Sunday, May 28, 2006

PETROANDINA, PRIMER FRUTO DE LA ALIANZA DE VENEZUELA Y BOLIVIA


Supraministro:

JULIO DE VIDO, EL DIESTRO
BRAZO DE KIRCHNER

El Mercurio de Chile (www.emol.com)

Sin lugar a dudas, la atención de la prensa en la reunión de ministros chilenos y argentinos programada para mañana en Santiago se centrará en el arquitecto Julio de Vido.
Porque el ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios transandino es considerado dentro y fuera de su país el hombre fuerte del gabinete de Néstor Kirchner. "La acumulación de poder en sus manos ha sido vertiginosa desde la elección legislativa de octubre de 2005", afirma Rosendo Fraga, director de la consultora Nueva Mayoría.
La salida de Roberto Lavagna de la cartera de Economía -atribuida a un "enfrentamiento" entre ambos que terminó cuando éste denunció a De Vido de corrupción y Kirchner lo renunció- y la llegada de Felisa Miceli a ese cargo le dejó espacio para asumir un activo rol en áreas clave de esa repartición.
En Relaciones Exteriores ha avanzado sobre temas como la relación con Venezuela e incluso con Estados Unidos, porque los proyectos de infraestructura y energía tienen una estrecha relación con la política externa. Como principal negociador de los temas energéticos, tratará con el Mandatario boliviano, Evo Morales, el reajuste del precio del gas que le compran: Morales quiere acercar sus tarifas a los precios internacionales, lo que Argentina no quiere aceptar porque le complica políticamente subir el costo de los combustibles. Cómo terminen estos tira y afloja afectará directamente a Chile, porque parte de ese gas lo redireccionan hacia el país.
Pero no es todo. "En Defensa, la mayoría de los Jefes de Estado Mayor fueron designados a su propuesta y algo similar ha sucedido en las Fuerzas de Seguridad. A eso se suma la renegociación de contratos con empresas privatizadas, relaciones con España, negociación con la CGT y muchos otros temas", detalla Fraga. Por lo mismo, es considerado una especie de supraministro "paralelo" de Economía, Trabajo y Relaciones Exteriores. Y en materia de política interna, maneja la articulación del "kirchnerismo" en la decisiva provincia de Buenos Aires y se cree que puede desplazar al jefe de gabinete en el armado del oficialismo porteño.
De Vido nació en 1949. Durante su adolescencia participó en la Juventud Trabajadora Peronista. Acompaña a Kirchner desde 1982 y trabajó en su campaña para conquistar la alcaldía de Río Gallegos, que ganó en 1987. Ahí fue director de Obras Públicas.
Después lo siguió hasta la gobernación de Santa Cruz, donde asumió el Ministerio de Economía y Obras Públicas, y a la Casa Rosada. "Esta acumulación de poder, en los hechos significa que el mismo Kirchner, a través de De Vido, ha tomado el control de resortes clave. Es su instrumento para hacer sentir su poder, sin margen para erróneas interpretaciones", agrega el analista. Explica que como De Vido probablemente es uno de los hombres que mejor conocen la compleja personalidad del Presidente, en ningún momento intentará usar el poder delegado en su propio beneficio político, porque sabe que no lo toleraría. "Mientras sea eficaz, Kirchner lo consolidará como el número dos del gobierno y lo protegerá de los enemigos y recelos que crea el ejercicio del poder", concluye.
Pragmático y simpático
Entre los chilenos que han tratadocon él los problemas del abastecimiento de gas, afirman que no pueden hablar de sus habilidades como negociador porque "nunca nos hemos sentido negociando: nuestra capacidad de maniobra en el tema es muy baja".
Sí comentan que es práctico, va al hueso, no se anda con rodeos. "Y fue uno de los que más empujó el proyecto del anillo energético", comenta un ex funcionario de Lagos. Una de las pocas cosas que lograron con él fue asegurar el abastecimiento domiciliario, que se ha respetado. Otro de sus ex interlocutores agrega que al igual que su jefe, cree poco en el mercado: "En el gas no acepta el argumento de que soltando los precios todos los problemas se arreglan". Pero que es de muy buen trato.




LULA APUNTA CADA VEZ MÁS ALTO

El Nuevo Herald de Estados Unidos (www.miami.com/mld/elnuevo/search)

En una reciente entrevista concedida en Brasilia a los periodistas S. Kauffmann y P. A. Panagua, para los periódicos Le Monde y El País, el presidente Luiz Inácio Lula Da Silva abordó importantes temas. A cuatro meses de las elecciones, el mandatario de 60 años pasa balance a su gestión de cuatro años sin que el realismo empañe su optimismo. A fin de cuentas, ha gobernando durante una de las etapas cruciales en el ascenso de su nación al rango de potencia mundial. A su vez, comenta la política del presidente venezolano Hugo Chávez y afirma que determinados conceptos de antiimperialismo y revolución han perdido su vigencia.
¿Cómo explica las tensiones entre Brasil, Bolivia y Venezuela?
No considero que haya una tensión muy grave en el caso de Bolivia. La historia de Bolivia está marcada por tensiones internas acerca de los recursos naturales y su utilización. Ha habido nacionalizaciones desde 1937. Recientemente, [el ex presidente] Sánchez de Lozada fue destituido a causa del gas y [su sucesor] Carlos Mesa convocó un referéndum, en el cual el pueblo se pronunció en favor de la nacionalización. Lo que ha hecho Evo Morales es aplicar esta decisión, que no es tan grave.
Yo prefiero apostar por la negociación antes que hacer un discurso para mi público. En Viena, llamé al presidente Evo Morales y le dije que estaba de acuerdo con la nacionalización, que el gas pertenece a los bolivianos. Pero también le recordé que Brasil es el principal comprador del gas boliviano, que Brasil depende de Bolivia tanto como Bolivia depende de las compras de Brasil.
Creo que encontraremos una solución con menos discurso y más sentido común y realismo. Con los presidentes [argentino, Néstor] Kirchner y [venezolano, Hugo] Chávez, hemos dicho claramente que la integración entre países tan importantes como Argentina, Venezuela y Brasil supone que debe haber confianza entre nosotros.
Para consolidar la integración regional, los países más grandes siempre tienen que ser generosos con los más pobres. Brasil y Argentina deben contribuir al desarrollo de Paraguay, Uruguay y Bolivia porque no tenemos ningún interés en vivir rodeados por países más pobres.
¿Piensa que la integración latinoamericana debe buscar la confrontación con Estados Unidos y que esa unión es incompatible con los tratados comerciales bilaterales, como lo ha afirmado el presidente venezolano, Hugo Chávez, a propósito de los países andinos?
No debemos hacer ideología con nuestras relaciones políticas y comerciales. [Hugo] Chávez no debe pensar así, puesto que vende el 85 por ciento de su petróleo a Estados Unidos. Brasil tampoco, ya que conocemos la importancia de nuestras relaciones con Estados Unidos [. . .].
¿Le inquieta la utilización de los recursos energéticos como herramienta de poder?
No, porque Brasil será, dentro de 20 o 30 años, la mayor potencia energética del planeta. Hemos alcanzado la autosuficiencia en petróleo, y dentro de dos años produciremos la mayor parte del gas que consumimos. Somos además los más competitivos en la producción de etanol y biodiesel. Así que no me inquieta que un país utilice su petróleo como medio de presión.
Parece que la petición de Brasil para ser miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) no ha tenido mucho eco.
Sí, ha tenido mucho eco. Primero, nunca había existido un debate de tales dimensiones. Segundo, tenemos el respaldo de Francia, Alemania, Japón, India, gran parte de Africa y de América del Sur.
Para empezar, hay que decidir si queremos una reforma y de qué tipo, antes de discutir lo del Consejo con los países. La ONU no puede seguir funcionando tal y como fue organizada hace 60 años. Tiene que ser más fuerte para que sus decisiones sean más respetadas. Esto es lo único que queremos y defendemos.
¿Determinados conceptos de la izquierda, como el antiimperialismo o la revolución han perdido hoy su vigencia?
Para mí, sí. Pero como soy un defensor de la libertad de expresión, que cada uno utilice las palabras como mejor le convenga. Sobre todo porque las mismas palabras tienen sentidos distintos en cada país. El Partido Socialista francés no es igual al sueco, ni al SPD alemán, ni al PSOE español o a la izquierda italiana. Pasa lo mismo en América Latina. Un tipo de discurso de izquierda en Brasil no tiene el mismo peso en México que en otro país.
Nunca le he tenido ningún apego a la etiqueta de izquierdista. Soy tornero de profesión, militante político de un partido llamado PT [Partido de los Trabajadores], cuyo compromiso fundamental es la construcción de una sociedad más justa. Es lo que procuramos hacer, con las diferencias que supone estar en la oposición o en el Gobierno, que es una cosa totalmente distinta.
Cuando pasas de la fase del ''creo'' a la del ''hago'', hay una diferencia, ya que entonces dependes del Congreso, del Presupuesto, de la legislación, de la burocracia, de muchas cosas. Dios ha sido muy generoso al permitirme hacer algunas cosas que parecían imposibles, pero que sólo eran difíciles. La perseverancia nos ha permitido llevarlas a cabo.
El Estado de Sao Paulo sufrió la semana pasada graves episodios de violencia, que empezaron en las cárceles. ¿Cómo explica lo ocurrido?
Hace algún tiempo vimos en Francia miles de personas en las calles, coches ardiendo, y costaba mucho creer que en un país con una economía tan sólida, una cultura tan antigua, tales cosas pudieran estar sucediendo. . . ¡Estas cosas pasan en América Latina, no en Europa!
En todo el mundo nos encontramos con problemas sociales a punto de explotar. Aquí, en Brasil, todos sabemos, desde hace mucho tiempo, que nuestro sistema carcelario está mal. Lo que ocurrió en Sao Paulo ha revelado la fragilidad de ese sistema, pero también la fragilidad de parte de nuestra policía y la de la sociedad brasileña frente a un problema de tal magnitud.
Muchos de estos presos nacieron o se criaron en los años 80, y tuvimos en Brasil dos décadas perdidas. Dos décadas. ¡Es una generación entera! Hay que erradicar el mal, es decir, mejorar nuestro sistema penitenciario. El gobierno federal está construyendo cinco cárceles, y tres de ellas estarán listas para este año. Pero, más que tratar esta enfermedad, hay que impedir que se extienda. Por eso, creo profundamente que este país tiene que invertir mucho en educación para que nuestros adolescentes tengan perspectivas de estudio y de trabajo.
Su prioridad, cuando fue elegido, era luchar contra el hambre y la pobreza. Tres años y medio después, ¿está usted satisfecho con los progresos realizados?
Comparemos los 40 meses de mi mandato con los ocho años del anterior. En enero del 2003, Brasil gastaba menos de 7,000 millones de reales [unos 2,300 millones de euros] en programas sociales; hoy invertimos más de 22,000 millones [7,300 millones de euros].
Hemos aprobado una normativa para mejorar la vida a las personas mayores y creado el programa de las farmacias populares. Este año inauguramos 32 escuelas técnicas, mientras que desde 1998 ninguna había sido puesta en marcha. También hemos abierto cuatro universidades federales. En 14 meses, hemos creado 204,000 becas de estudio, el 40 por ciento de ellas para gente de origen afrobrasileño y 1,200 indígenas.
¿También ha respetado sus promesas en materia de redistribución de tierras?
En ocho años de gobierno mi predecesor expropió 18 millones de hectáreas en nombre de la reforma agraria. Yo, en 36 meses, expropié 22 millones.
Su partido se ha visto implicado en un gran escándalo de corrupción. ¿Qué lecciones ha sacado de ello?
El PT pagará por sus errores. Es inexorable. Pero habrá que distinguir los errores cometidos, de los que se hará cargo la Justicia, de los crímenes que los rivales del PT le atribuyen.
Los implicados que estaban en el gobierno se alejaron o los alejé yo. Una comisión parlamentaria ha hecho ya un informe y creo que muchos de los acusados saldrán indemnes [. . .].




Reportaje:

VENEZUELA, AL RITMO DEL PETRÓLEO

El País de España (www.elpais.es)

La economía venezolana ha crecido un 9,4% el último trimestre gracias a la bonanza petrolera. Los elevados precios del crudo han permitido el aumento del gasto público, el despegue de las inversiones y la reducción de la inflación y el desempleo. No obstante, los analistas advierten de la falta de un modelo alternativo ante eventuales caídas en el valor de los hidrocarburos.
El crecimiento de la economía venezolana sigue en alza. Las últimas cifras indican que su PIB se elevó un 9,4% durante los primeros tres meses del año, completando 10 trimestres de alzas consecutivas que han registrado un 13% en promedio. El curso pasado, la producción interna del país creció un 9,4%, y este año se podría elevar hasta un 7% según las previsiones de la Cepal y un 5% de acuerdo con las cifras del Gobierno de Hugo Chávez.
Con estos números se consolida el despegue de la economía, tras la huelga general que paralizó el país durante el primer trimestre de 2003 y que generó una caída del 18% en el PIB entre los ejercicios 2002-2003. El principal motor de esta bonanza han sido los elevados precios internacionales del petróleo. Venezuela, el quinto productor mundial de crudo, ha sido uno de los países más favorecidos con las sucesivas alzas del precio del barril, que durante este año ya ha sobrepasado los 70 dólares.
Las regalías petroleras
Las cifras oficiales indican que durante el año pasado los ingresos del Gobierno central subieron un 80%, impulsados por el incremento de la recaudación tributaria y el aumento de la regalía petrolera. En los primeros meses de 2005 comenzó a aplicarse la Ley Orgánica de Hidrocarburos, que aumentó las regalías de un 1% al 16,7% del crudo extraído, mientras que el impuesto sobre la renta se elevó desde un 35% a un 50%. El comercio exterior también se ha visto beneficiado por el petróleo. Durante el año pasado, el valor de las exportaciones de bienes aumentó un 44% y los envíos al extranjero crecieron un 5,2%. La entrada de capitales también ha despegado durante estos últimos dos años. Los datos del FMI señalan que la entrada neta de inversión extranjera directa en Venezuela en 2005 fue de 7.190 millones de dólares, muy por encima de los 5.000 millones que ha ingresado en promedio durante esta década.
El Gobierno de Hugo Chávez ha optado por un modelo de desarrollo económico basado en la inversión estatal y el gasto público, factores que han impulsado el consumo doméstico y el desarrollo del sector no petrolero, que creció un 10,9% durante el primer trimestre. El gasto ordinario del Gobierno aumentó un 39% durante 2005, mientras que la demanda interna creció un 16%. Esta demanda generó el despegue de las importaciones de bienes y servicios que se elevaron un 30%.
Menos desempleo
De momento, la inflación y el desempleo se mantienen controlados. Los precios se elevaron un 14,4% durante 2005, tras elevarse un 27,1% en 2003. Para este año, el Gobierno pretende reducir la inflación a un dígito, aunque lo más probable es que se mantenga en un rango del 10%-11%. En cuanto al desempleo, los planes estatales de acción pública han logrado reducir el paro hasta el 10,1% de la población en marzo pasado, unos 1,22 millones de desocupados. En 2003, el desempleo era del 18%.
Con todo, los analistas han advertido de la vulnerabilidad del modelo de crecimiento venezolano. Los expertos advierten de la inexistencia de soluciones frente a eventuales caídas en el precio de los hidrocarburos, lo que podría generar una brusca caída de los ingresos y un aumento de la deuda pública. En estos momentos, el petróleo ha logrado mantener el déficit fiscal en un 1,5% del PIB, tras cerrar 2003 con un desequilibrio del 4,4%.




Califican a Chávez como un "Castro con dinero"

El Universal de Venezuela (www.eluniversal.com)

Un veterano legislador estadounidense que supervisa la ayuda al exterior tuvo duras críticas para los gobiernos de Argentina, Brasil, Bolivia y Venezuela, y dijo que un aspecto principal en la política antinarcóticos de Estados Unidos ha sido un fracaso.
El representante republicano Jim Kolbe señaló que la economía argentina se encaminaba a un derrumbe debido a las políticas "extraordinariamente horrorosas" de su gobierno, señaló AP.
En un discurso ante un grupo de investigación privado, Diálogo Interamericano, Kolbe, al referirse a Venezuela, calificó al presidente Hugo Chávez como un hombre "sin buenas intenciones, un Castro con dinero". Asimismo, Kolbe, quien apoya firmemente el libre comercio, señaló que las posibilidades de lograr el éxito en la próxima ronda de negociaciones para un acuerdo global son escasas, y señaló que Brasil "es el principal culpable".
Por otro lado, dijo que la posibilidad de alcanzar una zona de libre comercio en el hemisferio es mínima, pues las diferencias entre Estados Unidos y Brasil son las responsables por el estancamiento actual.
Kolbe también dijo que una ayuda por 600 millones de dólares para el Gobierno de Bolivia "no se iba a materializar" por el "camino que ha tomado ese gobierno".
El legislador estadounidense sostuvo enfáticamente que las políticas del Gobierno boliviano, al mando del presidente Evo Morales, no cumplen con los criterios del Reto del Milenio, al referirse a la nacionalización de la industria del gas natural en el país desde el pasado 1 de mayo, tema que ha causado polémica.




PETROANDINA, PRIMER FRUTO DE LA ALIANZA DE VENEZUELA Y BOLIVIA

Diario Yucatán de México (www.yucatan.com.mx)

Los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Bolivia, Evo Morales, pusieron en marcha un plan petrolero que incluye un acuerdo para la creación de la empresa mixta Petroandina, que contará con inversiones venezolanas de 1,500 millones de dólares.
Petroandina fue constituida como una empresa de sociedad anónima mixta que se dedicará a la explotación de toda la cadena productiva de hidrocarburos bolivianos, con una participación accionaria de 51% para Bolivia, según las autoridades. El negocio correrá por cuenta de las estatales PDVSA (Venezuela) y YPFB (Bolivia), en el marco del proyecto político Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), iniciativa que se contrapone al ALCA promovido por Washington.
La estatal binacional desarrollará cuatro grandes proyectos: la instalación de plantas petroquímicas, otra de separación de líquidos del gas, una unidad para emplazar 35 estaciones de servicio en ocho regiones del país y la creación de una filial encargada de certificar las reservas de gas y petróleo, según se explicó.
Petroandina hará prospección, explotación y comercialización, “respetando la soberanía boliviana”, según Chávez, quien llamó a Perú y a Ecuador a sumarse a la iniciativa.
El acuerdo estratégico permitirá al presidente Morales cumplir su compromiso de industrializar el gas natural, comercializado hasta ahora sin valor agregado a los mercados energéticos de Brasil y Argentina. Petroandina instalará en los siguientes 18 meses dos plantas separadoras de etano, propano y metano, en las regiones de Santa Cruz y Tarija.




Presidente Hugo Chávez busca fortalecer a Evo Morales

AYUDA VENEZOLANA A BOLIVIA SERÁ DE US$ 2,000 MILLONES

El apoyo económico de Venezuela a Bolivia será cercano a los US$ 2,000 millones y no representa ninguna intromisión en los asuntos internos del país, afirmó ayer el presidente boliviano Evo Morales Aima.

El Expreso de Perú (www.expreso.com.pe)

La cifra fue mencionada por el mandatario boliviano en respuesta a las críticas de los partidos de oposición a la presunta injerencia del presidente venezolano Hugo Chávez por su participación en varios asuntos nacionales. Morales sostuvo que la visita a Bolivia de Chávez y del vicepresidente de Cuba, Carlos Lague, el viernes pasado, no fue una intromisión sino un apoyo para fortalecer la integración latinoamericana basada en la Alternativa para los Pueblos de América y el Tratado Comercial de los Pueblos.Remarcó la presencia de Chávez y de Lage en el país andino para formalizar un conjunto de acciones de cooperación “en el marco de la solidaridad de los pueblos, reciprocidad, ayuda no condicionada, sometida ni subordinada”.
Se han iniciado también negociaciones entre Petróleos de Venezuela y Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos para la instalación de una planta separadora de los líquidos del gas natural y otra que producirá fertilizantes nitrogenados.
El dato
Entre los compromisos de Venezuela figuran la compra de bonos del Tesoro boliviano por US$ 100 millones y la creación de una sociedad entre las petroleras estatales de ambos países para la explotación de hidrocarburos, lo que supone una fuerte inversión.




EL DESTINO FINAL DE BOLIVIANOS ERA ESPAÑA

El Mercurio de Chile (www.emol.com)

Los traficantes bolivianos Jesús Salazar, Edgard Torrez y Carlos Paredes entraron a territorio chileno por el paso Chungará, en la provincia de Parinacota, e intentaron viajar por avión a España portando dos computadores portátiles en los cuales ocultaron 3,6 kilos de clorhidrato de cocaína.
Con la policía antinarcóticos respirando a sus espaldas, Paredes consiguió subir al avión en el aeropuerto Arturo Merino Benítez y fue aprehendido en el aeropuerto Barajas, a su llegada a Madrid. No alcanzó a entregar el computador a su contacto, una mujer rubia que está siendo buscada por la Guardia Civil.
"Hicimos rápidas coordinaciones con la fiscalía de Pudahuel y la policía española para interceptar el tráfico detectado", admitió satisfecho el comisario Leandro Morales, jefe de la Brigada Antinarcóticos del Aeropuerto Merino Benítez.
La pesquisa estableció que Salazar portaba el segundo computador cargado con droga y cuando fue detenido mintió declarando que viajaba sin compañía "por asuntos de negocio", aunque sólo tiene estudios primarios y habla español con marcado acento aimara.
Pero la policía esta vez no fue sorprendida y, revisando la lista de pasajeros en el mesón de la aerolínea, comprobó que también pretendía abordar el vuelo otro ciudadano boliviano llamado Edgard Torrez, ingeniero de profesión, quien había registrado como domicilio temporal el mismo hotel de Salazar, ubicado en el centro de Santiago.
Así en los minutos siguientes, Torrez fue aprehendido en la sala de embarque de la terminal aérea santiaguina en los momentos que abordaba el avión. No iba con droga, pero la policía sospecha que su función era vigilar a Salazar y a Paredes durante el viaje, para verificar que la mercancía fuese entregada a sus compradores en Europa.
Siguiendo la pista en el hotel, los detectives antinarcóticos comprobaron que los tres bolivianos intentaron despistar registrándose por separado. Evitaron el contacto en público y abandonaron ese alojamiento el mismo día, pero a distintas horas, para seguir la ruta trazada para llegar a España, considerado el país de ingreso de la cocaína elaborada en Sudamérica.
La ruta narco
La detención de dos bolivianos en Santiago y un tercero de esa misma nacionalidad en Madrid, integrantes de una organización de narcotraficantes internacionales con centro de operaciones en Bolivia, confirma la apreciación de la agencia antidrogas estadounidense DEA de que el norte de Chile está transformado en la "puerta de entrada" de la cocaína elaborada en los laboratorios clandestinos de Colombia, Perú y Bolivia. Los mismos analistas estiman que la droga está destinada tanto al consumo entre los adictos locales, como a los grandes mercados de Europa y los EE.UU.




Moisés Torres, del MST

“SOMOS LOS MARGINADOS DE LOS MARGINADOS”

Rebelión (www.rebelion.org)

En Cochabamba nos reunimos con Moisés Torres Veizaga, presidente del Movimiento Sin Tierra de Bolivia, para hablar sobre los problemas de los campesinos.
Además de la nacionalización de los hidrocarburos demandada por el pueblo, el nuevo Gobierno de Evo Morales tiene como reto afrontar el tema de la distribución de tierras en Bolivia. El Movimiento Sin Tierra (MST) de Bolivia reclama que se hagan efectivas las medidas escritas en la Reforma Agraria de 1953 y, por otro lado, ‘limpiar’ las instituciones tomadas por los grupos de poder económico, quienes las habían puesto a su servicio.
DIAGONAL: ¿Cuándo y cómo surge el MST en Bolivia?
M.T.V.: El MST surge en el año 2000 por la injusta distribución de tierras que existe en Bolivia. Nuestros abuelos eran esclavos del patrón o el señor feudal. En 1953 se produce la Reforma Agraria que dice que la tierra es de quien la trabaja. Pero esto no se cumple. La distribución de tierras ya desde entonces fue injusta porque en aquel momento los lotes de tierras que dio el Gobierno de entonces a los campesinos fueron muy pequeños y más si tenemos en cuenta que luego se los tenían que repartir entre los descendientes.
D.: ¿Por qué se habla entonces de que existe un elevado latifundismo en el país?
M.T.V.: Las tierras que cultiva el campesino en la zona occidental son minifundios de baja calidad y son muy poco productivas. En cambio, en el oriente se concentran millones de hectáreas de latifundio de las empresas agropecuarias que se ha concentrado en pocas manos como pago de favores políticos de los gobernantes. De los 65 millones de hectáreas cultivables de Bolivia, unos 40 millones son de terratenientes. Otros 10 millones corresponden a las tierras protegidas, pero a las que también acceden los poderosos para sacar recursos naturales como madera, minerales o gas. Estas últimas tierras están vedadas para los indígenas campesinos, que sólo disponemos de 15 millones de hectáreas de baja calidad para cultivar. Consecuencia de esto es que más de un millón de campesinos en el país no pueden vivir de la tierra. Son las personas que por necesidad han emigrado a los centros urbanos donde viven sin empleo o trabajan en la economía informal o en las grandes extensiones agrícolas y ganaderas del oriente. El resto se marchan al extranjero. D.: ¿Cómo es posible que tras 50 años esta situación no se haya resuelto?
M.T.V.: En 1996 apareció la ley INRA que supuestamente mejoraría la distribución de tierras. Tras 10 años sólo se ha saneado el 7% de tierras del país. Por esta situación, en el año 2000 se organiza el MST para reivindicar las tierras ociosas, que muchas están hipotecadas para pedir préstamos bancarios. Se decide entrar en las tierras que no se están trabajando. Desde entonces han sido muchos los enfrentamientos con el Gobierno y los terratenientes.
D.: ¿Qué grado de represión ha sufrido el MST?
M.T.V.: En el año 2000 grupos de sicarios asesinaron a seis dirigentes. Todavía no se ha aclarado lo que sucedió ni detenido a los asesinos. Y hasta hoy las persecuciones son constantes.
D.: ¿Qué apoyos estáis recibiendo? ¿Qué cobertura dan los medios de comunicación de vuestra lucha?
M.T.V.: Hemos sido tildados de avasalladores de tierras, de estar armados como las FARC o Al Qaeda, de estar más armados que Rambo. Los medios de comunicación nos preguntan que de dónde sacamos las armas. Nosotros les decimos que las usamos para cazar animales. Y ahí se quedan. Porque cuando les decimos que no nos alcanza para comprar azúcar, sal o fideos, eso no nos lo sacan en los medios. Por todo esto creemos que somos los marginados entre los marginados. En Bolivia somos ricos en recursos naturales pero seguimos pobres.




DIPUTADA APOYA LA EXPULSIÓN DE ACUSADOS EN EL CASO CECILIA

La diputada Julia Ramos, vicepresidenta de la Cámara de Diputados de Bolivia, se comprometió a apoyar a Mirta Gusinky para lograr la expulsión de los paraguayos Angel Acosta y Blas Franco, acusados por el secuestro y crimen de Cecilia Cubas.

ABC de Paraguay (www.abc.com.py)

La parlamentaria se interiorizó del caso durante una reunión realizada en la sede del Congreso en la semana pasada. En la ocasión acompañaron a la madre de Cecilia Cubas el abogado Enrique Bacchetta, la embajadora Nimia Oviedo y la Dra. Anitha Vázquez, presidenta de la Unión de Mujeres Latinoamericanas y de la Liga Boliviana de Amas de Casa.
Ramos es del Movimiento Al Socialismo (MAS), el mismo del presidente Evo Morales, razón por la cual sus manifestaciones han creado grandes expectativas a la comitiva paraguaya. "Hablamos con la diputada Julia Ramos, es una señora que nos está dando una buena mano, inclusive está hablando con el ministro de Relaciones Exteriores, le está informando y está tratando de hacer lo que en realidad nosotros queremos, que es que se decrete la detención por lo menos de estas personas, para que por lo menos no salgan de Bolivia", explicó Bacchetta, al término de la audiencia.
Mirta Gusinky reiteró que las autoridades bolivianas ya cuentan con las pruebas que involucran a los acusados en la planificación del secuestro y posterior homicidio de su hija Cecilia. Asimismo, se ratificó en que no existe persecución política, sino que los acusados utilizan dicho argumento para eludir la justicia y buscar la impunidad.
"La diputada Ramos se comprometió y dijo que como madre para ella el ser madre era lo más importante, que entendía perfectamente mi dolor y que iba a desplegar todo tipo de esfuerzo para que también llegue a las autoridades pertinentes nuestra versión, basada por supuesto en los documentos que hemos traído", manifestó la ex primera dama.
"Yo creo que presentando eso la Cancillería va a analizar y vamos a tomar eso con optimismo, no es cierto. Con Bolivia tenemos una agenda muy positiva, un relacionamiento muy interesante, estamos teniendo una agenda muy dinámica. En fin, tenemos una agenda muy dinámica con Bolivia, así es que esperamos que ellos con objetividad resuelvan este tema" , expresó la embajadora paraguaya en Bolivia, Nimia Oviedo. Cecilia Cubas fue secuestrada el 21 de setiembre de 2004 y su cuerpo fue hallado el 16 de febrero de 2005 en una vivienda de Ñemby.




EL PRESIDENTE DE PERÚ ALEJANDRO TOLEDO ADVIERTE A CHÁVEZ DE QUE 'ESTÁ SEMBRANDO TEMPESTADES'

El Mundo de España (www.ariadna.elmundo.es)

El presidente de Perú, Alejandro Toledo, ha exigido al mandatario de Venezuela, Hugo Chávez, que "deje de intervenir" en la política interna peruana, y le advirtió de que tenga "cuidado por que está sembrando tempestades". Toledo enfatizó que Chávez "no puede decir quién debe ganar las lecciones del próximo 4 de junio", en referencia al apoyo del presidente venezolano al candidato nacionalista Ollanta Humala, quien disputará la segunda vuelta peruana con el socialdemócrata Alan García.
"Hugo Chávez tiene que aprender que la democracia se construye ejerciendo el poder democráticamente, él no puede torcer la voluntad de los pueblos con sus dólares", añadió.
Los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y de Venezuela, Hugo Chávez, alentaron la posibilidad de que Perú se integre en la alianza de ambos con Cuba, en un mensaje de apoyo a Humala.
Chávez ha manifestado reiteradas veces su apoyo abierto al candidato nacionalista peruano y ha protagonizado un duro cruce de palabras con Alan García, que salpicó al presidente Toledo. Tras estos altercados, Perú y Venezuela han retirado a sus embajadores en Caracas y Lima, respectivamente.
Toledo reiteró que no va "a contestar los insultos" de Chávez, aunque le advirtió de que "no puede sembrar inestabilidad en la región". "He escuchado las declaraciones del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, no voy a contestar a los insultos, pero quiero que quede claro que no respondo a ningún imperio, ni al de los petrodólares, ni a nadie", señaló.
El mandatario peruano remarcó que respeta "mucho al pueblo venezolano", pero dijo que lo que no puede "respetar es que le halen (tiren) la alfombra a la democracia, ni los insultos".
Toledo también dijo que "no hay ninguna posibilidad de fraude" en las elecciones del 4 de junio, como ha dejado entrever Humala, y comunicó que ha dado órdenes a las fuerzas de seguridad para que eviten "cualquier tipo de alboroto" durante las elecciones.
El último sondeo de opinión divulgado en Lima señaló que el ex presidente García (1985-90) recibe el 42,8% de la intención de voto, mientras que Humala obtiene el 28,6%.




UNA REFLEXION SOBRE IDEAS CORRIENTES

POPULISMO EL REGRESO DEL FANTASMA

Tras medio siglo de debate, el populismo sigue siendo un tema de desencuentros. Una reflexión sobre la historia de esta discusión y sobre los lugares desde donde continúa hoy.

Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)

Cuando las izquierdas revolucionarias argentinas de los 60 y 70 se desmoronaron o fueron exterminadas por la dictadura (proceso paralelo a la profunda crisis teórica y política del marxismo en Occidente) también murió una biografía crítica al populismo, al peronismo. Crítica dogmática e iluminista sin duda –pero digna de atención– contra las causas que se pensaban guías equivocadas y burguesas de las mayorías populares.Digna de atención, digo, porque existieron en la larga crónica moderna nacional querellas duras e irreconciliables que remiten a una crítica histórica entre políticas progresistas y populares. Posturas que hablaron desde determinadas cosmovisiones, experiencias, argumentos, teorías y éticas en cuanto a discutir el mundo injusto. A diferencia de lo que hoy expone y esconde el debate sobre el populismo en boca de Bush, Condoleezza Rice, José María Aznar, Mario Vargas Llosa, Silvio Berlusconi, sobre quienes se apoyan los defensores de la década menemista y ahora ciertas voces de una república liberal conservadora perdida, a reponer moralmente frente a un populismo demonizado.
Aquel cuestionamiento de las izquierdas le planteó siempre al peronismo, al caudillismo irredento que lo caracterizó, una lectura de larga prosapia, que dio cuenta de una hermandad fallida entre el clasismo proletario y el movimientismo nacional. Dos maneras distintas, pero a la vez concurrentes, de mirar la injusticia social y cultural como dato casi absoluto, a veces por demás temerario y reductor, desde la política, de importantes cuestiones. Dos maneras de entender a las masas democratizadoras, de tratar involucrarse en su destino. Y de reconocer a los enemigos a superar para modificarlo. Esa había sido la historia sobre todo desde 1945-55, desde aquel desenlace.
Lo preocupante es cómo ciertas posturas que hoy se sienten o se dicen progresistas han perdido todo contacto con ese legado de los desencuentros entre políticas populares que sostuvieron tales debates sobre el populismo, para deslizarse –como muchas otras cosas– hacia el campo ideológico del neoliberalismo y de la cultura conservadora, y seguir tratando la cuestión del peronismo “como si fuese la misma” pero desde las antípodas ideológicas. Desde una actualidad donde vuelve a hacerse presente –perdón por el anacronismo– una lectura distinta y rotunda de clase social.
Hoy se describe el populismo de Néstor Kirchner, Hugo Chávez, Evo Morales, Luiz Inácio Lula da Silva, Andrés Manuel López Obrador, desde un claro hegemonismo argumentativo reaccionario que vuelve bastante patético a cierto progresismo opositor, en cuanto a que borró toda la elaboración que las izquierdas (las más y las menos radicalizadas) habían realizado como comprensión afiatada del fenómeno y significados del populismo latinoamericano, largamente teorizado desde el primer estructural funcionalismo de Gino Germani y Torcuato Di Tella, luego por las teorías de la dependencia, más tarde por los estudios gramscianos, postalthusserianos, y ahora por tesis críticas a formas de la globalización. Esto es, casi medio siglo de debate. Quiebre entonces con este linaje argumentativo, para retrotraerse ahora –como progresía reactiva y antiperonista– a un lejanísimo tiempo de las izquierdas argentinas sorprendidas y desmedidamente ideologizadas por la cultura oligárquica durante los acontecimientos de 1945/46 y las realidades de la segunda posguerra europea.
En el presente se ha instalado –a partir de una supuesta o imaginaria “desaparición” de fuerzas democráticas drásticamente enfrentadas en lo económico y social– una progresía que analfabetiza la política y termina por corroer la memoria sobre la espinosa lucha de un pueblo. Enuncia desde un lugar donde las palabras vuelan por el éter informativo sin necesidadde anclaje alguno en la realidad, y las diatribas contra el populismo flotan en la massmediática magia de la extinción de todo referente. Como cuando Elsa “Tata” Quiroz, secretaria general del ARI, sentenció hace unos días que “siempre nos plantean que López Murphy está a la derecha, pero resolver el problema del hambre no tiene que ver con izquierdas o con derechas”.
Este curioso progresismo conservador argentino, entre otras cosas antipopulista e instalado hoy precisamente en la derecha de una historia político intelectual del país, es hijo de nuestros años ’90, que no solo dieron corruptos peronistas o tarjetas banelco sino algo similar a eso pero también desplegado en el todo cultural. Fenómeno que aparece como síntoma profundo de las pérdidas de ideas sufridas en un largo y reciente período, que no solo angostó categóricamente la participación trabajadora en el producto bruto, sino que de manera concomitante elitizó y a la vez barbarizó la práctica política que hace referencia a lo popular: a la biografía y lucidez política del pueblo llano.
Una antigua historia
De remontar la cronología sobre este tópico político puede llegarse hasta Karl Marx y su discusión crítica contra el populismo ruso. Intelectuales mesiánicos a los que su propia obra había alimentado, por caminos que sólo enigmáticas y apasionadas traducciones de las militancias hacen posible. Movimiento campesino populista eslavo sobre el cual Marx sin embargo reconoció, en 1881, que tal vez podía llegar a ser el punto de partida para un posterior comunismo siempre que lo acompañase una revolución proletaria en Occidente, tal cual lo afirmó en el prefacio a la edición rusa del Manifiesto.
El recelo a esas ideas nacionalistas “míticas” sobre un pueblo homogéneo y compacto amenazado por enemigos internos y externos, siempre crispó los nervios del marxismo, para el que todo populismo fue política burguesa que excluía la lucha de clases, conciliaba el conflicto social, retrasaba la autonomía y el internacionalismo obrero y carecía de base teórica materialista que lo emparentase con la verdadera revolución en la historia.
Más tarde el marxismo leninismo fue todavía más descreído que el propio Marx en cuanto a esa configuración popular. Lenin, que lo había sido cuando joven y conocía los latidos del populismo, lo acusó de “romanticismo económico” y de “utopía conservadora pequeño burguesa” en su lucha ideológica sin cuartel a fines del XIX contra las llamadas falsas revoluciones. Aunque en un momento reconoció en Contenido económico del populismo que dentro de ese conglomerado “había que distinguir sus aspectos reaccionarios de los progresistas”.
Esta línea se prolongó como un clásico de las polémicas del siglo XX hasta los ’70, donde, por ejemplo, en un documento de esos años bajo rúbrica extremista de Mario Roberto Santucho puede leerse la necesidad de “luchar contra el populismo y el reformismo, políticas ligadas a los intereses imperialistas”, para acotar seguidamente: “Montoneros es una corriente popular infectada por la enfermedad populista y su confianza en el peronismo burgués”. La discusión se había modernizado, sin perder virulencia. El populismo hablaba por entonces de revolución socialista.
Sucedía que para esos años hacía décadas que las experiencias populistas habían fondeado decididamente en América latina desde el APRA peruano, para convertirse en políticas genuinas plagadas de presencia popular contestataria, grandes contradicciones internas y dificultades para una definición precisa de la criatura en cuestión. El significado del populismo latinoamericano dejó atrás una vetusta dependencia conceptual que se tenía con Europa. Rompió con argumentos provenientes de Europa y desu poco envidiable época nazi-fascista. Por cierto, desde el viejo continente desembarcaron en nuestros lares y perduraron hasta fines de los ’50 en el credo liberal, una idea de populismo que ya no fue sinónimo de mujik ruso ni de farmer de EE.UU., sino del ardito del fascismo, el volkisch del nacionalsocialismo y de guardia de hierro rumana.
Sin embargo, en el nuevo marco político intelectual latinoamericano que se gestó en los ’60 con el triunfo del castrismo y las heterodoxias populistas del Movimiento 26 de Julio, las divergencias y polémicas entre reformismo y revolución, entre socialismo y nacionalismo, entre clase y movimiento, entre lo rural y las ciudades, entre burguesía e imperialismo, entre marxismo y peronismo, replantearon la comprensión histórica de los populismos de Lázaro Cárdenas, Haya de la Torre, Perón, Getulio Vargas o los adecos venezolanos. En este largo proceso político y teórico se desgranaron las diferentes lecturas de una de las problemáticas más fecundas y propias que expuso el continente americano en el siglo de las masas.
Figura latinoamericana
De tal bagaje de discrepancias y coincidencias entre políticas de izquierda que concibieron los cursos de las clases subalternas, olvidadas y explotadas, se puede componer una figura del populismo latinoamericano. Movimiento que diamantizó la noción de pueblo unido, a pesar de las fuertes contradicciones sociales que lo atraviesan. Constitución política alentadora de un tiempo de fuerte movilización popular de sesgo antimperialista a partir de un liderazgo o figura carismática –el caudillo– que reúne planteos objetivos junto con categóricos emocionalismos de masas. Emergencia populista en paralelo a encrucijadas nacionales de excepción (industrialización o crisis societales agudas) que desarticulan la inoperancia de un tiempo político anterior y democratizan categóricamente las fronteras históricamente establecidas de participación ciudadana en lo político. Recuperación de formas de la cultura popular, de mitos patrióticos vencidos, de tradiciones colectivas, de formas arraigadas de identidad nacional. Remoción de mundos simbólicos culturalmente instituidos y promoción de nuevos relatos críticos explicativos de la biografía del país. Política que se va construyendo con respaldo popular recién a partir de una previa ocupación del poder gestionante, y en una compleja y arbitraria dialéctica de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba. Carencia de programas específicos, suplantados por condena de sectores hegemónicos enemigos (ideología del “antipueblo”) de viejo y nuevo cúneo, internos y externos a la nación. Ocupación casi plena de un Estado fuerte, ultradecisionista, que pasa a estar en “manos impropias” según los sectores dominantes tradicionales de corte liberal, conservador o socialdemócrata. Privilegio de interpretaciones de sesgo socioeconómico, juntamente con una precarización de la construcción de lo político institucional.
Estos componentes del populismo forman parte de la historia campesina, obrera y de capas medias más conflictiva, participativa y rica de América latina, a la vez que más inacabadas en cuanto a sus muchas promesas incumplidas. El sectarismo de las izquierdas clasistas, la religión del marxismo con sus abstractos textos canónicos, apuntó generalmente al mundo de expectativas que el populismo despertaba al principio, para polarizarse luego en reyertas intestinas donde finalmente el pueblo no tiene voz ni voto y todo concluye en una disolución de las esperanzas y una más adecuada y demagógica “gobernabilidad burguesa” del capitalismo.
No obstante ciertas cuotas de verdad de tales críticas de las izquierdas marxistas, y aquí una de las claves de los fenómenos populistas y su arraigo en las masas, lo cierto es que esos movimientos o partidos nacionales fueron y son experiencias políticas que hicieron y hacen la historia de una conciencia popular latinoamericana ya inegociable. Esto es, el populismo como un sello del continente, como un piso propio de memoria de los avasallados, donde una humanidad castigada y mayoritaria encontró en muchas ocasiones la forma de su contradictoria rebeldía, movilización y participación, más allá de las limitaciones, instrumentaciones y pujas internas de intereses que compusieron ese armado. Y éste es el punto decisivo a destacar de la operatoria populista: la capacidad de desarrollar en los hechos la escena concreta del conflicto, y de accionar ahí tumultuosamente proyectos sociales enfrentados en lo político, en lo cultural y en lo intelectual.
En un continente de históricos poderes tanto hegemónicos como puntuales implacables en tanto dominios liberales, conservadores, militares, racistas, del gran empresariado –elencos que compusieron “las modernizaciones capitalistas”– el populismo siempre supo, y pudo, recrear formas democratizantes de presencia de bases sociales a contrapelo de esa realidad abusiva. Siempre logró hacer política de masas intervinientes. Alcanzó a perforar la crónica política establecida, repensando formas emancipatorias y creando otras mitologías nacionales a las provenientes. Posibilitó inscribir de manera bastante indeleble y desde un Estado imperativo, las hasta entonces silenciosas interpelaciones populares contra fuerzas adversarias.El populismo consiguió politizar a aquellos inmensos contingentes sociales despolitizados por la política: por el selecto artefacto institucional de las repúblicas liberales latinoamericanas. Es decir, reunir míticamente en la atribulada marcha de la historia “un todo” contra una Historia Mala. Desde las dicotómicas banderas populistas perdieron su naturalidad aquellas supremacías de leyes y reglas constitucionales, y las “calidades” democráticas socialmente marginadoras. Esa “naturaleza originaria” de una política de clase dominante pasó a ser conflicto explícito a ojos vista, también poder opresor. Conciencia de que en América latina dolorosamente la política por lo general libera o sojuzga, sin términos medios. No solo económica sino sobre todo ideológica y culturalmente.
El nuevo libreto “post ’90”
Todo indica que fenecieron estas antiguas reyertas políticas y lecturas teóricas que por largos años tuvieron lugar en el campo de las izquierdas reformistas, comunistas, socialistas y radicalizadas con respecto al populismo peronista. Hoy el barómetro que lo juzga ha pasado claramente a una sintonía de derecha. Hoy no se lo acusa como “ismo” burgués escasamente perturbador a un orden dominante dado. Sino por populismo “izquierdista de los 70”, estatista, buscador de enemigos, desprolijo y pendenciero frente al mercado mundial, desconciliador social, que incomoda a las fuerzas armadas, a la iglesia y a los grandes ganaderos. Lo que obliga a repensar qué se dice, quién dice qué cosa, qué se ataca en apariencias y qué se ataca en realidad, desde dónde se critica y qué visión ideológica y política sobre las cosas comanda esta disputa a la orden del día a día en el presente.
En principio la embestida constante viene de las políticas liberales más reaccionarias que gobiernan económicamente occidente, que han detectado una interferencia importante en los cursos de la globalización bajo plena dirección del mercado mundial y sus asimetrías: una suerte de actualidad imprevista y contraproducente, que no son por ahora las multitudes antiestatales y neotecnologizadas de Tony Negri, sino los viejos Estados de base popular que redemocratizan intereses desde otros códigos.
Tal vez el calificador más claro y conciso fue el español José María Aznar al reclamar “que se debe detener el peligro de la marea populista y volvera las ideas de centroderecha”. O el presidente del ejecutivo de la Unión Europea, el portugués Durao Barroso decididamente convencido frente e Evo Morales de que “el populismo es una amenaza a nuestros valores”. Parecido a Bush dos meses atrás: “El populismo es el peor adversario del libre mercado y nuestras democracias”. También fue preciso el intelectual mexicano Enrique Krause frente al candidato López Obrador, en cuanto a que resulta evidente “que muy pocos abogan hoy por un régimen comunista, pero el populismo es el nuevo objetivo, desgraciadamente algo mucho más difícil de combatir”.
Se trata entonces de situar la matriz de este embate contra formas populistas, que cotidianamente supura el liberalismo argentino con sus matices para radiografiar lo interno y externo que afecta el presente del país. Auroleado nuevamente por un poderoso discurso extranjero a estas latitudes, la crítica o nueva caracterización del populismo perdió las connotaciones latinoamericanas y de las neoizquierdas que signaron su comprensión en décadas anteriores. Vuelve a ser, como en los años ’40, un peligro potencial de intenciones “comunista” o “fascista” (da lo mismo) mirado desde un autista primer mundo y desde las sempiternas traducciones locales de tal mirada distante, para la cual muchas mayorías políticas latinoamericanas pasaron a ser poco menos que un cualunquismo sin alma.
Este deslizamiento de óptica lo acusa ahora de autoritarismo de Estado fuerte. De aprovechamiento indebido y hegemonista del Estado democrático. De asistencialismo vertical clientelista madre de todas las corrupciones y lealtades espurias. De cultivar relaciones paternalistas concesivas ante cualquier protesta. De búsqueda demagógica de enemigos sociales, de alimentador de discordias entre intereses diferentes necesarios de conciliar.Sin duda el punto nodal de esta crítica alarmista, vuelve a una antigua narrativa enunciada por una democracia patrimonialista a cargo de pensadores liberales selectos que perciben la polis amenazada, en tanto el populismo lesiona la calidad política de la república, genera rencores sociales que se pensaban hoy superados con el fin de las ideologías, y remite a una innata o psicológica vocación o eros de permanencia en el poder que borra las explicaciones sociopolíticas de los litigios.Efectivamente el populismo es una experiencia política democratizadora, pero además y a la vez deficitaria en lo democrático institucional. Que muy difícilmente encontró una armonía positiva entre el contenido de sus políticas y la construcción de lo político democrático; entre su irrupción concreta en una época y el despliegue de un pensamiento político e intelectual abierto, plural, acorde a la magnitud de lo que se propone, como de manera tan eficaz lo logró siempre el liberalismo en el marco de las batallas culturales de largo aliento.
Pero hoy, además, se acusa al populismo de pasar por encima de una imprescindible intervención equilibrada de todas las fuerzas políticas opinantes, de izquierda a derecha. También de no plantear su actuación desde un consenso democrático que represente a todos los intereses del país. De instituir el negativo criterio de fuerzas adversarias a los objetivos calculados como populares y nacionales. O de manejarse en términos partidarios de manera monolítica donde diputados, senadores, ministros y secretarios deben responder a una política, y no operar de manera individual, autónoma y hasta opositora.Esto es: desde la crítica impera más bien la idea de una política como juego formal de equivalencias. O la permanente estancia en un grado cero inmodificador. O una administración decorativa a los intereses económicos, a los lobbies enquistados en el mercado y en el Estado y al statu quo cultural. Una suerte de ideológico simulacro de autonomía de la política y de noción de cambios.
Desde esta nueva perspectiva crítica sobre el populismo –producto de un particular presente ideológico mundial en muchos sentidos regresivo para las aspiraciones populares– el debate abierto es sobre qué democracia institucional se está actuando, se quiere actuar y se pretende discutir, en relación con imprescindibles y auténticos cambios de situaciones sociales, y frente a actualizadas formas salvajes de poderes económicos y políticos que hoy dominan la lógica de la historia planteándola como única. En el debate sobre populismo que se da en esta difusa edad posperonista, lo que se va poniendo en evidencia con dicho concepto, es que –democráticamente– hay proyectos sociales y políticos muy distintos y claramente encontrados.




Viajes:

BOLIVIA: EL REGRESO DE LOS PUEBLOS VIVOS

La Nación de Argentina (www.buscador.lanacion.com.ar)

Esta es una Bolivia llana, verde, selvática, musical, muy distinta del país del altiplano, aquel de los collas y de las alturas que mezquinan el oxígeno y desatan el soroche.
Apenas a 400 metros sobre el nivel del mar, el oriente boliviano se confunde con la región del Amazonas, de los ríos, de los tajibos en flor y los flamboyanes color de fuego. Los habitantes de la Chiquitanía boliviana tienen mucho más que ver con los pueblos guaraníes del vecino Paraguay que con los quechuas o los aymaras, la etnia que hoy domina el país a través de uno de los suyos: Evo Morales. Esta simbiosis viene de lejos y explica la influencia de la cultura guaraní en las misiones jesuíticas de Chiquitos, en su arquitectura, su música, sus tradiciones, sus cabildos y sus fiestas patronales. La antigua provincia de Chiquitos fue el primer escenario del choque entre el conquistador español y el indígena de estas tierras bajas, donde la Compañía de Jesús estableció uno de los más interesantes experimentos socioculturales de la historia americana.Lo que impresiona cuando se llega por primera vez a la región es que aquí no hay ruinas, ni vestigios, ni réplicas museísticas de lo que fue esta cultura, sino pueblos vivos, vibrantes, herederos de un rico pasado que se traduce en una cultura mestiza pujante, que conserva incontaminado el espíritu misionero o reduccional. Gente que siente, que trabaja y que vive su fe y sus tradiciones, como hace 300 años. Esta característica fue determinante a la hora de declarar a seis de estos pueblos, con sus iglesias bella y fielmente restauradas, como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: Santa Ana, San Miguel, San Rafael, Concepción, San José y San Javier. Pero no son las únicas, porque a esta media docena hay que sumar también a San Ignacio, Santiago, San Juan Bautista, Santo Corazón y otras, y al llegar a cada una de ellas es imposible no evocar con admiración una epopeya jesuítica que atravesó casi un siglo, desde su llegada a la región, en 1691, hasta la expulsión por parte de Carlos III de España, en 1767.Tomando como punto de partida a la pujante y secesionista Santa Cruz de la Sierra, al cabo de cada trayecto por caminos polvorientos de gredosa tierra colorada, habrá siempre un pueblo prolijamente trazado con construcciones sencillas y en perfecta armonía con el paisaje. Las iglesias levantadas ad majorem Dei gloriam son de una belleza rara, indescriptible, e imposible de encontrar en ningún otro lugar del mundo.
La magnificencia del barroco americano impresiona todavía más cuando se piensa en la humildad de estos pueblos y en la escasez de recursos con que fueron realizadas. Más aún cuando se sabe que los verdaderos artífices de la arquitectura de las primeras iglesias fueron los guaraníes, que luego evolucionaron con el aporte de los jesuitas y de los europeos.
"Lo extraordinario de estas misiones es que fueron una síntesis entre dos culturas en franca colaboración: la preexistente de los guaraníes y la recién llegada de los jesuitas, que se potenciaron y cada una enriqueció a la otra", dice Miguel Frías, productor cultural que trabaja activamente en la difusión y afirmación de esta ruta jesuítica, hasta hace poco tiempo olvidada.
Un símbolo viviente
Las iglesias y los pueblos de Chiquitos son un símbolo viviente de lo que fueron 76 años de evangelización jesuítica. Sus orígenes se remontan a la fundación de San Javier por el padre José de Arce, en 1691. Después vendrían San Rafael (1696), San José (1698), San Juan Bautista (1699), Concepción (1707) y San Miguel (1721). Estos primeros años fueron duros, con el esfuerzo centrado en atraer a los distintos grupos nómadas que vivían dispersos en la selva, para acostumbrarlos a la vida sedentaria de las reducciones. Allí se los organizó socialmente, enseñándoles agricultura, ganadería, artes y oficios y respetando a sus autoridades, sus instituciones, sus ritos, danzas y fiestas populares, muchas de las cuales perduran hasta hoy, como la procesión de San Pedro y San Pablo en la Misión de San Javier, con su colorida danza de los yarituses (bailarines rituales).
La segunda etapa comenzó con el arribo de misioneros centroeuropeos y fue el período en que las reducciones alcanzaron su mayor brillo. Se fundaron San Ignacio (1748), Santiago (1754), Santa Ana (1755), y Santo Corazón (1760)."La belleza y la magnificencia de estas iglesias emociona. La evangelización empapó todos los aspectos de la vida espiritual y social y esos rasgos se mantienen inalterables hasta hoy", dice Willy Kenning, autor de la mayoría de las fotografías que ilustran esta nota y de un libro ineludible, si se quiere profundizar en el tema, Chiquitos: la utopía perdura. "Se crearon oficios e incluso especializaciones: en San Javier se hacían instrumentos musicales, así como en San Rafael se tallaba la madera. El respeto por los recursos naturales de cada lugar fue una actitud genuina: en algunas zonas las iglesias eran de adobe y madera y en otras, de piedra", recuerda.El padre Martin Schmid, constructor, arquitecto y músico de los templos misionales, fue también uno de los principales protagonistas del proceso evangelizador cuyas huellas se perciben nítidamente aún hoy al recorrer estos pueblos, todavía incontaminados del proceso globalizador.
Un renacer inesperado
En el año 1767, con la expulsión, este desarrollo se paralizó. En 1972, a dos siglos de la muerte del padre Schmid y con las iglesias en estado de franco abandono, los jesuitas de Suiza tomaron la iniciativa de encarar trabajos de recuperación y enviaron al arquitecto Hans Roth para trabajar en la restauración. Su intervención era indispensable ya que varias iglesias se encontraban en ruinas y San Ignacio, tal vez la más bella, había sido demolida en 1948. "Con Roth se inició un proceso que involucró a las comunidades indígenas no sólo en los trabajos de restauración sino en la apropiación de las iglesias como parte de su patrimonio, tanto para la celebración de la liturgia católica como para la realización de sus cabildos, fiestas populares y tradiciones locales", destaca Miguel Frías.
"Durante este proceso el chiquitano recuperó su autoestima y la noción de autenticidad sin caer en el individualismo, un valor que perdura como la mejor herencia misional", dice. Hoy las iglesias son centros de identidad cultural, y religiosa, de orgullo y estima por su propia valía. Pero el proceso de restauración trajo también de la mano un renacer inesperado: el del patrimonio musical de las misiones, un legado recobrado a partir del hallazgo de 8000 partituras de música antigua escrita por sacerdotes europeos y por indígenas anónimos.Los misioneros de Loyola usaron la música como instrumento de evangelización, aprovechando además la especial habilidad y gusto que tenían por ella estos indígenas."Durante el proceso de restauración de los templos chiquitanos el equipo encabezado por el arquitecto Roth se encontró con la sorpresa de que algunos cabildos indígenas, más concretamente en Santa Ana y San Rafael, guardaban celosamente cientos de hojas de música correspondientes a los siglos XVII y XVIII. Con el objeto de salvaguardar este rico tesoro, se decidió concentrarlo en Concepción", ha recordado Alcides Parejas Moreno, uno de los principales artífices de la declaratoria de patrimonio mundial de estos pueblos por parte de la UnescoLa inscripción se realizó en 1990 y a partir de entonces se puso en marcha un lento pero fructífero camino de afirmación del patrimonio cultural chiquitano, una de cuyas manifestaciones es el Festival Internacional de Música Barroca y Renacentista Americana Misiones de Chiquitos, que se realiza cada dos años y que acaba de cumplir diez, en el que participaron 44 orquestas y coros de 20 países. Tiene como escenario no sólo las iglesias de los antiguos pueblos misioneros jesuíticos de Chiquitos sino algunas de Moxos y de los franciscanos de Guarayos. La organización de este festival, uno de los más importantes en la interpretación de música antigua del mundo, está a cargo de la Asociación Pro Arte y Cultura (Apac), institución sin fines de lucro, formada por voluntarios."Buena parte de los grupos de música antigua, tanto europeos como americanos, han incluido en su repertorio alguna pieza correspondiente al archivo de Chiquitos", dice Marcelo Araúz, director de Apac. "En este proceso de recuperación del orgullo por semejante patrimonio se está dando un interesante fenómeno: el pueblo chiquitano empieza a recuperar y a afianzar una identidad, desdibujada y debilitada en las últimas décadas por la desidia, el abandono y el avance de una modernidad que igualmente a ellos no les llegaba."Después de este apasionante paseo por la geografía chiquitana, se entienden mejor aquellas palabras del viajero Ciro Bayo, quien a principios del siglo XX, aseguró que aquí estaba situado el paraíso terrenal.
Una ruta cultural
- San Javier es la puerta de entrada de Chiquitos; está situado a 240 kilómetros por carretera pavimentada de la ciudad más pujante de Bolivia: Santa Cruz de la Sierra. El asfalto continúa hasta Concepción y el resto del recorrido se hace por carreteras de tierra colorada que están en buenas condiciones. De San Javier a Concepción (58 km) el serpenteante camino muestra los parajes más bellos de la Chiquitanía. Los 175 km que separan Concepción de San Ignacio de Velasco sumergen al visitante en el rico y generoso bosque chiquitano. Desde San Ignacio se puede hacer un itinerario circular para visitar San Miguel, San Rafael y Santa Ana. A mayor distancia se encuentra San José (a 150 km de distancia de San Rafael). Desde este punto se puede regresar a Santa Cruz de la Sierra siguiendo el mismo recorrido a la inversa, o por tren.
- Los otros antiguos pueblos jesuíticos de Chiquitos se pueden conocer partiendo desde San José. A pocos kilómetros se encuentran las ruinas de San Juan Bautista. Más allá, siguiendo la ruta del ferrocarril hasta Roboré, se puede llegar a Santiago, cercano a uno de los parajes más lindos de la Chiquitanía: el valle de Tucabaca. Finalmente y dentro del espíritu de lo que se conoce como turismo de aventura, se puede llegar hasta Santo Corazón.
- Dos buenos lugares para alojarse y usar como base de operaciones para recorrer la región son el hotel La Misión, en San Ignacio, y el hotel Concepción en la ciudad del mismo nombre. Ambos están situados frente a la plaza principal, tienen una arquitectura felizmente mimetizada con el entorno y ofrecen sencillez y confort, algo invalorable en un país donde los servicios están poco desarrollados pero donde las carencias se suplen con un trato amable y donde cada boliviano tiene una sonrisa a flor de labios.




EL NORTE, AL COMPÁS DEL CORAZÓN

De los Valles Calchaquíes, en la Argentina, al lago Titicaca, en Bolivia. Humita, truchas fritas y buenas bebidas. Y la conmovedora influencia de los paisajes en el ánimo de de los viajeros.

El Clarín de Argentina (www.servicios.clarin.com)

Después de muchos años de vivir en Buenos Aires descubrí que necesitaba un cable a tierra adonde enchufar mi charango. Por eso, una y otra vez regreso a los caminos del Norte para reencontrarme con esa dimensión de tranquila sabiduría. No por casualidad atesoro ese inmenso telón indigenista que para uno de mis espectáculos una vez pintó el gran Antonio Berni. Además, allí, en el Norte, se coleccionan los más exquisitos instrumentos de Latinoamérica.
Amo a esta ciudad porteña abierta a todas las inquietudes, pero año tras año emprendo el camino de los Valles Calchaquíes, paso por la región de los indios quilmes y comienzo a palpitar gigantescos espacios, reconfortantes tonalidades de voces y colores y, además, la cordialidad de los habitantes. Aquella es una geografía de valles, punas y quebradas donde se puede palpar nuestra anterioridad americana.
En mi niñez, la mejor comunicación se hacía mediante un tren que partía de Retiro y después de un trasbordo pasaba por Oruro hasta arribar a La Paz. Se descendía desde la altura y se rodeaba la ciudad —lentamente— con la sensación de marchar por dentro de un gigantesco y titilante arbolito de Navidad, con lucecitas encendidas por todas partes. En la oscuridad cerrada, sólo se observaban desde la ventanilla puntitos de luces encendidas. Se ha dicho que esa vista es una de las más hermosas del mundo. Entonces, como ahora, uno puede comenzar a obviar el reloj y los atuendos complicados; salvo de abrigo.
Actualmente, con movilidad propia pude comprobar que existe buen pavimento hasta La Quiaca y al pasar por la mina Aguilar, en Jujuy, ya se está a 3 mil metros de altura. Después, me gustó hacer noche en la Isla del Sol, en la parte boliviana del lago Titicaca, el más alto del mundo, y también conocer el santuario de la virgen de Copacabana. En los islotes formados por inmensos manojos de totoras habitan los urus, que continúan viviendo de la pesca. Existen pequeñas hosterías donde se puede degustar una refinada bebida de uvas blancas —singales—, y probar los tamales, la humita y las truchas fritas, recién capturadas en aquellas mitológicas aguas inmóviles. Estos parajes, donde siempre algún buey arrastra cansinamente un rudimentario arado de madera, tienen sol garantizado en cualquier época del año. Por lo que periódicamente me gusta hacer este viaje en auto hasta la ciudad de Puno, en el Perú, con sus típicas diabladas. Tiene la tolerancia de un trayecto de unos pocos días, en auto o en ómnibus, y uno ya sale renovado. Alcanza para cambiar ambientes, sacudirse el smog de la cabeza y sobre todo, dejarse vivir al compás de único reloj que vale la pena escuchar: el del corazón.

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