Desde hace dos años, cuando Evo Morales fue elegido democráticamente, hay una expectativa por saber en qué lado se encuadra la "revolución boliviana" dentro de las distintas tendencias que están aflorando en Latinoamérica.Hay que recordar que Morales llega al poder a finales de 2005 con el 53% de los votos, 15% más que su cercano adversario, dentro de un sistema con reglas seudodemocráticas, con los medios de comunicación, la economía y los poderes dominados por una minoría ancestral instalada en el poder durante décadas y descendiente de las dictaduras militares y de los oligarcas que han "reinado" en Latinoamérica. A pesar de este contexto, obtiene el mayor respaldo electoral de un presidente en la historia de Bolivia. Se le ha tratado de comparar al proceso cubano. Pero en las celebraciones del aniversario de la muerte de Che Guevara en octubre, Morales dejó claro que si bien es admirador del mítico guerrillero argentino, él apuesta por realizar las transformaciones sociales por la vía pacífica, democrática y no-violenta. Se buscan también similitudes con el modelo venezolano de Hugo Chávez. Pero con la renuncia a la guerra, como medio para resolver las diferencias entre los países, incluida en la Nueva Constitución, Morales marca una variante revolucionaria novedosa que se desmarca de "armar al pueblo para resistir". La nueva Constitución boliviana recoge reivindicaciones históricas, colocándose entre las más progresistas del mundo. Su texto rezuma referencias a los derechos humanos y, más allá de los clásicas y genéricas menciones, se compromete con la enseñanza y la salud gratuitas, derecho a pensión, seguridad social, derechos de los niños, ancianos, poblaciones originarias, trabajadores, discapacitados, consumidores, presos, etc. todos ellos elevados a rango constitucional. Una Constitución laica y no confesional, no como la actual, que obliga a sostener a la Iglesia católica. Una Constitución pacifista que renuncia a la guerra y por supuesto al establecimiento de bases extranjeras. Pero sobre todo es una Constitución que está impulsada por un indio aimara, de oficio recolector de coca, como podría serlo de naranjas o de uvas; por el "presidente Evo Morales" como unos le llaman con orgullo ancestral, o por "El Indio", como le dicen de forma despectiva los discriminadores de siempre.La miopía de los países occidentales, en especial europeos, no digo ya de EU, pues eso es ceguera, consiste en mantener una desinformación sistemática sobre los acontecimientos que se están dando en Bolivia y en ofrecer un nulo apoyo al proceso de Morales, en el mejor de los casos. En el peor, en tratar de demonizarlo metiéndolo en la órbita de Fidel o Chávez. El fenómeno Evo Morales hay que estudiarlo en clave Mandela y no en clave bolivariana o guevarista. Hace no más de 40 años –igual que ocurría en Sudáfrica– los indígenas, las cholas, no podían caminar por las aceras en Bolivia. Tenían que bajarse de ellas si venía algún blanco. En un país donde el 65% es indígena, el 25% mestizo y solo un 10% blanco, no ha habido ni un indígena en el poder durante 500 años.En este acontecimiento hay reivindicaciones sociales y políticas, pero detrás hay otras motivaciones más profundas que están pulsando, hay reivindicaciones históricas de recuperar la dignidad de unos pueblos que han estado oprimidos durante siglos, hay reivindicaciones para abrir el futuro y dar proyección a todas las aspiraciones de un pueblo que quiere expresarse. Lo que más agradece su pueblo a Evo Morales es que les ha devuelto socialmente la dignidad y les ha abierto el futuro.Se va a entender con más profundidad el fenómeno Evo Morales si lo miramos en clave Mandela que si lo comparamos con otros procesos de la región. Bolivia ha vivido un apartheid durante siglos y ahora está saliendo de él. No sabemos cómo procesarán las cosas en Bolivia con las presiones de las multinacionales, de los terratenientes y los gobiernos corruptos. No sabemos si conseguirán su propósito de hacer fracasar este intento pacífico, democrático pero revolucionario. Pero lo que sí percibimos entre las gentes que conocimos, con las que conversamos en los días que se aprobó la Constitución, es que hay un proceso en marcha imparable y sin retorno. Hay un pueblo que busca su expresión y ha encontrado su camino de dignidad. Eso no lo va a parar una multinacional ni ningún terrateniente ambicioso de mantener su hegemonía. Si hay un retroceso, ¡ojalá no se dé!, será algo momentáneo, pues la certeza de lo digno y de lo justo volverá nuevamente con aún mucha más fuerza. Mi amigo y hermano, el senador del MAS Gastón Conejo Bacopé, que nos regala con su pluma poética unas crónicas políticas brillantes, relata así una parte de la celebración que el día 14 hicieron con motivo de la entrega oficial del texto de la nueva Constitución Política. "Las puertas de Palacio se abrieron al pueblo, a las bandas musicales y a los conjuntos nativos. El presidente Evo, el vicepresidente Álvaro, los constitucionalistas, los jefes de las Fuerzas Armadas, los ministros, bailaron, bailaron juguetones al interior del gran salón. Al son de huayños y quenas, tambores y pinquillos, en ronda infantil juguetona, los comandantes de las tres fuerzas armadas, de la Policía de seguridad ciudadana, los asambleístas, bailaron, tomados de las manos con mujeres indígenas de hermosos atuendos; las ministras y diputadas bailaron enlazadas con varones de pueblos y comunidades de las 36 nacionalidades. El pueblo profundo de la patria, de militares e indígenas, de mestizos, clase media, intelectuales y obreros, patriotas de todo tipo, seres sencillos y humildes, bailaron alegres, festejaron el cambio político y legislativo que Bolivia inicia. Esta no es la Bolivia de los negocios, de la Repsol, British Petroleum, ETI-ENTEL o Telecom; es la Bolivia de los pueblos y de sus gentes postergadas durante siglos, que emergen y buscan su futuro. Ya que nuestros gobiernos no apoyan este proceso, lo cual habla de "a qué intereses responden", llamamos al corazón de los ciudadanos y de las organizaciones sociales de Europa para que apoyen, apoyemos, el proceso boliviano en un momento muy especial. Pues es un proceso en el que nos estamos jugando mucho todos, no solo los bolivianos. Evo Morales, como él mismo se define, es un humanista que busca que su pueblo pueda finalmente expresarse y ser protagonista en su país. Esto tan simple es revolucionario. Es una esperanza para todos que Bolivia avance y se ponga a la vanguardia de las revoluciones democráticas, pacifistas y no-violentas en el mundo. Las revoluciones humanistas.Creo que su empeño tendrá éxito si se profundiza en el camino que ha elegido de la no-violencia activa. Ese camino, ignorado por sus contrarios, da herramientas eficacísimas para luchar contra los violentos y lograr "des – armarles" totalmente. No sería la primera vez, en su momento Gandhi consiguió vencer a una fuerza mucho más poderosa aún. Aquí estamos ante un nuevo tipo de revolución, una revolución pacifista, una revolución que se apoya en las urnas, una revolución pues propone eliminar definitivamente el derecho a la guerra de los estados, una revolución pues trata de dar la voz a los eternos "sin voz". Desde ahí se podrá entender lo que está ocurriendo en Bolivia, desde ahí se podrá comprender a Evo, el Mandela latinoamericano.
Felipe Quispe, líder indígena boliviano
“EVO NO ES LA EXPRESIÓN DE LA NACIÓN INDIA”
El dirigente del movimiento Pachakuti hace un crítico balance de la administración del primer indio Presidente de Bolivia. Claro que, a diferencia de los separatistas cruceños, lo sobrepasa por la izquierda, acusándolo de olvidarse de los indios y de ceder ante blancos y opresores.
La Nación de Chile (www.lanacion.cl)
¿Es Evo Morales un yanacona (indio sometido al hombre blanco)? Es la interrogante que plantea el líder indígena y ex candidato presidencial de Bolivia, Felipe Quispe. Sus conocidas diferencias con el actual Presidente de su país se arrastran desde octubre de 2002, cuando Quispe encabezó las protestas indígeno-campesinas que apuraron la caída del ex Mandatario Gonzalo Sánchez de Lozada.
Aunque luego unieron fuerzas para sacar al sucesor de éste, Carlos Mesa, las visiones políticas de ambos líderes indigenistas no han variado. Y ahora que Morales ocupa el sillón del Palacio Quemado, la brecha que los separa sigue ensanchándose. A juicio de Quispe, porque el Jefe de Estado boliviano ha utilizado su origen étnico como plataforma política para llegar al poder. "Donde están los mismos blancos, los mismos opresores que han hundido a Bolivia", acusa.
De paso por Angol, donde visitó a los presos mapuches en huelga de hambre, el Mallku cóndor en aymara hace un crudo balance de los casi dos años de Gobierno de Evo Morales, el primer indígena en alcanzar la Presidencia de Bolivia.
¿Qué está pasando con los indígenas en Bolivia bajo la administración de Morales?
El compañero Evo tiene el compromiso de cumplir con nuestro petitorio: entregarnos el suelo que nos corresponde, lo que perdimos desde la llegada de los españoles. Cuando él asumió estábamos contentos, pensando en lo que se nos iban a entregar. Pero desde que llegó al poder no ha cumplido. Evo es sólo un indígena que está en el Palacio de Gobierno; pero su gabinete no está compuesto por gente como él, está con los mismos blancos. Nosotros no hemos cambiado nada, seguimos trabajando con las herramientas que nos dejaron nuestros antepasados, bueyes y el arado egipcio. No hay ningún cambio. Nosotros intentamos mecanizar el agro, traer maquinaria y así poder competir con otros países, pero no ha pasado nada. Y ya se acabó la paciencia. Ya no se puede creer en Evo Morales: él ha sido igual que la derecha reaccionaria, igual que otros gobiernos peleles de los gringos que han gobernado Bolivia.
¿Le han hecho ver eso al Presidente? ¿Los ha oído o se ha cerrado a sus reclamos?
Su programa tenía diez puntos principales, pero no está cumpliendo con ninguno. Nos ha puesto en un ambiente de peleas entre regiones. Su gente no funciona, sus congresistas tampoco están a la altura. De esa manera será imposible que pueda cumplir los compromisos que asumió con nosotros.
¿Por qué son tan malas las relaciones con él?
Evo es un aparecido. Los del MAS [Movimiento al Socialismo] se plegaron a nuestra lucha cuando estábamos por tumbar al Goni [Sánchez de Lozada]. Luego, vino un proceso de unidad en el que nosotros pusimos nuestras condiciones, e incluso cedimos cuado fue candidato. De 2000 a 2005 emprendimos una lucha frontal por la tierra, pero todo ha sido en vano. Evo sólo nos utilizó como una escalera política, simple masa votante. Él asumió gracias al pueblo aymara, al pueblo quechua, pero ya no se acuerda de nosotros. Y eso a nosotros nos duele.
Pero Morales, por ejemplo, sí nacionalizó los hidrocarburos.
Su compromiso fue tierra y territorio, y derogar las leyes neoliberales. Han pasado dos años y no hay nada de lo prometido. Evo no deroga las leyes neoliberales, sólo ha hecho algunas reformas. Gracias a la coca está como Presidente, porque la coca es una planta sagrada, pero con la Ley 1.008 lo que ha hecho es incentivar a los gobiernos regionales neoliberales a reducir el cultivo. El 1 de mayo de 2006, supuestamente volvió a nacionalizar los hidrocarburos, pero eso no es real. Sólo se trató de una modificación de contratos de uso compartido, que permite el cobro de impuestos del orden del 60%.
¿Su propuesta para revocar mandatos no es un intento para frenar la oposición interna y poder avanzar con su programa?
Hay seis departamentos que no están con Evo porque él no está cumpliendo. Se ha creado una junta "democrática", liderada por la derecha, terratenientes, banqueros y ganaderos, y que está haciendo su propio gobierno. Y por otro lado están Potosí, Oruro, La Paz, que están con él, con los que trata de gobernar. Allí la mayoría son indígenas, la mayoría es pobreza.
¿Tiene Morales un plazo para cumplir con los indígenas de Bolivia?
El Gobierno de Evo no cumplió y el plazo ya pasó. Y tenemos que pensar qué haremos, porque sabemos que no va a cumplir. Porque él está manejado por las transnacionales, por las empresas privadas. El 80% de Bolivia es población indígena. Evo no es la expresión de la nación autóctona, sino de los neoliberales que siempre desfilaron por el Palacio de Gobierno.
¿Eso significa que el proyecto de la nación indígena fracasó?
Nuestro país es manejado por un pequeño grupo de bancos que son los dueños de la tierra, de las fábricas, de las minas, de las leyes, de la policía. Nosotros pensábamos volver constituir nuestra nación, pero Evo ha pisoteado nuestra bandera. Vamos a tener una lucha muy larga para recuperar la bandera de siete colores y nuestras propias leyes. Para volver a lo que habíamos sido antes, a autogobernarnos y tener nuestras agrocomunidades, donde vivamos en iguales condiciones de vida.
ALERTA SOBRE EL PELIGRO “MORTAL” QUE ACECHA A LA DEMOCRACIA BOLIVIANA
Danielle Miterrand advierte que Evo Morales puede correr “la misma suerte” que el chileno Salvador Allende
El País de España (www.elpais.com)
La ex primera dama francesa Danielle Miterrand afirma que la “democracia boliviana corre un peligro mortal” y pide que no se permita que el presidente del país, Evo Morales, sufra “la misma suerte” que el ex mandatario de Chile Salvador Allende, según un comunicado que se dio a conocer ayer.
La viuda del ex presidente francés François Miterrand, y presidenta de la Fundación France Libertés, defensora de causas sociales, defiende en el comunicado las reformas y el proyecto constitucional impulsado por Morales y critica a sus opositores.
Danielle Miterrand remarcó que es necesaria una nueva Constitución en Bolivia, porque la actual data de 1967, una época en la que las poblaciones indígenas “vivían totalmente excluidas”.
También aseguró que en las regiones ricas del país, en alusión a Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, renacen “amenazas separatistas”, pero además éstas, a su juicio, “rechazan el juego democrático y no quieren pagar por las regiones pobres”.
Señaló que grupos “de activistas neofascistas y bandas de paramilitares subvencionadas por la gran burguesía y ciertos intereses extranjeros instalan un clima de miedo en las comunidades indígenas”.
También indicó que la desinformación puede “matar” la democracia y rechaza que Evo Morales sea calificado como un “dictador” o esté a la cabeza de “un sindicato de traficantes de cocaína”.
“¿Vamos a esperar que Evo Morales corra la misma suerte que Salvador Allende para llorar sobre la tumba de la democracia boliviana?”, cuestiona Miterrand, al remarcar que la “democracia vale para todos o no vale para nadie”.
Morales advirtió el sábado a los sectores conservadores de su país que si quieren separarlo del poder tendrán que sacarlo “muerto” del palacio de Gobierno.
El presidente indígena está enfrentado a la oposición y a los líderes de seis de las nueve regiones de Bolivia por el proyecto constitucional con el que pretende “refundar” su país y que todavía debe ser sometido a un referéndum popular para ser aprobado.
Por su parte, los líderes de los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija han replicado al Gobierno de Morales con sus propias propuestas de estatutos autonomistas, que también serán sometidos a consultas en las urnas el próximo año.
BOLIVIA: MORALES PIDIÓ UNA "PROFUNDA REFLEXIÓN" Y ADVIRTIÓ QUE EL CAMBIO ES "IMPARABLE"
El mandatario exhortó a los bolivianos a pasar unas Fiestas "en paz, tranquilidad y familia". Luego, afirmó que seguirá con sus planes políticos "aunque algunos se opongan porque pierden sus privilegios".
El Clarín de Argentina (www.clarin.com)
El presidente de Bolivia, Evo Morales, exhortó hoy al pueblo a que realice una "profunda reflexión" sobre la conflictiva situación política del país, pero advirtió que "el cambio es imparable".
Morales aprovechó la inauguración de un complejo turístico en Viacha, a 64 kilómetros de La Paz, para pronunciar un mensaje por las fiestas de fin de año, según la agencia de noticias estatal ABI.
"Aprovecho esta oportunidad para pedirles hacer una profunda reflexión sobre nuestra realidad cultural, social, económica y política", manifestó el mandatario. "Que lo pasemos en paz, tranquilidad, en familia y con nuestra familia grande que es nuestra querida Bolivia", agregó.
No obstante, Morales advirtió: "Siento que el cambio es imparable. Habrán algunos grupos que se opongan porque pierden sus privilegios, porque siempre tuvieron el poder político".
Ayer sábado, Morales resaltó el apoyo de las fuerzas armadas, denunció actitudes sediciosas de varios gobernadores opositores y prometió que sólo muerto dejará el gobierno antes de cumplir su mandato.
ENTREVISTA A ÁLVARO GARCÍA LINERA, VICEPRESIDENTE DE BOLIVIA, “CEREBRO” DE EVO:
"JAMÁS AUTONOMÍA... JAMÁS EGOÍSMO REGIONAL"
Pesa como un gran generador de ideas. No pertenece al círculo íntimo de Evo Morales, pero es el hombre más escuchado por el presidente.
Diario Río Negro de Argentina (www.rionegro.com.ar)
-En una edición de "Le Monde Diplomatique" usted escribió que con la llegada del Movimiento al Socialismo al poder se puso en marcha una transformación radical de la sociedad boliviana. Negó, sí, que ese proceso conduzca ya hacia el socialismo. Sin embargo, desde las bases del MAS y desde los movimientos sociales que respaldan al gobierno del presidente Morales, por momentos prácticamente se reclama "¡socialismo ya!" ¿cómo manejar esa presión?
-No creo que haya una presión de esa naturaleza. Lo que sí hay son sectores de la izquierda que, muy activos, apuntan en esa dirección, que es muy distinto. Es una dialéctica siempre existente, desde el fondo de los tiempos, en todo proceso de poder que buscar transformaciones de fondo. Desde esta perspectiva, no hay nada nuevo. Hay muchos factores que condicionan hoy la marcha rápida hacia el socialismo: uno, es la carencia de un proletariado boliviano fuerte, con gravitación sólida en las cuestiones públicas. Por razones que hacen incluso a cuestiones organizativas vinculadas con el trabajo, el proletariado es indispensable para transitar hacia el socialismo. Pero otro factor que condiciona ese tránsito radica en que lo que yo llamo el potencial comunitarista agrario y urbano boliviano; es un plano que viene de mucho debilitamiento como expresión de unión, de solidaridad interna... los lazos comunitarios están muy deteriorados. Es precisamente en la reconstrucción de esos lazos en que está empeñado nuestro gobierno. Ese deterioro, por supuesto, afecta a los sectores mayoritarios de Bolivia, o sea la población indígena, históricamente postergada. Es desde el Estado que se debe posibilitar ese comunitarismo, ese estar juntos con toda la red de solidaridades y respaldos que implica.
-Pero el Estado no es expresión sólo de los indígenas.
-Por supuesto que no, pero el Estado tiene la obligación de ayudar a buscar mayor igualdad de oportunidades. Es una de las formas de legitimar su naturaleza.
-Usted ha dicho que el Estado es "lo único racional que tiene Bolivia". ¿Qué quiso decir con eso?
-Racional en el sentido de la naturaleza de las obligaciones que tiene... de la tarea de implementar, organizar políticas que expresen al conjunto del país. Nada de esto puede entenderse si no se extiende la mirada sobre la historia de Bolivia. Sólo en honrosas excepciones, el Estado expresó al conjunto de los bolivianos. Hoy, aquí, el problema fundamental consiste en llevar adelante un proceso que incluya a la Bolivia clausurada por siglos, la Bolivia eterna... que la rescate desde sus legítimos derechos, siempre postergados. La Bolivia de hoy se define a partir del resurgimiento de muchas reivindicaciones de situaciones, vivencias, sentidos, pareceres, que estaban bajo la losa.
-¿Qué reivindicaciones, por ejemplo?
-El sentido de patria, por caso...
-Patria, al igual que la palabra orden, suelen conllevar contenidos ideológicos muy concretos. No son nada neutras en ciertos discursos. ¿Qué contenido le da usted a patria?
-Estoy de acuerdo con usted en cuanto a como suelen manejarse determinadas palabras, contenidos, categorías... Hablo de patria no en términos de nacionalismo excluyente de lo distinto, sino en sentido de reunión, de espacio común. Aquí, entre dictaduras y neoliberalismo, el sentido de patria había dejado de existir, estaba arrinconado aún en su más mínima manifestación.
-¿Qué tipo de nacionalismo está instalado en el gobierno boliviano como para alentar esas reivindicaciones?
-Bolivia reconoce momentos en que se reunió, en acción transformadora muy significativa, alrededor de reivindicaciones nacionales de fuerte legitimidad.
-¿La Revolución del '52?
-Bueno, ese es el caso más paradigmático de procesos de esa naturaleza, pero precisamente en esa referencia está la diferencia de lo sucedido entre ese proceso y lo que sucede hoy. La Revolución del '52, popular, con amplio y decisivo protagonismo del grueso de los bolivianos, fue sin embargo pergeñada, dibujada, dirigida por sectores de clase media con sólida formación intelectual.
-¿Podía haber sido de otra forma?
-No sé si importa desentrañar eso. En todo caso fue lo dado, lo que puntualmente sucedió. Pero ahora el proceso reivindicatorio, incluso del concepto de soberanía, viene alentado desde otros actores. Hay lo que yo llamo una modificación del núcleo de articulación. Los actores que dinamizan ese proceso vienen o están en la clase media, sino los movimientos sociales de base indígena, lo que no excluye otros aportes desde lo social.
-¿La patria indígena?
-No si la pregunta expresa un sentido o una naturaleza excluyente de lo distinto. No se trata de la patria indígena por encima del conjunto. Nada de eso. En esta cuestión yo prefiero hablar de patriotismo indígena plurinacional. O sea, conceptualizar a Bolivia a partir de la diversidad que contiene.
-Pero siguiendo su reflexión, es una patria hija de los movimientos sociales como punta de lanza de la reivindicación de la patria ¿Esto no implica un dejar de lado a toda la otra Bolivia que no está encuadrada, por así llamarlo, en los movimientos sociales? Usted mismo ha dicho que los movimientos sociales tienen mayor presencia en el occidente boliviano que en el oriente.
-Lo que sucede es que los que ponen en marcha este proceso de reivindicaciones son los movimientos sociales, que en coalición, vertebran al MAS y por supuesto diseñan, definen el contenido de la acción del gobierno. Y donde los movimiento sociales no tengan una presencia muy sólida, el caso del oriente del país concretamente, es el Estado el que pone en marcha todo lo concerniente a el ejercicio de los derechos y movilizar en función de reivindicaciones sociales.
-¿O sea que el gobierno boliviano es el gobierno de los movimientos sociales?
-Son su base, su viga. Actores esenciales de la acción del gobierno... estuvieron, están y estarán presentes con su opinión en todas las decisiones fundamentales, las de mayor peso estructural para el conjunto del país, que encaró o encare el gobierno. Y si usted me pregunta dónde está la política de partidos, yo le digo que en Bolivia los partidos fueron arrasados por la crisis que precedió a la llegada del presidente Evo Morales al gobierno. Nosotros no negamos ni rechazamos la estructura partidaria, sólo decimos que los movimientos sociales de pulso indígena son actores esenciales de nuestra gestión... movimientos sociales que están superando la etapa de fragmentación organizativa con la cual emergieron de la década del '90. De ahí que el reclamo por sus derechos hoy tenga un tono fuerte, como pasa con el los "Sin tierra".
-Pero está la otra Bolivia, la del oriente, que no está de acuerdo con un sistema de decisión gubernamental cuya legitimidad de acción se funda en movimientos sociales. Un oriente que, por lo demás, levanta la bandera de la autonomía. Una Bolivia que también tiene derechos ante un poder central que históricamente la acosó... Es patética la historia de por qué el Estado nacional jamás construyó el ferrocarril Cochabamba-Santa Cruz de la Sierra, tan grave como negarle a Santa Cruz de la Sierra durante 20 años el pago de regalías petroleras. ¿No se está caminando hacia la fractura del país?
-Nadie niega los derechos de oriente. No habrá fractura. Bolivia es una sola y la mantendremos unida...
-¿Está seguro?
-Absolutamente...
-¿Qué lo garantiza?
-Infinidad de cosas comunes entre ambas Bolivias. Además, la nueva Constitución claramente vanguardista en materia de autonomía departamental y ejercicio de derechos. Si sectores del oriente no lo entienden así, es porque sigue primando en ellos el rechazo a la mayoría de los bolivianos, que son de ascendencia indígena y respaldan a un gobierno que lo que aspira es a ampliar el ejercicio de la democracia. La autonomía no puede ser jamás y esto lo sostengo desde hace años, jamás puede ser egoísmo regional del hermano rico para con el hermano pobre...
Un jacobino
Ejerciendo una vicepresidencia de perfil bajo en materia de exposición, García Linera es, en los hechos, la figura intelectual más influyente sobre Evo Morales. El hombre que si no marca la línea, le da siempre contenido a todas las decisiones de mayor proyección del gobierno boliviano. Una intervención que despliega con cautela, sigilosamente y siempre alentada por la necesidad de instrumentar un aparato de Estado fuerte en el manejo de un país que a lo largo de su historia tuvo 168 golpes y dos guerras internacionales que lo devastaron.
"Lo comparan con Stalin", le preguntó una periodista de "La Fogata".
-Yo me veo como uno de los últimos jacobinos de la Revolución Francesa, y a Morales (Evo) como Robespierre-, respondió riendo.
Nada dijo de cómo se fueron devorando entre sí los actores de aquella revolución que le pegó un brinco largo y agitado a la historia de Occidente. Porque de haber reflexionado sobre aquellas suertes jugadas con la guillotina a modo de sombra siempre presente en aquellos días de Francia, seguramente García Linera habría concluido que en política las apuestas muy fuertes suelen terminar devorando a sus propios protagonistas.
Culto. Elegante. Sobrio. Con mundo recorrido. Mucho refugio en los libros, lector de Hegel y Kant, Álvaro García Linera tiene 46 años. Nació en Cochabamba en cuna de clase media que le posibilitó diferenciarse sobre el promedio de los jóvenes bolivianos de su generación a la hora de las oportunidades. Las aprovechó. Egresó como matemático en la Universidad Autónoma de México pero terminó derivando hacia la sociología, de ahí las más de 700 interesantes páginas de su "Sociología de los movimientos sociales en Bolivia, estructuras de movilización, procesos enmarcadores y acción política".
PROCESO CONSTITUYENTE EN BOLIVIA: LA REFUNDACIÓN DE UN PAÍS
Cuestión de estilo. La bandera boliviana tiene tres colores y un escudo; la wiphala tiene ocho que se reparten en cuadros pequeños. Los aymaras dicen que representa la unidad en la diversidad. No por nada en Bolivia hay 36 nacionalidades que conviven. “Tres colores es fome –comenta un anciano quechua– si hay tantos”. Los colores estallan en gorros, aguayos y cintillos; representan a los cuatro suyu y es la representación de las actividades diarias del hombre andino en el tiempo y en el espacio. Hay quienes sostienen que el emblema se usa desde hace más de dos mil año.
El Ciudadano de Chile (www.elciudadano.cl)
Sobre esta tradición se erige el actual proceso de refundación de un país de población mayoritariamente indígena que jamás había sido gobernado por un moreno, desde su independencia en 1825, sino hasta la llegada al poder del dirigente cocalero Evo Morales el 2006, proceso que instaura la necesidad de refundar el país a través de una Asamblea Constituyente. Claro que la idea no era nueva. Entre 1952 y 1985 el pensamiento operante entre los dirigentes bolivianos fue la recuperación de las riquezas económicas. Se nacionalizaron las minas, hubo reforma agraria, voto universal y reforma educativa, desde una óptica de nacionalismo revolucionario.
La iniciativa surge luego de la aguda crisis provocada desde que en 1985 se implementaran políticas neoliberales parecidas a las operantes en Chile. Diversos sectores sociales a principios de la actual década acusaron a la dirigencia boliviana que ocupaba el Estado, de no asumir la responsabilidad política de ser garante del bien común y promotor del ejercicio y protección de los derechos humanos y la justicia social, la exclusión de las naciones originarias y su ausencia en el desarrollo social, económico y cultural del país. “El resultado de estas políticas fue la precarización de las condiciones de vida y trabajo de muchos, incrementó la desigualdad social, la exclusión y la debilidad institucional del Estado, institucionalizó las relaciones clientelares de los partidos políticos tradicionales generando mecanismos de corrupción en la repartición de los cargos públicos de todos los poderes”, acusa a El Ciudadano Saúl Apaza, dirigente de regantes y cocaleros.
EN LAS CALLES Y EN LA CONSTITUYENTE
La Asamblea Constituyente deberá consensuar y redactar el texto de la nueva Constitución, sobre la base de acuerdos mínimos de convivencia pacífica y un Estado incluyente. La demanda partió con movilizaciones de comunidades campesinas e indígenas en 1990 y 2003. A juicio de Lino Poma Comanac, del Consejo Nacional de Markas y Ayllus del Collasuyo, la oportunidad dada con Morales en el poder catalizó el proceso ya socializado en las bases sociales. “Nos eleva que un hermano nuestro esté en el gobierno. Antes éramos discriminados en el acceso de poder, no se daba cabida a gente indígena y no accedíamos a ocupar cargos públicos; ahora los indígenas estamos participando en el proceso constituyente, hemos aprendido a exigir derechos y saber usar las movilizaciones”, explica Poma.Ya el 2006 aprobaron la Ley de Reconducción de la Tierra, que apunta a dotar de propiedades colectivas de tierra a pueblos y comunidades campesinos, además de eliminar el tráfico de ella. Esto, según Poma, “tiene que ver con la cosmovisión indígena de propiedad colectiva de la tierra y no a título individual. Los títulos comunitarios no permiten que las tierras se negocien y así nadie lucra con ellas y la usa la propia comunidad”.En la década del ’90 surgen los Instrumentos Políticos por la Soberanía de los Pueblos, IPSP, instancias de convergencia de las diversas organizaciones que propugnaban un cambio. La Agenda de Octubre, firmada luego de la caída de Lozada el 2003, planteó como primera acción llamar a la constituyente. Las consignas fueron: una democracia más directa, la nacionalización de los recursos naturales y más presencia indígena en la estructura del Estado.
“Si en un año logramos cambiar 3 presidentes, en un hecho insólito para el movimiento social –comenta el dirigente paceño Jorge Vilca- había gran conciencia del pueblo de su capacidad de lograr cambios. Aún tenemos claro que el proceso nos pertenece y no a los partidos políticos. Por eso estamos vigilando que el gobierno de Morales no se desvíe un milímetro a la derecha”.
Cecilia Uraesca, dirigente vecinal de La Paz agrega que “Bolivia no es una sola nación. En ella habitan diversas naciones, pueblos y culturas con derecho a una convivencia solidaria y pacífica. Por ello proponemos fundar un Estado plurinacional unitario en el que haya pluralismo jurídico, político, cultural y lingüístico; descentralizado y con autonomías territoriales”
TROPIEZOS EN EL CAMINO
Eduarda Villa, de La Paz, cuenta que “la diferencia con los gobiernos anteriores no es tanto la raza, sino que se hagan bien las cosas, que haya una buena gobernación, que no se explote a nadie y no se vendan los recursos naturales. Los gobiernos anteriores vendieron el gas, Entel, la empresa de ferrocarriles. Si sentíamos que a nosotros mismos nos vendieron. Evo ha parado eso”.
Delia Terceros, de la Federación de Regantes Bartolina Sise, comenta que “el proceso constituyente ha sido largo, pero está rindiendo sus frutos. Como la actual Constitución ha sido copiada de un país europeo, como ocurre en muchos otros países, queremos una constitución propia, en que participemos todos en su formación. No queremos una que sirva para vender el país y manejar a los bolivianos. Por eso partimos por defender la diversidad. Todos queremos ser partícipes: chicos, grandes y viejos”.
La Asamblea Constituyente vio a luz el 2005 con 255 representantes de las distintas regiones del país. Pese a que recientemente ha tenido importantes tropiezos, como con la pugna abierta por algunos asambleístas que quieren dirimir si Sucre o La Paz es la capital o las antiguas pretensiones de las provincias del norte, como Santa Cruz de la Sierra, de obtener completa autonomía. Uraesca plantea que “a diferencia de lo que proponen esas provincias, nosotros queremos autonomía para todos, no sólo para las grandes urbes”.Juana Marca, de la Federación de regantes, sostiene que “el proceso nos ha costado porque las leyes no eran para nosotros, los pueblos originarios. La derecha ha parado el proceso constituyente porque no quiere la nueva ley. Queremos un cambio total para nuestra descendencia y que la ley favorezca a los pueblos originarios”.
RECHAZO AL TLC
ampesinas e indígenas de Bolivia han consensuado un documento de propuestas a la Asamblea Constituyente para que en la nueva constitución boliviana se explicite la protección a acuerdos de libre comercio. La idea surgió el 2004 en La Paz, en el Tercer Encuentro Boliviano contra el ALCA, Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, y el TLC, Tratado de Libre Comercio, promovido por Estados Unidos y firmado sólo por Chile en la región. La propuesta maduró en sucesivos encuentros en Cochabamba y Oruro.“El peligro que vemos en los TLC’s es que dos terceras partes de ellos se ocupan de asuntos ajenos al intercambio de mercancías entre países y abracan muchos otros ámbitos que atañen a la vida de las personas, como la salud, educación, medio ambiente, agricultura y recursos naturales”, acusa Cecilia Uraesca, dirigente vecinal de La Paz. Poma Comanac, del Consejo Nacional de Markas y Ayllus del Collasuyo agrega que “estos tratados más que apostar por la vida humana, apuntan a proteger el capital y convertir a nuestros países en lugares atractivos para la inversión extranjera. O sea, se da una protección privilegiada al capital a través de legislaciones y tribunales especiales para los inversores, políticas de protección intelectual que van en desmedro de la circulación de conocimientos, libre circulación de semillas y alimentos transgénicos y el patentamiento de seres vivos, plantas y animales”.
Por ello el Movimiento Boliviano por la Soberanía y la Integración de los Pueblos, explicitó 7 principios para el debate y negociación de cualquier acuerdo internacional. El primero apunta a hacer irrenunciable en toda negociación y firma de acuerdos la transparencia, el control y participación social y la preservación de los derechos humanos.
El segundo punto dice que cualquier inversionista debe regirse por principios bioéticos de responsabilidad con las generaciones futuras, transferir tecnologías en el lugar de su inversión y utilizar mano de obra y profesionales nacionales. El tercer y cuarto punto apuntan a que el Estado asuma el control del comercio exterior evitando el monopolio y que prevalezca la lógica social y no mercantil en la gestión de servicios como el agua y energía.
Los otros puntos persiguen que las leyes sean soberanas por encima de cualquier acuerdo internacional, que la salud es un derecho humano y que el Estado debe comprar productos preferentemente nacionales.
Roberto Machaca, cocalero:
"La hoja de coca es la madre del poder político
El movimiento cocalero que llevó al poder en Bolivia a Evo Morales, surge luego de la promesa del presidente Hugo Banzer a los norteamericanos, a mediados de los ’90, de erradicar totalmente los cultivos de coca en Bolivia. Una marcha inicial de los cocaleros de 600 kilómetros desde Cochabamba a La Paz generó tal apoyo popular a su paso y un ingreso con vítores a la capital boliviana. Pese a que obtuvieron un acuerdo de parte del gobierno, al regreso al trópico los militares volvieron a atacar las plantaciones de coca, planta de uso milenario y considerada sagrada por los pueblos aymará y quechua.
Roberto Machaca, presidente del Tribunal de Honor del Movimiento al Socialismo, MAS, y dirigente cocalero comenta que “nuestros antepasados tuvieron un respeto fundamental a la sagrada hoja de coca. Y nosotros la seguimos utilizando como un símbolo de respeto, de dignidad y por los múltiples uso que tiene”.
-¿De qué forma se intentó erradicar los cultivos de coca?
-Desde 1984 el gobierno quiso erradicar la coca, prohibiendo desde el almácigo. En las zonas cocaleras del Chapare los gobiernos neoliberales trataron de extirpar el cultivo de la hoja de coca, con la llamada campaña Coca Cero. Se trajeron proyectos para reemplazar cultivos, como plátanos, camote o palmitos, cosa que no resultó. Pero la acción más malévola fue la intervención armada en las comunidades, con muchas muertes y violencia, de parte del Ejército boliviano y miembros de la DEA norteamericana. Esa militarización generó un enfrentamiento entre bolivianos, entre padres e hijos.
-¿Qué importancia tiene la hoja de coca en el origen del actual proceso en Bolivia?
-La hoja de coca es la madre del poder político que hemos logrado en Bolivia, es la madre del instrumento político que hemos resuelto. A través de los sindicatos y las 6 federaciones del trópico de Cochabamba hemos defendido el uso de la hoja de coca.
-¿Por qué hay una Comisión Coca en la Asamblea Constituyente?
-En la constituyente queremos hacer respetar como una hoja sagrada y milenaria a la coca. Hay que generar un marco de respeto a una tradición nuestra.
-Se menciona la industrialización de la hoja de coca ¿qué iniciativas hay al respecto?
-Como queremos despenalizar a la coca a nivel internacional el 2009, en la próxima Convención de Drogas que se hará en Viena debemos probar los diversos usos que tiene esa planta. Sabemos, por ejemplo, que tiene más fósforo que el pescado. Se instalarán tres plantas de industrialización en Chulumani, Coripata y el trópico de Cochabamba, las que procesarán mate, licor y harina de coca. Además en el norte de La Paz se han instalado fábricas de jabones y productos medicinales a partir de la hoja. En nuestros mercados ya hay una demanda y hay mucho interés en otros países de conocer estos productos. Por ahí va el camino.
LA EXPERIENCIA DE AGUAS DEL TUNARI
En la discusión un punto central ha sido la propiedad y gestión de recursos como el agua y la energía. Saúl Apaza, de la Asociación Nacional de Regantes y Sistemas Comunitarios de Agua Potable de Bolivia, comenta que “partimos definiendo que el agua es un derecho humano universal y no una mercancía. Además su gestión debe ser con participación de las comunidades que viven de ella. El dominio del recurso es de todos los bolivianos. Son más de 9 artículos dentro de la comisión y para que hagan uso del agua mineras o petroleras, debe pasar por una consulta a los pueblos dueños de ese recurso”.La experiencia la habían ganado luego del rechazo en Cochabamba a un contrato firmado en 1999 con el acuerdo de todas las autoridades municipales y estatales, que entregaba la propiedad del agua a la empresa extranjera Aguas del Tunari, pese a que toda la inversión a realizar se financiaría con el dinero de los consumidores. Es decir, se apropiaba del agua potable sin poner un peso.
La acción generó un importante rechazo de la población y una subida del cien por ciento en la tarifa del agua potable fue la gota que rebalsó el vaso. La resistencia al acuerdo fue a partir de la convocatoria a cabildos abiertos que guiaron la movilización y levantaron un sólido frente social, que en octubre de 2000, luego de una protesta de siete días, lograron la partida de Aguas del Tunari y parar una ley de privatización del agua.
Marca recuerda que “el proceso sirvió para que nos planteáramos la gestión de los recursos. Hoy en Cochabamba se constituyó una empresa público social para administrar el recurso agua con un directorio en donde participa la ciudadanía”
Eufrosina Rozas, regante de Cochabamba, considera que “el agua es un recurso más para nuestras vidas, para el riego y la producción. Por eso Aguas de Tunari la rescatamos de los empresarios que se habían adueñado de ella. Tenemos lagunas y pozos cerca de nuestras comunidades, agua que tiene que mantenerse siempre para los regantes”.
COMISONES DE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE BOLIVIANA
Para ordenar la discusión acerca de la nueva Constitución y el rol del Estado boliviano, se dividió en 21 comisiones el trabajo constituyente de Bolivia. No tienen copyright, por lo que se pueden copiar a este lado del mapa.
· Visión de País· Ciudadanía, Nacionalidades y Nacionalidad· Deberes, Derechos y Garantías· Organización y Estructura de Nuevo Estado· Legislativa· Judicial· Ejecutiva· Otros Órganos del Estado· Autonomías Departamentales, Regionales, Provinciales· Educación e Interculturalidad· Desarrollo Social Integral· Hidrocarburos· Minería y Metalurgia· Recursos Hídricos y Energía· Desarrollo Productivo Rural, Agropecuario y Agroindustria· Recursos Naturales Renovables, Tierra, Territorio y Medio Ambiente· Desarrollo Integral Amazónico· Coca· Desarrollo Económico y Finanzas· Fronteras Nacionales, Relaciones Internacionales e Integración· Seguridad y Defensa Nacional
el populismo en américa latina En juego el modelo de Estado
EVO MORALES DIVIDE A LOS BOLIVIANOS
La Asamblea Constituyente entregó hace diez días al Congreso el proyecto de la nueva Carta Magna · supone el primer paso en la "refundación nacional" del país proyectada por el presidente.
Diario Huelva Informaciones de España (www.huelva.com.es)
La Asamblea Constituyente boliviana entregó hace diez días al Congreso el proyecto de la nueva Carta Magna, que supone el primer paso en la "refundación nacional" del país proyectada por el presidente, Evo Morales. Según Morales, se trata de corregir la situación de postergación de los indígenas, que suman el 60 por ciento de la población. La oposición lo valora como un proyecto utópico de límites difusos que servirá de justificación para un régimen totalitario.
El texto, fundamentado en tres pilares rechazados de plano por la otra mitad del país, incorpora los sistemas de elaboración de leyes y control político reflejo de las tradiciones indígenas, el "pluralismo jurídico", lo que en la práctica equipara los métodos de justicia indígena a los de corte occidental, y proclama la redistribución de la riqueza.
Morales ha declarado que serán los "movimientos sociales" los legitimados para establecer este control político y que "hasta el presidente" podrá ser destituido por este sistema, pero la oposición le acusa de querer perpetuarse en el poder. Los cargos electos podrán por tanto ser revocados si las asambleas populares así lo deciden, como ya sucede en las comunidades indígenas.
La Justicia indígena que reconoce el nuevo texto constitucional pone en pie de igualdad a los sistemas indígenas con la Justicia de corte occidental. Sus detractores señalan que ya de por sí establece dos categorías diferentes de ciudadanos según éstos acudan a una u otra. En la primera están contemplados y legitimados los castigos físicos en algunos casos y es anterior a la Declaración Universal de los Derechos del Hombre. Un problema es qué sucede si ambos sistemas entran en colisión; si uno puede revocar las decisiones del otro y qué sucede cuando una parte litigante quiere ampararse en un sistema y su oponente en el otro.
La posesión de la tierra y su organización es la tercera pata sobre la que descansa el proyecto del presidente boliviano. El texto consagra una gran reforma agraria que beneficia a las comunidades indígenas que pasan a disponer colectivamente de los títulos de propiedad. También se refiere a la propiedad colectiva de los recursos naturales y los medios de producción.
En paralelo apela a la descentralización y cambia la organización territorial del país, quitando peso a los nueve departamentos existentes tras la independencia y reconociendo delimitaciones que responden, en teoría, a demarcaciones precolombinas. La oposición señala que no existe documentación histórica que avale dicha partición y que la propuesta trata de mermar fuerza a los departamentos existentes, los más prósperos, y los que se oponen a su proyecto indigenista.
Otro de los puntos conflictivos de la nueva Constitución es el artículo que contempla la reelección presidencial por un periodo adicional (el mandatario podría gobernar hasta 2018 en dos nuevos periodos de cinco años si vence en las elecciones que se convocarán tras la entrada en vigor de la futura Carta Magna). Al final, al menos, se rechazó la posibilidad de una reelección indefinida como había propuesto el oficialismo originalmente.
La redacción final del artículo 6 que establece que Sucre es "capital oficial de Bolivia" y no recoge la propuesta de trasladar el Gobierno y el Parlamento desde La Paz a esa ciudad, un tema que mantuvo paralizada a la Asamblea durante más de tres meses y estuvo a punto de provocar su fracaso.
La Constitución aún tiene un largo camino por recorrer, en particular un referéndum para resolver las condiciones de propiedad sobre la tierra y otro de ratificación, que deben realizarse en 2008.
Ante las críticas de la oposición, Morales dobló la apuesta y anunció la celebración de un referéndum sobre su continuidad en el poder. La convocatoria constituye un golpe de efecto que le permite retomar la iniciativa política sin ahondar en la estrategia de aprobar la nueva Constitución prácticamente por la fuerza. El presidente desvía la atención del texto para centrarla en sí mismo y lanza el reto a seis provincias que lideran el movimiento de resistencia cívica contra él. Lo que quiere es que en el mismo referéndum se sometan a la voluntad popular los nueves gobernadores que existen en Bolivia.
Mientras tanto, los dos bloques mantienen un enfrentamiento total y ambos se preparan para la gran batalla del referéndum en el que deberá ratificarse o no la nueva norma suprema. El Gobierno rechaza los estatutos regionales de autonomía y acentúa el centralismo, y la oposición rechaza el texto, pero también las formas empleadas para aprobarlo. Lo que está en juego en Bolivia durante los próximos meses será, nada más y nada menos, el modelo de Estado.
UN AÑO DE CRISIS PARA EVO MORALES
El Nuevo Herald de Estados Unidos (www.elnuevoherald.com)
El presidente boliviano, Evo Morales, ha vivido un año plagado de dolores de cabeza en su intención de refundar el país a través de una Constitución que logró hacer aprobar, pero que seis de los nueve departamentos del país, y en todo caso las más ricos, no aceptan.
Tras un 2006 que finalizó en la gloria tras lograr una nacionalización de los hidrocarburos que fue aplaudida por todos los sectores en el país, Morales se lanzó en el 2007 en la profundización de un modelo de izquierda que chocó con las regiones más prósperas del país.
El proyecto de Constitución, aprobado el pasado 9 de diciembre sin presencia de la oposición, sin debate y con muchas críticas, abrió una brecha mayor en la relación con seis de los nueve departamentos del país -Santa Cruz, Tarija, Beni, Pando, Chuquisaca y Cochabamba-, nada dispuestos a aceptar un modelo y más bien decididos a imponer el propio.
Cuatro de esos departamentos empujaron más su oposición, anunciando el pasado 15 de diciembre que declaraban sus autonomías mediante estatutos en que se otorgan prácticamente todas las facultades que antes le pertenecían al gobierno central salvo la Defensa y las Relaciones Exteriores.
El final de año encuentra a Bolivia, el país más pobre de Sudamérica, en una polarización entre un gobierno que esgrime una Constitución que la oposición considera ilegítima y unos departamentos que claman por una autonomía declarada según el gobierno de forma ilegal, una situación que a las buenas o a las malas tendrá que desempatarse en el 2008.
Y para dirimir el impasse se anuncian 11 referendos -incluyendo uno que resuelva si Morales y los gobernadores se quedan en el poder- en que cada parte busca que sea el pueblo el que legitime sus propuestas.
Para la socióloga María Teresa Zegada ``resulta paradójico, y a la vez curioso, buscar la legalidad de los actos cuando, de un tiempo a esta parte, el respeto a la ley ha pasado a un lugar secundario frente a la lucha política y social''.
Parte importante de esta disputa es la presencia cada vez más desembozada de Venezuela en Bolivia, en apoyo del indígena Morales.
La ayuda financiera de Caracas o las declaraciones del presidente Hugo Chávez (que amenazó con instaurar en Bolivia un ''Vietnam de las ametralladoras'') le han dado pasto a la oposición de derecha para hablar de un claro intervencionismo.
La irritación que provoca esta situación quedó simbolizada en el apedreamiento en un aeropuerto del norte del país de un avión venezolano que acababa de aterrizar, y que sus pilotos hicieron partir de urgencia para evitar que fuera destruido.
La alianza de Evo Morales con Chávez ha implicado también un distanciamiento de Bolivia con Estados Unidos, país con el cual las fricciones se han multiplicado. De paso, Washington vio con enorme desconfianza una visita a La Paz del presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad.
Bolivia vivió entonces en el 2007 un año en conflicto, en una situación que debería resolver en el 2008, aunque varios analistas se muestran escépticos de que el desenlace sea pacífico.
EVO ANTE LA GRAN CRISIS DE LAS AUTONOMÍAS
El Nuevo Herald de Estados Unidos (www.elnuevoherald.com)
Alas 6 a.m. en esta ciudad localizada a 3,627 metros sobre el nivel del mar, el frío en los corredores del palacio presidencial cala los huesos. Los auxiliares se apiñan bajo abrigos cerca de los calentadores de área. Los soldados, que aferran rifles con bayonetas, montan guardia y los dientes les castañetean.
Esto cuando el presidente Evo Morales empieza sus días, que han estado llenos de tensión en fechas recientes, a medida que la región oriental de su país --las cálidas tierras bajas-- pone en marcha un proceso con miras a buscar mayor autonomía respecto de su gobierno.
Sin embargo, apenas unos cuantos días antes de poner bajo alerta a las fuerzas armadas, Morales dijo en una entrevista que él creía posible la negociación de una solución al atolladero, lo cual impediría el uso de tropas.
No obstante, Morales dijo esperar que el pueblo boliviano se ''movilizara'' masivamente para reaccionar, si las cuatro provincias del este de Bolivia fueran más lejos y declaran su independencia.
''Yo sólo creo en la conciencia del pueblo'', dijo, sin dar mayor explicación con respecto a cómo se daría esa reacción, antes de asumir un tono más conciliador.
''Nosotros deseamos una discusión franca y sincera con respecto a todos los temas'', dijo Morales, explicando sus diferencias con las cuatro provincias, donde funcionarios aprobaron estatutos la semana pasada que les darían el control sobre los ingresos del petróleo y otras funciones, como la creación de sus propias fuerzas policiales.
La discusión con el oriente boliviano, donde se produce la mayor parte del gas natural y alimento del país, es la crisis más acuciante de su presidencia. Morales, uno de los integrantes del grupo étnico de los aymará, quien es el primer presidente indígena de Bolivia, reconoció que la discusión se había intensificado luego que sus partidarios aprobaron el polémico borrador de una constitución.
De cualquier forma, Morales dijo creer que la Constitución, misma que apuntalaría los derechos indígenas y desmantelaría grandes latifundios en el oeste de Bolivia, fue aprobada de manera legítima pese a un boicot de la votación por parte de la oposición, así como la abrupta transferencia de la Asamblea Constitucional a Oruro, uno de los bastiones de Morales en las tierras altas de occidente.
A decir de Morales, la Constitución aún tenía que ser sometida a un referendo nacional, dándole a quienes se oponen a ella una oportunidad de votar en contra de su aplicación. Sin embargo, él describió como ''ilegales'' los cuatro estatutos aprobados en las cuatro provincias orientales, Beni, Pando, Santa Cruz y Tarija.
La discusión ha puesto de relieve el aumento de la tensión entre el gobierno de Morales, que promueve una visión de mayor control del Estado sobre la economía y recibe ayuda de Venezuela, del orden de $100 millones al año, y de las provincias relativamente prósperas en el este, las cuales tienen pujantes industrias agrícolas y de energía orientadas a las exportaciones.
''Evo tiene una idea de este país que no coincide con la nuestra'', dijo Branko Marinkovic, el presidente del Comité Pro Santa Cruz, influyente grupo político en las tierras bajas del oriente, en una entrevista. ``Yo no sé si él entiende el tipo de inestabilidad que esta Constitución crearía, de convertirse en ley''.
Para ilustrar el cisma que debe zanjarse a fin que la negociación sea posible, Morales y dirigentes políticos como Marinkovic claramente albergan poca consideración mutua. ``él no quiere ceder nada", dijo el Presidente con respecto a Marinkovic, uno de los hombres más ricos de Bolivia, con grandes propiedades en operaciones de procesamiento de soya y ganadería.
Vestido con un traje a la medida con un motivo indígena (sin corbata, como es la costumbre en su gobierno), Morales empezó la entrevista a las 6 de la mañana. Sentado dentro de una ornamental sala de audiencias en el palacio presidencial, él habló sobre la resonancia de ser el presidente de Bolivia, donde más de 60 por ciento de la población es indígena.
''Antes, este lugar era un lugar de negocios para las oligarquías'', dijo Morales, de 48 años de edad, quien era uno de los líderes de cultivadores de coca en la tropical región de Chapare antes de ser elegido presidente, hace dos años. ``Ahora que ellos no tienen el gobierno central a su disposición, quieren algo más''.
Los estatutos de mandato autónomo en los estados orientales, que aún tienen que ser aprobados en sus propios referendos, están muy cerca de una declaración de independencia. No obstante, al parecer es probable una confrontación.
En la entrevista en el Palacio Quemado, las palabras de Morales sonaron como si él deseara evitar un enfrentamiento directo. De cualquier forma, tuvo palabras severas para Estados Unidos, país que le suministra a Bolivia más de $100 millones al año en ayuda para el desarrollo y el combate a las drogas.
Morales criticó a la Embajada de Estados Unidos en Bolivia, cuestionando si una parte de su ayuda para el desarrollo estaba siendo canalizada a la oposición política. Sin embargo, se detuvo antes de escalar una discusión pública que él ha tenido con el embajador Philip S. Goldberg con respecto a ese y otros temas.
Un funcionario de la Embajada de Estados Unidos, quien se negó a ser identificado debido a la delicadeza de las relaciones, dijo: ``Nosotros hemos intentando ser tan transparentes como sea posible con respecto a todas las actividades dólar gobierno estadounidense en Bolivia. Para mala fortuna, pese a varios de nuestros intentos, el gobierno nunca se ha sentado con nosotros para discutir seriamente estos temas''.
De cualquier forma, la tensión con Estados Unidos se mantiene como un tema secundario en comparación con lo que pudiera desarrollarse en Bolivia si se efectúan cambios en lo tocante a las regalías del petróleo, una de las principales fuentes de ingreso tanto para las provincias orientales como para el gobierno central.
Si bien Morales dijo creer que aún era posible un diálogo, dejó abierta la perspectiva de que el electorado boliviano pudiera ser el máximo árbitro de la discusión, sea a través de un referendo sobre la constitución o referendos de revocación para el presidente y gobernadores regionales.
''Si no hay acuerdo, entonces la gente decidirá con su voto'', dijo. ``No hay razón para temerle a la gente''.
Opinión
EVO, EL MANDELA LATINOAMERICANO
La Prensa de Panamá (www.prensa.com)
Desde hace dos años, cuando Evo Morales fue elegido democráticamente, hay una expectativa por saber en qué lado se encuadra la "revolución boliviana" dentro de las distintas tendencias que están aflorando en Latinoamérica.
Hay que recordar que Morales llega al poder a finales de 2005 con el 53% de los votos, 15% más que su cercano adversario, dentro de un sistema con reglas seudodemocráticas, con los medios de comunicación, la economía y los poderes dominados por una minoría ancestral instalada en el poder durante décadas y descendiente de las dictaduras militares y de los oligarcas que han "reinado" en Latinoamérica. A pesar de este contexto, obtiene el mayor respaldo electoral de un presidente en la historia de Bolivia.
Se le ha tratado de comparar al proceso cubano. Pero en las celebraciones del aniversario de la muerte de Che Guevara en octubre, Morales dejó claro que si bien es admirador del mítico guerrillero argentino, él apuesta por realizar las transformaciones sociales por la vía pacífica, democrática y no-violenta.
Se buscan también similitudes con el modelo venezolano de Hugo Chávez. Pero con la renuncia a la guerra, como medio para resolver las diferencias entre los países, incluida en la Nueva Constitución, Morales marca una variante revolucionaria novedosa que se desmarca de "armar al pueblo para resistir".
La nueva Constitución boliviana recoge reivindicaciones históricas, colocándose entre las más progresistas del mundo. Su texto rezuma referencias a los derechos humanos y, más allá de los clásicas y genéricas menciones, se compromete con la enseñanza y la salud gratuitas, derecho a pensión, seguridad social, derechos de los niños, ancianos, poblaciones originarias, trabajadores, discapacitados, consumidores, presos, etc. todos ellos elevados a rango constitucional. Una Constitución laica y no confesional, no como la actual, que obliga a sostener a la Iglesia católica. Una Constitución pacifista que renuncia a la guerra y por supuesto al establecimiento de bases extranjeras. Pero sobre todo es una Constitución que está impulsada por un indio aimara, de oficio recolector de coca, como podría serlo de naranjas o de uvas; por el "presidente Evo Morales" como unos le llaman con orgullo ancestral, o por "El Indio", como le dicen de forma despectiva los discriminadores de siempre.
La miopía de los países occidentales, en especial europeos, no digo ya de EU, pues eso es ceguera, consiste en mantener una desinformación sistemática sobre los acontecimientos que se están dando en Bolivia y en ofrecer un nulo apoyo al proceso de Morales, en el mejor de los casos. En el peor, en tratar de demonizarlo metiéndolo en la órbita de Fidel o Chávez. El fenómeno Evo Morales hay que estudiarlo en clave Mandela y no en clave bolivariana o guevarista. Hace no más de 40 años –igual que ocurría en Sudáfrica– los indígenas, las cholas, no podían caminar por las aceras en Bolivia. Tenían que bajarse de ellas si venía algún blanco. En un país donde el 65% es indígena, el 25% mestizo y solo un 10% blanco, no ha habido ni un indígena en el poder durante 500 años.
En este acontecimiento hay reivindicaciones sociales y políticas, pero detrás hay otras motivaciones más profundas que están pulsando, hay reivindicaciones históricas de recuperar la dignidad de unos pueblos que han estado oprimidos durante siglos, hay reivindicaciones para abrir el futuro y dar proyección a todas las aspiraciones de un pueblo que quiere expresarse. Lo que más agradece su pueblo a Evo Morales es que les ha devuelto socialmente la dignidad y les ha abierto el futuro.
Se va a entender con más profundidad el fenómeno Evo Morales si lo miramos en clave Mandela que si lo comparamos con otros procesos de la región. Bolivia ha vivido un apartheid durante siglos y ahora está saliendo de él.
No sabemos cómo procesarán las cosas en Bolivia con las presiones de las multinacionales, de los terratenientes y los gobiernos corruptos. No sabemos si conseguirán su propósito de hacer fracasar este intento pacífico, democrático pero revolucionario. Pero lo que sí percibimos entre las gentes que conocimos, con las que conversamos en los días que se aprobó la Constitución, es que hay un proceso en marcha imparable y sin retorno. Hay un pueblo que busca su expresión y ha encontrado su camino de dignidad. Eso no lo va a parar una multinacional ni ningún terrateniente ambicioso de mantener su hegemonía. Si hay un retroceso, ¡ojalá no se dé!, será algo momentáneo, pues la certeza de lo digno y de lo justo volverá nuevamente con aún mucha más fuerza.
Mi amigo y hermano, el senador del MAS Gastón Conejo Bacopé, que nos regala con su pluma poética unas crónicas políticas brillantes, relata así una parte de la celebración que el día 14 hicieron con motivo de la entrega oficial del texto de la nueva Constitución Política. "Las puertas de Palacio se abrieron al pueblo, a las bandas musicales y a los conjuntos nativos. El presidente Evo, el vicepresidente Álvaro, los constitucionalistas, los jefes de las Fuerzas Armadas, los ministros, bailaron, bailaron juguetones al interior del gran salón. Al son de huayños y quenas, tambores y pinquillos, en ronda infantil juguetona, los comandantes de las tres fuerzas armadas, de la Policía de seguridad ciudadana, los asambleístas, bailaron, tomados de las manos con mujeres indígenas de hermosos atuendos; las ministras y diputadas bailaron enlazadas con varones de pueblos y comunidades de las 36 nacionalidades. El pueblo profundo de la patria, de militares e indígenas, de mestizos, clase media, intelectuales y obreros, patriotas de todo tipo, seres sencillos y humildes, bailaron alegres, festejaron el cambio político y legislativo que Bolivia inicia.
Esta no es la Bolivia de los negocios, de la Repsol, British Petroleum, ETI-ENTEL o Telecom; es la Bolivia de los pueblos y de sus gentes postergadas durante siglos, que emergen y buscan su futuro. Ya que nuestros gobiernos no apoyan este proceso, lo cual habla de "a qué intereses responden", llamamos al corazón de los ciudadanos y de las organizaciones sociales de Europa para que apoyen, apoyemos, el proceso boliviano en un momento muy especial. Pues es un proceso en el que nos estamos jugando mucho todos, no solo los bolivianos.
Evo Morales, como él mismo se define, es un humanista que busca que su pueblo pueda finalmente expresarse y ser protagonista en su país. Esto tan simple es revolucionario. Es una esperanza para todos que Bolivia avance y se ponga a la vanguardia de las revoluciones democráticas, pacifistas y no-violentas en el mundo. Las revoluciones humanistas.
Creo que su empeño tendrá éxito si se profundiza en el camino que ha elegido de la no-violencia activa. Ese camino, ignorado por sus contrarios, da herramientas eficacísimas para luchar contra los violentos y lograr "des – armarles" totalmente. No sería la primera vez, en su momento Gandhi consiguió vencer a una fuerza mucho más poderosa aún.
Aquí estamos ante un nuevo tipo de revolución, una revolución pacifista, una revolución que se apoya en las urnas, una revolución pues propone eliminar definitivamente el derecho a la guerra de los estados, una revolución pues trata de dar la voz a los eternos "sin voz". Desde ahí se podrá entender lo que está ocurriendo en Bolivia, desde ahí se podrá comprender a Evo, el Mandela latinoamericano.
Editorial
NUESTRAS FRONTERAS CHAQUEÑAS ESTÁN ABANDONADAS
ABC de Paraguay (www.abc.com.py)
Desde hace ya algunos años se viene denunciando la invasión pacífica, pero acuciante y progresiva, de compradores brasileños de tierras en las fronteras del noreste de nuestro Chaco, un hecho que podría ocasionarnos graves problemas de soberanía, como ya está amenazando suceder en la Región Oriental ocupada por los empresarios y colonos brasileños y “brasiguayos”. A la invasión de propietarios y trabajadores brasileños en el Chaco se suma ahora una amenaza militar, la boliviana de Evo Morales, cuyo Ejército está siendo armado, equipado y entrenado por militares venezolanos, para actuar sea sobre los opositores internos del gobierno de Morales, sea sobre los autonomistas, sea sobre alguno de sus vecinos. Nuestro norte chaqueño es una zona abandonada por el Gobierno nacional.
Desde hace ya algunos años se viene denunciando la invasión pacífica, pero acuciante y progresiva, de compradores brasileños de tierras en las fronteras del noreste de nuestro Chaco. Se alertó de este fenómeno, que podría ser visto como normal desde el punto de vista económico, puesto que las tierras son mucho más baratas en el lado paraguayo que en el de los otros dos vecinos, pero que en un plazo no tan largo podría ocasionarnos graves problemas de soberanía, como ya está amenazando suceder en la Región Oriental, copada por los empresarios y colonos brasileños y “brasiguayos”.
A la invasión de propietarios y trabajadores brasileños en el norte del Chaco se suma ahora una amenaza militar, la boliviana de Evo Morales, cuyo Ejército está siendo armado, equipado y entrenado por militares venezolanos, para actuar sea sobre los opositores internos del gobierno de Morales, sobre los autonomistas, sea sobre alguno de sus vecinos, sea uno a continuación del otro o uno en vez de los otros.
Nuestro norte chaqueño es una zona abandonada por el Gobierno nacional. Sin poblaciones, sin unidades económicas, sin instalaciones militares ni presencia de autoridad pública de ninguna clase, sin infraestructura ni líneas de comunicación, allí dominan los traficantes, los abigeos y cualquiera que sea capaz de montar una organización medianamente equipada y eficiente.
En otras palabras, es una zona muy atractiva para ser ocupada. Y si los brasileños pueden hacerlo tranquilamente solo con algunas inversiones menores, ¿por qué no los bolivianos militarmente? En una semana podrían apoderarse de cincuenta a setenta mil kilómetros cuadrados sin mayor esfuerzo, con argumentos suficientes como para que la sola discusión posterior, con las negociaciones, los arbitrajes internacionales y demás recursos pacíficos –los únicos que podría oponer nuestro país una vez que los hechos estuvieran consumados– durasen años o quizás décadas.
Por lo demás, a los “fazendeiros” brasileños que se instalaron en territorio chaqueño paraguayo podría resultarles mucho más conveniente tratar con autoridades bolivianas –que estarían bien dispuestas a conquistarlos para su causa– que con las ausentes autoridades paraguayas, que solo aparecen por la zona para exigir supuestos certificados y toda clase de pretextos para coimear.
Los gobiernos que se sucedieron en las últimas décadas se olvidaron de la existencia de esa parte de nuestro territorio. Creyeron quizás y siguen creyendo que con la ruta Transchaco y unos pocos fortines con cuatro o cinco soldados muertos de hambre, la ocupación real del territorio queda jurídicamente demostrada y asegurada; o que con divertimentos como el “Transchaco Rally” se cumplía con la obligación geopolítica de afirmar derechos territoriales y probar posesión continua y legítima ante la opinión internacional.
Lo cierto es que si el Ejército de Evo Morales, con la ayuda y el estímulo de la nueva voluntad imperialista sudamericana representada por Hugo Chávez, decide intervenir militarmente en el territorio aledaño de nuestro país, con el motivo, pretexto o explicación que fuere, encontrará el camino llano y todo listo como para que sus tropas puedan instalarse allí y quedarse todo el tiempo que deseen. Por de pronto, ya se confirma la presencia de militares venezolanos muy cerca de nuestros hitos fronterizos con Bolivia. Se sabe que Chávez, con su sueño bolivariano de imprevisibles consecuencias, ha invertido sumas multimillonarias de su inagotable petrochequera en planes militares en territorio boliviano.
Al igual que la “brasileñización” tantas veces denunciada, que se produce mucho más por defección paraguaya que por la presión brasileña, una eventual caída de parte de nuestro territorio bajo control militar boliviano será responsabilidad exclusiva del Gobierno paraguayo, dominado por políticos arribistas absortos en la conservación e incremento de su propio poder y en el acrecentamiento de sus fortunas personales, y por completo desentendidos de los peligros que se ciernen alrededor de los máximos intereses de nuestro país y su pervivencia futura.
Opinión
PEDAZOS DE UN PAÍS
Evo Morales exhibe preocupantes señales de autoritarismo. Al frente tiene una oposición que no cede, y que ahora apuesta por la autonomía regional. Morales los acusa de secesionistas, y de jugar en pared con la CIA. ¿Peligra la unidad de este país? Domingo dialogó con dos bolivianos, el analista Carlos Toranzo y el escritor Edmundo Paz Soldán. Aquí sus percepciones.
La República de Perú (www.larepublica.com.pe)
Se diría que hay dos Bolivias. Una, la oriental, con Santa Cruz como su bastión y otra, la occidental, con La Paz como su centro más importante. Esta división de fuerzas alguna vez fue dramáticamente definida como un "empate catastrófico". Según Carlos Toranzo, reputado analista boliviano y coordinador de Proyectos de la Fundación Friedrich Ebert, la expresión hacía referencia a las visiones distintas de país que ambos sectores mantienen. Así, mientras el lado occidental, donde mayor presencia tiene el Movimiento Al Socialismo (MAS) de Evo Morales, apuesta por un Estado centralista, por democracias directas, plebiscitarias; el oriental, más la derecha, piensa más en una democracia representativa, en economía de mercado.
Pues bien. El rotundo triunfo electoral de Morales (esta semana se cumplieron dos años) con el 53.7 % de los votos, porcentaje que nadie había podido obtener anteriormente, hicieron pensar a diversos observadores que, acaso, ese "empate catastrófico" había llegado a su final. ¿Qué pasó, entonces, para que de nuevo Bolivia se divida?
Toranzo cree que "la senda confrontacional y autoritaria que ha asumido el régimen de Morales" ha sido un factor clave en el clima de tensión que hoy en día sacude a Bolivia. No se trata, desde luego, de asumir que Morales es el villano de la película. Como nos dice el escritor Edmundo Paz Soldán: "Acá nadie es santo, ni el gobierno ni la oposición". Pero lo que parece innegable es que el régimen socialista ha emprendido un recorrido muy peligroso que ha puesto en riesgo, una vez más, la frágil democracia boliviana (recordemos que entre el 2000 y el 2005 la crisis social y política llegó a tal nivel que se sucedieron en el cargo seis presidentes).
Al caballazo
"Ilegítima". Así define Paz Soldán a la Constitución que se votó preliminarmente el pasado 24 de noviembre en un colegio militar de Sucre, sin representantes de la oposición, en medio de disturbios que causaron tres muertos y unos 200 heridos, y que fue aprobada en Oruro el 9 de diciembre, también en ausencia de la oposición.
Es verdad irrefutable que los regímenes de raigambre autoritaria suelen crearse sus propias constituciones a la medida. Para Edmundo Paz Soldán, al jugar Morales con algo tan importante para la salud jurídica de cualquier país como la Constitución, ha puesto en serio peligro el estado de derecho boliviano. Eso sin contar que se trata, dice, de un texto lleno de "palabrería" con sus excesivos 408 artículos (recomendamos leer su excelente artículo en su blog http://riofugitivo.blogspot.com/)
Sin duda, la aprobación a patadas de esta nueva Carta (con ella, Morales podría postular por dos periodos consecutivos adicionales) ha calentado todavía más los ánimos.
"Estamos hablando de una Constitución aprobada entre gallos y medianoche que es, a todas luces, no solamente ilegítima sino, además, inaplicable pues tiene el rechazo de varias regiones. Lo que se vive ahora es una pelea por la defensa del estado de derecho frente al autoritarismo. A eso ha llegado la política en Bolivia", señala por su parte Toranzo.
¿Y qué puede venir a partir de ahora? En nuestros entrevistados la respuesta es la misma: incertidumbre total. Toranzo recuerda que el próximo año se celebrarán unas cantidades inusuales de referendos, entre ellos el revocatorio del mandato del presidente y de los prefectos, el de los estatutos económicos y el que va a dirimir cuántas hectáreas de tierra pueden acumular los bolivianos.
Claro, si asumimos, como dice Paz Soldán, que a Morales le va mejor en campaña que gobernando, el 2008 debería ser un buen año para él. ¿Pero se acentuarán las divisiones? Muy probablemente sí. ¿Tanto como para que se pueda hablar de un peligro real de secesión? Toranzo lo pone en duda. Paz Soldán advierte, en cambio, que el espíritu confrontacional del Gobierno del MAS ha hecho que el porcentaje de quienes aspiran a una división total (no solamente jurídica sino territorial) haya crecido.
"El proyecto nacional del MAS se ha regionalizado: de los nueve departamentos, solo es fuerte en dos del altiplano (La Paz y Oruro). Mientras tanto, hoy no hay bolivianos: hay cambas, collas, chapacos, guaraníes, etc. De estas heridas quedarán cicatrices", dice Paz Soldán.
Y las cicatrices profundas siempre tardan en desaparecer.
Editorial
BOLIVIA, MAL CIERRE DEL AÑO
El Tiempo de Colombia (www.eltiempo.com)
Mal termina el año en Bolivia, donde los conflictos suscitados por la nueva Constitución, aún en proceso de aprobación, han llevado a grados de enfrentamiento inesperados por su intensidad y extensión. El proyecto de Carta Magna que como reivindicación secular de los indígenas concibió el partido gobernante, el Movimiento al Socialismo, de Evo Morales, se ha convertido en fuente de diversas tensiones. A modo de caja de Pandora, brotaron de allí un movimiento ultraconservador y anacrónico para devolver la capital a la ciudad de Sucre y un rosario de ímpetus regionalistas a veces desbordados. Algunas propuestas murieron en el camino y otras adquirieron ritmo propio, pero casi todas han aportado enfrentamientos a una sociedad ya desgarrada por ellos.
No hay que extrañarse, pues, de que en las últimas semanas se hayan reproducido en casi todo el país las manifestaciones, algunas de las cuales terminaron con saldo mortal.
Por eso, una de las iniciativas más saludables fue la del propio presidente Morales cuando el 16 de diciembre hizo un llamado al diálogo y al entendimiento. En los próximos meses deberá seguir el debate sobre la Constitución, previo a su aprobación definitiva, y mucho conviene que se realice con un espíritu distinto al que hasta ahora ha imperado. A diferencia de ciertos líquidos de los que se advierte que deben agitarse antes de usarlos, la democracia funciona mejor cuando trabaja en forma sosegada e incluyente, y no a modo de garrote para romper cabezas. Como ha ocurrido también en el caso de Venezuela y Ecuador, tal parece que se pretende inventar una modalidad de democracia pendenciera más apta para la riña que para el entendimiento. En Bolivia, todos los grupos rivales alegan tener de su lado la esencia de la democracia y tachan a los otros de ilegales o ilegítimos. Mala condición para un país que el próximo año planea cinco referendos cuya realización podría ser desordenada y tumultuosa.
La ceguera con que el MAS quiso manipular los sistema de votación para prescindir de oposición contribuyó a esa atmósfera.
Es necesario que desde el propio gobierno se reconduzca el clima del debate. Bolivia tiene viejas desigualdades que reparar, y una nueva Constitución puede ayudar a ello. Pero la Carta debe ser producto de un verdadero consenso, en el que el capítulo regional es uno de los más delicados y complejos. Los bolivianos aún pueden aprovechar el tiempo que les queda para conseguirlo.
Opinión
BOLIVIA, CONSTITUCIÓN O EXCLUSIÓN
Rebelión Org. (www.rebelion.org)
El proceso constituyente, si dependiera de los partidos conservadores, no se habría iniciado y se mantendría la exclusión de más de la mitad de la población. O el proceso se alargaría indefinidamente para neutralizar al Gobierno de Evo Morales. Si no lo consiguen, optan por fracturar el país. La oposición, sin embargo, está hoy mal representada por sus partidos, relativamente débiles y fragmentados, los cuales han optado por abandonar la Asamblea Constituyente. Los medios titulan que el MAS y Evo han "impuesto su Constitución", pero la oposición abandonó la Asamblea y pretende hacer durar indefinidamente el proceso constituyente, que lleva ya más de un año, para paralizar la acción de gobierno. Es negativo, evidentemente, que unos y otros hayan optado por el enfrentamiento en lugar del necesario consenso que requiere el marco constitucional. Pero las responsabilidades no están repartidas por igual. Se ha aprobado un proyecto de Constitución con una mayoría superior a dos tercios por la ausencia voluntaria de la oposición. Lógicamente, ahora debería plantearse un referéndum para despejar las dudas sobre los asuntos más conflictivos.
La música es lógicamente indigenista. El MAS se comprometió a iniciar un proceso institucional para terminar con la exclusión histórica de la población indígena, pero defiende la democracia representativa y participativa. La derecha económica no creo que quiera derribar a Evo Morales, que aparece como el único líder capaz de evitar el caos. Y resulta demagógico ironizar sobre el lenguaje de un movimiento que representa a unas mayorías populares a las que durante siglos se ha dejado al margen de la vida política. Las propuestas de "democracia directa" son imprecisas y no muy diferentes de los consejos cívicos de la presidenciable Ségolène Royal o el voto programático de la Constitución colombiana, que en teoría permite desposeer a los cargos electos de su mandato. Las referencias al colectivismo de las tierras indígenas y a su peculiar justicia no hace sino reconocer una situación de hecho que se mantiene desde la independencia. Su posible inclusión en la Constitución estaría condicionada por el respeto de los derechos fundamentales y la adhesión a la Carta Internacional de Derechos Humanos, lo cual permitiría ilegalizar los comportamientos y las penas que conculquen estos derechos. Estas cuestiones, que afectan únicamente a las comunidades territoriales indígenas -es decir, un cuarto de la población, aproximadamente-, no parece que preocupen especialmente a los criollos, excepto como arma de propaganda contra el Gobierno.La reacción opositora ha hecho de la reivindicación de la autonomía regional y de la capitalidad para Sucre su caballo de batalla. Antes de las elecciones presidenciales se convocaron las primeras elecciones de prefectos y en cuatro de los nueve departamentos ganaron candidatos opositores. Hoy son estos prefectos y los comités cívicos que se han creado en Santa Cruz, Tarija, Pando y Beni, la llamada Media Luna, la principal estructura de la movilización opositora. El movimiento se ha ampliado a Sucre y a Cochabamba, ciudades que siguen en importancia a La Paz y Santa Cruz. Pero reducir la cuestión a un enfrentamiento entre centralistas y autonomistas es inexacto.
El Gobierno de Evo Morales propone una ambiciosa descentralización a favor de las regiones, los municipios y las comunidades indígenas. Plantea una regionalización del país y se discute la idoneidad de los departamentos actuales. Se apunta la posibilidad de crear regiones de menor tamaño como marco de programas económico-sociales compartidos sin menoscabar las competencias de los departamentos. En los encuentros que tuve con los actuales gobernantes sugerí evitar el incrementalismo institucional y apoyarse en los actuales departamentos para promover el desarrollo regional. No se quiere sustituir el actual centralismo por otro y se enfatiza también la autonomía de los municipios y de las "36 nacionalidades indígenas" (léase comunidades territoriales). Hay que tener en cuenta que en Bolivia, excepto en el caso de Santa Cruz (cuyo movimiento recuerda la Liga Norte de Italia), el regionalismo era hasta ahora un movimiento casi inexistente. El presidente propone ahora someter a referéndum su cargo y también los de los nueve prefectos. Es quizá un último recurso para evitar la fractura social si los protagonistas aceptan el resultado.
La demanda de capitalidad plena de Sucre ha terminado de agudizar el conflicto. Capital fundacional del país, fue desplazada progresivamente por La Paz, cuatro veces más grande, sede del Gobierno y del Parlamento. Sucre es sede del poder judicial, y en la nueva Constitución verá reconocida su capitalidad histórica y recibirá otras instituciones de la nación. Pero hasta la presidencia de Evo Morales no se había planteado una exigencia de recuperar las instituciones propias de la capitalidad con la radicalidad actual. Otra operación manipulada por las minorías que se consideran las únicas legitimadas para ejercer el poder.Como indicador de esta voluntad de reconocimiento histórico, la Asamblea constituyente se convocó en Sucre. Desde Santa Cruz y otras zonas opositoras, los comités cívicos, que han suplantado a sus partidos, se movilizaron y miles de sus miembros fueron a Sucre para manifestarse contra los constituyentes. Paralelamente, se radicalizó la demanda de capitalidad plena y las organizaciones gremiales y universitarias se añadieron a los manifestantes opositores llegados de fuera. El resultado es conocido: enfrentamientos entre los opositores y las fuerzas policiales que protegían a los constituyentes. Hubo algunos muertos, pero no hay indicios de que la policía disparara y sí de que hubiera manifestantes armados. El Gobierno evitó que llegaran a Sucre las columnas indígenas que se movilizaron en defensa de la Constitución.Este detalle ayuda a entender el rechazo intolerante de los comités cívicos contra los constituyentes, entre los cuales hay muchos indígenas: los gremios sucreños han hecho campaña y han logrado que en la ciudad no se les permita el acceso ni a los hoteles, ni a los restaurantes, ni a los comercios, ni siquiera a los equipamientos o locales adecuados para reunirse. El racismo originario de Bolivia está aún muy presente.
Opinión
PELIGROS DEL POPULISMO
La Hora de Ecuador (www.lahora.com.ec)
La semana pasada, CORDES y la UDLA organizaron el seminario ‘La Economía del Populismo’, en el que participaron Juan Antonio Morales, ex presidente del Banco Central de Bolivia, y Pablo Secada, economista peruano, quienes hablaron sobre las consecuencias que el irresponsable manejo económico tuvo en sus respectivos países.
Morales explicó que el descalabro económico en Bolivia se produjo durante la gestión de Hernán Siles Zuazo (1982-1985), que siempre mostró desdén por los equilibrios fiscales y monetarios, y dio primacía a las políticas “redistributivas”. Entre las medidas adoptadas por Siles Zuazo, quien al principio de su mandato contaba con un gran apoyo sindical, estuvieron los controles de precios (que generaron escasez y mercados negros), la conversión, por decreto, de contratos en dólares a contratos en pesos (que provocó desconfianza en el sistema financiero y salida de capitales) y, sobre todo, la emisión monetaria para financiar el gasto público.
La principal consecuencia de estas políticas y de las tibias medidas aplicadas para contrarrestar la mala gestión de gobiernos anteriores fue que en 17 meses de hiperinflación los precios aumentaron en 652 veces. En Perú, mientras tanto, según explicó Secada, una crisis muy severa se produjo en el primer gobierno de Alan García (1985-1990), quien, por entonces, desdeñaba las políticas económicas ortodoxas.
Las medidas aplicadas por García incluyeron controles de precios, expansión del gasto fiscal y estatización de la banca. Entre las consecuencias de estas políticas, supuestamente populares, destacan la hiperinflación, la disminución a la mitad de los salarios reales, la reducción del gasto social y el aumento de la pobreza, el desempleo y el subempleo.
En el Ecuador, que de momento tiene la “ventaja” de que no se puede emitir moneda para cubrir déficits, la expansión del gasto público (subsidios, emergencias) y la eliminación de los fondos de ahorro pueden producir graves desequilibrios fiscales. En este sentido, es importante que nuestros gobernantes tomen conciencia de que las políticas adoptadas con el fin de aumentar su popularidad pueden terminar perjudicando a quienes dicen defender.
Escándalo por dinero no declarado
OTRO CASO DE MALETÍN CON DÓLARES DESDE VENEZUELA SACUDE AHORA A BOLIVIA
Militar venezolano habría transportado elevada suma con destinatario desconocido hasta ese país.
El Mercurio de Chile (www.emol.com)
Argentina no habría sido el único destino adonde llegaron valijas con dólares provenientes de Venezuela. En Bolivia estalló, hace pocos días, un escándalo similar. El episodio guarda algunas semejanzas con el que protagonizó, en Buenos Aires, el venezolano Guido Antonini Wilson, cuando intentó ingresar, en agosto pasado, una valija con US$ 800 mil sin declarar.
Según publicó el sábado el diario "El Nuevo Herald" de Miami, en Bolivia se denunció que a un militar, también venezolano, se le encontró un maletín con US$ 872 mil en medio de confusos detalles sobre el destino y el origen del dinero, y la identificación de quien lo portaba.
El hecho ocurrió el día 6 de este mes, según detalló el senador boliviano Walter Guiteras, de la oposición. El legislador declaró que el militar venezolano Luis Michel Klein Ferrer llevaba en su maletín el dinero en efectivo cuando trataba de escapar de ser linchado por enfurecidos pobladores de Riberalta, una ciudad en el norte de Bolivia. Sin embargo, el comandante regional de la policía de esa ciudad, coronel Miguel Ángel Villarroel, sostuvo que Klein no llevaba efectivo, sino un contrato por ese monto suscrito en el marco de un acuerdo de cooperación entre Venezuela y Bolivia. De hecho, Klein no fue detenido.
Las autoridades de Bolivia aseguran, además, que Klein es funcionario de un banco oficial venezolano de desarrollo social, pero documentos judiciales de ese país muestran que, al menos en 2004, Klein era un capitán de los servicios de inteligencia del ejército de Venezuela.
De acuerdo con la versión que dio a "El Nuevo Herald" el director del comité cívico de Riberalta, Mario Aguilera, la gente sospechaba que el avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea de Venezuela, del cual había descendido Klein, trataba de ingresar armamento en Bolivia.
Según la versión del dirigente comunitario, el militar habría bajado del avión, pero no logró regresar porque la aeronave debió salir apresuradamente en medio de los ataques de los pobladores del lugar. Klein fue retenido y entregado a las autoridades.
El dirigente indicó que autoridades de la región explicaron a los manifestantes que la suma que transportaba Klein era una ayuda del gobierno venezolano para una procesadora de almendras ubicada en la zona.
Tres días después del intento de linchamiento, el diario boliviano "La Razón" informó que el maletín que llevaba Klein contenía un documento en el que se asignaba dicho monto a proyectos, pero no dinero en efectivo.El viernes, durante un discurso en la Cuarta Cumbre de Petrocaribe en Cuba, el Mandatario venezolano, Hugo Chávez, condenó el ataque al avión, pero no se refirió al incidente del maletín, según indicó el periódico norteamericano.
RESPALDOEL 48,8% de los argentinos vio "bien" la gestión de Cristina Fernández, en sus primeros días de gobierno, pese al "escándalo del maletín", indicó una encuesta de la consultora OPSM.
OBJETAN QUE UN CORREDOR BIOCEÁNICO EXCLUYA AL PAÍS
La Gaceta de Argentina (www.lagaceta.com.ar)
En su última sesión, la Legislatura resolvió expresar su preocupación por los efectos geopolíticos, geoeconómicos y sociales que producirá en la población argentina, y en especial en el NOA, el acuerdo firmado recientemente entre Brasil, Chile y Bolivia, por el cual se crea un corredor bioceánico entre las ciudades costeras de Arica (Chile), en el océano Pacífico, y Santos (Brasil), sobre el Atlántico. Según el autor de la iniciativa, el laborista Osvaldo Cirnigliaro, el tratado es el certificado de defunción de una integración continental y regional que debía responder a principios de progreso para el conjunto de la sociedad latinoamericana. “Esa carretera que atravesará Bolivia representa una marginación real de la Argentina, la que se reserva un papel secundario, marginal y periférico en la exportación de mercaderías a los mercados del sudeste asiático”, sostuvo.
El opositor recordó que el ex presidente Juan Domingo Perón, al declarar en la Casa Histórica la independencia económica, el 9 de julio de 1947, postulaba una integración sudamericana a partir del eje Argentina - Brasil - Chile. “A 60 años de ese ABC, se impone en los hechos el eje BBC: Bolivia reemplaza a nuestro país”, subrayó.
Cirnigliaro rescató que en 1986, durante la gestión de Fernando Pedro Riera, las 13 provincias del Norte Grande firmaron aquí el acta de San Miguel de Tucumán, que impulsaba construcción de un corredor bioceánico para unir los puertos de Calderas, en Chile, con Paranaguá en Brasil. “Pasaba por Tucumán y privilegiaba el paso cordillerano de San Francisco, en Catamarca”, recordó.
Un 50% de los envíos del sector tiene como destino los países latinoamericanos
CORREDOR BIOCEÁNICO AMPLÍA MERCADOS REGIONALES A PYMES
Representantes de la pequeña y mediana empresa junto a expertos del sector, concuerdan en las indudables ventajas del recién firmado acuerdo entre Brasil, Bolivia y Chile que permitirá ampliar el intercambio comercial en la región y generar una mayor integración.
La Nación de Chile (www.lanacion.cl)
La construcción de un corredor bioceánico entre Brasil, Bolivia y Chile, no sólo tiene contento al sector empresarial de mayor tamaño, sino que también a los representantes de la pequeña y mediana empresa chilena, ya que la implementación de este proyecto a fines de 2009 tiene directa relación con el alto porcentaje de los envíos minoristas a esta parte del mundo.
Más allá de los beneficios del inédito acuerdo para la integración regional y la históricamente truncada relación entre Chile y Bolivia, la firma de este convenio amplía un mercado estratégico para el éxito económico de las empresas de menor tamaño.
Para el Director de la División de Comercio Internacional e Integración de la Cepal, Osvaldo Rosales, este corredor va a significar un mayor flujo de negocios, transporte e inversión asociada entre el Atlántico y el Pacífico, pues considera que "es una posibilidad práctica de avanzar en integración más allá de los discursos".
El experto añade que "sabemos que en el comercio interregional, es decir, cuando Chile vende o le compra a los países vecinos, los principales beneficiados son las pymes. Desde ese punto de vista, es posible que la gestación de ese corredor signifique ganancias, también, en términos de empleo y mejores salarios para quienes trabajen en esa área", señala.
Según la Asociación de Exportadores de Manufactura (Asexma) cerca de un 50% del total de envíos de los últimos años tienen como destino los países latinoamericanos, por lo que la facilitación del intercambio de productos chilenos y extranjeros dará un fuerte impulso a este sector.
Patricia Pérez, presidenta de la entidad, sostiene que "el corredor bioceánico que unirá desde el 2009 a Brasil, Bolivia y Chile se convierte en una alternativa más eficiente de transporte terrestre para las empresas exportadoras, ya que disminuye a la mitad los tiempos de transporte de mercadería, generándose una mayor fluidez tanto para la exportación como para la importación."
Además, para la titular de Asexma, esta iniciativa "amplía las posibilidades de integración comercial entre estos tres países, pues cerca de un 6% de los envíos de manufactura chilenos tienen como destino Brasil y un 3% Bolivia", comenta.
Pymes optimistas
En este contexto, Rafael Cumsille, presidente de la Confederación Nacional de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conapyme) considera que "el corredor es muy importante porque fortalece la integración y abre un mercado tan grande como el de Brasil, de más de 170 millones de habitantes, a los productos chilenos".
No obstante, hace un llamado a instituciones como ProChile, Corfo y BancoEstado, para que apoyen a las empresas pequeñas a beneficiarse con la creación de este pasillo sudamericano. "Sin duda que beneficia a las pymes, porque actualmente la balanza comercial de nuestro sector es negativa, son más los productos que entran que los que salen y esto nos da la oportunidad de salir con nuevos productos", dice Cumsille.
Por su parte, el economista Enrique Goldfard comenta que "es evidente que se está abriendo un camino que va a beneficiar a todas las actividades y, debido al alto porcentaje de intercambio comercial entre las pymes y los países vecinos, es obvio que traiga ventajas al sector. Indudablemente, existe una utilidad para las empresas que van a poder llegar con sus productos, quizás, a mejores precios que los que existen con las vías actuales", precisa.
Los montos involucrados
El acuerdo firmado el pasado 16 de diciembre, contará con aproximadamente cuatro mil 700 kilómetros de carretera y unirá al puerto brasileño de Santos, ubicado en el océano Atlántico, pasará por Bolivia hasta llegar a los puertos de Arica e Iquique.
La inversión chilena será cercana a los 37 millones de dólares para optimizar el tramo de 192 kilómetros que conecta Arica con el pueblo boliviano de Tambo Quemado, más 56,3 millones de la divisa para los 216 kilómetros entre Iquique y Pisiga, Bolivia. En total, una suma cercana a los cien millones de dólares. En tanto, el gobierno de Evo Morales, invertirá 78 millones de la divisa para unir Pisiga y Oruro, y tramitará un préstamo de 260 millones de dólares para construir la vía entre San Matías y Concepción en el departamento de Santa Cruz.
En tanto, Brasil incluirá 132,8 millones de dólares para mejorar dos ramales de 2 mil 525 kilómetros en la frontera con Bolivia.
Se espera que la construcción esté operativa en el último trimestre de 2009.
AMÉRICA LATINA LOGRA AVANCES EN SU INTEGRACIÓN
Diario del Pueblo de China (www.spanish.peopledaily.com.cn)
Los países de América Latina y el Caribe lograron este año avances rumbo a su integración, un proceso al que ha dado fuerte impulso el presidente venezolano Hugo Chávez.
En todos los encuentros regionales efectuados este año, las naciones del subcontinente mostraron como nunca un deseo mayor en procura de su desarrollo, aunque no todas las reuniones concluyeron con resultados tangibles.
La creación del Banco del Sur, impulsado por Chávez, fue el avance más sobresaliente de América Latina en sus esfuerzos de integración y desarrollo.
La mandataria de Argentina y los presidentes de Brasil, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela suscribieron el 9 de diciembre el acta fundacional del Banco del Sur en Buenos Aires.
Chávez dijo que la banca regional contribuirá a la independencia de Sudamérica pues desplazará de manera gradual los préstamos caros del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
El Banco del Sur, que tendrá su sede en Caracas, financiará con créditos baratos proyectos industriales y energéticos en la región, pero con visión social.
Colombia --aliado de Estados Unidos-- había solicitado su adhesión al proyecto, pero finalmente no se desistió con el argumento de que necesitaba tiempo para analizarlo.
Otro de los avances durante el año, fue la firma de un acuerdo entre Brasil, Bolivia y Chile, el 16 de diciembre, para impulsar el establecimiento de corredor de 5.900 kilómetros entre los océanos Pacífico y Atlántico. La vía, que entrará en funcionamiento en 2009, garantizará la integración física así como el comercio regional y exterior de los tres países.
El corredor conectará Puerto de Santos y Matogroso (en Brasil), con Santa Cruz, Cochabamba, Oruro y La Paz (en Bolivia), y Arica e Iquique (en Chile).
Durante la firma del convenio, la presidenta chilena Michelle Bachelet dijo que el proyecto tiene gran trascendencia para la integración de América del Sur, al tiempo que potenciará el turismo y el comercio en la zona.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva declaró que el corredor es "clave" para el futuro de Sudamérica y aseguró que la región ocupará "el lugar que merece si está fuerte, unida e integrada". En otro esfuerzo de integración, los mandatarios o sus representantes de 16 países asistieron el 21 de diciembre a la IV Cumbre de Petrocaribe, en la ciudad cubana de Cienfuegos.
Chávez dijo que Petrocaribe hace posible un intercambio "favorable, equitativo y justo" entre los países integrantes, a los que se sumó Honduras como el socio 17 durante la reunión.
Petrocaribe, impulsada por Chávez, surgió en 2005 como una alianza para la seguridad energética de la región. Chávez aseguro que Petrocaribe es un mecanismo integrador, unificador y liberador, que permitirá a los países chicos superar las asimetrías y acceder a los recursos energéticos. La clausura del encuentro coincidió con la reactivación de la refinería de petróleo "Camilo Cienfuegos", la cual estuvo parada 12 años, en Cuba.
Las empresas estatales Cupet (de Cuba) y PDVSA (de Venezuela) remozaron la refinería, la cual procesará en una etapa inicial 65.000 barriles diarios de petróleo que se elvarán a 100.000 en los próximos años. Otra de las reuniones clave durante el presente año fue la cumbre semestral del Mercado Común del Sur (Mercosur), efectuada el 17 y 18 de diciembre en Asunción, Paraguay.
La cumbre concluyó como de costumbre, con un llamado a superar las asimetrías entre los países grandes y pequeños del bloque, y a apurar el ingreso de Venezuela como socio pleno.
Chávez dijo que "del destino del Mercosur depende el destino de Sudamérica", y ofreció la aportación de su país, el quinto mayor productor mundial de petróleo y el mayor exportador de América Latina.
Venezuela quiere convertirse en el quinto miembro del Mercosur, junto a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, pero los congresos paraguayo y brasileño no han ratificado la adhesión.
El presidente venezolano dijo que Venezuela va a terminar 2007 con una cifra aproximada de 55.000 a 60.000 millones de dólares en importaciones, que "vienen del norte y nosotros queremos que vengan del sur". Al término de la reunión, los mandatarios reconocieron el esfuerzo para eliminar el doble cobro del arancel externo común, subrayaron el apoyo a las pequeñas y medianas empresas e instaron a la creación de un fondo para su desarrollo.
LA MIRADA DEL PERIODISTA MIGRANTE EDWIN PÉREZ UBERHUAGA
BOLIVIANOS EN EL EXTERIOR
Diario de Madryn España (www.diariodemadryn.com)
Si existe un tema aún no profundizado con absoluta seriedad y debatido públicamente ese es el de las migraciones bolivianas en nuestra ciudad y en la provincia. De allí que resultara tremendamente esclarecedora una entrevista a un periodista migrante boliviano, Edwin Pérez Uberhuaga, director de la Revista “Raíz Bolivia” y "Migrante" (España) realizada por el Gerente General del IBCE (Instituto Boliviano de Comercio Exterior), licenciado Gary Antonio Rodríguez, nada menos que sobre su experiencia en un continente como Europa, analizando la migración, vinculada desde el punto de vista económico, al tema del empleo o desempleo, de las remesas de dinero enviadas, al rol del periodismo y a la revisión de la actitud de un pueblo que no está bien.
Uberhuaga visitó en noviembre la ciudad de Santa Cruz, en Bolivia, en el marco de tres foros patrocinados por el IBCE, la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (CAINCO), y otras instituciones y empresas que permitieron los eventos.
¿Qué significa ser migrante en España, en Europa y también en otros lugares?, se le preguntó entonces a Edwin Uberhuaga.
EP: Ser migrante implica estar en un lugar que no es el propio, lo que ya significa un trauma, una transformación a veces preocupante. Por otro lado, es estar en una cultura diferente, que uno en algunos casos la puede acoger, la puede asimilar, pero en otros casos puede ser causa de problemas y desequilibrios. Estamos en un mercado de competencia laboral muy grande donde las capacidades y potencialidades de cada uno tienen que igualarse o superar a otros, de otras nacionalidades. Estamos en una división familiar, sobre todo en estos tiempos cuando viaje primero el hombre o viaje primero la mujer, en ambos casos deja su hogar, a su pareja y a sus hijos.
¿Cuál es la principal razón por la cual los migrantes existen, particularmente los migrantes bolivianos? ¿Cuál es la razón principal de expulsión o atracción que ocasiona este fenómeno?
EP: Una de las coincidencias que hubo en estos Foros es que, “hay una falta de esperanza en el país” en lo que puede pasar luego del advenimiento de un nuevo Gobierno que implicaba muchos cambios y que podía dar alguna posibilidad de bonanza. Eso realmente está carcomiendo las estructuras de la sociedad porque otro de los elementos que se ha notado es que muchos de los que han abandonado Bolivia en su momento tenían un trabajo más o menos estable, tenían un ingreso más o menos estable, por lo tanto no se habla de una “fuga de desesperados” sino que ha habido gente que ha preferido trabajar en otros lados, dejar su energía en otros lados, con la idea de que podría recibir un poco más de dinero; en algunos casos lo están logrando, y en otros no, y esa aventura que iba en favor de ir en pos del paraíso europeo en algunos casos se ha convertido en una pesadilla y en un infierno.
Habiendo retornado a Bolivia después de 2 años ¿Cómo encuentras al país, más allá de lo que pueda ser el fenómeno de la migración en tu contacto con más de 100 instituciones de los sectores público y privado, con organismos internacionales, y organizaciones sociales de base?
EP: Si, a nivel institucional también hay un problema de desgaste, porque evidentemente se planifican alternativas de desarrollo económico, se aplican determinadas medidas desde la perspectiva gubernamental, pero no tienen el impacto ni la solución que eso implica. Entonces, realmente he notado cierta preocupación y cierto roce muy duro en cuanto a los temas que están calientes: la Constituyente, el regionalismo, la postergación, la segregación de varios sectores, el tema de la discriminación que se mantiene latente, y yo hacia notar que es paradójico que los bolivianos que estamos afuera vamos a pedir y exigir un trato igualitario en cuanto al respeto de nuestro derechos, pero todavía dentro del país estamos con muchos problemas que venimos arrastrando y que parecen no tener solución.
Entonces, he notado esa preocupación, he notado pobreza en las calles, he notado que no hay un cambio absolutamente radical, que es lo que se proponía a nivel de las autoridades y es un proceso lento, pero que es todavía doloroso y que no se traduce en que el bolsillo del ciudadano tenga mayores ingresos. Tenemos -por un lado- el tema del gas, el tema energético que implica algunos ingresos; tenemos la gran inyección de los 1.000 millones de dólares anuales de las remesas, pero eso todavía está en una especie de “hipnosis” o en una especie de cosas que no están todavía claras ni contundentemente definidas.Mil millones de dólares en remesas para una economía como la boliviana, con un Producto Interno Bruto apenas por encima de los 10.000 millones de dólares; 1.000 millones de dólares en remesas frente a 4.000 millones de exportaciones, es mucho dinero… ¿Qué hay detrás de esos 1.000 millones de dólares? ¿Cuánto esfuerzo, cuántos dramas humanos? En uno de los Foros se decía que económicamente podría ser bueno que Bolivia reciba semejante cantidad de dinero, pero socialmente no se justificaba. ¿Cuál es tu visión respecto a esto?
EP: Bueno detrás de cada Euro, de cada Dólar que llega a Bolivia, hay que entender que no solamente se trata de dinero que llega casi de manera automática. No hay que ver al migrante como una máquina de dinero, sino que es un ser humano que tiene muchas dificultades, que a veces no tiene trabajo, pero igual tiene que cumplir con la cuota mensual de vida dentro del país donde está y el envío de las remesas. Por lo tanto, ver que hay muchos dramas: el fenómeno de la “cama caliente”, por ejemplo, que es un cuarto con un colchón que se alquila para varias personas que durante un día se van turnando, de día y de noche, para dormir en función de sus horarios de trabajo. Estamos hablando del hacinamiento de 8 ó 10 personas en una habitación; estamos hablando de la promiscuidad que eso implica; estamos hablando de abusos que se cometen por parte de bolivianos, latinoamericanos y europeos; inclusive instituciones como la policía de algunos países, en vez de ser un elemento de protección de los migrantes, son un factor de extorsión; estamos hablando de un crecimiento alarmante de los niveles de aborto protagonizado por mujeres solteras, casadas o viudas que tienen una vida sexual no adecuadamente educada, por lo tanto se exponen a varios riesgos y por supuesto son elementos que afectan a los niños, ya sea dentro de Bolivia o fuera de ella, encuentran que la vida y la actitud de sus padres lamentablemente ha cambiado, por la presión social que hay alrededor de esas personas.
Luego de participar los 3 foros y a punto de partir ¿Cuál sería el resumen que harías de forma sucinta, para ayudar a nuestros compatriotas a funcionalizar este fenómeno de la migración?
EP: El gran éxito para todos los bolivianos ha sido poner la migración en el tapete de discusión, un tema que era un poco olvidado porque algunas autoridades de anteriores Gobiernos decían que “había que preocuparse por los que están adentro, ya que los que están afuera están bien” y hemos venido a demostrar que no hay tanta bonanza afuera. Ese es un éxito de todos. El otro aporte importante es que la empresa privada, el Gobierno y la sociedad civil, hemos dado los primeros pasos para generar una política migratoria que permita precisamente establecer qué va a pasar con los flujos migratorios, en el tema de las remesas, en el tema social: qué hay detrás de cada Dólar y Euro que recibe Bolivia. Está también, una alianza estratégica que se ha planteado para que se puedan unir todos los sectores en procura de aportar en la solución de los problemas sociales que tienen que ver con las familias divididas, los hijos abandonados, los índices delincuenciales de hijos de migrantes que están portándose mal; el tema de los divorcios, de las enfermedades que se van generando; cómo está perdiendo el país recursos humanos tan importantes, una “fuga de cerebros” una “fuga de mano de obra” permanente y sostenida.
También, el generar una plataforma de discusión y diálogo sobre la problemática migratoria para plantear soluciones en el campo político, en el campo económico y en el campo social, teniendo en cuenta que Bolivia como Estado debe negociar con dignidad y con altura con otros países para proteger a los migrantes.
CHACHO ALVAREZ ANALIZA EL MERCOSUR, COLOMBIA Y LA RELACION CON WASHINGTON EN UN MOMENTO CRITICO
“CUANDO EE.UU. MIRA LA REGIÓN, NO LA MIRA EN TÉRMINOS POSITIVOS”
Dedicado en pleno a las relaciones exteriores, esta semana fue reelecto en Montevideo como titular de la Comisión de Representantes del Mercosur. Contento, habla del rol de Néstor Kirchner en la construcción continental, analiza el enfrentamiento con Estados Unidos en términos globales y explica por qué hay tantas cosas que los irritan, pero son positivas.
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
Habrá que acostumbrarse no más a que Carlos “Chacho” Alvarez esté dedicado casi en exclusividad a las relaciones exteriores. El martes pasado en la cumbre de Montevideo fue reelecto por los presidentes del bloque como titular de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur por un período de un año, que se agregará a los dos que ya lleva en el cargo. “Es una extensión de la confianza. Mi gestión estuvo atravesada por el conflicto de las plantas entre Uruguay y Argentina y por toda la discusión en Uruguay de la conveniencia de la firma de un TLC con Estados Unidos. La ratificación de los presidentes tiene ese valor adicional porque no fue una etapa tranquila”, evalúa. Con todo, sería absurdo pensar en un Chacho Alvarez ajeno por completo a la política nacional. De eso habla en esta entrevista, también de la situación de la región y del rol que vislumbra para Néstor Kirchner –más de uno, en verdad– para el futuro inmediato.
–¿Encontró su vocación en la política internacional?
–Lo venía trabajando desde mi centro de estudios. Cuando lo armamos evaluamos que nuestro momento en la política nacional había pasado, que había un gobierno con el que se compartía mucho lo que estaba haciendo y que nosotros teníamos que aprovechar las relaciones que teníamos en la región, sobre todo con el mundo progresista. Después surgió esto del Mercosur que calzaba justo con lo que veníamos trabajando. Es importante también que los países construyan una dirigencia que ponga su capacidad y su esfuerzo en pensar los temas regionales. Hoy lo regional es parte de lo nacional, no hay tanta división.
–¿Y en la política nacional propiamente dicha no piensa más?
–Pienso pero no actúo. Pienso que sería bueno que uno se pudiera referenciar en una fuerza política que hoy no hay. Lo que se está imponiendo es que se construya una fuerza en la línea de la Concertación Plural. Es muy difícil pensar en una fuerza política donde, por ejemplo, los peronistas se desafilien y se afilien a esta nueva fuerza, sino que tiene que dar cuenta de la realidad que existe en la Argentina con la mayor vocación renovadora. Se tendría que institucionalizar una suerte de peronismo renovado, se tendría que institucionalizar también el radicalismo K compartiendo un proyecto con un peronismo distinto. De hecho, han surgido nuevos liderazgos en el peronismo. En la provincia de Buenos Aires ha habido transformaciones y dirigentes interesantes que han ganado y permiten ser optimistas en cuanto a la renovación. Y luego tendría que nuclearse la tradición de centroizquierda, que en la Argentina tiene un 15 o 20 por ciento de representatividad a nivel nacional. Creo que ya se puede hablar de una tradición de centroizquierda. Está el socialismo, todos los compañeros que militaron en el Frepaso, más los nuevos emergentes como el caso de Hermes Binner, Fabiana Ríos, Martín Sabbatella, el caso de Luis Juez, que hay que recuperarlo. En algunos de esos sectores no va a haber una adscripción al kirchnerismo como puede haber en el peronismo renovado, pero me parece que hay que ser mucho más flexible y abierto. Hay que poder convivir con sectores que tengan mayor distancia, ahí está el germen de una construcción que tiene que ver con una concertación o una coalición política. Desde hace tiempo en la Argentina hay coaliciones. El fracaso de la Alianza no inhabilita la idea de coalición. Brasil es una coalición, porque el PT solo no alcanza y siempre tiene que terminar haciendo coaliciones. Cuanto menos aliados tenés con coincidencias ideológicas más difícil es la gobernabilidad de esa coalición. Hay que insistir con la coalición y darle institucionalidad. Sería bueno que Kirchner fuera presidente de una Concertación Plural, que se pudiera reunir, acompañar la política de la Presidenta. Tener una herramienta política que nos saque de esta anomia partidaria. Y la construcción de esa concertación también puede que ayude indirectamente a aclarar las aguas en el campo de la oposición.
–Pero estos dirigentes que usted nombró como Binner, Ríos o Sabbatella pueden mostrarse afines ideológicamente al oficialismo, pero marcan diferencias con, por ejemplo, algunos gobernadores o varios intendentes del conurbano.
–Es el proceso de lucha de lo nuevo y lo viejo. Lo nuevo no se puede inventar. El Barba Gutiérrez es un militante de muchos años que ahora ganó en Quilmes, lo mismo que el nuevo intendente de Lanús. Se armaron las colectoras que fueron una herramienta para pelear, pero no se trataba de tirar lo viejo por la ventana. Lo viejo no se puede tirar por la ventana, en un proceso hay cosas mezcladas. En ese proceso, ¿uno ve voluntad de transformación y cambio o no? Sí, se ve. Y de hecho han surgido cosas interesantes. Y bueno, hay que empujar. A mayor institucionalidad, más se puede empujar. Si hubiese una Concertación Plural donde sectores de centroizquierda pueden visualizar un espacio de referencia, que tiene una agenda que comparte con el Gobierno y también temas propios, mejoraría mucho el funcionamiento institucional de la Argentina.
–¿Se ve jugando algún rol en esa Concertación?
–Por supuesto ayudando a que ese acuerdo se pueda construir. A veces hay cierta mirada reduccionista y se entiende que hacer política es estar en las coyunturas electorales. Pero hay formas de estar en la política que no es ser candidato. De esa forma sí, como que hay un diálogo permanente con todos esos sectores. Hacemos cosas juntos, tenemos encuentros. Todos están queriendo construir una referencia colectiva. Lo que pasa es que cómo hace el centroizquierda para salir de la tradición personalista. Se critica mucho la tradición personalista, pero hay que reconocer que cuesta mucho armar un colectivo. Sobre todo en una etapa donde el personalismo, frente al decaimiento de las ideologías y de los partidos de masas, tiene un rol fuerte. Si no, veamos a Nicolas Sarkozy en Francia, a Putin en Rusia o incluso los Kirchner en la Argentina. También la relación de Lula con el PT. ¿Cómo se reconfigura esa construcción política? Con más tolerancia y capacidad de unir los matices. Va a ser importante ver cuántas señales dan Cristina y Néstor Kirchner de institucionalizar una fuerza política.
–En estos dos años de su mandato, el Mercosur vivió dos realidades paralelas: la economía de los países anduvo bien, pero hubo varios problemas políticos entre ellos.
–En lo económico no se pudo todavía poner al Mercosur a la altura de este cambio de época. Lamentablemente, por distintas cuestiones, entre ellas los conflictos bilaterales, no se avanzó lo que se puede avanzar, poniendo la integración al día respecto a los discursos de los presidentes. Y digo los discursos de los presidentes de la Cumbre de Córdoba, que fue un poco simbólica en cuanto a sellar ese pasaje del regionalismo abierto de la década de los noventa, a los modelos de integración postliberales. Se ha dicho que el Mercosur de los noventa estuvo determinado por lo comercial, y como en lo comercial competimos, muchas veces es tema de controversia. Los países solamente miran la integración a partir de su balanza: mientras más vendo el Mercosur anda bien, vendo menos el Mercosur va mal. Es una mirada sesgada, reduccionista. No se pasó a un estadio superior, que es avanzar en las dimensiones no comerciales de la integración. En eso se puso énfasis en mi presidencia.
–Debe ser el momento para avanzar hacia ese “estadio superior”, porque difícil que se repita esta coyuntura donde los presidentes muestran tanta afinidad ideológica.
–Es difícil que se dé esta constelación de signos positivos. La primera, la voluntad política. Luego, el crecimiento del conjunto de los países durante cinco años, un hecho inédito. Y una geografía comercial que cambia a favor de lo que producimos, sobre todo alimentos. A eso le agregaría dos cosas muy relevantes: la autonomía respecto de los organismos multilaterales de crédito y que estamos en una región con equilibrio geopolítico y geoestratégico. Hay conflictos pero son todos gobernables. Es una región que está fuera de la agenda caliente internacional y con Estados Unidos distraído en el Cercano Oriente, eso genera condiciones para avanzar.
–¿Está realmente distraído Estados Unidos? Por lo que se dijo en la Cumbre de Montevideo, al menos en el discurso de Cristina Fernández, Estados Unidos quiere colocar obstáculos en la relación entre vecinos. ¿Usted coincide?
–Es evidente que América latina no estuvo en el radar de Estados Unidos. Tampoco estuvo en el radar de Europa, que estuvo más centrada en Europa oriental y en resolver sus propios problemas institucionales. Es cierto que cuando Estados Unidos mira la región, no la mira en términos positivos. No comparte el tipo de acuerdo de integración que están planteando los países y sobre todo no comparte que se integre también Venezuela. A ellos les gustaría más la idea de subordinación a sus políticas a través del ALCA. Fracasado esto, pasa a intentar fragmentar la región a través de los “mini ALCA”. Los Tratados de Libre Comercio (TLC) que logran hacer en la Comunidad Andina, donde Perú ya lo firmó, Colombia lo está intentando y Bolivia y Ecuador se oponen. Ahí ya crearon una brecha. Evidentemente lo intentan con el Mercosur. A eso hay que sumarle la incomprensión de Estados Unidos de los procesos como el de Venezuela, el de Bolivia y el de Ecuador, que intentan refundar la relación entre los Estados y las sociedades a partir de crisis estructurales. Ahí es totalmente sustentable, si miramos con profundidad, la posición del gobierno argentino, que ve más allá de lo que pasó, que con el episodio de Antonini Wilson se intenta implantar una política que perjudique la relación de Venezuela y Argentina.
–En el gobierno argentino también enumeran otros episodios que pueden haber molestado a Estados Unidos como el lanzamiento del Banco del Sur y las gestiones realizadas para que se libere a los rehenes de las FARC, presionando al presidente de Colombia, Alvaro Uribe. ¿Cree que esos temas influyeron?
–La decisión del gobierno colombiano de excluir de la mediación al presidente Chávez, es incomprensible. Ahí Estados Unidos ve que se le está dando una vidriera muy importante a Chávez y decide suspender esa mediación. Hubo un arrepentimiento de la presidencia colombiana de haberle dado tanto margen de acción a Chávez y ahora que las FARC estén devolviendo tres rehenes a Venezuela es la contrarréplica a ese desacierto. Ese tema también puede haber jugado un rol porque sabemos que la alianza entre Estados Unidos y Colombia es muy fuerte.
–¿Y el Banco del Sur?
–Por supuesto que constituir un instrumento financiero propio, adecuado a las prioridades que pongan nuestros países, tampoco es bien visto por Estados Unidos. Ellos piensan que es suficiente con el BID, sobre el que tienen un control importante. Ese proyecto de una Sudamérica con mucha más autonomía, seguramente a Estados Unidos no le gusta.
–¿Podría hablar de diferentes etapas en estos dos años que lleva en el Mercosur? Por ejemplo, hace un tiempo se hablaba de una pelea por el liderazgo entre Lula y Chávez, también Kirchner tuvo sus épocas con Lula...
–Ese es un tema central. Siempre dije que el ex presidente Kirchner tenía dos grandes tareas. Una, ayudar a que se reconfigure un sistema político distinto en la Argentina. Y la otra, hacerle jugar al país un protagonismo más fuerte en la política regional. Porque Kirchner es el primer presidente que sale exitoso en nuestro país y conserva una parte importante del poder. Y es un interlocutor extraordinariamente válido con Lula, Chávez, Evo Morales, Correa. Entonces, en eso que estaba enunciado en su pregunta como problemático –tensiones acerca de qué concepción lidera la integración, porque tienen que convivir dos concepciones, una que podríamos llamar más socialdemócrata de izquierda y otra más movimientista nacional revolucionaria– Argentina y Kirchner pueden jugar un rol. Sería muy importante que la profundización de la integración en el Mercosur se convierta en el núcleo duro de la Comunidad Sudamericana de Naciones, la Unasur. En la Unasur, Kirchner podría jugar un rol protagónico.
–¿Ser el presidente de la Unasur?
–Si la Unasur se constituye como un organismo importante y trabaja en serio los temas de la unidad energética, de la infraestructura, vitales para constituir una región integrada, para mí sería muy buena la presencia de Kirchner en ese organismo.
–¿La situación de Bolivia es el conflicto más grave que hoy atraviesa la región?
–Bolivia es una pieza fundamental en la región. Tenemos que trabajar mucho para afianzar la democracia boliviana. La situación es parecida a lo de Venezuela. ¿Cómo se pueden desarrollar transformaciones radicales y profundas sin perder el orden democrático? Son sociedades muy antagónicas que tienen que reconocer un orden común. En eso confío mucho en la capacidad de Evo Morales, en su intuición y en su historia de sindicalista para analizar los tiempos. Porque se trata de imponer una hegemonía democrática pero reconociendo al otro.
–Se le adjudica a Cristina Fernández una mayor inclinación a atender los asuntos de la política exterior, ¿eso puede cambiar de alguna manera la situación del Mercosur?
–Siempre discutí esa idea de que el gobierno de Kirchner no tuvo política exterior. El tema fue que dominó la necesidad de recuperación nacional, pero sobre eso estableció una agenda de prioridades en materia exterior. Y se consiguieron cosas importantes porque hasta este incidente (se refiere al caso Antonini), Kirchner había llevado muy bien la relación con Estados Unidos y con Chávez haciendo valer el interés nacional e incluso el regional, como en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata. Hubo una buena relación con Estados Unidos pero siempre aclarando que acá había un gobierno autónomo y que ese gobierno elegía a sus socios. En Europa tuvo una relación muy buena con España. Hubo una muy buena relación con todos los países de Sudamérica, también con México. No creo que no hubo una política exterior. Ahora hay una nueva etapa con un país más normalizado, en una fase diferente y superior, donde por supuesto que la política exterior tiene que ser más sofisticada.
RICARDO SOBERON GARRIDO, EXPERTO EN GEOPOLITICA REGIONAL DEL NARCOTRAFICO
“LA GUERRA CONTRA LAS DROGAS HA FRACASADO”
No hay un modelo global para la lucha contra el narcotráfico, cada país debe buscar su propia respuesta, dice este sociólogo peruano, analista internacional en asuntos de drogas y seguridad. En esta entrevista, se pronuncia a favor de “un proceso progresivo” para modificar los paradigmas de la penalización.
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
Ricardo Soberón Garrido es un reconocido analista internacional en asuntos de drogas y seguridad. Profesor de la Universidad de Lima, este peruano experto en geopolítica regional del narcotráfico explica en detalle por qué está convencido de que la actual política represiva contra el comercio ilegal de estupefacientes es un verdadero fracaso. “Nuestras democracias y nuestras instituciones, además, se han deteriorado como consecuencia de esta política represiva. La pregunta es qué va a pasar cuando nos empiece a afectar a los que vivimos en las ciudades y observemos que estos sectores vinculados al narcotráfico comienzan a apropiarse de los espacios públicos de una manera no controlada”, advierte en una entrevista con Página/12, durante una visita a Buenos Aires. “No hay un problema mundial de drogas: hay problemas nacionales que deben ser respondidos en términos nacionales porque uno de los trucos sobre los cuales se ha basado el sistema internacional ha sido hacernos pensar que el problema es global, que la respuesta es global, y que nadie puede poner en tela de juicio ese paradigma internacional”, agrega el especialista. Consultado sobre el enfrentamiento entre narcos de origen peruano en el Bajo Flores, Soberón Garrido no duda: “Son resultados evidentes y eficientes del libre comercio de bienes y de servicios que promueve el Consenso de Washington y el modelo neoliberal. En este caso ha sido aprovechado por connacionales míos que han visto una ventana de oportunidades para insertarse en un mercado altamente rentable como el argentino. (Han descubierto) que en esta ciudad hay mucha población con capacidad de poder desarrollar conductas adictivas alrededor de una u otra sustancia”.
Soberón Garrido vino a la Argentina invitado por la Asociación Civil Intercambios, una ONG que desde hace 12 años trabaja para el estudio y la atención de los problemas relacionados con las drogas.
–¿Por qué sostiene que fracasó la política represiva para combatir el narcotráfico?
–El dato de la realidad más evidente es que en el caso de la cocaína en el país mayor consumidor del mundo, que es Estados Unidos, no se aumentó el precio, que era el objetivo fundamental. Todo lo contrario, se ha hecho cada vez más accesible a la población. Un kilo de cocaína se mantiene en un rango de unos 50 mil dólares en el estado de Florida: mientras antes un gramo de cocaína se podía encontrar a 40 o 50 dólares, ahora se puede obtener a 20 o 30 dólares. Ese es un primer factor que indica que los 20 años de interdicción no lograron afectar el precio sino que lo bajaron. En segundo lugar, de acuerdo con el National Institute of Drug Abuse de Estados Unidos, la calidad de la cocaína ha aumentado. Es decir, lejos de convencer a los usuarios de que deben dejarla porque por su calidad es perjudicial para la salud, ha mostrado que los niveles de pureza son mayores. Y en tercer lugar, a pesar de los enormes esfuerzos financieros, la cocaína está más disponible para la gente en términos de cantidad: hoy los riesgos que corre una persona para conseguir su gramo de cocaína son menores que antes.
–¿En Estados Unidos o en cualquier lugar?
–Hablamos del principal país consumidor, pero lo que ocurre en términos genéricos en Estados Unidos también ocurre en cualquiera de nuestras ciudades. Le puedo hablar de Lima, donde un gramo de cocaína costaba 25 a 30 soles y hoy cuesta 10 a 15 soles. Y estoy seguro de que vamos a encontrar esa misma situación en otras ciudades. Por tanto, el principal indicador de resultados nos demuestra que la política represiva contra el narcotráfico ha fracasado. Si eso lo llevamos al tema de los daños colaterales que las políticas han tenido, vamos a ver que nuestras democracias y nuestras instituciones se han deteriorado como consecuencia de esta política represiva. Pensemos en la corrupción que involucra. Además, la guerra contra las drogas tal como la pensó el señor Nixon en su momento en los años ’72 y ’73 y tal como la piensa el señor Bush, está siendo absolutamente funcional a todos aquellos intereses que desde el Departamento de Estado o el Departamento de Defensa de Estados Unidos se tienen para seguir la guerra contra las drogas en la región andina amazónica. Algunos ejemplos: instrumentos muy puntuales como el Plan Colombia I, Plan Colombia II, Plan Puebla Panamá, Plan México, Iniciativa Regional Andina y otros instrumentos de política internacional. Ninguno de ellos ha logrado reducir la calidad, la disponibilidad y la cantidad de droga, y aumentar el precio de la cocaína. Eso lo señalan los organismos legítimamente considerados para poder hablar de este tema. Veinte años de aplicación de estos instrumentos y sí han conseguido otras cosas. Por ejemplo: han podido lograr la conformación de una liga de seguridad militar alrededor de Colombia a propósito del conflicto armado en ese país; han logrado reconstruir el tema de las amenazas a la seguridad hemisférica para pasar del problema puntual y concreto que significaban las FARC, Sendero Luminoso o cualquier movimiento irregular, subversivo o terrorista, como quieran llamarle, para poder incorporar nuevas amenazas que van más allá del narcotráfico: nacionalismos, movimientos indigenistas, movimientos radicales, están incorporados dentro de las nuevas visiones y programas de reforzamiento de la seguridad hemisférica, particularmente muchos de nuestros ejércitos y organismos de seguridad trabajan con esos esquemas, y en ese sentido la guerra contra las drogas ha sido sumamente incierta. El problema está en que los que hacen las políticas nos pretenden hacer pensar que el giro que planteamos es necesariamente la legalización o la liberalización de las drogas.
–¿Y hacia dónde debe ir el giro?
–Hacia permitir que los países adopten sus propias prioridades. Allí donde deban aumentar los precios, aumentarán los precios; allí donde deban reprimir selectivamente, reprimirán selectivamente; allí donde deban liberalizar el consumo y penalizar alguna droga, que lo hagan. No hay un problema mundial de drogas: hay problemas nacionales que deben ser respondidos en términos nacionales porque uno de los trucos sobre los cuales se ha basado el sistema internacional ha sido hacernos pensar que el problema es global, que la respuesta es global, y que nadie puede poner en tela de juicio ese paradigma internacional.
–¿Por qué desde los organismos internacionales no se reconoce que esta política ha fracasado o al menos no ha dado los resultados esperados?
–El lenguaje de la diplomacia es muy sutil para poder decir las cosas y obviamente Naciones Unidas y muchas de sus instancias dependen de la cooperación internacional, particularmente de los Estados Unidos. Es el caso de la OMS, de la Unesco, de varias organizaciones. Si sus funcionarios no reproducen ese discurso corren serio peligro de ver cortados sus presupuestos.
–¿A quién le interesa mantener este esquema represivo?
–Fundamentalmente a sectores del aparato empresarial y militar de los Estados Unidos. En el terreno empresarial obviamente los laboratorios farmacéuticos internacionales que pretenden seguir manteniendo el monopolio del control de las situaciones de neurosis, de psicosis, de distinto tipo de patologías a partir de sus propios medicamentos y no permitir que la gente tenga salidas más naturales. En el terreno militar estamos evidenciando un proceso de privatización de la guerra, particularmente en América latina. Organizaciones y agencias de seguridad y de orden público del aparato tecnológico militar de Estados Unidos están interesadas en alimentar a las fuerzas armadas y policiales de nuestros países, y a sus servicios de inteligencia para poder encomendarles nuevas misiones, entre otras, el control del narcotráfico, el seguimiento y monitoreo de vuelos sospechosos, de embarcaciones sospechosas, la devolución de migrantes, etc. Hay también otros actores ideológicamente interesados, en algunos casos podemos hablar de sectores de la Iglesia Católica, muy conservadores, que son incapaces de aceptar fórmulas muy individuales de alteración de la conciencia. También del partido conservador norteamericano y de movimientos de apoyo a esas posiciones que hacen lobby dentro del Congreso.
–¿Cómo analiza los vínculos entre el narcotráfico y el terrorismo en Latinoamérica?
–Al compartir enemigos, escenarios geográficos, target sociales, ambos fenómenos adoptan decisiones compartidas para poder usufructuar mutuamente de ciertos beneficios. Eso pasó en Perú, en Colombia, en los Balcanes y en Medio Oriente. Pero no puede llevar a la terrible confusión de asemejar a dos fenómenos que tienen causalidades completamente distintas: una, el narcotráfico, un terreno estrictamente capitalista de oferta y demanda; otro, el terrorismo, obedece a criterios distintos de entendimiento del mundo. Ese es un terrible error de distorsión. Sin duda es otro elemento que ha sido funcional por parte de esta guerra contra las drogas, es que por primera vez se logró el consenso internacional para armonizar la ecuación: narcotráfico igual a terrorismo. Porque eso no es nuevo ni es solamente posterior al 11 de septiembre de 2001. Los intentos por tratar de vincular narcotráfico con terrorismo vienen de la década del ’70 y, sin embargo, había mucha resistencia de carácter académico, político, operativo, para poder hacer este equilibrio. Hoy por hoy, drogas es igual a terrorismo a todo nivel. Imagínese que la oficina más importante de Naciones Unidas era el Programa de las Naciones Unidas para la Fiscalización Internacional de Drogas” (Undcp, por su sigla en inglés) y ahora es la Oficina de Drogas y Crimen de las Naciones Unidas, donde la palabra “crimen” se refiere fundamentalmente a delitos sobre drogas y delitos por terrorismo. Y más allá de eso, en las calles hoy por hoy se empiezan a criminalizar conductas sociales que tienen que ver con reacciones críticas frente a las políticas de drogas. Por lo menos en mi país, se aprobó un proyecto por el cual cualquier oposición social a las acciones de erradicación compulsiva de hoja de coca son criminalizables con penas de entre 8 y 12 años. Obviamente no podemos caer en la ingenuidad de decir que no hay situaciones de alianza y relaciones. Y de hecho, de eso se trata, de tener la habilidad como gobernantes para poder dictar políticas sensatas para poder abordar esa convergencia entre el narcotráfico y lo que corresponda al terrorismo. El punto de vista fundamental es señalar que son dos fenómenos social y económicamente totalmente distintos. El tráfico de drogas es un fenómeno que responde a una lógica empresarial como cualquier otra, a nivel local, regional, hemisférico, global. El narcotraficante va a aprovechar de la mejor manera posible los mecanismos de integración, las zonas francas, las redes hidroviales, y cualquier otro instrumento que esté diseñado para promover el comercio regional. Mas aún, la Comunidad Andina puede fracasar, el Mercosur puede fracasar, las relaciones entre ambas institucionalidades pueden fracasar, pero el narcotráfico ha sabido responder de la mejor manera posible en ese escenario. Por que si no qué explica, entre otros factores, a partir de 2000 este boom de la aparición y presencia de la pasta base de cocaína y del clorohidrato de cocaína en las ciudades como Buenos Aires, Río y San Pablo, procedentes de Bolivia o de Perú. El narcotráfico, en ese contexto, ha sabido responder comercialmente. Acabo de estar en la triple frontera entre Brasil, Perú y Colombia. El río Amazonas es un eje fluvial fundamental para la salida de la cocaína para Manaos y Belem do Pará. Y de retorno, esas mismas embarcaciones traen las armas y los precursores para las FARC y los grupos de traficantes, y esto es sostenido por gente de la policía federal brasileña.
–¿Han cambiado las estructuras de los carteles de la droga?
–Sí, observamos un cambio en las estructuras criminales que no se había visto con anterioridad. Antes estábamos acostumbrados a los carteles colombianos, Medellín, Cali, los carteles mexicanos, Golfo, Juárez, Sonora, etc., las yacuzas, las tríadas, es decir, compuestos piramidales ocultos claramente identificados y una vez identificados, claramente desmontados. Los cambios que estamos observando ahora señalan con claridad que el narcotráfico responde a esta lógica de represión al crimen organizado: segmentación, tercerización. Aquel que se acerca más al dinero de la droga, se aleja más de las drogas, de modo que el material probatorio con el que un juez, o un policía o un fiscal puedan tener como para procesar a una persona de alto vuelo, ya es mucho más difícil. Entonces, es claro que el narcotráfico en estos diez años ha logrado mimetizarse, responder a estas nuevas estrategias, y por lo tanto, lo que estamos evidenciando es que los sistemas nacionales de represión están apuntando mal, están gastando plata y están generando problemas sociales que hasta ahora son casi solamente perceptibles en cárceles o en algunos barrios de algunas de nuestras ciudades. La pregunta es qué va a suceder cuando en nuestras ciudades esto comience realmente a afectar a aquellos que hacen las políticas, o a aquellos que realmente deseamos vivir en democracia, tener ciertas costumbres, ciertos usos, y observemos que estos sectores empiezan a apropiarse de los espacios públicos de una manera no controlada. Es curioso, pero por el caso de Colombia y de Perú, los que tuvimos la oportunidad de evidenciar la vinculación entre narcotráfico, corrupción y poder político, a las más altas cotas del poder, vimos que cualquier acción del Estado es absolutamente inútil para abordar los problemas que están detrás del narcotráfico.
–¿Qué consecuencias sobre el espacio público puede traer este tipo de políticas represivas en el terreno de las drogas ilegales?
–Una, la reducción de los espacios de convivencia y de ejercicios de derechos. Cada vez se piensa más en el establecimiento de normas de interceptación telefónica, en el aumento de los casos de flagrancia para poder detener a las personas sin mandato judicial, en incrementar los controles administrativos aduaneros y migratorios para impedir el libre tránsito de las personas; en penetrar intrusivamente en los espacios de la libre intimidad de las personas, por ejemplo, en el ámbito del trabajo para poder determinar si una persona ha consumido una determinada sustancia. Si uno toma en consideración todos estos distintos mecanismos que existen, nos encontramos con que el individuo, el hombre de la calle, cada vez va a encontrar menores espacios de ejercicio de derechos, mayores posibilidades de ser amenazado por este Big Bro-ther que es el Estado, que curiosamente se reduce en determinados ámbitos pero aumenta su capacidad de acción alimentado además por instrumentos tecnológicos que permiten saber hoy en día qué hace o qué no hace una persona hasta dentro de su intimidad personal. Ese es un resultado muy puntual y concreto.
–¿La respuesta debe ser la misma para distintos tipos de drogas?
–Para ser realista, cualquier cambio debe ser progresivo y paulatino. No va a haber cambios de paradigmas totales. Estoy a favor de un proceso progresivo de desmantelamiento del programa penal que se basa en la separación de lo legal y lo ilegal porque eso es una distorsión, es un error. Hay que reformular ese concepto para hablar más que de sustancias, de usos. Habrá usos posibles, usos aceptables, usos problemáticos, usos socialmente no aceptables, usos potencialmente peligrosos. Ese me parece un nuevo criterio para poder empezar a trabajar.
–¿Se debería empezar con la despenalización de la tenencia de marihuana para consumo personal?
–Es lo más inmediato. Lo que menos resistencia debe de ofrecer a la luz de la evidencia estadística. Pero en definitiva yo no me puedo quedar solamente con una planta. No es posible que el sistema represivo criminalice plantas. No corresponde.
–¿Cómo ve la guerra desatada en el Bajo Flores por la venta de drogas, en la que se involucra a una banda liderada por peruanos?
–Son resultados evidentes y eficientes del libre comercio de bienes y de servicios que promueve el Consenso de Washington y el modelo neoliberal. En este caso ha sido aprovechado por connacionales míos que han visto una ventana de oportunidades para insertarse en un mercado altamente rentable como el argentino, pero que sin duda no debe llevar a la equivocación de pensar ergo, todo peruano puede ser un potencial traficante o que todo traficante es peruano. Sino que ese nicho y esa ventana de oportunidades de esa cadena productiva pueden ser utilizadas por cualquiera que en su momento determine y descubra que en esta ciudad hay mucha población con capacidad de poder desarrollar conductas adictivas alrededor de una u otra sustancia.
–¿Por qué cree que se extiende en forma exponencial el consumo de paco o de pasta base de cocaína?
–Creo que es inversamente proporcional a las carencias con las que se enfrenta la población joven de los sectores más excluidos de nuestra sociedad. Y no me refiero solo a la de Argentina. La empresa del narcotráfico ha encontrado en el paco la droga más barata disponible y accesible para poder sacar de este mundo frustrante a esta población joven y engancharla de una manera empresarialmente muy funcional. Se sabe que a la segunda semana de consumo ya voy a tener enganchada de modo irreversible a esa persona, por tanto eso facilita enormemente las tareas de marketing y de publicidad para la droga: puedo regalar algo de droga a muchachos que terminan de jugar un picadito de fútbol, de manera que puedan celebrar; sé que de esos diez o doce que han jugado, al menos dos van a volver luego para poder engancharse con el paco. Esa es una de las ventajas enormes y graves que tiene este tipo de derivados de la hoja de coca. De eso se han dado cuenta los empresarios del narcotráfico.
–¿Qué respuesta considera que debería dar la Argentina a la problemática de las drogas ilegales?
–Encuentro una ventana de oportunidades por las distintas respuestas positivas que he encontrado a nivel local, provincial y federal. Disposición y voluntad para poder revisar lo andado y poder generar nuevos paradigmas. Yo vengo de un país donde un debate distinto no es posible, los medios me lo evitan, en el Perú no estoy en condiciones de publicar artículos de lo que estamos hablando. Es un “non issue”. En Perú el paradigma es ese: continuar haciendo lo mismo porque es lo mismo que funciona. Para ellos los indicadores de gestión son “droga secuestrada”, “bandas desmanteladas”. Pero no se dan cuenta de los problemas de consumo, marginación, exclusión y violencia que generan las políticas represivas sobre drogas. En ese sentido soy medianamente optimista del nivel de debate que observo en la Argentina. Le soy sincero.
–¿Cómo analiza la región latinoamericana?
–A nivel político encuentro un tablero de ajedrez muy interesante: una ficha blanca, una negra, “una blanca, una negra”, eso es lo que vemos en los trece países de la región. En el terreno de la carpeta de drogas observamos que los mayores discursos alternativos y progresistas que hay se dan en el Cono Sur; en desmedro de lo que ocurre fuera de Brasil, Uruguay y Argentina, en donde el patrón sigue siendo insistir en las reglas de lo mismo. Eso me parece sintomático porque son dos mapas distintos: el político y el de drogas, y muestran resultados distintos.
–¿Se refiere a que Cuba y Venezuela coinciden con el paradigma de Estados Unidos?
–Sin duda. Lo más curioso y contradictorio es que los dos países formalmente acusados en lo político a romper el Consenso de Washington, Cuba y Venezuela, en el terreno de drogas conservan discursos altamente represivos. Y las capacidades para poder repensar el problema alrededor se reducen a la mínima expresión. Recuerdo alguna vez haber hablado con una consejera política de la embajada de Cuba en Perú y le planteaba la urgente necesidad de adecuar el discurso antiimperialista, de reinvindicar lo latinoamericano y ponerlo en la autopista de la drogas para repensar el problema. Me dijo: “Sin haber hecho eso tenemos el embargo desde hace 40 años, tú qué crees que vaya a pasar si los gobernantes de mi país plantean un nuevo paradigma de drogas. Prácticamente nos pondrían en el paredón”. Y algo similar me ha pasado en el último viaje a Caracas: tratar de incorporar la problemática de las drogas en el socialismo del siglo XXI, es prácticamente imposible o está ausente del debate. Ahí hay un reto enorme.
“EVO NO ES LA EXPRESIÓN DE LA NACIÓN INDIA”
El dirigente del movimiento Pachakuti hace un crítico balance de la administración del primer indio Presidente de Bolivia. Claro que, a diferencia de los separatistas cruceños, lo sobrepasa por la izquierda, acusándolo de olvidarse de los indios y de ceder ante blancos y opresores.
La Nación de Chile (www.lanacion.cl)
¿Es Evo Morales un yanacona (indio sometido al hombre blanco)? Es la interrogante que plantea el líder indígena y ex candidato presidencial de Bolivia, Felipe Quispe. Sus conocidas diferencias con el actual Presidente de su país se arrastran desde octubre de 2002, cuando Quispe encabezó las protestas indígeno-campesinas que apuraron la caída del ex Mandatario Gonzalo Sánchez de Lozada.
Aunque luego unieron fuerzas para sacar al sucesor de éste, Carlos Mesa, las visiones políticas de ambos líderes indigenistas no han variado. Y ahora que Morales ocupa el sillón del Palacio Quemado, la brecha que los separa sigue ensanchándose. A juicio de Quispe, porque el Jefe de Estado boliviano ha utilizado su origen étnico como plataforma política para llegar al poder. "Donde están los mismos blancos, los mismos opresores que han hundido a Bolivia", acusa.
De paso por Angol, donde visitó a los presos mapuches en huelga de hambre, el Mallku cóndor en aymara hace un crudo balance de los casi dos años de Gobierno de Evo Morales, el primer indígena en alcanzar la Presidencia de Bolivia.
¿Qué está pasando con los indígenas en Bolivia bajo la administración de Morales?
El compañero Evo tiene el compromiso de cumplir con nuestro petitorio: entregarnos el suelo que nos corresponde, lo que perdimos desde la llegada de los españoles. Cuando él asumió estábamos contentos, pensando en lo que se nos iban a entregar. Pero desde que llegó al poder no ha cumplido. Evo es sólo un indígena que está en el Palacio de Gobierno; pero su gabinete no está compuesto por gente como él, está con los mismos blancos. Nosotros no hemos cambiado nada, seguimos trabajando con las herramientas que nos dejaron nuestros antepasados, bueyes y el arado egipcio. No hay ningún cambio. Nosotros intentamos mecanizar el agro, traer maquinaria y así poder competir con otros países, pero no ha pasado nada. Y ya se acabó la paciencia. Ya no se puede creer en Evo Morales: él ha sido igual que la derecha reaccionaria, igual que otros gobiernos peleles de los gringos que han gobernado Bolivia.
¿Le han hecho ver eso al Presidente? ¿Los ha oído o se ha cerrado a sus reclamos?
Su programa tenía diez puntos principales, pero no está cumpliendo con ninguno. Nos ha puesto en un ambiente de peleas entre regiones. Su gente no funciona, sus congresistas tampoco están a la altura. De esa manera será imposible que pueda cumplir los compromisos que asumió con nosotros.
¿Por qué son tan malas las relaciones con él?
Evo es un aparecido. Los del MAS [Movimiento al Socialismo] se plegaron a nuestra lucha cuando estábamos por tumbar al Goni [Sánchez de Lozada]. Luego, vino un proceso de unidad en el que nosotros pusimos nuestras condiciones, e incluso cedimos cuado fue candidato. De 2000 a 2005 emprendimos una lucha frontal por la tierra, pero todo ha sido en vano. Evo sólo nos utilizó como una escalera política, simple masa votante. Él asumió gracias al pueblo aymara, al pueblo quechua, pero ya no se acuerda de nosotros. Y eso a nosotros nos duele.
Pero Morales, por ejemplo, sí nacionalizó los hidrocarburos.
Su compromiso fue tierra y territorio, y derogar las leyes neoliberales. Han pasado dos años y no hay nada de lo prometido. Evo no deroga las leyes neoliberales, sólo ha hecho algunas reformas. Gracias a la coca está como Presidente, porque la coca es una planta sagrada, pero con la Ley 1.008 lo que ha hecho es incentivar a los gobiernos regionales neoliberales a reducir el cultivo. El 1 de mayo de 2006, supuestamente volvió a nacionalizar los hidrocarburos, pero eso no es real. Sólo se trató de una modificación de contratos de uso compartido, que permite el cobro de impuestos del orden del 60%.
¿Su propuesta para revocar mandatos no es un intento para frenar la oposición interna y poder avanzar con su programa?
Hay seis departamentos que no están con Evo porque él no está cumpliendo. Se ha creado una junta "democrática", liderada por la derecha, terratenientes, banqueros y ganaderos, y que está haciendo su propio gobierno. Y por otro lado están Potosí, Oruro, La Paz, que están con él, con los que trata de gobernar. Allí la mayoría son indígenas, la mayoría es pobreza.
¿Tiene Morales un plazo para cumplir con los indígenas de Bolivia?
El Gobierno de Evo no cumplió y el plazo ya pasó. Y tenemos que pensar qué haremos, porque sabemos que no va a cumplir. Porque él está manejado por las transnacionales, por las empresas privadas. El 80% de Bolivia es población indígena. Evo no es la expresión de la nación autóctona, sino de los neoliberales que siempre desfilaron por el Palacio de Gobierno.
¿Eso significa que el proyecto de la nación indígena fracasó?
Nuestro país es manejado por un pequeño grupo de bancos que son los dueños de la tierra, de las fábricas, de las minas, de las leyes, de la policía. Nosotros pensábamos volver constituir nuestra nación, pero Evo ha pisoteado nuestra bandera. Vamos a tener una lucha muy larga para recuperar la bandera de siete colores y nuestras propias leyes. Para volver a lo que habíamos sido antes, a autogobernarnos y tener nuestras agrocomunidades, donde vivamos en iguales condiciones de vida.
ALERTA SOBRE EL PELIGRO “MORTAL” QUE ACECHA A LA DEMOCRACIA BOLIVIANA
Danielle Miterrand advierte que Evo Morales puede correr “la misma suerte” que el chileno Salvador Allende
El País de España (www.elpais.com)
La ex primera dama francesa Danielle Miterrand afirma que la “democracia boliviana corre un peligro mortal” y pide que no se permita que el presidente del país, Evo Morales, sufra “la misma suerte” que el ex mandatario de Chile Salvador Allende, según un comunicado que se dio a conocer ayer.
La viuda del ex presidente francés François Miterrand, y presidenta de la Fundación France Libertés, defensora de causas sociales, defiende en el comunicado las reformas y el proyecto constitucional impulsado por Morales y critica a sus opositores.
Danielle Miterrand remarcó que es necesaria una nueva Constitución en Bolivia, porque la actual data de 1967, una época en la que las poblaciones indígenas “vivían totalmente excluidas”.
También aseguró que en las regiones ricas del país, en alusión a Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, renacen “amenazas separatistas”, pero además éstas, a su juicio, “rechazan el juego democrático y no quieren pagar por las regiones pobres”.
Señaló que grupos “de activistas neofascistas y bandas de paramilitares subvencionadas por la gran burguesía y ciertos intereses extranjeros instalan un clima de miedo en las comunidades indígenas”.
También indicó que la desinformación puede “matar” la democracia y rechaza que Evo Morales sea calificado como un “dictador” o esté a la cabeza de “un sindicato de traficantes de cocaína”.
“¿Vamos a esperar que Evo Morales corra la misma suerte que Salvador Allende para llorar sobre la tumba de la democracia boliviana?”, cuestiona Miterrand, al remarcar que la “democracia vale para todos o no vale para nadie”.
Morales advirtió el sábado a los sectores conservadores de su país que si quieren separarlo del poder tendrán que sacarlo “muerto” del palacio de Gobierno.
El presidente indígena está enfrentado a la oposición y a los líderes de seis de las nueve regiones de Bolivia por el proyecto constitucional con el que pretende “refundar” su país y que todavía debe ser sometido a un referéndum popular para ser aprobado.
Por su parte, los líderes de los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija han replicado al Gobierno de Morales con sus propias propuestas de estatutos autonomistas, que también serán sometidos a consultas en las urnas el próximo año.
BOLIVIA: MORALES PIDIÓ UNA "PROFUNDA REFLEXIÓN" Y ADVIRTIÓ QUE EL CAMBIO ES "IMPARABLE"
El mandatario exhortó a los bolivianos a pasar unas Fiestas "en paz, tranquilidad y familia". Luego, afirmó que seguirá con sus planes políticos "aunque algunos se opongan porque pierden sus privilegios".
El Clarín de Argentina (www.clarin.com)
El presidente de Bolivia, Evo Morales, exhortó hoy al pueblo a que realice una "profunda reflexión" sobre la conflictiva situación política del país, pero advirtió que "el cambio es imparable".
Morales aprovechó la inauguración de un complejo turístico en Viacha, a 64 kilómetros de La Paz, para pronunciar un mensaje por las fiestas de fin de año, según la agencia de noticias estatal ABI.
"Aprovecho esta oportunidad para pedirles hacer una profunda reflexión sobre nuestra realidad cultural, social, económica y política", manifestó el mandatario. "Que lo pasemos en paz, tranquilidad, en familia y con nuestra familia grande que es nuestra querida Bolivia", agregó.
No obstante, Morales advirtió: "Siento que el cambio es imparable. Habrán algunos grupos que se opongan porque pierden sus privilegios, porque siempre tuvieron el poder político".
Ayer sábado, Morales resaltó el apoyo de las fuerzas armadas, denunció actitudes sediciosas de varios gobernadores opositores y prometió que sólo muerto dejará el gobierno antes de cumplir su mandato.
ENTREVISTA A ÁLVARO GARCÍA LINERA, VICEPRESIDENTE DE BOLIVIA, “CEREBRO” DE EVO:
"JAMÁS AUTONOMÍA... JAMÁS EGOÍSMO REGIONAL"
Pesa como un gran generador de ideas. No pertenece al círculo íntimo de Evo Morales, pero es el hombre más escuchado por el presidente.
Diario Río Negro de Argentina (www.rionegro.com.ar)
-En una edición de "Le Monde Diplomatique" usted escribió que con la llegada del Movimiento al Socialismo al poder se puso en marcha una transformación radical de la sociedad boliviana. Negó, sí, que ese proceso conduzca ya hacia el socialismo. Sin embargo, desde las bases del MAS y desde los movimientos sociales que respaldan al gobierno del presidente Morales, por momentos prácticamente se reclama "¡socialismo ya!" ¿cómo manejar esa presión?
-No creo que haya una presión de esa naturaleza. Lo que sí hay son sectores de la izquierda que, muy activos, apuntan en esa dirección, que es muy distinto. Es una dialéctica siempre existente, desde el fondo de los tiempos, en todo proceso de poder que buscar transformaciones de fondo. Desde esta perspectiva, no hay nada nuevo. Hay muchos factores que condicionan hoy la marcha rápida hacia el socialismo: uno, es la carencia de un proletariado boliviano fuerte, con gravitación sólida en las cuestiones públicas. Por razones que hacen incluso a cuestiones organizativas vinculadas con el trabajo, el proletariado es indispensable para transitar hacia el socialismo. Pero otro factor que condiciona ese tránsito radica en que lo que yo llamo el potencial comunitarista agrario y urbano boliviano; es un plano que viene de mucho debilitamiento como expresión de unión, de solidaridad interna... los lazos comunitarios están muy deteriorados. Es precisamente en la reconstrucción de esos lazos en que está empeñado nuestro gobierno. Ese deterioro, por supuesto, afecta a los sectores mayoritarios de Bolivia, o sea la población indígena, históricamente postergada. Es desde el Estado que se debe posibilitar ese comunitarismo, ese estar juntos con toda la red de solidaridades y respaldos que implica.
-Pero el Estado no es expresión sólo de los indígenas.
-Por supuesto que no, pero el Estado tiene la obligación de ayudar a buscar mayor igualdad de oportunidades. Es una de las formas de legitimar su naturaleza.
-Usted ha dicho que el Estado es "lo único racional que tiene Bolivia". ¿Qué quiso decir con eso?
-Racional en el sentido de la naturaleza de las obligaciones que tiene... de la tarea de implementar, organizar políticas que expresen al conjunto del país. Nada de esto puede entenderse si no se extiende la mirada sobre la historia de Bolivia. Sólo en honrosas excepciones, el Estado expresó al conjunto de los bolivianos. Hoy, aquí, el problema fundamental consiste en llevar adelante un proceso que incluya a la Bolivia clausurada por siglos, la Bolivia eterna... que la rescate desde sus legítimos derechos, siempre postergados. La Bolivia de hoy se define a partir del resurgimiento de muchas reivindicaciones de situaciones, vivencias, sentidos, pareceres, que estaban bajo la losa.
-¿Qué reivindicaciones, por ejemplo?
-El sentido de patria, por caso...
-Patria, al igual que la palabra orden, suelen conllevar contenidos ideológicos muy concretos. No son nada neutras en ciertos discursos. ¿Qué contenido le da usted a patria?
-Estoy de acuerdo con usted en cuanto a como suelen manejarse determinadas palabras, contenidos, categorías... Hablo de patria no en términos de nacionalismo excluyente de lo distinto, sino en sentido de reunión, de espacio común. Aquí, entre dictaduras y neoliberalismo, el sentido de patria había dejado de existir, estaba arrinconado aún en su más mínima manifestación.
-¿Qué tipo de nacionalismo está instalado en el gobierno boliviano como para alentar esas reivindicaciones?
-Bolivia reconoce momentos en que se reunió, en acción transformadora muy significativa, alrededor de reivindicaciones nacionales de fuerte legitimidad.
-¿La Revolución del '52?
-Bueno, ese es el caso más paradigmático de procesos de esa naturaleza, pero precisamente en esa referencia está la diferencia de lo sucedido entre ese proceso y lo que sucede hoy. La Revolución del '52, popular, con amplio y decisivo protagonismo del grueso de los bolivianos, fue sin embargo pergeñada, dibujada, dirigida por sectores de clase media con sólida formación intelectual.
-¿Podía haber sido de otra forma?
-No sé si importa desentrañar eso. En todo caso fue lo dado, lo que puntualmente sucedió. Pero ahora el proceso reivindicatorio, incluso del concepto de soberanía, viene alentado desde otros actores. Hay lo que yo llamo una modificación del núcleo de articulación. Los actores que dinamizan ese proceso vienen o están en la clase media, sino los movimientos sociales de base indígena, lo que no excluye otros aportes desde lo social.
-¿La patria indígena?
-No si la pregunta expresa un sentido o una naturaleza excluyente de lo distinto. No se trata de la patria indígena por encima del conjunto. Nada de eso. En esta cuestión yo prefiero hablar de patriotismo indígena plurinacional. O sea, conceptualizar a Bolivia a partir de la diversidad que contiene.
-Pero siguiendo su reflexión, es una patria hija de los movimientos sociales como punta de lanza de la reivindicación de la patria ¿Esto no implica un dejar de lado a toda la otra Bolivia que no está encuadrada, por así llamarlo, en los movimientos sociales? Usted mismo ha dicho que los movimientos sociales tienen mayor presencia en el occidente boliviano que en el oriente.
-Lo que sucede es que los que ponen en marcha este proceso de reivindicaciones son los movimientos sociales, que en coalición, vertebran al MAS y por supuesto diseñan, definen el contenido de la acción del gobierno. Y donde los movimiento sociales no tengan una presencia muy sólida, el caso del oriente del país concretamente, es el Estado el que pone en marcha todo lo concerniente a el ejercicio de los derechos y movilizar en función de reivindicaciones sociales.
-¿O sea que el gobierno boliviano es el gobierno de los movimientos sociales?
-Son su base, su viga. Actores esenciales de la acción del gobierno... estuvieron, están y estarán presentes con su opinión en todas las decisiones fundamentales, las de mayor peso estructural para el conjunto del país, que encaró o encare el gobierno. Y si usted me pregunta dónde está la política de partidos, yo le digo que en Bolivia los partidos fueron arrasados por la crisis que precedió a la llegada del presidente Evo Morales al gobierno. Nosotros no negamos ni rechazamos la estructura partidaria, sólo decimos que los movimientos sociales de pulso indígena son actores esenciales de nuestra gestión... movimientos sociales que están superando la etapa de fragmentación organizativa con la cual emergieron de la década del '90. De ahí que el reclamo por sus derechos hoy tenga un tono fuerte, como pasa con el los "Sin tierra".
-Pero está la otra Bolivia, la del oriente, que no está de acuerdo con un sistema de decisión gubernamental cuya legitimidad de acción se funda en movimientos sociales. Un oriente que, por lo demás, levanta la bandera de la autonomía. Una Bolivia que también tiene derechos ante un poder central que históricamente la acosó... Es patética la historia de por qué el Estado nacional jamás construyó el ferrocarril Cochabamba-Santa Cruz de la Sierra, tan grave como negarle a Santa Cruz de la Sierra durante 20 años el pago de regalías petroleras. ¿No se está caminando hacia la fractura del país?
-Nadie niega los derechos de oriente. No habrá fractura. Bolivia es una sola y la mantendremos unida...
-¿Está seguro?
-Absolutamente...
-¿Qué lo garantiza?
-Infinidad de cosas comunes entre ambas Bolivias. Además, la nueva Constitución claramente vanguardista en materia de autonomía departamental y ejercicio de derechos. Si sectores del oriente no lo entienden así, es porque sigue primando en ellos el rechazo a la mayoría de los bolivianos, que son de ascendencia indígena y respaldan a un gobierno que lo que aspira es a ampliar el ejercicio de la democracia. La autonomía no puede ser jamás y esto lo sostengo desde hace años, jamás puede ser egoísmo regional del hermano rico para con el hermano pobre...
Un jacobino
Ejerciendo una vicepresidencia de perfil bajo en materia de exposición, García Linera es, en los hechos, la figura intelectual más influyente sobre Evo Morales. El hombre que si no marca la línea, le da siempre contenido a todas las decisiones de mayor proyección del gobierno boliviano. Una intervención que despliega con cautela, sigilosamente y siempre alentada por la necesidad de instrumentar un aparato de Estado fuerte en el manejo de un país que a lo largo de su historia tuvo 168 golpes y dos guerras internacionales que lo devastaron.
"Lo comparan con Stalin", le preguntó una periodista de "La Fogata".
-Yo me veo como uno de los últimos jacobinos de la Revolución Francesa, y a Morales (Evo) como Robespierre-, respondió riendo.
Nada dijo de cómo se fueron devorando entre sí los actores de aquella revolución que le pegó un brinco largo y agitado a la historia de Occidente. Porque de haber reflexionado sobre aquellas suertes jugadas con la guillotina a modo de sombra siempre presente en aquellos días de Francia, seguramente García Linera habría concluido que en política las apuestas muy fuertes suelen terminar devorando a sus propios protagonistas.
Culto. Elegante. Sobrio. Con mundo recorrido. Mucho refugio en los libros, lector de Hegel y Kant, Álvaro García Linera tiene 46 años. Nació en Cochabamba en cuna de clase media que le posibilitó diferenciarse sobre el promedio de los jóvenes bolivianos de su generación a la hora de las oportunidades. Las aprovechó. Egresó como matemático en la Universidad Autónoma de México pero terminó derivando hacia la sociología, de ahí las más de 700 interesantes páginas de su "Sociología de los movimientos sociales en Bolivia, estructuras de movilización, procesos enmarcadores y acción política".
PROCESO CONSTITUYENTE EN BOLIVIA: LA REFUNDACIÓN DE UN PAÍS
Cuestión de estilo. La bandera boliviana tiene tres colores y un escudo; la wiphala tiene ocho que se reparten en cuadros pequeños. Los aymaras dicen que representa la unidad en la diversidad. No por nada en Bolivia hay 36 nacionalidades que conviven. “Tres colores es fome –comenta un anciano quechua– si hay tantos”. Los colores estallan en gorros, aguayos y cintillos; representan a los cuatro suyu y es la representación de las actividades diarias del hombre andino en el tiempo y en el espacio. Hay quienes sostienen que el emblema se usa desde hace más de dos mil año.
El Ciudadano de Chile (www.elciudadano.cl)
Sobre esta tradición se erige el actual proceso de refundación de un país de población mayoritariamente indígena que jamás había sido gobernado por un moreno, desde su independencia en 1825, sino hasta la llegada al poder del dirigente cocalero Evo Morales el 2006, proceso que instaura la necesidad de refundar el país a través de una Asamblea Constituyente. Claro que la idea no era nueva. Entre 1952 y 1985 el pensamiento operante entre los dirigentes bolivianos fue la recuperación de las riquezas económicas. Se nacionalizaron las minas, hubo reforma agraria, voto universal y reforma educativa, desde una óptica de nacionalismo revolucionario.
La iniciativa surge luego de la aguda crisis provocada desde que en 1985 se implementaran políticas neoliberales parecidas a las operantes en Chile. Diversos sectores sociales a principios de la actual década acusaron a la dirigencia boliviana que ocupaba el Estado, de no asumir la responsabilidad política de ser garante del bien común y promotor del ejercicio y protección de los derechos humanos y la justicia social, la exclusión de las naciones originarias y su ausencia en el desarrollo social, económico y cultural del país. “El resultado de estas políticas fue la precarización de las condiciones de vida y trabajo de muchos, incrementó la desigualdad social, la exclusión y la debilidad institucional del Estado, institucionalizó las relaciones clientelares de los partidos políticos tradicionales generando mecanismos de corrupción en la repartición de los cargos públicos de todos los poderes”, acusa a El Ciudadano Saúl Apaza, dirigente de regantes y cocaleros.
EN LAS CALLES Y EN LA CONSTITUYENTE
La Asamblea Constituyente deberá consensuar y redactar el texto de la nueva Constitución, sobre la base de acuerdos mínimos de convivencia pacífica y un Estado incluyente. La demanda partió con movilizaciones de comunidades campesinas e indígenas en 1990 y 2003. A juicio de Lino Poma Comanac, del Consejo Nacional de Markas y Ayllus del Collasuyo, la oportunidad dada con Morales en el poder catalizó el proceso ya socializado en las bases sociales. “Nos eleva que un hermano nuestro esté en el gobierno. Antes éramos discriminados en el acceso de poder, no se daba cabida a gente indígena y no accedíamos a ocupar cargos públicos; ahora los indígenas estamos participando en el proceso constituyente, hemos aprendido a exigir derechos y saber usar las movilizaciones”, explica Poma.Ya el 2006 aprobaron la Ley de Reconducción de la Tierra, que apunta a dotar de propiedades colectivas de tierra a pueblos y comunidades campesinos, además de eliminar el tráfico de ella. Esto, según Poma, “tiene que ver con la cosmovisión indígena de propiedad colectiva de la tierra y no a título individual. Los títulos comunitarios no permiten que las tierras se negocien y así nadie lucra con ellas y la usa la propia comunidad”.En la década del ’90 surgen los Instrumentos Políticos por la Soberanía de los Pueblos, IPSP, instancias de convergencia de las diversas organizaciones que propugnaban un cambio. La Agenda de Octubre, firmada luego de la caída de Lozada el 2003, planteó como primera acción llamar a la constituyente. Las consignas fueron: una democracia más directa, la nacionalización de los recursos naturales y más presencia indígena en la estructura del Estado.
“Si en un año logramos cambiar 3 presidentes, en un hecho insólito para el movimiento social –comenta el dirigente paceño Jorge Vilca- había gran conciencia del pueblo de su capacidad de lograr cambios. Aún tenemos claro que el proceso nos pertenece y no a los partidos políticos. Por eso estamos vigilando que el gobierno de Morales no se desvíe un milímetro a la derecha”.
Cecilia Uraesca, dirigente vecinal de La Paz agrega que “Bolivia no es una sola nación. En ella habitan diversas naciones, pueblos y culturas con derecho a una convivencia solidaria y pacífica. Por ello proponemos fundar un Estado plurinacional unitario en el que haya pluralismo jurídico, político, cultural y lingüístico; descentralizado y con autonomías territoriales”
TROPIEZOS EN EL CAMINO
Eduarda Villa, de La Paz, cuenta que “la diferencia con los gobiernos anteriores no es tanto la raza, sino que se hagan bien las cosas, que haya una buena gobernación, que no se explote a nadie y no se vendan los recursos naturales. Los gobiernos anteriores vendieron el gas, Entel, la empresa de ferrocarriles. Si sentíamos que a nosotros mismos nos vendieron. Evo ha parado eso”.
Delia Terceros, de la Federación de Regantes Bartolina Sise, comenta que “el proceso constituyente ha sido largo, pero está rindiendo sus frutos. Como la actual Constitución ha sido copiada de un país europeo, como ocurre en muchos otros países, queremos una constitución propia, en que participemos todos en su formación. No queremos una que sirva para vender el país y manejar a los bolivianos. Por eso partimos por defender la diversidad. Todos queremos ser partícipes: chicos, grandes y viejos”.
La Asamblea Constituyente vio a luz el 2005 con 255 representantes de las distintas regiones del país. Pese a que recientemente ha tenido importantes tropiezos, como con la pugna abierta por algunos asambleístas que quieren dirimir si Sucre o La Paz es la capital o las antiguas pretensiones de las provincias del norte, como Santa Cruz de la Sierra, de obtener completa autonomía. Uraesca plantea que “a diferencia de lo que proponen esas provincias, nosotros queremos autonomía para todos, no sólo para las grandes urbes”.Juana Marca, de la Federación de regantes, sostiene que “el proceso nos ha costado porque las leyes no eran para nosotros, los pueblos originarios. La derecha ha parado el proceso constituyente porque no quiere la nueva ley. Queremos un cambio total para nuestra descendencia y que la ley favorezca a los pueblos originarios”.
RECHAZO AL TLC
ampesinas e indígenas de Bolivia han consensuado un documento de propuestas a la Asamblea Constituyente para que en la nueva constitución boliviana se explicite la protección a acuerdos de libre comercio. La idea surgió el 2004 en La Paz, en el Tercer Encuentro Boliviano contra el ALCA, Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, y el TLC, Tratado de Libre Comercio, promovido por Estados Unidos y firmado sólo por Chile en la región. La propuesta maduró en sucesivos encuentros en Cochabamba y Oruro.“El peligro que vemos en los TLC’s es que dos terceras partes de ellos se ocupan de asuntos ajenos al intercambio de mercancías entre países y abracan muchos otros ámbitos que atañen a la vida de las personas, como la salud, educación, medio ambiente, agricultura y recursos naturales”, acusa Cecilia Uraesca, dirigente vecinal de La Paz. Poma Comanac, del Consejo Nacional de Markas y Ayllus del Collasuyo agrega que “estos tratados más que apostar por la vida humana, apuntan a proteger el capital y convertir a nuestros países en lugares atractivos para la inversión extranjera. O sea, se da una protección privilegiada al capital a través de legislaciones y tribunales especiales para los inversores, políticas de protección intelectual que van en desmedro de la circulación de conocimientos, libre circulación de semillas y alimentos transgénicos y el patentamiento de seres vivos, plantas y animales”.
Por ello el Movimiento Boliviano por la Soberanía y la Integración de los Pueblos, explicitó 7 principios para el debate y negociación de cualquier acuerdo internacional. El primero apunta a hacer irrenunciable en toda negociación y firma de acuerdos la transparencia, el control y participación social y la preservación de los derechos humanos.
El segundo punto dice que cualquier inversionista debe regirse por principios bioéticos de responsabilidad con las generaciones futuras, transferir tecnologías en el lugar de su inversión y utilizar mano de obra y profesionales nacionales. El tercer y cuarto punto apuntan a que el Estado asuma el control del comercio exterior evitando el monopolio y que prevalezca la lógica social y no mercantil en la gestión de servicios como el agua y energía.
Los otros puntos persiguen que las leyes sean soberanas por encima de cualquier acuerdo internacional, que la salud es un derecho humano y que el Estado debe comprar productos preferentemente nacionales.
Roberto Machaca, cocalero:
"La hoja de coca es la madre del poder político
El movimiento cocalero que llevó al poder en Bolivia a Evo Morales, surge luego de la promesa del presidente Hugo Banzer a los norteamericanos, a mediados de los ’90, de erradicar totalmente los cultivos de coca en Bolivia. Una marcha inicial de los cocaleros de 600 kilómetros desde Cochabamba a La Paz generó tal apoyo popular a su paso y un ingreso con vítores a la capital boliviana. Pese a que obtuvieron un acuerdo de parte del gobierno, al regreso al trópico los militares volvieron a atacar las plantaciones de coca, planta de uso milenario y considerada sagrada por los pueblos aymará y quechua.
Roberto Machaca, presidente del Tribunal de Honor del Movimiento al Socialismo, MAS, y dirigente cocalero comenta que “nuestros antepasados tuvieron un respeto fundamental a la sagrada hoja de coca. Y nosotros la seguimos utilizando como un símbolo de respeto, de dignidad y por los múltiples uso que tiene”.
-¿De qué forma se intentó erradicar los cultivos de coca?
-Desde 1984 el gobierno quiso erradicar la coca, prohibiendo desde el almácigo. En las zonas cocaleras del Chapare los gobiernos neoliberales trataron de extirpar el cultivo de la hoja de coca, con la llamada campaña Coca Cero. Se trajeron proyectos para reemplazar cultivos, como plátanos, camote o palmitos, cosa que no resultó. Pero la acción más malévola fue la intervención armada en las comunidades, con muchas muertes y violencia, de parte del Ejército boliviano y miembros de la DEA norteamericana. Esa militarización generó un enfrentamiento entre bolivianos, entre padres e hijos.
-¿Qué importancia tiene la hoja de coca en el origen del actual proceso en Bolivia?
-La hoja de coca es la madre del poder político que hemos logrado en Bolivia, es la madre del instrumento político que hemos resuelto. A través de los sindicatos y las 6 federaciones del trópico de Cochabamba hemos defendido el uso de la hoja de coca.
-¿Por qué hay una Comisión Coca en la Asamblea Constituyente?
-En la constituyente queremos hacer respetar como una hoja sagrada y milenaria a la coca. Hay que generar un marco de respeto a una tradición nuestra.
-Se menciona la industrialización de la hoja de coca ¿qué iniciativas hay al respecto?
-Como queremos despenalizar a la coca a nivel internacional el 2009, en la próxima Convención de Drogas que se hará en Viena debemos probar los diversos usos que tiene esa planta. Sabemos, por ejemplo, que tiene más fósforo que el pescado. Se instalarán tres plantas de industrialización en Chulumani, Coripata y el trópico de Cochabamba, las que procesarán mate, licor y harina de coca. Además en el norte de La Paz se han instalado fábricas de jabones y productos medicinales a partir de la hoja. En nuestros mercados ya hay una demanda y hay mucho interés en otros países de conocer estos productos. Por ahí va el camino.
LA EXPERIENCIA DE AGUAS DEL TUNARI
En la discusión un punto central ha sido la propiedad y gestión de recursos como el agua y la energía. Saúl Apaza, de la Asociación Nacional de Regantes y Sistemas Comunitarios de Agua Potable de Bolivia, comenta que “partimos definiendo que el agua es un derecho humano universal y no una mercancía. Además su gestión debe ser con participación de las comunidades que viven de ella. El dominio del recurso es de todos los bolivianos. Son más de 9 artículos dentro de la comisión y para que hagan uso del agua mineras o petroleras, debe pasar por una consulta a los pueblos dueños de ese recurso”.La experiencia la habían ganado luego del rechazo en Cochabamba a un contrato firmado en 1999 con el acuerdo de todas las autoridades municipales y estatales, que entregaba la propiedad del agua a la empresa extranjera Aguas del Tunari, pese a que toda la inversión a realizar se financiaría con el dinero de los consumidores. Es decir, se apropiaba del agua potable sin poner un peso.
La acción generó un importante rechazo de la población y una subida del cien por ciento en la tarifa del agua potable fue la gota que rebalsó el vaso. La resistencia al acuerdo fue a partir de la convocatoria a cabildos abiertos que guiaron la movilización y levantaron un sólido frente social, que en octubre de 2000, luego de una protesta de siete días, lograron la partida de Aguas del Tunari y parar una ley de privatización del agua.
Marca recuerda que “el proceso sirvió para que nos planteáramos la gestión de los recursos. Hoy en Cochabamba se constituyó una empresa público social para administrar el recurso agua con un directorio en donde participa la ciudadanía”
Eufrosina Rozas, regante de Cochabamba, considera que “el agua es un recurso más para nuestras vidas, para el riego y la producción. Por eso Aguas de Tunari la rescatamos de los empresarios que se habían adueñado de ella. Tenemos lagunas y pozos cerca de nuestras comunidades, agua que tiene que mantenerse siempre para los regantes”.
COMISONES DE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE BOLIVIANA
Para ordenar la discusión acerca de la nueva Constitución y el rol del Estado boliviano, se dividió en 21 comisiones el trabajo constituyente de Bolivia. No tienen copyright, por lo que se pueden copiar a este lado del mapa.
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el populismo en américa latina En juego el modelo de Estado
EVO MORALES DIVIDE A LOS BOLIVIANOS
La Asamblea Constituyente entregó hace diez días al Congreso el proyecto de la nueva Carta Magna · supone el primer paso en la "refundación nacional" del país proyectada por el presidente.
Diario Huelva Informaciones de España (www.huelva.com.es)
La Asamblea Constituyente boliviana entregó hace diez días al Congreso el proyecto de la nueva Carta Magna, que supone el primer paso en la "refundación nacional" del país proyectada por el presidente, Evo Morales. Según Morales, se trata de corregir la situación de postergación de los indígenas, que suman el 60 por ciento de la población. La oposición lo valora como un proyecto utópico de límites difusos que servirá de justificación para un régimen totalitario.
El texto, fundamentado en tres pilares rechazados de plano por la otra mitad del país, incorpora los sistemas de elaboración de leyes y control político reflejo de las tradiciones indígenas, el "pluralismo jurídico", lo que en la práctica equipara los métodos de justicia indígena a los de corte occidental, y proclama la redistribución de la riqueza.
Morales ha declarado que serán los "movimientos sociales" los legitimados para establecer este control político y que "hasta el presidente" podrá ser destituido por este sistema, pero la oposición le acusa de querer perpetuarse en el poder. Los cargos electos podrán por tanto ser revocados si las asambleas populares así lo deciden, como ya sucede en las comunidades indígenas.
La Justicia indígena que reconoce el nuevo texto constitucional pone en pie de igualdad a los sistemas indígenas con la Justicia de corte occidental. Sus detractores señalan que ya de por sí establece dos categorías diferentes de ciudadanos según éstos acudan a una u otra. En la primera están contemplados y legitimados los castigos físicos en algunos casos y es anterior a la Declaración Universal de los Derechos del Hombre. Un problema es qué sucede si ambos sistemas entran en colisión; si uno puede revocar las decisiones del otro y qué sucede cuando una parte litigante quiere ampararse en un sistema y su oponente en el otro.
La posesión de la tierra y su organización es la tercera pata sobre la que descansa el proyecto del presidente boliviano. El texto consagra una gran reforma agraria que beneficia a las comunidades indígenas que pasan a disponer colectivamente de los títulos de propiedad. También se refiere a la propiedad colectiva de los recursos naturales y los medios de producción.
En paralelo apela a la descentralización y cambia la organización territorial del país, quitando peso a los nueve departamentos existentes tras la independencia y reconociendo delimitaciones que responden, en teoría, a demarcaciones precolombinas. La oposición señala que no existe documentación histórica que avale dicha partición y que la propuesta trata de mermar fuerza a los departamentos existentes, los más prósperos, y los que se oponen a su proyecto indigenista.
Otro de los puntos conflictivos de la nueva Constitución es el artículo que contempla la reelección presidencial por un periodo adicional (el mandatario podría gobernar hasta 2018 en dos nuevos periodos de cinco años si vence en las elecciones que se convocarán tras la entrada en vigor de la futura Carta Magna). Al final, al menos, se rechazó la posibilidad de una reelección indefinida como había propuesto el oficialismo originalmente.
La redacción final del artículo 6 que establece que Sucre es "capital oficial de Bolivia" y no recoge la propuesta de trasladar el Gobierno y el Parlamento desde La Paz a esa ciudad, un tema que mantuvo paralizada a la Asamblea durante más de tres meses y estuvo a punto de provocar su fracaso.
La Constitución aún tiene un largo camino por recorrer, en particular un referéndum para resolver las condiciones de propiedad sobre la tierra y otro de ratificación, que deben realizarse en 2008.
Ante las críticas de la oposición, Morales dobló la apuesta y anunció la celebración de un referéndum sobre su continuidad en el poder. La convocatoria constituye un golpe de efecto que le permite retomar la iniciativa política sin ahondar en la estrategia de aprobar la nueva Constitución prácticamente por la fuerza. El presidente desvía la atención del texto para centrarla en sí mismo y lanza el reto a seis provincias que lideran el movimiento de resistencia cívica contra él. Lo que quiere es que en el mismo referéndum se sometan a la voluntad popular los nueves gobernadores que existen en Bolivia.
Mientras tanto, los dos bloques mantienen un enfrentamiento total y ambos se preparan para la gran batalla del referéndum en el que deberá ratificarse o no la nueva norma suprema. El Gobierno rechaza los estatutos regionales de autonomía y acentúa el centralismo, y la oposición rechaza el texto, pero también las formas empleadas para aprobarlo. Lo que está en juego en Bolivia durante los próximos meses será, nada más y nada menos, el modelo de Estado.
UN AÑO DE CRISIS PARA EVO MORALES
El Nuevo Herald de Estados Unidos (www.elnuevoherald.com)
El presidente boliviano, Evo Morales, ha vivido un año plagado de dolores de cabeza en su intención de refundar el país a través de una Constitución que logró hacer aprobar, pero que seis de los nueve departamentos del país, y en todo caso las más ricos, no aceptan.
Tras un 2006 que finalizó en la gloria tras lograr una nacionalización de los hidrocarburos que fue aplaudida por todos los sectores en el país, Morales se lanzó en el 2007 en la profundización de un modelo de izquierda que chocó con las regiones más prósperas del país.
El proyecto de Constitución, aprobado el pasado 9 de diciembre sin presencia de la oposición, sin debate y con muchas críticas, abrió una brecha mayor en la relación con seis de los nueve departamentos del país -Santa Cruz, Tarija, Beni, Pando, Chuquisaca y Cochabamba-, nada dispuestos a aceptar un modelo y más bien decididos a imponer el propio.
Cuatro de esos departamentos empujaron más su oposición, anunciando el pasado 15 de diciembre que declaraban sus autonomías mediante estatutos en que se otorgan prácticamente todas las facultades que antes le pertenecían al gobierno central salvo la Defensa y las Relaciones Exteriores.
El final de año encuentra a Bolivia, el país más pobre de Sudamérica, en una polarización entre un gobierno que esgrime una Constitución que la oposición considera ilegítima y unos departamentos que claman por una autonomía declarada según el gobierno de forma ilegal, una situación que a las buenas o a las malas tendrá que desempatarse en el 2008.
Y para dirimir el impasse se anuncian 11 referendos -incluyendo uno que resuelva si Morales y los gobernadores se quedan en el poder- en que cada parte busca que sea el pueblo el que legitime sus propuestas.
Para la socióloga María Teresa Zegada ``resulta paradójico, y a la vez curioso, buscar la legalidad de los actos cuando, de un tiempo a esta parte, el respeto a la ley ha pasado a un lugar secundario frente a la lucha política y social''.
Parte importante de esta disputa es la presencia cada vez más desembozada de Venezuela en Bolivia, en apoyo del indígena Morales.
La ayuda financiera de Caracas o las declaraciones del presidente Hugo Chávez (que amenazó con instaurar en Bolivia un ''Vietnam de las ametralladoras'') le han dado pasto a la oposición de derecha para hablar de un claro intervencionismo.
La irritación que provoca esta situación quedó simbolizada en el apedreamiento en un aeropuerto del norte del país de un avión venezolano que acababa de aterrizar, y que sus pilotos hicieron partir de urgencia para evitar que fuera destruido.
La alianza de Evo Morales con Chávez ha implicado también un distanciamiento de Bolivia con Estados Unidos, país con el cual las fricciones se han multiplicado. De paso, Washington vio con enorme desconfianza una visita a La Paz del presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad.
Bolivia vivió entonces en el 2007 un año en conflicto, en una situación que debería resolver en el 2008, aunque varios analistas se muestran escépticos de que el desenlace sea pacífico.
EVO ANTE LA GRAN CRISIS DE LAS AUTONOMÍAS
El Nuevo Herald de Estados Unidos (www.elnuevoherald.com)
Alas 6 a.m. en esta ciudad localizada a 3,627 metros sobre el nivel del mar, el frío en los corredores del palacio presidencial cala los huesos. Los auxiliares se apiñan bajo abrigos cerca de los calentadores de área. Los soldados, que aferran rifles con bayonetas, montan guardia y los dientes les castañetean.
Esto cuando el presidente Evo Morales empieza sus días, que han estado llenos de tensión en fechas recientes, a medida que la región oriental de su país --las cálidas tierras bajas-- pone en marcha un proceso con miras a buscar mayor autonomía respecto de su gobierno.
Sin embargo, apenas unos cuantos días antes de poner bajo alerta a las fuerzas armadas, Morales dijo en una entrevista que él creía posible la negociación de una solución al atolladero, lo cual impediría el uso de tropas.
No obstante, Morales dijo esperar que el pueblo boliviano se ''movilizara'' masivamente para reaccionar, si las cuatro provincias del este de Bolivia fueran más lejos y declaran su independencia.
''Yo sólo creo en la conciencia del pueblo'', dijo, sin dar mayor explicación con respecto a cómo se daría esa reacción, antes de asumir un tono más conciliador.
''Nosotros deseamos una discusión franca y sincera con respecto a todos los temas'', dijo Morales, explicando sus diferencias con las cuatro provincias, donde funcionarios aprobaron estatutos la semana pasada que les darían el control sobre los ingresos del petróleo y otras funciones, como la creación de sus propias fuerzas policiales.
La discusión con el oriente boliviano, donde se produce la mayor parte del gas natural y alimento del país, es la crisis más acuciante de su presidencia. Morales, uno de los integrantes del grupo étnico de los aymará, quien es el primer presidente indígena de Bolivia, reconoció que la discusión se había intensificado luego que sus partidarios aprobaron el polémico borrador de una constitución.
De cualquier forma, Morales dijo creer que la Constitución, misma que apuntalaría los derechos indígenas y desmantelaría grandes latifundios en el oeste de Bolivia, fue aprobada de manera legítima pese a un boicot de la votación por parte de la oposición, así como la abrupta transferencia de la Asamblea Constitucional a Oruro, uno de los bastiones de Morales en las tierras altas de occidente.
A decir de Morales, la Constitución aún tenía que ser sometida a un referendo nacional, dándole a quienes se oponen a ella una oportunidad de votar en contra de su aplicación. Sin embargo, él describió como ''ilegales'' los cuatro estatutos aprobados en las cuatro provincias orientales, Beni, Pando, Santa Cruz y Tarija.
La discusión ha puesto de relieve el aumento de la tensión entre el gobierno de Morales, que promueve una visión de mayor control del Estado sobre la economía y recibe ayuda de Venezuela, del orden de $100 millones al año, y de las provincias relativamente prósperas en el este, las cuales tienen pujantes industrias agrícolas y de energía orientadas a las exportaciones.
''Evo tiene una idea de este país que no coincide con la nuestra'', dijo Branko Marinkovic, el presidente del Comité Pro Santa Cruz, influyente grupo político en las tierras bajas del oriente, en una entrevista. ``Yo no sé si él entiende el tipo de inestabilidad que esta Constitución crearía, de convertirse en ley''.
Para ilustrar el cisma que debe zanjarse a fin que la negociación sea posible, Morales y dirigentes políticos como Marinkovic claramente albergan poca consideración mutua. ``él no quiere ceder nada", dijo el Presidente con respecto a Marinkovic, uno de los hombres más ricos de Bolivia, con grandes propiedades en operaciones de procesamiento de soya y ganadería.
Vestido con un traje a la medida con un motivo indígena (sin corbata, como es la costumbre en su gobierno), Morales empezó la entrevista a las 6 de la mañana. Sentado dentro de una ornamental sala de audiencias en el palacio presidencial, él habló sobre la resonancia de ser el presidente de Bolivia, donde más de 60 por ciento de la población es indígena.
''Antes, este lugar era un lugar de negocios para las oligarquías'', dijo Morales, de 48 años de edad, quien era uno de los líderes de cultivadores de coca en la tropical región de Chapare antes de ser elegido presidente, hace dos años. ``Ahora que ellos no tienen el gobierno central a su disposición, quieren algo más''.
Los estatutos de mandato autónomo en los estados orientales, que aún tienen que ser aprobados en sus propios referendos, están muy cerca de una declaración de independencia. No obstante, al parecer es probable una confrontación.
En la entrevista en el Palacio Quemado, las palabras de Morales sonaron como si él deseara evitar un enfrentamiento directo. De cualquier forma, tuvo palabras severas para Estados Unidos, país que le suministra a Bolivia más de $100 millones al año en ayuda para el desarrollo y el combate a las drogas.
Morales criticó a la Embajada de Estados Unidos en Bolivia, cuestionando si una parte de su ayuda para el desarrollo estaba siendo canalizada a la oposición política. Sin embargo, se detuvo antes de escalar una discusión pública que él ha tenido con el embajador Philip S. Goldberg con respecto a ese y otros temas.
Un funcionario de la Embajada de Estados Unidos, quien se negó a ser identificado debido a la delicadeza de las relaciones, dijo: ``Nosotros hemos intentando ser tan transparentes como sea posible con respecto a todas las actividades dólar gobierno estadounidense en Bolivia. Para mala fortuna, pese a varios de nuestros intentos, el gobierno nunca se ha sentado con nosotros para discutir seriamente estos temas''.
De cualquier forma, la tensión con Estados Unidos se mantiene como un tema secundario en comparación con lo que pudiera desarrollarse en Bolivia si se efectúan cambios en lo tocante a las regalías del petróleo, una de las principales fuentes de ingreso tanto para las provincias orientales como para el gobierno central.
Si bien Morales dijo creer que aún era posible un diálogo, dejó abierta la perspectiva de que el electorado boliviano pudiera ser el máximo árbitro de la discusión, sea a través de un referendo sobre la constitución o referendos de revocación para el presidente y gobernadores regionales.
''Si no hay acuerdo, entonces la gente decidirá con su voto'', dijo. ``No hay razón para temerle a la gente''.
Opinión
EVO, EL MANDELA LATINOAMERICANO
La Prensa de Panamá (www.prensa.com)
Desde hace dos años, cuando Evo Morales fue elegido democráticamente, hay una expectativa por saber en qué lado se encuadra la "revolución boliviana" dentro de las distintas tendencias que están aflorando en Latinoamérica.
Hay que recordar que Morales llega al poder a finales de 2005 con el 53% de los votos, 15% más que su cercano adversario, dentro de un sistema con reglas seudodemocráticas, con los medios de comunicación, la economía y los poderes dominados por una minoría ancestral instalada en el poder durante décadas y descendiente de las dictaduras militares y de los oligarcas que han "reinado" en Latinoamérica. A pesar de este contexto, obtiene el mayor respaldo electoral de un presidente en la historia de Bolivia.
Se le ha tratado de comparar al proceso cubano. Pero en las celebraciones del aniversario de la muerte de Che Guevara en octubre, Morales dejó claro que si bien es admirador del mítico guerrillero argentino, él apuesta por realizar las transformaciones sociales por la vía pacífica, democrática y no-violenta.
Se buscan también similitudes con el modelo venezolano de Hugo Chávez. Pero con la renuncia a la guerra, como medio para resolver las diferencias entre los países, incluida en la Nueva Constitución, Morales marca una variante revolucionaria novedosa que se desmarca de "armar al pueblo para resistir".
La nueva Constitución boliviana recoge reivindicaciones históricas, colocándose entre las más progresistas del mundo. Su texto rezuma referencias a los derechos humanos y, más allá de los clásicas y genéricas menciones, se compromete con la enseñanza y la salud gratuitas, derecho a pensión, seguridad social, derechos de los niños, ancianos, poblaciones originarias, trabajadores, discapacitados, consumidores, presos, etc. todos ellos elevados a rango constitucional. Una Constitución laica y no confesional, no como la actual, que obliga a sostener a la Iglesia católica. Una Constitución pacifista que renuncia a la guerra y por supuesto al establecimiento de bases extranjeras. Pero sobre todo es una Constitución que está impulsada por un indio aimara, de oficio recolector de coca, como podría serlo de naranjas o de uvas; por el "presidente Evo Morales" como unos le llaman con orgullo ancestral, o por "El Indio", como le dicen de forma despectiva los discriminadores de siempre.
La miopía de los países occidentales, en especial europeos, no digo ya de EU, pues eso es ceguera, consiste en mantener una desinformación sistemática sobre los acontecimientos que se están dando en Bolivia y en ofrecer un nulo apoyo al proceso de Morales, en el mejor de los casos. En el peor, en tratar de demonizarlo metiéndolo en la órbita de Fidel o Chávez. El fenómeno Evo Morales hay que estudiarlo en clave Mandela y no en clave bolivariana o guevarista. Hace no más de 40 años –igual que ocurría en Sudáfrica– los indígenas, las cholas, no podían caminar por las aceras en Bolivia. Tenían que bajarse de ellas si venía algún blanco. En un país donde el 65% es indígena, el 25% mestizo y solo un 10% blanco, no ha habido ni un indígena en el poder durante 500 años.
En este acontecimiento hay reivindicaciones sociales y políticas, pero detrás hay otras motivaciones más profundas que están pulsando, hay reivindicaciones históricas de recuperar la dignidad de unos pueblos que han estado oprimidos durante siglos, hay reivindicaciones para abrir el futuro y dar proyección a todas las aspiraciones de un pueblo que quiere expresarse. Lo que más agradece su pueblo a Evo Morales es que les ha devuelto socialmente la dignidad y les ha abierto el futuro.
Se va a entender con más profundidad el fenómeno Evo Morales si lo miramos en clave Mandela que si lo comparamos con otros procesos de la región. Bolivia ha vivido un apartheid durante siglos y ahora está saliendo de él.
No sabemos cómo procesarán las cosas en Bolivia con las presiones de las multinacionales, de los terratenientes y los gobiernos corruptos. No sabemos si conseguirán su propósito de hacer fracasar este intento pacífico, democrático pero revolucionario. Pero lo que sí percibimos entre las gentes que conocimos, con las que conversamos en los días que se aprobó la Constitución, es que hay un proceso en marcha imparable y sin retorno. Hay un pueblo que busca su expresión y ha encontrado su camino de dignidad. Eso no lo va a parar una multinacional ni ningún terrateniente ambicioso de mantener su hegemonía. Si hay un retroceso, ¡ojalá no se dé!, será algo momentáneo, pues la certeza de lo digno y de lo justo volverá nuevamente con aún mucha más fuerza.
Mi amigo y hermano, el senador del MAS Gastón Conejo Bacopé, que nos regala con su pluma poética unas crónicas políticas brillantes, relata así una parte de la celebración que el día 14 hicieron con motivo de la entrega oficial del texto de la nueva Constitución Política. "Las puertas de Palacio se abrieron al pueblo, a las bandas musicales y a los conjuntos nativos. El presidente Evo, el vicepresidente Álvaro, los constitucionalistas, los jefes de las Fuerzas Armadas, los ministros, bailaron, bailaron juguetones al interior del gran salón. Al son de huayños y quenas, tambores y pinquillos, en ronda infantil juguetona, los comandantes de las tres fuerzas armadas, de la Policía de seguridad ciudadana, los asambleístas, bailaron, tomados de las manos con mujeres indígenas de hermosos atuendos; las ministras y diputadas bailaron enlazadas con varones de pueblos y comunidades de las 36 nacionalidades. El pueblo profundo de la patria, de militares e indígenas, de mestizos, clase media, intelectuales y obreros, patriotas de todo tipo, seres sencillos y humildes, bailaron alegres, festejaron el cambio político y legislativo que Bolivia inicia.
Esta no es la Bolivia de los negocios, de la Repsol, British Petroleum, ETI-ENTEL o Telecom; es la Bolivia de los pueblos y de sus gentes postergadas durante siglos, que emergen y buscan su futuro. Ya que nuestros gobiernos no apoyan este proceso, lo cual habla de "a qué intereses responden", llamamos al corazón de los ciudadanos y de las organizaciones sociales de Europa para que apoyen, apoyemos, el proceso boliviano en un momento muy especial. Pues es un proceso en el que nos estamos jugando mucho todos, no solo los bolivianos.
Evo Morales, como él mismo se define, es un humanista que busca que su pueblo pueda finalmente expresarse y ser protagonista en su país. Esto tan simple es revolucionario. Es una esperanza para todos que Bolivia avance y se ponga a la vanguardia de las revoluciones democráticas, pacifistas y no-violentas en el mundo. Las revoluciones humanistas.
Creo que su empeño tendrá éxito si se profundiza en el camino que ha elegido de la no-violencia activa. Ese camino, ignorado por sus contrarios, da herramientas eficacísimas para luchar contra los violentos y lograr "des – armarles" totalmente. No sería la primera vez, en su momento Gandhi consiguió vencer a una fuerza mucho más poderosa aún.
Aquí estamos ante un nuevo tipo de revolución, una revolución pacifista, una revolución que se apoya en las urnas, una revolución pues propone eliminar definitivamente el derecho a la guerra de los estados, una revolución pues trata de dar la voz a los eternos "sin voz". Desde ahí se podrá entender lo que está ocurriendo en Bolivia, desde ahí se podrá comprender a Evo, el Mandela latinoamericano.
Editorial
NUESTRAS FRONTERAS CHAQUEÑAS ESTÁN ABANDONADAS
ABC de Paraguay (www.abc.com.py)
Desde hace ya algunos años se viene denunciando la invasión pacífica, pero acuciante y progresiva, de compradores brasileños de tierras en las fronteras del noreste de nuestro Chaco, un hecho que podría ocasionarnos graves problemas de soberanía, como ya está amenazando suceder en la Región Oriental ocupada por los empresarios y colonos brasileños y “brasiguayos”. A la invasión de propietarios y trabajadores brasileños en el Chaco se suma ahora una amenaza militar, la boliviana de Evo Morales, cuyo Ejército está siendo armado, equipado y entrenado por militares venezolanos, para actuar sea sobre los opositores internos del gobierno de Morales, sea sobre los autonomistas, sea sobre alguno de sus vecinos. Nuestro norte chaqueño es una zona abandonada por el Gobierno nacional.
Desde hace ya algunos años se viene denunciando la invasión pacífica, pero acuciante y progresiva, de compradores brasileños de tierras en las fronteras del noreste de nuestro Chaco. Se alertó de este fenómeno, que podría ser visto como normal desde el punto de vista económico, puesto que las tierras son mucho más baratas en el lado paraguayo que en el de los otros dos vecinos, pero que en un plazo no tan largo podría ocasionarnos graves problemas de soberanía, como ya está amenazando suceder en la Región Oriental, copada por los empresarios y colonos brasileños y “brasiguayos”.
A la invasión de propietarios y trabajadores brasileños en el norte del Chaco se suma ahora una amenaza militar, la boliviana de Evo Morales, cuyo Ejército está siendo armado, equipado y entrenado por militares venezolanos, para actuar sea sobre los opositores internos del gobierno de Morales, sobre los autonomistas, sea sobre alguno de sus vecinos, sea uno a continuación del otro o uno en vez de los otros.
Nuestro norte chaqueño es una zona abandonada por el Gobierno nacional. Sin poblaciones, sin unidades económicas, sin instalaciones militares ni presencia de autoridad pública de ninguna clase, sin infraestructura ni líneas de comunicación, allí dominan los traficantes, los abigeos y cualquiera que sea capaz de montar una organización medianamente equipada y eficiente.
En otras palabras, es una zona muy atractiva para ser ocupada. Y si los brasileños pueden hacerlo tranquilamente solo con algunas inversiones menores, ¿por qué no los bolivianos militarmente? En una semana podrían apoderarse de cincuenta a setenta mil kilómetros cuadrados sin mayor esfuerzo, con argumentos suficientes como para que la sola discusión posterior, con las negociaciones, los arbitrajes internacionales y demás recursos pacíficos –los únicos que podría oponer nuestro país una vez que los hechos estuvieran consumados– durasen años o quizás décadas.
Por lo demás, a los “fazendeiros” brasileños que se instalaron en territorio chaqueño paraguayo podría resultarles mucho más conveniente tratar con autoridades bolivianas –que estarían bien dispuestas a conquistarlos para su causa– que con las ausentes autoridades paraguayas, que solo aparecen por la zona para exigir supuestos certificados y toda clase de pretextos para coimear.
Los gobiernos que se sucedieron en las últimas décadas se olvidaron de la existencia de esa parte de nuestro territorio. Creyeron quizás y siguen creyendo que con la ruta Transchaco y unos pocos fortines con cuatro o cinco soldados muertos de hambre, la ocupación real del territorio queda jurídicamente demostrada y asegurada; o que con divertimentos como el “Transchaco Rally” se cumplía con la obligación geopolítica de afirmar derechos territoriales y probar posesión continua y legítima ante la opinión internacional.
Lo cierto es que si el Ejército de Evo Morales, con la ayuda y el estímulo de la nueva voluntad imperialista sudamericana representada por Hugo Chávez, decide intervenir militarmente en el territorio aledaño de nuestro país, con el motivo, pretexto o explicación que fuere, encontrará el camino llano y todo listo como para que sus tropas puedan instalarse allí y quedarse todo el tiempo que deseen. Por de pronto, ya se confirma la presencia de militares venezolanos muy cerca de nuestros hitos fronterizos con Bolivia. Se sabe que Chávez, con su sueño bolivariano de imprevisibles consecuencias, ha invertido sumas multimillonarias de su inagotable petrochequera en planes militares en territorio boliviano.
Al igual que la “brasileñización” tantas veces denunciada, que se produce mucho más por defección paraguaya que por la presión brasileña, una eventual caída de parte de nuestro territorio bajo control militar boliviano será responsabilidad exclusiva del Gobierno paraguayo, dominado por políticos arribistas absortos en la conservación e incremento de su propio poder y en el acrecentamiento de sus fortunas personales, y por completo desentendidos de los peligros que se ciernen alrededor de los máximos intereses de nuestro país y su pervivencia futura.
Opinión
PEDAZOS DE UN PAÍS
Evo Morales exhibe preocupantes señales de autoritarismo. Al frente tiene una oposición que no cede, y que ahora apuesta por la autonomía regional. Morales los acusa de secesionistas, y de jugar en pared con la CIA. ¿Peligra la unidad de este país? Domingo dialogó con dos bolivianos, el analista Carlos Toranzo y el escritor Edmundo Paz Soldán. Aquí sus percepciones.
La República de Perú (www.larepublica.com.pe)
Se diría que hay dos Bolivias. Una, la oriental, con Santa Cruz como su bastión y otra, la occidental, con La Paz como su centro más importante. Esta división de fuerzas alguna vez fue dramáticamente definida como un "empate catastrófico". Según Carlos Toranzo, reputado analista boliviano y coordinador de Proyectos de la Fundación Friedrich Ebert, la expresión hacía referencia a las visiones distintas de país que ambos sectores mantienen. Así, mientras el lado occidental, donde mayor presencia tiene el Movimiento Al Socialismo (MAS) de Evo Morales, apuesta por un Estado centralista, por democracias directas, plebiscitarias; el oriental, más la derecha, piensa más en una democracia representativa, en economía de mercado.
Pues bien. El rotundo triunfo electoral de Morales (esta semana se cumplieron dos años) con el 53.7 % de los votos, porcentaje que nadie había podido obtener anteriormente, hicieron pensar a diversos observadores que, acaso, ese "empate catastrófico" había llegado a su final. ¿Qué pasó, entonces, para que de nuevo Bolivia se divida?
Toranzo cree que "la senda confrontacional y autoritaria que ha asumido el régimen de Morales" ha sido un factor clave en el clima de tensión que hoy en día sacude a Bolivia. No se trata, desde luego, de asumir que Morales es el villano de la película. Como nos dice el escritor Edmundo Paz Soldán: "Acá nadie es santo, ni el gobierno ni la oposición". Pero lo que parece innegable es que el régimen socialista ha emprendido un recorrido muy peligroso que ha puesto en riesgo, una vez más, la frágil democracia boliviana (recordemos que entre el 2000 y el 2005 la crisis social y política llegó a tal nivel que se sucedieron en el cargo seis presidentes).
Al caballazo
"Ilegítima". Así define Paz Soldán a la Constitución que se votó preliminarmente el pasado 24 de noviembre en un colegio militar de Sucre, sin representantes de la oposición, en medio de disturbios que causaron tres muertos y unos 200 heridos, y que fue aprobada en Oruro el 9 de diciembre, también en ausencia de la oposición.
Es verdad irrefutable que los regímenes de raigambre autoritaria suelen crearse sus propias constituciones a la medida. Para Edmundo Paz Soldán, al jugar Morales con algo tan importante para la salud jurídica de cualquier país como la Constitución, ha puesto en serio peligro el estado de derecho boliviano. Eso sin contar que se trata, dice, de un texto lleno de "palabrería" con sus excesivos 408 artículos (recomendamos leer su excelente artículo en su blog http://riofugitivo.blogspot.com/)
Sin duda, la aprobación a patadas de esta nueva Carta (con ella, Morales podría postular por dos periodos consecutivos adicionales) ha calentado todavía más los ánimos.
"Estamos hablando de una Constitución aprobada entre gallos y medianoche que es, a todas luces, no solamente ilegítima sino, además, inaplicable pues tiene el rechazo de varias regiones. Lo que se vive ahora es una pelea por la defensa del estado de derecho frente al autoritarismo. A eso ha llegado la política en Bolivia", señala por su parte Toranzo.
¿Y qué puede venir a partir de ahora? En nuestros entrevistados la respuesta es la misma: incertidumbre total. Toranzo recuerda que el próximo año se celebrarán unas cantidades inusuales de referendos, entre ellos el revocatorio del mandato del presidente y de los prefectos, el de los estatutos económicos y el que va a dirimir cuántas hectáreas de tierra pueden acumular los bolivianos.
Claro, si asumimos, como dice Paz Soldán, que a Morales le va mejor en campaña que gobernando, el 2008 debería ser un buen año para él. ¿Pero se acentuarán las divisiones? Muy probablemente sí. ¿Tanto como para que se pueda hablar de un peligro real de secesión? Toranzo lo pone en duda. Paz Soldán advierte, en cambio, que el espíritu confrontacional del Gobierno del MAS ha hecho que el porcentaje de quienes aspiran a una división total (no solamente jurídica sino territorial) haya crecido.
"El proyecto nacional del MAS se ha regionalizado: de los nueve departamentos, solo es fuerte en dos del altiplano (La Paz y Oruro). Mientras tanto, hoy no hay bolivianos: hay cambas, collas, chapacos, guaraníes, etc. De estas heridas quedarán cicatrices", dice Paz Soldán.
Y las cicatrices profundas siempre tardan en desaparecer.
Editorial
BOLIVIA, MAL CIERRE DEL AÑO
El Tiempo de Colombia (www.eltiempo.com)
Mal termina el año en Bolivia, donde los conflictos suscitados por la nueva Constitución, aún en proceso de aprobación, han llevado a grados de enfrentamiento inesperados por su intensidad y extensión. El proyecto de Carta Magna que como reivindicación secular de los indígenas concibió el partido gobernante, el Movimiento al Socialismo, de Evo Morales, se ha convertido en fuente de diversas tensiones. A modo de caja de Pandora, brotaron de allí un movimiento ultraconservador y anacrónico para devolver la capital a la ciudad de Sucre y un rosario de ímpetus regionalistas a veces desbordados. Algunas propuestas murieron en el camino y otras adquirieron ritmo propio, pero casi todas han aportado enfrentamientos a una sociedad ya desgarrada por ellos.
No hay que extrañarse, pues, de que en las últimas semanas se hayan reproducido en casi todo el país las manifestaciones, algunas de las cuales terminaron con saldo mortal.
Por eso, una de las iniciativas más saludables fue la del propio presidente Morales cuando el 16 de diciembre hizo un llamado al diálogo y al entendimiento. En los próximos meses deberá seguir el debate sobre la Constitución, previo a su aprobación definitiva, y mucho conviene que se realice con un espíritu distinto al que hasta ahora ha imperado. A diferencia de ciertos líquidos de los que se advierte que deben agitarse antes de usarlos, la democracia funciona mejor cuando trabaja en forma sosegada e incluyente, y no a modo de garrote para romper cabezas. Como ha ocurrido también en el caso de Venezuela y Ecuador, tal parece que se pretende inventar una modalidad de democracia pendenciera más apta para la riña que para el entendimiento. En Bolivia, todos los grupos rivales alegan tener de su lado la esencia de la democracia y tachan a los otros de ilegales o ilegítimos. Mala condición para un país que el próximo año planea cinco referendos cuya realización podría ser desordenada y tumultuosa.
La ceguera con que el MAS quiso manipular los sistema de votación para prescindir de oposición contribuyó a esa atmósfera.
Es necesario que desde el propio gobierno se reconduzca el clima del debate. Bolivia tiene viejas desigualdades que reparar, y una nueva Constitución puede ayudar a ello. Pero la Carta debe ser producto de un verdadero consenso, en el que el capítulo regional es uno de los más delicados y complejos. Los bolivianos aún pueden aprovechar el tiempo que les queda para conseguirlo.
Opinión
BOLIVIA, CONSTITUCIÓN O EXCLUSIÓN
Rebelión Org. (www.rebelion.org)
El proceso constituyente, si dependiera de los partidos conservadores, no se habría iniciado y se mantendría la exclusión de más de la mitad de la población. O el proceso se alargaría indefinidamente para neutralizar al Gobierno de Evo Morales. Si no lo consiguen, optan por fracturar el país. La oposición, sin embargo, está hoy mal representada por sus partidos, relativamente débiles y fragmentados, los cuales han optado por abandonar la Asamblea Constituyente. Los medios titulan que el MAS y Evo han "impuesto su Constitución", pero la oposición abandonó la Asamblea y pretende hacer durar indefinidamente el proceso constituyente, que lleva ya más de un año, para paralizar la acción de gobierno. Es negativo, evidentemente, que unos y otros hayan optado por el enfrentamiento en lugar del necesario consenso que requiere el marco constitucional. Pero las responsabilidades no están repartidas por igual. Se ha aprobado un proyecto de Constitución con una mayoría superior a dos tercios por la ausencia voluntaria de la oposición. Lógicamente, ahora debería plantearse un referéndum para despejar las dudas sobre los asuntos más conflictivos.
La música es lógicamente indigenista. El MAS se comprometió a iniciar un proceso institucional para terminar con la exclusión histórica de la población indígena, pero defiende la democracia representativa y participativa. La derecha económica no creo que quiera derribar a Evo Morales, que aparece como el único líder capaz de evitar el caos. Y resulta demagógico ironizar sobre el lenguaje de un movimiento que representa a unas mayorías populares a las que durante siglos se ha dejado al margen de la vida política. Las propuestas de "democracia directa" son imprecisas y no muy diferentes de los consejos cívicos de la presidenciable Ségolène Royal o el voto programático de la Constitución colombiana, que en teoría permite desposeer a los cargos electos de su mandato. Las referencias al colectivismo de las tierras indígenas y a su peculiar justicia no hace sino reconocer una situación de hecho que se mantiene desde la independencia. Su posible inclusión en la Constitución estaría condicionada por el respeto de los derechos fundamentales y la adhesión a la Carta Internacional de Derechos Humanos, lo cual permitiría ilegalizar los comportamientos y las penas que conculquen estos derechos. Estas cuestiones, que afectan únicamente a las comunidades territoriales indígenas -es decir, un cuarto de la población, aproximadamente-, no parece que preocupen especialmente a los criollos, excepto como arma de propaganda contra el Gobierno.La reacción opositora ha hecho de la reivindicación de la autonomía regional y de la capitalidad para Sucre su caballo de batalla. Antes de las elecciones presidenciales se convocaron las primeras elecciones de prefectos y en cuatro de los nueve departamentos ganaron candidatos opositores. Hoy son estos prefectos y los comités cívicos que se han creado en Santa Cruz, Tarija, Pando y Beni, la llamada Media Luna, la principal estructura de la movilización opositora. El movimiento se ha ampliado a Sucre y a Cochabamba, ciudades que siguen en importancia a La Paz y Santa Cruz. Pero reducir la cuestión a un enfrentamiento entre centralistas y autonomistas es inexacto.
El Gobierno de Evo Morales propone una ambiciosa descentralización a favor de las regiones, los municipios y las comunidades indígenas. Plantea una regionalización del país y se discute la idoneidad de los departamentos actuales. Se apunta la posibilidad de crear regiones de menor tamaño como marco de programas económico-sociales compartidos sin menoscabar las competencias de los departamentos. En los encuentros que tuve con los actuales gobernantes sugerí evitar el incrementalismo institucional y apoyarse en los actuales departamentos para promover el desarrollo regional. No se quiere sustituir el actual centralismo por otro y se enfatiza también la autonomía de los municipios y de las "36 nacionalidades indígenas" (léase comunidades territoriales). Hay que tener en cuenta que en Bolivia, excepto en el caso de Santa Cruz (cuyo movimiento recuerda la Liga Norte de Italia), el regionalismo era hasta ahora un movimiento casi inexistente. El presidente propone ahora someter a referéndum su cargo y también los de los nueve prefectos. Es quizá un último recurso para evitar la fractura social si los protagonistas aceptan el resultado.
La demanda de capitalidad plena de Sucre ha terminado de agudizar el conflicto. Capital fundacional del país, fue desplazada progresivamente por La Paz, cuatro veces más grande, sede del Gobierno y del Parlamento. Sucre es sede del poder judicial, y en la nueva Constitución verá reconocida su capitalidad histórica y recibirá otras instituciones de la nación. Pero hasta la presidencia de Evo Morales no se había planteado una exigencia de recuperar las instituciones propias de la capitalidad con la radicalidad actual. Otra operación manipulada por las minorías que se consideran las únicas legitimadas para ejercer el poder.Como indicador de esta voluntad de reconocimiento histórico, la Asamblea constituyente se convocó en Sucre. Desde Santa Cruz y otras zonas opositoras, los comités cívicos, que han suplantado a sus partidos, se movilizaron y miles de sus miembros fueron a Sucre para manifestarse contra los constituyentes. Paralelamente, se radicalizó la demanda de capitalidad plena y las organizaciones gremiales y universitarias se añadieron a los manifestantes opositores llegados de fuera. El resultado es conocido: enfrentamientos entre los opositores y las fuerzas policiales que protegían a los constituyentes. Hubo algunos muertos, pero no hay indicios de que la policía disparara y sí de que hubiera manifestantes armados. El Gobierno evitó que llegaran a Sucre las columnas indígenas que se movilizaron en defensa de la Constitución.Este detalle ayuda a entender el rechazo intolerante de los comités cívicos contra los constituyentes, entre los cuales hay muchos indígenas: los gremios sucreños han hecho campaña y han logrado que en la ciudad no se les permita el acceso ni a los hoteles, ni a los restaurantes, ni a los comercios, ni siquiera a los equipamientos o locales adecuados para reunirse. El racismo originario de Bolivia está aún muy presente.
Opinión
PELIGROS DEL POPULISMO
La Hora de Ecuador (www.lahora.com.ec)
La semana pasada, CORDES y la UDLA organizaron el seminario ‘La Economía del Populismo’, en el que participaron Juan Antonio Morales, ex presidente del Banco Central de Bolivia, y Pablo Secada, economista peruano, quienes hablaron sobre las consecuencias que el irresponsable manejo económico tuvo en sus respectivos países.
Morales explicó que el descalabro económico en Bolivia se produjo durante la gestión de Hernán Siles Zuazo (1982-1985), que siempre mostró desdén por los equilibrios fiscales y monetarios, y dio primacía a las políticas “redistributivas”. Entre las medidas adoptadas por Siles Zuazo, quien al principio de su mandato contaba con un gran apoyo sindical, estuvieron los controles de precios (que generaron escasez y mercados negros), la conversión, por decreto, de contratos en dólares a contratos en pesos (que provocó desconfianza en el sistema financiero y salida de capitales) y, sobre todo, la emisión monetaria para financiar el gasto público.
La principal consecuencia de estas políticas y de las tibias medidas aplicadas para contrarrestar la mala gestión de gobiernos anteriores fue que en 17 meses de hiperinflación los precios aumentaron en 652 veces. En Perú, mientras tanto, según explicó Secada, una crisis muy severa se produjo en el primer gobierno de Alan García (1985-1990), quien, por entonces, desdeñaba las políticas económicas ortodoxas.
Las medidas aplicadas por García incluyeron controles de precios, expansión del gasto fiscal y estatización de la banca. Entre las consecuencias de estas políticas, supuestamente populares, destacan la hiperinflación, la disminución a la mitad de los salarios reales, la reducción del gasto social y el aumento de la pobreza, el desempleo y el subempleo.
En el Ecuador, que de momento tiene la “ventaja” de que no se puede emitir moneda para cubrir déficits, la expansión del gasto público (subsidios, emergencias) y la eliminación de los fondos de ahorro pueden producir graves desequilibrios fiscales. En este sentido, es importante que nuestros gobernantes tomen conciencia de que las políticas adoptadas con el fin de aumentar su popularidad pueden terminar perjudicando a quienes dicen defender.
Escándalo por dinero no declarado
OTRO CASO DE MALETÍN CON DÓLARES DESDE VENEZUELA SACUDE AHORA A BOLIVIA
Militar venezolano habría transportado elevada suma con destinatario desconocido hasta ese país.
El Mercurio de Chile (www.emol.com)
Argentina no habría sido el único destino adonde llegaron valijas con dólares provenientes de Venezuela. En Bolivia estalló, hace pocos días, un escándalo similar. El episodio guarda algunas semejanzas con el que protagonizó, en Buenos Aires, el venezolano Guido Antonini Wilson, cuando intentó ingresar, en agosto pasado, una valija con US$ 800 mil sin declarar.
Según publicó el sábado el diario "El Nuevo Herald" de Miami, en Bolivia se denunció que a un militar, también venezolano, se le encontró un maletín con US$ 872 mil en medio de confusos detalles sobre el destino y el origen del dinero, y la identificación de quien lo portaba.
El hecho ocurrió el día 6 de este mes, según detalló el senador boliviano Walter Guiteras, de la oposición. El legislador declaró que el militar venezolano Luis Michel Klein Ferrer llevaba en su maletín el dinero en efectivo cuando trataba de escapar de ser linchado por enfurecidos pobladores de Riberalta, una ciudad en el norte de Bolivia. Sin embargo, el comandante regional de la policía de esa ciudad, coronel Miguel Ángel Villarroel, sostuvo que Klein no llevaba efectivo, sino un contrato por ese monto suscrito en el marco de un acuerdo de cooperación entre Venezuela y Bolivia. De hecho, Klein no fue detenido.
Las autoridades de Bolivia aseguran, además, que Klein es funcionario de un banco oficial venezolano de desarrollo social, pero documentos judiciales de ese país muestran que, al menos en 2004, Klein era un capitán de los servicios de inteligencia del ejército de Venezuela.
De acuerdo con la versión que dio a "El Nuevo Herald" el director del comité cívico de Riberalta, Mario Aguilera, la gente sospechaba que el avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea de Venezuela, del cual había descendido Klein, trataba de ingresar armamento en Bolivia.
Según la versión del dirigente comunitario, el militar habría bajado del avión, pero no logró regresar porque la aeronave debió salir apresuradamente en medio de los ataques de los pobladores del lugar. Klein fue retenido y entregado a las autoridades.
El dirigente indicó que autoridades de la región explicaron a los manifestantes que la suma que transportaba Klein era una ayuda del gobierno venezolano para una procesadora de almendras ubicada en la zona.
Tres días después del intento de linchamiento, el diario boliviano "La Razón" informó que el maletín que llevaba Klein contenía un documento en el que se asignaba dicho monto a proyectos, pero no dinero en efectivo.El viernes, durante un discurso en la Cuarta Cumbre de Petrocaribe en Cuba, el Mandatario venezolano, Hugo Chávez, condenó el ataque al avión, pero no se refirió al incidente del maletín, según indicó el periódico norteamericano.
RESPALDOEL 48,8% de los argentinos vio "bien" la gestión de Cristina Fernández, en sus primeros días de gobierno, pese al "escándalo del maletín", indicó una encuesta de la consultora OPSM.
OBJETAN QUE UN CORREDOR BIOCEÁNICO EXCLUYA AL PAÍS
La Gaceta de Argentina (www.lagaceta.com.ar)
En su última sesión, la Legislatura resolvió expresar su preocupación por los efectos geopolíticos, geoeconómicos y sociales que producirá en la población argentina, y en especial en el NOA, el acuerdo firmado recientemente entre Brasil, Chile y Bolivia, por el cual se crea un corredor bioceánico entre las ciudades costeras de Arica (Chile), en el océano Pacífico, y Santos (Brasil), sobre el Atlántico. Según el autor de la iniciativa, el laborista Osvaldo Cirnigliaro, el tratado es el certificado de defunción de una integración continental y regional que debía responder a principios de progreso para el conjunto de la sociedad latinoamericana. “Esa carretera que atravesará Bolivia representa una marginación real de la Argentina, la que se reserva un papel secundario, marginal y periférico en la exportación de mercaderías a los mercados del sudeste asiático”, sostuvo.
El opositor recordó que el ex presidente Juan Domingo Perón, al declarar en la Casa Histórica la independencia económica, el 9 de julio de 1947, postulaba una integración sudamericana a partir del eje Argentina - Brasil - Chile. “A 60 años de ese ABC, se impone en los hechos el eje BBC: Bolivia reemplaza a nuestro país”, subrayó.
Cirnigliaro rescató que en 1986, durante la gestión de Fernando Pedro Riera, las 13 provincias del Norte Grande firmaron aquí el acta de San Miguel de Tucumán, que impulsaba construcción de un corredor bioceánico para unir los puertos de Calderas, en Chile, con Paranaguá en Brasil. “Pasaba por Tucumán y privilegiaba el paso cordillerano de San Francisco, en Catamarca”, recordó.
Un 50% de los envíos del sector tiene como destino los países latinoamericanos
CORREDOR BIOCEÁNICO AMPLÍA MERCADOS REGIONALES A PYMES
Representantes de la pequeña y mediana empresa junto a expertos del sector, concuerdan en las indudables ventajas del recién firmado acuerdo entre Brasil, Bolivia y Chile que permitirá ampliar el intercambio comercial en la región y generar una mayor integración.
La Nación de Chile (www.lanacion.cl)
La construcción de un corredor bioceánico entre Brasil, Bolivia y Chile, no sólo tiene contento al sector empresarial de mayor tamaño, sino que también a los representantes de la pequeña y mediana empresa chilena, ya que la implementación de este proyecto a fines de 2009 tiene directa relación con el alto porcentaje de los envíos minoristas a esta parte del mundo.
Más allá de los beneficios del inédito acuerdo para la integración regional y la históricamente truncada relación entre Chile y Bolivia, la firma de este convenio amplía un mercado estratégico para el éxito económico de las empresas de menor tamaño.
Para el Director de la División de Comercio Internacional e Integración de la Cepal, Osvaldo Rosales, este corredor va a significar un mayor flujo de negocios, transporte e inversión asociada entre el Atlántico y el Pacífico, pues considera que "es una posibilidad práctica de avanzar en integración más allá de los discursos".
El experto añade que "sabemos que en el comercio interregional, es decir, cuando Chile vende o le compra a los países vecinos, los principales beneficiados son las pymes. Desde ese punto de vista, es posible que la gestación de ese corredor signifique ganancias, también, en términos de empleo y mejores salarios para quienes trabajen en esa área", señala.
Según la Asociación de Exportadores de Manufactura (Asexma) cerca de un 50% del total de envíos de los últimos años tienen como destino los países latinoamericanos, por lo que la facilitación del intercambio de productos chilenos y extranjeros dará un fuerte impulso a este sector.
Patricia Pérez, presidenta de la entidad, sostiene que "el corredor bioceánico que unirá desde el 2009 a Brasil, Bolivia y Chile se convierte en una alternativa más eficiente de transporte terrestre para las empresas exportadoras, ya que disminuye a la mitad los tiempos de transporte de mercadería, generándose una mayor fluidez tanto para la exportación como para la importación."
Además, para la titular de Asexma, esta iniciativa "amplía las posibilidades de integración comercial entre estos tres países, pues cerca de un 6% de los envíos de manufactura chilenos tienen como destino Brasil y un 3% Bolivia", comenta.
Pymes optimistas
En este contexto, Rafael Cumsille, presidente de la Confederación Nacional de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conapyme) considera que "el corredor es muy importante porque fortalece la integración y abre un mercado tan grande como el de Brasil, de más de 170 millones de habitantes, a los productos chilenos".
No obstante, hace un llamado a instituciones como ProChile, Corfo y BancoEstado, para que apoyen a las empresas pequeñas a beneficiarse con la creación de este pasillo sudamericano. "Sin duda que beneficia a las pymes, porque actualmente la balanza comercial de nuestro sector es negativa, son más los productos que entran que los que salen y esto nos da la oportunidad de salir con nuevos productos", dice Cumsille.
Por su parte, el economista Enrique Goldfard comenta que "es evidente que se está abriendo un camino que va a beneficiar a todas las actividades y, debido al alto porcentaje de intercambio comercial entre las pymes y los países vecinos, es obvio que traiga ventajas al sector. Indudablemente, existe una utilidad para las empresas que van a poder llegar con sus productos, quizás, a mejores precios que los que existen con las vías actuales", precisa.
Los montos involucrados
El acuerdo firmado el pasado 16 de diciembre, contará con aproximadamente cuatro mil 700 kilómetros de carretera y unirá al puerto brasileño de Santos, ubicado en el océano Atlántico, pasará por Bolivia hasta llegar a los puertos de Arica e Iquique.
La inversión chilena será cercana a los 37 millones de dólares para optimizar el tramo de 192 kilómetros que conecta Arica con el pueblo boliviano de Tambo Quemado, más 56,3 millones de la divisa para los 216 kilómetros entre Iquique y Pisiga, Bolivia. En total, una suma cercana a los cien millones de dólares. En tanto, el gobierno de Evo Morales, invertirá 78 millones de la divisa para unir Pisiga y Oruro, y tramitará un préstamo de 260 millones de dólares para construir la vía entre San Matías y Concepción en el departamento de Santa Cruz.
En tanto, Brasil incluirá 132,8 millones de dólares para mejorar dos ramales de 2 mil 525 kilómetros en la frontera con Bolivia.
Se espera que la construcción esté operativa en el último trimestre de 2009.
AMÉRICA LATINA LOGRA AVANCES EN SU INTEGRACIÓN
Diario del Pueblo de China (www.spanish.peopledaily.com.cn)
Los países de América Latina y el Caribe lograron este año avances rumbo a su integración, un proceso al que ha dado fuerte impulso el presidente venezolano Hugo Chávez.
En todos los encuentros regionales efectuados este año, las naciones del subcontinente mostraron como nunca un deseo mayor en procura de su desarrollo, aunque no todas las reuniones concluyeron con resultados tangibles.
La creación del Banco del Sur, impulsado por Chávez, fue el avance más sobresaliente de América Latina en sus esfuerzos de integración y desarrollo.
La mandataria de Argentina y los presidentes de Brasil, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela suscribieron el 9 de diciembre el acta fundacional del Banco del Sur en Buenos Aires.
Chávez dijo que la banca regional contribuirá a la independencia de Sudamérica pues desplazará de manera gradual los préstamos caros del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
El Banco del Sur, que tendrá su sede en Caracas, financiará con créditos baratos proyectos industriales y energéticos en la región, pero con visión social.
Colombia --aliado de Estados Unidos-- había solicitado su adhesión al proyecto, pero finalmente no se desistió con el argumento de que necesitaba tiempo para analizarlo.
Otro de los avances durante el año, fue la firma de un acuerdo entre Brasil, Bolivia y Chile, el 16 de diciembre, para impulsar el establecimiento de corredor de 5.900 kilómetros entre los océanos Pacífico y Atlántico. La vía, que entrará en funcionamiento en 2009, garantizará la integración física así como el comercio regional y exterior de los tres países.
El corredor conectará Puerto de Santos y Matogroso (en Brasil), con Santa Cruz, Cochabamba, Oruro y La Paz (en Bolivia), y Arica e Iquique (en Chile).
Durante la firma del convenio, la presidenta chilena Michelle Bachelet dijo que el proyecto tiene gran trascendencia para la integración de América del Sur, al tiempo que potenciará el turismo y el comercio en la zona.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva declaró que el corredor es "clave" para el futuro de Sudamérica y aseguró que la región ocupará "el lugar que merece si está fuerte, unida e integrada". En otro esfuerzo de integración, los mandatarios o sus representantes de 16 países asistieron el 21 de diciembre a la IV Cumbre de Petrocaribe, en la ciudad cubana de Cienfuegos.
Chávez dijo que Petrocaribe hace posible un intercambio "favorable, equitativo y justo" entre los países integrantes, a los que se sumó Honduras como el socio 17 durante la reunión.
Petrocaribe, impulsada por Chávez, surgió en 2005 como una alianza para la seguridad energética de la región. Chávez aseguro que Petrocaribe es un mecanismo integrador, unificador y liberador, que permitirá a los países chicos superar las asimetrías y acceder a los recursos energéticos. La clausura del encuentro coincidió con la reactivación de la refinería de petróleo "Camilo Cienfuegos", la cual estuvo parada 12 años, en Cuba.
Las empresas estatales Cupet (de Cuba) y PDVSA (de Venezuela) remozaron la refinería, la cual procesará en una etapa inicial 65.000 barriles diarios de petróleo que se elvarán a 100.000 en los próximos años. Otra de las reuniones clave durante el presente año fue la cumbre semestral del Mercado Común del Sur (Mercosur), efectuada el 17 y 18 de diciembre en Asunción, Paraguay.
La cumbre concluyó como de costumbre, con un llamado a superar las asimetrías entre los países grandes y pequeños del bloque, y a apurar el ingreso de Venezuela como socio pleno.
Chávez dijo que "del destino del Mercosur depende el destino de Sudamérica", y ofreció la aportación de su país, el quinto mayor productor mundial de petróleo y el mayor exportador de América Latina.
Venezuela quiere convertirse en el quinto miembro del Mercosur, junto a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, pero los congresos paraguayo y brasileño no han ratificado la adhesión.
El presidente venezolano dijo que Venezuela va a terminar 2007 con una cifra aproximada de 55.000 a 60.000 millones de dólares en importaciones, que "vienen del norte y nosotros queremos que vengan del sur". Al término de la reunión, los mandatarios reconocieron el esfuerzo para eliminar el doble cobro del arancel externo común, subrayaron el apoyo a las pequeñas y medianas empresas e instaron a la creación de un fondo para su desarrollo.
LA MIRADA DEL PERIODISTA MIGRANTE EDWIN PÉREZ UBERHUAGA
BOLIVIANOS EN EL EXTERIOR
Diario de Madryn España (www.diariodemadryn.com)
Si existe un tema aún no profundizado con absoluta seriedad y debatido públicamente ese es el de las migraciones bolivianas en nuestra ciudad y en la provincia. De allí que resultara tremendamente esclarecedora una entrevista a un periodista migrante boliviano, Edwin Pérez Uberhuaga, director de la Revista “Raíz Bolivia” y "Migrante" (España) realizada por el Gerente General del IBCE (Instituto Boliviano de Comercio Exterior), licenciado Gary Antonio Rodríguez, nada menos que sobre su experiencia en un continente como Europa, analizando la migración, vinculada desde el punto de vista económico, al tema del empleo o desempleo, de las remesas de dinero enviadas, al rol del periodismo y a la revisión de la actitud de un pueblo que no está bien.
Uberhuaga visitó en noviembre la ciudad de Santa Cruz, en Bolivia, en el marco de tres foros patrocinados por el IBCE, la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (CAINCO), y otras instituciones y empresas que permitieron los eventos.
¿Qué significa ser migrante en España, en Europa y también en otros lugares?, se le preguntó entonces a Edwin Uberhuaga.
EP: Ser migrante implica estar en un lugar que no es el propio, lo que ya significa un trauma, una transformación a veces preocupante. Por otro lado, es estar en una cultura diferente, que uno en algunos casos la puede acoger, la puede asimilar, pero en otros casos puede ser causa de problemas y desequilibrios. Estamos en un mercado de competencia laboral muy grande donde las capacidades y potencialidades de cada uno tienen que igualarse o superar a otros, de otras nacionalidades. Estamos en una división familiar, sobre todo en estos tiempos cuando viaje primero el hombre o viaje primero la mujer, en ambos casos deja su hogar, a su pareja y a sus hijos.
¿Cuál es la principal razón por la cual los migrantes existen, particularmente los migrantes bolivianos? ¿Cuál es la razón principal de expulsión o atracción que ocasiona este fenómeno?
EP: Una de las coincidencias que hubo en estos Foros es que, “hay una falta de esperanza en el país” en lo que puede pasar luego del advenimiento de un nuevo Gobierno que implicaba muchos cambios y que podía dar alguna posibilidad de bonanza. Eso realmente está carcomiendo las estructuras de la sociedad porque otro de los elementos que se ha notado es que muchos de los que han abandonado Bolivia en su momento tenían un trabajo más o menos estable, tenían un ingreso más o menos estable, por lo tanto no se habla de una “fuga de desesperados” sino que ha habido gente que ha preferido trabajar en otros lados, dejar su energía en otros lados, con la idea de que podría recibir un poco más de dinero; en algunos casos lo están logrando, y en otros no, y esa aventura que iba en favor de ir en pos del paraíso europeo en algunos casos se ha convertido en una pesadilla y en un infierno.
Habiendo retornado a Bolivia después de 2 años ¿Cómo encuentras al país, más allá de lo que pueda ser el fenómeno de la migración en tu contacto con más de 100 instituciones de los sectores público y privado, con organismos internacionales, y organizaciones sociales de base?
EP: Si, a nivel institucional también hay un problema de desgaste, porque evidentemente se planifican alternativas de desarrollo económico, se aplican determinadas medidas desde la perspectiva gubernamental, pero no tienen el impacto ni la solución que eso implica. Entonces, realmente he notado cierta preocupación y cierto roce muy duro en cuanto a los temas que están calientes: la Constituyente, el regionalismo, la postergación, la segregación de varios sectores, el tema de la discriminación que se mantiene latente, y yo hacia notar que es paradójico que los bolivianos que estamos afuera vamos a pedir y exigir un trato igualitario en cuanto al respeto de nuestro derechos, pero todavía dentro del país estamos con muchos problemas que venimos arrastrando y que parecen no tener solución.
Entonces, he notado esa preocupación, he notado pobreza en las calles, he notado que no hay un cambio absolutamente radical, que es lo que se proponía a nivel de las autoridades y es un proceso lento, pero que es todavía doloroso y que no se traduce en que el bolsillo del ciudadano tenga mayores ingresos. Tenemos -por un lado- el tema del gas, el tema energético que implica algunos ingresos; tenemos la gran inyección de los 1.000 millones de dólares anuales de las remesas, pero eso todavía está en una especie de “hipnosis” o en una especie de cosas que no están todavía claras ni contundentemente definidas.Mil millones de dólares en remesas para una economía como la boliviana, con un Producto Interno Bruto apenas por encima de los 10.000 millones de dólares; 1.000 millones de dólares en remesas frente a 4.000 millones de exportaciones, es mucho dinero… ¿Qué hay detrás de esos 1.000 millones de dólares? ¿Cuánto esfuerzo, cuántos dramas humanos? En uno de los Foros se decía que económicamente podría ser bueno que Bolivia reciba semejante cantidad de dinero, pero socialmente no se justificaba. ¿Cuál es tu visión respecto a esto?
EP: Bueno detrás de cada Euro, de cada Dólar que llega a Bolivia, hay que entender que no solamente se trata de dinero que llega casi de manera automática. No hay que ver al migrante como una máquina de dinero, sino que es un ser humano que tiene muchas dificultades, que a veces no tiene trabajo, pero igual tiene que cumplir con la cuota mensual de vida dentro del país donde está y el envío de las remesas. Por lo tanto, ver que hay muchos dramas: el fenómeno de la “cama caliente”, por ejemplo, que es un cuarto con un colchón que se alquila para varias personas que durante un día se van turnando, de día y de noche, para dormir en función de sus horarios de trabajo. Estamos hablando del hacinamiento de 8 ó 10 personas en una habitación; estamos hablando de la promiscuidad que eso implica; estamos hablando de abusos que se cometen por parte de bolivianos, latinoamericanos y europeos; inclusive instituciones como la policía de algunos países, en vez de ser un elemento de protección de los migrantes, son un factor de extorsión; estamos hablando de un crecimiento alarmante de los niveles de aborto protagonizado por mujeres solteras, casadas o viudas que tienen una vida sexual no adecuadamente educada, por lo tanto se exponen a varios riesgos y por supuesto son elementos que afectan a los niños, ya sea dentro de Bolivia o fuera de ella, encuentran que la vida y la actitud de sus padres lamentablemente ha cambiado, por la presión social que hay alrededor de esas personas.
Luego de participar los 3 foros y a punto de partir ¿Cuál sería el resumen que harías de forma sucinta, para ayudar a nuestros compatriotas a funcionalizar este fenómeno de la migración?
EP: El gran éxito para todos los bolivianos ha sido poner la migración en el tapete de discusión, un tema que era un poco olvidado porque algunas autoridades de anteriores Gobiernos decían que “había que preocuparse por los que están adentro, ya que los que están afuera están bien” y hemos venido a demostrar que no hay tanta bonanza afuera. Ese es un éxito de todos. El otro aporte importante es que la empresa privada, el Gobierno y la sociedad civil, hemos dado los primeros pasos para generar una política migratoria que permita precisamente establecer qué va a pasar con los flujos migratorios, en el tema de las remesas, en el tema social: qué hay detrás de cada Dólar y Euro que recibe Bolivia. Está también, una alianza estratégica que se ha planteado para que se puedan unir todos los sectores en procura de aportar en la solución de los problemas sociales que tienen que ver con las familias divididas, los hijos abandonados, los índices delincuenciales de hijos de migrantes que están portándose mal; el tema de los divorcios, de las enfermedades que se van generando; cómo está perdiendo el país recursos humanos tan importantes, una “fuga de cerebros” una “fuga de mano de obra” permanente y sostenida.
También, el generar una plataforma de discusión y diálogo sobre la problemática migratoria para plantear soluciones en el campo político, en el campo económico y en el campo social, teniendo en cuenta que Bolivia como Estado debe negociar con dignidad y con altura con otros países para proteger a los migrantes.
CHACHO ALVAREZ ANALIZA EL MERCOSUR, COLOMBIA Y LA RELACION CON WASHINGTON EN UN MOMENTO CRITICO
“CUANDO EE.UU. MIRA LA REGIÓN, NO LA MIRA EN TÉRMINOS POSITIVOS”
Dedicado en pleno a las relaciones exteriores, esta semana fue reelecto en Montevideo como titular de la Comisión de Representantes del Mercosur. Contento, habla del rol de Néstor Kirchner en la construcción continental, analiza el enfrentamiento con Estados Unidos en términos globales y explica por qué hay tantas cosas que los irritan, pero son positivas.
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
Habrá que acostumbrarse no más a que Carlos “Chacho” Alvarez esté dedicado casi en exclusividad a las relaciones exteriores. El martes pasado en la cumbre de Montevideo fue reelecto por los presidentes del bloque como titular de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur por un período de un año, que se agregará a los dos que ya lleva en el cargo. “Es una extensión de la confianza. Mi gestión estuvo atravesada por el conflicto de las plantas entre Uruguay y Argentina y por toda la discusión en Uruguay de la conveniencia de la firma de un TLC con Estados Unidos. La ratificación de los presidentes tiene ese valor adicional porque no fue una etapa tranquila”, evalúa. Con todo, sería absurdo pensar en un Chacho Alvarez ajeno por completo a la política nacional. De eso habla en esta entrevista, también de la situación de la región y del rol que vislumbra para Néstor Kirchner –más de uno, en verdad– para el futuro inmediato.
–¿Encontró su vocación en la política internacional?
–Lo venía trabajando desde mi centro de estudios. Cuando lo armamos evaluamos que nuestro momento en la política nacional había pasado, que había un gobierno con el que se compartía mucho lo que estaba haciendo y que nosotros teníamos que aprovechar las relaciones que teníamos en la región, sobre todo con el mundo progresista. Después surgió esto del Mercosur que calzaba justo con lo que veníamos trabajando. Es importante también que los países construyan una dirigencia que ponga su capacidad y su esfuerzo en pensar los temas regionales. Hoy lo regional es parte de lo nacional, no hay tanta división.
–¿Y en la política nacional propiamente dicha no piensa más?
–Pienso pero no actúo. Pienso que sería bueno que uno se pudiera referenciar en una fuerza política que hoy no hay. Lo que se está imponiendo es que se construya una fuerza en la línea de la Concertación Plural. Es muy difícil pensar en una fuerza política donde, por ejemplo, los peronistas se desafilien y se afilien a esta nueva fuerza, sino que tiene que dar cuenta de la realidad que existe en la Argentina con la mayor vocación renovadora. Se tendría que institucionalizar una suerte de peronismo renovado, se tendría que institucionalizar también el radicalismo K compartiendo un proyecto con un peronismo distinto. De hecho, han surgido nuevos liderazgos en el peronismo. En la provincia de Buenos Aires ha habido transformaciones y dirigentes interesantes que han ganado y permiten ser optimistas en cuanto a la renovación. Y luego tendría que nuclearse la tradición de centroizquierda, que en la Argentina tiene un 15 o 20 por ciento de representatividad a nivel nacional. Creo que ya se puede hablar de una tradición de centroizquierda. Está el socialismo, todos los compañeros que militaron en el Frepaso, más los nuevos emergentes como el caso de Hermes Binner, Fabiana Ríos, Martín Sabbatella, el caso de Luis Juez, que hay que recuperarlo. En algunos de esos sectores no va a haber una adscripción al kirchnerismo como puede haber en el peronismo renovado, pero me parece que hay que ser mucho más flexible y abierto. Hay que poder convivir con sectores que tengan mayor distancia, ahí está el germen de una construcción que tiene que ver con una concertación o una coalición política. Desde hace tiempo en la Argentina hay coaliciones. El fracaso de la Alianza no inhabilita la idea de coalición. Brasil es una coalición, porque el PT solo no alcanza y siempre tiene que terminar haciendo coaliciones. Cuanto menos aliados tenés con coincidencias ideológicas más difícil es la gobernabilidad de esa coalición. Hay que insistir con la coalición y darle institucionalidad. Sería bueno que Kirchner fuera presidente de una Concertación Plural, que se pudiera reunir, acompañar la política de la Presidenta. Tener una herramienta política que nos saque de esta anomia partidaria. Y la construcción de esa concertación también puede que ayude indirectamente a aclarar las aguas en el campo de la oposición.
–Pero estos dirigentes que usted nombró como Binner, Ríos o Sabbatella pueden mostrarse afines ideológicamente al oficialismo, pero marcan diferencias con, por ejemplo, algunos gobernadores o varios intendentes del conurbano.
–Es el proceso de lucha de lo nuevo y lo viejo. Lo nuevo no se puede inventar. El Barba Gutiérrez es un militante de muchos años que ahora ganó en Quilmes, lo mismo que el nuevo intendente de Lanús. Se armaron las colectoras que fueron una herramienta para pelear, pero no se trataba de tirar lo viejo por la ventana. Lo viejo no se puede tirar por la ventana, en un proceso hay cosas mezcladas. En ese proceso, ¿uno ve voluntad de transformación y cambio o no? Sí, se ve. Y de hecho han surgido cosas interesantes. Y bueno, hay que empujar. A mayor institucionalidad, más se puede empujar. Si hubiese una Concertación Plural donde sectores de centroizquierda pueden visualizar un espacio de referencia, que tiene una agenda que comparte con el Gobierno y también temas propios, mejoraría mucho el funcionamiento institucional de la Argentina.
–¿Se ve jugando algún rol en esa Concertación?
–Por supuesto ayudando a que ese acuerdo se pueda construir. A veces hay cierta mirada reduccionista y se entiende que hacer política es estar en las coyunturas electorales. Pero hay formas de estar en la política que no es ser candidato. De esa forma sí, como que hay un diálogo permanente con todos esos sectores. Hacemos cosas juntos, tenemos encuentros. Todos están queriendo construir una referencia colectiva. Lo que pasa es que cómo hace el centroizquierda para salir de la tradición personalista. Se critica mucho la tradición personalista, pero hay que reconocer que cuesta mucho armar un colectivo. Sobre todo en una etapa donde el personalismo, frente al decaimiento de las ideologías y de los partidos de masas, tiene un rol fuerte. Si no, veamos a Nicolas Sarkozy en Francia, a Putin en Rusia o incluso los Kirchner en la Argentina. También la relación de Lula con el PT. ¿Cómo se reconfigura esa construcción política? Con más tolerancia y capacidad de unir los matices. Va a ser importante ver cuántas señales dan Cristina y Néstor Kirchner de institucionalizar una fuerza política.
–En estos dos años de su mandato, el Mercosur vivió dos realidades paralelas: la economía de los países anduvo bien, pero hubo varios problemas políticos entre ellos.
–En lo económico no se pudo todavía poner al Mercosur a la altura de este cambio de época. Lamentablemente, por distintas cuestiones, entre ellas los conflictos bilaterales, no se avanzó lo que se puede avanzar, poniendo la integración al día respecto a los discursos de los presidentes. Y digo los discursos de los presidentes de la Cumbre de Córdoba, que fue un poco simbólica en cuanto a sellar ese pasaje del regionalismo abierto de la década de los noventa, a los modelos de integración postliberales. Se ha dicho que el Mercosur de los noventa estuvo determinado por lo comercial, y como en lo comercial competimos, muchas veces es tema de controversia. Los países solamente miran la integración a partir de su balanza: mientras más vendo el Mercosur anda bien, vendo menos el Mercosur va mal. Es una mirada sesgada, reduccionista. No se pasó a un estadio superior, que es avanzar en las dimensiones no comerciales de la integración. En eso se puso énfasis en mi presidencia.
–Debe ser el momento para avanzar hacia ese “estadio superior”, porque difícil que se repita esta coyuntura donde los presidentes muestran tanta afinidad ideológica.
–Es difícil que se dé esta constelación de signos positivos. La primera, la voluntad política. Luego, el crecimiento del conjunto de los países durante cinco años, un hecho inédito. Y una geografía comercial que cambia a favor de lo que producimos, sobre todo alimentos. A eso le agregaría dos cosas muy relevantes: la autonomía respecto de los organismos multilaterales de crédito y que estamos en una región con equilibrio geopolítico y geoestratégico. Hay conflictos pero son todos gobernables. Es una región que está fuera de la agenda caliente internacional y con Estados Unidos distraído en el Cercano Oriente, eso genera condiciones para avanzar.
–¿Está realmente distraído Estados Unidos? Por lo que se dijo en la Cumbre de Montevideo, al menos en el discurso de Cristina Fernández, Estados Unidos quiere colocar obstáculos en la relación entre vecinos. ¿Usted coincide?
–Es evidente que América latina no estuvo en el radar de Estados Unidos. Tampoco estuvo en el radar de Europa, que estuvo más centrada en Europa oriental y en resolver sus propios problemas institucionales. Es cierto que cuando Estados Unidos mira la región, no la mira en términos positivos. No comparte el tipo de acuerdo de integración que están planteando los países y sobre todo no comparte que se integre también Venezuela. A ellos les gustaría más la idea de subordinación a sus políticas a través del ALCA. Fracasado esto, pasa a intentar fragmentar la región a través de los “mini ALCA”. Los Tratados de Libre Comercio (TLC) que logran hacer en la Comunidad Andina, donde Perú ya lo firmó, Colombia lo está intentando y Bolivia y Ecuador se oponen. Ahí ya crearon una brecha. Evidentemente lo intentan con el Mercosur. A eso hay que sumarle la incomprensión de Estados Unidos de los procesos como el de Venezuela, el de Bolivia y el de Ecuador, que intentan refundar la relación entre los Estados y las sociedades a partir de crisis estructurales. Ahí es totalmente sustentable, si miramos con profundidad, la posición del gobierno argentino, que ve más allá de lo que pasó, que con el episodio de Antonini Wilson se intenta implantar una política que perjudique la relación de Venezuela y Argentina.
–En el gobierno argentino también enumeran otros episodios que pueden haber molestado a Estados Unidos como el lanzamiento del Banco del Sur y las gestiones realizadas para que se libere a los rehenes de las FARC, presionando al presidente de Colombia, Alvaro Uribe. ¿Cree que esos temas influyeron?
–La decisión del gobierno colombiano de excluir de la mediación al presidente Chávez, es incomprensible. Ahí Estados Unidos ve que se le está dando una vidriera muy importante a Chávez y decide suspender esa mediación. Hubo un arrepentimiento de la presidencia colombiana de haberle dado tanto margen de acción a Chávez y ahora que las FARC estén devolviendo tres rehenes a Venezuela es la contrarréplica a ese desacierto. Ese tema también puede haber jugado un rol porque sabemos que la alianza entre Estados Unidos y Colombia es muy fuerte.
–¿Y el Banco del Sur?
–Por supuesto que constituir un instrumento financiero propio, adecuado a las prioridades que pongan nuestros países, tampoco es bien visto por Estados Unidos. Ellos piensan que es suficiente con el BID, sobre el que tienen un control importante. Ese proyecto de una Sudamérica con mucha más autonomía, seguramente a Estados Unidos no le gusta.
–¿Podría hablar de diferentes etapas en estos dos años que lleva en el Mercosur? Por ejemplo, hace un tiempo se hablaba de una pelea por el liderazgo entre Lula y Chávez, también Kirchner tuvo sus épocas con Lula...
–Ese es un tema central. Siempre dije que el ex presidente Kirchner tenía dos grandes tareas. Una, ayudar a que se reconfigure un sistema político distinto en la Argentina. Y la otra, hacerle jugar al país un protagonismo más fuerte en la política regional. Porque Kirchner es el primer presidente que sale exitoso en nuestro país y conserva una parte importante del poder. Y es un interlocutor extraordinariamente válido con Lula, Chávez, Evo Morales, Correa. Entonces, en eso que estaba enunciado en su pregunta como problemático –tensiones acerca de qué concepción lidera la integración, porque tienen que convivir dos concepciones, una que podríamos llamar más socialdemócrata de izquierda y otra más movimientista nacional revolucionaria– Argentina y Kirchner pueden jugar un rol. Sería muy importante que la profundización de la integración en el Mercosur se convierta en el núcleo duro de la Comunidad Sudamericana de Naciones, la Unasur. En la Unasur, Kirchner podría jugar un rol protagónico.
–¿Ser el presidente de la Unasur?
–Si la Unasur se constituye como un organismo importante y trabaja en serio los temas de la unidad energética, de la infraestructura, vitales para constituir una región integrada, para mí sería muy buena la presencia de Kirchner en ese organismo.
–¿La situación de Bolivia es el conflicto más grave que hoy atraviesa la región?
–Bolivia es una pieza fundamental en la región. Tenemos que trabajar mucho para afianzar la democracia boliviana. La situación es parecida a lo de Venezuela. ¿Cómo se pueden desarrollar transformaciones radicales y profundas sin perder el orden democrático? Son sociedades muy antagónicas que tienen que reconocer un orden común. En eso confío mucho en la capacidad de Evo Morales, en su intuición y en su historia de sindicalista para analizar los tiempos. Porque se trata de imponer una hegemonía democrática pero reconociendo al otro.
–Se le adjudica a Cristina Fernández una mayor inclinación a atender los asuntos de la política exterior, ¿eso puede cambiar de alguna manera la situación del Mercosur?
–Siempre discutí esa idea de que el gobierno de Kirchner no tuvo política exterior. El tema fue que dominó la necesidad de recuperación nacional, pero sobre eso estableció una agenda de prioridades en materia exterior. Y se consiguieron cosas importantes porque hasta este incidente (se refiere al caso Antonini), Kirchner había llevado muy bien la relación con Estados Unidos y con Chávez haciendo valer el interés nacional e incluso el regional, como en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata. Hubo una buena relación con Estados Unidos pero siempre aclarando que acá había un gobierno autónomo y que ese gobierno elegía a sus socios. En Europa tuvo una relación muy buena con España. Hubo una muy buena relación con todos los países de Sudamérica, también con México. No creo que no hubo una política exterior. Ahora hay una nueva etapa con un país más normalizado, en una fase diferente y superior, donde por supuesto que la política exterior tiene que ser más sofisticada.
RICARDO SOBERON GARRIDO, EXPERTO EN GEOPOLITICA REGIONAL DEL NARCOTRAFICO
“LA GUERRA CONTRA LAS DROGAS HA FRACASADO”
No hay un modelo global para la lucha contra el narcotráfico, cada país debe buscar su propia respuesta, dice este sociólogo peruano, analista internacional en asuntos de drogas y seguridad. En esta entrevista, se pronuncia a favor de “un proceso progresivo” para modificar los paradigmas de la penalización.
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
Ricardo Soberón Garrido es un reconocido analista internacional en asuntos de drogas y seguridad. Profesor de la Universidad de Lima, este peruano experto en geopolítica regional del narcotráfico explica en detalle por qué está convencido de que la actual política represiva contra el comercio ilegal de estupefacientes es un verdadero fracaso. “Nuestras democracias y nuestras instituciones, además, se han deteriorado como consecuencia de esta política represiva. La pregunta es qué va a pasar cuando nos empiece a afectar a los que vivimos en las ciudades y observemos que estos sectores vinculados al narcotráfico comienzan a apropiarse de los espacios públicos de una manera no controlada”, advierte en una entrevista con Página/12, durante una visita a Buenos Aires. “No hay un problema mundial de drogas: hay problemas nacionales que deben ser respondidos en términos nacionales porque uno de los trucos sobre los cuales se ha basado el sistema internacional ha sido hacernos pensar que el problema es global, que la respuesta es global, y que nadie puede poner en tela de juicio ese paradigma internacional”, agrega el especialista. Consultado sobre el enfrentamiento entre narcos de origen peruano en el Bajo Flores, Soberón Garrido no duda: “Son resultados evidentes y eficientes del libre comercio de bienes y de servicios que promueve el Consenso de Washington y el modelo neoliberal. En este caso ha sido aprovechado por connacionales míos que han visto una ventana de oportunidades para insertarse en un mercado altamente rentable como el argentino. (Han descubierto) que en esta ciudad hay mucha población con capacidad de poder desarrollar conductas adictivas alrededor de una u otra sustancia”.
Soberón Garrido vino a la Argentina invitado por la Asociación Civil Intercambios, una ONG que desde hace 12 años trabaja para el estudio y la atención de los problemas relacionados con las drogas.
–¿Por qué sostiene que fracasó la política represiva para combatir el narcotráfico?
–El dato de la realidad más evidente es que en el caso de la cocaína en el país mayor consumidor del mundo, que es Estados Unidos, no se aumentó el precio, que era el objetivo fundamental. Todo lo contrario, se ha hecho cada vez más accesible a la población. Un kilo de cocaína se mantiene en un rango de unos 50 mil dólares en el estado de Florida: mientras antes un gramo de cocaína se podía encontrar a 40 o 50 dólares, ahora se puede obtener a 20 o 30 dólares. Ese es un primer factor que indica que los 20 años de interdicción no lograron afectar el precio sino que lo bajaron. En segundo lugar, de acuerdo con el National Institute of Drug Abuse de Estados Unidos, la calidad de la cocaína ha aumentado. Es decir, lejos de convencer a los usuarios de que deben dejarla porque por su calidad es perjudicial para la salud, ha mostrado que los niveles de pureza son mayores. Y en tercer lugar, a pesar de los enormes esfuerzos financieros, la cocaína está más disponible para la gente en términos de cantidad: hoy los riesgos que corre una persona para conseguir su gramo de cocaína son menores que antes.
–¿En Estados Unidos o en cualquier lugar?
–Hablamos del principal país consumidor, pero lo que ocurre en términos genéricos en Estados Unidos también ocurre en cualquiera de nuestras ciudades. Le puedo hablar de Lima, donde un gramo de cocaína costaba 25 a 30 soles y hoy cuesta 10 a 15 soles. Y estoy seguro de que vamos a encontrar esa misma situación en otras ciudades. Por tanto, el principal indicador de resultados nos demuestra que la política represiva contra el narcotráfico ha fracasado. Si eso lo llevamos al tema de los daños colaterales que las políticas han tenido, vamos a ver que nuestras democracias y nuestras instituciones se han deteriorado como consecuencia de esta política represiva. Pensemos en la corrupción que involucra. Además, la guerra contra las drogas tal como la pensó el señor Nixon en su momento en los años ’72 y ’73 y tal como la piensa el señor Bush, está siendo absolutamente funcional a todos aquellos intereses que desde el Departamento de Estado o el Departamento de Defensa de Estados Unidos se tienen para seguir la guerra contra las drogas en la región andina amazónica. Algunos ejemplos: instrumentos muy puntuales como el Plan Colombia I, Plan Colombia II, Plan Puebla Panamá, Plan México, Iniciativa Regional Andina y otros instrumentos de política internacional. Ninguno de ellos ha logrado reducir la calidad, la disponibilidad y la cantidad de droga, y aumentar el precio de la cocaína. Eso lo señalan los organismos legítimamente considerados para poder hablar de este tema. Veinte años de aplicación de estos instrumentos y sí han conseguido otras cosas. Por ejemplo: han podido lograr la conformación de una liga de seguridad militar alrededor de Colombia a propósito del conflicto armado en ese país; han logrado reconstruir el tema de las amenazas a la seguridad hemisférica para pasar del problema puntual y concreto que significaban las FARC, Sendero Luminoso o cualquier movimiento irregular, subversivo o terrorista, como quieran llamarle, para poder incorporar nuevas amenazas que van más allá del narcotráfico: nacionalismos, movimientos indigenistas, movimientos radicales, están incorporados dentro de las nuevas visiones y programas de reforzamiento de la seguridad hemisférica, particularmente muchos de nuestros ejércitos y organismos de seguridad trabajan con esos esquemas, y en ese sentido la guerra contra las drogas ha sido sumamente incierta. El problema está en que los que hacen las políticas nos pretenden hacer pensar que el giro que planteamos es necesariamente la legalización o la liberalización de las drogas.
–¿Y hacia dónde debe ir el giro?
–Hacia permitir que los países adopten sus propias prioridades. Allí donde deban aumentar los precios, aumentarán los precios; allí donde deban reprimir selectivamente, reprimirán selectivamente; allí donde deban liberalizar el consumo y penalizar alguna droga, que lo hagan. No hay un problema mundial de drogas: hay problemas nacionales que deben ser respondidos en términos nacionales porque uno de los trucos sobre los cuales se ha basado el sistema internacional ha sido hacernos pensar que el problema es global, que la respuesta es global, y que nadie puede poner en tela de juicio ese paradigma internacional.
–¿Por qué desde los organismos internacionales no se reconoce que esta política ha fracasado o al menos no ha dado los resultados esperados?
–El lenguaje de la diplomacia es muy sutil para poder decir las cosas y obviamente Naciones Unidas y muchas de sus instancias dependen de la cooperación internacional, particularmente de los Estados Unidos. Es el caso de la OMS, de la Unesco, de varias organizaciones. Si sus funcionarios no reproducen ese discurso corren serio peligro de ver cortados sus presupuestos.
–¿A quién le interesa mantener este esquema represivo?
–Fundamentalmente a sectores del aparato empresarial y militar de los Estados Unidos. En el terreno empresarial obviamente los laboratorios farmacéuticos internacionales que pretenden seguir manteniendo el monopolio del control de las situaciones de neurosis, de psicosis, de distinto tipo de patologías a partir de sus propios medicamentos y no permitir que la gente tenga salidas más naturales. En el terreno militar estamos evidenciando un proceso de privatización de la guerra, particularmente en América latina. Organizaciones y agencias de seguridad y de orden público del aparato tecnológico militar de Estados Unidos están interesadas en alimentar a las fuerzas armadas y policiales de nuestros países, y a sus servicios de inteligencia para poder encomendarles nuevas misiones, entre otras, el control del narcotráfico, el seguimiento y monitoreo de vuelos sospechosos, de embarcaciones sospechosas, la devolución de migrantes, etc. Hay también otros actores ideológicamente interesados, en algunos casos podemos hablar de sectores de la Iglesia Católica, muy conservadores, que son incapaces de aceptar fórmulas muy individuales de alteración de la conciencia. También del partido conservador norteamericano y de movimientos de apoyo a esas posiciones que hacen lobby dentro del Congreso.
–¿Cómo analiza los vínculos entre el narcotráfico y el terrorismo en Latinoamérica?
–Al compartir enemigos, escenarios geográficos, target sociales, ambos fenómenos adoptan decisiones compartidas para poder usufructuar mutuamente de ciertos beneficios. Eso pasó en Perú, en Colombia, en los Balcanes y en Medio Oriente. Pero no puede llevar a la terrible confusión de asemejar a dos fenómenos que tienen causalidades completamente distintas: una, el narcotráfico, un terreno estrictamente capitalista de oferta y demanda; otro, el terrorismo, obedece a criterios distintos de entendimiento del mundo. Ese es un terrible error de distorsión. Sin duda es otro elemento que ha sido funcional por parte de esta guerra contra las drogas, es que por primera vez se logró el consenso internacional para armonizar la ecuación: narcotráfico igual a terrorismo. Porque eso no es nuevo ni es solamente posterior al 11 de septiembre de 2001. Los intentos por tratar de vincular narcotráfico con terrorismo vienen de la década del ’70 y, sin embargo, había mucha resistencia de carácter académico, político, operativo, para poder hacer este equilibrio. Hoy por hoy, drogas es igual a terrorismo a todo nivel. Imagínese que la oficina más importante de Naciones Unidas era el Programa de las Naciones Unidas para la Fiscalización Internacional de Drogas” (Undcp, por su sigla en inglés) y ahora es la Oficina de Drogas y Crimen de las Naciones Unidas, donde la palabra “crimen” se refiere fundamentalmente a delitos sobre drogas y delitos por terrorismo. Y más allá de eso, en las calles hoy por hoy se empiezan a criminalizar conductas sociales que tienen que ver con reacciones críticas frente a las políticas de drogas. Por lo menos en mi país, se aprobó un proyecto por el cual cualquier oposición social a las acciones de erradicación compulsiva de hoja de coca son criminalizables con penas de entre 8 y 12 años. Obviamente no podemos caer en la ingenuidad de decir que no hay situaciones de alianza y relaciones. Y de hecho, de eso se trata, de tener la habilidad como gobernantes para poder dictar políticas sensatas para poder abordar esa convergencia entre el narcotráfico y lo que corresponda al terrorismo. El punto de vista fundamental es señalar que son dos fenómenos social y económicamente totalmente distintos. El tráfico de drogas es un fenómeno que responde a una lógica empresarial como cualquier otra, a nivel local, regional, hemisférico, global. El narcotraficante va a aprovechar de la mejor manera posible los mecanismos de integración, las zonas francas, las redes hidroviales, y cualquier otro instrumento que esté diseñado para promover el comercio regional. Mas aún, la Comunidad Andina puede fracasar, el Mercosur puede fracasar, las relaciones entre ambas institucionalidades pueden fracasar, pero el narcotráfico ha sabido responder de la mejor manera posible en ese escenario. Por que si no qué explica, entre otros factores, a partir de 2000 este boom de la aparición y presencia de la pasta base de cocaína y del clorohidrato de cocaína en las ciudades como Buenos Aires, Río y San Pablo, procedentes de Bolivia o de Perú. El narcotráfico, en ese contexto, ha sabido responder comercialmente. Acabo de estar en la triple frontera entre Brasil, Perú y Colombia. El río Amazonas es un eje fluvial fundamental para la salida de la cocaína para Manaos y Belem do Pará. Y de retorno, esas mismas embarcaciones traen las armas y los precursores para las FARC y los grupos de traficantes, y esto es sostenido por gente de la policía federal brasileña.
–¿Han cambiado las estructuras de los carteles de la droga?
–Sí, observamos un cambio en las estructuras criminales que no se había visto con anterioridad. Antes estábamos acostumbrados a los carteles colombianos, Medellín, Cali, los carteles mexicanos, Golfo, Juárez, Sonora, etc., las yacuzas, las tríadas, es decir, compuestos piramidales ocultos claramente identificados y una vez identificados, claramente desmontados. Los cambios que estamos observando ahora señalan con claridad que el narcotráfico responde a esta lógica de represión al crimen organizado: segmentación, tercerización. Aquel que se acerca más al dinero de la droga, se aleja más de las drogas, de modo que el material probatorio con el que un juez, o un policía o un fiscal puedan tener como para procesar a una persona de alto vuelo, ya es mucho más difícil. Entonces, es claro que el narcotráfico en estos diez años ha logrado mimetizarse, responder a estas nuevas estrategias, y por lo tanto, lo que estamos evidenciando es que los sistemas nacionales de represión están apuntando mal, están gastando plata y están generando problemas sociales que hasta ahora son casi solamente perceptibles en cárceles o en algunos barrios de algunas de nuestras ciudades. La pregunta es qué va a suceder cuando en nuestras ciudades esto comience realmente a afectar a aquellos que hacen las políticas, o a aquellos que realmente deseamos vivir en democracia, tener ciertas costumbres, ciertos usos, y observemos que estos sectores empiezan a apropiarse de los espacios públicos de una manera no controlada. Es curioso, pero por el caso de Colombia y de Perú, los que tuvimos la oportunidad de evidenciar la vinculación entre narcotráfico, corrupción y poder político, a las más altas cotas del poder, vimos que cualquier acción del Estado es absolutamente inútil para abordar los problemas que están detrás del narcotráfico.
–¿Qué consecuencias sobre el espacio público puede traer este tipo de políticas represivas en el terreno de las drogas ilegales?
–Una, la reducción de los espacios de convivencia y de ejercicios de derechos. Cada vez se piensa más en el establecimiento de normas de interceptación telefónica, en el aumento de los casos de flagrancia para poder detener a las personas sin mandato judicial, en incrementar los controles administrativos aduaneros y migratorios para impedir el libre tránsito de las personas; en penetrar intrusivamente en los espacios de la libre intimidad de las personas, por ejemplo, en el ámbito del trabajo para poder determinar si una persona ha consumido una determinada sustancia. Si uno toma en consideración todos estos distintos mecanismos que existen, nos encontramos con que el individuo, el hombre de la calle, cada vez va a encontrar menores espacios de ejercicio de derechos, mayores posibilidades de ser amenazado por este Big Bro-ther que es el Estado, que curiosamente se reduce en determinados ámbitos pero aumenta su capacidad de acción alimentado además por instrumentos tecnológicos que permiten saber hoy en día qué hace o qué no hace una persona hasta dentro de su intimidad personal. Ese es un resultado muy puntual y concreto.
–¿La respuesta debe ser la misma para distintos tipos de drogas?
–Para ser realista, cualquier cambio debe ser progresivo y paulatino. No va a haber cambios de paradigmas totales. Estoy a favor de un proceso progresivo de desmantelamiento del programa penal que se basa en la separación de lo legal y lo ilegal porque eso es una distorsión, es un error. Hay que reformular ese concepto para hablar más que de sustancias, de usos. Habrá usos posibles, usos aceptables, usos problemáticos, usos socialmente no aceptables, usos potencialmente peligrosos. Ese me parece un nuevo criterio para poder empezar a trabajar.
–¿Se debería empezar con la despenalización de la tenencia de marihuana para consumo personal?
–Es lo más inmediato. Lo que menos resistencia debe de ofrecer a la luz de la evidencia estadística. Pero en definitiva yo no me puedo quedar solamente con una planta. No es posible que el sistema represivo criminalice plantas. No corresponde.
–¿Cómo ve la guerra desatada en el Bajo Flores por la venta de drogas, en la que se involucra a una banda liderada por peruanos?
–Son resultados evidentes y eficientes del libre comercio de bienes y de servicios que promueve el Consenso de Washington y el modelo neoliberal. En este caso ha sido aprovechado por connacionales míos que han visto una ventana de oportunidades para insertarse en un mercado altamente rentable como el argentino, pero que sin duda no debe llevar a la equivocación de pensar ergo, todo peruano puede ser un potencial traficante o que todo traficante es peruano. Sino que ese nicho y esa ventana de oportunidades de esa cadena productiva pueden ser utilizadas por cualquiera que en su momento determine y descubra que en esta ciudad hay mucha población con capacidad de poder desarrollar conductas adictivas alrededor de una u otra sustancia.
–¿Por qué cree que se extiende en forma exponencial el consumo de paco o de pasta base de cocaína?
–Creo que es inversamente proporcional a las carencias con las que se enfrenta la población joven de los sectores más excluidos de nuestra sociedad. Y no me refiero solo a la de Argentina. La empresa del narcotráfico ha encontrado en el paco la droga más barata disponible y accesible para poder sacar de este mundo frustrante a esta población joven y engancharla de una manera empresarialmente muy funcional. Se sabe que a la segunda semana de consumo ya voy a tener enganchada de modo irreversible a esa persona, por tanto eso facilita enormemente las tareas de marketing y de publicidad para la droga: puedo regalar algo de droga a muchachos que terminan de jugar un picadito de fútbol, de manera que puedan celebrar; sé que de esos diez o doce que han jugado, al menos dos van a volver luego para poder engancharse con el paco. Esa es una de las ventajas enormes y graves que tiene este tipo de derivados de la hoja de coca. De eso se han dado cuenta los empresarios del narcotráfico.
–¿Qué respuesta considera que debería dar la Argentina a la problemática de las drogas ilegales?
–Encuentro una ventana de oportunidades por las distintas respuestas positivas que he encontrado a nivel local, provincial y federal. Disposición y voluntad para poder revisar lo andado y poder generar nuevos paradigmas. Yo vengo de un país donde un debate distinto no es posible, los medios me lo evitan, en el Perú no estoy en condiciones de publicar artículos de lo que estamos hablando. Es un “non issue”. En Perú el paradigma es ese: continuar haciendo lo mismo porque es lo mismo que funciona. Para ellos los indicadores de gestión son “droga secuestrada”, “bandas desmanteladas”. Pero no se dan cuenta de los problemas de consumo, marginación, exclusión y violencia que generan las políticas represivas sobre drogas. En ese sentido soy medianamente optimista del nivel de debate que observo en la Argentina. Le soy sincero.
–¿Cómo analiza la región latinoamericana?
–A nivel político encuentro un tablero de ajedrez muy interesante: una ficha blanca, una negra, “una blanca, una negra”, eso es lo que vemos en los trece países de la región. En el terreno de la carpeta de drogas observamos que los mayores discursos alternativos y progresistas que hay se dan en el Cono Sur; en desmedro de lo que ocurre fuera de Brasil, Uruguay y Argentina, en donde el patrón sigue siendo insistir en las reglas de lo mismo. Eso me parece sintomático porque son dos mapas distintos: el político y el de drogas, y muestran resultados distintos.
–¿Se refiere a que Cuba y Venezuela coinciden con el paradigma de Estados Unidos?
–Sin duda. Lo más curioso y contradictorio es que los dos países formalmente acusados en lo político a romper el Consenso de Washington, Cuba y Venezuela, en el terreno de drogas conservan discursos altamente represivos. Y las capacidades para poder repensar el problema alrededor se reducen a la mínima expresión. Recuerdo alguna vez haber hablado con una consejera política de la embajada de Cuba en Perú y le planteaba la urgente necesidad de adecuar el discurso antiimperialista, de reinvindicar lo latinoamericano y ponerlo en la autopista de la drogas para repensar el problema. Me dijo: “Sin haber hecho eso tenemos el embargo desde hace 40 años, tú qué crees que vaya a pasar si los gobernantes de mi país plantean un nuevo paradigma de drogas. Prácticamente nos pondrían en el paredón”. Y algo similar me ha pasado en el último viaje a Caracas: tratar de incorporar la problemática de las drogas en el socialismo del siglo XXI, es prácticamente imposible o está ausente del debate. Ahí hay un reto enorme.
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