Desde el satélite, Coroma se ve como un ínfimo poblado de no más de 10 manzanas, perdido en la inmensidad de los Andes, pero alrededor de él la riqueza que posee, aseguran, puede alcanzar para mantener a Bolivia por más de 100 años, pero el tema es desconocido tanto por autoridades regionales como nacionales.
Coroma estuvo en el foco de las noticias del mundo por el paro general de Potosí, que duró 19 días, para defender como suya esta pequeña población, en el límite con Oruro, y el cerro Pahua, un yacimiento rico en piedra caliza. En los días de negociación en Sucre, hace dos semanas, algunos ingenieros mineros potosinos, molestos con el Gobierno, aseguraban que el problema de límites no se resolvía porque el Ejecutivo quería dárselo a Irán.
Ninguno aportó alguna prueba excepto su intuición y experiencia, pero un informe del Servicio Geológico de Estados Unidos confirma que en la zona hay uranio, oro, plata y cobre, entre otros metales valiosos, que la hacen inmensamente atractiva para desarrollar minería a gran escala.
Coroma estuvo en el foco de las noticias del mundo por el paro general de Potosí, que duró 19 días, para defender como suya esta pequeña población, en el límite con Oruro, y el cerro Pahua, un yacimiento rico en piedra caliza. En los días de negociación en Sucre, hace dos semanas, algunos ingenieros mineros potosinos, molestos con el Gobierno, aseguraban que el problema de límites no se resolvía porque el Ejecutivo quería dárselo a Irán.
Ninguno aportó alguna prueba excepto su intuición y experiencia, pero un informe del Servicio Geológico de Estados Unidos confirma que en la zona hay uranio, oro, plata y cobre, entre otros metales valiosos, que la hacen inmensamente atractiva para desarrollar minería a gran escala.
Marco Montoya, ingeniero minero y militar retirado, entregó al Diario Mayor una copia del mapa elaborado por los ingenieros estadounidenses Steve Ludington y Denis P. Cox, de 1992, denominado Mapa de áreas permisivas y favorables para tipos seleccionados de yacimientos minerales en el altiplano y la Cordillera Oriental de Bolivia.
En él se muestra una enorme área que, según Montoya, abarca más de 100.000 hectáreas en las que hay uranio y otros minedispersos. Desde el límite en conflicto (territorio entre Coroma, Potosí, y Sevaruyo, Oruro), la riqueza dormida se tiende hacia el sur, siguiendo la Cordillera de los Frailes, hasta llegar al salar de Uyuni, desierto blanco de 10.000 kilómetros cuadrados que guarda la mitad de las reservas mundiales de litio.
Montoya explica que el trabajo fue realizado desde 1992 por seis científicos de Estados Unidos y con ayuda de la NASA. Él ingresó al proyecto en 2000, cuando tenía el grado de capitán, como contraparte del Ministerio de Defensa. En esa oportunidad se mapeó todo el territorio nacional vía satélite, con una resolución de dos píxeles por cada metro cuadrado, lo que, según Montoya, la hace 100% confiable. Explica que lo que se descubrió es que en toda la zona existen minerales complejos de alta ley, no sólo uranio, sino también oro, plata y cobre diseminados y mezclados. Incluso se logró ubicar sodio, que, según Montoya, es más valioso que el oro. “Este país nació minero y morirá minero. Son 100.000 hectáreas de yacimiento que se las puede trabajar a cielo abierto. Imagínese, Chuquicamata ha hecho rico a Chile, pero ésto es 10 veces más grande”, dijo Montoya.
Consultado al respecto, el presidente del Comité Cívico de Potosí, Celestino Condori, explicó que su institución se maneja con datos del Servicio Nacional de Geología y Técnico de Minas (Sergeotecmin) y que nunca se les informó de que había estos reservorios en la zona. Aseguró que su lucha estaba más orientada a conseguir que se instale en la zona de Coroma una planta de cemento.
Édgar Sánchez, secretario general de la Gobernación de Oruro, coincidió con Condori y se limitó a decir que no conoce nada del tema.
El que mostró mucho interés al respecto fue Héctor Córdova, viceministro de Minería, que señaló que el Gobierno estaba buscando la forma de mapear por satélite el territorio nacional y que, pese a que se buscó durante un día, el informe realizado por los estadounidenses no fue en encontrado en Sergeotecmin. Consideró el informe como una especie de mapa del tesoro y una noticia alentadora para el país y para la zona en cuestión, que alberga pueblos con más de la mitad de sus habitantes por debajo de la línea de la indigencia. Montoya asegura que todos los informes están en el Gobierno y no sabe por qué la Comisión Minera de Bolivia “está haciendo equivocarse al Presidente”. Dice que trabajar la zona como cantera de piedra caliza es desperdiciarla, ya que la tonelada de cemento se cotiza en alrededor de los Bs 1.000, mientras que los concentrados de cobre, por ejemplo, superan los $us 3.000 por tonelada.
Sin embargo, que exista la reserva no implica que sea rentable. Eduardo Elder, ingeniero nuclear que ha instalado plantas en Argentina, Bélgica y España, explica que producir uranio no es tarea sencilla, aunque es posible. Comparado con la producción de sulfato de litio en el salar de Uyuni (base para producir baterías), Elder considera que es más difícil por los riesgos que entraña manejar elementos radioactivos. Considera que lo primero que se debe hacer como país es encontrar buenos geólogos y metalurgistas que sepan cuáles son los métodos de molienda y lixiviado para concentrar el mineral. Luego, explica que ese concentrado se necesita transportar a un lugar en el que haya electricidad, ya que, caso contrario, se debería construir toda una ciudad en la zona para instalar otra planta que elimine todas las impurezas del mineral para llegar a producir ‘yellowcake’ (torta amarilla y óxido de uranio), que puede exportarse a otros países para que sea enriquecido para utilizarse como combustible de plantas nucleares, de institutos de investigación o de vehículos nucleares.
Elder advierte, sin embargo, de los peligros de la minería en zonas en las que hay uranio. Explica que una de las degradaciones de este mineral es el gas argón, que se encuentra asociado a los yacimientos y es radioactivo. Este ‘gas noble’ emite una ‘partícula alfa’ que puede ser fácilmente detenida por un guante de látex, pero si es aspirada por el trabajador, provoca serias alteraciones en su salud. Señala que este gas es liberado aunque no se busque extraer el uranio, por lo que recomienda trabajar en minas ventiladas y con la protección adecuada.
Hay ofertas de partidas desde Bolivia en la red
Dos avisos en la página Mundo Anuncios ofrecen uranio explotado en Bolivia. Se trata de dos cargas de dos y seis toneladas con concentraciones que varían entre el 51% y 61% que se pusieron en oferta entre 2008 y 2009. Los ofertantes aseguraron que se encuentran en Santa Cruz y La Paz, y que estaban listas para ser exportadas.
Según explica Marco Montoya, el uranio en Bolivia se de-secha. Señala que en las zonas de yacimientos existen otros metales que están siendo explotados y que el uranio se bota como ‘caja’ o desperdicio.Eduardo Elder cree que las ofertas de Internet pueden ser hallazgos de uranio producto de la explotación de otros minerales. Lo consideró como algo residual y de poca posibilidad de mercado, ya que es poca cantidad por las concentraciones explicadas.
Desde mayo de este año, el Estado retomó las exploraciones de uranio a partir de la mina Cotaje, que se encuentra en la zona del territorio en disputa entre Oruro y Potosí. Allí, en la década de los años 70 y 80, hubo trabajos experimentales e incluso se logró refinar dos kilos de Yellowcake.
El Estado no lo ha tomado como una prioridad y ha destinado $us 450.000 a su prospección. Esto se produce un año después de que el servicio de Inteligencia de Israel acusara a Bolivia de proveer uranio a Irán, algo que fue negado por el Gobierno y que sería difícil, ya que, según Elder, con la tecnología boliviana actual se necesitaría transportar toneladas de basura para obtener unos gramos de uranio.
Las cifras
140.000Toneladas, es el mínimo estimado en el yacimiento descrito por el informe estadounidense
450.000Dólares es lo que ha destinado Bolivia para explorar reservas de uranio desde mayo de este año
100.000Hectáreas es lo que mide el reservorio delimitado por la prospección satelital hecha por EEUU
En el país
- Equivalencias. 1 kilo de uranio equivale a 100 barriles de petróleo; 20.000 m3 de gas; 35 t de carbón; 100 t de leña.
- Inicios. A partir de la década del 70, la Comisión Boliviana de Energía Nuclear, mediante su Departamento de Exploración de Minerales, inició investigaciones sobre la existencia de uranio en Bolivia, conformando un equipo de especialistas y expertos nacionales que tuvieron entrenamiento en centros de energía nuclear de Europa para realizar labores de prospección, exploración y explotación de minerales de uranio y torio.
- Descubrimiento. Se encontró el yacimiento de Cotaje, situado en la Provincia Antonio Quijarro de Potosí y anomalías puntuales radioactivas en el altiplano y el Escudo Precámbrico del oriente.
- Segunda ola. El Servicio Geológico de Bolivia, junto a su similar de Gran Bretaña, exploró el Precámbrico en el año 1980, verificándose la existencia de minerales de torio-uranio, tantalita y tierras raras. La Empresa Canadiense Mega Uranium, asociada con la Intrepid Mines, tuvieron inversiones para explorar el mineral de uranio en diferentes áreas de Bolivia, pero se desconocen sus resultados.
- Producción. Según La Patria, a partir de 1970, la Comisión Boliviana de Energía Atómica (Coboen) inició las investigaciones sobre la explotación del mineral de uranio en el cerro Cotaje. Se montó una planta de lixiviación para tratamiento de aquél mineral, de manera que en 1974 se logró producir 2 Kg de concentrado de uranio denominado ‘yellowcake’ (torta amarilla) con una pureza del 60 % en un periodo de seis meses, el mismo que fue entregado al presidente de la República de ese entonces, Hugo Banzer Suárez. De esta manera, Bolivia se constituía en el segundo país productor de este mineral, después de Argentina. Posteriormente se proyectó la inversión de $us 308.600 para la puesta en marcha de la industrialización del mineral de uranio en una primera fase, proveyéndose una producción anual de 4.000 Kg de yellowcake.
- En Santa Cruz. Según Eduardo Elder, ingeniero nuclear, existe abundancia de torio y uranio en Manomó, zona minera situada al norte del parque nacional Noel Kempff Mercado. Explica también que la zona es rica en fosfato, que puede ser explotado para la producción de fertilizante mucho más efectivo que la úrea. (www.eldeber.com.bo)
“LLEGUÉ A ESTAR MUERTO, PERO RESUCITÉ”
“Hay que persuadir a Obama de que evite la guerra nuclear”. “No quiero estar ausente en estos días. El mundo está en la fase más interesante y peligrosa de su existencia y yo estoy bastante comprometido con lo que vaya a pasar. Tengo cosas que hacer todavía”.
La Jornada de México (www.jornada.unam.mx)
Estuvo cuatro años debatiéndose entre la vida y la muerte. En un entrar y salir del quirófano, entubado, recibiendo alimentos a través de venas y catéteres y con pérdidas frecuentes del conocimiento…
“Mi enfermedad no es ningún secreto de Estado”, habría dicho poco antes de que ésta hiciera crisis y lo obligara a “hacer lo que tenía que hacer”: delegar sus funciones como presidente del Consejo de Estado y, consecuentemente, como comandante en jefe de las fuerzas armadas de Cuba.
“No puedo seguir más”, admitió entonces –según revela en ésta su primera entrevista con un medio impreso extranjero desde entonces–. Hizo el traspaso del mando, y se entregó a los médicos.
La conmoción sacudió a la nación entera, a los amigos de otras partes; hizo abrigar esperanzas revanchistas a sus detractores, y puso en estado de alerta al poderoso vecino del norte. Era el 31 de julio de 2006 cuando dio a conocer, de manera oficial, la carta de renuncia del máximo líder de la Revolución cubana.
Lo que no consiguió en 50 años su enemigo más feroz (bloqueos, guerras, atentados ) lo alcanzó una enfermedad sobre la que nadie sabía nada y se especulaba todo. Una enfermedad que al régimen, lo aceptara o no, iba a convertírsele en “secreto de Estado”.
(Pienso en Raúl, en el Raúl Castro de aquellos momentos. No era sólo el paquete que le habían confiado casi de buenas a primeras, aunque estuviera acordado de siempre; era la delicada salud de su compañera Vilma Espín –quien poco después fallecería víctima de cáncer–, y la muy probable desaparición de su hermano mayor y jefe único en lo militar, en lo político, en lo familiar.)
Hoy hace 40 días Fidel Castro reapareció en público de manera definitiva, al menos sin peligro aparente de recaída. En un clima distendido y cuando todo hace pensar que la tormenta ha pasado, el hombre más importante de la Revolución cubana luce rozagante y vital, aunque no domine del todo los movimientos de sus piernas.
Durante alrededor de cinco horas que duró la charla-entrevista –incluido el almuerzo– con La Jornada, Fidel aborda los más diversos temas, aunque se obsesione con algunos en particular. Permite que se le pregunte de todo –aunque el que más interrogue sea él– y repasa por primera vez y con dolorosa franqueza algunos momentos de la crisis de salud que sufrió los pasados cuatro años.
“Llegué a estar muerto”, revela con una tranquilidad pasmosa. No menciona por su nombre la divertículis que padeció ni se refiere a las hemorragias que llevaron a los especialistas de su equipo médico a intervenirlo en varias o muchas ocasiones, con riesgo de perder la vida en cada una.
Pero en lo que sí se explaya es en el relato del sufrimiento vivido. Y no muestra inhibición alguna en calificar la dolorosa etapa como un “calvario”.
“Yo ya no aspiraba a vivir, ni mucho menos... Me pregunté varias veces si esa gente (sus médicos) iban a dejarme vivir en esas condiciones o me iban a permitir morir... Luego sobreviví, pero en muy malas condiciones físicas. Llegué a pesar cincuenta y pico de kilogramos.”
“Sesenta y seis kilogramos”, precisa Dalia, su inseparable compañera que asiste a la charla. Sólo ella, dos de sus médicos y otros dos de sus más cercanos colaboradores están presentes.
–Imagínate: un tipo de mi estatura pesando 66 kilos. Hoy alcanzo ya entre 85 y 86 kilos, y esta mañana logré dar 600 pasos solo, sin bastón, sin ayuda.
“Quiero decirte que estás ante una especie de re-su-ci-ta-do”, subraya con cierto orgullo. Sabe que además del magnífico equipo médico que lo asistió en todos estos años, con el que se puso a prueba la calidad de la medicina cubana, ha contado su voluntad y esa disciplina de acero que se impone siempre que se empeña en algo.
–No cometo nunca la más mínima violación –asegura–. De más está decir que me he vuelto médico con la cooperación de los médicos. Con ellos discuto, pregunto (pregunta mucho), aprendo (y obedece)...
Conoce muy bien las razones de sus accidentes y caídas, aunque insiste en que no necesariamente unas llevan a las otras. “La primera vez fue porque no hice el calentamiento debido, antes de jugar basquetbol.” Luego vino lo de Santa Clara: Fidel bajaba de la estatua del Che, donde había presidido un homenaje, y cayó de cabeza. “Ahí influyó que los que lo cuidan a uno también se van poniendo viejos, pierden facultades y no se ocuparon”, aclara.
Sigue la caída de Holguín, también cuan grande es. Todos estos accidentes antes de que la otra enfermedad hiciera crisis y lo dejara por largo tiempo en el hospital.
“Tendido en aquella cama, sólo miraba a mi alrededor, ignorante de todos esos aparatos. No sabía cuánto tiempo iba a durar ese tormento y de lo único que tenía esperanza es de que se parara el mundo”, seguro para no perderse de nada. “Pero resucité”, dice ufano.
–Y cuando resucitó, comandante, ¿con qué se encontró? –le pregunto.
–Con un mundo como de locos... Un mundo que aparece todos los días en la televisión, en los periodicos, y que no hay quien entienda, pero el que no me hubiera querido perder por nada del mundo –sonríe divertido.
Con una energía sorprendente en un ser humano que viene levantándose de la tumba –como él dice– y con la mismísima curiosidad intelectual de antes, Fidel Castro se pone al día.
Dicen, los que lo conocen bien, que no hay un proyecto, colosal o milimétrico, en el que no se empeñe con una pasión encarnizada y que en especial lo hace si tiene que enfrentarse a la adversidad, como había sido y era el caso.
“Nunca como entonces parece de mejor humor.” Alguien que cree conocerlo bien le dijo: “las cosas deben andar muy mal, porque usted está rozagante”.
La tarea de acumulación informativa cotidiana de este sobreviviente comienza desde que despierta. A una velocidad de lectura que nadie sabe con qué método consigue, devora libros; se lee entre 200 y 300 cables informativos por día; está pendiente y al momento de las nuevas tecnologías de la comunicación; se fascina con Wikileaks, “la garganta profunda del Internet”, famosa por la filtración de más de 90 mil documentos militares sobre Afganistán, en los que este nuevo “navegante” está trabajando.
–¿Te das cuenta, compañera, de lo que esto significa? –me dice–. Internet ha puesto en manos de nosotros la posibilidad de comunicarnos con el mundo. Con nada de esto contábamos antes –comenta, al tiempo que se deleita viendo y seleccionando cables y textos bajados de la red, que tiene sobre el escritorio: un pequeño mueble, demasiado pequeño para la talla (aun disminuida por la enfermedad) de su ocupante.
–Se acabaron los secretos, o al menos eso pareciera. Estamos ante un “periodismo de investigación de alta tecnología”, como lo llama el New York Times, y al alcance de todo el mundo.
–Estamos ante el arma más poderosa que haya existido, que es la comunicación –ataja–. El poder de la comunicación ha estado, y está, en manos del imperio y de ambiciosos grupos privados que hicieron uso y abuso de él. Por eso los medios han fabricado el poder que hoy ostentan.
Lo escucho y no puedo menos que pensar en Chomsky: cualquiera de las trapacerías que el imperio intente debe contar antes con el apoyo de los medios, principalmente periódicos y televisión, y hoy, naturalmente, con todos los instrumentos que ofrece la Internet.
Son los medios los que antes de cualquier acción crean el concenso. “Tienden la cama”, diríamos... Acondicionan el teatro de operaciones.
Sin embargo, acota Fidel, aunque han pretendido conservar intacto ese poder, no han podido. Lo están perdiendo día con día. En tanto que otros, muchos, muchísimos, emergen a cada momento…
Se hace entonces un reconocimiento a los esfuerzos de algunos sitios y medios, además de Wikileaks: por el lado latinoamericano, a Telesur de Venezuela, a la televisión cultural de Argentina, el Canal Encuentro, y a todos aquellos medios, públicos o privados, que enfrentan a poderosos consorcios particulares de la región y a trasnacionales de la información, la cultura y el entretenimiento.
Informes sobre la manipulación de los poderosos grupos empresariales locales o regionales, sus complots para entronizar o eliminar gobiernos o personajes de la política, o sobre la “tiranía” que ejerce el “imperio” a través de las trasnacionales, están ahora al alcance de todos los mortales.
Pero no de Cuba, que apenas dispone de una entrada de Internet para todo el país, comparable a la que tiene cualquier hotel Hilton o Sheraton.
Ésa es la razón por la que conectarse en Cuba es desesperante. La navegación es como si se hiciera en cámara lenta.
–¿Por qué es todo esto? –pegunto.
–Por la negativa rotunda de Estados Unidos a darle acceso a lnternet a la isla, a través de uno de los cables submarinos de fibra óptica que pasan cerca de las costas. Cuba se ve obligada, en cambio, a bajar la señal de un satélite, lo que encarece mucho más el servicio que el gobierno cubano ha de pagar, e impide disponer de un mayor ancho de banda que permita dar acceso a muchos más usuarios y a la velocidad que es normal en todo el mundo, con la banda ancha.
Por estas razones el gobierno cubano da prioridad para conectarse no a quienes pueden pagar por el costo del servicio, sino a quienes más lo necesitan, como médicos, académicos, periodistas, profesionistas, “cuadros” del gobierno y clubes de Internet de uso social. No se puede más.
Pienso en los descomunales esfuerzos del sitio cubano Cubadebate para alimentar al interior y llevar hacia el exterior la información del país, en las condiciones existentes. Pero, según Fidel, Cuba podrá solucionar pronto esta situación.
Se refiere a la conclusión de las obras de cable submarino que se tiende del puerto de La Guaira, en Venezuela, hasta las cercanías de Santiago de Cuba. Con estas obras, llevadas adelante por el gobierno de Hugo Chávez, la isla podrá disponer de banda ancha y posibilidades de acometer una gran ampliación del servicio.
–Muchas veces se ha señalado a Cuba, y en particular a usted, de mantener una posición antiestadunidense a rajatabla, y hasta han llegado a acusarlo de guardar odio hacia esa nación –le digo.
—Nada de eso –aclara–. ¿Por qué odiar a Estados Unidos, si es sólo un producto de la historia?
Pero, en efecto: hace apenas como 40 días, cuando todavía no había terminado de “resucitar” se ocupó –para variar–, en sus nuevas Reflexiones, de su poderoso vecino.
“Es que empecé a ver bien clarito los problemas de la tiranía mundial creciente… –y se le presentó, a la luz de toda la información que manejaba, la “inminencia de un ataque nuclear que desataría la conflagración mundial.”
Todavía no podía salir a hablar, a hacer lo que está haciendo ahora, me indica. Apenas podía escribir con cierta fluidez, pues no sólo tuvo que aprender a caminar, sino también, a sus 84 años, debió volver a aprender a escribir..
“Salí del hospital, fui para la casa, pero caminé, me excedí. Luego tuve que hacer rehabilitación de los pies. Para entonces ya lograba comenzar de nuevo a escribir.
“El salto cualitativo se dio cuando pude dominar todos los elementos que me permitían hacer posible todo lo que estoy haciendo ahora. Pero puedo y debo mejorar... Puedo llegar a caminar bien. Hoy, ya te dije, caminé 600 pasos solo, sin bastón, sin nada, y esto lo debo conciliar con lo que subo y bajo, con las horas que duermo, con el trabajo.”
–¿Qué hay detrás de este frenesí en el trabajo, que más que a una rehabilitación puede conducirlo a una recaída?
Fidel se concentra, cierra los ojos como para empezar un sueño, pero no... vuelve a la carga:
“No quiero estar ausente en estos días. El mundo está en la fase más interesante y peligrosa de su existencia y yo estoy bastante comprometido con lo que vaya a pasar. Tengo cosas que hacer todavía.”
¿Cómo cuáles?
–Como la conformación de todo un movimiento antiguerra nuclear –es a lo que viene dedicándose desde su reaparición.
“Crear una fuerza de persuasión internacional para evitar que esa amenaza colosal se cumpla” representa todo un reto, y Fidel nunca ha podido resistirse a los retos.
“Al principio yo pensé que el ataque nuclear iba a darse sobre Corea del Norte, pero pronto rectifiqué porque me dije que ése lo paraba China con su veto en el Consejo de Seguridad...
“Pero lo de Irán no lo para nadie, porque no hay veto ni chino ni ruso. Luego vino la resolución (de Naciones Unidas), y aunque vetaron Brasil y Turquía, Líbano no lo hizo y entonces se tomó la decisión.”
Fidel convoca a científicos, economistas, comunicadores, etcétera, a que den su opinión sobre cuál puede ser el mecanismo mediante el cual se va a desatar el horror, y la forma en que puede evitarse. Hasta a ejercicios de ciencia ficción los ha llevado.
“¡Piensen, piensen!”, anima en las discusiones. “Razonen, imaginen”, exclama el entusiasta maestro en que se ha convertido en estos días.
No todo el mundo ha comprendido su inquietud. No son pocos los que han visto catastrofismo y hasta delirio en su nueva campaña. A todo esto habría que agregar el temor que a muchos asalta, de que su salud sufra una recaída.
Fidel no ceja: nada ni nadie es capaz de frenarlo siquiera. Él necesita, a la mayor brevedad, CONVENCER para así DETENER la conflagración nuclear que –insiste– amenaza con desaparecer a una buena parte de la humanidad. “Tenemos que movilizar al mundo para persuadir a Barack Obama, presidente de Estados Unidos, de que evite la guerra nuclear. Él es el único que puede, o no, oprimir el botón.”
Con los datos que ya maneja como un experto, y los documentos que avalan sus dichos, Fidel cuestiona y hace una exposición escalofriante:
–¿Tú sabes el poder nuclear que tienen unos cuantos países del mundo en la actualidad, comparado con el de la época de Hiroshima y Nagazaki?
“Cuatrocientas setenta mil veces el poder explosivo que tenía cualquiera de las dos bombas que Estados Unidos arrojó sobre esas dos ciudades japonesas. ¡Cuatrocientas setenta mil veces más!”, subraya escandalizado.
Esa es la potencia que tiene cada una de las más de 20 mil armas nucleares que –se calcula– hay hoy día en el mundo.
Con mucho menos de esa potencia –con tan sólo 100– ya se puede producir un invierno nuclear que oscurezca el mundo en su totalidad.
Esta barbaridad puede producirse en cosa de unas días, para ser más precisos, el 9 de septiembre próximo, que es cuando vencen los 90 días otorgados por el Consejo de Seguridad de la ONU para comenzar a inspeccionar los barcos de Irán.
–¿Tú crees que los iraníes van a retroceder? ¿Tú te los imaginas? Hombres valientes, religiosos que ven en la muerte casi un premio... Bien, los iraníes no van a ceder, eso es seguro. ¿Van a ceder los yanquis? Y, ¿qué va a pasar si ni uno ni otro ceden? Y esto puede ocurrir el próximo 9 de septiembre.
“Un minuto después de la explosión, más de la mitad de los seres humanos habrán muerto, el polvo y el humo de los continentes en llamas derrotarán a la luz solar, y las tinieblas absolutas volverán a reinar en el mundo”, escribió Gabriel García Máquez con ocasión del 41 aniversario de Hiroshima. “Un invierno de lluvias anaranjadas y huracanes helados invertirán el tiempo de los océanos y voltearán el curso de los ríos, cuyos peces habrán muerto de sed en las aguas ardientes... La era del rock y de los corazones trasplantados estará de regreso a su infancia glacial...”
Editorial
SANO EGOÍSMO
El País de Uruguay (www.elpais.com.uy)
El gobierno le ofreció a Bolivia "por lo menos" diez hectáreas marítimas en la bahía de Montevideo, en aguas profundas, "para establecer allí un territorio boliviano enclavado en el puerto" (EPA) donde se instalaría una refinería para industrializar gas natural de aquel país. Un alto funcionario uruguayo habló de la "construcción en conjunto" de un "puerto compartido", con Bolivia y Paraguay, en territorio uruguayo. El ministro de Relaciones Exteriores paraguayo, a su vez, informó que en la reciente reunión de Asunción, "el presidente Mujica ratificó la voluntad de ceder un puerto de aguas profundas para el Paraguay" (El País, 16 de agosto).
El Uruguay también ofreció construir barcazas fluviales para aquellos dos países, "lo cual le daría autonomía a los países para la salida al mar". Es una buena idea. Pero sería oportuno recordar que el Paraguay estableció comunicaciones "autónomas" con ultramar mucho antes que nosotros. En su momento, el Estado paraguayo contó con una flota mercante moderna que ofrecía servicios con el Río de la Plata (basta mencionar el caso del vapor de ruedas "Tacuarí", botado en 1854). Es cierto, no faltarán quienes sostengan que estas referencias históricas no tienen mucho sentido ahora. Pero se equivocan profundamente. La única forma de comprender adecuadamente la importancia de los intereses fluviales, marítimos y portuarios uruguayos es conociendo la geografía y la historia de la cuenca del Plata.
Debería preocupar la propuesta de ceder un enclave en la bahía de Montevideo (¿alguien se detuvo a averiguar qué es, para el derecho Internacional, un "enclave"?) extranjero. Igual con la idea de "ceder" un punto en la costa atlántica para un proyecto portuario "conjunto" o "compartido", o como sea que quieran llamarlo. ¿A qué se debe este afán de entregar partes estratégicas de nuestro territorio a potencias extranjeras, aunque pertenezcan a la región? ¿No será, en el fondo, un corolario de esa equivocada perspectiva de que somos un "pequeño país"?
Si deseamos ayudar a nuestros vecinos de Urupabol, lo que debemos hacer es aprovechar al máximo las ventajas competitivas naturales que tiene el Uruguay para que las empresas estatales y privadas de nuestro país les ofrezcan servicios de transporte fluvial y marítimo, y portuarios modernos, económicos y eficientes. Para ello no es necesario invertir tiempo y energía en proyectos funambulescos o de muy largo plazo. Podemos comenzar hoy con iniciativas concretas, posibles, de aplicación inmediata y que producirán beneficios a corto plazo.
Incluyendo construir la hidrovía del río Uruguay, profundizar los canales de Martín García, seguir mejorando el puerto de Montevideo y profundizar gradualmente sus canales de acceso y desarrollar las comunicaciones internas y regionales, incluyendo el ferrocarril.
Está bien ser generoso con nuestros vecinos; pero la generosidad bien entendida comienza por casa. De esta manera, el Uruguay, al perseguir, con sano egoísmo, su interés nacional contribuirá al desarrollo y prosperidad de todos sus vecinos.
"Asegurar a Paraguay y Bolivia servicios portuarios eficientes y a costos razonables".
¿CUÁNTA GENTE SE VA Y POR CUÁNTO TIEMPO A CAUSA DE DESASTRES NATURALES?
Inundaciones en Pakistán, en China; incendios en Rusia, Portugal, Grecia; terremotos en Chile, en Haití. Un informe de Swissinfo intenta dar respuesta a la incógnita surgida por la sucesión de catástrofes naturales en el mundo. El académico suizo Raoul Kainzing estudia las repercusiones del cambio climático en las comunidades de Bolivia.
MDZol de Argentina (www.mdzol.com/mdz/nota)
Las respuestas de la Naturaleza a la acción del hombre ocupa desde hace tiempo a científicos y políticos. Ya en 1990, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) señaló que los desastres causados por las alteraciones del clima podrían provocar la migración de entre 200 y 700 millones de personas para el año 2050.
Atraído por los alcances del tema, Raoul Kainzing decidió estudiarlo en un país del Sur, concretamente en Bolivia cuya orografía guarda similitudes con la de Suiza. Para esa meta deja durante dos o tres meses sus tareas de asistente de docente en la Universidad de Neuchâtel, en la Suiza de habla francesa.
La dependencia del agua
“En mi trabajo de campo he hecho algunas entrevistas con gente de comunidades que viven en las faldas del Illimani y dependen de las aguas de este nevado”, sobre todo en periodos de sequía por la ausencia de lluvias. Este factor y la falta de tierra (las familias se multiplican y el suelo no crece) fuerzan la emigración de la gente joven hacia las ciudades de Santa Cruz o La Paz.
Kainzing considera que la presión demográfica en las ciudades receptoras no ocasiona necesariamente impactos ecológicos graves. Pero admite que el aprovechamiento inadecuado de las aguas y la falta de tratamiento de las aguas servidas que salen de la ciudad contaminan a las que corren, por ejemplo, en el Río Choqueyapu que sirven para regar los cultivos en el valle de Río Abajo. Además de poner a prueba las estructuras sanitarias.
Si focalizamos en el tema de los glaciares, hay un deshielo, un retroceso. No obstante, las comunidades próximas no siempre dependen de los glaciares, por ejemplo de Zongo o del Huayna Potosí, porque casi un 85% de su abastecimiento de agua proviene de las lluvias. Aún así no faltan voces alarmistas que ven en el fenómeno un problema inmenso, señala.
El estudioso de Neuchâtel cree necesario realizar más estudios al respecto. El ejemplo de los glaciares le es particularmente interesante porque es la consecuencia más visible del cambio climático. “Cuando las temperaturas suben medio grado es difícil sentirlo, casi no cambia nada, pero los glaciares son indicadores de la variabilidad de la temperatura porque se puede ver que hay un deshielo y eso es uno de los impactos del cambio climático. Por eso es importante investigar este tipo de cambios”.
Parecidos, pero diferentes
Suiza y Bolivia cuentan en su orografía con montañas nevadas que, en muchos casos, albergan glaciares considerables. Más allá de esta similitud, el investigador Kaizing precisa las diferencias: En Bolivia son glaciares tropicales y en Suiza, continentales. En ambos casos se registran retrocesos, pero “en Suiza es menos importante que en regiones tropicales. No se puede comparar la gravedad”.
El cambio climático que provoca el deshielo afecta más al sector económico, entre ellos el del turismo invernal, porque la falta de nieve obliga a crearla artificialmente, sin omitir el impacto ecológico consecuente. En Bolivia, el efecto es directo sobre las poblaciones dependientes del agua proveniente de los glaciares. “En Suiza no falta agua”, precisa Kainzig.
INDIGENAS AMENAZAN CONSTRUCCIÓN DE GASODUCTO BOLIVIA-ARGENTINA
CRI de China (www.espanol.cri.cn)
La Asamblea del Pueblo Guaraní (APG) de Yacuiba del departamento de Tarija amenazó el 29 de agosto con paralizar la construcción del Gasoducto de Integración Juana Azurduy (GIJA), por donde se exportará gas natural de Bolivia a la Argentina, ante el supuesto incumplimiento de un acuerdo por parte del gobierno.
"Como organización vamos a actividades que se han iniciado como el Gasoducto Juana Azurduy, que está en pie. Si es que el gobierno quiere hacer a la fuerza (exploración de petróleo en el parque Aguaragüe), también nosotros nos vamos a resistir al acuerdo que se está realizando", señaló el dirigente indígena Jorge Mendoza a la radio Erbol.
Ante este hecho el gobierno boliviano dijo que permanentemente están dialogando con los sectores indígenas para responder a sus demandas, dentro el marco legal establecido y extrañan esas advertencias que pueden generar grandes perjuicios para el proyecto gasífero que se ejecuta.
El presidente de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Carlos Villegas, manifestó que Bolivia está condiciones de ratificar su compromiso de la entrega del gasoducto del lado que les corresponde hasta mayo del 2011, pero acciones obstruccionistas pueden afectar al cronograma.
El dirigente indígena explicó que mientras estaban en negociaciones con autoridades del gobierno, el Ministerio de Medio Ambiente y Agua emitió la ficha ambiental para que la empresa YPFB Petroandina ponga en marcha el proyecto petrolero Timboy X2, en el Parque Aguaragüe, sin haber ningún acuerdo con la APG. Los guaraníes se oponen a que se inicien las pruebas sísmicas para encontrar petróleo en el Aguaragüe, porque es la única reserva de agua para los pobladores, además que existe observaciones al proyecto hidrocarburífero.
Bolivia y Argentina tienen una licitación para la construcción del GIJA. Este nuevo ducto le permitirá al país incrementar los volúmenes de envío de gas natural a Argentina, a partir del mes de mayo del 2011, hasta 13 millones de metros cúbicos día.
Los gobiernos de Bolivia y Argentina garantizaron la conclusión y entrega del Gasoducto de Integración Juana Azurduy (GIJA) en el mes de mayo de 2011
El embajador de Argentina en Bolivia, Horacio Macedo, informó que existen avances en el proyecto de la construcción del gasoducto Juana Azurduy, que tendrá una longitud de 20 kilómetros y 32 pulgadas de diámetro.
El GIJA es el sistema de transporte y/o compresión de gas desde el punto de interconexión con el gasoducto Yabog, en el lado boliviano, hasta la interconexión con la estación de compresión Campo Durán, en el lado argentino.
La construcción de este nuevo gasoducto es parte de los acuerdos binacionales establecidos el 26 de marzo pasado, en ocasión de la firma de la primera adenda al contrato de exportación de gas natural con la Argentina, vigente desde 2006.
En él se muestra una enorme área que, según Montoya, abarca más de 100.000 hectáreas en las que hay uranio y otros minedispersos. Desde el límite en conflicto (territorio entre Coroma, Potosí, y Sevaruyo, Oruro), la riqueza dormida se tiende hacia el sur, siguiendo la Cordillera de los Frailes, hasta llegar al salar de Uyuni, desierto blanco de 10.000 kilómetros cuadrados que guarda la mitad de las reservas mundiales de litio.
Montoya explica que el trabajo fue realizado desde 1992 por seis científicos de Estados Unidos y con ayuda de la NASA. Él ingresó al proyecto en 2000, cuando tenía el grado de capitán, como contraparte del Ministerio de Defensa. En esa oportunidad se mapeó todo el territorio nacional vía satélite, con una resolución de dos píxeles por cada metro cuadrado, lo que, según Montoya, la hace 100% confiable. Explica que lo que se descubrió es que en toda la zona existen minerales complejos de alta ley, no sólo uranio, sino también oro, plata y cobre diseminados y mezclados. Incluso se logró ubicar sodio, que, según Montoya, es más valioso que el oro. “Este país nació minero y morirá minero. Son 100.000 hectáreas de yacimiento que se las puede trabajar a cielo abierto. Imagínese, Chuquicamata ha hecho rico a Chile, pero ésto es 10 veces más grande”, dijo Montoya.
Consultado al respecto, el presidente del Comité Cívico de Potosí, Celestino Condori, explicó que su institución se maneja con datos del Servicio Nacional de Geología y Técnico de Minas (Sergeotecmin) y que nunca se les informó de que había estos reservorios en la zona. Aseguró que su lucha estaba más orientada a conseguir que se instale en la zona de Coroma una planta de cemento.
Édgar Sánchez, secretario general de la Gobernación de Oruro, coincidió con Condori y se limitó a decir que no conoce nada del tema.
El que mostró mucho interés al respecto fue Héctor Córdova, viceministro de Minería, que señaló que el Gobierno estaba buscando la forma de mapear por satélite el territorio nacional y que, pese a que se buscó durante un día, el informe realizado por los estadounidenses no fue en encontrado en Sergeotecmin. Consideró el informe como una especie de mapa del tesoro y una noticia alentadora para el país y para la zona en cuestión, que alberga pueblos con más de la mitad de sus habitantes por debajo de la línea de la indigencia. Montoya asegura que todos los informes están en el Gobierno y no sabe por qué la Comisión Minera de Bolivia “está haciendo equivocarse al Presidente”. Dice que trabajar la zona como cantera de piedra caliza es desperdiciarla, ya que la tonelada de cemento se cotiza en alrededor de los Bs 1.000, mientras que los concentrados de cobre, por ejemplo, superan los $us 3.000 por tonelada.
Sin embargo, que exista la reserva no implica que sea rentable. Eduardo Elder, ingeniero nuclear que ha instalado plantas en Argentina, Bélgica y España, explica que producir uranio no es tarea sencilla, aunque es posible. Comparado con la producción de sulfato de litio en el salar de Uyuni (base para producir baterías), Elder considera que es más difícil por los riesgos que entraña manejar elementos radioactivos. Considera que lo primero que se debe hacer como país es encontrar buenos geólogos y metalurgistas que sepan cuáles son los métodos de molienda y lixiviado para concentrar el mineral. Luego, explica que ese concentrado se necesita transportar a un lugar en el que haya electricidad, ya que, caso contrario, se debería construir toda una ciudad en la zona para instalar otra planta que elimine todas las impurezas del mineral para llegar a producir ‘yellowcake’ (torta amarilla y óxido de uranio), que puede exportarse a otros países para que sea enriquecido para utilizarse como combustible de plantas nucleares, de institutos de investigación o de vehículos nucleares.
Elder advierte, sin embargo, de los peligros de la minería en zonas en las que hay uranio. Explica que una de las degradaciones de este mineral es el gas argón, que se encuentra asociado a los yacimientos y es radioactivo. Este ‘gas noble’ emite una ‘partícula alfa’ que puede ser fácilmente detenida por un guante de látex, pero si es aspirada por el trabajador, provoca serias alteraciones en su salud. Señala que este gas es liberado aunque no se busque extraer el uranio, por lo que recomienda trabajar en minas ventiladas y con la protección adecuada.
Hay ofertas de partidas desde Bolivia en la red
Dos avisos en la página Mundo Anuncios ofrecen uranio explotado en Bolivia. Se trata de dos cargas de dos y seis toneladas con concentraciones que varían entre el 51% y 61% que se pusieron en oferta entre 2008 y 2009. Los ofertantes aseguraron que se encuentran en Santa Cruz y La Paz, y que estaban listas para ser exportadas.
Según explica Marco Montoya, el uranio en Bolivia se de-secha. Señala que en las zonas de yacimientos existen otros metales que están siendo explotados y que el uranio se bota como ‘caja’ o desperdicio.Eduardo Elder cree que las ofertas de Internet pueden ser hallazgos de uranio producto de la explotación de otros minerales. Lo consideró como algo residual y de poca posibilidad de mercado, ya que es poca cantidad por las concentraciones explicadas.
Desde mayo de este año, el Estado retomó las exploraciones de uranio a partir de la mina Cotaje, que se encuentra en la zona del territorio en disputa entre Oruro y Potosí. Allí, en la década de los años 70 y 80, hubo trabajos experimentales e incluso se logró refinar dos kilos de Yellowcake.
El Estado no lo ha tomado como una prioridad y ha destinado $us 450.000 a su prospección. Esto se produce un año después de que el servicio de Inteligencia de Israel acusara a Bolivia de proveer uranio a Irán, algo que fue negado por el Gobierno y que sería difícil, ya que, según Elder, con la tecnología boliviana actual se necesitaría transportar toneladas de basura para obtener unos gramos de uranio.
Las cifras
140.000Toneladas, es el mínimo estimado en el yacimiento descrito por el informe estadounidense
450.000Dólares es lo que ha destinado Bolivia para explorar reservas de uranio desde mayo de este año
100.000Hectáreas es lo que mide el reservorio delimitado por la prospección satelital hecha por EEUU
En el país
- Equivalencias. 1 kilo de uranio equivale a 100 barriles de petróleo; 20.000 m3 de gas; 35 t de carbón; 100 t de leña.
- Inicios. A partir de la década del 70, la Comisión Boliviana de Energía Nuclear, mediante su Departamento de Exploración de Minerales, inició investigaciones sobre la existencia de uranio en Bolivia, conformando un equipo de especialistas y expertos nacionales que tuvieron entrenamiento en centros de energía nuclear de Europa para realizar labores de prospección, exploración y explotación de minerales de uranio y torio.
- Descubrimiento. Se encontró el yacimiento de Cotaje, situado en la Provincia Antonio Quijarro de Potosí y anomalías puntuales radioactivas en el altiplano y el Escudo Precámbrico del oriente.
- Segunda ola. El Servicio Geológico de Bolivia, junto a su similar de Gran Bretaña, exploró el Precámbrico en el año 1980, verificándose la existencia de minerales de torio-uranio, tantalita y tierras raras. La Empresa Canadiense Mega Uranium, asociada con la Intrepid Mines, tuvieron inversiones para explorar el mineral de uranio en diferentes áreas de Bolivia, pero se desconocen sus resultados.
- Producción. Según La Patria, a partir de 1970, la Comisión Boliviana de Energía Atómica (Coboen) inició las investigaciones sobre la explotación del mineral de uranio en el cerro Cotaje. Se montó una planta de lixiviación para tratamiento de aquél mineral, de manera que en 1974 se logró producir 2 Kg de concentrado de uranio denominado ‘yellowcake’ (torta amarilla) con una pureza del 60 % en un periodo de seis meses, el mismo que fue entregado al presidente de la República de ese entonces, Hugo Banzer Suárez. De esta manera, Bolivia se constituía en el segundo país productor de este mineral, después de Argentina. Posteriormente se proyectó la inversión de $us 308.600 para la puesta en marcha de la industrialización del mineral de uranio en una primera fase, proveyéndose una producción anual de 4.000 Kg de yellowcake.
- En Santa Cruz. Según Eduardo Elder, ingeniero nuclear, existe abundancia de torio y uranio en Manomó, zona minera situada al norte del parque nacional Noel Kempff Mercado. Explica también que la zona es rica en fosfato, que puede ser explotado para la producción de fertilizante mucho más efectivo que la úrea. (www.eldeber.com.bo)
“LLEGUÉ A ESTAR MUERTO, PERO RESUCITÉ”
“Hay que persuadir a Obama de que evite la guerra nuclear”. “No quiero estar ausente en estos días. El mundo está en la fase más interesante y peligrosa de su existencia y yo estoy bastante comprometido con lo que vaya a pasar. Tengo cosas que hacer todavía”.
La Jornada de México (www.jornada.unam.mx)
Estuvo cuatro años debatiéndose entre la vida y la muerte. En un entrar y salir del quirófano, entubado, recibiendo alimentos a través de venas y catéteres y con pérdidas frecuentes del conocimiento…
“Mi enfermedad no es ningún secreto de Estado”, habría dicho poco antes de que ésta hiciera crisis y lo obligara a “hacer lo que tenía que hacer”: delegar sus funciones como presidente del Consejo de Estado y, consecuentemente, como comandante en jefe de las fuerzas armadas de Cuba.
“No puedo seguir más”, admitió entonces –según revela en ésta su primera entrevista con un medio impreso extranjero desde entonces–. Hizo el traspaso del mando, y se entregó a los médicos.
La conmoción sacudió a la nación entera, a los amigos de otras partes; hizo abrigar esperanzas revanchistas a sus detractores, y puso en estado de alerta al poderoso vecino del norte. Era el 31 de julio de 2006 cuando dio a conocer, de manera oficial, la carta de renuncia del máximo líder de la Revolución cubana.
Lo que no consiguió en 50 años su enemigo más feroz (bloqueos, guerras, atentados ) lo alcanzó una enfermedad sobre la que nadie sabía nada y se especulaba todo. Una enfermedad que al régimen, lo aceptara o no, iba a convertírsele en “secreto de Estado”.
(Pienso en Raúl, en el Raúl Castro de aquellos momentos. No era sólo el paquete que le habían confiado casi de buenas a primeras, aunque estuviera acordado de siempre; era la delicada salud de su compañera Vilma Espín –quien poco después fallecería víctima de cáncer–, y la muy probable desaparición de su hermano mayor y jefe único en lo militar, en lo político, en lo familiar.)
Hoy hace 40 días Fidel Castro reapareció en público de manera definitiva, al menos sin peligro aparente de recaída. En un clima distendido y cuando todo hace pensar que la tormenta ha pasado, el hombre más importante de la Revolución cubana luce rozagante y vital, aunque no domine del todo los movimientos de sus piernas.
Durante alrededor de cinco horas que duró la charla-entrevista –incluido el almuerzo– con La Jornada, Fidel aborda los más diversos temas, aunque se obsesione con algunos en particular. Permite que se le pregunte de todo –aunque el que más interrogue sea él– y repasa por primera vez y con dolorosa franqueza algunos momentos de la crisis de salud que sufrió los pasados cuatro años.
“Llegué a estar muerto”, revela con una tranquilidad pasmosa. No menciona por su nombre la divertículis que padeció ni se refiere a las hemorragias que llevaron a los especialistas de su equipo médico a intervenirlo en varias o muchas ocasiones, con riesgo de perder la vida en cada una.
Pero en lo que sí se explaya es en el relato del sufrimiento vivido. Y no muestra inhibición alguna en calificar la dolorosa etapa como un “calvario”.
“Yo ya no aspiraba a vivir, ni mucho menos... Me pregunté varias veces si esa gente (sus médicos) iban a dejarme vivir en esas condiciones o me iban a permitir morir... Luego sobreviví, pero en muy malas condiciones físicas. Llegué a pesar cincuenta y pico de kilogramos.”
“Sesenta y seis kilogramos”, precisa Dalia, su inseparable compañera que asiste a la charla. Sólo ella, dos de sus médicos y otros dos de sus más cercanos colaboradores están presentes.
–Imagínate: un tipo de mi estatura pesando 66 kilos. Hoy alcanzo ya entre 85 y 86 kilos, y esta mañana logré dar 600 pasos solo, sin bastón, sin ayuda.
“Quiero decirte que estás ante una especie de re-su-ci-ta-do”, subraya con cierto orgullo. Sabe que además del magnífico equipo médico que lo asistió en todos estos años, con el que se puso a prueba la calidad de la medicina cubana, ha contado su voluntad y esa disciplina de acero que se impone siempre que se empeña en algo.
–No cometo nunca la más mínima violación –asegura–. De más está decir que me he vuelto médico con la cooperación de los médicos. Con ellos discuto, pregunto (pregunta mucho), aprendo (y obedece)...
Conoce muy bien las razones de sus accidentes y caídas, aunque insiste en que no necesariamente unas llevan a las otras. “La primera vez fue porque no hice el calentamiento debido, antes de jugar basquetbol.” Luego vino lo de Santa Clara: Fidel bajaba de la estatua del Che, donde había presidido un homenaje, y cayó de cabeza. “Ahí influyó que los que lo cuidan a uno también se van poniendo viejos, pierden facultades y no se ocuparon”, aclara.
Sigue la caída de Holguín, también cuan grande es. Todos estos accidentes antes de que la otra enfermedad hiciera crisis y lo dejara por largo tiempo en el hospital.
“Tendido en aquella cama, sólo miraba a mi alrededor, ignorante de todos esos aparatos. No sabía cuánto tiempo iba a durar ese tormento y de lo único que tenía esperanza es de que se parara el mundo”, seguro para no perderse de nada. “Pero resucité”, dice ufano.
–Y cuando resucitó, comandante, ¿con qué se encontró? –le pregunto.
–Con un mundo como de locos... Un mundo que aparece todos los días en la televisión, en los periodicos, y que no hay quien entienda, pero el que no me hubiera querido perder por nada del mundo –sonríe divertido.
Con una energía sorprendente en un ser humano que viene levantándose de la tumba –como él dice– y con la mismísima curiosidad intelectual de antes, Fidel Castro se pone al día.
Dicen, los que lo conocen bien, que no hay un proyecto, colosal o milimétrico, en el que no se empeñe con una pasión encarnizada y que en especial lo hace si tiene que enfrentarse a la adversidad, como había sido y era el caso.
“Nunca como entonces parece de mejor humor.” Alguien que cree conocerlo bien le dijo: “las cosas deben andar muy mal, porque usted está rozagante”.
La tarea de acumulación informativa cotidiana de este sobreviviente comienza desde que despierta. A una velocidad de lectura que nadie sabe con qué método consigue, devora libros; se lee entre 200 y 300 cables informativos por día; está pendiente y al momento de las nuevas tecnologías de la comunicación; se fascina con Wikileaks, “la garganta profunda del Internet”, famosa por la filtración de más de 90 mil documentos militares sobre Afganistán, en los que este nuevo “navegante” está trabajando.
–¿Te das cuenta, compañera, de lo que esto significa? –me dice–. Internet ha puesto en manos de nosotros la posibilidad de comunicarnos con el mundo. Con nada de esto contábamos antes –comenta, al tiempo que se deleita viendo y seleccionando cables y textos bajados de la red, que tiene sobre el escritorio: un pequeño mueble, demasiado pequeño para la talla (aun disminuida por la enfermedad) de su ocupante.
–Se acabaron los secretos, o al menos eso pareciera. Estamos ante un “periodismo de investigación de alta tecnología”, como lo llama el New York Times, y al alcance de todo el mundo.
–Estamos ante el arma más poderosa que haya existido, que es la comunicación –ataja–. El poder de la comunicación ha estado, y está, en manos del imperio y de ambiciosos grupos privados que hicieron uso y abuso de él. Por eso los medios han fabricado el poder que hoy ostentan.
Lo escucho y no puedo menos que pensar en Chomsky: cualquiera de las trapacerías que el imperio intente debe contar antes con el apoyo de los medios, principalmente periódicos y televisión, y hoy, naturalmente, con todos los instrumentos que ofrece la Internet.
Son los medios los que antes de cualquier acción crean el concenso. “Tienden la cama”, diríamos... Acondicionan el teatro de operaciones.
Sin embargo, acota Fidel, aunque han pretendido conservar intacto ese poder, no han podido. Lo están perdiendo día con día. En tanto que otros, muchos, muchísimos, emergen a cada momento…
Se hace entonces un reconocimiento a los esfuerzos de algunos sitios y medios, además de Wikileaks: por el lado latinoamericano, a Telesur de Venezuela, a la televisión cultural de Argentina, el Canal Encuentro, y a todos aquellos medios, públicos o privados, que enfrentan a poderosos consorcios particulares de la región y a trasnacionales de la información, la cultura y el entretenimiento.
Informes sobre la manipulación de los poderosos grupos empresariales locales o regionales, sus complots para entronizar o eliminar gobiernos o personajes de la política, o sobre la “tiranía” que ejerce el “imperio” a través de las trasnacionales, están ahora al alcance de todos los mortales.
Pero no de Cuba, que apenas dispone de una entrada de Internet para todo el país, comparable a la que tiene cualquier hotel Hilton o Sheraton.
Ésa es la razón por la que conectarse en Cuba es desesperante. La navegación es como si se hiciera en cámara lenta.
–¿Por qué es todo esto? –pegunto.
–Por la negativa rotunda de Estados Unidos a darle acceso a lnternet a la isla, a través de uno de los cables submarinos de fibra óptica que pasan cerca de las costas. Cuba se ve obligada, en cambio, a bajar la señal de un satélite, lo que encarece mucho más el servicio que el gobierno cubano ha de pagar, e impide disponer de un mayor ancho de banda que permita dar acceso a muchos más usuarios y a la velocidad que es normal en todo el mundo, con la banda ancha.
Por estas razones el gobierno cubano da prioridad para conectarse no a quienes pueden pagar por el costo del servicio, sino a quienes más lo necesitan, como médicos, académicos, periodistas, profesionistas, “cuadros” del gobierno y clubes de Internet de uso social. No se puede más.
Pienso en los descomunales esfuerzos del sitio cubano Cubadebate para alimentar al interior y llevar hacia el exterior la información del país, en las condiciones existentes. Pero, según Fidel, Cuba podrá solucionar pronto esta situación.
Se refiere a la conclusión de las obras de cable submarino que se tiende del puerto de La Guaira, en Venezuela, hasta las cercanías de Santiago de Cuba. Con estas obras, llevadas adelante por el gobierno de Hugo Chávez, la isla podrá disponer de banda ancha y posibilidades de acometer una gran ampliación del servicio.
–Muchas veces se ha señalado a Cuba, y en particular a usted, de mantener una posición antiestadunidense a rajatabla, y hasta han llegado a acusarlo de guardar odio hacia esa nación –le digo.
—Nada de eso –aclara–. ¿Por qué odiar a Estados Unidos, si es sólo un producto de la historia?
Pero, en efecto: hace apenas como 40 días, cuando todavía no había terminado de “resucitar” se ocupó –para variar–, en sus nuevas Reflexiones, de su poderoso vecino.
“Es que empecé a ver bien clarito los problemas de la tiranía mundial creciente… –y se le presentó, a la luz de toda la información que manejaba, la “inminencia de un ataque nuclear que desataría la conflagración mundial.”
Todavía no podía salir a hablar, a hacer lo que está haciendo ahora, me indica. Apenas podía escribir con cierta fluidez, pues no sólo tuvo que aprender a caminar, sino también, a sus 84 años, debió volver a aprender a escribir..
“Salí del hospital, fui para la casa, pero caminé, me excedí. Luego tuve que hacer rehabilitación de los pies. Para entonces ya lograba comenzar de nuevo a escribir.
“El salto cualitativo se dio cuando pude dominar todos los elementos que me permitían hacer posible todo lo que estoy haciendo ahora. Pero puedo y debo mejorar... Puedo llegar a caminar bien. Hoy, ya te dije, caminé 600 pasos solo, sin bastón, sin nada, y esto lo debo conciliar con lo que subo y bajo, con las horas que duermo, con el trabajo.”
–¿Qué hay detrás de este frenesí en el trabajo, que más que a una rehabilitación puede conducirlo a una recaída?
Fidel se concentra, cierra los ojos como para empezar un sueño, pero no... vuelve a la carga:
“No quiero estar ausente en estos días. El mundo está en la fase más interesante y peligrosa de su existencia y yo estoy bastante comprometido con lo que vaya a pasar. Tengo cosas que hacer todavía.”
¿Cómo cuáles?
–Como la conformación de todo un movimiento antiguerra nuclear –es a lo que viene dedicándose desde su reaparición.
“Crear una fuerza de persuasión internacional para evitar que esa amenaza colosal se cumpla” representa todo un reto, y Fidel nunca ha podido resistirse a los retos.
“Al principio yo pensé que el ataque nuclear iba a darse sobre Corea del Norte, pero pronto rectifiqué porque me dije que ése lo paraba China con su veto en el Consejo de Seguridad...
“Pero lo de Irán no lo para nadie, porque no hay veto ni chino ni ruso. Luego vino la resolución (de Naciones Unidas), y aunque vetaron Brasil y Turquía, Líbano no lo hizo y entonces se tomó la decisión.”
Fidel convoca a científicos, economistas, comunicadores, etcétera, a que den su opinión sobre cuál puede ser el mecanismo mediante el cual se va a desatar el horror, y la forma en que puede evitarse. Hasta a ejercicios de ciencia ficción los ha llevado.
“¡Piensen, piensen!”, anima en las discusiones. “Razonen, imaginen”, exclama el entusiasta maestro en que se ha convertido en estos días.
No todo el mundo ha comprendido su inquietud. No son pocos los que han visto catastrofismo y hasta delirio en su nueva campaña. A todo esto habría que agregar el temor que a muchos asalta, de que su salud sufra una recaída.
Fidel no ceja: nada ni nadie es capaz de frenarlo siquiera. Él necesita, a la mayor brevedad, CONVENCER para así DETENER la conflagración nuclear que –insiste– amenaza con desaparecer a una buena parte de la humanidad. “Tenemos que movilizar al mundo para persuadir a Barack Obama, presidente de Estados Unidos, de que evite la guerra nuclear. Él es el único que puede, o no, oprimir el botón.”
Con los datos que ya maneja como un experto, y los documentos que avalan sus dichos, Fidel cuestiona y hace una exposición escalofriante:
–¿Tú sabes el poder nuclear que tienen unos cuantos países del mundo en la actualidad, comparado con el de la época de Hiroshima y Nagazaki?
“Cuatrocientas setenta mil veces el poder explosivo que tenía cualquiera de las dos bombas que Estados Unidos arrojó sobre esas dos ciudades japonesas. ¡Cuatrocientas setenta mil veces más!”, subraya escandalizado.
Esa es la potencia que tiene cada una de las más de 20 mil armas nucleares que –se calcula– hay hoy día en el mundo.
Con mucho menos de esa potencia –con tan sólo 100– ya se puede producir un invierno nuclear que oscurezca el mundo en su totalidad.
Esta barbaridad puede producirse en cosa de unas días, para ser más precisos, el 9 de septiembre próximo, que es cuando vencen los 90 días otorgados por el Consejo de Seguridad de la ONU para comenzar a inspeccionar los barcos de Irán.
–¿Tú crees que los iraníes van a retroceder? ¿Tú te los imaginas? Hombres valientes, religiosos que ven en la muerte casi un premio... Bien, los iraníes no van a ceder, eso es seguro. ¿Van a ceder los yanquis? Y, ¿qué va a pasar si ni uno ni otro ceden? Y esto puede ocurrir el próximo 9 de septiembre.
“Un minuto después de la explosión, más de la mitad de los seres humanos habrán muerto, el polvo y el humo de los continentes en llamas derrotarán a la luz solar, y las tinieblas absolutas volverán a reinar en el mundo”, escribió Gabriel García Máquez con ocasión del 41 aniversario de Hiroshima. “Un invierno de lluvias anaranjadas y huracanes helados invertirán el tiempo de los océanos y voltearán el curso de los ríos, cuyos peces habrán muerto de sed en las aguas ardientes... La era del rock y de los corazones trasplantados estará de regreso a su infancia glacial...”
Editorial
SANO EGOÍSMO
El País de Uruguay (www.elpais.com.uy)
El gobierno le ofreció a Bolivia "por lo menos" diez hectáreas marítimas en la bahía de Montevideo, en aguas profundas, "para establecer allí un territorio boliviano enclavado en el puerto" (EPA) donde se instalaría una refinería para industrializar gas natural de aquel país. Un alto funcionario uruguayo habló de la "construcción en conjunto" de un "puerto compartido", con Bolivia y Paraguay, en territorio uruguayo. El ministro de Relaciones Exteriores paraguayo, a su vez, informó que en la reciente reunión de Asunción, "el presidente Mujica ratificó la voluntad de ceder un puerto de aguas profundas para el Paraguay" (El País, 16 de agosto).
El Uruguay también ofreció construir barcazas fluviales para aquellos dos países, "lo cual le daría autonomía a los países para la salida al mar". Es una buena idea. Pero sería oportuno recordar que el Paraguay estableció comunicaciones "autónomas" con ultramar mucho antes que nosotros. En su momento, el Estado paraguayo contó con una flota mercante moderna que ofrecía servicios con el Río de la Plata (basta mencionar el caso del vapor de ruedas "Tacuarí", botado en 1854). Es cierto, no faltarán quienes sostengan que estas referencias históricas no tienen mucho sentido ahora. Pero se equivocan profundamente. La única forma de comprender adecuadamente la importancia de los intereses fluviales, marítimos y portuarios uruguayos es conociendo la geografía y la historia de la cuenca del Plata.
Debería preocupar la propuesta de ceder un enclave en la bahía de Montevideo (¿alguien se detuvo a averiguar qué es, para el derecho Internacional, un "enclave"?) extranjero. Igual con la idea de "ceder" un punto en la costa atlántica para un proyecto portuario "conjunto" o "compartido", o como sea que quieran llamarlo. ¿A qué se debe este afán de entregar partes estratégicas de nuestro territorio a potencias extranjeras, aunque pertenezcan a la región? ¿No será, en el fondo, un corolario de esa equivocada perspectiva de que somos un "pequeño país"?
Si deseamos ayudar a nuestros vecinos de Urupabol, lo que debemos hacer es aprovechar al máximo las ventajas competitivas naturales que tiene el Uruguay para que las empresas estatales y privadas de nuestro país les ofrezcan servicios de transporte fluvial y marítimo, y portuarios modernos, económicos y eficientes. Para ello no es necesario invertir tiempo y energía en proyectos funambulescos o de muy largo plazo. Podemos comenzar hoy con iniciativas concretas, posibles, de aplicación inmediata y que producirán beneficios a corto plazo.
Incluyendo construir la hidrovía del río Uruguay, profundizar los canales de Martín García, seguir mejorando el puerto de Montevideo y profundizar gradualmente sus canales de acceso y desarrollar las comunicaciones internas y regionales, incluyendo el ferrocarril.
Está bien ser generoso con nuestros vecinos; pero la generosidad bien entendida comienza por casa. De esta manera, el Uruguay, al perseguir, con sano egoísmo, su interés nacional contribuirá al desarrollo y prosperidad de todos sus vecinos.
"Asegurar a Paraguay y Bolivia servicios portuarios eficientes y a costos razonables".
¿CUÁNTA GENTE SE VA Y POR CUÁNTO TIEMPO A CAUSA DE DESASTRES NATURALES?
Inundaciones en Pakistán, en China; incendios en Rusia, Portugal, Grecia; terremotos en Chile, en Haití. Un informe de Swissinfo intenta dar respuesta a la incógnita surgida por la sucesión de catástrofes naturales en el mundo. El académico suizo Raoul Kainzing estudia las repercusiones del cambio climático en las comunidades de Bolivia.
MDZol de Argentina (www.mdzol.com/mdz/nota)
Las respuestas de la Naturaleza a la acción del hombre ocupa desde hace tiempo a científicos y políticos. Ya en 1990, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) señaló que los desastres causados por las alteraciones del clima podrían provocar la migración de entre 200 y 700 millones de personas para el año 2050.
Atraído por los alcances del tema, Raoul Kainzing decidió estudiarlo en un país del Sur, concretamente en Bolivia cuya orografía guarda similitudes con la de Suiza. Para esa meta deja durante dos o tres meses sus tareas de asistente de docente en la Universidad de Neuchâtel, en la Suiza de habla francesa.
La dependencia del agua
“En mi trabajo de campo he hecho algunas entrevistas con gente de comunidades que viven en las faldas del Illimani y dependen de las aguas de este nevado”, sobre todo en periodos de sequía por la ausencia de lluvias. Este factor y la falta de tierra (las familias se multiplican y el suelo no crece) fuerzan la emigración de la gente joven hacia las ciudades de Santa Cruz o La Paz.
Kainzing considera que la presión demográfica en las ciudades receptoras no ocasiona necesariamente impactos ecológicos graves. Pero admite que el aprovechamiento inadecuado de las aguas y la falta de tratamiento de las aguas servidas que salen de la ciudad contaminan a las que corren, por ejemplo, en el Río Choqueyapu que sirven para regar los cultivos en el valle de Río Abajo. Además de poner a prueba las estructuras sanitarias.
Si focalizamos en el tema de los glaciares, hay un deshielo, un retroceso. No obstante, las comunidades próximas no siempre dependen de los glaciares, por ejemplo de Zongo o del Huayna Potosí, porque casi un 85% de su abastecimiento de agua proviene de las lluvias. Aún así no faltan voces alarmistas que ven en el fenómeno un problema inmenso, señala.
El estudioso de Neuchâtel cree necesario realizar más estudios al respecto. El ejemplo de los glaciares le es particularmente interesante porque es la consecuencia más visible del cambio climático. “Cuando las temperaturas suben medio grado es difícil sentirlo, casi no cambia nada, pero los glaciares son indicadores de la variabilidad de la temperatura porque se puede ver que hay un deshielo y eso es uno de los impactos del cambio climático. Por eso es importante investigar este tipo de cambios”.
Parecidos, pero diferentes
Suiza y Bolivia cuentan en su orografía con montañas nevadas que, en muchos casos, albergan glaciares considerables. Más allá de esta similitud, el investigador Kaizing precisa las diferencias: En Bolivia son glaciares tropicales y en Suiza, continentales. En ambos casos se registran retrocesos, pero “en Suiza es menos importante que en regiones tropicales. No se puede comparar la gravedad”.
El cambio climático que provoca el deshielo afecta más al sector económico, entre ellos el del turismo invernal, porque la falta de nieve obliga a crearla artificialmente, sin omitir el impacto ecológico consecuente. En Bolivia, el efecto es directo sobre las poblaciones dependientes del agua proveniente de los glaciares. “En Suiza no falta agua”, precisa Kainzig.
INDIGENAS AMENAZAN CONSTRUCCIÓN DE GASODUCTO BOLIVIA-ARGENTINA
CRI de China (www.espanol.cri.cn)
La Asamblea del Pueblo Guaraní (APG) de Yacuiba del departamento de Tarija amenazó el 29 de agosto con paralizar la construcción del Gasoducto de Integración Juana Azurduy (GIJA), por donde se exportará gas natural de Bolivia a la Argentina, ante el supuesto incumplimiento de un acuerdo por parte del gobierno.
"Como organización vamos a actividades que se han iniciado como el Gasoducto Juana Azurduy, que está en pie. Si es que el gobierno quiere hacer a la fuerza (exploración de petróleo en el parque Aguaragüe), también nosotros nos vamos a resistir al acuerdo que se está realizando", señaló el dirigente indígena Jorge Mendoza a la radio Erbol.
Ante este hecho el gobierno boliviano dijo que permanentemente están dialogando con los sectores indígenas para responder a sus demandas, dentro el marco legal establecido y extrañan esas advertencias que pueden generar grandes perjuicios para el proyecto gasífero que se ejecuta.
El presidente de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Carlos Villegas, manifestó que Bolivia está condiciones de ratificar su compromiso de la entrega del gasoducto del lado que les corresponde hasta mayo del 2011, pero acciones obstruccionistas pueden afectar al cronograma.
El dirigente indígena explicó que mientras estaban en negociaciones con autoridades del gobierno, el Ministerio de Medio Ambiente y Agua emitió la ficha ambiental para que la empresa YPFB Petroandina ponga en marcha el proyecto petrolero Timboy X2, en el Parque Aguaragüe, sin haber ningún acuerdo con la APG. Los guaraníes se oponen a que se inicien las pruebas sísmicas para encontrar petróleo en el Aguaragüe, porque es la única reserva de agua para los pobladores, además que existe observaciones al proyecto hidrocarburífero.
Bolivia y Argentina tienen una licitación para la construcción del GIJA. Este nuevo ducto le permitirá al país incrementar los volúmenes de envío de gas natural a Argentina, a partir del mes de mayo del 2011, hasta 13 millones de metros cúbicos día.
Los gobiernos de Bolivia y Argentina garantizaron la conclusión y entrega del Gasoducto de Integración Juana Azurduy (GIJA) en el mes de mayo de 2011
El embajador de Argentina en Bolivia, Horacio Macedo, informó que existen avances en el proyecto de la construcción del gasoducto Juana Azurduy, que tendrá una longitud de 20 kilómetros y 32 pulgadas de diámetro.
El GIJA es el sistema de transporte y/o compresión de gas desde el punto de interconexión con el gasoducto Yabog, en el lado boliviano, hasta la interconexión con la estación de compresión Campo Durán, en el lado argentino.
La construcción de este nuevo gasoducto es parte de los acuerdos binacionales establecidos el 26 de marzo pasado, en ocasión de la firma de la primera adenda al contrato de exportación de gas natural con la Argentina, vigente desde 2006.