se debía alcanzar el 50% más uno de los votos para sacarlos de sus cargos.
En tres departamentos (Santa Cruz, Tarija y Beni) se impuso el “No” a Evo Morales. Sin embargo, su victoria por el 67% fue posible gracias a que La Paz concentra un tercio del total del electorado y allí el apoyo al presidente fue abrumador: 83%, según los datos parciales proporcionados por la Corte Electoral.
Respecto de la votación por los gobernadores, cuatro departamentos (Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando) obtuvieron porcentajes superiores a 56% e incluso mayores a los registrados cuando fueron electos para el cargo, en el año 2005. La gobernadora opositora de Chuquisaca, en elecciones anticipadas realizadas en julio de 2008, venció por 51.5 por ciento.
Sólo los gobernadores opositores de La Paz y Cochabamba fueron revocados en su mandato. Los oficialistas de Potosí y Oruro fueron ratificados al obtener más de 50% de votos.
“No veo mucha novedad. Los resultados nos dicen que no cambia el escenario: el presidente se ha fortalecido y los prefectos de la oposición también”, dice a Apro la analista Jimena Costa.
“Las dos partes en conflicto, el presidente Evo Morales y los prefectos autonomistas, han ganado, sólo que unos más que otros. Es decir, globalmente los porcentajes a favor de los autonomistas son mayores que los obtenidos por el presidente”, comenta por su parte el politólogo y exconstituyente Jorge Lazarte.
Estatutos vs. Constitución
Tan significativo como el 67% de apoyo nacional que recibió Morales fue el mayoritario respaldo, de entre 56 y 68%, a los gobernadores de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, regiones que entre mayo y junio de este año fueron a las urnas para aprobar por abrumadora mayoría sus denominados “Estatutos Autonómicos”.
Estos Estatutos establecen la normativa para un régimen autonómico económico y político en cada región que, sin poner en discusión la unidad nacional, define la elección directa de gobernadores y parlamentos regionales, así como la administración y uso directo de sus recursos naturales y económicos.
Sin embargo, los Estatutos Autonómicos no pueden ser aplicados plenamente porque sus disposiciones no forman parte de la Constitución en vigencia.
Mientras tanto, el proyecto de nueva Constitución que el MAS aprobó de manera solitaria en enero pasado en la Asamblea Constituyente, tampoco incorpora el régimen autonómico reclamado por Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando. Esta exclusión, junto a los privilegios políticos y económicos que otorga al sector indígena de la población, ha impedido que el proyecto de Constitución, siete meses después de su aprobación, sea sometido al voto popular.
“Los resultados del referéndum revocatorio eran previsibles aunque, sin duda alguna, la votación del presidente Morales —en términos cuantitativos— ha superado todas las expectativas. Pero en términos estructurales la situación previa al referéndum se mantiene intacta. El oriente del país (Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando) está muy firmemente en contra de Morales y el occidente (La Paz, Oruro, Cochabamba y Potosí) muy a favor de él”, comenta a Apro el analista Ricardo Paz Ballivián.
“El resultado da mucha fuerza al presidente y a los prefectos que promueven la autonomía. El gobierno decía que un apoyo mayoritario iba a significar un respaldo al proyecto de Constitución y que el paso siguiente era convocar al referéndum constitucional. Si lo hace se enfrentará con las regiones donde su apoyo electoral ha disminuido. En resumen, será un error si Evo cree que con el 67% de apoyo puede ir al referéndum por la nueva Constitución y si la oposición regional cree que puede poner en vigencia sus estatutos”, reflexiona otro analista, Fernando Mayorga.
Los resultados del referendo, hasta ahora, han provocado reacciones dispares en el gobierno y los prefectos autonomistas.
El presidente Morales aceptó la necesidad de un diálogo, pero aclaró que debería incluir a más sectores, a los que no identificó, además del gobierno y los prefectos opositores. “He pedido a algunos prefectos que entendamos el pedido del pueblo boliviano, que es el de las transformaciones en democracia, y esas transformaciones en democracia hay que llevarlas durante el diálogo, pero no solamente prefectos y presidente, sino también los distintos sectores”, dijo.
Por su parte, el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, anunció elecciones para designar a asambleístas, subgobernadores y corregidores departamentales, así como la creación de un "organismo de seguridad", una entidad recaudadora de impuestos y una oficina de coordinación para transferir parte de los recursos generados en la región al resto del país.
El gobernador de Tarija, Mario Cossío, anticipó la convocatoria al denominado “Parlamento del Gobierno Autónomo del Departamento de Tarija”; el gobernador de Beni, Ernesto Suárez, comunicó el funcionamiento del “Consejo Autonómico” que emitirá normas y leyes departamentales; mientras el Prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, aseguró que si el diálogo no funciona, “haremos todas las acciones para cumplir con el mandato popular (autonómico)”.
Dos días después del referéndum, Morales convocó a todos los prefectos ratificados a una reunión en La Paz para el miércoles 13 de agosto. La invitación fue rechazada por los gobernadores de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca, debido a que con anticipación tenían programado en la misma fecha un encuentro en la ciudad de Santa Cruz.
Para el director de Autonomías de la gobernación de Santa Cruz, Carlos Dabdoud, la invitación fue “una jugada deleznable, habida cuenta que él (Evo Morales) sabía que los gobernadores tenían previsto reunirse el miércoles 13, así que me parece que es una invitación a la que se sabe que no se va a asistir”.¿Y ahora, qué?
Según algunos analistas, la única salida a la actual crisis política de Bolivia, con los bandos en conflicto fortalecidos, la nueva Constitución pendiente de aprobación y los Estatutos Autonómicos a punto de ser aplicados “de facto”, es la negociación. De este diálogo, dicen, debe surgir una Constitución que no privilegie a ningún sector social o racial e incorpore los elementos sustanciales de los Estatutos Autonómicos.
“La concertación pasa por una revisión del proyecto de Constitución del MAS, al igual que los proyectos de Estatutos Autonómicos, para integrar y así tener el pacto social de unidad y de integración de los bolivianos”, sostiene el constitucionalista Carlos Alarcón.
Ricardo Paz Ballivián, mas escéptico, afirma que “las posiciones se radicalizarán más y, como se han estado viendo escaramuzas, ésas se harán más frecuentes y probablemente llegue un momento en el que una de las partes crea que deba asestar el golpe final. Me temo que será el gobierno el que se vea tentado a hacer esto, engañado por el espejismo del resultado del referéndum”.
“En el fondo, el país ha ratificado su polarización. El próximo paso es convencerse de que ambos (gobierno y autonomistas) son fuertes y que no pueden vencerse. Y, como no pueden vencerse, están condenados a entenderse. De otra manera, pueden perder los dos. Se necesitan y tienen la obligación de ponerse de acuerdo”, opina Jorge Lazarte.
Dos días antes del referendo revocatorio, el presidente Morales no pudo llegar a las ciudades de Santa Cruz, Trinidad y Cobija, capitales de tres departamentos autonomistas, debido a que sus opositores bloquearon los accesos a los aeropuertos.
Por la misma razón, fue obligado en la misma semana a suspender en Tarija una Cumbre con los presidentes de Argentina y Venezuela, y atribuyó inmediatamente estos hechos a la existencia de una “dictadura civil” que confabula contra su gobierno.
Después del referendo, esos ánimos beligerantes se encuentran momentáneamente apaciguados. Con el trasfondo de analistas y numerosos sectores que llaman a la negociación, ambos sectores preparan la siguiente movida en el tablero de ajedrez de la política. Bolivia es, hoy, un país a la expectativa.





Opinión

BOLIVIA: CONTINUACIÓN

Revista Analítica de Venezuela (www.analitica.com)

Las circunstancias que hoy vive Bolivia han tomado el giro de una novela por entregas. Y seguirá desarrollándose a ese ritmo hasta que se opere el desenlace que es imposible predecir. La tradicional instabilidad política boliviana, genera crisis cíclicas y éstas tienen sus leyes subterráneas y se van cumpliendo según su propia dinámica. Las dos visiones del mundo opuestas, seguirán buscando imponerse cada una sobre la otra. Si se sigue la tradición, cada una irá encontrando argumentos para hacer subir las apuestas y alargar así el momento en que se deba dirimir el conflicto cuando ya se hayan agotado las posibilidades de forcejeo.
Los bolivianos actúan en política teniendo en mentes ese escenario, de allí que a veces el quehacer político boliviano tome rasgos picaresca o del juego al escondido. Esa forma de actuar muy boliviana, algunos dirían alto-peruana, ha tenido vigencia hasta ahora. No me atrevería a afirmar hoy su continuidad.
Al igual que sucedió en Venezuela tras la elección del teniente-coronel Hugo Chávez que cambió todas las reglas del juego institucional y sumió en la perplejidad al país que lo había elegido, que al darse cuenta del ardid no ha logrado encontrar la fórmula de dejar de ser el ratón ante el gato que se divierte manipulándolo antes de devorarlo. Pese a la división que existe en Bolivia, entre la “media luna” y las regiones del altiplano, quienes tienen la clarividencia de las amenazas que se ciernen sobre el país, no poseen la fuerza para oponérsele. La oposición política concentrada en los partidos de oposición – MNR, Podemos, UN, se ha demostrado titubeante, endeble, perpleja, inoperante. Nada que se no se conozca en Venezuela. Hasta en las flaquezas de la oposición, Bolivia sigue paso a paso el escenario que se ha dado en Venezuela.
El referéndum revocatorio no sólo ratificó a Evo Morales en la presidencia y a García Linera, en la vice-presidencia, pero también fueron ratificados los prefectos de los cuatro departamentos autonomistas, salvo el de Cochabamba, que por cierto fue el único en oponerse al referéndum. Resultado que se puede tomar como un empate, pues de hecho, pese al triunfo de las autonomías, el gobierno salió también ampliamente reforzado. Y pese a haber perdido en la “media luna”, de todas maneras goza de un margen favorable en las regiones autonómicas, incluso en Santa Cruz, el departamento de mayor beligerancia. Sin embargo, el diálogo se impone, puesto que el resultado del referéndum significa que la mayoría le otorga su apoyo al gobierno, pero también a las autonomías. Ya lo declaró el legendario dirigente minero Filemón Escóbar : “El gran error de Evo Morales es el de no haber acaudillado él mismo el movimiento autonómico”. Evo Morales, quien es un producto del autonomismo y de la Ley de Participación Popular decretada por el gobierno de Sánchez de Lozada, derrocado por el movimiento social desencadenado por el propio Morales, al sumarse a la opción ideológica ultra centralizadora del castrismo y puesta en aplicación en Venezuela por Hugo Chávez, escogió el campo del autoritarismo histórico latino-americano, que en Cuba condujo al totalitarismo, y Venezuela va por el mismo camino.
En Bolivia, para que ese diálogo tan deseado y necesario tenga lugar, lo que es el clamor nacional, e internacional, se requiere que las partes en litigio hagan uso de sentido común y demuestren buena fe; para ello es necesario que ambos campos se decidan y estén dispuestos a dar concesiones. El campo de los autonomistas debería darle mayor vigencia a políticas sociales y atenuar sus exigencias de ventajas por derecho. Y el otro campo, el del oficialismo, el que tiene mayores responsabilidades, debería renunciar a su mesianismo, a la etnicización de la política, a sus ansias de poder vitalicio, al delirio de querer borrar la historia y convertirse en el origen de todo, comprometerse a desarrollar una política inclusiva en lugar de exclusiva, a liberarse de la dependencia de los aparatos cubano-venezolanos. Desafortunadamente, si nos atenemos a la experiencia, los métodos del castro-chavismo, no son precisamente los de la buena fe, antes por el contrario, la treta, el ardid, y el engaño caracterizan su conducta. Con un referéndum que le favorece, los consejeros del Caribe lo impulsaran a la “radicalizar el proceso”. Referéndum que por lo demás, fue organizado como un golpe de audacia para salir del pulso en el que estaba sumida la situación. Audacia relativa, porque el aparato electoral montado por técnicos cubano-venezolanos, le tenían asegurado el resultado de antemano. Y más allá del fraude preparado a manera de previsión por la maquinaria electoral montada por los técnicos cubano-venezolanos, otorgando varias cédulas de identidad, o haciendo votar a los muertos (la OEA calcula 3% de fraude, otros hablan de 15%) el gobierno goza de todas las ventajas que le libreto forjado en Venezuela, la distribución cotidiana de prebendas a las municipalidades, y otras instituciones gracias a los cheques venezolanos, -“más fáciles de obtener que desbloquear los fondos del banco de Bolivia”, como lo declarara el propio Evo Morales.
Las promesas de diálogo ofrecidas por Evo Morales se deben tomar como las que ha hecho infinidad de veces Hugo Chávez en momentos de crisis o cuando se ha visto obligados por las circunstancias o por el clamor nacional, como la última trastada; perdió el referéndum el 2 de diciembre, pero asestó las 26 medidas que lo anulan de cuajo.
Ni la comunidad internacional ni el pueblo boliviano comprenderían que el oficialismo no proponga un diálogo, pero aunque lo prometa, Evo Morales se dirigirá imperturbable hacia la meta que se ha propuesto. Si realmente su postura fuera sincera no habría dicho que para el diálogo significaba que “no le interesa saber a qué partido pertenecen los prefectos o alcaldes, lo que me interesa es que ejecuten rápidamente lo decidido por el gobierno nacional”. Y al concluir, utilizó, una vez más, el lema castrista: “Patria o muerte...”
El tema más candente sobre el cual se centrarán las discusiones entre el gobierno central y las autoridades autonómicas, será el de la redistribución de los recursos provenientes de los impuestos de hidrocarburos situados en los departamentos autonomistas que fue lo que desató las actuales tensiones. El gobierno se niega, de plano, a restituir los ingresos fiscales de dichos recursos.
Para el gobierno, quitarle a las autonomías la posibilidad de contar con un presupuesto propio, significa obligarlas a mantener ante el gobierno central una actitud genuflexa, de dependencia, invalidando de hecho el estatus de autonomía. El gobierno por su lado argumenta que los ingresos por impuestos que reclaman las autonomías, ya han sido adjudicados a los ancianos. En cambio las autonomías consideran que el presupuesto del gobierno central quien debe asumir la ayuda a los ancianos.
El proyecto oficialista radica en desarrollar una política hipercentralizada, de economía estatal, detentar el manejo total de los ingresos de los hidrocarburos, al igual que lo hizo Chávez en Venezuela con PDVSA y así disponer de recursos para la realización de su política populista distributiva.
De no superarse las divergencias entre el gobierno y las autonomías, el influyente Ministro de Gobernación, Juan Ramón Quintana, no descarta convocar a un referendo dirimitorio para que el pueblo decida y se pronuncie sobre la reelección presidencial, las atribuciones de los gobiernos departamentales y sobre el límite máximo de la propiedad agraria, entre otros temas.
Es decir, las futuras crisis se dirimirán según el nuevo esquema del castrismo, mediante la instrumentalización del sufragio, abusando de la figura del referéndum, cuyo resultado estará de antemano asegurado valiéndose de una técnica electoral sabiamente montada para ese efecto .
Así, aunque el gobierno pierda popularidad, aunque el pueblo reaccione como en Venezuela al cabo de algún tiempo, la maquinaria electoral se encargará de asegurar la marcha acelerada de la muerte de la democracia. Y si En Venezuela, pese al esfuerzo del gobierno, no ha logrado hacer que se instaure un enfrentamiento racista radical, en Bolivia existen todos los ingredientes para que la polarización se de en términos raciales, por ello no es casual que Hugo Chávez, paralelo al referéndum boliviano, haya lanzado la idea del cambio de nombre al continente y llamarlo América India, presentándolo como una ocurrencia de gran originalidad, ignorando que ya Haya de La Torre en su época había propuesto el nombre de Indo América. Para alguien que se postula como líder continental, una ignorancia de cultura general americana de ese calibre, es deplorable. Desechar el término « latina » por europeo y tomar en su lugar el de « india », término totalmente inventado por equivoco por los europeos, es un prueba más de ignorancia. El hecho es que cuando Cristóbal Colón creyó haber llegado a la India, al bautizar a los habitantes del continente descubierto, - pero que ignoraba que lo estaba descubriendo - de indios, creó el primer equivoco. El segundo fue el de América, que tampoco se ajusta al hecho histórico. Tal vez habría que bautizar de una vez al continente con el nombre de “Equívoco”, que parecería ser lo que mejor lo caracteriza. Por cierto, Estados Unidos que es un país sin nombre, esa ausencia no le ha impedido ser la primera potencia del mundo.
Víctor Hugo Cárdenas, indígena aymara, a quien no se le menciona, sin embargo fue el primer indígena en ocupar un alto cargo en el Estado pues fue vice-presidente de la República durante el primer mandato de Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-1997), fue él quien introdujo en la constitución la noción de “sociedad multicultural”, en una ocasión expresó: “No se puede disociar el desarrollo de la población indígena del desarrollo nacional. Pese a lo que quiere hacernos creer la retórica radical, nuestras poblaciones en su conjunto comprenden que su progreso está ligado al del país y están dispuestos a trabajar en beneficio de ambos”.
Cabe preguntarse por qué Evo Morales no se rodea de personajes sensatos como Víctor Hugo Cárdenas, nacido igual que él en un pueblo pobre del Lago Titicaca, pero que logró superarse y obtener el grado de doctor en lingüística, y dominar varios idiomas, su mujer viste el traje tradicional, y le ha dedicado su vida a la superación de sus hermanos, en lugar de actuar bajo el influjo de “criollos cautivos” ebrios de teorías producidas en otros contextos. Es curioso que quien pretende rehabilitar a los indígenas, lo esté haciendo inspirándose de los peores métodos e ideas que ha dado occidente, que son el racismo, el totalitarismo y la exclusión y se inspire de la figura de Fidel Castro, el representante más rancio de lo imperial hispano, figura que ya había desaparecido, incluso de la propia España, remitiéndose al castrismo a uno de los movimientos más regresivos y conservadores que se han dado en un continente tan dado al rechazo de la modernidad.
Es deplorable que Evo Morales desgaste de manera tan torpe, el capital histórico que tiene entre manos.





Editorial

A LOS DICTADORES LES IRRITA LA LIBERTAD DE PRENSA

La democratización se consigue prohibiendo. Fue la recomendación que nos hizo el presidente de Ecuador, Correa. Este tipo de propuestas son las que nos trajeron Correa, Chávez y Evo. Los tres mosqueteros del 'socialismo del siglo XXI' no necesitaban darnos lecciones de cómo regimentar a la prensa, pues podríamos ser sus catedráticos, con lo que nos enseñó Stroessner. Ojalá Lugo y su equipo no acepten sus recomendaciones. Al atacar a la libertad de prensa estarían cavando su propia fosa, además de poner a nuestro pueblo en el riesgo de correr la misma suerte que padecen los países como los suyos, que viven amordazados o están por terminar de ser amordazados bajo la férula de los autócratas 'socialistas' del siglo XXI, sepultureros de la democracia, que es como estos personajes debieran llamarse.

ABC de Paraguay (www.abc.com.py)

La democratización se consigue prohibiendo. Esta fue la asombrosa recomendación que nos hizo el presidente de Ecuador, Rafael Correa, a los paraguayos. Se refirió a los medios de prensa en general. Anunció que en su país se está impulsando una reforma constitucional que va a prohibir que los empresarios inviertan en medios de comunicación. La duda que el “experto” ecuatoriano dejó flotando es cómo se impide que quien fuera el que cree uno o varios medios periodísticos no se convierta, por ese mero hecho, en empresario de prensa.
Más práctico sería que en su constitución directamente se encargue al gobierno “revolucionario” a autorizar o denegar permisos para crear o administrar medios de comunicación. De este modo Correa, Chávez y Evo Morales podrán distribuir los diarios, radios y canales de televisión a sus partidarios, socios, amigos o esbirros. Y cada uno tendrá su cadena. Sus pueblos se “informarán” de la situación de su país y el mundo a través del diario de Correa, de la radio de Evo y de la TV “bolivariana” de Chávez, así como desde hace cincuenta años los pobres cubanos, para leer algo, no tienen más remedio que recurrir a “Gramma”, el diario del partido comunista cubano.
Estos son los modelos que nos proponen. Democracia pura. Libertad total. Finalmente nuestros pueblos no serán vilmente engañados por “los empresarios” y alcanzarán la verdad verdadera, según la teoría de los ilustres presidentes que nos visitaron.
Hugo Chávez ya comenzó a experimentar en este terreno. Cerró la mayor cadena de TV de su país y confiscó sus equipos. Mantiene un programa –“Aló Presidente”– donde disparatea durante horas y obligatoriamente tiene que transmitirse en cadena. Es obligatorio para el venezolano tener que “informarse” a través de Chávez.
Los tres mosqueteros del “socialismo del siglo XXI” no necesitaban venir a darnos lecciones de cómo regimentar a la prensa, pues en esa materia los paraguayos podríamos ser sus catedráticos. Nos lo enseñó Stroessner con su diario “Patria”, su radio “Nacional”, su “Canal 9 Cerro Corá”, sus transmisiones en cadena obligatorias, sus prohibiciones, cierres, clausuras y persecuciones a medios y a periodistas.
Sabemos a quiénes favorecen y procuran impunidad los medios de prensa regimentados por cualquier gobierno con tendencia totalitaria como los de Stroessner, Fidel Castro, Hugo Chávez y sus émulos. También sabemos cómo utilizan esos instrumentos para ir demoliendo lentamente los cimientos de las libertades públicas, persiguiendo a sus opositores externos y disidentes internos, para ocultar las barbaridades que cometen y los negociados que fraguan.
Es sabido que todo político de izquierda debe comenzar su carrera por definir al “enemigo del pueblo”. Una vez que lo tiene señalado, tiene que dar el segundo paso, consistente en convencer de que él es el único que puede enfrentar, detener o vencer a ese enemigo. Todo lo malo que exista en la realidad social debe atribuirse al “enemigo del pueblo”, y todo lo bueno, por supuesto, al líder providencial. Según declaró Evo Morales –en la misma rueda de prensa en la que Correa dio su genial receta para “democratizar” a la prensa–, el periodismo que en Bolivia no le es adicto es porque responde “a los intereses del Norte”, en alusión a Estados Unidos. Idéntica cantinela que Castro y Chávez (En la época de Stroessner era al revés, la prensa libre era “apátrida” al servicio del comunismo internacional). Ni siquiera se toman la molestia de hacer algunas variaciones de repertorio para darles algún viso de originalidad a sus declaraciones. Todo lo que “viene del Norte” es para causar mal al pueblo; esta es la clave que estos genios manejan para explicar todos los problemas, aun los más complejos. Pero, por suerte para sus pueblos, tienen a sus mosqueteros que, espada en mano, derrotarán indefectiblemente al dragón del imperialismo. Curiosamente, los socialistas democráticos y modernos, como Michelle Bachelet en Chile y Lula da Silva en Brasil, no se ven amenazados por estos fantasmas y se dedican a hacer progresar a sus pueblos. Al contrario, tratan de venderles algo.
Chávez, Correa y Morales –al igual que Fernando Lugo– llegaron al poder mediante elecciones que fueron libres porque en sus países regía la libertad de expresión, de reunión, de asociación y los demás fundamentos de un edificio democrático. Pudieron hacer sus campañas electorales exitosamente porque contaban con la libertad de prensa, asegurada por la pluralidad de medios y por la diversidad de propietarios de medios, no pocos de los cuales fueron y son sus partidarios. Se sirvieron de estas ventajas, pero luego, una vez aferrada la manija del poder, comenzaron a temerle a la misma prensa a la que tanto necesitaron y que tanto provecho les dio. Primero tratan de amedrentar, luego pasan a las amenazas, después a la represión y, por último, a las “cancelaciones de licencia”, a las leyes de prensa, a los monopolios, a las concesiones preferenciales, a la distribución graciosa de la publicidad estatal, y a tantas otras maneras de liquidar la libertad de expresión que cualquier régimen antidemocrático puede recurrir. Esperamos que Fernando Lugo y su equipo de gobierno no acepten las recomendaciones de los “tres mosqueteros” en estas materias. Al atacar a la libertad de prensa estarían cavando su propia fosa en la historia política de nuestro país, además de poner a nuestro pueblo en el riesgo de correr la misma suerte que padecen los países como los suyos que viven amordazados o están por terminar de ser amordazados bajo la férula de los autócratas “socialistas” del siglo XXI, sepultureros de la democracia, que es como estos personajes debieran llamarse.




CHOQUEHUANCA PIDE LA CABEZA DE EHLERS

La presidenta del Parlamento Andino Ivonne Baki, pidió ayer a Bolivia que reflexione sobre su eventual pedido para que se destituya al secretario general de la Comunidad Andina (CAN), Freddy Ehlers.

El Comercio de Ecuador (www.elcomercio.com)

La presidenta del Parlamento Andino Ivonne Baki, pidió ayer a Bolivia que reflexione sobre su eventual pedido para que se destituya al secretario general de la Comunidad Andina (CAN), Freddy Ehlers, tras expresar su respaldo al máximo representante de este bloque regional.
“Freddy Ehlers siempre se ha manejado en la línea de conseguir un consenso entre todos, por eso me molesta escuchar que Bolivia evalúe pedir su renuncia”, manifestó Baki en declaraciones a la agencia Andina de Perú.
Ayer el ministro boliviano de Exteriores, David Choquehuanca, declaró que “Bolivia está considerando solicitar la destitución" de Elhers, luego de que los gobiernos de Colombia y Ecuador respaldaron a Perú para modificar una normativa de la CAN sobre propiedad intelectual.
Choquehuanca señaló que el acuerdo de las tres naciones es una "violación" del Acuerdo de Cartagena, que establece que las decisiones de la CAN "no se pueden aprobar con el voto negativo de un paÍs, asÍ sea en la primera, la segunda o tercera votación".





CHILE Y BOLIVIA: AHORA ES CUANDO

Chile nunca ha vivido un momento similar en su relación con Bolivia. Por primera vez dos gobiernos democráticos, con alta legitimidad social y política, pueden esbozar un camino de diálogo y reencuentro.

La Nación de Chile (www.lanacion.cl)

LAS CRÓNICAS Y los comentarios de prensa anteriores al referéndum revocatorio que vivió Bolivia el pasado 10 de agosto auguraban un país que se hundiría en la división. Otros hablaban de un empate catastrófico y de la inconveniencia de enfrentar a la ciudadanía a una elección que sólo causaría la agudización de la crisis política que tensaba al Gobierno nacional y a las prefecturas opositoras. Además, se comentaba con recelo el mecanismo de revocación de mandato, en especial entre los no partidarios de permitir que las decisiones políticas trascendentes se sometan al pronunciamiento ciudadano.
Con la distancia del tiempo, podemos extraer varias lecciones del caso boliviano. En primer lugar, que por medio de la instauración del mecanismo del referendo revocatorio la población pudo decidir la continuidad de sus principales mandatarios nacionales y departamentales. De este modo la democracia boliviana ha ganado en calidad, profundidad, intensidad y transparencia. La conflictividad política ha dado lugar a nuevas posibilidades de diálogo, lo que confirma que la ampliación de los mecanismos de participación y consulta democrática constituyen estrategias insustituibles a la hora de superar el autoritarismo y consolidar modelos de desarrollo justos y sustentables.
En relación con los resultados mismos de la consulta, lo que se aprecia es un Gobierno que ha alcanzado inédito consenso social en torno a su mandato: 67% de aprobación a la gestión del Presidente Evo Morales constituye una cifra que, lejos de mostrar a un país dividido, visualiza una nación que anhela un marco de diálogo y respeto que permita fortalecer su cohesión y la preservación de su integridad territorial.
Respecto de las demandas autonomistas, lo que se constata es un voto cruzado, que expresa que muchos habitantes de las prefecturas gobernadas por la oposición adhieren a los liderazgos de sus autoridades a un nivel local, pero que a nivel nacional respaldan al Gobierno central. El vicepresidente García Linera ha explicado con agudeza este fenómeno al afirmar que el referéndum "sincera la geografía política en el país y la correlación de fuerzas", y habilita nuevos escenarios de diálogo. En su criterio, se ha sobredimensionado el poder de los grupos opositores que se atribuyen el derecho a veto a partir de una "inflación mediática". A todas luces este análisis es correcto. El voto de apoyo al Gobierno de Morales se impuso en seis departamentos, empató en uno y perdió sólo en dos (Santa Cruz y Beni) en los que también cuenta con un porcentaje de apoyo superior a 40%.
El Gobierno boliviano ha logrado estas cifras de apoyo pese a enfrentar durante sus años de mandato a una oposición especialmente agresiva y destructiva, arropada por campañas de prensa internacionales denigrantes y difamatorias. Lo que demuestra que la ciudadanía latinoamericana es capaz de discernir con criterio propio lo que se le trata de imponer como verdad. Al mismo tiempo, el resultado da cuenta que más allá de fallas de gestión y de coordinación del Gobierno de Evo Morales, cuando se demuestra seriedad con los compromisos de lucha contra la exclusión, la pobreza y las desigualdades sociales la ciudadanía premia esa voluntad política generosamente.
Chile nunca ha vivido un momento similar en su relación con Bolivia. Por primera vez dos gobiernos democráticos, con alta legitimidad social y política, pueden esbozar un camino de diálogo y reencuentro. La agenda ya ha sido planteada de manera concreta por ambas cancillerías y se avanza con sigilo hacia un punto de acuerdo definitivo, que permita que nuestras naciones restablezcan relaciones diplomáticas a un plazo relativamente corto. Es el momento en que Chile debe ser en especial generoso, activo, abierto y audaz. Un momento como éste no se va a repetir con facilidad, y las oportunidades que abre la historia se pueden cerrar con rapidez.
¿Por qué no soñar con la enorme alegría que sentiríamos si las afrentas históricas y los arraigados prejuicios cedieran para acelerar el día en que ambas naciones pudiéramos caminar por esta tierra compartida, sintiendo en la cara la brisa de la fraternidad? Este sueño no aguanta una eterna espera. Para Chile y Bolivia el cuando no puede ser mañana. Ahora es cuando.






FUERTE INVERSIÓN EN BRASIL

Sextuplicará la producción de su mina de hierro Corumbá, en el límite con Bolivia.

Los Andes de Argentina (www.losandes.com.ar)

Río Tinto invertirá U$S 2.150 millones para sextuplicar a la producción de su mina de hierro Corumbá, ubicada en la región oeste de Brasil, cerca de la frontera con Bolivia. El objetivo: abastecer la creciente demanda de mineral en Sudamérica y Oriente Medio. Para eso, creará 2.500 puestos de trabajo.
Así, la mina elevará de 2 millones de toneladas por año a 12,8 millones el volumen de hierro extraído, al cuarto trimestre de 2010, según anunció la firma.
La ampliación eleva a casi U$S 11.000 millones la inversión total que ha destinado Río Tinto desde 2003 para desarrollar sus negocios de mineral de hierro. Durante la construcción, el proyecto creará cerca de 2.500 empleos en Corumbá, que abastece al polo siderúrgico de San Nicolás y Campana (Bs. As).
"También se está haciendo una siderúrgica junto a la mina, y un nuevo puerto en Uruguay: más de U$S 200 millones, sobre el río (al norte de Colonia, junto a la desembocadura del Paraná), desde donde se busca abastecer al mercado europeo", señaló una fuente.
A fines del año pasado la empresa definió la meta mundial de alcanzar 600 millones de toneladas de hierro por año frente a los 179 millones actuales.
Según la empresa, también destinarán U$S 42 millones al estudio de factibilidad de la fase II, que debería estar listo a mediados de 2009.





CONTRABANDO SE REDUJO EN PUNO

La República de Perú (www.larepublica.com.pe)

En un 50% se redujo el contrabando en la frontera de Perú y Bolivia desde que en junio el ejército boliviano iniciara el control fronterizo para detener esta ilícita actividad, informó ayer Rubén Canlla, jefe de la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat) de Puno.
Dijo que espera que esta cifra siga bajando y que se prevé que en un par de meses los efectivos de la Sunat puneña aumentarán sus operativos e, incluso, recibirán la cooperación de militares y policías peruanos.





PROPONEN TÚNEL SUBTERRÁNEO PARA UNIR CHILE CON BOLIVIA

Cadena Global de Venezuela (www.cadenaglobal.com)

Un túnel bajo la Línea de la Concordia, que empiece en el sector de Visviri y termine cerca del Hito 1 en el Océano Pacífico, plantean los arquitectos Fernando Castillo Velasco y Humberto Eliash.
Este túnel -describió Eliash- permitiría que Chile y Perú mantengan íntegramente su territorio actual, con sus límites, y que ninguno de los tres gobiernos tenga que entregar al final de su mandato un país con menos territorio del que recibió.
Bolivia perdió su salida al mar en la guerra con Chile en 1879.
La propuesta esta contenida en el libro "Lecciones del tiempo vivido", de Fernando Castillo, Premio Nacional de Arquitectura 1983.
Eliash explicó que una alternativa es una explanada con borde marítimo que sería entregada en concesión a La Paz. Otra posibilidad es que emerja unos 300 metros en el Océano Pacífico hasta llegar a una isla que sería soberanamente boliviana. "Esta isla se haría con toda la tierra que sale de la construcción del túnel, tal como surgieron cuatro islas en Panamá del lado del Pacífico cuando se hizo la construcción del canal de Panamá en 1914", postuló.
Aunque un túnel de más de 100 kilómetros es muy costoso, añadió, "no resulta ser así si se piensa en lo que costó el canal de Panamá o el alto costo del túnel bajo el canal de la Mancha, en la actualidad, o más aún si pensamos en todo lo que se ha invertido en túneles y puentes de vialidad urbana en nuestros países estos ultimos años". Eliash y Castillo Velasco coincidieron en que el problema de una salida al Pacífico para Bolivia, que según dijo "llora por su mar y ese llanto nubla su mirada para enfrentar su propio desarrollo", no se resolvió porque falten recursos y terreno.
De hecho, acotaron, Perú y Chile tienen una densidad de 22 habitantes por kilómetro cuadrado -que es cinco veces menor que la de los países europeos-.
Lo que falta, opinaron, es "generosidad e imaginación".
Castillo Velasco, Premio América en 1989 por los Seminarios de Arquitectura Latinoamericana y elegido en 1994 mejor arquitecto alcalde de América por la Federación Panamericana de Asociaciones de Arquitectura, sostuvo que "es absurdo el prejuicio con que se discuten los problemas limítrofes entre los pueblos, basándose en que no se puede ceder ni un solo centímetro cuadrado de suelo, porque ello significa traición a la patria".
El ex rector de la Universidad Católica de Chile (1967-1973) invitó a "imaginar la importancia y vigor con que contaría la gran puerta occidental de América" formada por Arica (Chile), Talca (Perú) y los aportes bolivianos, para "transportar hacia el norte y occidente una cantidad enorme de productos elaborados en Brasil, Argentina, Bolivia Perú y Chile".
"Una verdadera globalización debiera fundarse en una verdadera integración política, económica y social, donde las fronteras, en vez de ser muros divisorios de pueblos hermanos, fuesen áreas de cooperación y de integración para un mejor aprovechamiento de las distintas aptitutes que poseen las diferentes culturas y pueblos", escribió el autor de "Lecciones del tiempo vivido", lanzadas al cumplir sus 90 años.

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