Friday, September 10, 2010

PAIS QUE NACIO MINERO Y MORIRA MINERO. BOLIVIA TIENE 100 MIL HECTAREAS DE YACIMIENTOS DE URANIO, ORO, PLATA Y COBRE, ADEMAS DE SODIO

Coroma situado en el límite entre Oruro y Potosí tiene un yacimiento rico en piedra caliza. Pero un mapa elaborado por los ingenieros estadounidenses Steve Ludington y Dennis P. Cox, anota que en la zona se descubrieron minerales complejos de alta ley, no sólo uranio, sino también oro, plata y cobre diseminados y mezclados. Incluso se logró ubicar sodio, que, según el mencionado profesional, es más valioso que el oro.
“Este país nació minero y morirá minero. Son 100.000 hectáreas de yacimiento que se las puede trabajar a cielo abierto. Imagínese, los minerales de Chuquicamata (territorio boliviano usurpado por Chile) han levantado la economía de Chile a niveles de los países del primer mundo; pero este yacimiento, es 10 veces más grande".

Bolivia vivió una larga etapa de ambigüedades cuyos confusos hechos acabaron configurando una tenebrosa realidad: si durante medio siglo las empresas privadas se encargaron de impedir que el país pase de la barrilla al lingote, desde la nacionalización en 1952, esta tarea vino a ser cumplida por la empresa estatal. Los que han tenido alguna parte en estos negocios, están iniciados en el conocimiento de una realidad sórdida ante la cual palabras como revolución, soberanía, desarrollo o cambio se tornan cínicas.
El caso es que, ese cuadro del bicentenario de la postración nacional, puede ser superado con el notable descubrimiento que, gracias a Marco Montoya, ingeniero minero y militar retirado, quien entregó a las autoridades pertinentes, una copia del mapeo elaborado por los ingenieros estadounidenses Steve Ludington y Dennis P. Cox, conocidos por su colaboración en estimaciones similares de recursos minerales no descubiertos en el estado de Nevada. El estudio, denominado: "Mapa de Áreas Permisivas y Favorables para Tipos Seleccionados de Yacimientos Minerales en el Altiplano Boliviano y la Cordillera Oriental" fue realizado en 1992, supuestamente con la aquiescencia del entonces gobierno de Jaime Paz Zamora. El informe del Servicio Geológico de EE.UU. confirma que en la zona existiría uranio, oro, plata y cobre, entre otros minerales valiosos, que la hacen inmensamente atractiva.
En el anotado informe técnico se muestra una enorme área que, según Montoya, abarca más de 100.000 hectáreas en las que hay uranio y otros minerales. Desde el límite en conflicto (territorio entre Coroma, Potosí, y Sevaruyo, Oruro), la riqueza dormida se extiende hacia el sur, siguiendo la Cordillera de los Frailes, hasta llegar al salar de Uyuni, desierto blanco de 10.000 kilómetros cuadrados que guarda la mitad de las reservas mundiales de litio.
Montoya explica que el trabajo fue realizado desde 1992 por seis científicos de EE.UU. y con ayuda de la NASA. Él ingresó al proyecto como contraparte del Ministerio de Defensa. En esa oportunidad se efectuaron trabajos para levantar los mapas en todo el territorio nacional vía satélite, con una resolución de dos píxeles por cada metro cuadrado, lo que la hace 100% confiable.
Esta noticia que era desconocida por las autoridades nacionales y los dirigentes cívicos de Potosí y Oruro, ahora se pone al descubierto y las perspectivas de nuevos yacimientos mineralógicos en Bolivia, por lo que se ve, los técnicos americanos capturaron la información y esos datos lo conocen los expertos de la Unión. Pero, no consideraron que un ingeniero boliviano, Marco Montoya conservaría una copia de ese informe que nos hace ver que Bolivia, seguirá siendo un país minero; siempre fue minero y continuará con la locura de los topos humanos que volverá hundirse en las entrañas de los cerros de Coloma y Quillacas para iniciar otra ronda de trabajos mineros que, seguramente aportarán para el soporte económico de miles de mineros y los departamentos favorecidos; por ende del país todo.
En los estudios efectuados mediante contactos vía satélite, Coroma y Quillacas se ven como puntos ínfimos poblado de no más de 10 manzanas, perdido en la inmensidad de los Andes, pero alrededor de ellos la riqueza que poseen, aseguran, puede alcanzar para mantener a Bolivia por más de 100 años, pero posiblemente el tema era desconocido por autoridades regionales y nacionales. Un pueblo que se queda atrapado en el pasado no tiene futuro. El desempleo, la inestabilidad laboral, la reducción de los salarios, la insatisfacción de las necesidades básicas de la gente desnudan un cuadro que no encuentra respuestas y, por el contrario, se estrella con la violencia estatal. La realidad nacional podría ser despejado con la explotación de esas reservas mineras.
Coroma estuvo en el foco de las noticias por el paro general de Potosí, que duró 19 días, para defender como suya esta pequeña población, en el límite con Oruro, y el cerro Pahua, un yacimiento rico en piedra caliza. En los días de negociación en Sucre, hace dos semanas, algunos ingenieros mineros potosinos, molestos con el Gobierno, aseguraban que el problema de límites no se resolvía porque el Ejecutivo quiere ofrecer a Irán, para que ese país inicie la serie de trabajos de exploración e investigación de las reservas mineralógicas. Pero, lo importante era delimitar las áreas que pertenecen a Potosí y de esa manera dar paso a nuevas industrias extractivas.
Montoya anota que lo que se descubrió en esas zonas geográficas fue la existencia de minerales complejos de alta ley, no sólo uranio, sino también oro, plata y cobre diseminados y mezclados. Incluso se logró ubicar sodio, que, según el mencionado profesional, es más valioso que el oro. "Este país nació minero y morirá minero. Son 100.000 hectáreas de yacimiento que se las puede trabajar a cielo abierto. Imagínese, los minerales de Chuquicamata han levantado la economía de Chile a niveles de los países del primer mundo; pero este yacimiento, es 10 veces más grande". Montoya indicaba que, Bolivia volverá a observar la epopeya de los mineros en el interior mina; los recovecos que construyen los topos humanos para introducirse hasta las entrañas de los cerros.
Consultado al respecto, el presidente del Comité Cívico de Potosí, Celestino Condori, -también minero- explicó que su institución se maneja con datos del Servicio Nacional de Geología y el Servicio Técnico de Minas (Sergeotecmin), pero nunca se les informó de lo que había en los reservorios de la zona. Aseguró que su lucha estaba más orientada a que en la zona de Coroma haya una planta de cemento, pero de conformidad con los acuerdos suscritos con el gobierno de Evo Morales, ahora existirán dos fábricas del mismo producto. Posiblemente el mercado nacional ya estaría saturado con las otras fábricas que conforman la Corporación Boliviana de Cemento.
A partir del pasado 23 del mes que corre (agosto de 2010) la comisión conformada para tratar este problema ya debería estar en actividad para buscar las soluciones más concordantes con los intereses de ambos departamentos.
Sergio Almaraz, prestigioso escritor boliviano detallaba la tragedia del mundo minero de los primeros años del pasado siglo XX: El desempleo, la inestabilidad laboral, la reducción de los salarios, la insatisfacción de las necesidades básicas de la gente desnudan un cuadro que no encuentra respuestas. Algunos estudiosos de la realidad nacional, interpretan el fenómeno minero inspirándose en el pensamiento de Balzac según el cual hay un crimen detrás de toda fortuna. La brutalidad de los métodos y las perversas astucias de los propietarios mineros, hacen pensar en efecto en el sucio origen de su riqueza. Sergio Almaráz describe el poder de las empresas mineras del pasado siglo y la cruda realidad del minero: "Una vez agotada la reserva de la mina, no quedó más que hombres enfermos, aldeas fantasmas, socavones inundados y miseria, sobre todo miseria" detallaba.
Ahora la realidad es otra: tecnología de punta, herramientas sofisticadas, seguridad industrial y la inversión de capitales que a la larga producirían réditos que favorecerían a los trabajadores mineros, las regalías a los departamentos beneficiados y el estado con el pago de impuestos, dependiendo de sí, la explotación estaría cargo de empresas extranjeras o por el contrario, la dirección económico-técnica dependería de la otrora Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL). El tiempo nos mostrará el camino que seguirá este proyecto.
"No te niegues a perseguir de vez en cuando una quimera. Para eso se hicieron las
quimeras". Revista Adital de Brasil (www.adital.com.br/site)





INDÍGENAS SUDAMERICANOS PROPONEN NUEVA ESTRATEGIA FRENTE A CRISIS CLIMÁTICA

ADN de España (www.adn.es/lavida)

Más de cien líderes indígenas de seis países sudamericanos, agrupados en la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), propusieron hoy en Madrid una nueva estrategia "que ayude a terminar con la crisis climática que amenaza con hacer desaparecer todas las formas de vida del planeta".
Representantes de pueblos indígenas de Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú, Chile y Argentina celebraron en la capital española el primer encuentro de esas características, en el que analizaron la realidad socioeconómica y política de América Latina.
La estrategia del "Buen Vivir", basada en el respeto a la "Pachamama" (la Madre Tierra), tiene como propósito generar "un paradigma distinto al desarrollo causante de las grandes catástrofes naturales, en el que la naturaleza debe ocupar un lugar central".
"El ser humano no puede seguir siendo el centro que domina y destruye. Nosotros somos los portavoces de un mensaje que hemos conservado milenariamente. Lo habíamos advertido hace mucho tiempo, pero nunca se nos escuchó", explicó a Efe Luis Evelis Andrade, consejero mayor de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).
En ese sentido, la CAOI trabaja desde su fundación, hace cuatro años, en la construcción de propuestas de políticas públicas que hagan del "Buen Vivir" una realidad en cada uno de sus países.
Sin embargo, puntualizó Andrade, "mientras las soluciones que plantean los Estados poderosos no se correspondan a nuestras propuestas nada se resolverá".
Superar los límites de los Estados uninacionales y convertirlos en "plurinacionales comunitarios", es otro de los principales objetivos de los miembros de la CAOI.
"Reclamamos el respeto a nuestros derechos colectivos como pueblos indígenas. No concebimos el ejercicio de la democracia y de la gobernabilidad en los estados americanos si no se hace desde ese respeto", afirmó la argentina Natalia Zarapura, representante del Consejo de Organizaciones Aborígenes (COA)
Para Natalia, América Latina ha experimentado en los últimos años algunos avances políticos en relación a los pueblos indígenas, "aunque esos avances son muy distintos según los países".
"El más representativo es Bolivia, donde la llegada al poder de Evo Morales está generando un nuevo modelo de gestión pública, sin embargo en Argentina se siguen negando sus derechos", dijo.
A pesar de todo -añadió- la participación política se mantiene allí "a través de la resistencia y la lucha por nuestros derechos, y ahí es cuando surge con fuerza la figura de la mujer indígena, que articula y pone en la mesa de la comunidad el problema de las desigualdades de género".
En ese sentido se expresó también Ovidio Bayas, representante de la Organización Unión y Pogreso (OUyP), quien destacó las políticas desarrolladas por el presidente de Ecuador, Rafael Correa, "que están generando cambios fundamentales para los pueblos andinos".
Bayas subrayó la importancia de la Constitución ecuatoriana actual y los avances conseguidos en materia de educación, salud y comunicaciones, "algo que no existía antes para nosotros".
Frente a la desigual presencia de las comunidades indígenas en las políticas de los países latinoamericanos, la CAOI, supuso "descubrir que éramos pueblos hermanos, que teníamos los mismos problemas, no éramos enemigos como nos decían", explicó a Efe Miguel Palacín Quispe, coordinador general de la organización.
"Eso nos ayudó mucho y entendimos que no éramos el folclore de las democracias y el complemento del paisaje, sino actores políticos que podíamos visibilizar nuestra problemática", añadió.
Desde entonces, la CAOI se ha marcado una agenda que, según su Palacín Quispe, "ha puesto y pone en cuestión a los estados verticalistas, monoculturales y excluyentes, copias de la colonia, frente a los estados plurinacionales que reconocen la diversidad de pueblos y culturas".
Y en esa línea destacó los acuerdos de asociación entre algunos países latinoamericanos y la Unión Europea, como el de Libre Comercio, "que dividen disimuladamente la integración andina al dejar en el aire a Bolivia y a Ecuador".





LAS REIVINDICACIONES INDÍGENAS, MÁS FUERTES QUE NUNCA

Las organizaciones de este colectivo en América Latina piden que se les devuelva la propiedad de sus terrenos. Mientras un estudio revela que el 26% de sus lenguas está en peligro de extinción.

La Rioja de España (www.rioja2.com)

Los pueblos indígenas de todo el mundo viven en una constante lucha por sus derechos fundamentales. Sus reivindicaciones quieren que se reconozcan su historia y tradiciones, su cultura y sus propiedades históricas, y se acabe con la desigualdad a la que parecen condenados.
Por eso no es de extrañar que recientemente varias organizaciones indígenas de América Latina reivindiquen la propiedad de los terrenos en los que históricamente se han asentado sus comunidades frente a la tendencia de los gobiernos regionales a declarar estas áreas como protegidas para permitir que las empresas multinacionales puedan explotar sus recursos.
Durante un encuentro de la
Coordinadora Andina de organizaciones Indígenas (CAOI) y de la Coordinadora Nacional de Ecuatorianos en España (CONADEE), celebrado en Madrid, líderes de las distintas asociaciones aborígenes del hemisferio sur del continente americano denunciaron la debilidad de sus gobiernos ante “el constante expolio de los recursos” de sus países y, en concreto, de sus comunidades, lo que amenaza su supervivencia.
Así, la coordinadora general del
Consejo de Organizaciones Aborígenes de Jujuy (COAJ), Natalia Sarapura, se refirió al caso de Argentina donde, según explicó, “la política oficial es la de no reconocer las raíces indígenas del país”, algo que repercute en la indefensión de los derechos de estos pueblos y, sobre todo, en los títulos de propiedad de los asentamientos.
“En Argentina el Gobierno ha priorizado una política económica bajo tres ejes de reactivación con el turismo, la explotación del petróleo y el litio, y los gasoductos sobre el derecho al subsuelo de las comunidades indígenas que están siendo desalojadas”, dijo Sarapura.
En el caso de Colombia, la firma de numerosos tratados de comercio internacional ha favorecido el desplazamiento de los aborígenes dentro del territorio nacional. Esta situación se agrava con la acción de paramilitares y guerrilleros que expulsan a las comunidades indígenas de sus asentamientos para proteger los cultivos de droga que les sirven de financiación.
“Al menos 34 pueblos indígenas colombianos están en serio riesgo de extinción, por ello hasta la Corte Constitucional ha tenido que emitir varios autos que recomiendan la creación de un programa de garantías para la protección de los derechos de los indígenas”, indicó el consejero mayor de la
Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), Luis Elvis Andrade.
En este contexto, las principales organizaciones indígenas de América Latina propusieron el paradigma del Buen Vivir, basado en el respeto a todos los seres vivos y a la Madre Tierra, como una alternativa al modelo de desarrollo económico que ha originado la crisis económica mundial y favorecido el cambio climático.
“Cuando hablamos de vivir bien nos referimos a toda la comunidad de seres que habitamos el mundo, no se trata del tradicional bien común reducido solo a los humanos. Lo que hacemos los pueblos indígenas y proponemos al mundo es preservar el equilibrio y la armonía entre todo lo que existe”, reza el texto difundido por la CAOI.
Según aclaró su coordinador general, Miguel Palacín Quispe, esta alternativa tiene como finalidad modificar paulatinamente las formas de vida para que éstas sean cada vez más respetuosas con el entorno natural y con la plurinacionalidad de los Estados, reconocida ya por Bolivia y Ecuador en sus Constituciones.Más peligros
Pero la pérdida de sus tierras no es el único peligro que acecha a las comunidades indígenas de América Latina. Según revela el Atlas sociolingüístico de pueblos indígenas en América Latina, una iniciativa de
UNICEF , la Fundación para la Educación en Contextos de Multilingüismo y Pluriculturalidad (FUNPROEIB Andes) y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), el 26 por ciento de las 420 lenguas que hoy hablan 28,8 millones de indígenas en América (el 6% de la población) está en peligro de extinción.
El documento recopila censos nacionales procedentes de 21 países, analizados por 34 especialistas y se enmarca en el Programa Regional sobre Derechos de la Niñez y Adolescencia Indígena en América Latina, desarrollado desde 2006 por UNICEF con el apoyo financiero de la AECID, con el objetivo de promover el respeto a los derechos de estas poblaciones.
En este sentido, el jefe de la Unidad de Políticas Intraculturales, Interculturales y Plurilingüismo del ministerio de Educación de Bolivia y aymara del altiplano boliviano, Walter Gutiérrez, asegura que sin una “mirada amplia” sobre América Latina, resulta “imposible planificar políticas integrales que protejan los intereses indígenas”.Caso chileno
Una de las reivindicaciones indígenas que más fuerza ha tomado en los últimos días es la del pueblo mapuche en Chile. El conflicto se desató cuando una treintena de mapuches iniciaron hace casi 60 días una huelga de hambre en rechazo a que sus casos sean procesados a través de tribunales militares y para exigir al Estado que derogue la Ley Antiterrorista.
Los 32 mapuches que realizan la huelga de hambre fueron arrestados en el marco de la Ley Antiterrorista durante diversos hechos violentos en la Región de Araucanía (centro), donde los indígenas mantienen una lucha por el reconocimiento de sus tierras. Desde el año 2009, la región permanece militarizada, hecho que también rechazan los aborígenes.
La crisis vivida ha hecho necesaria la intervención del presidente chileno, Sebastián Piñera, quien ha enviado al Congreso un proyecto de reforma de la justicia militar con el que busca que unas 4.000 causas, entre ellas las de indígenas mapuches, sean derivadas a tribunales civiles.
“Más de 4.000 causas que hoy día son conocidas por tribunales militares, muchas de las cuales afectan a activistas pertenecientes al pueblo o a la causa mapuche, pasarán a ser conocidas por tribunales civiles”, ha aseverado Piñera.
“Esto es: los militares en tribunales militares, los civiles en tribunales civiles”, ha insistido, al anunciar que con esta reforma Chile estará dando “cumplimiento a los tratados internacionales que ha suscrito y particularmente al pacto de Derechos Civiles y Políticos y a la Convención Americana de Derechos Humanos”.Sin embargo, la iniciativa no incluye la Ley Antiterrorista, sancionada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) para perseguir a sus opositores, la cual no fue derogada por los gobiernos de izquierda de la Concertación que la aplicaron para algunos crímenes, a pesar de que la ONU ha criticado esta normativa porque discrimina a las comunidades indígenas.
Piñera, no obstante, ha anunciado que en los próximos días enviará otra propuesta para “perfeccionar” la Ley Antiterrorista “de forma tal de que la sanción a las conductas terroristas, que es algo que toda democracia necesita y requiere, se haga con los mejores estándares y con las mejores normas internacionales”.





Frente al avance de las multinacionales


LOS INDÍGENAS REIVINDICAN LA PROPIEDAD DE SUS TIERRAS

Europa Press de España (www.europapress.es)

Organizaciones indígenas de América Latina reivindicaron este miércoles la propiedad de los terrenos en los que históricamente se han asentado sus comunidades frente a la tendencia de los gobiernos regionales a declarar estas áreas como protegidas para permitir que las empresas multinacionales puedan explotar sus recursos.
Durante un encuentro de la Coordinadora Andina de organizaciones Indígenas (CAOI) y de la Coordinadora Nacional de Ecuatorianos en España (CONADEE), celebrado hoy en Madrid, líderes de las distintas asociaciones aborígenes del hemisferio sur del continente americano denunciaron la debilidad de sus gobiernos ante "el constante expolio de los recursos" de sus países y, en concreto, de sus comunidades, lo que amenaza su supervivencia.
Así, la coordinadora general del Consejo de Organizaciones Aborígenes de Jujuy (COAJ), Natalia Sarapura, se refirió al caso de Argentina donde, según explicó, "la política oficial es la de no reconocer las raíces indígenas del país", algo que repercute en la indefensión de los derechos de estos pueblos y, sobre todo, en los títulos de propiedad de los asentamientos.
"En Argentina el Gobierno ha priorizado una política económica bajo tres ejes de reactivación con el turismo, la explotación del petróleo y el litio, y los gasoductos sobre el derecho al subsuelo de las comunidades indígenas que están siendo desalojadas", dijo Sarapura.
En el caso de Colombia, la firma de numerosos tratados de comercio internacional ha favorecido el desplazamiento de los aborígenes dentro del territorio nacional. Esta situación se agrava con la acción de paramilitares y guerrilleros que expulsan a las comunidades indígenas de sus asentamientos para proteger los cultivos de droga que les sirven de financiación.
"Al menos 34 pueblos indígenas colombianos están en serio riesgo de extinción, por ello hasta la Corte Constitucional ha tenido que emitir varios autos que recomiendan la creación de un programa de garantías para la protección de los derechos de los indígenas", indicó el consejero mayor de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), Luis Elvis Andrade.
El PARADIGMA DEL BUEN VIVIR
En este contexto, las principales organizaciones indígenas de América Latina propusieron el paradigma del Buen Vivir, basado en el respeto a todos los seres vivos y a la Madre Tierra, como una alternativa al modelo de desarrollo económico que ha originado la crisis económica mundial y favorecido el cambio climático.
"Cuando hablamos de vivir bien nos referimos a toda la comunidad de seres que habitamos el mundo, no se trata del tradicional bien común reducido solo a los humanos. Lo que hacemos los pueblos indígenas y proponemos al mundo es preservar el equilibrio y la armonía entre todo lo que existe", reza el texto difundido por la CAOI.
Según aclaró su coordinador general, Miguel Palacín Quispe, esta alternativa tiene como finalidad modificar paulatinamente las formas de vida para que éstas sean cada vez más respetuosas con el entorno natural y con la plurinacionalidad de los Estados, reconocida ya por Bolivia y Ecuador en sus Constituciones. Así, el objetivo de estas organizaciones es presentar el Buen Vivir en la próxima cumbre sobre cambio climático que se celebrará en Cancún a finales de este año para convencer a los países desarrollados de que "es la única solución a una crisis que ellos han provocado y que no se puede arreglar con sus mismas normas".





UNICEF presenta el Atlas sociolingüístico de pueblos indígenas

MÁS DEL 25% DE LAS LENGUAS INDÍGENAS EN AMÉRICA ESTÁ EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

Europa Press de España (www.europapress.es)

El 26 por ciento de las 420 lenguas que hoy hablan 28,8 millones de indígenas en América (el 6% de la población) está en peligro de extinción, conforme revela el Atlas sociolingüístico de pueblos indígenas en América Latina, una iniciativa de UNICEF, la Fundación para la Educación en Contextos de Multilingüismo y Pluriculturalidad (FUNPROEIB Andes) y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) presentada este miércoles.
Este atlas, que ha llevado dos años de trabajo, recopila censos nacionales procedentes de 21 países, analizados por 34 especialistas y se enmarca en el Programa Regional sobre Derechos de la Niñez y Adolescencia Indígena en América Latina, desarrollado desde 2006 por UNICEF con el apoyo financiero de la AECID, con el objetivo de promover el respeto a los derechos de estas poblaciones.
El trabajo inicia un recorrido de Sur a Norte desde la Patagonia hasta México, describiendo los 522 pueblos indígenas que habitan en Latinoamérica y la situación de las 420 lenguas que emplean hoy en día, de las que un 26 por ciento está en peligro de extinción. Con esta información, el atlas aspira a convertirse en una herramienta clave para la implementación de políticas que tengan en cuenta la complejidad sociolingüística de la región latinoamericana.
En este sentido, el jefe de la Unidad de Políticas Intraculturales, Interculturales y Plurilingüismo del ministerio de Educación de Bolivia y aymara del altiplano boliviano, Walter Gutiérrez, asegura que sin una "mirada amplia" sobre América Latina, resulta "imposible planificar políticas integrales que protejan los intereses indígenas".
Por ello, los datos cuantitativos y cualitativos de la publicación están dispuestos para orientar a planificadores gubernamentales y a organizaciones internacionales que trabajen con poblaciones indígenas, a fin de lograr un desarrollo más eficaz de, entre otras, políticas educativas y sanitarias.
El documento también recoge un resumen de la legislación relevante sobre temas indígenas, entre los que destaca toda la normativa relacionada con el ámbito educativo y se dibuja como un instrumento central en la planificación para lograr una plena Educación Intercultural y Bilingüe (EIB).
Según explica UNICEF, la idea de elaborar un Atlas surge porque, a pesar de que se presta una mayor atención a los asuntos indígenas por parte de los Estados, los organismos de cooperación internacional y la sociedad latinoamericana, todavía existe un gran desconocimiento sobre las características del mundo indígena, ya que no se trata de una sociedad homogénea.
Otra de las razones que ha motivado este trabajo es la aprobación de la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas por la Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre de 2007. En la declaración se reconocen tanto los derechos individuales de los indígenas como los derechos colectivos de los pueblos indígenas.





EL CAMINO DE COCA EN BOLIVIA

Alta ansiedad en medio de gigantes helechos arborescentes y deslizamientos de tierra en Bolivia es poco transitada y deslumbrante Parque Nacional Carrasco.

The Atlantic de EE.UU. (www.theatlantic.com/magazine)

El camino por delante disuelto por debajo de un derrumbamiento de rocas masivas, una cascada estrellándose a través de él. La única manera de cruzar el abismo que había terminado un árbol caído, peligrosamente resbaladizo con el agua. Pero uno de nuestros guías, una sonrisa, campesino quechua de coca de cinco pies y dos pulgadas, no se inmutó. "¡Todo tranquilo" ("Todo está bien!") Dijo, y entonces la mejilla abultada con hoja de coca, 50 kilos de arte ceñido a la espalda en una mano se alzaba la llama chal con calma caminó por el tronco del árbol.
Puse un pie vacilante en el tronco resbaladizo. A continuación, una caída libre sobre rocas feroces cobertizo de tamaño. Para armarme de valor, me recordó por qué había llegado a distancia de Bolivia Parque Nacional Carrasco.
Este fue uno de los más espectaculares, si traicionera, excursiones en América del Sur. Yo había vivido en Bolivia desde hace varios años, y al cabo de una docena de "gringo" aventuras, de los caminos Inca de Machu Picchu a las salinas de Uyuni, pero este lugar, Carrasco, se mantuvo casi sin descubrir. La caminata de 40 millas sigue un camino de tierra largo tiempo abandonada, ahora superada por la naturaleza, y atraviesa cuatro temporadas en tres días, a partir de campos nevados andinos, a 14.000 pies, abajo en la cuenca del Amazonas. Nuestro grupo de 12-biólogos, guardaparques, los estadounidenses, los bolivianos, fue de los primeros en intentarlo.
Nos condujeron por seis hombres de una agencia de viajes Kawsay Wasi indígena llamada. Los agricultores de gorras de béisbol teniendo Che Guevara iconos, que habían sido entrenados como eco-guías por Conservación Internacional y el Servicio de Parques Nacionales de Bolivia. Esa era la teoría, de todos modos. Y se había ido de excursión esta ruta antes. Al menos yo esperaba.
Di un paso vértigo a través del árbol caído, dispuesto a mi manera de avanzar con imágenes de lo que le esperaba: quetzales exquisita, las orquídeas de color rojo llameante, y un paseo por los campos de coca del Chapare. La mañana del día anterior, nos había llevado lejos del tiempo otoñal de Cochabamba, la tercera ciudad más grande de Bolivia, en tres camionetas que se metió en los Andes orientales. Nuestros pilotos nos dejó parado en medio de manchas de nieve, con vistas hacia las nubes distantes perforado las montañas."Snow?-Le dije a Cole Genge, el experto boliviano forestal estadounidense que había organizado el viaje. Se encogió de hombros, y se estremeció, listo para moverse. Pero nuestros guías, en "hora boliviana," no tenían prisa. Se acurrucaron juntos para ofrecer hojas de coca y alcohol de grano a la Pachamama, o Madre Tierra. Luego entró en el bosque. Seguimos, dejándose caer en las nubes, y rápidamente fueron rodeados por los árboles helechos gigantes-un mundo prehistórico suave con verde musgo y líquenes kelly-púrpura.Bolivia es uno de los 17 "países megadiversos que contienen 70 por ciento de la biodiversidad del planeta; esta caminata que nos llevaría pasado algunas de las 5.000 plantas vasculares de Carrasco, ya través de la tierra llena de cientos de especies de aves. En el primer paso, comenzamos a buscar la pava azul con cuernos, o el unicornio de aves que se pensaba extinta, pero recientemente visto en Carrasco.
Cuando el sol se hundía, un espeso silencio de temor cayó sobre nuestro grupo. Los guías no pudo encontrar un camping plana. Una hora tromping en la oscuridad, luego dos. "Todo tranquilo", dijo un guía, sin convicción. En lugar de ver la vida silvestre, ahora se sentía observado por él; megadiversidad Carrasco megafauna incluye como jaguares y osos de anteojos grandes.
Por último, se olía a humo. Los guías conducen había encontrado un lugar plano, y se rió mientras cocinaban. Después de la cena me apretó en una tienda de campaña con los seis pies y cuatro pulgadas Cole. chillido de un animal atravesó la noche. Cole murmuró: "Todo tranquilo".
Tres días en, llegamos a lo que yo estaba seguro que sería un callejón sin salida: otro deslizamiento de tierra enorme, pero esta vez sin árbol caído para el cruce, y no se va la lluvia de nuevo-la noche había aumentado un río detrás de nosotros. Uno de los guías dejó escapar un largo silbido. Nadie se movió. Un águila arpía se disparó alto, y los truenos retumbaban en la distancia. Por último, uno de los guías tomado una decisión: masticar más coca! Cargaron sobre la hoja, una de ellas con que el bulto en la mejilla era "tan grande que echar una sombra sobre el deslizamiento de tierra." Luego se extendió la bolsa para mí.
Sólo decir que no fue mi primer pensamiento, sin embargo absurdo. Coca, pues los bolivianos no se cansan de mencionar, no es cocaína. La masticación de la fecha de la hoja tamaño del pulgar a la época pre-inca, y hace que poco más que un rumor cafeína. Se tarda aproximadamente una libra de hoja de coca para hacer un gramo del polvo blanco codiciado. Pero al mismo tiempo que deseaba la sobriedad de cruzar un deslizamiento de tierra.
Las guías entró en el derrumbe, y Cole y un conservacionista boliviano llamado Rodolfo llenaron sus mejillas. "Si no estás en el borde", dijo Rodolfo, impulsado por un cóctel de coca y machista-testosterona ", entonces usted está tomando demasiado espacio." Después de una larga vacilación, doloroso, yo gemía en mi camino. Poco a poco, con serenidad, que se retiró de las colinas y en el verano en una llanura amazónica, en las afueras de la ciudad de Villa Tunari. El último tramo del camino era a través de campos de coca recién plantados (20 millas de una redada reciente). Un agente de la droga boliviana de ejecución una vez describió su trabajo: "Tenemos la erradicación de la coca y quemaduras en los laboratorios", dijo sin ironía, "entonces plantar coca y construir laboratorios de nuevo. Luego erradicar y quemar. "
Al final del camino, cedí. Riendo, los guías me miró de prensa de dos docenas de hojas en mi mejilla. El sabor amargo suavizado en un zumbido leve, y yo estaba pacificado por la idea de que el planeta todavía tiene lugares tan completamente salvaje como Carrasco.