Monday, December 17, 2007

LA OLIGARQUÍA ARMA SU PROPIO ESTADO

Los terratenientes y la burguesía, con masivo apoyo popular, intentan formalizar el poder que ya de facto ejercen en cuatro de las nueve regiones de Bolivia. Alistan su propio Parlamento, su propia Policía y el control absoluto sobre la tierra, el gas, la educación y los impuestos. Evo, por ahora, sólo mira y amenaza. La clase obrera se pone en pie de combate
En abierta rebeldía contra el gobierno legalmente establecido del presidente indígena Evo Morales, las fortalecidas fuerzas de la oligarquía boliviana dieron anoche un nuevo paso en su intento por formalizar el poder que ejercen de facto en los valles y llanuras de Bolivia al aprobar su denominado 'estatuto autonómico'. El texto de 155 artículos, que sienta las bases para la conformación de un gobierno independiente, con capacidad de legislar y definir el uso de sus recursos, fue aprobado por una autoconvocada Asamblea Provisional Autonómica, en Santa Cruz, la región más próspera del país, donde se concentra gran parte de la riqueza natural (gas, petróleo, tierras, bosques, hierro) y que es desde hace un año el bastión de la oligarquía terrateniente y de la burguesía comercial financiera local.
La carta autonómica fue recibida con júbilo por las clases medias, empresarios, vecinos y gran parte de los trabajadores urbanos del oriente, aunque con fuerte rechazo y críticas por los sectores campesinos e indígenas. Tras la aprobación del estatuto 'en grande', de inmediato en La Paz el gobierno del presidente Morales, que ejerce poder en el altiplano y que aún mantiene bajo control total al Ejército y la Policía, advirtió que la 'autonomía de facto decretada por la oligarquía era ilegal, antidemocrática y conspirativa'. E l ministro de Gobierno, Alfredo Rada, había advertido con una intervención policial y militar si Santa Cruz declaraba su autonomía y rompía la unidad del país.
Al margen de la ley
Como lo reconocen sus propios autores, la carta autonómica no se basa ni en la Constitución Política del Estado en vigencia ni en la que fue aprobada en Oruro por las fuerzas leales al presidente Morales el domingo pasado y que exacerbó el clima de enfrentamiento que vive Bolivia, virtualmente partida en dos, con dos poderes en pugna abierta por el control de territorio.
El texto autonómico establece que Santa Cruz es un departamento autónomo, una demanda de gran arraigo popular en casi todas las regiones del interior del país (excepto La Paz) y que ha permitido que la oligarquía tenga la dirección y control de un vasto movimiento popular, que tiene fuertes rasgos reaccionarios y racistas, profundos sentimientos regionalistas, un acendrado odio hacia los altiplánicos y duras expresiones fascistas.
El punto central del estatuto se encuentra en el artículo seis, en el cual se detallan las competencias exclusivas que tendrá el nuevo poder. Entre ellas se incluyen la competencia legislativa para tener su propio Parlamento, la organización de instituciones públicas autónomas, entre ellas de la Policía, que no dependan del poder central, un régimen electoral departamental, y el control, dominio y administración de la tierra, agricultura y ganadería, asuntos forestales, áreas protegidas, biodiversidad, gas, petróleo, tributos departamentales, hacienda, educación, ordenamiento territorial, transporte terrestre y reconocimiento de personerías jurídicas, entre otras.
Es un levantamiento
'Este es un levantamiento terrateniente, un levantamiento del gamonalismo más retrógrado y conservador contra democracia, contra la unidad y contra el proceso de cambio y revolución agraria', dijo en La Paz el viceministro de Tierras, Alejandro Almaraz.
Por ahora, el Ejército y la Policía, cuyos altos mandos responden a Morales, están en apronte, al igual que las organizaciones sindicales urbanas y campesinas que han comenzado a exigir que se corte de raíz la conspiración fascista y se liquide el creciente poder de la oligarquía. Algunos dirigentes, como Roberto de la Cruz de la combativa ciudad de El Alto, cuestionaron la extrema pasividad del gobierno de Morales para con los sediciosos. Otros más radicales, vinculados a mineros de Oruro y maestros de La Paz, plantearon como salida a la crisis la inmediata expropiación y reversión de todos los inmensos latifundios en los que concentra la tierra y que son la base del poder económico y político de la oligarquía.
Presión revolucionaria
En este escenario, la combativa Central Obrera de Oruro, timoneada por los mineros proletarios, la vanguardia revolucionaria de Bolivia, dijo a Econoticiasbolivia que 'l as autonomías departamentales que se pretenden ejecutar de facto están al margen de la ley y sólo es un pretexto y argumento trillado para tener potestad regional de parte de la oligarquía de disponer de nuestros recursos naturales en su beneficio'. 'Las autonomías departamentales no solucionarán el problema del desempleo y pobreza porque no altera la propiedad de nuestros recursos que continúan en manos de los mercenarios y trasnacionales. Sólo la aplicación de las Agendas del 2003 y 2005 (una verdadera nacionalización de los hidrocarburos y de la minería, expulsando a las transnacionales, y una nueva reforma agraria que liquide el latifundio) de la cual nunca hablan los oligarcas serán verdadero despegue hacia la construcción de una nueva sociedad'.
Los mineros repudian, además, la política conciliadora de Morales. 'Rechazar la convocatoria del Gobierno a una tregua y concertación con la minoría fascista que hoy convulsiona el país, utilizando millonarios recursos de las trasnacionales y el gobierno norteamericano. La clase trabajadora y el pueblo ha sufrido en carne propia los resultados de este tipo de concertaciones que siempre son un retroceso para el pueblo y ventajas para los opresores. El pueblo sabe que los cambios son con lucha decidida del pueblo que el gobierno no tiene el derecho de traicionar', agrega la arenga de la Central Obrera de Oruro que ha logrado burlar el control político e ideológico que ejerce el gobierno sobre los sindicatos.
Represión fascista
En Santa Cruz, el Estatuto autonómico fue aprobado bajo la atenta mirada de unos 700 huelguistas de hambre, instalados hace once días en carpas en la plaza central de Santa Cruz, donde son constantes las palizas y golpizas contra los altiplánicos que osan pasar por el centro de la ciudad. Allí operan con absoluta impunidad las bandas fascistas, las fuerzas que respaldan al presidente Morales lucen acorraladas. 'A cada hora, a cada dos horas nos llaman los compañeros, denunciando que los están pegando, que los están maltratando o robando, es increíble lo que está sucediendo, porque realmente ya no hay respeto a nada', dice Isaac Avalos, principal dirigente de la Confederación de Campesinos y parlamentario del partido de Morales.
En el sur del país, en las ciudades de Sucre y Tarija, como más al norte, en Beni y Pando, también operan las organizaciones juveniles fascistas para amedrentar a los partidarios de Morales y a los dirigentes sociales e indígenas. Allí también se realizan huelgas de hambre contra Morales y su cuestionado proyecto de nueva Constitución, que propugna, en los central, una economía mixta, el respeto a la propiedad privada y al latifundio y la convivencia entre la precaria economía campesina, la informalidad empobrecedora y una limitada participación estatal junto a los grandes terratenientes, la burguesía financiera comercial y los pulpos transnacionales.
Dos gobiernos
Desde las últimas semanas, en los hechos, en Bolivia hay dos gobiernos. Uno, el legal, del presidente indígena Evo Morales, tiene masivo apoyo campesino y el control del altiplano (La Paz, Oruro y Potosí). El Ejército y la Policía responden aún a su mando. Los sindicatos y las clases medias lo apoyan, aunque sin mucho entusiasmo. En los valles y llanuras del oriente y sur del país, pesa más, en cambio, la oligarquía latifundista y la burguesía financiera-comercial, que cuenta con la adhesión militante de las clases medias y la sumisión de los sindicatos y organizaciones cívicas y populares. Ellos conspiran y quieren escindir al Ejército para derrocar al 'indio presidente'. Bolivia está partida en dos. En seis de las 10 más grandes ciudades bolivianas gobierna de facto la oligarquía. Allí, nadie respeta a Evo Morales y emerge con fuerza el racismo, el separatismo y las bandas fascistas. Allí, la izquierda indigenista no tiene discurso ni consignas y está arrinconada y perseguida.












Opinión

LA OLIGARQUÍA ARMA SU PROPIO ESTADO

Argenpress de Argentina (www.argenpress.info)

Los terratenientes y la burguesía, con masivo apoyo popular, intentan formalizar el poder que ya de facto ejercen en cuatro de las nueve regiones de Bolivia. Alistan su propio Parlamento, su propia Policía y el control absoluto sobre la tierra, el gas, la educación y los impuestos. Evo, por ahora, sólo mira y amenaza. La clase obrera se pone en pie de combate
En abierta rebeldía contra el gobierno legalmente establecido del presidente indígena Evo Morales, las fortalecidas fuerzas de la oligarquía boliviana dieron anoche un nuevo paso en su intento por formalizar el poder que ejercen de facto en los valles y llanuras de Bolivia al aprobar su denominado 'estatuto autonómico'. El texto de 155 artículos, que sienta las bases para la conformación de un gobierno independiente, con capacidad de legislar y definir el uso de sus recursos, fue aprobado por una autoconvocada Asamblea Provisional Autonómica, en Santa Cruz, la región más próspera del país, donde se concentra gran parte de la riqueza natural (gas, petróleo, tierras, bosques, hierro) y que es desde hace un año el bastión de la oligarquía terrateniente y de la burguesía comercial financiera local.
La carta autonómica fue recibida con júbilo por las clases medias, empresarios, vecinos y gran parte de los trabajadores urbanos del oriente, aunque con fuerte rechazo y críticas por los sectores campesinos e indígenas. Tras la aprobación del estatuto 'en grande', de inmediato en La Paz el gobierno del presidente Morales, que ejerce poder en el altiplano y que aún mantiene bajo control total al Ejército y la Policía, advirtió que la 'autonomía de facto decretada por la oligarquía era ilegal, antidemocrática y conspirativa'. E l ministro de Gobierno, Alfredo Rada, había advertido con una intervención policial y militar si Santa Cruz declaraba su autonomía y rompía la unidad del país.
Al margen de la ley
Como lo reconocen sus propios autores, la carta autonómica no se basa ni en la Constitución Política del Estado en vigencia ni en la que fue aprobada en Oruro por las fuerzas leales al presidente Morales el domingo pasado y que exacerbó el clima de enfrentamiento que vive Bolivia, virtualmente partida en dos, con dos poderes en pugna abierta por el control de territorio.
El texto autonómico establece que Santa Cruz es un departamento autónomo, una demanda de gran arraigo popular en casi todas las regiones del interior del país (excepto La Paz) y que ha permitido que la oligarquía tenga la dirección y control de un vasto movimiento popular, que tiene fuertes rasgos reaccionarios y racistas, profundos sentimientos regionalistas, un acendrado odio hacia los altiplánicos y duras expresiones fascistas.
El punto central del estatuto se encuentra en el artículo seis, en el cual se detallan las competencias exclusivas que tendrá el nuevo poder. Entre ellas se incluyen la competencia legislativa para tener su propio Parlamento, la organización de instituciones públicas autónomas, entre ellas de la Policía, que no dependan del poder central, un régimen electoral departamental, y el control, dominio y administración de la tierra, agricultura y ganadería, asuntos forestales, áreas protegidas, biodiversidad, gas, petróleo, tributos departamentales, hacienda, educación, ordenamiento territorial, transporte terrestre y reconocimiento de personerías jurídicas, entre otras.
Es un levantamiento
'Este es un levantamiento terrateniente, un levantamiento del gamonalismo más retrógrado y conservador contra democracia, contra la unidad y contra el proceso de cambio y revolución agraria', dijo en La Paz el viceministro de Tierras, Alejandro Almaraz.
Por ahora, el Ejército y la Policía, cuyos altos mandos responden a Morales, están en apronte, al igual que las organizaciones sindicales urbanas y campesinas que han comenzado a exigir que se corte de raíz la conspiración fascista y se liquide el creciente poder de la oligarquía. Algunos dirigentes, como Roberto de la Cruz de la combativa ciudad de El Alto, cuestionaron la extrema pasividad del gobierno de Morales para con los sediciosos. Otros más radicales, vinculados a mineros de Oruro y maestros de La Paz, plantearon como salida a la crisis la inmediata expropiación y reversión de todos los inmensos latifundios en los que concentra la tierra y que son la base del poder económico y político de la oligarquía.
Presión revolucionaria
En este escenario, la combativa Central Obrera de Oruro, timoneada por los mineros proletarios, la vanguardia revolucionaria de Bolivia, dijo a Econoticiasbolivia que 'l as autonomías departamentales que se pretenden ejecutar de facto están al margen de la ley y sólo es un pretexto y argumento trillado para tener potestad regional de parte de la oligarquía de disponer de nuestros recursos naturales en su beneficio'. 'Las autonomías departamentales no solucionarán el problema del desempleo y pobreza porque no altera la propiedad de nuestros recursos que continúan en manos de los mercenarios y trasnacionales. Sólo la aplicación de las Agendas del 2003 y 2005 (una verdadera nacionalización de los hidrocarburos y de la minería, expulsando a las transnacionales, y una nueva reforma agraria que liquide el latifundio) de la cual nunca hablan los oligarcas serán verdadero despegue hacia la construcción de una nueva sociedad'.
Los mineros repudian, además, la política conciliadora de Morales. 'Rechazar la convocatoria del Gobierno a una tregua y concertación con la minoría fascista que hoy convulsiona el país, utilizando millonarios recursos de las trasnacionales y el gobierno norteamericano. La clase trabajadora y el pueblo ha sufrido en carne propia los resultados de este tipo de concertaciones que siempre son un retroceso para el pueblo y ventajas para los opresores. El pueblo sabe que los cambios son con lucha decidida del pueblo que el gobierno no tiene el derecho de traicionar', agrega la arenga de la Central Obrera de Oruro que ha logrado burlar el control político e ideológico que ejerce el gobierno sobre los sindicatos.
Represión fascista
En Santa Cruz, el Estatuto autonómico fue aprobado bajo la atenta mirada de unos 700 huelguistas de hambre, instalados hace once días en carpas en la plaza central de Santa Cruz, donde son constantes las palizas y golpizas contra los altiplánicos que osan pasar por el centro de la ciudad. Allí operan con absoluta impunidad las bandas fascistas, las fuerzas que respaldan al presidente Morales lucen acorraladas. 'A cada hora, a cada dos horas nos llaman los compañeros, denunciando que los están pegando, que los están maltratando o robando, es increíble lo que está sucediendo, porque realmente ya no hay respeto a nada', dice Isaac Avalos, principal dirigente de la Confederación de Campesinos y parlamentario del partido de Morales.
En el sur del país, en las ciudades de Sucre y Tarija, como más al norte, en Beni y Pando, también operan las organizaciones juveniles fascistas para amedrentar a los partidarios de Morales y a los dirigentes sociales e indígenas. Allí también se realizan huelgas de hambre contra Morales y su cuestionado proyecto de nueva Constitución, que propugna, en los central, una economía mixta, el respeto a la propiedad privada y al latifundio y la convivencia entre la precaria economía campesina, la informalidad empobrecedora y una limitada participación estatal junto a los grandes terratenientes, la burguesía financiera comercial y los pulpos transnacionales.
Dos gobiernos
Desde las últimas semanas, en los hechos, en Bolivia hay dos gobiernos. Uno, el legal, del presidente indígena Evo Morales, tiene masivo apoyo campesino y el control del altiplano (La Paz, Oruro y Potosí). El Ejército y la Policía responden aún a su mando. Los sindicatos y las clases medias lo apoyan, aunque sin mucho entusiasmo. En los valles y llanuras del oriente y sur del país, pesa más, en cambio, la oligarquía latifundista y la burguesía financiera-comercial, que cuenta con la adhesión militante de las clases medias y la sumisión de los sindicatos y organizaciones cívicas y populares. Ellos conspiran y quieren escindir al Ejército para derrocar al 'indio presidente'.
Bolivia está partida en dos. En seis de las 10 más grandes ciudades bolivianas gobierna de facto la oligarquía. Allí, nadie respeta a Evo Morales y emerge con fuerza el racismo, el separatismo y las bandas fascistas. Allí, la izquierda indigenista no tiene discurso ni consignas y está arrinconada y perseguida.





Análisis

BOLIVIA: LA HORA CERO

Por Esto de México (www.poresto.net)

La oligarquía boliviana, un anacronismo decadente, sin base social ni programa político y que sobrevive especulando con el respaldo de los imperios a cambio del estaño, la plata y más recientemente de los hidrocarburos, es todavía capaz de colocar el actual proceso político en una delicada posición. Como los bárbaros ante Roma, la reacción pudiera destruir lo que es incapaz de sustituir.
De una maniobra en otra, la reacción boliviana que confronta el proceso político iniciado con la elección de Evo Morales, ha conseguido torpedear todas las iniciativas del más legítimo de los mandatarios, creando una situación que pudiera conducir a una tragedia de proporciones históricas.
La táctica de la oligarquía, apoyada abiertamente por los Estados Unidos, ha sido desconocer al gobierno planteando como opción la disolución del país mediante la separación de varios departamentos en los que fundarían una nueva república, presumiblemente sin indios y sin nacionalistas. Nunca antes, en ninguna parte la reacción había llegado tan lejos.
Para avanzar un trecho en la edificación de una sociedad apenas un poco más justa e inclusiva que aquella que ha regido durante quinientos años, el presidente Morales planteó tres propósitos: rescatar el gas y el petróleo para poner sus lucros al servicio del pueblo, realizar una reforma agraria moderada y redactar una Constitución que estableciera la igualdad de derechos y pusiera fin a la discriminación y la exclusión de la población indígena.
Lo que en cualquier parte del mundo sería un programa mínimo y una razonable plataforma nacional, capaz de generar un amplio consenso para cambiar las anquilosadas y antediluvianas estructuras que impiden el desarrollo nacional, incluyendo el de la propia burguesía nativa, resultó inaceptable para la oligarquía que, apoyada por los Estados Unidos, reaccionó del modo más virulento que podía concebirse.De nada ha servido la prudencia de un presidente que no ha enarbolado consignas radicales, no ha esgrimido argumentos ideológicos, no ha afectado las riquezas ni los privilegios de los ricos, ni ha privado a la oposición de un solo recurso. Nunca hubo en ninguna parte un ejercicio más razonable y sereno del poder.En acto que lo enaltece y prueba su buena fe, para evitar tensiones y traumas al país, Evo Morales, en lugar de recurrir a la fuerza o las maniobras, hizo lo que ningún demócrata europeo ha hecho nunca: optar por la democracia y poner su cargo a disposición del pueblo.
Ni siquiera la decisión de llamar a Referéndum Revocatorio con el compromiso de abandonar el cargo si en la consulta obtuviera un voto menos de los alcanzados en 2005 cuando resultó electo presidente, ha logrado paralizar a la reacción que, además de acudir a la violencia para impedir los trabajos de la Asamblea Constituyente, se encamina a la imposición unilateral de la autonomía en varios territorios.Tal vez cuando estas líneas circulen, los prefectos de los departamentos de Tarija, Santa Cruz, Pando, Beni y Cochabamba hayan proclamado la autonomía, pasando una línea de no retorno que obligaría al gobierno a actuar para preservar la unidad nacional.
Seguramente que semejante situación dará lugar a una movilización nacional que pondrá en la calle a los movimientos sociales y a los partidarios del gobierno, gente humilde y pacífica que se arriesgan a ser confrontados violentamente por la reacción a la que conviene la violencia.
Un escenario de desórdenes, violencia y caos, pudiera ser el pretexto para que elementos castrenses intenten la más socorrida de las fórmulas políticas aplicadas en Bolivia: el golpe de estado, eventualidad que paralizaría el actual proceso de cambios, implicaría un retroceso brutal y plantearía el problema de cómo, en nombre de qué y con qué programa los oligarcas que se apoderan del poder gobernarían a un pueblo que decidió democráticamente su destino. Un retroceso que convierta en fascista la oligarquía, fracture al país y presente la guerra civil como alternativa, enrarecería extraordinariamente la situación en Sudamérica y plantearía peligros enormes para todos los países de la región, especialmente para aquellos en que tienen cambios de signo positivo. Ojalá en Bolivia prevalezca la cordura y la sensatez y, atendiendo a la propuesta del más auténtico de sus presidentes, se abra camino el diálogo y haya nuevas oportunidades para la paz, la estabilidad y los avances nacionales. Tal vez los oligarcas faltaron a clase cuando se explicó que hay momentos de la historia que son irreversibles y que en determinadas circunstancias: “Hay patria para todos o no la hay para nadie”.





Opinión

BOLIVIA: REBELIÓN DE LA OLIGARQUÍA

Diario Digital de Juárez, México (www.diario.com.mx)

La república de Bolivia está ahora en peligro de desmembrarse y desaparecer como Estado soberano. Una rebelión de cuatro de sus nueve departamentos (Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando) en contra del gobierno general que preside Evo Morales la coloca al borde del abismo.
Bajo la bandera de las autonomías, el primero de ellos ha proclamado ya una constitución propia en la que se reserva el dominio sobre hidrocarburos y sobre la propiedad territorial, al tiempo que establece su propia ciudadanía, diferenciada de la boliviana. Hoy, la ciudad de Santa Cruz, se encuentra copada por grupos insurrectos, patrocinados por los grandes terratenientes y empresarios. Militantes de la Juventud Cruceña, organización paramilitar derechista, patrullan las calles y golpean a los indígenas en sus mercados.La insurrección tiene por objeto detener las reformas estructurales que se pusieron en marcha por el nuevo gobierno de Evo Morales, quien tomó posesión del cargo de presidente de la República el 22 de enero de 2006. Las acciones de los disidentes van dirigidas en contra de las decisiones básicas inscritas en la nueva constitución aprobada por la asamblea constituyente el pasado 9 de diciembre: el control nacional sobre los hidrocarburos, el reparto de las tierras y el reconocimiento de las naciones indígenas, al establecer que Bolivia será un Estado social de derecho, plurinacional y pluricultural.
Desde la orilla de Latinoamérica, en la frontera norte de México, el enfrentamiento político y social que se despliega en la lejana Bolivia, parecería ajeno a nuestra propia realidad. No lo es, porque en las historias de ambos países se comparten varios denominadores comunes: extrema desigualdad en el reparto de la riqueza, numerosa población indígena, influencia o intervenciones de Estados Unidos en la política nacional, revoluciones fallidas o que se quedaron a mitad del camino, cercenamientos gigantescos del territorio nacional. Tampoco nos es extraño o indiferente este conflicto porque las ocurrencias en cada uno de los países del subcontinente siempre se trasmiten como ondas a todos los demás.
Bolivia se encuentra entre las más pobres de las naciones pobres latinoamericanas. A pesar de su revolución de 1952, que intentó llevar a cabo una redistribución de la tierra, hoy existen latifundios de hasta un millón de hectáreas y muchísimos que rebasan las 300 mil. Es conocido como la tierra de los contrastes: tiene porciones que están entre las más áridas del mundo y otras entre las de mayor humedad, las más altas y las más bajas, de las más frías del globo y de las más calurosas, entre las que primero se habitaron en el Continente Americano (hace doce mil años) y las que hoy tienen menor densidad. Su última disonancia se produce entre la naturaleza y la historia: es de los países con mayor potencialidad por sus recursos (gas, petróleo, minerales, agua) y es de los que padecen las peores miserias económicas. Símbolo quizá de esta contradicción fue la vida de Simón I. Patiño, “El rey del Estaño”, en su tiempo considerado el hombre más rico del mundo, venido de uno de los más miserables.
El 60 por ciento de la población boliviana es indígena, dividida entre unas treinta etnias, con el predominio aplastante de los aymaras o collas y los quichuas. Durante centurias han vivido en los extremos de la pobreza. La costumbre de masticar hojas de coca se asocia con el hambre, que contribuye a paliar, al tiempo que estimula el organismo. Los conquistadores españoles muy pronto se dieron cuenta de ello y la difundieron entre los esclavos y peones de las haciendas, cuyo trabajo podía así prolongarse más allá de sus límites naturales.
Evo Morales, uno de los líderes de los cultivadores de coca, que entre sus divisas proclamó la de “coca sí, cocaína no”, contribuyó poderosamente a refundar el movimiento indígena y elevar el carácter político de sus reivindicaciones, que se articularon a los intereses generales de la nación y el estado bolivianos. Ello posibilitó que triunfara en las elecciones generales. Por primera vez los de abajo, los ubicados en el sótano de la sociedad, colocaron en la primera magistratura a uno de los suyos.
Bolivia ha sido un pueblo saqueado a lo largo de su historia. Hasta las desastrosas guerras con sus vecinos han sido provocadas por los intereses de las empresas extranjeras. Por ejemplo la del Chaco, que libró con Paraguay en 1932-35. Atrás del más sangriento conflicto armado del hemisferio occidental en el siglo pasado, estuvieron los intereses rivales de la Standard Oil y la Shell. En un subcontinente en el que florecieron a lo largo del siglo XIX las llamadas repúblicas oligárquicas y caudillistas, cuyos gobiernos iban y venían al ritmo de los golpes de Estado, Bolivia quizá sea la que mejor se acomoda al concepto.
Gobernada siempre por hombres fuertes al servicio de los grandes terratenientes y luego de las empresas norteamericanas o europeas, no ha podido completar la construcción de un genuino estado nacional. Sin embargo, esfuerzos para edificarlo realizados por las más progresivas fuerzas bolivianas nunca han faltado a lo largo de la historia. Uno de ellos fue el encabezado por el Movimiento Nacional Revolucionario (inspirado en parte por la experiencia mexicana) que en 1943 logró expulsar del poder a uno de los sátrapas del Departamento de Estado norteamericano, el general Peñaranda, militar de ignorancia tal que hizo decir a su ingenua madre cuando tomó el poder: “Si he sabido que Enrique iba a ser presidente lo habría mandado a la escuela”. No obstante lo cual, la venerable y obsequiosa Columbia University de Nueva York le entregó el grado de doctor en leyes honoris causa.
Hoy, por segunda vez –el primero estaría representado por la fallida revolución de 1952– Bolivia intenta dotarse de una genuina constitución partiendo de su propia heterogeneidad y no de una homogeneidad ficticia. Los mismos poderes oligárquicos que lo impidieron en el pasado, a pesar de la fraseología patriótica de la que abusaban, son las que hoy se insurreccionan para desmembrar la nación antes que ceder privilegios.
Los diputados constituyentes que acabaron su trabajo hace unos días, comprendieron que en éste se articulan la búsqueda de la unidad para salvar a la República y de la igualdad social. Solamente cumpliendo ambas tareas, podrá este generoso y multifacético país, dejar de albergar un “pueblo enfermo”, como le llamó Alcides Argüedas, uno de sus mayores y más polémicos hombres de letras.





Advertencia

LUCHA ANTIFASCISTA: LOS MINEROS SE PONEN EN PIE DE COMBATE

Argenpress de Argentina (www.argenpress.info)

La vanguardia proletaria cree que en Bolivia llegó la hora de aplastar a la oligarquía para avanzar hacia una verdadera revolución en los andes
Los mineros proletarios, la vanguardia de los trabajadores bolivianos, convocaron al pueblo a movilizarse para aplastar la conspiración fascista y avanzar por la senda revolucionaria más allá del tibio reformismo gubernamental en la perspectiva del socialismo.
'Es la oportunidad histórica de resolver a favor de los oprimidos la lucha antagónica de los pobres contra los ricos y superar de ese modo, en la práctica, los objetivos de la Constitución reformista aprobada en la Constituyente (dirigida por el MAS de Evo Morales, NdE)'.
En un documento enviado a Econoticiasbolivia, los revolucionarios mineros, mediante la Central Obrera Departamental (COD) de Oruro, señalaron que era necesario y posible que las masas bolivianas recuperen la iniciativa y ejecuten una política revolucionaria. 'La iniciativa perdida por las masas después de la derrota de la derecha el 2003 es posible y necesario recuperarla en los momentos actuales de tensionamiento y aguda polarización de fuerzas', dice.
No más treguas
La COD de Oruro considera que no hay espacio para la conciliación de clases. 'El gobierno de Evo Morales surgido como consecuencia de las luchas sangrientas del pueblo contra la oligarquía, tiene como base de su política la concertación y la convivencia con el enemigo de clase, compuesto por los pocos ricos de este país, culpables de la pobreza, atraso y desempleo en nuestro país'.
'En ese sentido, su política de pactos con la derecha que terminaron en acuerdos de claro retroceso para el pueblo como se puede advertir en la Ley de convocatoria a la Asamblea Constituyente y los acuerdos de la suprapartidaria, entre otras, nunca conformarán a la clase capitalista, detentadora del poder y de los gobiernos durante la casi totalidad del periodo republicano, así como también no serán solución definitiva a los problemas de nuestro pueblo empobrecido aunque mayoritario', dice un comunicado enviado a Econoticiasbolivia. Para los mineros y trabajadores bolivianos no hay duda sobre los peligros que acechan a los trabajadores. 'La coyuntura nos muestra con crudeza esta realidad. El gobierno prácticamente ha sido desconocido por las prefecturas y comités cívicos de la media luna (en cuatro de las nueve regiones de Bolivia, NdE) arrastrando a sectores desinformados por un discurso regional y racista. El desacato civil y las autonomías de facto decretados por estas organizaciones facciosas son un desafío al que tenemos que enfrentar todo el pueblo movilizado'.
Plan de lucha
En el análisis político de los mineros, la nueva Constitución aprobada por la Constituyente, y que aún debe ser llevada a referéndum, puede ser superada en los hechos por la dinámica revolucionaria.
'Aunque la redacción de la nueva carta magna mantiene el espíritu concertado en la suprapartidaria y preserva la existencia del gran capital trasnacional y privado, este tema es el centro del conflicto que alinea a las fuerzas populares y revolucionarias frente a la reacción derechista. La posición de la clase trabajadora no puede ser otra que el de encabezar una lucha tenaz por: a) desenmascarar la confusión desatada por la media luna y b) imponer la profundización del proceso actual con la aplicación de las agendas. Es la oportunidad histórica de resolver a favor de los oprimidos la lucha antagónica de los pobres contra los ricos y superar de ese modo, en la práctica, los objetivos de la Constitución reformista aprobada en la Constituyente'.
Poder revolucionario
El llamamiento laboral se orienta a movilizar y organizar a las masas para construir desde abajo el poder revolucionario. 'Dentro de la democracia directa enunciada por la nueva Constitución se limita a las asambleas y cabildos a tener carácter simplemente deliberativo. Con la acumulación y radicalización de la lucha de los sectores mayoritarios contra la oligarquía convirtamos a esos legítimos mecanismos de las masas en fuentes de decisión y poder del pueblo, es decir en verdaderas asambleas populares a lo largo del territorio boliviano.
'Los acontecimientos que se avecinan con una abierta conspiración derechista nos obligan, ahora más que nunca, a mantenernos movilizados en torno a nuestra organización matriz la Central Obrera Boliviana conformando junto a todas las organizaciones sociales núcleos de defensa y consolidación del proceso con la aplicación de las Agendas del 2003 y 2005', agrega la arenga de los mineros bolivianos.
Agenda revolucionaria
La agenda revolucionaria contempla, a decir de la COD de Oruro, las siguientes demandas:
a) Recuperación de los recursos naturales, hidrocarburíferos, mineros, forestales, tierra, territorio, etc.b) Reversión de las Empresas Capitalizadas durante el oscuro periodo neoliberal, ENDE, ENTEL, ENFE, etc.c) Abrogación del decreto inconstitucional 21060 y las demás leyes neoliberales, ley de capitalización, de Reforma de Pensiones, de Reforma Educativa, de Minería, de Concesiones, del estatuto del Funcionario Público, de Municipalidades, etc.
d) Es decir anular y aniquilar el modelo económico neoliberal implantado a partir del año 1985, como parte del sistema capitalista decadente y explotador.
'Por el titubeo del MAS y su carácter democratista y electorero se dieron las sucesivas salidas constitucionales que derivaron en la ascensión mayoritaria de Evo Morales al gobierno, en la esperanza de que con su gobierno se derribaría al modelo neoliberal y se implementaría las Agendas del 2003 y 2005'.
'Lamentablemente, el gobierno del MAS se constituyó en prisionero de la minoría derechista que es ejecutora política de las trasnacionales, latifundistas y terratenientes. Esta minoría logró pactos y acuerdos que desnaturalizan la lucha del pueblo de Bolivia y permiten a la oligarquía recuperar un protagonismo que fue aplastado el 2003 y 2005'.
'Hoy, esa oligarquía que es minoría del país y son los pocos ricos que acumulan a costa del sacrificio de los trabajadores y pueblo empobrecido, conspiran abiertamente y articulan un golpe de estado que terminará con el proceso de transformaciones estructurales que el pueblo pretende imponer con su lucha'.
Marchar separados, golpear juntos
'A la clase trabajadora, organizada en torno a su gloriosa Central Obrera Boliviana, le corresponde, en función a su responsabilidad histórica, el de movilizarse y unificar a todos los pobres del país para hacer frente a ese abierto desafío de los ricos, preservando la independencia política de los trabajadores, consagrada en su Declaración de Principios'.
'La táctica de responder juntos a la conspiración derechista, aunque caminemos por vías diferentes nos permitirá aplastar definitivamente a la conspiración oligárquica, manteniendo nuestro planteamiento central de lucha por la aplicación de las Agendas que son parte de las transformaciones económicas y sociales por las cuales siempre lucharon los trabajadores y pueblo pobre de Bolivia', agrega la COD orureña.





Opinión

BOLIVIA: LA REVOLUCIÓN NO VIOLENTA

La República de España (www.larepublica.es)

El 18 de diciembre de 2005, ocurrió un acontecimiento que representa un hito en la historia de América Latina. Evo Morales, un indio aymara, de oficio recolector de coca, y cuyos trabajos anteriores fueron los de trompetista, panadero y ladrillero, fue elegido como presidente constitucional de la República de Bolivia.
“El indio”, como con ánimo despectivo y fuerte dosis de racismo, le llaman sus detractores, obtuvo un 53% de los votos frente al 28% de su inmediato adversario. En las elecciones participaron un 84% de los censados.
El Presidente Morales es el líder moral de una iniciativa de cambio constitucional de naturaleza revolucionaria y que podría colocar a Bolivia en la vanguardia del humanismo político.
La nueva constitución boliviana será una apuesta firme por los Derechos Humanos. Contendrá casi cien artículos dedicados al reconocimiento de derechos individuales y colectivos, frente a los apenas cuatro artículos de la actual Carta Magna. Los derechos de niños, ancianos, poblaciones originarias, trabajadores, discapacitados, consumidores, presos, etc. quedan elevados a rango constitucional. Pero no es sólo una cuestión de cantidad sino de la eficacia real de la regulación. Frente a las meras declaraciones de intenciones habituales en los textos constitucionales, se recoge expresamente la gratuidad de la enseñanza hasta el bachillerato, la universalidad y gratuidad del sistema de salud, el derecho a la pensión de vejez o la universalidad de la seguridad social, por poner solamente algunos ejemplos.
Se podría señalar que algunos de estos derechos están reconocidos también en algunos países de Europa. En tal caso habría que precisar también que, en estos países, aquellos derechos que no están consignados en la Constitución pueden ser suprimidos por mera decisión del partido mayoritario. Además, el significado real de estos derechos en un país como Bolivia con una renta anual por habitante de unos 800 euros es absolutamente diferente al de Europa. En Bolivia, blindar constitucionalmente ciertos derechos económicos y sociales es, para mucha gente, la diferencia entre la vida y la muerte.
Se trata, por otra parte, de la Constitución de la libertad de opción. A diferencia de la actual, que obliga al Estado al sostenimiento de la Iglesia Católica, la nueva reconoce expresamente la libertad religiosa y sanciona la discriminación por razones religiosas, así como la derivada de la orientación sexual o la identidad de género. De igual modo, se reconoce el derecho de mujeres y hombres a decidir sobre la oportunidad de tener o no tener hijos y se promueve la convivencia en los centros educativos de personas con diferentes opciones de espiritualidad.
Incorpora el proyecto constitucional artículos que, en beneficio de la paz mundial, deberían ser sin dilación reproducidos en las leyes fundamentales del resto de las naciones. Se trata de la declaración de Bolivia como estado pacifista, la prohibición de las bases militares extranjeras y la renuncia a la agresión armada como método de resolución de conflictos.
A pesar de lo anterior, el proyecto de Constitución está siendo contestado con asombrosa fuerza tanto dentro como fuera del país.
Se emplean métodos de guerrilla urbana para oponerse a un proyecto que aún ha de ser sometido a referéndum, como si se tratara de una ley impuesta por un dictador. Si además se entiende que las revueltas son por un tema de tan poca entidad –en comparación con el reconocimiento de derechos y libertades- como la ciudad en la que se ubica cada órgano del Estado, el desconcierto del observador no informado será absoluto.
De otra parte, los gobernantes de algunos departamentos del país han negado legitimidad tanto al proyecto como al referendo por supuestos defectos de forma en el proceso de elaboración del texto y están incitando a la revuelta popular. Evitan admitir que, si se llega a producir, la decisión popular de aprobar la nueva Constitución, tomada en referendo libre y secreto, subsanaría cualquier supuesto defecto de forma en el proceso previo.
El prefecto de Santa Cruz, el más rico departamento del país, presenta hoy, 15 de diciembre, un estatuto autonómico, mientras que el presidente de su Asamblea Legislativa anuncia el nacimiento de una nueva república.
Ese absurdo empeño de negar legitimidad a un referendo porque el proyecto se elaboró con mayor o menor rapidez, de combatir con revueltas violentas lo que aún no es más que un proyecto que debe ser sometido a consulta popular, y de provocar tensiones localistas y secesionistas en uno de los países más pobres de América Latina no es casual.
Fuertes intereses, tanto internos como externos, están tratando de provocar un conflicto violento de enormes dimensiones que justifique la adopción de medidas excepcionales y el descarrilamiento del proceso transformador que está experimentando Bolivia. Están inventando una guerra civil.
En clave interna, la oposición al proyecto constitucional está impulsada por la oligarquía racista y adinerada que tradicionalmente ha detentado el poder político y económico en el país y que hoy siente amenazados sus privilegios en el nuevo Estado que se configura en esta Constitución.
Desde fuera del país, las multinacionales que ven perjudicados los lucrativos negocios que hacían con la antigua clase dominante, están orquestando una campaña internacional contra el gobierno legítimo de Bolivia y sus representantes. La declaración constitucional de propiedad estatal de los hidrocarburos, la prohibición de privatizar los servicios básicos y la primacía del derecho a la salud sobre el derecho de patentes, apuntan a la línea de flotación de poderosas compañías petrolíferas y farmacéuticas. No son de extrañar las campañas de intoxicación orientadas a confundir a la opinión pública internacional y a minar la simpatía que la revolución pacífica boliviana y el mismísimo Evo Morales puedan despertar en el extranjero.
Frente a las presiones, el Gobierno de Bolivia está actuando con prudencia, evitando el uso de la fuerza y armándose de dosis de paciencia y tolerancia. Sin embargo, el enemigo es poderoso y carece de principios morales.
Seguirán promoviendo la violencia en la búsqueda de una respuesta (o de un simple error) gubernamental de igual naturaleza y resultados fatales que permitan descalificar al Gobierno de Bolivia, a su Presidente y a todo el proceso revolucionario. No les importa conducir al país a la guerra civil. No les importan los muertos que eso pueda causar. No les importa el futuro de los millones de bolivianos que carecen de lo mínimo para vivir. No les importa la salud de quienes podrán hacer uso de medicamentos cuyos precios son ahora prohibitivos. Sólo les importan sus privilegios. Sólo les importan las cotizaciones de Repsol, British Petroleum o Exxon en Wall Street.
Por todo lo anterior, el pueblo de Bolivia y su presidente necesitan hoy más que nunca del apoyo de personas, instituciones y medios de comunicación del mundo entero. Han tomado una bandera que es la de todos: la bandera de la no violencia, la bandera de los derechos humanos, la bandera de la libertad. Sería una inmoralidad y un error táctico dejarles solos ante un tamaño enemigo. El partido que se disputa hoy en Bolivia no es ya sólo de los bolivianos sino de todos los seres humanos.
Pau Segado y Javier Sampedro son, respectivamente, Secretario General y miembro de la Comisión Ideológica del Partido Humanista.





El análisis de la noticia

CADA VEZ MÁS CERCA DE UN PUNTO SIN RETORNO

La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)

Con sus matices, y tal como sucedió en Venezuela hace dos semanas, el impulso hacia un "socialismo del siglo XXI" regional pareció sufrir en Bolivia un golpe.
En Caracas fue el no en el referéndum para la reelección ilimitada del presidente Hugo Chávez. Ayer, fue la presentación de los estatutos autonómicos de cuatro departamentos rebeldes de Bolivia lo que jaqueó la reforma constitucional del presidente boliviano, Evo Morales, uno de los principales aliados de Chávez en la región. En Santa Cruz de la Sierra, bastión del movimiento autonomista rebelde, había orgullo por haber podido concretar un desafío abierto a Morales y rechazar además en forma contundente el proyecto "bolivariano", aunque también se reconocía que las consecuencias por esa acción son imprevisibles.
Ayer, ya hubo algunos cortes de rutas en la carretera que une Santa Cruz de la Sierra con Cochabamba, lo que podría motivar la reacción del grupo cruceño Resistencia, en el que habitantes de esta ciudad se anotaron espontáneamente para interrumpir por la fuerza los cortes de rutas si es necesario. "La situación es bastante difícil: se van cerrando los espacios de diálogo y de concertación, y los elementos más radicales de ambos sectores quedan en el centro de la escena, lo que puede llevar a la violencia", advirtió desde La Paz el economista y analista político Gonzalo Chávez.
"La gente no se doblega. Eso ya ha quedado claro en Sucre [donde la Asamblea Constituyente oficialista debió suspender sus sesiones ante el enojo de la población antes de mudarse a Oruro] y en el propio aeropuerto de Viru Viru, en Santa Cruz, donde enviaron un comando militar de elite para tomarlo y la gente después lo recuperó", dijo a LA NACION el jefe de redacción del diario cruceño El Nuevo Día , Roger Cuellar. "Como nunca en los últimos cinco años, Santa Cruz se ha convertido en una región altamente opositora y ha cerrado las filas para impedir el proyecto de Hugo Chávez y Evo Morales", agregó.
El rechazo previo en referéndum de la reforma chavista ya había obligado a Morales a suavizar su reforma constitucional: en un principio sus partidarios planteaban la reelección ilimitada, como ocurría en el proyecto de su amigo venezolano, pero luego planteó la posibilidad de una reelección, que le permitiría gobernar hasta 2018 si la reforma constitucional y su propio mandato son ratificados en referéndum.
Pero nadie en esta ciudad apostaba ayer a que la Constitución -un proyecto indigenista y centralista- fuera aprobada como está. Sí, en cambio, a que fueran aprobados en referéndum los estatutos autonómicos y que otros departamentos como Chuquisaca, Cochabamba y hasta Potosí, disconforme porque no será la sede de la minera estatal boliviana Conmibol, se plegaran a la ola autonomista.
Las diferencias entre los distintos cuerpos legales son abismales: el estatuto de Santa Cruz considera una prerrogativa de su autonomía la capacidad de tener una policía propia y de establecer impuestos departamentales. En cambio, la carta magna de Morales va en una dirección totalmente opuesta: establece una "autonomía" de grupos indígenas, que se superpondría con la autonomía departamental, votada en los cuatro departamentos rebeldes en un referéndum de julio de 2006.
Morales también busca ampliar la transferencia al gobierno central del impuesto directo a los hidrocarburos, muy importante en este departamento, productor de la mayor parte del gas boliviano, para implementar el Bono Dignidad, un mecanismo para ampliar los subsidios a los jubilados. Otra preocupación es el destino de los servicios públicos, que en los departamentos están en manos de cooperativas de capital privado, mientras que el gobierno considera que esta tarea la debe cumplir el Estado nacional.
"Morales pone en referéndum el latifundio, en un acto contra Santa Cruz, y no si el país necesita producción de coca excedentaria -dijo Cuellar-. Despenaliza la coca como un emblema del país y a los opositores los castiga." Carrera contra reloj
Lo que ocurrirá ahora es una carrera contra reloj para ver si se ratifican antes por referéndum los estatutos autonómicos o la carta magna. En ella, los prefectos parecen llevar las de ganar: el estatuto de Santa Cruz podría ser ratificado en una votación en 45 y 60 días, mientras que Morales espera en 90 días convocar al referéndum para ratificar su polémica Constitución. "El más apurado es el gobierno porque el referéndum por autonomía va a ganar. El gobierno tiene que apurarse para negociar y evitar que se aprueben los estatutos radicales", dijo a LA NACION Carlos Valverde, analista político y periodista cruceño.
La duda que surge es cómo hará Morales para dar marcha atrás con un proyecto que ya aprobó su Asamblea Constituyente. Para los prefectos rebeldes, la posibilidad sería que aceptara una mediación internacional de la Organización de Estados Americanos o de las Naciones Unidas.
Las otras posibilidades que le quedan a Morales son el uso de la fuerza, con lo que se expone a represalias y a terminar como su antecesor, Gonzalo Sánchez de Lozada, que debió dejar el cargo intempestivamente tras reprimir a activistas de El Alto, o resignarse a aceptar la fractura del país, algo imposible para su propio gobierno y para el occidente boliviano, su base de apoyo. Ambos necesitan como agua los recursos de los cuatro departamentos rebeldes orientales, que suman el 67% del PBI.





Opinión

UN ESTADO HUECO

Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)

Aunque las reivindicaciones localistas estuvieron presentes en la historia de Bolivia, tanto de parte de las regiones más ricas como de los pueblos originarios, es innegable que los sectores vinculados a los cuatro prefectos (gobernadores) que ahora piden autonomía guardaron silencio al respecto cuando gobernaron los mandatarios que precedieron a Evo Morales, especialmente aquel que apenas podía hablar en español.
La represión y asesinato de militantes sociales no despertó a los cabildos cívicos de Santa Cruz. Recién cuando el gobierno está liderado por un indígena con propuestas de reformas que tocan intereses económicos –como la nacionalización de los recursos naturales–, esos sectores llevan su reclamo a un nivel de ficción, esto es, impracticable y contradictorio con su declamación de que no buscan romper la unidad de Bolivia. El autonomismo comenzó a causar furor en la Media Luna (Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija) cuando llegó la hora de la redistribución de la riqueza. Entonces, el Oriente salió a confrontar con el Occidente; antes no lo odiaba, apenas lo despreciaba.
Otros procesos autonómicos o separatistas en el mundo llevan un desarrollo de décadas o siglos. Desde Irlanda a Kosovo, hay para todos los gustos. Lo singular del caso boliviano es que, pese a que hace un par de años ni siquiera elegía prefectos, el repentino despertar autonomista va por todo: policía, derecho sobre las tierras y recursos naturales, educación, salud, impuestos. Cataluña o el País Vasco en España no se animaron a tanto.
El estatuto que redactó la rica Santa Cruz establece un Estado central hueco. A esto se suma que la ciudad de Sucre pide la plena capitalidad, otra demanda para debilitar a La Paz.





Opinión

ROMPER BOLIVIA

La Estrella Digital de España (www.estrelladigital.es)

Parece que ha llegado la hora de la verdad para el cambio impuesto por Evo Morales en Bolivia. Un proceso constituyente sin garantías, que avanzó imparable asambleariamente, con votaciones a mano alzada, conducido de manera mesiánica por el presidente Evo Morales, se han encontrado de frente con la resistencia de los gobernadores de las cuatro provincias del Oriente del país —Santa Cruz, Tarija, Pando y Benin—, donde tienen su principal asiento las riquezas bolivianas: 2 por ciento del Producto Interior Bruto y 85 por ciento de las reservas de hidrocarburos.
La de estos gobernadores de los espacios bolivianos donde se encuentran las más valiosas riquezas nacionales es una resistencia tan de hecho y desasistida de fundamentos de derecho como el propio proceso revolucionario iniciado por el caudillo cocalero, que forjó las condiciones para la actual tesitura con un golpismo etnicista, con indios como él tomados como ariete. Movilizó y lanzó el aymara Morales, dirigente campesino formado e instruido en La Habana, a las masas indígenas —con cortes de carreteras y bloqueos de la capital del Estado— contra gobiernos anteriores democráticamente elegidos.
Sostuvo esta estrategia Morales hasta romper el mandato constitucional de Gonzalo Sánchez de Lozada, a quien apeó del poder, abriendo un capítulo de inestabilidad —con movilizaciones masivas de las comunidades indias—; capítulo finalmente resuelto en unas elecciones convocadas como única alternativa frente al establecido caos. Fracturada de tal manera la estabilidad del sistema democrático, violado así el principio de pacífica alternancia en el ejercicio del poder, fue empujada Bolivia hacia un proceso de cambio revolucionario que ha conducido a la actual situación.
Una situación ocluida, carente de salidas normales, puesto que no figuraría tampoco entre éstas la reversión del proceso de cambio hasta el punto cero del mismo. Es decir, a la convocatoria de pacíficas y nuevas elecciones.
Bolivia se romperá o no se romperá como efecto de las actuales condiciones a las que ha llevado el democratismo revolucionario del caudillo cocalero, inducido en paralelo con el caudillo bolivariano desde la común plataforma ideológica cubana, identificada biográficamente con la figura de Fidel Castro. Los resplandores de cuyo ocaso alumbran nuevamente, para desgracia de los alumbrados, parte del mundo iberoamericano.
Pero lo que ocurra en Bolivia reflejará el reconocimiento de que se ha llegado a una situación límite. Algo ajeno por definición a cuanto quepa considerar como normal.
La culpa del bloqueo político a que ha llegado Bolivia no es de quienes se oponen a la progresión del proceso de cambio revolucionario, sino de quien lanzó este proceso luego de quebrar el principio de alternancia pacífica en el uso y ejercicio del poder. Fueran cuales fuesen las motivaciones personales y las motorizaciones ideológicas del responsable de esta peliaguda tesitura en la república andina.
Los desórdenes que precedieron a la victoria electoral de Evo Morales, promovidos por éste con la movilización de las comunidades indígenas, restan la necesaria legitimidad de su poder y de sus títulos para iniciar un cambio de Constitución.
No había, por todo ello, las condiciones precisas de consenso político para iniciarlo ni las precondiciones de normalidad democrática para plantearlo. Añadidamente, la desarticulación jerárquica del Ejército boliviano, para adecuar sus mandos a los planes de Morales —por medio de nuevos mandos adictos a éste—, hace temer lo peor.
Con la legitimidad democrática perdida desde la expulsión de Sánchez de Lozada, todo en Bolivia es una mera cuestión de hecho. A un lado y a otro de los enfrentados.





Opinión

BOLIVIA, EN TENSIÓN Y DIVIDIDA

Diario Hoy de Ecuador (www.hoy.com.ec)

Cuatro de nueve regiones se declararon autónomas en Bolivia y sus prefectos, opositores al Gobierno de Evo Morales, han asumido funciones de gobernadores. La división es un rechazo a la aprobación en la Asamblea Constituyente de una Constitución sin la participación de los grupos opositores, que argumentan la ilegalidad del proceso.
El texto constitucional, para entrar en vigencia, deberá ser aprobado en referendo; también los estatutos autonómicos de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando se sujetarán al pronunciamiento popular en sus respectivas circunscripciones territoriales. Aunque los grupos de las regiones que proclaman autonomías, en las cuales se concentra el 65% de los recursos del país, niegan afanes secesionistas e invocan en sus proclamas la unidad nacional, es evidente el cuarteamiento que representa, ahora, su postura autonomista por las que reclaman competencias en áreas como salud, educación, manejo de impuestos y recursos, entre otras.
La penosa lección boliviana es muy clara: la Constitución establece las normas del funcionamiento del Estado, la división de poderes, los derechos ciudadanos básicos. Es necesario de que sea fruto del más amplio consenso.
Un año cuatro meses de una tortuosa Asamblea “refundacional” atizaron la desvertebración nacional: la exclusión de los representantes de la oposición ha generado la fragmentación de Bolivia y una tensión política y social que solo augura un sombrío futuro para el país dividido.





Editorial

LA COMPLEJA SITUACIÓN DE BOLIVIA

El Comercio de Ecuador (www.elcomercio.com)

La decisión de los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija al proclamar sus estatutos autonómicos en Bolivia, a la par que el Gobierno sigue adelante con una Constitución que no fue aprobada con los porcentajes legales, escenifica una confrontación de carácter estructural. Dos consideraciones son básicas para entender el problema: una jurídica y otra económica.
En el primer caso está sucediendo algo similar a lo del Ecuador en cuanto a no aceptar las reglas jurídicas previas a la instalación de la Asamblea Constituyente.
En efecto, en Bolivia existen disposiciones en la Constitución y en la Ley convocatoria que establecen que las decisiones deben ser aprobadas con una mayoría de dos terceras partes que no se cumplieron. Son normas del más alto nivel jurídico en comparación con el caso ecuatoriano cuya Constituyente nació de un Decreto Ejecutivo contrario a la Constitución vigente.
En el aspecto económico, los departamentos autonómicos representan una inmensa riqueza en petróleo, gas, soya y otros productos que equivalen a un 80% del PIB del país. Frente a ellos está la administración de un Estado pobre y una gran población, indígena en su gran mayoría, que sobrevive en niveles de miseria. Una diferencia con el Ecuador donde el Gobierno es un fuerte y libre administrador de los excedentes petroleros, pues los organismos de control del Estado son una ficción.
Aunque los analistas bolivianos dicen que en su país en casos extremos siempre surge la negociación y la transacción, en esta oportunidad da la impresión que la situación es muy grave y que a lo mejor surgirá una mediación militar que puede degenerar en un golpe de Estado si es que la situación avanza hacia una virtual guerra civil.
En el ámbito internacional esta sería una ocasión para comprobar la vigencia de la Carta Democrática de la OEA, expedida para que no se produzcan los golpes de Estado; sin embargo, es probable que esté caduca como se comprobó con los plenos poderes de la Constituyente en el Ecuador y la disolución del Congreso sin que exista el menor reparo del organismo continental.





ANÁLISIS

BOLIVIA, EL CAOS A GOLPE DE REFERÉNDUM

El País de España (www.elpais.com)

El sábado salieron a la calle las dos Bolivias. La pobre, la indígena, la campesina, la que respalda al presidente Evo Morales, acudió a La Paz para auparlo el día en que la Asamblea Constituyente entregó al Parlamento -con la oposición ausente- el texto de la nueva Carta Magna. La rica, la criolla, la blanca y terrateniente, abarrotó el centro de Santa Cruz de la Sierra para celebrar la presentación de los estatutos de autonomía de ésta y de otras tres regiones (Tarija, Beni y Pando).
Se esperaba un estallido de violencia tras el desafío secesionista del Oriente boliviano, pero de momento no lo ha habido. El presidente Morales ha insistido en que no va a permitir que el país se divida y ha puesto al Ejército y a la policía en alerta máxima para evitar que posibles algaradas acaben desatando un enfrentamiento civil a gran escala. Lejos está de tener la situación bajo control. Probablemente, lo más preocupante, a la par de la violencia latente, es la sensación de ingobernabilidad que impera en Bolivia.
Las tensiones en el país sólo han ido en aumento desde que hace más de un año los representantes de las provincias con aspiraciones autonómicas comenzaron a advertir de que la presión de Morales por imponer un nuevo texto constitucional podría dividir el país y los movimientos indígenas y sociales empezaron a denunciar una conspiración para boicotear la Constituyente.
Los procesos de autonomía que se han puesto en marcha son sólo uno de los tres puntos de fricción que han acabado con todo tipo de diálogo en Bolivia. Los otros dos han sido la reforma agraria y los procedimientos de la Constituyente. La aprobación de la Carta Magna por los partidarios de Morales -sin siquiera leerla y en ausencia de la oposición en un recinto militar el pasado 24 de noviembre- reforzó las creencias de los comités cívicos del Oriente de que son los únicos defensores de la democracia frente a una visión de Estado y sociedad autoritaria y étnica radical.
La nueva Constitución, al incluir la tradición indígena, choca con los derechos de corte occidental que predominan en el Oriente. Para más inri, la forma de actuar de la Asamblea también ha dado más argumentos a aquellos que ven la mano del presidente venezolano Hugo Chávez en el proceso político boliviano.
La crispación y la intransigencia imperantes en el país andino han puesto de moda los referendos como la solución a casi todo. Como decía recientemente un editorialista boliviano: "Ya que no nos podemos poner de acuerdo algunos, pongámonos de acuerdo todos". A la vista hay varias consultas en 2008: la que define el latifundio, la de la aprobación de la Constitución, la que examina la gestión de Morales, y las que las regiones pretendan celebrar para legitimar sus aspiraciones autonómicas.
Mientras Santa Cruz y Tarija ya han empezado a juntar firmas para impulsar sus consultas populares y Beni ha declarado que celebrará su referéndum en tres meses, en Chuquisaca y Cochabamba los deseos autonomistas han ganado algo de terreno. Si estas dos últimas regiones secundan a las otras cuatro, la Bolivia de Morales quedará postergada a tres provincias: La Paz, Oruro y Potosí, las zonas andinas pobres.
Varios ministros del Gobierno han dicho durante el fin de semana que las autonomías regionales están previstas en la nueva Constitución y, básicamente, que son los intereses de unos pocos ricos los que atizan el enfrentamiento. El Ejecutivo sostiene que las autonomías del Oriente están diseñadas sólo para eludir la reforma agraria que impulsa la nueva Constitución y ejercer un mayor control sobre los recursos naturales. Las cuatro regiones que el sábado dieron el primer paso hacia la autonomía concentran más del 80% de las reservas de hidrocarburos.
El referéndum sobre el latifundio, el primero de todos, debe dirimir a partir de cuántas hectáreas un terreno es expropiable dentro de los planes de reforma agraria. ¿Serán 5.000 hectáreas o 10.000? ¿Cuál será el límite de la propiedad? Una vez contestada esta pregunta se supone que la nueva Constitución quedará lista para ser sometida a consulta popular.
El presidente Morales aún confía en el apoyo de la inmensa mayoría del 60% de la población indígena para sacar adelante su Carta Magna y reconducir después el tema de las autonomías. Hará trabajar a los legisladores de su partido (Movimiento al Socialismo) en Navidad y Año Nuevo si es preciso para acelerar un proceso de "refundación" de Bolivia en el que lleva abocada media legislatura.





Opinión

NOS QUIEREN DE RODILLAS

“... y el buen gobernante en América no es el que sabe cómo se gobierna el alemán o el francés, sino el que sabe con qué elementos está hecho su país”.

Por Esto de México (www.poresto.net)

Entre el estruendo del ataque de los cazabombarderos turcos contra focos separatistas kurdos, en el norte de Irak, recibimos las noticias de la entrega de Basora, por parte de las fuerzas británicas, al gobierno iraquí y la decisión del presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, de derogar el estado de emergencia decretado hace seis semanas, restaurar la constitución en el país y convocar a elecciones. Pero la preocupación, en esta parte del mundo, se posa con inquietud creciente, en Bolivia.
Algunos de los defensores de la autonomía, en el país andino, dicen haberse mirado en el espejo del proceso español para diseñar sus alternativas.
El sábado, cuatro de las nueve regiones de Bolivia proclamaron sus autonomías de facto. Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando transitan el peligroso camino del separatismo y avanzan en el desconocimiento del control administrativo, financiero y legislativo que ejerce el gobierno central.
El vicepresidente, Alvaro García Linera, llamó “golpistas, racistas y fascistas” a los separatistas.En La Paz el presidente Morales recibió, en el contexto de una gigantesca marcha, la Carta Magna “fundacional”, tras obtener el respaldo de la Organización de Estados Americanos (OEA). Como es sabido, la Constitución deberá ser aprobada en un referendo.
El gobernante indígena recibió el multitudinario apoyo de los representantes de unas 80 organizaciones sociales y 36 pueblos indígenas, y reiteró la advertencia de que no tolerará los intentos por dividir el país. En la gran marcha de solidaridad con el gobierno revolucionario, los manifestantes gritaban: “Los cambas no pasarán”. Así denomina el pueblo a los oriundos de Santa Cruz. En una indeclinable decisión de no ceder sus legítimos derechos.
En su editorial del sábado, el diario El Mundo de Santa Cruz, donde se asienta el núcleo fundamentalista del separatismo boliviano, consideró que la autonomía es una respuesta “al caudillismo bárbaro que pretende llevarnos el autoritarismo indígena”. Y agregó que esta región, “no está dispuesta” a renunciar a sus objetivos “por la ambición desmedida de algún frustrado inca que confundió la Administración del Estado con el imperio incaico”.
Uno de los voceros de la rica oligarquía criolla parece estar molesto con el inca Pachacútec, quien realmente fundó el imperio; pero no así con los colonizadores españoles. Quizá aspira al Premio de Asturias. Los oligarcas no pueden negar su ideología fascistoide. Por eso rechazan al indígena Evo Morales al frente del Estado y, con “más razón”, su programa de transformaciones socioeconómicas.
De origen amerindio, de lengua y etnia aymará, Juan Evo Morales Ayma nació en 1959, con la Revolución Cubana y se convirtió, hace dos años, en el primer presidente indígena de Bolivia.
Objeto de múltiples clasificaciones ideológicas, Evo quiere hacer realidad el sueño del Che.Trabajó, entre otros oficios, como ladrillero, panadero y recolector de hojas de coca. A principios de la década del 80 se inició en las luchas sindicales. Más tarde, en la forja de la lucha política, fue presidente de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba y, posteriormente, fundó el partido político Movimiento al Socialismo (MAS).
En el 2002, Evo fue expulsado del Parlamento por encabezar protestas contra la erradicación del cultivo de la coca, y fue acusado de terrorista.
Ante el incuestionable auge del MAS, la Casa Blanca amenazó con recortar la ayuda financiera al país andino, si los bolivianos elegían a un “narcotraficante” para gobernar la nación.
En América Latina y el Caribe pugnan, hoy, dos concepciones antagónicas sobre el sistema social que debe imperar en nuestros países; acerca de la distribución de las riquezas y el tipo de justicia que debe prevalecer en la región.
Un proyecto que políticamente transita del centro izquierda a las posiciones más radicales, que lucha a brazo partido por la integración, que recorre la cuenca del Caribe y el espinazo de los Andes y se extiende hasta la Patagonia y otro, que siembra la cizaña entre nuestros pueblos y abona con sangre la desunión. Uno que anhela una América independiente y soberana; otro, que la quiere fragmentada y sumisa. De un bando quienes militan en la gran fuerza, de raigambre originaria y del otro, los ahijados de oficio del imperialismo --vientre de alquiler de los peores intereses--.
De un lado de la ribera, el sueño común de los que aman y crean una América de pie y del otro, quienes quieren una América de rodillas.





Opinión

BOLIVIA EMPUJADA HACIA UNA GUERRA CIVIL

El Nuevo Herald de Estados Unidos (www.elnuevoherald.com)

En contra del narcocomunismo'', proclama una pintada en esta ciudad en los pantanales de Bolivia. ''A las armas, cruceños'', dice otra, haciendo un llamamiento dirigido a los residentes para que combatan al gobierno del Presidente Evo Morales, quien puso a las fuerzas armadas en estado de máxima alerta esta semana mientras cuatro provincias orientales avanzan hacia una mayor autonomía.
En otras partes de Sudamérica, ese tipo de llamamientos pudieran ser descartados como mero ruido. Sin embargo, no en Bolivia, donde los temores a la violencia política se intensifican en Santa Cruz, uno de los bastiones de la oposición a Morales, ex cultivador de coca y el primer presidente indígena del país.
Dichas tensiones aumentaron el sábado, cuando dirigentes de los departamentos de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, los cuatro más ricos del país, declararon su autonomía ante decenas de miles de manifestantes opuestos al gobierno, en un abierto desafío al gobierno de Morales. Con esa decisión, las autoridades de esas regiones buscan tomar el control de los impuestos, la policía, la justicia y los recursos naturales como el petróleo y el gas.
Morales, por su parte, advirtió a los autonomistas que no toleraría una secesión.
''Dicen que somos reaccionarios, pero nosotros tenemos muchas cosas en contra de las cuales reaccionar'', dijo Wilson Salas Pinto, de 43 años de edad, uno de los directores de la Falange Socialista Boliviana, grupo de la derecha en en Santa Cruz cuyos integrantes usan boinas negras y desfilan con las manos al aire, a lo Mussolini. ``Evo quiere trasplantar el comunismo cubano a Bolivia. Nosotros estamos preparados para resistirnos a ese proyecto''.
Al ver por vez primera las tensiones étnicas en este sitio, resulta fácil enfocarse en grupos extremistas cada vez más vocales, como la Falange. Una contraparte de la izquierda son los Ponchos Rojos, activistas indígenas del altiplano que, en fecha reciente, les cortaron el cuello a dos perros frente a cámaras de televisión, como una advertencia dirigida a quienes se resistan a los planes de Morales.
El choque con el presidente en el oriente de Bolivia, sin embargo, es mucho más complejo. Dirigentes locales se han quejado amargamente de la influencia de la capital, La Paz, desde hace ya tiempo, pero acciones recientes por parte de Morales, quien ha recibido considerable apoyo financiero y político del presidente venezolano Hugo Chávez, se han sumado a inquietudes con respecto a la consolidación del poder.
Las declaraciones de autonomía de esta semana se dieron luego que partidarios del presidente se apresuraran a darle su aprobación a una nueva Cnstitución, pese a un boicot de oposición por parte de su Asamblea. Ellos habían cambiado abruptamente la votación a la ciudad de Oruro, uno de los bastiones de Morales, respecto de su sede previa en Sucre, la cual había sido vapuleada por las protestas callejeras.
Incluso los detractores de Morales reconocen que la nueva Constitución, que debe ser aprobada en un referendo público, tiene aspectos positivos: aboliría, por ejemplo, el trabajo infantil. Sin embargo, ellos también se sienten alarmados ante los esfuerzos con miras a incrementar el poder indígena, como los enfocados a garantizar la representación de los indígenas en el Congreso o para permitirles impartir justicia fuera del sistema judicial. Otra polémica iniciativa le permitiría a Morales postularse para la reelección, para un segundo mandato de cinco años.
En todo caso, la forma en que se aprobaron las modificaciones constitucionales hicieron muy poco por lustrar las credenciales democráticas de Morales.
''Evo, al intentar darle poder a los indígenas, ha cometido el mismo error que Chávez al intentar darles poder a los pobres'', dijo Jim Schultz, analista político en Cochabamba. ``Evo también erró al intentar mezclar esos planes con esfuerzos por darle poder a su movimiento político''.
El poder político es un tema que divide al país. Otro es el petróleo. La mayor parte del gas natural y el petróleo en Bolivia, que cuenta con las segundas mayores reservas de gas natural en Sudamérica después de Venezuela, se produce en el este del país.
No obstante, Morales se propone usar algunas de las regalías del petróleo para financiar nuevos pagos en efectivo a los ancianos, en un intento encaminado a forjar un sistema de seguro social para su nación, una de las más pobres de Latinoamérica. Este plan privaría a las provincias del este de ingresos empleados para obras públicas como puentes, carreteras y escuelas.
Buena parte del poder sobre el petróleo sigue estando en manos del presidente, en tanto los mandatarios de Argentina y Brasil, tendientes a la izquierda y los principales compradores de gas boliviano, no están a punto de cerrar tratos con Santa Cruz. Esto deja a la provincia necesitando algo más que independencia.
La educada elite de La Paz ridiculiza a los cruceños por considerarlos nuevos ricos y materialistas. Pero, si se visita una librería aquí, los libreros están llenos de títulos que revelan qué hace diferente a Santa Cruz, desde su historia --vinculada con las potencias coloniales en Asunción, Paraguay, en vez de Lima, Perú-- hasta su mirada actual hacia el este, mirando hacia Brasil en busca de inspiración cultural y económica.
La ira a causa de las políticas de Morales se refleja en el zócalo de este localidad, donde aproximadamente 700 personas han estado en huelga de hambre desde hace una semana. Duermen bajo tiendas en hamacas, bebiendo zumo de naranja y viendo las noticias en televisores titilantes conectados a generadores. Muchos son jóvenes de piel clara, de veintitantos años, de las clases adineradas.
El racismo, afirman seguidores del presidente boliviano, es la causa del orgullo de Santa Cruz. De hecho, otras pintas en esta ciudad se refieren a Morales de manera profana y en términos racistas. Pero aquí, de la misma forma, la abrumadora diversidad de Bolivia desmiente una parte de ese argumento.
Otros huelguistas de hambre en esta plaza son integrantes de grupos indígenas que están inconformes con Morales, indio aiará que nació en una remota aldea del altiplano antes de afilar sus dientes como uno de los líderes de cultivadores de coca, quienes en su mayoría hablan quechua, en la tropical región de Chapare.
''Evo quiere un régimen totalitario de aiará'', dijo Amalio Siye Ramos, de 51 años, un líder del grupo étnico de los chiquitanos. ''El chiquitano, guarayo, guaraní'', prosiguió, nombrando etnias de Santa Cruz, ``significan muy poco para él''.
¿Acaso la balcanización en Bolivia está en el horizonte, donde una pequeña elite ha dominado a los indígenas por siglos? Algunos analistas políticos no piensan que así sea. ''Podríamos ver luchas en las calles por parte de pequeños grupos radicales de ambas partes'', dijo José Mirtenbaum, sociólogo por la Universidad Gabriel René Moreno en esta ciudad. ``Empero, algo que no veremos es una guerra civil abierta''.
Líderes a favor de la autonomía aquí dicen que su objetivo no es la independencia política. Más bien, dicen que han buscado inspiración de España, donde se ha otorgado mayores poderes administrativos a regiones como Cataluña. ''El modelo de Québec es incluso demasiado extremo para nosotros'', dijo Juan Carlos Urenda, abogado que ayudó a delinear el estatuto de autonomía.
Todo esto sería bastante simple si la misma complejidad de Santa Cruz no irrumpiera en ese tipo de ideas. Morales, después de todo, capturó aproximadamente 30 por ciento de los votos aquí, en comicios celebrados en 2005. Muchos de esos electores siguen siendo leales. ''La elite preferiría que nosotros estuviéramos en reservaciones o en murales, como en Estados Unidos'', dijo Silvestre Saisari, activista indígena de la tierra en esta localidad. ``Ahora bien, no vamos a permitir que eso suceda''.





Opinión

¿HACIA UNA CATÁSTROFE EN BOLIVIA?

La Prensa de Panamá (www.prensa.com)

Para ser garante de los derechos ciudadanos, la organización estatal y la unidad nacional, una Constitución debe trascender las coyunturas que le dan vida y convertirse en un verdadero y legítimo "pacto social", con voluntad de inclusión, confluencia y convivencia. De lo contrario, será un foco de exclusión, división y confrontación; es decir, un instrumento político para satisfacer transitorias ambiciones, o para crear estructuras institucionales a la medida de quienes detentan el poder. Esto último fue lo que intentó Hugo Chávez con su arrasadora propuesta de reforma constitucional. Pero fracasó en el histórico referendo del 2 de diciembre.
Tras su insuficiente triunfo en las elecciones para una Asamblea Constituyente, en junio del pasado año, Evo Morales tuvo una oportunidad dorada para impulsar una profunda reforma en Bolivia, a partir de tres líneas: la integración étnica, la unidad nacional y la institucionalidad democrática.
En ese momento, su popularidad estaba el máximo, y su partido, Movimiento al Socialismo (MAS), logró una clara mayoría. Sin embargo, no alcanzó los dos tercios necesarios para imponer sus criterios en la redacción del texto. Además, en el referendo autonómico realizado simultáneamente, cuatro de los nueve departamentos del país apoyaron un régimen de autonomías, a contrapelo de lo que buscaba Morales.
Todo indicaba que era necesario, y posible, una negociación inteligente entre partidos, zonas y grupos, que desembocara en una Constitución verdaderamente representativa de la realidad nacional, que rompiera con el intolerable pasado de exclusión contra los indígenas, pero estableciera adecuados balances institucionales y regionales.
Sin embargo, Morales y el MAS optaron por la imposición y el autoritarismo. La oposición, especialmente su mayor fuerza, Poder Democrático y Social (Podemos), respondió con el rechazo, al que se sumaron los gobernadores de los departamentos más prósperos.
En medio de la crispación, de la imposibilidad de aprobar un texto constitucional por dos tercios de los constituyentes, y del vencimiento del plazo para hacerlo, el oficialismo optó por una crasa manipulación de las normas, que le permitiera tener "su" Constitución.
Fue así como el domingo 9 de este mes, en una larga y turbia sesión sin la participación de Podemos, y con dos tercios de los constituyentes presentes (no de los elegidos), se impuso el texto que Morales quería, con un marcado acentoestatista, insuficientes balances regionales, étnicos e institucionales, y una perturbadora medida: la reelección presidencial consecutiva.
Para que entre en vigencia, la nueva Constitución deberá ser ratificada en un referendo, que probablemente se realizará en la segunda mitad del próximo año. Sin embargo, que su contenido sea producto de una burda distorsión de las reglas del juego le quita, de inmediato, legitimidad.
Peor aún, frente a un texto que, a partir de ahora, "se toma o se deja", las posibilidades de negociación se han reducido peligrosamente. En su lugar, solo la confrontación se presenta ahora como forma de resolver los enormes conflictos existentes, con agudos matices étnicos, regionales, políticos, económicos y sociales; es decir, una alarmante matriz de enfrentamientos.
Por el momento, frente a los impulsos autonómicos de cinco de los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Cochabamba, el riesgo más inminente es el de la desintegración nacional. Se trata de una posibilidad muy grave en sí misma, pero con el potencial, aun peor, de activar enfrentamientos étnicos y, en el extremo de los desenlaces, un fermento de guerra civil.
Aunque, con la aprobación espuria del texto constitucional, Evo Morales ha "quemado" importantes posibilidades de salidas pacíficas, aún está a tiempo para buscar opciones satisfactorias. Al menos, debería hacer un llamado abierto al diálogo, sin condiciones y con una verdadera apertura a las posiciones ajenas. De lo contrario, además de sepultar la posibilidad de "refundar" Bolivia bajo el binomio inclusión-democracia, precipitará al país en una vorágine de enfrentamientos, o en un camino de autoritarismo, que redundará en terribles consecuencias.





El “patio trasero” se emancipa

¿WASHINGTON PERDIÓ A AMÉRICA LATINA?

¿Por qué abrió la embajada estadounidense una serie de “consulados satélites” en cinco estados de Venezuela productores de hidrocarburos? ¿Por qué intenta el Pentágono reactivar el aeropuerto militar Mariscal Estigarribia, en el Chaco paraguayo, a unas decenas de minutos de vuelo de Bolivia? Desde fines de los años 90, viene siendo puesto en apuros en América Latina. El proyecto del gran mercado que va desde Alaska hasta la Tierra del Fuego, la Zona de Libre intercambio de las Américas, no tuvo éxito. En su lugar aparecieron gobiernos de izquierda, moderados y radicales, una alianza energética Venezuela-Bolivia-Argentina, el Banco del Sur que pone en jaque al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, la Alternativa Bolivarina de las Américas (Bolivia, Cuba, Nicaragua, Venezuela), el esbozo de un socialismo del siglo XXI en Caracas, La Paz y Quito… Washington intenta encauzar esta iniciativa promoviendo numerosos tratados de libre comercio, legitimando un “derecho de ingerencia democrático” y reforzando la cooperación militar en nombre de la guerra contra el terrorismo y el narcotráfico, en defensa de… la democracia de mercado.

Le Monde Diplomatique (www.lemonde.org)

“América Latina es un continente perdido”. La afirmación pertenece a Moises Naim, director de la revista Foreign Policy. Menos categórico, el presidente del Inter-American Dialogue, Peter Hakim, no formula en menor grado la misma inquietud cuando se pregunta : ¿Washington está perdiendo a América Latina?[i]. Desde hace un decenio los Estados Unidos tuvieron que soportar varios reveses en este rincón del mundo. El rechazo de las políticas neoliberales llevó al poder a coaliciones de izquierda, radicales o moderadas, marcando en diferentes grados su independencia. En abril 2002, fracasó el golpe de Estado contra el presidente venezolano Hugo Chávez. Luego, a pesar de las presiones del departamento de Estado, la fuerza del movimiento indígena llevó a Evo Morales al poder en Bolivia. A pesar de haber ejercido presiones de todo tipo, Estados Unidos no pudo impedir la elección de Daniel Ortega en Nicaragua o en Ecuador la de Rafael Correa[ii].
¿Entonces será necesario intervenir de forma más enérgica? El fracaso de la expedición en Irak hace poco probable, al menos por un tiempo, una envestida militar directa en otro frente.
Sin embargo, a pesar del rechazo generalizado que sufre, lo esencial del marco neoliberal permanece instalado. No es menos cierto que, lanzada con gran pompa por William Clinton durante una cumbre de las Américas realizada en Miami a fines del año 1994, la zona de libre comercio de las Américas (ALCA), el gran mercado americano, no ha podido ver el día. No obstante, según Carlos Gutiérrez, secretario estadounidense de comercio, las empresas estadounidenses invirtieron 353 mil millones de dólares en América Latina y el Caribe en el año 2005. Sus filiales emplean a 600 mil personas. En el 2006, las exportaciones estadounidenses aumentaron un 12,7% y las importaciones un 10,5%.
El fracaso del ALCA no debe ocultar los avances en acuerdos bilaterales o multilaterales, el particular a través de los tratados de libre comercio (TLC). Puesto que la atracción del mercado estadounidense constituye una poderosa ventaja “nuestro país debe encontrar en las relaciones con todos los países del mundo, y particularmente con los EE.UU., la fuerza que su tamaño no le otorga” afirma el ministro uruguayo de economía, seducido por un TLC con los EE.UU., del cual una de las consecuencias sería un conflicto con el MERCOSUR, lo que no dejaría de agradar a los EE.UU. Aun clasificadas de centro izquierda, las élites latinoamericanas están dispuestas a capitular frente a la ofensiva neoliberal.
Con el tiempo el campo político de los TLC se amplió. Una nueva etapa en la integración continental – versión norteamericana- fue superada el 23 de marzo del 2005 en Waco, Texas. La Asociación para la Seguridad y la Prosperidad norteamericana consagra la creación de una comunidad económica de seguridad entre los EE.UU., Canadá y México. Para el jurista Guy Mazet, “la novedad de este acuerdo radica en la introducción de la noción de seguridad en la lógica de los procesos económicos y comerciales, y en la institucionalización del poder de las empresas y del sector privado que se imponen a las políticas públicas”[iii].
Podemos preguntarnos cuál legitimidad jurídica tiene este acuerdo negociado al margen de los parlamentos nacionales. “El sector privado utiliza el marco internacional para obtener una influencia más importante sobre las políticas nacionales” constata Mazet.
El investigador estadounidense Craig Van Grasstek ha establecido que todos los países que integraron la coalición de voluntarios (coalition of the willing) en Irak benefician de un TLC con los EE.UU. También es el caso de países de América latina que, como Colombia, Ecuador antes de la elección de Rafael Correa, Perú, Costa Rica o Guatemala se retiraron del grupo de los 20 (G20)[iv]. La publicación por el periódico El País del proceso verbal de las conversaciones entre George W. Bush y José Maria Aznar[v], en febrero del 2005, reveló la brutalidad del chantaje del presidente estadounidense hacia los países reticentes a apoyar una intervención militar en Irak. “Lo que está en juego es la seguridad de los Estados Unidos, declaraba entonces Bush. Lagos (el presidente chileno) debe saber que el TLC con Chile espera su confirmación en el senado. Un actitud negativa podría poner en peligro su ratificación”
Una dominación más consensual
También Michelle Bachelet, a pesar de ser favorable a una alianza estratégica con Washington, está expuesta a sanciones, debido a que el Congreso chileno ratificó el tratado que crea la corte penal internacional y no quiere garantizar la inmunidad de los soldados estadounidenses ante esta jurisdicción. La ayuda militar podría ser suspendida. Chile tendría entonces que pagar una suma importante al Pentágono por el entrenamiento de sus militares para el pilotaje de los aviones F16 que acaba de adquirir. Brasil, Perú, Costa Rica, Ecuador, Bolivia y Uruguay vieron la suspensión de sus entrenamientos militares y sus programas de ayuda por las mismas razones.
El desplome soviético contribuyó a dar a la retórica democrática de Washington una gran autoridad. Parece que quedó atrás aquella época cuando, siguiendo los pasos de Ronald Reagan, Jeane Kirkpatrick polemizaba contra James Carter acusándolo de haber, al hablar de “derechos humanos” adiestra y siniestra, socavado las bases de regímenes autoritarios no comunistas que eran sin embargo “más compatibles con los interés estadounidenses”; con el auge del liberalismo, la convicción de que la disciplina impuesta por la mundialización y el mercado limita el riesgo de desvío “populista” se impuso. Así como lo constata el investigador William I. Robinson, esgrimiendo la bandera de la democracia, se puede “penetrar la sociedad civil con el fin de garantizar el control social” a través de formas de dominación más consensuales. “Los estrategas estadounidenses se convirtieron en buenos gramscianos al comprender que el lugar real del poder es la sociedad civil”[vi], siempre y cuando, no obstante, se fragmenta en grupos y comunidades con intereses divergentes.
Un consenso se fue estableciendo en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA) luego de los atentados del 11 de septiembre : la defensa del orden democrático va a la par con el derecho de intervención contra toda “alteración” de ese orden. La adopción (por aclamación) de la carta democrática de la OEA, en el 2001, resumió esta ambición bajo la vigilancia estrecha del secretario estadounidense de la defensa Donald Rumsfeld. La preservación de la democracia, inclusive por la fuerza, no es idea nueva. Lo que sí lo es, es que desde ahora esa idea la comparten algunos sectores de la izquierda en nombre del “derecho a injerencia humanitario”.
El papel de la OEA, sin embargo, es cada vez más complejo debido a las nuevas relaciones de fuerza en el continente.El que todas las amenazas hacia la democracia no sean tratadas de la misma forma provoca tensiones. Luego de la trigésima séptima asamblea general de la organización, reunida en Panamá en el mes de junio 2007, la secretaria de Estado de los EEUU Condoleeza Rice, pidió el envío a Venezuela de una comisión de investigación con la finalidad de analizar la no renovación por parte del gobierno de Chávez de la concesión (que había llegado a término) de Radio Caracas Televisión (RCTV). La proposición fue rechazada y la secretaria de Estado, aislada, tuvo que abandonar la reunión.
Frente a las dificultades de las relaciones multilaterales, la administración estadounidense cuenta con sus propios relevos: las organizaciones no gubernamentales (ONG) y las fundaciones. La Agencia Estadounidense para el desarrollo internacional (United States Agency for Internacional Development, USAID) es el eje articulador, especialmente en cuanto a ayudas financieras. Esta es “el instrumento más apropiado cuando la diplomacia es insuficiente o cuando la utilización de la fuerza militar presenta riesgos”, declaraba su administrador Andrew Natsios, el 8 de mayo 2001. Dicha constatación se aplica perfectamente a Venezuela, donde la USAID financia numerosas iniciativas y donde los democracy builders (constructores de democracia) trabajan a tiempo completo. El Instituto Republicano Internacional (IRI) dirigido por John McCain, candidato a la Casa Blanca, forma parte de las cinco ONG que otorgan los fondos del USAID a las organizaciones y programas políticos de la oposición venezolana.
Así, después del fracasado golpe de Estado del 2000 contra Chávez, que George W. Bush había aprobado, el departamento de Estado creó en Caracas una “oficina de la transición”, la cual declara que uno de sus objetivos es “fomentar la participación de los ciudadanos en el proceso democrático”. La “resistencia no violenta” se presenta como el método más eficaz para desestabilizar a los gobiernos, preludio a su derrocamiento.Podemos preguntarnos cuál es el objetivo real de la campaña de “defensa de la libertad de expresión” en Venezuela y también a propósito de la instrumentalización política de las reivindicaciones separatistas de la oposición de derecha que en Bolivia controla cuatro departamentos (Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija) e impide el trabajo de la Asamblea Constituyente. “Una derecha racista, separatista, violenta y antidemocrática”, comenta el vicepresidente boliviano Álvaro García Linera. Que los gobiernos de Venezuela, Bolivia y Ecuador hayan recuperado el control de sus recursos estratégicos, petróleo y gas, los dos primeros a través de nacionalizaciones parciales, no es nada ajeno a la actitud de Washington.
En cuanto a Cuba, luego de que G. W. Bush reforzara otra vez el embargo, el escenario de la “transición democrática” se prepara en una comisión encargada de elaborar propuestas -de las cuales varias son secretas “por razones de seguridad nacional”- en la perspectiva del post-castrismo.
Trasferido desde Panamá a Miami en 1998, el comando sur de la armada de los EE.UU. (Southern Command, Southcom) es el principal dispositivo militar en América Latina. Entre el Southcom y los gobiernos latinoamericanos, los contactos implican sólo a militares y excluyen a los interlocutores civiles. El Southcom define la agenda de la región de manera unilateral, sin informar directamente al departamento de Estado. Al relegar las agencias de ayuda al desarrollo o a la agricultura a un segundo plano (la ayuda bilateral ha disminuido a un tercio en relación con la época de la guerra fría), ahora es el departamento de la defensa el que se encarga de una parte importante de los programas de asistencia al subcontinente. Esta transferencia no es neutra, el presupuesto de la defensa es muchos menos controlado por el Congreso que el de la ayuda externa. Entre 1997 y el 2007, los EE.UU. habrán consagrado 7,3 mil millones de dólares en ayuda militar y policíaca a América Latina[vii].
Estados violentos replegados sobre ellos mismos
En ausencia de una definición común y universal del terrorismo, el Consejo nacional de seguridad (CNS) no se molesta en precisar, la guerra que le declararon es definida como “una empresa global de una duración incierta”, “que posee una alcance global”. En esta guerra asimétrica los enemigos son diversos: islamistas, contrabandistas y narcotraficantes refugiados en la triple frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay ; “populistas radicales” que se encuentran en primer lugar en Venezuela y Bolivia ; “organizaciones terroristas” FARC, ELN y paramilitares en Colombia ; movimientos sociales. Así mismo bandas de delincuentes juveniles, refugiados, inmigrantes clandestinos y otros “potenciales” terroristas…
Para los responsables del Southcom, los intereses estadounidenses ya no son amenazados por una potencia extranjera, el subcontinente es una zona desnuclearizada exenta de armas de destrucción masiva. La amenaza central que emerge, según el general James Hill, antiguo comandante del Southcom, “es el populismo radical que socava el proceso democrático y que restringe los derechos individuales en lugar de protegerlos”. Este populismo radical (encarnado por H. Chávez) se reforzaría explotando las “frustraciones profundas” provocadas por el fracaso de las “reformas democráticas” y “estimulando un sentimiento anti estadounidense” [viii] .
Por su parte, el general Bantz J. Cradock acusa a los “demagogos anti-EE.UU., antiglobalización y hostiles al libre intercambio” de ser los responsables de la inestabilidad política. Enfrentar eso requiere, según él, reforzar las fuerzas de seguridad de la región y aumentar el presupuesto militar del Southcom, ya que “no es posible dejar convertirse a América Latina y el Caribe en un hoyo perdido donde los Estados violentos, replegados sobre ellos mismos, son aislados del mundo que los rodea por gobiernos populistas autoritarios”[ix].En paralelo a este compromiso del Pentágono, conviene señalar la presencia de consejeros militares estadounidenses y el papel creciente que juegan en Colombia operadores militares privados y actores civiles no estatales de la misma nacionalidad. Las misiones ejecutadas por estos subcontratistas no pueden ser ejecutadas por las fuerzas armadas a causa de los límites de involucramiento de las tropas estadounidenses fijadas por el Congreso. Las empresas privadas de seguridad pueden, en cambio, estar implicadas en operaciones militares sin su acuerdo.
En otro plano, notaremos que la multinacional bananera estadounidense Chiquita Brands fue condenada, en septiembre 2007, por un tribunal de Washington, a una multa de 25 millones de dólares por haber dado 1,7 millones de dólares a los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) entre 1997 y 2004 con la finalidad de asegurar la protección de sus plantaciones. Los abogados de 173 personas asesinadas en las regiones bananeras demandaron legalmente a Chiquita. Pero un acuerdo fue negociado con el gobierno estadounidense, en el cual se exime de acusaciones a los dirigentes de la empresa. “Estoy sorprendido de que por algunos millones se pueda comprar la impunidad en los Estados Unidos”, no pudo dejar de afirmar el ministro colombiano de justicia.
Bajo la iniciativa de Washington, los ejércitos latinoamericanos están nuevamente implicados en tareas de policía interna. En diciembre 2006 el presidente mexicano Felipe Calderón envió a 7 mil soldados al estado de Michoacán para combatir el tráfico de drogas. El ejército interviene igualmente en las favelas de Río de Janeiro, en Brasil; contra las pandillas de jóvenes (las maras) en América central y para controlar la inmigración en la frontera mexicana. Esta militarización de la seguridad pública, que no es una novedad pero sí propiciada por una demanda de protección frente al incremento del crimen organizado, contradice la tendencia de regreso a los cuarteles que se podía observar desde el fin de las dictaduras. Las organizaciones de defensa de los derechos humanos están preocupadas, los “agitadores” a menudo son los indígenas, los jóvenes sin trabajo, los desempleados marginalizados. La intervención del ejército puede estigmatizar a estas categorías sociales, resucitar al viejo “enemigo interno” y de esta forma permitir a los militares recobrar una capacidad de presión política que recuerda un pasado siniestro.[x]
En este contexto fue cuando en octubre del 2007 G.W. Bush pidió al Congreso la aprobación del plan México de ayuda para la lucha contra el narcotráfico. Su presupuesto provisional (1400 millones de dólares) está destinado a la compra de material militar (helicópteros, medios de inteligencia) y al entrenamiento conjunto de los ejércitos de los dos países. Los peligros de la militarización de la lucha antidrogas son evidentes, en el momento preciso cuando México atraviesa graves conflictos sociales en varios estados. Por otro lado, un complemento presupuestario de 50 millones de dólares debería extender la “guerra contra el narcotráfico” hacia América Central. La reacción del Congreso estadounidense, en su mayoría demócrata, es incierta.
Los Estados Unidos preconizan desde hace mucho tiempo una reforma del rol tradicional de las fuerzas armadas latinoamericanas. El acento ha sido puesto sobre la cooperación regional y la interoperabilidad, mientras que durante el periodo de la guerra fría, la ayuda militar estaba destinada casi exclusivamente a la colaboración bilateral. El Southcom tiene por objetivo crear una fuerza de reacción rápida capaz de enfrentar los nuevos peligros. En 2007, durante la reunión de la trigésima séptima asamblea general de la OEA en Panamá, Condoleeza Rice propuso la formación de una alianza de defensa mutua contra las amenazas hacia la seguridad del continente con el fin de vigilar la política interior de los Estados y de asegurar que éstos respetaran las normas democráticas. La proposición fue rechazada, los latinoamericanos no quisieron avalar lo que juzgaron como una estratagema estadounidense para castigar a Venezuela[xi].
Washington necesita estar presente en el terreno y tener aliados para legitimar su intervención, la puesta en marcha de una fuerza de intervención regional parece incierta teniendo en cuenta los actuales equilibrios regionales. Sin embargo el caso haitiano podría servir de ejemplo. William LeoGrande ha analizado el papel de la administración Bush en la caída del presidente Jean Bertrand Aristide[xii]. Si bien LeoGrande estima que la salida forzada fue facilitada por la deriva del que otrora fuera sacerdote, no es desdeñable el hecho de que fueron antiguos miembros de una fuerza paralimitar, el Frente por el avance y el progreso en Haití (FRAPH), quienes con el apoyo de la administración Bush, llevaron a cabo el derrocamiento. Una manipulación del “derecho de ingerencia” muy bien lograda… De hecho podemos sorprendernos de que algunos ejércitos del continente participen en el Misión de las Naciones Unidas para la estabilización de Haití (Minustah)[xiii] luego de que las condiciones de la salida forzada del ex presidente están en tela de juicio: Dante Caputo, antiguo representante del secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Haití, ha cuestionado el papel de la CIA en la caída de Aristide[xiv]. Una “fuerza de estabilización” como la Minustah puede ser utilizada como modelo para el futuro.
El Southcom dispone de muchos otros instrumentos de convencimiento. Los países miembros de la OEA adoptaron la noción de “seguridad cooperativa” en el 2001, en Santiago de Chile. Esta favorece la “transferencia de los procedimientos militares”[xv]. Además los encuentros regulares de los ministros de defensa del continente (DMA) refuerzan la confianza recíproca. La internacionalización de las operaciones armadas, los ejercicios navales conjuntos, el entrenamiento por parte de Washington de 17 mil militares latinoamericanos (cifra del 2005) y las ventas de armas crean los vínculos.
Opiniones discrepantes en la izquierda
El rol directivo del Pentágono y el peso del complejo militar-industrial se confirmaron con el levantamiento oficial del embargo sobre la venta de armas hacia América Latina, teniendo en cuenta que los EE.UU. ya eran el proveedor más importante de equipos de este tipo en la región. Éste tipo de decisión puede provocar una carrera armamentista: la venta de aviones de combate F-16 a Chile puede llevar a otros ejércitos de la región a querer “modernizarse”[xvi]. El ministro de defensa brasileño anunció que en al año 2008 Brasil aumentará en más de un 50% el presupuesto de gastos e inversiones de sus fuerzas armadas, y eso que el país mantiene relaciones “consolidadas y pacificas” con todos los países de Sudamérica.
Frente a Washington las izquierdas latinoamericanas se encuentran divididas entre los partidarios de una asociación económica negociada que obligue a limitar las reformas sociales y los defensores de la integración política latinoamericana, de la cual la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA)[xvii] seria un primer paso. “El imperialismo de hoy no es el mismo que el de hace 30 años” constata Atilio Borón[xviii]. Las políticas de izquierda deben tener en cuenta estos cambios recordando al mismo tiempo que la administración estadounidense no está dispuesta a tolerar la reapropiación de los recursos nacionales, el rechazo de los tratados de libre intercambio ni la independencia política que reivindican los gobiernos de Bolivia, Ecuador y Venezuela.





Opinión

BOLIVIA - LOS MATADORES

La Historia Paralela de Argentina (www.lahistoriaparalela.com.ar)

El actual gobierno, a fuerza de faltar a la verdad, apunta a transformar la realidad de acuerdo a sus deseos o a la vehemencia del puñal de sus palabras con las que intenta eliminar a sus opositores.
En este papel el vicepresidente García Linera atacó a los Estatutos Autonómicos con los que cuatro regiones se han dotado simultáneamente en cumplimiento a los referendums en los que ganaron el derecho a la autonomía departamental. García Linera afirmó sin embargo que estos instrumentos jurídicos son una afrenta a la “unidad, la legalidad y la institucionalidad” del país.
Los matadores no tienen empacho en desenfundar sus armas para atropellar a las instituciones sociales y al soberano que busca un camino para restablecer el Estado de derecho que han mellado y minado hasta el cansancio. ¿Que es la unidad, la legalidad y la institucionalidad en este país violado por un gobierno que ha roto hasta el cansancio el principio de unidad legalidad e institucionalidad?
Las matadores de la verdad, nos están obligando a prescindir del estilo y el formato de los buenos modales, pues estamos hartos y cansados de tanta mentira y doblez. Ellos después de romperlo todo ahora apelan a la unidad tan sólo para manipular y tratando de destruir los recursos con los que la sociedad civilizada y democrática se esta muniendo para hacer frente a sus juegos políticos peligrosamente antidemocráticos, ilegales y racistas.
El Estatuto Autonómico ha nacido del espíritu de equilibrio y responsabilidad que guía al pueblo de Bolivia, del soberano que está aprendiendo a defenderse de un gobierno empecinado en violar los derechos y las libertades. “No más mentiras.
Ya somos autónomos” son algunos de las frases que se escuchan corear en las manifestaciones y concentraciones que se han vuelto parte de la lucha cotidiana con la que los ciudadanos buscan debilitar a un gobierno que está tratando de imponer un proyecto de país totalitario y comunista mediante el uso de la violencia y de la fuerza.
Los dirigentes cívicos y prefectos de la llamada “media luna” (Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando) presentaron sus estatutos autonómicos el día sábado, y Chuquisaca y Cochabamba han iniciado sus procesos en pos de acceder también a un régimen autonómico.
Frente a este tremendo veredicto de seis regiones que se oponen a la nueva carta magna que intenta introducir el actual gobierno, los mensajes del Ejecutivo no hacen más que reconfirmar la gran mentira y el vació con el que pretenden tapar el sol con un dedo, con el que intentan seguir engañando a un pueblo que lucha por no entregarse a esta nueva versión de captores políticos.
El vicepresidente ha dicho que “con el Estatuto Autonómico, prefectos y cívicos de la llamada “media luna”, están cometiendo un grave error al plantear el federalismo, que no es otra cosa que buscar la división del país”, aseveración que realmente nos preocupa porque no sabíamos que los estados y gobiernos federales del mundo pudieran ser considerados divisionistas. También entró en otra falacia de retórica de pistolero cuando habló de que prefectos y cívicos se proponen desmembrar a la Policía Nacional, el Poder Judicial y repartirse los cargos públicos y recursos “como si fuera una piñata”.
¿Acaso García Linera no ha leído la constitución del MAS que realmente reparte los poderes del Estado y el país en su conjunto como una piñata?
Bueno, es que los matadores sólo saben desenfundar la pistola y apuestan a que gane el más rápido, el que ataque sin dar tregua, sin medir las consecuencias y sin cargo de conciencia.





La crisis política en Bolivia: las demandas de autonomía del Oriente

EVO MORALES: "LLEGÓ LA HORA DEL DIÁLOGO"

El mandatario buscó acercarse a las regiones opositoras, pero condicionó la negociación a la aprobación de la polémica Constitución

La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)

Un día después de los festejos en La Paz y en esta ciudad, los dos centros antagónicos de poder en Bolivia, el viento del Altiplano pareció empezar a llevarse las palabras hostiles del presidente Evo Morales, que había amenazado con recurrir al ejército para acallar las demandas de autonomía del rico Oriente que han dejado el país al borde de la fractura.
Tonificado por haber recibido en La Paz, a unos 3600 metros de altura, al presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, y sobre todo a la presidenta chilena, Michelle Bachelet, en una visita por demás simbólica, dado el enfrentamiento histórico entre Bolivia y Chile por la salida al mar, Morales escribió un nuevo capítulo de esta historia de dos ciudades y envió a estas tierras bajas un mensaje de distensión.
"Empecemos el diálogo. Llegó la hora del diálogo", les pidió Morales a los cuatro prefectos opositores de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, que, bajo el poderoso influjo de esta ubérrima ciudad, declararon anteayer su autonomía en multitudinarias fiestas populares, mientras La Paz celebraba al mismo tiempo algo totalmente opuesto: el centralismo de la carta magna impulsada por Morales. Hasta las fiestas habían sido totalmente distintas: la de La Paz careció de esa masividad tan típica de un concierto de rock que se vio en esta ciudad, pero compensó con los colores de las vestimentas indígenas y la espectacularidad de sus ritos. Tal vez el mensaje de Morales haya llegado incompleto o será que los cambas y collas han renunciado a entenderse después de años de convivencia traumática.
Lo cierto es que pocos creían ayer aquí que fuera a reducirse la tensión y nadie confiaba en la posibilidad de sellar un armisticio con el mandatario. Es más, algunos se preparaban para combatir en defensa de la autonomía de este departamento, que concentra la riqueza y los alimentos de Bolivia, y está rodeada por regiones en las que el hambre es el pan de todos los días.
En realidad, el llamado a negociar de Morales fue incompleto: aunque habló de compatibilizar la Constitución con "muchas leyes", como los estatutos autonómicos, dijo que sólo negociará si la polémica carta magna es aprobada.
Y, justamente, la carta magna es el problema: aquí se considera que no representa al conjunto del país, que estuvo dictada desde Venezuela por el presidente Hugo Chávez, aliado de Morales, y que sólo servirá para imponer en Bolivia una dictadura de estilo cubano.
"Empecemos el diálogo sobre la base de la nueva Constitución", pidió Morales. La declaración sólo generó dudas. Aquí no se entiende cuál será el mecanismo legal para compatibilizar la Constitución con los estatutos autonómicos, siempre que eso sea posible, porque parece mezclar el agua y el aceite.
Y tampoco se sabe cómo podrá dar marcha atrás el mandatario con algunos artículos de la Constitución, ya aprobada en Oruro por una Asamblea Constituyente controlada por el oficialismo, en medio de las críticas opositoras.
Sobre todo, si se tiene en cuenta que el Tribunal Constitucional, una instancia clave para determinar el grado de legalidad que tienen la reforma del mandatario y los estatutos autonomistas, ha quedado descabezado por la renuncia, el jueves pasado, de Walter Raña, uno de sus jueces. El cuerpo legal, originalmente de cinco miembros, quedó sin quórum para sesionar merced a que otros dos magistrados habían sido destituidos en sesiones parlamentarias cuya legalidad objetan los autonomistas.
La crisis institucional de Bolivia, en un contexto en el que comienzan a producirse choques violentos, es de tal magnitud que dentro de 120 días se celebrarán siete referéndums para someter a la opinión de la población distintas iniciativas, totalmente incompatibles entre sí.
Tres de ellos son nacionales y serán bloqueados por los autonomistas: el "referéndum dirimidor" del artículo sobre latifundios de la carta magna; el que decidirá si se revocan o no los cargos del presidente y de los prefectos de Bolivia cuando empiece a regir la nueva Constitución, y el que someterá a la opinión de los bolivianos la aprobación de la carta magna en sí. A esto hay que sumar los cuatro referéndums sobre los estatutos autonomistas presentados anteayer en los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija. Tal vez haya incidido en la mayor disposición de Morales a negociar que ayer lograra firmar un acuerdo con Bachelet y Lula para poner en marcha uno de los proyectos de integración física más importantes de América del Sur, al unir el Atlántico con el Pacífico mediante un corredor vial de 4700 kilómetros.
También se esperaba otro anuncio que aliviará al mandatario después de la semana más complicada de su gobierno: un nuevo paquete millonario de inversiones de Petrobras. La petrolera brasileña había paralizado los desembolsos en el país, disconforme con la nacionalización de los hidrocarburos decretada en marzo de 2006.





Hay que conversar partiendo de bases establecidas por nueva Constitución: Morales

EL PRESIDENTE DE BOLIVIA REITERA LLAMADO AL DIÁLOGO A 4 PREFECTOS “SEPARATISTAS”

Jornada de México (www.jornada.unam.mx)

El presidente de Bolivia, Evo Morales, planteó hoy nuevamente a la oposición la necesidad de dialogar, tercer ofrecimiento que hace en los últimos 10 días a los prefectos de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, que el sábado proclamaron de facto su autonomía.
“Es hora de empezar el diálogo”, sostuvo el mandatario, quien destacó la necesidad de comenzar conversaciones con base en la nueva Constitución. “Primero hay que aprobar la ley de las autonomías y después complementar con los estatutos autonómicos, sean departamentales, regionales, provinciales o indígenas, destacó.
Morales insistió, sin embargo, en que “la base de las transformaciones profundas es la nueva Constitución política del Estado boliviano”, aprobada esta semana por la mayoría oficialista en la Asamblea Constituyente y que prefectos y la oposición de derecha repudian porque consideran que no representa al país y fue dictada desde Venezuela por el presidente Hugo Chávez Frías.
Al respecto, el prefecto (gobernador) de Santa Cruz, Rubén Costas, al frente de la oposición al presidente Evo Morales, insistió en que la nueva Carta Magna fue una imposición del gobierno, con un texto que viene de Venezuela y es ilegal. En entrevista con el diario santacruceño El Deber, Costas defendió la iniciativa que se impulsó en su departamento, Tarija, Pando y Beni, para dotarse de autonomías contra el gobierno, el cual los acusa de separatistas.
Costas estimó que un proyecto de Constitución aprobado por el oficialismo “es nulo de pleno derecho, porque fue aprobado con muertos y atropellando la ley”.
Asimismo rechazó los señalamientos de Morales, de que los estatutos autonómicos que autoproclamaron los cuatro departamentos son separatistas. “Aquí no puede haber separatismo, porque 40 por ciento de la población viene de otros departamentos”.
El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, ofreció su respaldo a Morales, y confió en que los bolivianos superarán pronto el polarizado clima político que viven desde hace varias semanas.





BOLIVIA ESPERA TREGUA NAVIDEÑA

El Tiempo de Colombia (www.eltiempo.com)

Analistas prevén que la tensión resurja con fuerza en febrero, después del Carnaval, una de las pocas costumbres que unen al país. En el 2008 habrá cruciales consultas populares sobre las autonomías y sobre la Constitución.
La tensión de los últimos días en Bolivia dejó paso a una sensación de vuelta a la rutina para la población de las cuatro regiones opositoras que este fin de semana declararon su autonomía de facto, algo incompatible con la nueva Constitución entregada por el presidente Evo Morales en un multitudinario acto.
Después de los festejos del sábado por la nueva Carta Magna en La Paz y de la presentación de los estatutos autonómicos en Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando, el balance en la mente del boliviano de a pie, en un país fuertemente dividido por los intereses regionales, es que llega a su fin una etapa en la que cada bando ha conseguido los objetivos que se ha propuesto.
Ayer, el presidente Evo Morales anunció que llegó "la hora del diálogo" en un acto celebrado en La Paz, donde también formuló un nuevo llamado a la oposición para "trabajar juntos" sobre la base del proyecto constitucional, que dijo debe ser complementado "con muchas leyes" en distintos ámbitos.
Entre esas normas citó los estatutos autonómicos de las cuatro regiones. Y reiteró que para ser legales, deben tratarse y regularse en el marco de la futura Carta Magna.
La tradicional tregua por las fiestas de fin de año será respetada en las ciudades, a medida que los bolivianos preparan las celebraciones de Navidad y Año Nuevo. "Se van a desmovilizar parcialmente las organizaciones cívicas regionales y los movimientos sociales afines al Gobierno", opina el analista Carlos Cordero.
Pero en el plano político, el cálculo y la planificación no cesarán, en vista de que el 2008 trae meses de campaña y cruciales consultas a la población sobre los textos presentados hace 48 horas.
El Gobierno ha anticipado que en las próximas dos semanas el Congreso debe definir el umbral de votos para el referendo revocatorio, que puede realizarse en abril.
Este será un punto de tensión. El oficialismo pretende que en esa consulta sobre la permanencia en sus cargos del presidente Evo Morales y de los prefectos (gobernadores) de los nueve departamentos del país, el umbral de votos sea la cantidad de sufragios obtenida por cada uno en la anterior votación. Así, Morales se iría si recibe menos del 53,74 por ciento de los votos. La oposición y los prefectos demandan que el umbral sea del 50 por ciento.
Otra decisión que el Congreso debe tomar es sobre el referendo que dirime un artículo de la nueva Constitución, referido al límite de 10.000 hectáreas de tierra legales para el latifundio.
La perspectiva para el 2008 es que el país entre rápidamente en un periodo de campañas proselitistas para estas consultas populares y para las otras dos de fondo, que viabilizarán la aprobación final de la Constitución y de los estatutos autonómicos, que podrían realizarse agosto próximo.
Es previsible que la tensión política evidenciada en estos días resurja con fuerza a mediados de febrero, tras el Carnaval, otra "costumbre social" que en Bolivia se respeta, explica Cordero.
Un dato adicional es que en enero, al comenzar el año electoral, la Corte Nacional Electoral quedará acéfala, debido que concluye el mandato de su presidente, Salvador Romero.
Por ley, Morales puede nombrar a su reemplazante, pero la oposición podrá argumentar que el mandatario intenta poner ese órgano bajo su control, antes de entrar en un periodo clave.
Puntos clave de la autonomía
Aunque diferentes entre sí, los estatutos autonómicos de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando coinciden en alejarse del poder central de La Paz, que desde hace más de 100 años es sede del Ejecutivo y Legislativo de Bolivia.
Régimen electoral propio: los prefectos se convierten en gobernadores, elegidos por voto directo, y cada región elige a las autoridades y funcionarios de su administración.
Los consejos departamentales (instancias fiscalizadoras de la prefectura) asumen el rol de asambleas legislativas locales y sus miembros son elegidos por voto directo.
La facultad de que cada región o departamento cobre los impuestos y de que la utilización de esos recursos sea para beneficio local.
Administración de la justicia y policía local (a la que se opone el presidente Evo Morales, que anunció que no permitirá el "descuartizamiento" de esa institución).
Control sobre los sistemas de transporte público y privado y otorgamiento de personerías jurídicas a instituciones, también públicas y privadas.
Cada región (departamento) podrá establecer políticas propias en materia educativa, deportiva, forestal, minera y de hidrocarburos.
Ciudadanía y regulación propia sobre emigración e inmigración (uno de los puntos más cuestionados por el gobierno boliviano).
Control sobre la distribución y administración de la tierra (un punto muy cuestionado por el Gobierno) e integridad territorial (para evitar que internamente surjan nuevas provincias).




Según declaraciones de Horacio Macedo

SITUACIÓN EN BOLIVIA PODRÍA REPERCUTIR NEGATIVAMENTE EN LA REGIÓN

Diario Jujuy al Día de Argentina (www.jujuyaldia.com.ar)

Frente a los conflictos suscitados recientemente en Bolivia nuestro medio recogió el testimonio del Embajador de Argentina en ese país, Horacio Antonio Macedo, quien realizó un análisis de la situación y señaló los perjuicios que podría determinar en la región.
Macedo señaló que “realmente es una situación compleja la que se dio; si bien uno no puede involucrarse en temas internos, es claro que por un lado está la postura del Gobierno Nacional con la constituyente ya votada en general y en particular, y por otro lado está esta postura regional que preocupa. Esto es así porque es una región que en el país tiene una ubicación estratégica”.
Por lo tanto, “nosotros desde la labor que cumplimos en representación del Presidente Argentino, como lo que han hecho los cancilleres del MERCOSUR, se ha dado un claro respaldo a la institucionalidad de Bolivia; pero esto no deja de reconocer que es una situación compleja la que se está viviendo”.
En cuanto a los acuerdos y trabajos que se venían haciendo como región, “se han demorado un poco; particularmente en lo que tiene que ver la agenda energética podemos tener una demora que podría estimarse en 8 a 10 meses”.
Por último, en relación a la política de Cristina Fernández de Kirchner respecto a Bolivia, “ella ha destacado que es una de las relaciones más importantes dentro del concierto del continente, así que es una mayor responsabilidad todavía”.





CRECE EL TEMOR A QUE COMIENCE AHORA LA "BATALLA POR LA TIERRA"

La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)

En un contexto extremadamente volátil, con cortes parciales en la ruta que vincula esta ciudad con Cochabamba, ayer crecía aquí el temor a las expropiaciones de tierra productiva y otros bienes por parte del gobierno izquierdista del presidente Evo Morales.
Después de los festejos multitudinarios en el Parque Urbano por la presentación del estatuto autonómico de Santa Cruz, que duraron hasta la madrugada, Santa Cruz de la Sierra amaneció ayer con lluvia pero tranquila, con la sensación de haberse sacado un peso de encima.
Sin embargo, la procesión va por dentro: los cruceños saben que la lucha contra el gobierno recién empieza y que buena parte de ella se desarrollará en torno a las propiedades agropecuarias.
Esa sensación está alimentada por las crecientes ocupaciones de tierras productivas que se vienen realizando en esta región desde 2004 por sectores afines a Morales, una tendencia que se podría incrementar a la luz del mayor enfrentamiento del poder central y el regional.
El antagonismo se incrementó luego de que Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, los departamentos más ricos del país, aprobaran anteayer sus estatutos autonómicos para repudiar la polémica reforma constitucional del mandatario, de tinte centralista e indigenista.
De hecho, el gobierno central llamará en unos 60 días a un referéndum sobre los latifundios, que establecerá límites en el tamaño de las propiedades agropecuarias, entre otras restricciones al capital privado, y estimulará su reversión al Estado. Es decir, el traspaso de la propiedad al sector público sin que éste ponga un centavo.
Los cruceños ya han advertido que el referéndum no se celebrará en este departamento. "La carta magna de Morales no existe. No vamos a aceptar ese referéndum", anticipó ayer a LA NACION Luis Baldomar, asesor de la Cámara Agropecuaria de Oriente (CAO).
La consulta popular de Morales sobre la propiedad agraria también será repudiada en Beni, Pando y Tarija.
Estos cuatro departamentos forman la fértil Media Luna boliviana, un vergel que contrasta con el clima semidesértico del altiplano, donde el mandatario tiene su base de sustentación.
"Lo que está haciendo el gobierno en este aspecto es igual a lo que hace Venezuela: buscar la forma de que la gente dependa del Estado -dijo ayer a LA NACION el gerente de la Federación Ganadera de Santa Cruz, Raúl Añez-. En Venezuela, se han revertido al Estado 2 millones de tierras productivas para repartirlas políticamente y sólo 35.000 continúan produciendo."
"Eso está causando una crisis alimentaria que el gobierno venezolano está intentado paliar con la importación de alimentos, justo cuando el mundo está absorbiendo todos los excedentes exportables. Entonces, no puede comprar lo que necesita y eso genera una crisis, que es la misma que vamos a ver en Bolivia", señaló el directivo. "Vamos a ver colas y cupos para conseguir alimentos -recalcó-. Vamos a tener una crisis alimentaria al estilo cubano y venezolano."
Ocupaciones En realidad, ya se produjeron varias invasiones de tierras en esta región, un posible anticipo de lo que se puede venir. Una de ellas fue la de la hacienda de Carlos Paz, un empresario agropecuario cruceño al que movimientos sin tierra, con apoyo militar, le invadieron una propiedad de 1200 hectáreas, según contó Baldomar. Si bien los cruceños las recuperaron dos veces, la hacienda quedó en manos de los sin tierra, que "actualmente la alquilan a empresarios brasileños para cultivar soja", explicó.
Otro caso fue el de la hacienda Pananti, una explotación rural de 7000 hectáreas en Tarija, cuya ocupación dejó media docena de muertos. Hoy, el predio "está prácticamente abandonado. Su ocupación fue algo más simbólico que económico", dijo.
También hubo ocupaciones en el propio altiplano, como la de la hacienda ganadera Collana. "Allí se destruyeron 15 años de mejoramiento genético. Tenía entre 200 y 250 vacas que estaban para el Discovery Channel, porque producían leche a 2500 metros de altura", dijo el ejecutivo de la CAO. E incluso se ocupó un hotel en La Paz, por lo que la tendencia podría abarcar otros bienes.
El fenómeno no es nuevo: en noviembre del año pasado se aprobó una reglamentación de la ley agropecuaria que determinó que faltas como "el uso no adecuado de la tierra", una definición por demás vaga para los empresarios, sea causal de reversión al Estado de las propiedades agropecuarias. A causa de esta política de "revolución agraria de Morales", la tendencia es que los indígenas, que controlan el 40% de las tierras de Bolivia, lleguen a controlar un 60% del total, según datos de la CAO.
"Les han ofrecido a los pobladores del Occidente tierras en Santa Cruz como si se tratara de la tierra prometida", criticó Añez. Mientras tanto, esta tierra prometida, que produce el 80% de los alimentos que consume Bolivia, se prepara para dar batalla.





Evo Morales, ante su peor crisis: impacto en la región

TEMEN UN ÉXODO A LA ARGENTINA

El agravamiento de la crisis en Bolivia podría alentar a muchos a dejar el país

La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)

El estado de virtual fractura en el que quedó ayer Bolivia podría traer otro efecto no deseado, además del severo agravamiento de la violencia en el país: el crecimiento de la emigración de bolivianos a destinos del exterior, entre los cuales figura la Argentina.
Así lo reconocieron a LA NACION economistas y analistas políticos del país andino. "Por experiencias que uno conoce, si hay mayor violencia, la gente tiende a abandonar su país, sobre todo si llega a niveles muy elevados. Sin embargo, aquí se habló mucho últimamente de guerra civil y no creo que vayamos a eso", indicó el analista Gonzalo Chávez.
"La emigración se incrementó por el gobierno de Evo Morales", afirmó, a su vez, Roger Cuellar, del diario El Nuevo Día.
Actualmente, 230.000 bolivianos viven en forma legal en la Argentina, aunque se calcula que, si se suman los indocumentados, el número de inmigrantes de esa nacionalidad llega a los 2 millones. Chávez dijo que, independientemente de la situación actual, la emigración de bolivianos ya venía en ascenso. En los últimos cinco años, con las distintas crisis de gobierno que desembocaron en el triunfo electoral del actual presidente izquierdista Evo Morales, que asumió en enero de 2006, han emigrado unos 300.000 bolivianos a Europa, principalmente a España, donde se han convertido en el grupo de inmigrantes que más ha crecido. "Ese ha sido un elemento económico muy importante para el país. Hace cinco años, en Bolivia se recibían entre 200 y 300 millones de dólares en concepto de remesas -afirmó-. A partir del año pasado, el número ascendió a 1000 millones de dólares."
Pros y contras
Cuellar dijo que la marcha de la economía podría desalentar a muchos en la búsqueda de otros horizontes: este año crecerá un 4% el PBI y se prevé, según datos oficiales, que logre una expansión del 5,7% el año próximo. Esto, claro está, si la situación se mantiene en calma y no estalla.
Sin embargo, agregó que la nacionalización de los hidrocarburos de Morales, que derivó en que el Estado se quedara con la mayor parte de los ingresos por la venta de gas, impactó desfavorablemente en la inversión privada e hizo crecer la incertidumbre política, lo que está alentando a los bolivianos a buscar nuevos horizontes.
Investigan a extranjeros
La policía de Bolivia investigaba ayer la presencia de ciudadanos extranjeros en Santa Cruz, bastión de la oposición al presidente Evo Morales, que estarían planificando alterar el orden público, luego de una denuncia del comandante policial Miguel Vásquez. "Vamos a reforzar Santa Cruz porque manejamos información de que hay organizaciones criminales compuestas por extranjeros que estarían planificando alguna situación crítica en esa ciudad", dijo Vásquez, sin dar mayores detalles sobre su denuncia.





PRESIDENTE MORALES LLAMA AL DIÁLOGO EN BOLIVIA, PERO SOBRE LA BASE DE LA NUEVA CONSTITUCIÓN

El Tiempo de Colombia (www.eltiempo.com)

Sí hay tregua con las 4 regiones opositoras que declararon su autonomía, analistas prevén que la tensión resurja con fuerza en febrero, tras el Carnaval, una de las pocas costumbres que unen al país.
La tensión de los últimos días en Bolivia dejó paso a una sensación de vuelta a la rutina para la población de las cuatro regiones opositoras que este fin de semana declararon su autonomía de facto, algo incompatible con la nueva Constitución entregada por el presidente Morales en un multitudinario acto.
Después de los festejos del sábado por la nueva Carta Magna en La Paz y de la presentación de los estatutos autonómicos en Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando, el balance en la mente del boliviano de a pie, en un país fuertemente dividido por los intereses regionales, es que llega a su fin una etapa en la que cada bando ha conseguido los objetivos que se ha propuesto.
Este domingo, el presidente Evo Morales anunció que llegó "la hora del diálogo" en un acto celebrado en La Paz, donde también formuló un nuevo llamado a la oposición para "trabajar juntos" sobre la base del proyecto constitucional, que dijo debe ser complementado "con muchas leyes" en distintos ámbitos.
Entre esas normas citó los estatutos autonómicos de las cuatro regiones. Y reiteró que para ser legales, deben tratarse y regularse en el marco de la futura Carta Magna.
La tradicional tregua por las fiestas de fin de año será respetada en las ciudades, a medida que los bolivianos preparan las celebraciones de Navidad y Año Nuevo. "Se van a desmovilizar parcialmente las organizaciones cívicas regionales y los movimientos sociales afines al Gobierno", opina el analista Carlos Cordero.
Pero en el plano político, el cálculo y la planificación no cesarán, en vista de que el 2008 trae meses de campaña y cruciales consultas a la población sobre los textos presentados hace 48 horas.
El Gobierno ha anticipado que en las próximas dos semanas el Congreso debe definir el umbral de votos para el referendo revocatorio, que puede realizarse en abril.
Este será un punto de tensión. El oficialismo pretende que en esa consulta sobre la permanencia en sus cargos del presidente Evo Morales y de los prefectos (gobernadores) de los nueve departamentos del país, el umbral de votos sea la cantidad de sufragios obtenida por cada uno en la anterior votación. Así, Morales se iría si recibe menos del 53,74 por ciento de los votos. La oposición y los prefectos demandan que el umbral sea del 50 por ciento.
Otra decisión que el Congreso debe tomar es sobre el referendo que dirime un artículo de la nueva Constitución, referido al límite de 10.000 hectáreas de tierra legales para el latifundio.
La perspectiva para el 2008 es que el país entre rápidamente en un periodo de campañas proselitistas para estas consultas populares y para las otras dos de fondo, que viabilizarán la aprobación final de la Constitución y de los estatutos autonómicos, que podrían realizarse agosto próximo.
Es previsible que la tensión política evidenciada en estos días resurja con fuerza a mediados de febrero, tras el Carnaval, otra "costumbre social" que en Bolivia se respeta, explica Cordero.
Un dato adicional es que en enero, al comenzar el año electoral, la Corte Nacional Electoral quedará acéfala, debido que concluye el mandato de su presidente, Salvador Romero.
Por ley, Morales puede nombrar a su reemplazante, pero la oposición podrá argumentar que el mandatario intenta poner ese órgano bajo su control, antes de entrar en un periodo clave.





LA AUTONOMÍA Y LA CONSTITUCIÓN AHONDAN LA DIVISIÓN EN BOLIVIA

Un sondeo reflejó que el 50% de la población prefiere una mediación internacional entre el Gobierno y las regiones autonomistas

El Comercio de Ecuador (www.elcomercio.com)

Las manos morenas de indígenas y campesinos ondeaban el sábado con fuerza las banderas de color rojo, amarillo y verde en inmediaciones del Palacio Quemado de La Paz. Mientras tanto, el Parque Urbano de Santa Cruz de la Sierra se convirtió en un bosque de banderas verde y blanco, empuñadas por una mayoría de manos blancas.
Los pobres del occidente y los ricos del oriente de Bolivia festejaban, pero por distintos motivos.
La nueva Constitución representa para los pobres la soñada inclusión a un país que los despreció desde 1825, mientras que para las regiones ricas el modelo autonómico servirá para tener poder y control de su territorio, según el analista político Julio Peñaloza. “Esos indios e indias ‘de mierda’ que se abrazaban y por fin lloraron no por sus muertos, sino por la autoafirmación de sus identidades y existencias, tienen derecho a ser respetados, a ser bolivianos como todos nosotros, que pertenecemos a la clase media”.
También admite que Bolivia ahora es un país dividido que requiere diálogo para evitar días difíciles, que pueden amenazar hasta su integridad territorial.
"Si uno lee los más de 400 artículos de la nueva Carta Magna, está claro que la banda se ha ensanchado para que puedan ingresar las mayorías, las que nunca estuvieron y que fueron utilizadas como carne electoral”, destaca Peñaloza, quien siguió el desarrollo de los 16 meses de funcionamiento de la Asamblea Constituyente.El Gobierno boliviano precisó ayer que la nueva Carta Magna respeta la institucionalidad vigente, el Estado de Derecho y las elecciones por sufragio. Pero también reconoce y respeta la institucionalidad comunitaria y la elección de autoridades originarias por medio de usos y costumbres. “Respeta y refrenda las autonomías como espacios de decisión descentralizada en el nivel departamental, regional, municipal y territorio indígena, además de resguardar y velar por la continuidad del pluralismo jurídico, por medio de la coexistencia de la justicia ordinaria y la justicia comunitaria”, destaca un comunicado de prensa.
La nueva Constitución, de 411 artículos y 12 disposiciones transitorias, también reconoce la situación crítica del planeta, luego de varios siglos de desarrollo insostenible. “El vivir bien es su piedra angular y el derecho colectivo a un medio ambiente sano es constitucionalizado”, según el canciller David Choquehuanca, uno de los ideólogos del Movimiento Al Socialismo (MAS).
El control de la tierra y de los recursos naturales hicieron que Santa Cruz sea el departamento abanderado del modelo autonómico que logró eco en Beni, Pando y Tarija en el referéndum del 2 de julio del 2006, y que ahora pretende ampliarse a las regiones de Chuquisaca y Cochabamba.
Una encuesta de la empresa Mori establece que la autonomía tiene un respaldo actual en Santa Cruz de 83%, del 80% en Tarija, el 76% en Beni, el 67% en Chuquisaca y el 50% en Pando.“La mitad de la gente encuestada cree en una mediación internacional entre el oficialismo (gobierno de Evo Morales) y la oposición (departamentos autonómicos)”, destaca el informe Mori.
El llamado de "no a las armas, sí a las urnas" que han hecho, a su turno, el presidente Morales y su vicepresidente, Álvaro García Linera, es la mejor expresión de definir la división entre seguidores de la Constitución y de las autonomías.
32 heridos en enfrentamientos
Unas 32 personas resultaron heridas en Santa Cruz por una pelea campal entre seguidores de la nueva Constitución y defensores del estatuto que da paso a una autonomía de facto en cuatro departamentos, informaron ayer varios diarios bolivianos.
La plaza principal del pueblo de Santa Rosa de Sara, ubicado en el norte de Santa Cruz, se convirtió el sábado en un campo de batalla por la oposición de sus pobladores a que un millar de campesinos que habitan en la reserva forestal de Choré organicen un cabildo para festejar la nueva Constitución de Bolivia.
Los médicos del hospital de Santa Rosa informaron haber atendido a 32 heridos de ambos bandos. La presencia de unos 30 policías logró restablecer el orden en Santa Rosa tras cuatro horas de enfrentamiento entre seguidores de la nueva Constituyente y el flamante estatuto autonómico.
Sin ceder posiciones
El modelo autonómico, territorialmente, se expande a seis de los nueve departamentos, pero la mayor población de Bolivia sigue asentada en el occidente con La Paz a la cabeza, y por ahora sustento de la popularidad del presidente Evo Morales.
Miles de campesinos que participaron el sábado en los festejos organizados por el Gobierno en La Paz inician hoy en sus respectivas comunidades la campaña para aprobar el proyecto de Constitución en el referéndum aprobatorio, previsto para el primer semestre del 2008.





PROVINCIAS RICAS SE SEPARARON DE LA BOLIVIA DE MORALES

Infobae de Argentina (www.infobae.com)

Así lo decidieron Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando. El líder cocalero advirtió a los opositores que usará los cuerpos militares para desactivar la autonomía. "No hay división de Bolivia", gritó Evo.
"No hay division de Bolivia, no hay descuartizamiento. En base a un estatuto autonómico quieren crear su Policía autonomista, dividir a la Policía nacional, pero ni la Policía ni las fuerzas militares se van a prestar a este golpe de Estado", advirtió Morales para oponerse a los intentos de las regiones ricas de Santa Cruz,Tarija y Pando de escindirse de La Paz.
Estas palabras fueron pronunciadas en una multitudinaria marcha de apoyo, mientras que los gobiernos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija entregarán los textos para el proyecto de autonomía de dichos departamentos.En este contexto, las cuatro regiones más ricas de Bolivia pusieron en marcha este sábado, con concentraciones callejeras, un proceso de autonomía.
Las autonomías que fueron simbólicamente proclamadas este sábado en medio de verdaderas fiestas populares en las regiones cálidas de llanura, apuntan a que las regiones tomen el control de impuestos, policía, justicia, migración, cuidadanía e hidrocarburos, entre otros.
"Autonomía no es para la división de Bolivia, no es separación, no es descuartizamiento, ni de la Policía ni de las Fuerzas Armadas ni de la educación", replicó en un acto público desde La Paz, en el frío de la alta montaña el presidente izquierdista Evo Morales.
Morales, el primer indígena que gobierna Bolivia en 182 años, acotó que con "el pretexto de autonomía se quiere dividir el país, pero no vamos a permitir ninguna división de Bolivia", arrancando la ovación de miles de indígenas que siguieron su discurso.





EL PREFECTO DE SANTA CRUZ ES UNO DE LOS GRANDES LIDERES OPOSITORES EN BOLIVIA

GOBERNADOR COSTAS: "ACÁ NO HAY NINGUNA POSIBILIDAD DE SEPARATISMO"

El Clarín de Argentina (www.clarin.com)

Se define como "un hombre de campo", pide pasar Navidad y Año Nuevo en paz y propone un gran acuerdo nacional como el de la Moncloa. O un proceso estilo Sudáfrica, "aunque en Bolivia -dice- nunca hubo apartheid". El gobernador Rubén Costas dice que tuvo malas experiencias con la prensa extranjera "que no refleja los verdaderos sentimientos de los cruceños", aunque, con desconfianza, aceptó una entrevista colectiva con algunos enviados. "¿Ustedes creen que con 40% de población migrante Santa Cruz va a pensar en separarse de Bolivia?", interpeló a los periodistas el líder cruceño, uno de los principales opositores a Evo Morales.
-La escenificación de la aprobación del estatuto de autonomía parece la constitución de un país separado, ¿cuál es su visión?
-Lo que ha nacido hoy es un estatuto autonómico. En casi todos los países del mundo, en el contexto de la globalización, las regiones defienden su identidad, su cultura. Si alguien cree que hay una búsqueda de separación, les pido con respeto y cariño que me hagan la pregunta de forma directa para que no queden dudas. Acá no hay ninguna posibilidad de separatismo, ¿o ustedes creen que con 40% de población migrante Santa Cruz va a pensar en este tipo de oscurantismos mentales que tiene el presidente?-En el acto se cantó el himno cruceño y no el boliviano, ¿eso no tiene ninguna connotación?
-No, porque el himno boliviano, tengo entendido, tiene restricciones para su entonación, no hay que ver fantasmas donde no existen. ¿Será posible que muchos vengan a Santa Cruz a buscar al Milosevic -por el ex líder serbio- que quiere dividir Bolivia? En ninguna parte del mundo las autonomías han generado la división de los países. Santa Cruz tiene una lucha de más de cien años contra la exclusión y el centralismo. Como en 1904 con el grito desesperado "ferrocarril o nada", y en la década del '50 la lucha por el 11% de las regalías petroleras, o más recientemente, con el pedido de elección de alcaldes y prefectos (gobernadores). Siempre nos acusaron de sediciosos u oligarcas.
-Usted prometió cumplir y hacer cumplir el estatuto, pero desde el gobierno central han dicho que es ilegal ¿Cómo va a hacer?
-Hemos seguido todos los pasos legales, conseguimos medio millón de firmas por la autonomía para que se haga una consulta nacional vinculante (en 2006). El 70% de los cruceños, y de otros tres departamentos (provincias), votaron por autonomías departamentales, pero la Asamblea Constituyente ha desconocido esos resultados. Por eso estamos volviendo a recurrir al pueblo: hoy vamos a empezar a recolectar otra vez firmas para que la gente apruebe o rechace el estatuto.
-El presidente Evo Morales dice que las autonomías están incluidas en la nueva Constitución, ¿no es así?-El presidente encontró la fórmula para confundir todo, y así se superponen autonomías departamentales, indígenas, regionales, municipales. Además, no hay autonomía sin competencias. Evo Morales siempre estuvo en contra de las autonomías. Los procesos totalitarios buscan concentrar el poder, por eso en la Alemania de Hitler o la Rusia de Stalin no podían ser autonomistas, pero tampoco en la Venezuela de Chávez o el Chile de Pinochet. Y pasa lo mismo con la Bolivia de Evo, porque la autonomía democratiza el poder y mejora el control social. Evo Morales optó por un modelo de odio, rencor y racismo. Lastimosamente ni siquiera es una partitura propia sino que viene de este sinvergüenza (se refiere al presidente venezolano Hugo Chávez) que se cree emperador y está llevando a una situación muy conflictiva en América del Sur.
-¿Por qué se incluyó el control de la titulación y distribución de tierras por el gobierno local?
-Nuestro estatuto establece que la tierra debe cumplir una función económica y social. El 99% de los bolivianos rechaza el latifundio. Pero debe haber un proceso de desconcentración para que la firma de un título agrario no tarde 10 o 20 años en La Paz y la función económica social la podamos comprobar acá. ¿Será que en un país con más de 1.000.000 de hectáreas y 9.000.000 de habitantes hay problema de tierras? ¿Será posible que nos arrastren a una guerra civil por el tema tierra?





EVO "COMPRA" AL EJÉRCITO PARA QUE NO SE LEVANTE EN ARMAS

Infobae de Argentina (www.infobae.com)

El senador Oscar Ortíz del partido opositor PODEMOS advirtió en Radio 10 que el líder cocalero destina recursos de Venezuela a las fuerzas para "tenerlas tranquilas". Anunció que otro departamento inició el proceso para lograr su autonomía
Ortíz además pidió a la comunidad internacional de naciones que abandone su postura "pasiva", e "indiferente" hacia lo que entiende la posible disolución de de Bolivia.
"El principal problema es la pobreza y la falta de políticas sociales focalizadas" para atender las cuestiones de desigualdad e inequidad que aqueja al país andino.
"Ahora vamos a un proceso en el cual los estados autónomos de Santa Cruz, Tarija, Pando y otros van a hacer un plebiscito para lograr su autonomía" y agregó: otro departamento, el de Chuquisaca, ha iniciado el proceso de colección de firmas para su autonomía"
Al hacer alusión a la postura de las Fuerzas Armadas ante el avance de la escalada separatista en Bolivia, Ortíz señaló que "las fuerzas armadas no han acompañado a la policía nacional, y hay comentarios de que los comandantes reciben recursos de los venezolanos para tenerlos trnaquilos, dinero que les dan por abajo de la mesa, claro"





EL AFIANZAMIENTO DE LA INTEGRACION REGIONAL

LULA Y BACHELET VIAJARON A BOLIVIA Y DIERON UN FUERTE RESPALDO A EVO

Fue al anunciar la construcción de un corredor bioceánico a través del Altiplano. Brasil también restablecerá las inversiones de Petrobras. Es un gesto hacia el presidente boliviano, enfrentado a la oposición de su país.

El Clarín de Argentina (www.clarin.com)

Algo quedó claro ayer para quienes conservan todavía alguna racionalidad política dentro de las corrientes secesionistas y derechistas bolivianas. En medio de las turbulencias de la última semana, el presidente Lula da Silva, quien desembarcó cerca de las 19 horas en el aeropuerto de La Paz con media docena de ministros y una amplia comitiva empresarial, advirtió en forma enérgica los riesgos de una aventura que intente quebrar las instituciones democráticas de Bolivia. "Evo Morales es el presidente constitucional de este país", enfatizó por si alguien podía llegar a dudar de la postura brasileña.
La actitud de la presidenta Michel Bachelet fue en el mismo sentido. Al llegar a La Paz declaró ayer que su país tiene "un profundo interés de integración" con Bolivia y firmó con Evo y con Lula un acuerdo de gran trascendencia regional: la construcción, en tiempo récord (estará en operaciones a principios de 2009) del corredor que une la ciudad y puerto de Santos (en San Pablo) con Arica e Iquique en Chile. Esa carretera atravesará Bolivia y facilitará las exportaciones del gobierno de Evo por el Pacífico.
La prensa boliviana empezó a admitir los riesgos de que la oposición a Evo quede aislada en la región. El diario paceño La Prensa fue el primero en dar el alerta al subrayar que la oposición a Morales debe cuidar el frente externo, cuando países como Chile, Brasil y Argentina tienden un manto protector alrededor del jefe de Estado boliviano. En ese matutino se admitía que "hay que ser cautelosos" con las acciones cuando existe tamaña red de protección regional.
La semana pasada hubo un momento de indefinición en el Palacio del Planalto cuando se llegó a evaluar si era conveniente que Lula viajara a La Paz en un momento de tanta fragilidad política. Es que el gobierno acaba de aprobar una nueva Constitución, pero enfrenta regiones claramente secesionistas que desconocen esa Carta Magna. Colaboradores del presidente brasileño llegaron a mencionar cuestiones de seguridad. Pero Lula fue tajante: "La fecha de mi visita es inamovible", dijo a sus colaboradores. El jefe de Estado brasileño evaluó que su respaldo era esencial en este momento de fragilidad política en Bolivia.
Desde Santa Cruz, una de las "provincias" díscolas que aprobó el sábado su estatuto autonómico con grandes fiestas pero por afuera de la legalidad constitucional, empezaron a lamentarse. Rubén Costas, gobernador de ese departamento, uno de los más ricos en este país pobre, amenazó sin sutilezas. Después de condolerse del apoyo brasileño a Evo, sostuvo que "algún día, Lula va a tener que sentarse a negociar con nosotros". Este opositor a Morales parecía haber perdido las referencias de tamaño. Lula es el presidente de un país que tiene 8 millones de kilómetros cuadrados y forma parte del célebre grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China). Santa Cruz es apenas un distrito boliviano.
En el Palacio del Quemado hubo lugar para pocas preguntas a Bachelet, Morales y Lula da Silva. Había una de rigor que Lula evitó en todo momento responder. Alguien le sugirió si no temía invertir en un país con la inestabilidad política y eventual aumento de la crisis en el futuro. El brasileño respondió en forma concisa: "No me manejo con supuestos escenarios".
En la visión brasileña como en la de Bachelet hay factores políticos pero también económicos (en verdad, no se pueden disociar). Lula necesitaba que Petrobrás recupere la iniciativa de inversión en Bolivia, sobre todo de sus ricos yacimientos gasíferos. Fue por eso que el mandatario brasileño recordó a quienes dudan del devenir político boliviano, que "nunca falló la provisión" de hidrocarburos gasíferos desde este país.
En el caso de Bachelet, la consolidación del corredor bioceánico, cuyas partes faltantes serán financiadas por la Corporación Andina de Fomento, le abre las puertas para conseguir el indispensable abastecimiento de gas desde Bolivia. Y Petrobrás juega ahí su papel. Las inversiones comprometidas por la estatal brasileña son del orden de los 800 millones de dólares y redundarán en un aumento de la producción de gas de 8 millones de metros cúbicos diarios.
La masa de recursos inversores estarán destinados a los campos que estatal brasileña ya posee en Bolivia: San Alberto, San Antonio e Ingre. Además, la gigantesca compañía -una de la grandes players mundiales- evalúa asociarse con Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB) para explorar, y explotar, nuevos campos.





EL VIAJE A LA PAZ SE VIVIO COMO UNA SEÑAL DE ALIANZA REGIONAL

LULA Y BACHELET RESPALDARON A EVO

En momentos en que Bolivia atraviesa una crisis entre el gobierno y cuatro regiones autonomistas, los mandatarios vecinos se hicieron presentes. Relanzaron el proyecto Corredor Bioceánico que conectará los tres países. Lula firmará convenios petroleros.

Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)

Mientras la oposición busca dividir a Bolivia, los países limítrofes apuestan a que el altiplano sea el puente comercial entre el sur amazónico y el andino. “La mandataria va a La Paz para sostener un encuentro tripartito con el fin de analizar y avanzar en la concreción del Corredor Bioceánico, megaproyecto que conectará a Bolivia, Brasil y Chile”, así reza la declaración oficial que La Moneda envió a los medios anunciando el viaje de Michelle Bachelet al país vecino. Allí también arribó el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, al igual que Chile, en una señal de respaldo al gobierno de Morales. Lula busca reactivar inversiones energéticas y promover créditos para el campo boliviano.
Pero lo cierto es que este nuevo periplo de Bachelet va más allá. Con algo de retraso la comitiva chilena llegó a La Paz en medio de una gran expectativa periodística y fuertes lluvias. Sin embargo, cuando el avión de la Fuerza Aérea de Chile tocó la loza del aeropuerto paceño, un rayo de luz cruzó las nubes. “Me alegro mucho de haberles traído el sol”, dijo Bachelet sacando lustre a su estilo cercano y empático. De ahí, los visitantes diplomáticos partieron raudos a una actividad paralela. Bachelet –que de a poco se va afirmando en las encuestas de opinión locales– recibió las llaves de la ciudad de El Alto de manos del alcalde, Fanor Nava, en una señal clara de las buenas relaciones que han caracterizado este período entre Chile y Bolivia.
“Y puede entenderse también como el respaldo chileno a la nueva Constitución presentada por Evo Morales y que ha dividido virtualmente al país altiplánico”, sostuvo un miembro de la comitiva a Página/12, desde Bolivia. De hecho, ésta es la tercera ocasión en que Bachelet viaja al vecino país. Anteriormente lo hizo para la II Cumbre de Jefes de Estado de la Comunidad Sudamericana de Naciones, el 8 y 9 de diciembre de 2006, en Cochabamba, y para la XVII Reunión del Consejo Presidencial Andino, realizada en Tarija, el 14 de junio del presente año, oportunidad en la que se formalizó la incorporación de Chile como País Asociado a la Comunidad Andina de Naciones (CAN). “Esta es la tercera vez que estoy en Bolivia como Presidenta de la República y demuestra el interés de integración, amistad y el profundo deseo que Chile tiene en ello y en la amistad con el pueblo y el gobierno de Bolivia. Estamos muy contentos porque esa convicción de la necesidad de integrarnos lleva de la mano un acto concreto: vamos a anunciar el desarrollo de un corredor bioceánico que una al océano Atlántico y el Pacífico y se garantice el mejor desarrollo de este pueblo”, dijo al descender del avión.
Viaje en duda...
Antes de que el ministro de Relaciones Exteriores chileno, Alejandro Foxley, confirmara la visita de Bachelet, cuando todavía daba vueltas por La Moneda la reforma constitucional de este país y la ratificación de la Asamblea Constitucional de Bolivia como “derecho irrenunciable”, una salida al mar con “soberanía” sobre territorios chilenos, Foxley aseguró que la visita oficial de la mandataria se realizaba porque obedece a otras preocupaciones. Y aclaró que no le corresponde al gobierno chileno “dar ninguna opinión” sobre la reforma constitucional en el país vecino, pues “está en un proceso interno”.
Además negó que la situación paralice el diálogo bilateral entre ambos países y afirmó que la “agenda no ha variado, nadie ha dicho que no está válida y mientras esté válida se va a seguir trabajando”. El compromiso quedó de manifiesto. Si bien Bachelet –tras la cena de honor ofrecida por el presidente Evo Morales– regresó rauda con su comitiva a Chile, la señal fue clara.
Antecedentes del corredor bioceánico
Por otro lado, la cita que sostuvo Bachelet anoche con sus pares Evo Morales y Luiz Inácio Lula da Silva fue considerada clave para avanzar en la concreción del Corredor Bioceánico, megaproyecto que conectará a los tres países y que apunta a la promoción del desarrollo económico y la integración de sus habitantes. En el encuentro, que se realizó en el Palacio Quemado, los tres mandatarios analizaron los detalles del proyecto, las inversiones necesarias para concretar los tramos pendientes y las proyecciones económicas, sociales y culturales que éste conlleva. La ruta trinacional tendrá una extensión aproximada de 4000 kilómetros, que permitirán conectar –por vía terrestre– la ciudad de Santos (Brasil), en el litoral Atlántico, pasando Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), con las ciudades de Arica e Iquique (Chile) en la costa del Pacífico, potenciando a este último país como una plataforma de servicios portuarios. Se espera que el corredor esté en funcionamiento a fines de 2009. El corredor bioceánico partirá del puerto brasileño de Santos, atravesará Bolivia y finalizará en la terminal marítima chilena de Arica, con conexión a otras de la misma zona. El territorio boliviano será atravesado de este a oeste en dos ramales, en un total de 2600 kilómetros de vía. Con la carretera, un envío que tardaba por barco más de 40 días en llegar desde la costa atlántica de Brasil hasta el Pacífico chileno podrá ser llevado por tierra en poco más de tres días, según la prensa local.
Cabe destacar que esta iniciativa regional fue abordada recientemente por los tres presidentes, en el marco de la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que se realizó en Santiago. A esta cita internacional asisten también los cancilleres de los tres países y el presidente ejecutivo de la Corporación Andina de Fomento (CAF), Enrique García, institución financiera multilateral compuesta por 17 naciones de América latina, El Caribe y España, además de 15 bancos privados de toda la región.
Lula continuará en Bolivia hasta hoy para firmar con Morales acuerdos de cooperación. Luego de casi un año de distanciamiento, el mandatario brasileño y el boliviano restablecerán las inversiones de Petrobras en el altiplano por un monto aproximado de 750 millones de dólares, según el Ministerio de Hidrocarburos. Asimismo, la estatal petrolera YPFB firmará con su par brasileña un entendimiento para abrir los campos petroleros y gasíferos de Bolivia a una explotación conjunta. Por último, los dos países vecinos prevén acordar un crédito de 35 millones de dólares para la tecnificación del agro boliviano.





Primera visita como Mandataria a Bolivia:

CORDIALIDAD BOLIVIANA MARCA LA BREVE VISITA DE BACHELET A LA PAZ

Presidenta recibió honores militares y fue declarada "hija ilustre" de El Alto, ciudad tradicionalmente crítica de Chile.

El Mercurio de Chile (www.emol.com)

"Michelle, amiga, Bolivia te saluda" o "Evo y Michelle, un solo corazón". Frases recurrentes entre las varias decenas de bolivianos que se apostaron en la Plaza Murillo -frente a la casa de gobierno altiplánica- para recibir efusivamente a la Presidenta Michelle Bachelet, quien ayer realizó una fugaz visita a La Paz por apenas cinco horas para ratificar el corredor bioceánico entre Bolivia, Brasil y Chile.
El paso de la Presidenta, que por primera vez visitaba la ciudad como Mandataria, estuvo rodeado de inéditos gestos, tanto de las autoridades como de los propios habitantes. Incluso, minutos antes de entrar al Palacio Quemado, Bachelet se dio tiempo de recibir el retrato que un pintor boliviano hizo de ella.De parte del Gobierno, la situación no tuvo diferencias. A pesar de que Chile y Bolivia no tienen relaciones diplomáticas desde 1978, Evo Morales determinó que el regimiento "Los Colorados" le rindiera honores en la losa del aeropuerto El Alto, aunque el protocolo determina que éstos sólo se realizan cuando los jefes de Estado arriban al país por las mañanas, algo que no sucedió con la Presidenta, que llegó a las 17.00 horas.En paralelo, Bachelet fue condecorada como hija ilustre de la ciudad de El Alto, en un gesto decidor, ya que en esa ciudad se gestó la llamada "Guerra del Gas" en 2003, cuando sectores sociales de esta localidad rechazaron violentamente la idea de vender el hidrocarburo a nuestro país sin requisitos de gas por mar.
Las expectativas por la presencia de la Mandataria chilena en La Paz fueron expresadas por el propio Morales, quien, en su discurso -seguido atentamente por Bachelet y el brasileño Lula da Silva- destacó los estrechos lazos que se han creado entre él y su par chilena. "Antes era un poco difícil estar en contacto permanente con la hermana vecina República de Chile y quiero agradecer a la Presidenta porque hasta ahora hemos creado una gran confianza entre los pueblos, entre dos naciones", expresó en medio del aplauso de las decenas de dirigentes sociales y sindicales que se dieron cita en Palacio Quemado.
El afecto con que se la recibió fue retribuido por la Jefa de Estado, quien, en la misma línea de su homólogo, manifestó en tono integrador que la visita "muestra la amistad y el profundo interés de integración que Chile tiene y la gran amistad por el pueblo y el gobierno de Bolivia" -dijo-, aprovechando de agradecer la "hospitalidad" y el "jallalla" (demostraciones de cariño en lengua aimara) que le dieron los bolivianos durante su breve visita al país.
Así, concluía esta madrugada su gira a La Paz, cuyo principal motivo fue la firma del acuerdo que significará la construcción del corredor bioceánico que unirá a Brasil, Bolivia y Chile. La carretera de más de 4.700 kilómetros debiera comenzar a operar el 2009, permitiendo el transporte de cerca de 2 millones de toneladas entre el puerto brasileño de Santos, pasando por Bolivia, hasta llegar a los puertos de Arica e Iquique.Gesto médico
Por segunda vez en menos de una semana, la Presidenta Michelle Bachelet debió recurrir a su condición de médico en una emergencia. Justo en momentos en que Evo Morales agradecía la ratificación del corredor bioceánico, el ministro de Justicia brasileño, Tarso Genro, se desplomó por la altura, cayendo sobre el canciller Foxley.
De inmediato, Bachelet y el médico de la delegación chilena, José Miguel Puccio, corrieron al lugar para prestarle primeros auxilios.
ACUERDOCORREDOR. Chile, Bolivia y Brasil establecieron las bases de la ruta bioceánica.





UN CORREDOR BIOCEÁNICO UNIRÁ CHILE, BOLIVIA Y BRASIL

ADN Mundo de Argentina (www.adnmundo.com)

Los Gobiernos de sendos países se comprometieron a impulsar la construcción de una carretera de 5.900 km. entre los océanos Atlántico y Pacífico para poder terminarlo en el primer semestre de 2009 y afianzar así la integración de toda Sudamérica. La inversión rondará los 1000 millones de dólares.
Los presidentes de Chile, Michelle Bachelet; Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; y Bolivia, Evo Morales, firmaron en La Paz una declaración en la que plasman su compromiso con la "integración regional", especialmente en materia de infraestructura, y recalcan que la unidad de Sudamérica requiere "voluntad política y esfuerzo".
Por ello, los mandatarios acordaron adoptar las medidas necesarias para que ese corredor biocéanico que atraviesa los tres países esté concluido en el primer semestre de 2009. La obra costará unos 1000 millones de dólares.Además, anunciaron que estarán presentes en el acto de inauguración de la carretera en esa fecha, que se celebrará en la localidad oriental boliviana de Puerto Suárez, en la frontera con Brasil.
"Es un proyecto de gran trascendencia para integrar América del Sur", afirmó Bachelet durante el acto celebrado esta noche en el Palacio de Gobierno de La Paz.
"No se trata solo de construir una carretera, es mucho más que eso", precisó la mandataria chilena al hacer hincapié en que el futuro corredor, de 5.900 kilómetros, potenciará el turismo y el comercio en el área, entre otros aspectos.
Asimismo, Bachelet sostuvo que la nueva conexión bioceánica va a "facilitar de manera extraordinaria la integración y el diálogo" de Suramérica con la región de Asia-Pacífico, de la que dijo que es "la zona más vigorosa y dinámica en la economía".
Por su parte, el presidente brasileño también destacó que el corredor es una "pieza clave" para el futuro de Suramérica y apuntó que la región solo ocupará "el lugar que merece si está fuerte, unida e integrada".
Lula recalcó, además, que Sudamérica es ya para Brasil "un socio comercial más grande que Estados Unidos". El mandatario brasileño y su colega boliviano coincidieron al afirmar que la carretera biocéanica contribuirá al desarrollo de poblaciones "remotas" de ambos países hasta ahora marginadas.
El anfitrión Morales, tras señalar que los tres mandatarios vienen "de sectores marginados", Lula como sindicalista obrero, Bachelet como mujer y él como campesino indígena, destacó la importancia de la vía porque beneficiará a muchos, "a los pueblos abandonados y sin caminos".
Recordó también que Bolivia es, de los tres países, el que tiene más tramos todavía en construcción y otros muchos sin pavimentar.
Según un informe difundido durante el acto, Chile invertirá más de 93 millones de dólares en la conclusión de los tramos que pasan por su territorio y Brasil casi 133 millones en los suyos.
Mientras, la inversión prevista en Bolivia alcanza los 752 millones de dólares, 380 de los cuales no tienen todavía fuentes de financiación.
El presidente Morales detalló que las obras que se están ejecutando actualmente en su país están financiadas, entre otros, por la Unión Europea, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de Fomento (CAF).
El corredor partirá del puerto brasileño de Santos, atravesará Bolivia y finalizará en la terminal marítima chilena de Arica, con conexión a otras de la misma zona como Iquique. Una vez concluido en 2009, permitirá transportar más de dos millones de toneladas de carga por año y unir el Atlántico y el Pacífico en tres días por carretera.
Durante el acto en Palacio de Gobierno, Morales tuvo que interrumpir su discurso por el desmayo del ministro de Justicia de Brasil, Tarso Genro, que estaba sentado en la primera fila del público.
Clever Araujo, médico del presidente Lula, confirmó a la prensa que el desmayo se debió a una bajada de tensión, posiblemente desencadenada por la altura de La Paz, que se encuentra a más de 3.600 metros sobre el nivel del mar.
Según el sanitario, el ministro se encuentra tranquilo y se marchó a su hotel con normalidad. Bachelet retornará a su país esta misma noche, tras asistir a la cena de honor que ofrece el presidente Morales. Por su parte, Lula permanecerá en La Paz hasta mañana, cuando firmará con su colega boliviano varios convenios para reforzar y ampliar la cooperación energética bilateral.





ACUERDAN UN CORREDOR INTEROCEÁNICO

Brasil, Bolivia y Chile se comprometieron este domingo en La Paz a concluir en el primer semestre del año 2009 la pavimentación de un corredor que atravesará los tres países y que unirá los océanos Atlántico y Pacífico.

BBC de Londres (www.news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america)

Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de Chile, Michelle Bachelet, y de Bolivia, Evo Morales, suscribieron la declaración de La Paz.
En la misma, ratificaron "su firme compromiso con el proceso de integración regional, especialmente en el ámbito de la infraestructura física", para lo que comprometieron "la voluntad política y cooperación".
Bachelet y Lula arribaron a La Paz en una tarde fría. Luego de reunirse por aproximadamente una hora con Morales, los tres mandatarios suscribieron la declaración en un acto en el Palacio de Gobierno.
El discurso del presidente Morales fue interrumpido por unos minutos porque el ministro de Justicia de Brasil, Tarso Genro, sufrió un desmayo por una baja de presión atribuida a la altitud, según el informe médico de la delegación del gobierno brasileño.
Inversión
Según el ministro de Obras Públicas de Bolivia, José Kinn, el 75% del corredor está pavimentado, por lo que en algunos casos sólo queda mejorar las vías.
Ese corredor, que unirá los puertos Santos de Brasil y Arica e Iquique de Chile, tendrá una longitud de 5.850 kilómetros.
Chile invertirá US$93,2 millones; Brasil US$132,8 y Bolivia US$373 millones.
La construcción de la obra permitirá ahorrar costos de transporte, de tiempo y también integrará a las poblaciones dispersas en su recorrido.
Relaciones bilaterales
La presidenta Bachelet, en su discurso, dijo que "no se trata solamente de construir una carretera, sin duda vamos a construir una carretera, pero es mucho más que eso, porque lo que hay detrás es un proyecto en el que hay una visión sobre el futuro de nuestra región articulado al proceso de integración (en el) que nosotros entendemos al mundo".
La mandataria chilena agradeció las muestras de cariño recibidas desde su llegada al aeropuerto ubicado en la ciudad de El Alto, donde en octubre de 2003 los ciudadanos protagonizaron duras protestas sociales en contra de la exportación de gas por Chile.
En esa misma urbe, Bachelet recibió este domingo las llaves de la ciudad y fue declarada huésped ilustre, señales que contribuyen a crear confianza, según dijo la presidenta.
Bolivia y Chile no tienen relaciones diplomáticas a nivel de embajadores desde 1978, cuando se frustró un posible acuerdo para que Bolivia pudiera acceder al Océano Pacífico.
Morales también agradeció a Bachelet porque "hemos creado una gran confianza entre dos naciones, entre dos pueblos, entre las Fuerzas Armadas, los empresarios, de pueblo a pueblo, de gobierno a gobierno y de presidente a presidente".
Morales calificó la reunión de "histórica", no sólo porque tres presidentes se reúnen, sino porque los tres provienen de sectores excluidos de sus países, como son los obreros, las mujeres y los indígenas.
Consideró que el corredor es de vital importancia porque une a Chile, que está en el Pacífico; a Brasil, sobre el Atlántico, y a Bolivia, que es el corazón de Sudamérica.
Petrobras
Lula destacó que "más importante que el impulso comercial que se le dará a las exportaciones, es que la carretera llevará desarrollo a las poblaciones remotas al interior de nuestros países".
Bachelet tenía previsto regresar la misma noche del domingo a su país, mientras que Lula permanecerá este lunes en La Paz para sostener una reunión con Morales.
Esa cita es considerada de mucha importancia para ambos países, porque se constituirá en un relanzamiento de las relaciones bilaterales luego de un año turbulento.
Las relaciones entre Bolivia y Brasil sufrieron muchos tropiezos este 2007, sobre todo por la política de estatizar del presidente Morales.
La principal afectada de esa política fue la estatal petrolera de Brasil Petrobras.
Fuentes oficiales de Brasil anunciaron nuevas inversiones de Petrobras en Bolivia, que estarían por encima de los US$700 millones.





REPORTAJE

UNAS ARCAS 'BOLIVARIANAS'

El Banco del Sur, una iniciativa de Hugo Chávez, nace marcado por el escepticismo y sin unas funciones definidas

El País de España (www.elpais.com)

Cuando hace ocho años el entonces recién nombrado presidente venezolano, Hugo Chávez, lanzó su propuesta de crear "un banco del sur" que permitiera a los países latinoamericanos evitar los circuitos de crédito internacional existente, muchos consideraron que la iniciativa no pasaría del campo de la retórica de lo que ya se perfilaba como un marcado carácter antiestadounidense en su política. Pero hace una semana Chávez vio en Buenos Aires cómo tomaba cuerpo solemnemente el Banco del Sur y se convertía en el primero de los grandes proyectos bolivarianos para Latinoamérica que ven la luz. Pero la pregunta es si el organismo que nació el pasado domingo es realmente el hijo que quería Chávez o los otros padres de la criatura le tienen destinado un futuro muy diferente.
Teóricamente el Banco del Sur, con sede central en Caracas y dos subsedes, una en Buenos Aires y otra en La Paz, estará operativo en 2008 con un capital inicial en torno a los 7.000 millones de dólares. Pero a estas alturas ni siquiera está claro cuánto capital aportará cada uno de los socios. Tampoco tiene estatutos de funcionamiento, que deberán ser definidos en los próximos 60 días. Con esta premisa, lo firmado en Buenos Aires es más que una declaración de intenciones pero menos que la cristalización de un proyecto definido.
Una propuesta política
Aunque se da por descontado que Venezuela pondrá la principal cantidad de fondos, ni Brasil, Argentina, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Bolivia han hecho pública la cifra con la que participarán. Porque (aunque se ha citado profusamente durante estos días la experiencia de Europa con el BCE y hasta el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ha reclamado la creación de una moneda común suramericana a imitación del euro) el problema estriba en que ninguno de los firmantes del acta fundacional del banco comparte la misma idea de lo que debe ser el nuevo ente.
Chávez lo tiene muy claro. Para él su propuesta "es política y no técnica" y "un instrumento de liberación". El venezolano considera al Fondo Monetario Internacional (FMI), al Banco Mundial (BM) y al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como meros instrumentos de la política estadounidense para controlar a los Gobiernos latinoamericanos. Según el venezolano, se da la paradoja de que los países en vías de desarrollo están prestando dinero a EE UU al 1% o 2% de interés, dinero que Washington presta a su vez a estos países a un interés del 10%. "Es de tontos", aseguró el lunes en Buenos Aires.
El Banco del Sur debe ser una alternativa viable a todos los citados organismos que otorgue autonomía a los Gobiernos de la región, para lo cual es necesario que los socios transfieran -en palabras de Chávez- "los miles de millones de dólares de sus reservas internacionales depositadas en bancos de Estados Unidos y Europa" al Banco del Sur.
Brasil no quiere oír ni hablar de esta posibilidad. Su Ministerio de Economía ya ha señalado que no piensa transferir sus reservas al nuevo banco, y desde Itamaraty, la sede de la diplomacia brasileña, se apunta a que muchísimo menos se contempla esta transferencia de fondos a un banco cuya sede esté precisamente en Caracas. Fiel a su estrategia ante los movimientos políticos en Suramérica de los últimos años, Brasilia prefiere esperar y ver. Sin rechazar de entrada la iniciativa pero sin mostrar más entusiasmo del necesario. Apareciendo en la foto pero sin ir más lejos de lo estrictamente imprescindible para no ser acusado de torpedear el proyecto.
"Chávez ha anunciado que transferirá la mitad de sus reservas internacionales, pero habrá que ver que lo haga", apunta una fuente brasileña en la capital argentina. Pero, además, Brasil ya dispone de su propio banco alternativo centrado en las ayudas al desarrollo. Se trata del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), con unos activos superiores a 90.000 millones de dólares y una actividad que abarca casi todo el continente.
A otros socios entusiasmo no les falta, pero dinero sí... y confianza financiera también. Es el caso de Bolivia, con una convulsa situación interna y donde el Gobierno de La Paz, presidido por Evo Morales, y las regiones autonomistas se disputan los beneficios de las regalías petroleras, la principal y casi única fuente de ingresos del país.
Atractivo
El pasado martes, el Gobierno anunció que recurrirá a los créditos del Banco del Sur para potenciar empresas estatales y crear nuevas firmas estratégicas, pero horas después aclaró que Bolivia "no dejará de acudir a los organismos tradicionales de crédito, como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y la Corporación Andina de Fomento". Y es que en cuestiones económicas el pragmatismo se impone. El BID tiene unos activos cercanos a los 67.000 millones de dólares, muy lejos de los 7.000 millones del nuevo Banco del Sur, incluso superados por los más de 10.000 millones de la Corporación Andina de Fomento. En el corto plazo, Morales no comparte la idea original de Chávez y, para su Gobierno, el Banco del Sur puede ser "complementario" o "alternativo", pero no "excluyente" de los demás organismos existentes.
En sí, la idea del Banco del Sur es vista no sólo como atractiva sino como necesaria por la mayoría de los mandatarios de la región, incluyendo los que no han participado en la fundación, como Colombia o Chile. El colombiano Álvaro Uribe ha mostrado a Lula su interés en sumarse al proyecto, aunque se enfrenta a problemas constitucionales, como la independencia del Banco Central, que es quien maneja las reservas de la República. Lula, interesado en sumar socios de peso que diluyan el carácter político que pretende darle Chávez, aseguró a su homólogo colombiano que está seguro de que Colombia podrá entrar en el club sin comprometer sus reservas. Los estatutos tienen que redactarse, y es el ecuatoriano Rafael Correa -el único economista entre los presidentes fundadores y formado en Estados Unidos- el que se ha implicado más personalmente en este cometido. Lula prometió a Uribe que hablaría con él.
De la cárcel a la realidad
La historia muestra cómo a lo largo de los siglos el paso por la cárcel ha servido como marco de inspiración para grandes obras literarias y doctrinas políticas, estas últimas casi siempre peores. Y Hugo Chávez ha revelado esta semana en una entrevista con la televisión venezolana que fue en una celda donde concibió la idea de crear un banco propio para los países latinoamericanos. El entonces militar venezolano se encontraba recluido en la prisión de Yare tras intentar derrocar al presidente constitucional, Carlos Andrés Pérez, en 1992.
Chávez calificó de "terribles" los momentos que entonces vivía el mundo. "Caía la Unión Soviética, se congelaron las luchas del llamado Tercer Mundo y se levantó la bandera de la unipolaridad", destacó. El presidente venezolano pasó dos años en prisión, donde escribió Cómo salir del laberinto, una obra donde se recogen las bases de su pensamiento político.
Pero la ceremonia que se desarrolló el pasado domingo en el Salón Blanco de la Casa Rosada de Argentina queda lejos de lo que el presidente imaginó para dar inicio a su proyecto. La todavía presidenta electa argentina, Cristina Fernández, robó todo el protagonismo al acto cuando, por sorpresa y saltándose el protocolo, su marido, Néstor Kirchner, le cedió la palabra. Fernández juraba al día siguiente como la primera presidenta salida de las urnas en la historia del país y en su intervención se dedicó más a hablar de sus relaciones con los otros mandatarios presentes que del Banco del Sur. Ni siquiera acudieron todos los fundadores. El uruguayo Tabaré Vázquez, un referente de la izquierda latinoamericana, declinó acudir al acto por sus diferencias con el Gobierno argentino. Y aunque parte del público coreaba "¡patria sí, colonia no!", el sentir de los presentes, que sabían el verdadero estado de la cuestión, fue reflejado por la prensa al día siguiente. "Esperemos que el Banco del Sur tenga más suerte que el Gaseoducto del Sur".

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